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Escrituras de la isla abierta: Un acercamiento a la poética de Basilio Belliard
Escrituras de la isla abierta: Un acercamiento a la poética de Basilio Belliard
Catherine Pélage
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“El adolescente padecía como nunca, en aquel momento, la sensación de encierro que produce vivir en una isla; estar en una tierra sin caminos hacia otras tierras a donde se pudiera llegar rodando, cabalgando, caminando, pasando fronteras.” Alejo Carpentier evocaba de forma magistral en El siglo de las Luces el sentimiento de encierro causado por la insularidad y el deseo de evasión de su personaje. La relación entre isla y encierro es común en las producciones literarias, el vínculo entre deseo de franquear límites y creación es un eje también frecuente en los análisis dedicados a las literaturas insulares. Así, el académico quebequense François Paré 1 al analizar la cartografía literaria a escala mundial subraya desigualdades geográficas en términos de difusión de las obras; menciona lo que llama “las culturas de la minorización”. Sus reflexiones ponen de realce el profundo sentimiento de marginación que experimentan los habitantes de los territorios minorizados y su conciencia de escribir desde márgenes geográficos y culturales. Esta situación tiene diferentes consecuencias que François Paré reúne bajo el concepto de insularización: “podremos hablar de insularización como condición interiorizada de la exigüidad insular de la misma manera que podíamos hablar de minorización”. 2 A la insularidad física entendida como el carácter de lo que conforma una isla, corresponde según él una forma de insularidad psicológica, interiorización de las limitaciones del territorio exiguo. Por lo tanto, crear desde un territorio marginado, para él las islas se inscriben en esta lógica, implica un movimiento de superación de fronteras tanto geográficas como psicológicas. De ahí características de las literaturas de estos territorios que se definen según François Paré por esta voluntad de franquear los límites. En una reflexión sobre escritura e insularidad resulta muy interesante la poesía de Basilio Belliard.
Basilio Belliard nació en 1965 en Moca (República Dominicana). Es un poeta de la generación del 90, galardonado en 2002 del Premio Nacional de poesía, profesor de literatura latinoamericana en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y gestor literario. Su producción artística consta de Diario del autófago (1997), El topo y el espejo (1999), Sueño escrito (2002), Balada del ermitaño y otros poemas (2007), Los pliegues del bosque (2008), Piel del aire (2011), Oficio de arena (2011), Prácticas de Sueños (2014), Perdido (2015), Sueños isleños / Rêves insulaires (2015).
Si bien la isla no es aparentemente el tema dominante de la poesía de Basilio Belliard, la insularidad y la necesidad de tender puentes con el mundo exterior es fundamental en su obra y su concepto del mundo. Nuestra hipótesis es que a través de sus poemarios el escritor elabora una poética de la isla abierta.
Partiremos del análisis de sus dos poemas dedicados explícitamente a la insularidad: “Isla” que forma parte del poemario Balada del ermitaño (2007) e “Isla al aire” de Prácticas de Sueños (2014). Estudiaremos luego cómo estos dos poemas reúnen características esenciales de las producciones de Basilio Belliard: una voluntad de tender puentes que se plasma en una poética caracterizada por una gran fluidez que hace de la isla un aleph, en el sentido borgiano de la palabra, a partir del que percibir y aprehender el mundo.
Contar y cantar la isla
Basilio Belliard suele referirse a la fórmula de Octavio Paz según la que escribir poesía equivale a “contar y cantar”. Más allá de un homenaje a un poeta al que admira y al que ha dedicado su tesis doctoral, esta expresión puede aplicarse a sus propios textos. Balada del ermitaño sugiere ya desde su título la musicalidad así como inquietudes espirituales y soledades. El poema “Isla” se inscribe en esta línea:
Toda isla es una isla
dibujada por los pájaros
sumergida en el aire
de la noche.
Cantada en el espacio,
descubierta por el viento.
Una isla es un ala
alumbrada por el bosque
abierta como la espiral
de una mano
(Cartagena de Indias, Colombia, agosto, 2005) 3
Llama enseguida la atención la brevedad del poema compuesto de dos estrofas de seis y cuatro versos así como su disposición tipográfica; esta afirma la dimensión visual de este poema que evoca en sí un movimiento. La disposición pictórica pone de relieve dos versos “de la noche” y “de la mano” que sitúan en un mismo nivel un elemento natural y un elemento corporal, el hombre y el cosmos. Por otro lado, la fluidez de la escritura nace de encabalgamientos que amplían cada uno de los versos e infunden un ritmo al poema. La escasa puntuación parece alargar los versos. Ningún signo de puntuación interrumpe, por ejemplo, el flujo verbal en la segunda estrofa, lo que sugiere un espacio muy reducido pero que contiene un aliento, una densidad, una intensidad inicialmente insospechadas. Asimismo, el poema carece de punto final lo que contribuye a la creación de un texto abierto, inconcluso que tal vez ilustre una frase de Paul Valery que cita Basilio Belliard : “un poema nunca se termina, se abandona”.
Se puede interpretar este poema como una definición conceptual de la isla. Significativamente, el único verbo conjugado es el verbo “ser” utilizado para expresar la esencia de la isla. Las formas pasivas revelan quiénes crean y recrean esta isla “dibujada por los pájaros”, “descubierta por el viento”, “alumbrada por el bosque”. Estas acciones no son realizadas por hombres sino por los pájaros, el viento y el bosque. La isla es, bajo la pluma de Basilio Belliard, una creación de la naturaleza antes de convertirse en una creación del poeta. “Isla” remite pues pictóricamente a un espacio reducido pero marcado por su vínculo indisoluble con la naturaleza. Además, se observa aquí otra característica de la obra del escritor: la ausencia (excepto en contadas excepciones como “Canal de la Mona” o “El Loira, homenaje a Orléans”) de referencias toponímicas. La isla, que no tiene nombre, que puede estar situada en cualquier punto del planeta, cobra una dimensión paradigmática. Se produce una sutil mezcla entre lo local y lo universal. En este caso la isla original de Basilio Belliard, la República dominicana en la que nació y vive, es simultáneamente un punto de anclaje y un punto de partida hacia otros horizontes. Esta propuesta estética y filosófica se prosigue a través de su segundo poema dedicado explícitamente a la insularidad: “Isla al aire” del poemario Prácticas de Sueños (2014).
“Sé poeta hasta en prosa” (Baudelaire): escribir la isla al aire
El libro Prácticas de Sueños consta de poemas en prosa influidos por el surrealismo y en particular por Águila o sol de Octavio Paz. Los poemas en prosa siempre le han interesado a Basilio Belliard que no sólo escribió poemas en prosa sino que realizó una antología de la poesía dominicana en prosa. 4 Se trataba para él, en Prácticas de Sueños, de hacer que “poemas parezcan sueños poéticos, reminiscencias de mi pasado con un tono metafísico”. 5 “Isla al aire” se inscribe plenamente en esta línea:
Nadie está más solo que un isleño. El habitante de una isla está aislado porque el agua lo separa del mundo. El isleño es más solidario que un mediterráneo porque desconoce la tierra firme. Su experiencia de vida está cercada, aislada. El mundo es una isla. El isleño se alimenta de espacio: tiene sed de viajar y de volar. Nace con alas y lleva una barca en su corazón. Una isla no tiene fronteras y sus habitantes se alimentan de la sal del mar. Una isla es un pájaro rodeado de alas por todas partes. Toda isla es un punto que navega y flota en el Cosmos. Todos somos islas. El mundo es una isla. El mar es una isla rodeada de tierra. El sol es una isla en el cielo con su lago, la luna. Como las estrellas, que son ojos en el cielo, las islas son archipiélagos de sal y arena. Una isla es la metáfora del viaje, la ensoñación de lo posible, el sueño de Tomas Moro. Todos los mares nacen y mueren en las islas. 6
La fuerza de este poema estriba, como siempre en la obra de Basilio Belliard, en una unión entre brevedad formal y fuerza sugestiva. Las frases son cortas y se caracterizan por ser afirmaciones categóricas, presentadas como evidencias lo que les confiere una gran intensidad. Con su primera frase, la voz poética expresa la angustia que produce el sentimiento de “insularización” del que habla François Paré. El poema viene dominado por el campo léxico de la insularidad: aparecen doce veces la palabra “isla”, tres veces la palabra “isleño” y una vez el adjetivo “aislada”. La brevedad formal viene pues claramente dominada a nivel léxico, temático y filosófico por la insularidad. Esta multiplicidad de referencias a la isla crea un juego de ecos con el título “Isla al aire” que a su vez es polisémico y más complejo de lo que puede parecer a primera vista. El título evoca simultáneamente la isla que flota y que queda al descubierto ya que el poeta evoca sus fragilidades, sus verdades y posibilidades escondidas.
La composición de este poema es muy densa: consta de un solo párrafo sin ninguna pausa. Su fuerza estriba en la gradación hiperbólica que dibuja: los primeros versos se centran en los habitantes, luego, la voz poética se refiere a la isla que deja de ser un espacio geográfico concreto para convertirse en metáfora del viaje. A lo largo del poema, las fronteras se diluyen entre el isleño y la isla, la isla y el mundo, la isla y el cosmos. La isla parece convertirse en un aleph a partir del que se puede entender y soñar el mundo entero. Afirmaciones aparente y falsamente simples, “el mundo es una isla” por ejemplo, rompen fronteras no sólo geográficas sino también conceptuales. La voz poética crea imágenes muy fuertes mediante metáforas hiladas: las alas del isleño que sueña con volar se amplían y multiplican con “una isla es un pájaro rodeado de alas por todas partes” y se vuelven abstractas cuando la isla se convierte, mediante un crescendo onírico, en “metáfora”, “ensoñación”, “sueño”. La referencia intertextual a la utopía de Tomás Moro, remite a una larga tradición de escritos sobre islas. Esta frase explicita la operación que está realizando el poeta. La isla se convierte, mediante una operación metaliteraria, en la proyección del poeta, su sueño, su creación.
Por otra parte, como todos los poemas de Basilio Belliard, este se caracteriza por su musicalidad, las anáforas de “isla”, “isleño” contribuyen a crear este efecto así como las formulaciones idénticas que vuelven como un estribillo: “El mundo es una isla”. La simplicidad así como estas repeticiones sugieren un texto hecho para ser leído en voz alta y para que resuene su letra. En “Isla al aire” como en el poemario Prácticas de Sueños, la visión onírica domina y el sueño expresa concreta y musicalmente realidades o dimensiones existenciales.
Hacia la definición de una poética de la isla abierta
Si bien estos dos poemas “Isla” e “Isla al aire” son interesantes por su representación de la insularidad, lo son también porque ilustran la poética de Basilio Belliard y su escritura de la isla abierta. En efecto, “una sed de viajar y volar” lleva constantemente al poeta a pasar fronteras, construyendo puentes hacia otros territorios reales o soñados. De ahí una poética que se caracteriza por una gran permeabilidad que se manifiesta de distintas formas: una dilución de las fronteras literarias o artísticas, un universo en fusión en el que el sueño y la realidad, el hombre y el cosmos, lo particular y lo universal se mezclan. Así, las formas geométricas y genéricas se borran. La línea se convierte en espiral, el poema, en expresión musical o pictórica. En “Música gris”, 7 el soplo de la música invade el texto mientras que en el poema “Sueño elástico, (Homenaje a Dalí)”, las palabras se hacen pinturas y la poesía se hace cuadro:
Tiempo derretido
en sueño elástico
Una mujer-caballo
duerme
en un árbol desnudo M
emoria blanda
del reloj exacto
en un mar solar
Gelatinosa la hora
Hormigueante espacio
Amarillo sueño
Pintado en la materia. 8
Este poema dialoga libremente con el cuadro de Salvador Dalí “Persistencia de la memoria” o “Los relojes blandos” lo que tiene varias consecuencias. Crea un universo en el que la pintura y la poesía dialogan, se funden y confunden, un universo en el que los imaginarios también interactúan: el imaginario de Salvador Dalí viene reinterpretado por el poeta que a su vez crea una obra fruto de su imaginación. Lo onírico domina un poema que reúne dos dimensiones (la realidad y el sueño), dos expresiones artísticas (la pintura y la poesía), dos imaginarios (el de Salvador Dalí y de Basilio Belliard), dos países (República dominicana y España). Estos breves espacios poéticos de fusión son característicos de la poética de Basilio Belliard. La brevedad de la mayoría de sus textos deja espacio para el silencio, la duda, la apertura al misterio de la existencia, del mundo y de la creación. La relación con el lector se establece por las palabras pero también por lo que queda en suspenso.
Asimismo, las producciones de Basilio Belliard llevan a cuestionar las categorías preestablecidas. ¿Cuál es, por ejemplo, la mejor manera de calificar “Isla al aire”? ¿Es un poema en prosa? ¿Un ensayo poético? ¿Una minificción filosófica?
El subtítulo del libro Oficio de arena es “minificciones fantásticas”, sin embargo, las fronteras que separan cuento y poesía son aquí muy tenues y se inscriben en un mismo aliento creativo. Los relatos cortos que componen Oficio de arena colindan, según el autor, “con el aforismo, con máximas, adivinanzas, juegos de palabras, recreando atmósfera, procedimientos, anécdotas de mi pasado, convirtiéndolo en texto”. 9 La definición que da el escritor pone de relieve la complejidad genérica de esta obra. El título es una referencia al Libro de arena de Borges, este libro fantástico que no tiene principio ni fin. Puede remitir también a la labor literaria en sí, siempre infinita, o a la reflexión sobre la creación poética, también infinita, que se construye y reconstruye constantemente. “El mundo en la palma de las manos” aborda, con tintes autobiográficos, la vocación poética del narrador. Vicente Huidobro afirmaba que el poeta es un pequeño Dios. En esta microficción, en esta evocación tierna del poder de la imaginación de un niño, el poeta en ciernes se convierte en Dios, rindiendo así homenaje al poder del sueño y de la imaginación creadora:
De niño me gustaba dibujar mapas, acaso para saber qué lugar ocupaba en el mundo. Temprano de mañana construía, como dios, los países en la arena y los destruía cada noche. De esa manera sentía que tenía el mundo en las palmas de las manos y el poder de señalar con mi índice los puntos de mi mitología, y llevar sobre mis hombros, como un atlante, el planeta que mi cabeza soñaba, y que deseaba para besar mi geografía interior. 10
La creación poética viene en este caso íntimamente relacionada con el pasado, los recuerdos propios y los recuerdos de lecturas, por la infancia y el campo donde se gestó su vocación poética; la infancia se convierte en la materia prima de la inspiración poética.
En estos espacios poéticos que rompen esquemas y dan rienda suelta a la imaginación, Basilio Belliard crea textos marcados por fusiones que borran los límites entre cuerpo, ciudad y naturaleza. En Piel del aire (2011) se da una fusión entre el ser humano, la naturaleza y el cosmos en “una poesía de influencia bucólica y de aliento metafísico que busca lo trascendente”, como afirma el autor. “Ciudad y cuerpo” es representativo de este aspecto: La ciudad es un cuerpo un eco de libélulas.
El cuerpo de la ciudad es un fuego trasnochado por el vino. 11 Estas dos primeras estrofas son significativas de las elaboraciones del poeta. Este enuncia en el primer verso: “La ciudad es un cuerpo”. A raíz de esta (re)definición, desarrolla una visión del espacio moldeado por su mirada que une de nuevo, mediante la personificación de la ciudad, el ser y el espacio. El mar ocupa también un lugar privilegiado en los poemas. Así, Piel del aire presenta variaciones en torno al mar. “Canal de la Mona” evoca con imágenes violentas e impactantes los naufragios de migrantes ilegales. En cambio, “Mar en Do mayor”, inspirado en el creacionismo de Vicente Huidobro, juega con sonoridades que plasman el ruido y el movimiento del mar; este ruido y este movimiento se quedan en la memoria de los lectores ya que con este texto se cierra el poemario.
De un libro a otro, ecos sutiles dan una forma de unidad y de coherencia a una obra que se caracteriza por una aparente simplicidad, sus vínculos constantes con el sueño, la muerte, el mar, la memoria, la escritura y la lectura. La pluma de Basilio Belliard va desplegando un horizonte de escritura abierto. Los textos van dirigidos al escritor uruguayo Rafael Courtoisie o encabezados con epígrafes de P.B Shelley. Los personajes tienen nombres extranjeros (Lilo Olivetti, Peter Bayer), reflejo de una complejidad propia del Caribe (el mismo poeta tiene un apellido francés) o de una indeterminación espacial, las referencias antillanas se mezclan con la mitología griega, con Atlante o Penélope. La sabiduría procede de los sueños y de los libros del mundo entero.
Para concluir, si bien este análisis se centró en la poesía, hubiera podido también tener en cuenta, en la configuración de una poética de la isla abierta, los prólogos de Basilio Belliard que, parafraseando a Miguel D. Mena, 12 son como ventanas o sus ensayos académicos que participan de la construcción de un aparato crítico relacionado con la difusión de la literatura dominicana. Las antologías poéticas que elaboró en colaboración con poetas de Costa Rica, Uruguay, Brasil, Argentina y Haití tienden puentes entre culturas. Para el poeta como para sus colaboradores, se trata de crear lugares comunes en el sentido definido por Édouard Glissant de “lugares en los que un pensamiento del mundo encuentra un pensamiento del mundo”. 13
Las características de la obra de Basilio Belliard, su brevedad, musicalidad y fuerza de sugestión hacen que sus poemas circulen constantemente. El caso de Mathieu Bolcato es muy significativo de este fenómeno. Este compositor, músico, cantante y Director de coro francés tiene una carrera internacional que le lleva a presentar sus obras en múltiples lugares de Francia, Grecia, Japón... En el sitio internet de una librería francesa, vio la antología poética Sueños isleños/ Rêves insulaires, la compró y el descubrimiento de los poemas de Basilio Belliard fue, según sus propias palabras, su “mayor flechazo poético” 14 en estos últimos años. Le llamaron la atención la musicalidad y la fuerza de las imágenes. Según explica, en la música, los colores y los sonidos están íntimamente relacionados, como en las obras de Basilio Belliard. “Arquitectura sedienta” le fascinó, le inspiró y escribió espontáneamente una pieza musical inspirada en este texto. Está actualmente prosiguiendo su exploración musical de los textos de Sueños isleños/ Rêves insulaires. Parafraseando a Pablo Neruda, podemos decir, que una vez más la poesía de Basilio Belliard, no ha cantado en vano.
Notas
1 François Paré, Les littératures de l’exiguïté, Ottawa, Les éditions du Nordir, 1994.
2 Ibid., p.17.
3 B.Belliard, “Isla”, Balada del ermitaño y otros poemas, Ediciones Ángeles de Fierro, San Francisco de Macorís, República Dominicana, 2007, p.76.
4 B. Belliard, La espiral sonora: antología del poema en prosa en Santo Domingo (1900- 2000), Ediciones Librería la Trinitaria, Santo Domingo, 2003.
5 Fragmento de una conferencia que Basilio Belliard dictó en la Universidad de Orléans (Francia) el 16 de marzo de 2015.
6 B. Belliard, Prácticas de Sueños, Editora Búho, Santo Domingo, 2014, p.66.
7 Basilio Belliard, Piel de aire (2011), Editora Gente, Santo Domingo, 2011, p.31.
8 Ibid., p.19.
9 Fragmento de una conferencia que dio Basilio Belliard en la Universidad de Orléans (Francia) el 9 de marzo de 2015.
10 B. Belliard, Oficio de arena (minificciones fantásticas). Editora Gente, Santo Domingo, 2011, p.15.
11 B. Belliard, Piel del aire, Editora Gente, Santo Domingo, 2011, p.26.
12 Miguel D.Mena, “Prólogos, ventanas, puertas” in Françoise Morcillo y Catherine Pélage (eds), Prologues et cultures, Éditions Paradigme, Orléans, 2017, p. 229-237.
13 Glissant Édouard, Introduction à une poétique du divers, Paris, Gallimard, 1996, p. 44.
14 Entrevista telefónica con Mathieu Bolcato el 18 de febrero del 2019.
Bibliografía Obras de Basilio Belliard
Diario del autófago, Editora Búho, Santo Domingo, 1997.
Vuelos de la memoria, Consejo Presidencial de Cultura, Col. Fin de Siglo, Santo Domingo, 1999.
Sueño escrito, Editora Mediabyte, Santo Domingo, 2003.
Balada del ermitaño y otros poemas, Ediciones Angeles de Fierro, San Francisco de Macorís, República Dominicana, 2007.
Los pliegues del bosque, Editora Búho, Santo Domingo, 2008.
Piel del aire, Editora Gente, Santo Domingo, 2011.
Oficio de arena (minificciones fantásticas). Editora Gente, Santo Domingo, 2011.
Prácticas de Sueños, Editora Búho, Santo Domingo, 2014.
Perdido, Ediciones Amargord, Madrid, 2015.
Sueños isleños / Rêves insulaires, Éditions Paradigme, Orléans, 2015.
Bibliografía consultada
Belliard, Basilio, “Poesía dominicana actual (1981-2011), Cuadernos hispanoamericanos, n°767, mayo 2014, p.4-21.
Chevalier, Nan, “Sueños isleños: ahora que el tiempo ha empezado a pasar” in “Areíto”, Hoy, Santo Domingo, 5 de septiembre de 2015, p.2.
Courtoisie, Rafael, “Une poésie de notre temps » in Sueños isleños / Rêves insulaires, Éditions Paradigme, Orléans, 2015, p.8-10.
Glissant, Édouard, Introduction à une poétique du divers, Paris, Gallimard, 1996.
Lantigua José Rafael, Basilio Belliard: sueño, soledad, silencio. “Biblioteca”, Listín Diario, Santo Domingo, 16 de febrero de 2003, p. 7
Mármol, José, La libertad de leer y escribir. “Areito”, Hoy, Santo Domingo, sábado 7 de diciembre de 2012, p. 6.
Paré, François, Les littératures de l’exiguïté, Ottawa, Les éditions du Nordir, 1994.
Pélage, Catherine, “Paroles d’une île, première anthologie poétique de République Dominicaine et d’Haïti”, traduction et configuration d’un nouvel horizon utopique » in Françoise Morcillo et Catherine Pélage, La traduction, médiation et médiatisation des cultures, Éditions Paradigme, Orléans, 2015, p. 157-169.
VV.AA. Masa crítica, Memorias del Primer Seminario Internacional de la crítica literaria en República dominicana, Santo Domingo, Editora Nacional, 2013.