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En algún momento a usted le tocó hacer un relevo generacional con su padre, ¿cómo ve ahora a las nuevas generaciones y el brinco generacional? Bueno, en mi caso afortunadamente me gustó la actividad, mi padre fue muy buen maestro porque me enseñó a apreciar, creo que he transmitido algo también a mi hijo que ya está cien por ciento metido, somos afines en nuestra visión para el negocio. Y en el tema de la tecnología, ¿se están implementando cosas nuevas? Definitivamente, la tecnología ha ayudado mucho y ahora tenemos muchos auxilios, como la energía solar que está siendo una herramienta muy buena para los pozos o quienes no teníamos alumbrado. Los mismos sistemas computacionales para manejar inventario y papeleo nos han facilitado mucho los trabajos. La ventaja es que ustedes los jóvenes entienden mejor que uno, porque están creados más dentro de ella. Aunque no puedo dejar de decir que a pesar de tener las tecnologías, un rancho no se puede manejar por computación. El rancho no se maneja solo.
Luis Ricardo Terrazas Mancha es oriundo de Delicias, Chihuahua. Define a su padre como su mentor en la ganadería, pues fue quien lo orientó a cabalidad desde muy joven, siendo aún estudiante, cuando comenzó a involucrarse en las actividades del rancho de su familia, hasta que lo hizo de lleno. ¿Cuál ha sido la peor crisis que le haya tocado enfrentar? La sequía de alrededor del 91, aunque pese a eso logramos sacar las cabezas que debíamos obtener. Otro reto que se repite constantemente es la cuestión de enfermedades y otros factores, como la alfombrilla. El problema con ésta es que se hace gomosa, se apelmaza y en el estómago del animal se hace una pelota, esa pelota segrega un alcaloide y llega el momento de la muerte. Lo peor es que no avisa, hasta que llega uno y ve la bola sabe que es alfombrilla. A partir de que implementamos el holismo dejamos de combatirla, ahora ya tenemos la oportunidad de distinguir las partes limpias y a los animales los metemos a donde hay hierba nada más en tiempos de lluvia, o cuando no hace daño a los animales, eso sirve porque también la pisoteamos.
¿Qué tipo de ganado tiene? Desde que recibí el rancho manejamos ganado Hereford, en una ocasión mi hermano vendió su rancho y nos mandó parte de ganado Brangus, entonces empezamos a mezclar ahí y se nos quedó bastante mezcla de ganado prieto. Ahorita básicamente estamos limpiando, lo único que tenemos es todos Hereford y todos Angus y ya estamos seleccionando puro ganado Hereford para volver a la idea tradicional que siempre tuvimos nosotros. De las actividades del rancho, ¿cuál es la que más disfruta hacer y qué es lo que más detesta? Lo que más disfrutamos es andar en el rancho, simplemente, relajarse, revisar el ganado, verlo, involucrarse y conocer los animales, la satisfacción de un herradero (ahí vemos si vamos bien o mal) y cuando hacemos los embarques para exportaciones, porque sabemos que es el fruto del trabajo. Lo que no disfrutamos es encontrar un animal tirado en el suelo, moqueando, envenenado, débil, que se atasque y no puede salir, eso es lo que más nos deprime. Platíquenos como empezó a formar su carrera política, llamémosle así, dentro de la Asociación Ganadera. Me di de alta en la Asociación porque me invitó el Ing. Donato Terrazas, que era presidente en ese momento, hubo una vacante como vocal y ahí empezamos a participar. La Asociación se formó en los 40 y yo entré en 1978 más o menos. Ya asistía
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a juntas, mi padre había participado como presidente. Seguí luego en el Consejo del Lic. Alfonso Valdez, luego con el señor Rubén Barrio, luego me tocó dirigir el Consejo y hasta ahí participamos. En esos años de involucrarse, ¿cuál fue el momento más difícil? Con el Lic. Valdez nos tocó iniciar unos movimientos de inconformidad con la Unión Ganadera, en aquellos años se manejaba la cuota de ganado, es decir, del centro del país nos mandaban cuotas, no era libre como ahora, por ejemplo en diciembre (que es cuando inicia el año ganadero) nos mandaban 250 mil cabezas de permisos de exportación, se repartían, se agotaban para noviembre o diciembre y se solicitaba otra cuota, dependiendo de lo que teníamos aquí, aparte debíamos mandarles un porcentaje para compensar la exportación; eso detonaba las dudas de si se manejaban bien los permisos lo que provocaba muchas tensiones. Llegamos a ser 11 asociaciones inconformes, incluso se planteó la división de la Unión Ganadera. Fue pesado, fuerte, doloroso, para nosotros y la Unión, porque nos veían diferente, nos llamaban “disidentes”. Hubo dos movimientos, uno encabezado por Donato Terrazas, Federico López, don Héctor Baeza, don Gilberto Valdez. Mucho se solucionó cuando volvieron a integrar a esas asociaciones al Consejo de la Unión, posteriormente volvió la inconformidad porque quitaron nuevamente los puestos que se habían obtenido. Ahí fuimos menos y quedamos en tres opositores: Chihuahua, Villa Ahumada y Coyame, llegamos a tener en Chihuahua suspensión de derechos y demás. ¿Cuál fue el extremo al que llegaron en algún momento? Enfrentamientos verbales, había diferencia de opiniones e ideas pero no llegamos al extremo de los golpes, a fin de cuentas todos somos amigos, excepto el día de la elección de directiva, cuando la Unión operó para echar al grupo disidente. Quedó de presidente Arnoldo Prieto. Ahí sí hubo un enfrentamiento, es el único que recuerdo como altercado fuerte. Nunca se volvió a integrar un grupo de los que éramos como para reiniciar algo así. Años después nos asociamos y llegamos a querer formalizar la Unión Ganadera Regional “Criadores del desierto” que nunca tuvo apoyo fuerte y el peso de la Unión Ganadera era mayor, así que se fue diluyendo y quienes andábamos en el movimiento llegamos a quedar como buenos amigos. ¿Qué cosas positivas le abonó el ir a contracorriente? Fuimos el primer Consejo en Chihuahua que le pudimos otorgar a la Asociación un lugar para que tuviera sus oficinas, compramos un local en el centro
con aportación de los socios, cuando nos retiramos del Consejo entregamos un edificio y bodegas con bastante inventario. Aportamos en el sentido de que se revisaron esquemas y la Unión comenzó con su nuevo comportamiento, aunque al principio hubo revanchismo, inició el mejoramiento y una serie de situaciones positivas que ya venían queriéndose dar, la misma Asociación tenía un movimiento comercial importante que manejábamos a nivel socio con bodegas y oficinas rentadas. Se entendió que había que trabajar por la ganadería y olvidarnos del poder del gremio o querer manejar la Unión. Hicimos un grupo de selectos amigos que revisábamos nuestros ranchos, como ahora llamarlo una transferencia de tecnología. Llegábamos en la mañana, recorríamos, si había algo de interés lo mostrábamos, veíamos el ganado, comíamos, platicábamos y regresábamos. La regla era no criticar, a menos que fuera algo garrafal; se observa, si uno cree tener una mejor idea la hacía y luego los invitaba a la que vieran en su rancho, no todos los ranchos son iguales y lo sabíamos, se trataba de aprender. ¿Cómo eran las elecciones? Chihuahua es la primera entidad que saca un reglamento de elecciones, que fue muy sencillo: se tenía hasta 15 días antes de la asamblea de elección para presentar y registrar una planilla, en la asamblea cada planilla tiene su tiempo para hablar. Al momento de la elección se hacen papelitos con el nombre del presidente de cada planilla, se ponen dos columnas en el extremo de la mesa del consejo y pasa socio por socio, se le entrega su papeleta, él tacha el nombre del presidente y lo deposita, entonces va el secretario, el comité de vigilancia y los escrutadores, se hace el conteo ahí mismo y se resuelve. Usted que ha vivido los dos Consejos: emanados de elecciones y emanados de unidad, ¿cuáles funcionan mejor? Todos han servido pero ha sido en función al interés que se le ha metido, yo desde que salimos no volví a participar hasta con Humberto Ramos, ya habían pasado muchos años entonces no había rencores, la condición que nosotros vimos en ese momento era otra, definitivamente de unidad. Cuando empezamos a participar nuevamente fue comprobar que de un sistema a otro, es mejor éste. Lo importante es que los Consejos no pierdan el sistema que Chihuahua siempre ha tenido de ir renovando gente, porque se hacen las elecciones cuando se deja de tomar en cuenta a alguien. En Chihuahua actualmente está representado todo el estado, entonces no hay problema en ese sentido.
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¿Cómo ve al nuevo Consejo de la Unión y el que se conformara en un ambiente de tranquilidad política interna? La Unión Ganadera en Chihuahua siempre ha estado influida por los gobernadores, preocupados por que se lleve bien esto, aquí la característica está en que en este momento nadie había dicho abiertamente o hecho campaña. Entonces en el momento en que la Unión, el Consejo, el gobierno deciden ese equipo no hay alguien que le haga competencia, hubo armonía. Yo pediría a los gobernadores que fueran respetuosos de nuestros tiempos, entiendo que se preocupen pero el sacar y meter gente cuando no es tiempo nos da cierta intranquilidad porque entonces no somos nosotros los que decidimos, y si quieren que verdaderamente una institución sea legal, rica y beneficiosa, que la dejen hacer. ¿Cómo ve al nuevo Consejo? Creo que la Unión está en un proceso de cambio generacional que ya se anticipaba. Hay gente joven, entusiasta, preparada, con una visión diferente, moderna; me parecen muy receptivos. A Chihuahua no se le había dado mucha participación dentro de los Consejos de la Unión pero ahora lo estamos haciendo y Chihuahua es uno de los grandes respaldos para la Unión, no por menospreciar a los demás pero es una organización que se ha distinguido siempre por ir a la cabeza. Quisiera comentar además que la inconformidad de la gente está ahora en el REMO, los trámites, enfermedades, hay muchas cosas que nos alteran el ritmo cotidiano de como era antes. Yo sabiendo cuánto y cuándo íbamos a exportar arreglaba todo en media mañana, ahora cada vez hay más requisitos y me parece que el REMO se aplica de manera muy arbitraria porque no todos los animales están registrados, por los mismos cambios burocráticos. Los pases que teníamos de movilizaciones anteriores no cuentan porque no tienen números, es como una ley retroactiva la que metieron. Creo que el REMO podría comenzar a partir de hoy y con el tiempo ir registrando todos, para evitarle problemas a los productores. Además, los productores cuidamos la salud de nuestro ganado y llevamos herramientas de control, lo que ahora pide SINIIGA es bueno para mantener el inventario, lo malo es que cobren por poner aretes y llenar formas con los datos del animal, eso lo podemos hacer y lo terminamos haciendo nosotros.
Ganado con señal o sin señal: Con señal. Chevrolet o Ford: Chevrolet. Diesel o gasolina: Las dos. Sombrero de horma ganadera o de rodeo: Ganadera. Resistol o Stetson: Resistol. Justin o Tony Lama: Justin. Antonio Aguilar o Vicente Fernández: Antonio Aguilar. Cerveza clara u oscura: Clara. Lazar o jinetear: Jinetear. Alazán o Colorado: Tordillo. Charolais o Angus: Hereford.