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La mitología del

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Muy Sibarita

Muy Sibarita

La mitología del ejercicio físico

MARIO TORTI PINA

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Especialista en deporte y salud

¿Conoces algo de mitología? Griega, romana, vikinga, etc. Existen miles de mitos y leyendas en el mundo, por ejemplo, la leyenda del Monstruo del Lago Ness, o el mito de Hércules, pero, por desgracia, existen también mitos en el mundo del deporte. Algunos de estos se han difundido tanto, que es complicado revertir la situación.

Hay diferentes mitos falsos sobre el deporte como, por ejemplo, que solo se pierde grasa si hacemos cardio, o que la fruta por la noche engorda (eso lo suele decir el mismo que se come 2 rosquillas glaseadas todas las noches).

Siempre que busquemos algún método o estrategia para mejorar nuestra salud o nuestra condición física, lo mejor que podemos hacer es someternos al gran poder de la ciencia. En el mundo del deporte, no podemos generalizar nada. Lo que para uno es una opción correcta, para otro puede ser un camino al fracaso. Ayuno intermitente, hacer ejercicio aeróbico durante horas, “Detox”, superalimentos, etc., son miles de “consejos” que puedes escuchar en personas que no tienen conocimiento sobre entrenamiento, solo porque a ellos les funcionó, o porque se lo ha dicho el “fuerte” del gimnasio.

Algunos de estos mitos se han demostrado que son hasta perjudiciales, como envolverse en plástico para perder más grasa (lo único que perderás es dinero al comprar estas bolsas, que además genera plástico al medio ambiente).

En el mundo del entrenamiento, el

abanico de estrategias, instrumentos, ejercicios o métodos es tan amplio como personas, deportes o modalidades existen. Es un error

guiarnos por mitos, leyendas o habladurías, ya que estos no funcionan igual en todas las personas, y luego, algunas son ineficaces, incluso se pueden llegar a volver peligrosas.

Siempre que quieras empezar a entrenar o hacer deporte, recuerda este concepto: adherencia. La adherencia, o en este caso adherencia al deporte, es la capacidad de que tenemos de adaptarnos y seguir un método o un plan. Una de las principales claves de evitar el abandono de una tarea o un

proceso es cómo nos asociamos con la forma en la que lo ejecutamos. Si un ejercicio no te gusta, no tienes por qué hacerlo, solo porque sea el "más eficaz". Seguro que hay miles de ejercicios y variantes para trabajar y conseguir el objetivo que estamos buscando, solo hay que buscar, ser paciente, ser introspectivos y saber qué necesita y quiere nuestro cuerpo. Esta adherencia es diferente para cada uno, ya que cada persona es un mundo completamente distinto. Son tantas cosas que nos diferencian: sentimientos, etapas, objetivos, aspectos fisiológicos, etc., que intentar hacer lo que hace todo el mundo solo porque a alguien le funciona es caer en un error garrafal.

Búscate, no te dejes guiar por “seres mitológicos y buscadores de leyendas deportivas” y ponte en manos de un profesional, ponte en manos de la ciencia. Es la única que te va a dar la solución más exacta. Duda de todo lo

que te digan, infórmate, entiende que haces. Más importante que hacer algo o como hacerlo es el por qué hacerlo, cuál es el objetivo o la finalidad. Ahí, cuando nos hacemos esta pregunta, es cuando empezamos a preocuparnos por nosotros mismos.

Recuerda, la mitología déjala para los historiadores, que a nosotros lo que nos va es el empirismo. Y no hay mejor sujeto con el que experimentar que uno mismo.

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