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Entrevista a Roberto
ROBERTO VERINO
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Texto: MERCEDES RELAÑO Fotografías: CEDIDAS
Urbanitas Magazine vuelve a abrazar al mundo de la moda, esta vez entrevistando al diseñador español referente en todo el mundo: Manuel Roberto Mariño Fernández; quizás muchos no se sitúen, pero si hablamos de Roberto Verino, todos sabemos de él y del gran legado que deja año tras año con sus diseños. Numerosos premios como “La aguja de Oro” o “Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes”, dejan patente la enorme trayectoria de nuestro protagonista, el cual se convirtió en el primer diseñador español en sumarse al movimiento internacional “See now, buy now”. Nacido en la localidad de Verín, un pueblo de Ourense; nuestro protagonista soñaba con ser arquitecto, pero finalmente se decidió a estudiar Bellas Artes en una de las capitales de la alta costura. “Cuando se es joven con
ganas de vivir y aprender, sin duda París representaba un lugar ideal. Creía que allí todo era mejor y aunque es cierto que en aquella época, en algunas cosas, iban muy
por delante nuestro, también descubrí que aquí les llevábamos ventaja en otras
cosas”, nos cuenta cuando habla de aquella época. El diseñador gallego también habla
de los adelantos que España le llevaba a
Francia, razón por la que decidió volver a su tierra y “montar en Verín una marca de
moda”.
Roberto nos habla de sus inicios en su
tierra natal , “no fue fácil montar una
industria en un pequeño pueblo de Galicia, pero tenía el convencimiento que era el lugar, que había que ayudar a la economía local para que la gente no se
tuviese que marchar”.
Siguiendo con el hilo de la arquitectura, el diseñador la relaciona con su actual sector:
“la buena moda, la que está hecha con oficio, tiene mucho que ver con la arquitectura porque se basa en la construcción de formas a partir de planos,
los patrones, a los que luego se les tiene que dar volumen”, y continúa “no siempre lo que se plasma en un plano sale como uno quería y ahí está la maestría de las personas de oficio para darle vida”.
“La moda también mezcla diferentes materiales entre sí que tienen que jugar bien juntos añadiendo un plus de dificultad que es el movimiento. La arquitectura es estática, pero la moda se luce en
momentos, en personas, y eso tiene que calcularse muy bien para
que la prenda no defraude”.
Los diseñadores y modistos que más inspiraron a Verino al principio fueron “Balenciaga e Yves Saint Laurent; luego Armani por su técnica y su maestría”. Afirma que sus referentes estéticos ha sido siempre el arte clásico, siempre equilibrado y sin artificios, y continúa: “La moda para mí tiene que ser algo práctico, que perdure en nuestro armario durante años para que vaya acumulando recuerdos con nosotros. Creo profundamente en lo que llamo armarios emocionales, que son
aquellos con piezas que cuentan nuestra vida”.
Roberto Verino hace memoria sobre sus mejores momentos y los más duros, sobre los que nos cuenta que no puede hablar de un momento
concreto, porque han sido muchos, “pero si algo me llena de felicidad
es ver como Roberto Verino sigue dando puestos de trabajo a mucha gente de Verín y otras localidades. Cuando nadie hablaba de la España vaciada yo creí en ella y hoy sigue siendo un hecho”.
Sobre los momentos más duros, él también comenta que han sido varios,
“eso forma parte de la vida misma y nos ayuda a superarnos; ¿Qué es si no el momento actual?”
No se nos puede olvidar la asociación de la cual es fundador, la Asociación de Creadores de Moda de España “La iniciativa de fundar ACME surge
de la necesidad de ir todos de la mano. Era un momento en el que la moda Española empezaba a crecer y generar interés dentro y fuera
de España”, nos cuenta cuando le preguntamos por el germen de esta realidad, y prosigue: “Éramos un grupo de diseñadores que sabíamos
que para dar un paso adelante necesitábamos un órgano que nos representase y que nos ayudase a ir de la mano”.
"Si algo me llena de felicidad es ver como Roberto Verino sigue dando puestos de trabajo a mucha gente de Verín y otras localidades”.
Los objetivos de ACME siguen siendo los mismos, sobre lo cual nos aclara “representar a la Moda Española abriendo
nuevos caminos de oportunidades para sus asociados y con un futuro excelente gracias a la fantástica dirección de Pepa Bueno y su equipo, y la presidencia de Modesto Lomba, que están trabajando en la reconversión postpandemia con proyectos de mucho éxito como Madrid es Moda”.
Roberto Verino junto a su paisano Adolfo Domínguez es considerado como uno de los grandes impulsores de la moda gallega. “Es para mi un orgullo poder representar a mi tierra aquí y en el extranjero, pero a mi me gusta pensar que Roberto Verino más que representar la moda
Gallega, representa un estilo de vida universal basado en propuestas atemporales de gran calidad hechas por manos expertas para que las prendas duren en nuestro armario lo máximo posible, e incluso nos transciendan
contribuyendo a un mundo mucho más amable”, nos expresa con emoción.
Además de su empresa en el mundo de la moda, el diseñador gallego es un enamorado de los vinos, muestra de ello es Gargalo, la bodega que regenta y con la que ha obtenido numerosos reconocimientos en el mundo de la enología. El diseñador, ahora convertido en bodeguero, expresa que esta iniciativa viene por su amor a la tierra y como terapia.
“De los vinos he aprendido mucho, sobre todo paciencia.
La tierra me ha demostrado cosecha tras cosecha que lo bueno no quiere prisas y que las cosas más sencillas son a
veces las que más valor tienen”, nos cuenta.
En plena era tecnológica, le planteamos a Roberto si cree que la tecnología puede sustituir a las personas en campos tan relevantes como los dos a los que dedica su vida. Verino expone que “no podemos ver a la tecnología como un enemigo, la tecnología
es un aliado y su avance nos hace crecer, evolucionar hacia otros caminos como
hicieron los pintores cuando nació la fotografía”.
El diseñador es pionero en combinar el patronaje manual con el 2D en España, como muestra en su documental junto a Rocío Ortiz de Bethencourt de La Tecnocreativa. Cuando le preguntamos por los oficios que nunca deberían perderse en esta industria, el diseñador es rotundo afirmando que “ningún oficio debería perderse porque es patrimonio cultural y una fuente de conocimiento excepcional”, y continúa: “tenemos
que asegurarnos que evolucionan con los tiempos y se actualizan para que guarden su relevancia en el siglo XXI. Si se quiere hacer buena moda los oficios son la base, otra cosa es que ya no queramos más productos de calidad. Yo no hablaría de nuevos oficios si no de la evolución de los oficios gracias a la tecnología”.
Pasando a un plano más personal de nuestro protagonista, hablamos del relevo generacional que ya es una realidad en su empresa, “es una forma de mejorar lo anterior y para eso se necesita conocimiento aprendido y libertad para mirar con ojos nuevos”. Al referirse a sus hijos, los cuales trabajan junto a él, declara: “espero haber sido capaz de inculcar eso a mis hijos y que se sientan siempre libres de pensar por sí solos sin olvidar lo que otros hicieron antes como una fuente de sabiduría,
nunca como una norma a seguir por decreto”.
El pasado 2019, Roberto llegó a México y se enamoró de cómo los mexicanos hablan de lo que está por venir. El diseñador gallego ve el futuro con “optimismo y trabajo duro”, comentando: “mi objetivo a corto es salir reforzado de esta crisis y a largo