Cultura LIJ Digital #17 - Abril 2015

Page 1

Méndez - Petit - Porcelli Piussi - Lemesoff

cultura lij

Reflexiones sobre la literatura infantil y su cultura

Año 2 / Número 17 - Abril 2015. ISBN: en trámite.

#17

Edición digital



sumario / 1

2

Editorial El plano de la lengua

4

Generacion XYZ Generación XYZ

Al rescate Libros con cartas

Mónica Rodríguez

20

6

Perfil express Liza Porcelli Piussi

De fondo Pípala

22

8

Biblioteca protagonista El Arma de Instrucción Masiva

Agenda

Laura Demidovich y Valeria Sorín

Juliana Almará

Diego Javier Rojas

12

EscenasLectoras Abuelita, ¿qué hora es?

14

Reportaje Una petit entrevista

Valeria Sorín

Daniela Azulay

Novedades

24

Espacio editorial

26

Agenda

28

Michèle Petit

cultura lij Reflexiones sobre la literatura infantil y su cultura Año 2 – Número 17 – Abril 2015 Registro DNDA: 503255 Cultura LIJ es una publicación de Editorial La Bohemia. Crisólogo Larralde 2320 3º 11 CABA. Tel: (011) 3534-1975 culturalij@editoriallabohemia.com www.culturalij.worpress.com www.editoriallabohemia.com Editoras responsables: Laura Demidovich y Valeria Sorín Edición: Valeria Sorín Arte: Laura Demidovich Diseño gráfico: Valeria Goldsztein Corrección: Roxana Carbone

19

Ilustración de Tapa: María Elina Méndez Fotografía: Laura Demidovich ISSN: 1852-298X Distribución a kioscos CABA: Sin Fin Rincón 1407 (CABA) 4308-1813

Agradecimientos: A María Elina Méndez por la gentileza de tapa.


2

Editorial

El plano de la lengua “Decime qué te parece lo que puse en mi muro”, eso dice el mensaje que se abre en el chat del Facebook. Leído en el momento en que llega, tiene un sentido claro. Pero leído varios días después, cuando uno intenta ponerse al día luego de cierta ausencia, el mensaje es ininteligible: el muro ya no es el que fue, ni el de nuestro amigo ni el nuestro, ni es recuperable. El mensaje supone una instantaneidad en la respuesta que hubiera pasado desapercibida a no ser porque se interpuso la gripe y con ella el atraso en el chequeo de mensajes. ¡Qué oportunidad abrió la enfermedad! De pronto se nos hace palpable el problema del código, la circunstancia y el registro de los mensajes textuales. Por más que nosotros somos lectores y escritores entrenados, acostumbrados a comprender las características de cada tipo de comunicación, se hace presente el malentendido. Registro de obra No hace tanto, manejábamos dos registros: uno familiar, otro formal. Y aunque hubiera variantes, cierto hablante (y escribiente) de la lengua que tuviera alguna pericia en ambos registros podía enviar mensajes a y desde espacios familiares y/o institucionales. Por otra parte sabíamos que no se escribe como se habla.

Directoras de Cultura LIJ

Hoy eso no alcanza. Se han creado infinidad de subniveles por el desarrollo de espacios textuales híbridos: los mensajes de texto y el chat han llevado al texto la marca de la oralidad; un usuario de Facebook institucional contesta a sus seguidores en franco tuteo y con trato de persona; el Twitter se ha convertido en el reino de la ironía. Las definiciones de lo apropiado en la comunicación textual han cambiado definitivamente. ¿Cómo crear las suficientes competencias para que les sean útiles a nuestros lectores y productores de textos en su participación social? Estamos hablando de puntuación, uso o no de onomatopeyas, el grado de familiaridad demostrado en el trato, o la clara distinción del chiste o la ironía. Toda la comunicación puede y debe ser pensada desde ángulos complejos, desde una multiplicidad de dimensiones y sentidos. Estas habilidades y conocimientos no son hoy requisito solamente de un profesional de la comunicación, sino que son imprescindibles para conseguir trabajo, novia y amigos. La lengua ha pasado a primer plano. Tiempo de espera Hubo una época en la que las personas comenzamos a compararnos con las impresoras: nos habíamos convertido en multifunción. Desde el aula o desde la biblioteca, el mediador se ocupaba una tras otra de cada vez más funciones. Desde roles que nos incumbían y otros que se fueron colando, por ser la escuela y la biblioteca ámbito de cobijo social.


1a1 /3

Llegó el tiempo en que teníamos varias ventanas abiertas en paralelo, disputando nuestra capacidad de gestión: no solo hacíamos varias funciones, ocurrían al mismo tiempo. Si en la computadora teníamos el navegador, el programa de emails, el Word, nuestra cabeza debió fracturarse para entrar y salir de lógicas diferentes de trabajo. Nunca cerramos esas ventanas, pero multiplicamos las pestañas del navegador. Y en cada una de ellas aparecieron nuevos medios de comunicación, con sus propias reglas, contactos establecidos y regímenes especiales de lo que es público y privado. Mientras suena el teléfono y vemos que a nuestro celular entran mensajes sms y de WhatsApp. Ya no pasa por la cantidad de tareas que somos capaces de realizar, sino por hacer una sola bien: entrar en contacto con los otros, de cada una de las formas posibles, a través de cada medio de comunicación utilizado. Bienvenidos a la era de la lengua escrita. Laura Demidovich y Valeria Sorín


4 / generación xyz

Generación XYZ por Juliana Almará

Cuando alguien nace se ve marcado por varias circunstancias que lo rodean. No es solo hijo de sus padres, sino que también está condicionado por la sociedad y la cultura. Esto genera que todas las experiencias que transite durante su niñez y adolescencia crearán y definirán parte de sus comportamientos y características. Como consecuencia, se dice que todas las personas que nacen en determinado período de tiempo próximo y transitan por ciertas experiencias sociales y culturales desarrollarán prioridades afines en sus valores y comportamientos. Quiere decir que pertenecen a una misma generación.

Diálogo intergeneracional La manera en que cada grupo establezca sus valores repercute en el presente y en su interacción con los demás. Esta interacción ha preocupado a diferentes investigadores desde comienzos del siglo XX ya que el vínculo que se establece entre las generaciones es algo inherente a nuestra realidad. Como explica Fernando Bárcena, en un mismo presente conviven diferentes tiempos: el de los jóvenes, el de los hombres y mujeres maduros, y el de aquellas personas mayores. Estos tres tiempos pueden provocar conflicto

Editora, especializada en marketing editorial.


generación xyz / 5

cuando las diferencias entre ellos dan distintas significaciones del presente. Para poder prevenir, suavizar y solucionar estos conflictos es que los investigadores se han preocupado por analizar y comprender cómo son estos diferentes grupos etáreos para poder facilitar el diálogo y el intercambio entre ellos.

El abc generacional Como dije antes, el estudio sobre este tema comienza fuertemente a principios del siglo XX de la mano de la sociología y se profundiza tiempo después en las áreas de educación y gestión. La dificultad se encuentra en que aquellos que interactúan, crían, educan, enseñan y, también, piensan, desarrollan y concretan proyectos para una generación pertenecen a otras anteriores con distintas particularidades. Estamos hablando entonces de que los adolescentes hoy, todos ellos pertenecientes a la generación Z interactúan en ámbitos familiares y educativos con miembros de las generaciones X e Y mayormente. O bien sus abuelos pertenecen a la generación llamada Baby Boomers, quienes están mucho más relacionados con la estabilidad, las tradiciones y los rasgos conservadores.

Acerca de la X, la Y y la Z La Generación X son aquellos que han nacido entre 1965 y principios de los años 80. Su clasificación se ha hecho popular con el autor Douglas Coupland, quien eligió ese término para titular uno de sus libros. Reconocidos como una camada en transición en un mundo que pasó de ser estable a estar marcado por el cambio, son flexibles y se encuentran preparados para adaptarse a distintos escenarios. Asimismo, la Generación Y enmarca a aquellas personas que nacieron desde comienzos de 1980 hasta finales de los años 90. Su

denominación se utilizó por primera vez en la revista Ad Age en 1993. Ya caracterizados por ser una generación líquida, fue la primera en marcar quiebres y choques con su llegada a las organizaciones. Fueron los primeros hijos de Internet y son hoy, por lo tanto, hábiles habitantes de las redes sociales. El objetivo principal de esta sección no tiene que ver solo con hablar de las diferentes generaciones, sino con profundizar en la Generación Z. Esta nueva generación, que reúne a los niños y adolescentes nacidos entre finales de los años 90 y el 2010, ha sido atravesada por un contexto diferente a los anteriores. Estos niños y niñas han sido marcados por un contexto de dispositivos electrónicos, pantallas, tecnología, consumo intenso, bienes descartables, medios de comunicación y la abundancia o sobreabundancia de información, entre otras cosas. El siglo XXI, con su contexto consumista en donde los bienes ya traen consigo mismos una obsolescencia rápida incorporada y la vida se vuelve ahorista, establece nuevas reglas. Profundizar en el conocimiento de las particularidades contextuales y sus consecuencias en la cultura y el comportamiento de las generaciones de jóvenes de hoy nos ofrece la posibilidad de ser mejores interlocutores. Y del buen diálogo nace todo.

//

Bibliografía Bauman, Zygmunt. (2011). Vida de consumo. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica de Argentina. Bárcena, Fernando. (2012). “Entre generaciones. Notas sobre la educación en la filiación del tiempo”. En: Entre generaciones: exploraciones sobre educación, cultura e instituciones. Buenos Aires: Homo Sapiens Ediciones. Mascó, Andrés. (2012). Entre generaciones. Buenos Aires: Temas Grupo Editorial.


6 / perfil express

Liza Porcelli Piussi por Diego Javier Rojas

Imaginemos que nos encontramos en el sur de nuestro país tomando una infusión de frutos rojos. Todo fresco y un marco natural para encontrarnos con Liza Porcelli Piussi. El pelo al viento y las palabras que vuelan de su boca ante cada pregunta.

–¿Cuándo comienza a vincularse al mundo de los niños? –Si te referís a cuándo empecé a vincularme con lo que yo podría escribir pensando en los chicos, sería en el 2005. Pero cuando empecé a escribir no tenía trato con ellos por fuera de lo que escribía. Sin embargo, presiento que el vínculo con los chicos estaba en mí aunque ellos no estuvieran del otro lado. –¿Por qué eligió la escritura para llegar a ellos? Supongo que porque desde chica utilicé la escritura como forma de expresión, es el medio de comunicación que siempre me resultó natural y completo. Amo la música, pero no nací preparada para reconocer la diferencia entre un do y un re. –¿Qué lecturas la acompañaron durante su infancia? –Leía en mi cuarto. Hoy también, mayormente. Los libros me llegaron por fuera de la escuela. No recuerdo haber leído un solo libro compartido con mis compañeros como parte de una propuesta escolar. Pero iba

Escritor, maestro y bibliotecario.

a las bibliotecas, me gustaba ver libros todos juntos y descubrirlos sin que me recomendasen nada, sacar un simple lomo de un estante y decir: “Sí, es esto lo que hoy me parece que quiero”, y confirmarlo o no más tarde cuando lo leía en mi casa. De chica recuerdo haber leído todo de M. E. Walsh, de Bornemann, algunos de Poldy Bird, María Gripe, toda la colección Tobogán, muchos títulos de la Billiken (mi favorito fue Papaíto Piernas Largas). –¿Cuándo pensó en ser escritora? –El otro día encontré una carta emblemática, si se me permite la palabra. Se la había escrito a mi abuela porteña (cuando yo vivía en Bahía Blanca por el 94), le contaba que me encantaba sumergirme en novelas (en ese momento le escribí: “Preferiblemente si son de amor, originales y verídicas”) y que quería poder escribir todo lo que pasaba por mí. Esa frase usé. Yo en ese momento leía mucho a Isabel Allende, entonces le mencioné a mi abuela que quería hacer lo que hacía la protagonista de Eva Luna: “Contar cuentos y escribirlos”. Yo había olvidado esa carta por completo, inclusive esa decisión


perfil express / 7

tan fuerte. El tema es que por más que le contara a mi abuela el plan de empezar taller literario al año siguiente, no consideraba escribir como una profesión. Eso es por culpa de las categorías que uno conoce y que lo limitan en su interpretación de la realidad. Para mí una profesión u ocupación era algo que se pudiera estudiar en la universidad y que enseguida te procurara trabajo. Y nadie se encargó de decirme lo contrario. Así que estudié Psicología. Más adelante recuerdo otro momento, de ese sí no me olvidé, que fue al leer el libro El perfume, de Patrick Süskind. Con ese libro experimenté lo que era ser movilizada, devorada y manipulada por una historia, y me encantó sentirme así, envidié el poder que tenía el escritor de brindarme esa experiencia, y me dije: “Quiero poder hacer lo que hizo el autor conmigo”. De eso no me olvido. Habrá sido en el 98, durante la carrera. –¿Qué otra escritora le hubiera gustado ser? –Sin duda, María Elena Walsh y escribir Dailan Kifki. ¿Por qué ella? ¿Por qué querría escribir como otra habiendo alguien que escribió para chicos como ella? Y sus canciones, claro. Porque si me ofrecés el canje

supongo que viene con las canciones, ¿no? La hacemos completa; sino, no hay trato. –¿Cuál es su obra propia favorita? –Lo que sé de mis monstruos, creo yo. Supongo que porque me permití algo distinto, porque es una voz mía diferente a la más “popu”, y porque me he sorprendido varias veces al leerlo (como cuando te mirás de pronto al espejo y ves que tenés un lunar en la cara que nunca habías visto y quizá hacía mucho lo tenías y, encima de la sorpresa, te queda lindo). –¿Qué rescata de dialogar con los chicos? –Disfruto realmente mucho sus preguntas, su lógica, su forma de hablar. Me encanta escucharlos, imaginar las emociones que hay detrás de sus actitudes y comportamientos. Verlos desplegar sus artilugios para conseguir lo que quieren. No sé si rescato algo, pero te puedo decir que muchas veces termina una reunión social de adultos y me siento vacía, me aburro. No me ocurre eso para nada si en la reunión había chicos y aproveché para irme con ellos (así no tenía que levantar la mesa…) y charlar. //


8/ biblioteca protagonista

El Arma de Instrucción Masiva

¿Debemos sentirnos intimidados? El artista Raúl Lemesoff nos está apuntando con su Arma de Instrucción Masiva. Todo comenzó como una escultura, una escultura ambulante, que viajó por Estados Unidos intentando dar otra visión de la guerra. “El primero tenía todos los libros fijos. Y de a poco empecé a darme cuenta del poder que podía tener si llevaba libros móviles”. No estamos hablando de un pequeño cambio de formato en una obra, el significado del Arma

cambió por completo. “Libros móviles” significa dar la posibilidad a la gente de llevarse los libros. La única condición es leerlos. Sépanlo. El Arma ahora está cargada. Tiene poder de fuego: donde había desinterés, ahora hay pasión. Donde había apatía, hay encuentro.

Primeros disparos Raúl Lemesoff es argentino, de la ciudad de Paraná. Cuando tenía veinte años, algunas de


biblioteca protagonista / 9

sus actitudes molestaron a ciertos remanentes de la dictadura, que aun en democracia eran capaces de violentarse. Ante la seguidilla de amenazas, partió a visitar a una hermana en Estados Unidos. Y se quedó diez años. “Ahí comencé a modificar autos. La idea era agarrar un producto de una multinacional que fue concebido para durar y romperlo. Y a partir de ahí hacer otra cosa. Yo había hecho un auto que medía seis metros de altura y lo manejaba de arriba. Y se llamaba Y2KK”. Gracias a ese primer auto modificado, conoció al artista que fue su mentor: Salvatore Scapita, quien no bien se subió a dar una vuelta con el Y2KK, decidió contratar a Raúl para el armado de todas sus muestras. “Entonces le dije: ‘Salvatore, quiero hacer un tanque y llenarlo de libros’. Y el viejo se quedó callado. ¡Era imposible callarlo! Y ahí me preguntó qué necesitaba. Yo le dije que tres mil dólares”. Salvatore Scarpita, quien en sus comienzos catalogó el arte robado por los nazis, se convirtió en los setenta en un artista de renombre en Estados Unidos. Y fue apadrinado por Leo Castelli, el art dealer de Andy Warhol. La guerra lo había dejado impactado y por eso en varias de sus obras había trabajado con tanques fuera de uso. Pero ninguna había ido tan lejos como el planteo que le hizo Lemesoff. Scarpita debió ver en las palabras de Lemesoff mucho más que lo dicho: vislumbró el poder transformador del Arma de Instrucción Masiva.

Al día siguiente le entregó un sobre con seis mil dólares, el doble de lo que le había pedido su discípulo. Tres semanas después había armado el arma. –¿Salía a la calle con el Arma en Estados Unidos? –Sí, lo manejé por varios estados. Viajé de Houston a New Orleans. En ese momento había protestas en contra de la guerra y movilizaciones a favor de la guerra. Y cuando llegué a New Orleans me recibió un montón de gente que estaba a favor de la guerra. Y así entendí que era tiempo de irme.

Segundo y tercer disparo “Cuando llegué acá compré el Falcon para hacer la segunda Arma de Instrucción Masiva. Elegí un Falcon por el significado que tiene en la Argentina. Cuando yo salía con el Falcon, seguro se me pinchaban dos cubiertas, se me prendía fuego el auto. Yo, que no sabía nada de mecánica, tuve que aprender. El Falcon que compré era del 79 y estaba destruido. Originalmente había pertenecido a los militares durante la dictadura 76-83. Más allá de todo simbolismo, estaba frente a la cosa real”. Esta nueva Arma de Instrucción Masiva ya tenía incorporados en su diseño los libros móviles, los estantes externos que le permiten a la gente acercarse y tomar un libro sin pedir permiso. Hay que recordar que es el único vehículo de Lemesoff, por lo que cada vez que se mueve por la ciudad lo hace en el Arma. Ella está constantemente en movimiento, constantemente en la


10 / biblioteca protagonista

calle ejerciendo su misión. Siempre sale cargada de libros. Así es que lo invitan a Lemesoff a participar de un Festival de Literatura en La Haya. Le proponen pagarle pasajes y estadía para él y su Falcon-biblioteca. Lemesoff les dice que llevar el arma y luego traerla les va a salir muy caro. Que es preferible usar ese dinero en que él arme un vehículo nuevo allá, y así expandir su trabajo. Nace entonces la tercera Arma, a base de una camioneta Cherokee. –Para allá fue un fetiche. Dentro del Centro de Convenciones se desarrollaban presentaciones de libros y los autores daban conferencias. En la puerta estaba el arma cargada de libros. Pero nadie se llevaba los libros. Acá la gente ve el arma y se llena de alegría. Los chicos comienzan a correr al lado del arma. Se sorprenden, más allá de que se lleven un libro o no. En cambio, cuando lo manejé por La Haya, la gente veía que había algo extraño y no miraba. Y no se llevaban ningún libro. Yo se los ofrecía, pero me respondían que ellos ya tenían libros en sus casas y que no necesitaban que yo les regalara ninguno. Acá el vehículo es una acción sociocultural. Finalmente, la tercera Arma de Instrucción Masiva fue enviada desde Holanda a la Argentina por barco. En la Aduana, Lemesoff tuvo que dar batalla, ya que debió explicar que se trataba de una escultura, no de un auto, ni

de libros usados simplemente. Y gracias a que consiguió que un centro cultural se ofreciera a exhibirlo, pudo finalmente retirarlo.

La batalla final –Lo bueno del arma es que rompe con todas las formalidades. Si querés llevarte un libro, te lo llevás. Y si no lo querés devolver más, no lo devuelvas. Lo único que te pide el arma es que lo leas. Porque sino, el arma tiene karma. –¿Dónde cuesta más y dónde menos que la gente se anime a tocar los libros? –El arma no tiene esa dificultad. El arma atrae a la gente. Como artista he conseguido que la gente se sienta atraída hacia los libros. Hace unos años había ido a visitar a un amigo en Cabello y Salguero, una zona cara de la ciudad de Buenos Aires. Y dejé el arma estacionada ahí. Cuando volví la gente se llevaba pilas de libros. Yo lo dejo en la villa y la gente saca un libro. Nos quedamos entonces pensando qué motiva las diferentes reacciones y sabemos que no hay respuestas definitivas. La relación con la posesión es diferente; los permisos para acercarse al libro, también. No todos nos sentimos igual de invitados al festín de la literatura. Hace diez años que Lemesoff viaja por la Argentina con sus Armas. En este tiempo lleva


repartidos más de doscientos mil libros. En su casa se apilan miles de libros que esperan la oportunidad de vincularse con un lector. Y todo se ha movido sobre la base de donaciones de particulares y del apoyo que, según nos cuenta, le ha dado la editorial Corregidor: “Cada vez que voy, me llena de libros”. Los apoyos son muy importantes porque “más allá de la Patrona que me acompaña y documenta, estoy solo. Tendría que hacer merchandising. Tendría que hacerme un sello del arma. Tendría que hacer postales, pero bueno”.

Alma desarmada –¿Qué le gusta leer? –Ciencia ficción. Me gusta mucho la ciencia ficción que no es ficción. Huxley con Un mundo feliz, Orwell con 1984. Estamos yendo a esa realidad. –¿Cómo nace su relación con la lectura? –En un momento de mi vida tuve que rodearme de libros. Transformé la necesidad que yo tenía por la carencia de apoyo cuando era niño. De pibe no supe lo que era un libro, ni dibujar, ni nada. Un marco familiar muy inexistente. –¿Cuándo llega a los libros? –Cuando empiezo a armar el primer Arma de Instrucción Masiva. Siempre me emociono cuando digo esto, y voy a intentar no emocionarme. Pero yo siempre dije que si todo el esfuerzo que yo hice puede cambiar la vida de una persona, vale la pena.Y cambió mi vida –se emociona hasta las lágrimas–. Tengo un Arma de Instrucción Masiva que vivo ofreciéndola a mis amigos de Mendoza, a toda la gente que conozco del exterior. Yo les digo que va cambiar su vida. Porque te cambia la vida. A vos te cambia. //


12 / escenas lectoras

Abuelita, ¿qué hora es? por Daniela Azulay

En la calle, en la biblioteca, en un bar, en la plaza, en el río, en la vereda, en el subte... adentro y afuera suceden escenas lectoras. Algunas son un pasaje a la infancia. Especialista en Lectura. Coordinadora de la biblioteca de la Asociación Civil La Vereda.


Colmillo Blanco En el #SubteB, no bien me subo, encuentro la más retro de las #EscenasLectoras: Colmillo Blanco dentro de una nueva/vieja bolsa de compras de colores. Aunque para un retro total hubiera necesitado que la edición fuera la de la Colección Robin Hood, esa que leí en el cuarto de la calle Belgrano, en la casa de mi abuela, tan distinta al subte. Eran los libros que había leído mi viejo y era su cuarto. Yo era chica, el tiempo tenía otro correr y mi abuela hacía orejones en almíbar y baklava. Y en esa biblioteca había un juego de madera para enseñar la hora que además era ábaco.Todavía lo conservo, si bien las fichas para contar se fueron perdiendo. “Abuelita, ¿qué hora es?”. Pero volviendo al Buenos Aires que nos toca, pienso que pasaron ya 35 años de esa #EscenaLectora de la calle Belgrano. Y que hace mucho que no pensaba en Jack London, ni en el juguete de madera para aprender la hora y contar, ni en ese desierto tan crudo de Colmillo Blanco. “Delante de los perros, calzando anchos y blandos zapatos de pelo para la nieve, avanzaba trabajosamente un hombre. Detrás del trineo iba otro. Dentro, en la caja, iba un tercero para quien todo esfuerzo había ya terminado: una víctima de aquel salvaje desierto, un vencido que no se movería ni lucharía ya más, aplastado, aniquilado por él. Al desierto no suele gustarle el movimiento. Toma como una ofensa la vida, porque vida es movimiento, y él tiende siempre a destruirlo. Hiela el agua para no dejarla correr hacia el mar; les roba la savia a los árboles hasta helarles el potente corazón; y con mayor ferocidad, y por más terrible modo aún, anonada y obliga a someterse al hombre. Al hombre, que es lo más inquieto que la vida ofrece, siempre en rebelión, justamente en contra de la idea de que todo movimiento acaba con la cesación del mismo”. De Colmillo Blanco, Jack London. //

Fotos de esta página: Daniela Azulay

escenaslectoras / 13


14 / REPORTAJE

Una petit entrevista Por Michèle Petit

A punto de salir su nuevo libro, le pedimos a Michèle Petit que hablara sobre dos aspectos que no había explorado antes.

Lo propio de lo humano En su nuevo libro, Leer el mundo, Michèle Petit juega con la idea de las constelaciones, dibujos sin fundamento científico que surgen de la observación del cielo desde una cosmogonía. Por eso le preguntamos si hay algo más propio del ser humano que su cultura.

Las constelaciones surgen de la necesidad que tenemos de relacionar, de dar forma a conjuntos, nombrarlos y contar historias inspiradas en ellos. De componer un cielo “humano” para no ser preso del pánico cuando cae la noche. De una manera más amplia, necesitamos interponer entre la realidad material y nosotros todo un tejido de palabras, historias, conocimientos… Sin este tejido, nos volveríamos locos (aún más locos de lo que somos, ¡qué no es poco!). Y según mi opinión, para esto sirve, quizá ante todo, la transmisión cultural: para presentarnos el mundo, el cielo, el mar, las islas, la montaña, las ciudades donde vivimos, también nuestros antepasados, los otros pueblos y habitantes de la tierra. Gracias a canciones, cuentos, rimas, imágenes, anécdotas o recuerdos contados, que se apropian, los niños elaboran poco a poco este tejido y lo van

transformando. Se convierten así en los sujetos de una cultura. –Ahora bien, ¿será eso lo más propio del ser humano? –Podemos entender la pregunta de diferentes maneras. Si se trata del ser humano como especie, siempre resulta más difícil definir lo que le sería propio. Derrida decía que “ninguno de los rasgos donde la filosofía o la cultura más legitimadas creyeron reconocer lo ‘propio de lo humano’ están estrictamente reservados a lo que, nosotros los hombres, llamamos el hombre”. Hoy en día, sabemos que algunos animales son capaces de constituir formas muy refinadas de organización simbólica, por ejemplo en lo relativo al duelo o a las estructuras familiares. A veces se transmiten, de manera acumulativa, maneras específicas de actuar, inventadas por una población particular en una misma especie. Algunos tienen


reportaje / 15

Fotos: mural con casitas en Cartagena.

humor. En cuanto al lenguaje, la frontera cada año es más incierta, gracias a los descubrimientos de los primatólogos. Incluso si no se trata de confundirlo todo, ya que existen diferencias inmensas entre las diferentes formas de organización de lo vivo. Por otra parte, si se considera la cultura como lo propio de la especie humana, muy fácilmente será vista como un privilegio, algo que eleva, algo noble que se distinguiría de lo “bestial”; se despreciaría a aquellos que no estarían “cultos”… En fin, todas estas representaciones aplastantes de la cultura letrada o sabia que contribuyeron tanto a su difícil apropiación por las categorías sociales inicialmente alejadas de dicha cultura. En vez de un privilegio, algunos piensan que la inteligencia específica desarrollada por el ser humano resultaría más bien de… su fragilidad, su inadaptación. Más que algo propio que nos distingue, la cultura, las organizaciones simbólicas son una necesidad humana que quizá compartimos en parte con algunas otras especies, y no me molesta para nada. ¡Incluso tendría mucha curiosidad por saber qué se “cuentan” estos otros habitantes del mundo! Si se trata de una necesidad, entonces todos tenemos derechos culturales, derechos a tener acceso, no solo al saber, sino también a representaciones del mundo complejas,

incluyendo conocimientos, leyendas, obras de arte de diferentes tipos, gracias a las cuales podremos fabricar el “tejido” al que me refería en el principio. Para eso hacen falta varios actores, la familia y los allegados, pero también algunos mediadores culturales, profesionales. –Pero se puede entender tu pregunta de otra manera: ¿sería la cultura lo propio de cada ser humano, diferente de los otros seres humanos? –Cada uno de nosotros tiene una manera específica de asirse de los bienes culturales que le transmitieron o que descubrió por sí mismo, para componer algo como un estilo propio, un tesoro propio de referencias, historias, canciones amadas, películas, personajes inspiradores, fantasías, gestos, maneras de hablar… En este sentido, sí, esta combinación podría ser lo más propio de cada mujer, de cada hombre, a la vez que le permite diversas pertenencias, muchas complicidades, muchos intercambios con otros, próximos o diferentes. A este “estilo” propio a veces se le dice identidad, pero la palabra no me entusiasma porque sugiere fácilmente algo fijo, cerrado, idéntico a sí mismo. De nuevo aquí estaríamos con un “propio” pensado en oposición a los otros, en este caso no las otras especies, sino a las otras culturas, los otros


16 / REPORTAJE

“estilos”. En vez de alegrarse del prodigio de la diferencia de los estilos múltiples, se hace un sistema de oposición. Con el peligro de que estas identidades se vuelvan “asesinas”, para hablar como AminMaalouf, cuando uno se imagina que solo está hecho de un rasgo –su religión, su nacionalidad, su pertenencia a un equipo o a una pandilla–, olvidando que siempre somos hechos de una multiplicidad. Bueno… también se podría entender “lo propio del ser humano” como lo que no se le puede quitar a

uno. Una vez, después de una conferencia que di en la Argentina, una mujer contó que su abuela le había dicho: “Nunca trates de guardar cosas en tus bolsillos, porque te pueden quitar todo lo que tenés en ellos. Guardá cosas en tu cabeza, porque nadie podrá quitarte lo que tengas ahí”. Y la verdad, la cultura sería eso propio que no nos pueden quitar, lo que queda cuando lo perdimos todo. Recordemos a todos los deportados, presos o rehenes que sobrevivieron pensando en poesías o recuerdos de relatos… En una “casa de palabras”, como dice Martín Garzo. //


Al abrigo de las palabras En diferentes pasajes del libro que publicará Fondo de Cultura Económica, Michèle Petit hace referencia a la relación entre la lectura, el cuerpo y el espacio. Al mismo tiempo, Gastón Bachelard desarrolló una poética del espacio para hablar de la escritura. ¿Por qué ambas actividades están tan relacionadas con los instintos de protección y abrigo? Algo que me sorprendio cuando empecé con las investigaciones sobre la lectura fue la frecuencia con la que los lectores utilizaban metáforas espaciales, comparando la lectura con un espacio para sí mismo (y nos encontramos de nuevo con “lo propio”), con una casa, aún más con una choza, una cabaña. Con los años es algo que tomé más en cuenta hasta que lo pensé como un aspecto esencial de la lectura, del cual no se habla lo suficiente. Este es un hilo que corre de un capítulo al otro en mi nuevo libro: la literatura, oral y escrita,


18 / reportaje

y las prácticas artísticas están en estrecha relación con la posibilidad de encontrar un lugar propio donde habitar. –Habitar se refiere, por supuesto, como decís, a la guarida, al abrigo –lo que tampoco es nuestra especificidad–. Pascal Quignard recuerda que todos los vivíparos tienen su guarida. Todos los vivíparos tienen su guarida y todos los humanos (y a lo mejor ¿algunos animales?) necesitan también el albergue de una cultura. Esta necesidad fundamental de protección tiene que ver con nuestra fragilidad, con el recuerdo del útero… –Sin embargo, habitar se refiere a algo más que la guarida. Me parece que para “habitar” también necesitamos otros espacios, una cierta relación con el afuera, con lo lejano, con lo ficticio. La choza a la que se refieren los lectores no es cualquier abrigo. En ella entran los ruidos del mundo, de otras tierras, de un más allá de lo propio o de lo cercano, y es lo que les permite construir esa casa propia que a veces, en la infancia, toma la forma material de una cabaña en un árbol o debajo de una mesa. O sea que habitar supone una apertura, líneas de huida, salir y regresar, idas y vueltas, a la

manera de Wendy y sus hermanos que cada noche salen volando detrás de Peter Pan, antes de regresar a su habitación. La literatura, el arte, la ciencia, a veces, nos dan estas aperturas, esa respiración, nos abren estos otros espacios. Con la lectura, con la transmisión cultural, estamos más allá de la cuestión de integrarse en una sociedad. Lo que sugieren a veces los lectores es la idea de sintonizar con el mundo. Es algo que se experimenta con el cuerpo. //


agenda / 19

CURSOS-SEMINARIOS-ENCUENTROSCONCURSOS-TALLERES-JORNADAS A nuestros candidatos, ¡lo mejor!

Laura Devetach y Diego Bianki han sido nominados por ALIJA, la sección argentina de IBBY, para el Premio Andersen de escritor e ilustrador respectivamente. La enorme trayectoria de Devetach y el talento de Bianki no dejan lugar a dudas: excelente selección.

Libros Sobresalientes sobre Discapacidad para Niños y Jóvenes La sede Argentina de IBBY, ALIJA, presentó las obras locales pensadas para los niños y jóvenes que reflejan cuestiones relacionadas con la discapacidad. Los libros elegidos para representar al país en la Feria de Bologna son: • Rompecabezas, de Diego Bianki, publicado por Pequeño Editor. • Malko y papá, de Gusti, publicado por Océano. ¡Felicitaciones a los autores!

¿Sirven los libros para curar las enfermedades?

Investigadores de varias universidades de Inglaterra y Estados Unidos han intentado cuantificar los efectos de la lectura en personas que padecen distintas enfermedades. • Baja el estrés. Una investigación de la Universidad de Sussex demostró que a escasos seis minutos de comenzar la lectura el nivel de estrés se reduce en un 68%. • Memoria eficaz. Otros estudios también demostraron que leer poesía estimula partes del cerebro relacionadas con la memoria. • Presión arterial. La más extrema de estas corrientes (Escuela de la Vida, de Londres) recomienda Las olas, de Virginia Woolf, para la presión sanguínea alta; y Anna Karenina, de León Tolstoi, para aliviar el dolor de muelas. Y si no mejora el dolor, por lo menos se disfruta.


20 / al rescate

Libros con cartas Por Mónica Rodríguez

Al igual que se pueden reponer biografías a través del intercambio epistolar entre los protagonistas, hay libros que entretejen sus argumentos con cartas. Repasamos, en este intercambio que nos une en la revista, algunas obras de cartas y con cartas. Las novelas epistolares forman parte del amplio universo literario. La característica que las identifica es la inclusión de cartas que van desarrollando la trama. Este género también está representado en la literatura infantil juvenil. A un desconocido El recorrido que les proponemos hoy se origina con una obra antigua, que forma parte de la niñez de muchos que hoy contamos varias décadas vividas: Papaíto Piernas Largas, de Jean Webster. (Recuerdo particularmente el mío, de la Biblioteca Billiken, editado en 1968). El texto relata la historia de Jerusa Abbot, una niña huérfana criada en un orfanato. Su vida tiene un giro inesperado cuando por obra de un tutor anónimo puede ir a estudiar a un college. A través de las cartas que escribe Jerusa, rebautizada Judy, se puede ir desgranado la vida escolar, la evolución que marca su educación y la llegada del primer e imprevisto amor. A una vecina En Momi, publicado por Editorial Sudamericana en 1997, las cartas están escritas por el protagonista. El niño ha quedado a cargo de Lola, la perra de su vecina Aliza. En las cartas que le escribe a Aliza, va enlazando las noticias de Lola y del barrio con las vivencias de su vida familiar. La separación de sus padres y las nuevas parejas de cada uno de ellos se mezclan y resignifican a medida que Momi va aprendiendo cosas de la naturaleza: el cuidado


al rescate / 21

de los picaflores, el milagro de las orquídeas cuidadas en la bañadera de la casa de Aliza, la preñez y la llegada de los cachorros de Lola… Novela fresca, con temas cercanos a los intereses de los lectores. Aborda también de forma natural y tierna temas como la vida y la muerte. Si bien todas las cartas son de Momi a Aliza, resulta interesante cómo pueden reponerse las cartas de la vecina a través de las respuestas que da el niño.

Un desencuentro De Brevedades: antología argentina de cuentos re-breves, compilado por Martín Gardella para Manoescrita tomamos el cuento “Drama escolar”. Diego Kochmann relata una historia con cartas. Un amor que nació en la escuela, que debía sincerarse en el patio junto al árbol pero… En menos de cien palabras se logra inquietar al lector que se queda pensando cómo sigue este desencuentro.

A un amor correspondido En Julieta y Leandro: agenda confidencial, de Cristina Colombo, la autora propone recorrer la historia de amor de los protagonistas que dan nombre al libro. Se narra la historia de un amor juvenil y el corte abrupto cuando Julieta debe mudarse a Buenos Aires. Aquí comienza el intercambio epistolar: Leandro inicia una agenda de ese amor y recopila las cartas de uno y otro para llevar el diario de la relación. Cada uno va contando sucesos de murciélagos y casas abandonadas que se matizan con historias de fútbol y campeonatos. A diferencia de las obras citadas, en este caso pueden leerse las voces de cada uno de los protagonistas. Esta historia continúa el libro anterior de la misma autora A medio metro del suelo, ambas obras editadas por Editorial Sudamericana. De amistad En Querida Susi, querido Paul, de Christine Nöstlinger, editado por SM en 1985, también se produce el distanciamiento de los protagonistas por una mudanza. Para que las vidas sigan ligadas, los chicos se van contando cómo transcurren sus días. Algunas cartas están escritas “a máquina” por la mamá de Susi, siguiendo el dictado de la chica. También hay una carta de la mamá de Susi que reprende a Paul por una pelea. La puesta en texto permite distintas lecturas: hay postales, dibujos, anotaciones y epígrafes. En algunos de estos paratextos parece dibujarse la historia de amor entre los protagonistas, algo que se calla en el texto principal. En un guiño de complicidad, el libro finaliza con una postal que Susi y Paul mandan a los lectores desde Grecia, lugar en el que comparten las vacaciones familiares.

Del autor al lector Esta vez no nos referimos al slogan de la Feria de Libro de Buenos Aires, sino a la propuesta de Elsa Bornemann en la edición de 1976 de El libro de los chicos enamorados. La autora que escribió sobre los amores infantiles, que supo reconocer que tras un tirón de pelo pueden estar escondidas las ganas de dar un beso o que algunas veces se puede estar de novio o novia sin que el otro lo sepa, les abre a los chicos la posibilidad de estar en contacto con ella vía carta y les deja la dirección de la editorial para hacerlo. También, literalmente, les entrega el libro. Lo dice así, textual: “Que el libro ‘para’ ustedes sea ‘de’ ustedes al usar cada poema como mensaje para anunciar el enamoramiento”. La lista sigue, los invito a completarla con otros rescates propios. Algunos libros ahora basan sus tramas en los textos que se escriben vía correo electrónico, chat o Twitter. Actualizan y continúan, de alguna manera, este género epistolar en el que hoy nos detuvimos por un rato. //

corpus Brevedades: antología argentina de cuentos re-breves. Buenos Aires, Manoescrita, 2013. Bornemann; Elsa. El libro de los chicos enamorados. Buenos Aires, Ediciones Librería Fausto, 1976. Colombo, Cristina. Julieta y Leandro: agenda confidencial. Buenos Aires, Sudamericana, 2002. Nöstlinger, Christine. Querida Susi, querido Paul. Madrid, SM, 1985. Webster, Jean. Papaíto Piernas Largas. Buenos Aires, Atlántida, 1968. Zarji, Nurit. Momi. Buenos Aires, Sudamericana, 1997.


22 22

PĂ­pala Por Valeria SorĂ­n

Presentamos la colecciĂłn para chicos de la editorial Adriana Hidalgo Editora. Original como su nombre.


de fondo / 23

¿Cuál es la diferencia entre una colección y un sello editorial? Dentro de una editorial que tiene y se proyecta con un catálogo amplio, se puede decidir encarar una aventura editorial nueva bajo una colección o con un sello nuevo. Una colección es una serie de libros con un eje muy claro en común y decisiones previas acerca de temáticas, estilos, formato del libro, ilustraciones, etc. El desarrollo de un sello editorial supone una decisión más amplia. Por lo general, tiene un responsable editorial diferente, y puede plantearse todo un equipo diferente si las dinámicas de trabajo de una y otro fuesen divergentes. Pero antes que nada es una decisión de marca. Pípala nace en el décimo aniversario de Adriana Hidalgo editora, como una colección para chicos de una editorial conocida por al calidad de sus libros para adultos. Hay que decir que todo el amplio fondo editorial de Adriana Hidalgo se organiza en ocho colecciones. Debe influir llevar de marca un nombre propio, nombre y apellido. Porque la editorial no se identifica con una persona –como en el caso de De la Flor y Daniel Divinsky–, se da a conocer como una persona. Sea como fuera, la identidad es el eje aquí.

Los libros y la lengua En solo seis años, Pípala lleva publicados cerca de cuarenta títulos. Su catálogo está basado en traducciones, excelentes por cierto, de autores de diversos orígenes y lenguas. Y entre ellos brillan las obras de los autores de habla castellana. El color de la nieve, de Matilde y María Elina Méndez. Belleza total. Una historia que nace cuando Kinga se cansa de vivir siempre en el mismo lugar y se lanza a cruzar el Bosque Prohibido para pedir refugio en la casa de Mirko. El pájaro bigote, de Nicolás Schuff y Claudia Degliuomini. Gracias a su bigote volador, un escritor solitario conoce a la mujer de sus sueños. Julián en el espejo, de Félix Bruzzone y Pablo Derka. Lógicamente, una aventura entre mundos paralelos. Niñas, de Jimena Néspolo y Marta Vicente. Postales un tanto góticas que cuentan pequeñas y atractivas historias. Mondo babosa, de Mariano Díaz Prieto. Nada fuera de lo ordinario parece suceder: un gato se despierta de su siesta para perseguir a una mariposa roja… solo que el mundo es muy extraño, un mundo

babosa. La noticia es que es uno de los libros seleccionados por la Feria de Bologna. Y finalmente, Juan entre sombreros, que se sale del mandato de los libros álbumes. Es una novela corta de Gastón Ganza, ilustrada por Pablo Cabrera.

Más allá de la lengua Llegado este punto permítanme abandonar toda objetividad y hablarles solo de mis tres favoritos. Héctor, el hombre extraordinariamente fuerte, de Magalí Le Huche. Héctor es el forzudo del circo, pero tiene un secreto: adora tejer. Habrá quien lo quiera mal y lo aproveche para hacerlo pasar vergüenza. La verdad es transformadora, tanto que el circo será ahora conocido como El Circo Extraordinariamente Dulce. Lo inesperado es la clave de este relato. Narrativamente sólido, la solución del problema se encuentra en la base del planteo. Rosa Luna y los lobos, también de Magalí Le Huche. Rosa Luna adora cantar y sus vecinos no soportan que ella cante. Entonces ella se va al bosque por las noches y los lobos se enamoran de su voz. Pero cuando una noche falte, los lobos invadirán la ciudad. Rosa Luna y los lobos tendrán un final particular, ella en el cielo, ellos en la tierra mirándola todas las noches. Está tan bien contada esta historia que uno desearía que se convirtiera en leyenda y quede así por generaciones viajando entre la gente. Ruidos bajo la cama, de Jean-Marc Mathis. Un niño dialoga con el monstruo que vive bajo su cama. Un planteo simple y poderoso, donde la clave está en tomar el punto de vista del niño y del monstruo para hablar de las cualidades monstruosas del papá: su fuerza, el poder de su estornudo, su enorme mordida. Por supuesto, de semejante amenaza solo se puede huir despavorido. Si esta nota sirve de algo, es para convidar. Ahora es tu turno de salir al encuentro de Pípala. //

La imagen pertenece a Los indomables pensamientos del Señor O, ilustrado por Vero Gatti.


24 / novedades

El libro de Zezé

Autora: Verónica Sukaczer Ilust: Ricardo Fernández Editorial: Atlántida ISBN: 978-950-08-4165-8 112 págs. Lo que más le gusta a Zezé es leer y escribir, por eso cuando su mamá le regaló un cuaderno comenzó a escribir en “El Rayado”, todas sus ocurrencias, vivencias e invenciones. La intimidad del diario de un chico de 10 años que soñó con escribir un libro y ayudado por Verónica Sukaczer… ¡lo consiguió!

Fadette, la hechicera

Autora: Sandra Comino Ilust: Virginia Piñón Editorial: Salim Colección: Epílogo ISBN: 978-987-1998-60-9 120 págs. Una versión libre de La pequeña Fadette de George Sand en una adaptación que es clásica y fiel hasta que se despliega el personaje femenino. Allí aparece entonces el espíritu liberal y romántico de Sandra Comino que despoja a Fadette de prejuicios recordándonos en forma circular a la mismísima George Sand.

La ronda redonda

Autoras: A. Lelli, C. Vaca Narvaja y A. Seguí Ilust: Jorge Cuello Editorial: Comunicarte ISBN: 978-987-602-226-2 96 págs. + CD Rom Un libro con CD de las integrantes de Abriendo rondas de Córdoba. Propuestas educativas para generar a través de canciones, rondas y juegos de palmas espacios de juego y arte para ser compartidas y disfrutadas en familia y en la escuela.

Mañana viene mi tío

Autor e ilust: Pantana Editorial: libro álbum-del eclipse ISBN: 978-987-1580-48-4 24 págs.

Un libro de los que buscan abrir debate y expresar un problema. Escrito en mayo de 2011 al otro día que Uruguay votara en contra del proyecto que dejaría sin efecto la ley de impunidad contra los crímenes de la última dictadura de ese país. Contundente.

Amílcar y Nora Iniesta Autoras: Patricia Pellegrini Ilust: Amílcar Colección Amílcar y los artistas ISBN: 978-987-26746-2-5 56 págs. Amílcar y su mamá esta vez se adentran en la obra singular de Nora Iniesta quien aborda la iconografía ligada a un lugar de pertenencia: La patria. La escuela, los actos escolares, los próceres y los delantales blancos son motivo de su reflexión y a la vez del cotidiano de los chicos. Arte para analizar y disfrutar.


novedades / 25

Pequeñas teorías sobre el comportamiento animal Autor: Andrés Sobico Ilust: Josefina Wolf Editorial: La Bohemia ISBN: 978-987-1019-61-8 40 págs.

Abecedario

Autoras: Ruth Kaufman y Raquel Franco Ilust: Diego Bianki Editorial: Pequeño editor ISBN: 978-987-1374-59-5 36 págs. Abecedario + verbos+ viñetas+ humor: ¡Alegría! Un libro lleno de encanto para leer y aprender la forma y el sonido de cada letra. Reciente ganador del Premio Bologna Ragazzi Award 2015 en la categoría New Horizons . ¡Felicitaciones!

La libreta n° 2 del “Naturalista” fue un hallazgo extraordinario. Dedicado a observar la naturaleza del comportamiento animal brillan en sus páginas las chispas de una ciencia nueva e inspiradora. Humor sutil, reflexión y agudeza en esta parodia a los libros científicos del S. XIX.




28/ agenda

CURSOS-SEMINARIOS-ENCUENTROSCONCURSOS-TALLERES-JORNADAS El reino de la palabra

Entre el 20 de marzo y el 5 de abril, se llevará a cabo el Encuentro Federal de la Palabra en la sede de Tecnópolis, en Buenos Aires. El evento nuevamente reunirá a maestros, bibliotecarios, escritores, gestores culturales, e interesados por la literatura y las letras. En su primera edición fue visitada por más de 300.000 visitantes. ¿Habrá un nuevo récord?

Un siglo de diáspora

Este 24 de abril se cumplen cien años del genocidio armenio que generó la diáspora de millones de armenios por todo el mundo. Nuestro país ha recibido a muchos de ellos, quienes se han integrado en la sociedad aportando un color y un sabor especial a un país multicultural. En ocasión de este aniversario, muchos eventos se realizarán en todo el mundo. Es una oportunidad para acercarse a un pueblo lleno de narraciones y poesía.

Novedad de Colección Comunidades, edición bilingüe castellano-armenio.



30


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.