Variopinta — Tomo I by Variopinta

Variopinta

Editorial

n este consejo editorial somos completamente distintos y encontrar una palabra que nos definiera se volvió una

tarea demasiado complicada, la palabra debía unirnos más de los que nos une la literatura, debía hacernos uniformes. Lo irónico en todo este asunto es que la palabra que elegimos es Variopinta. La Real Academia Española ofrece dos definiciones para la palabra Variopinta la primera, que ofrece diversidad de colores o de aspecto y la segunda, multiforme, mezclado, diverso, abigarrado. Tenemos la creencia de que honramos la esencia de Variopinta e intentamos transmitirla con cada cuento, poema, ensayo; en fin, con cada texto aquí publicado. La revista y la palabra están dedicadas a la diversidad que ofrece la vida, lo que fue, lo que es y lo que será, toda una variedad de contenidos desde literarios hasta periodísticos pasando por culturales con distintos puntos de vista para que se garantice profusión en ésta. Pretendemos con ella una herramienta de comunicación y expresión de la que no sólo somos parte quienes colaboramos en Variopinta puesto que quienes harán posible esta revista serán los lectores que planeamos reclutar. El lector tendrá cierta afinidad con la revista

Variopinta debido a que “no hay nada nuevo bajo el sol” y las opiniones aquí encontradas podrán ser compartidas infinitamente. Aceptaremos cualquier propuesta literaria y gráfica cuyo valor estético sea notorio y justificado, porque nuestra filosofía es encontrar la diversidad en los colores, ideas, emociones. Así que, querido lector, dejamos en este primer número toda nuestra dedicación y amor demostrando que todo es subjetivo entre tinta y pensamiento.

Variopinta

Todo es subjetivo entre tinta y pensamiento.

Variopinta

Indice Arrecife ................................... 6 Apapacho ................................ 8 ArtĂfice .................................... 20 Asedio ..................................... 24 Linyera .................................... 30 Neblina .................................... 34 Posdata .................................... 36

Arrecife

Variopinta: 1. adj. Que ofrece diversidad de colores o de aspecto. 2. adj. Multiforme, mezclado, diverso, abigarrado.

Arrecife: 3. m. Banco o bajo formado en el mar por piedras, puntas de roca o poliperos, principalmente madrepóricos, casi a flor de agua.

Artífice: 1. m. y f. artista (persona que cultiva las bellas artes).

Apapacho: 1. tr. Hond. y Méx. Dar apapachos a alguien.

Linyera: 2. m. y f. Arg., Bol. y Ur. Persona vagabunda, abandonada, que vive devariados recursos.

Neblina: 1. f. Niebla poco espesa y baja.

Variopinta Asedio: 1. m. Acción y efecto de asediar*.

*Asediar: 1. tr. Cercar un lugar fortificado, para impedir que salgan quienes están en él o que reciban socorro de fuera. 2. tr. Presiona insistentemente a alguien.

Down east Dockside - Chad Gowey 7

Apapacho

CAPPELLA SISTINA

s dos de abril por la noche, no puedo dormir, estoy demasiado preocupada, o quizá ¿emocionada?, tal vez

un poco irritada, es más, algo nostálgica, ligeramente triste pero grandemente encantada, contenta. Es como cuando pequeña, por la mañana de navidad me preparaba con mis mejores galas para la noche sin poder decidir qué usar y al final ponerme lo que fuera pues Padre había llegado a casa en la única noche que pasaría conmigo sin tener que salir corriendo antes de una hora pues le esperaban para oficiar misa: - Cuando seas grande lo entenderás, dulzura.- Me decía al tomar mi mentón y secar mis lágrimas con un beso antes de marcharse por solo Dios sabe cuánto tiempo. Y es cierto, ahora lo comprendo, después de todo fui una ilegítima en su vida, un pecado, igual que la madre mía a la que amó tanto.

Variopinta Recuerdo que un par de veces me dejó acompañarle por las salas marmóreas del museo, con la única condición de quedarme callada y nunca decirle “papá”, él era sacerdote. Tomaba mi mano con orgullo pero vergüenza a la vez, para mí, entonces, sólo era el primero, y cuando alguno de sotana negra se atrevía a preguntar, me presentaba como una lejana sobrina a quien la hermana suya le había pedido cuidar por unos días. Eso, por supuesto, no calmaba los rumores o los cuchicheos a nuestras espaldas, mucho menos el peligro de ser delatados y descubiertos por mis ojos verdes iguales a los suyos, o las pecas sonrosadas que nos cubren la nariz y las mejillas como estrellas en el infinito. Admirada, caminaba siguiendo sus pasos de gigante con mi abrigo rojo y el cabello suelto ondeando tras mío, como si jugara a alcanzar el aire con los rizos que se formaban en lo más bajo de él haciendo aún más peculiar la magia de su negrura, de su largo y el parecido infinitamente abstracto que tiene con el dorado que lleva mi padre por melena. Disfrutábamos tanto andar bajo ángeles y luces que apenas distinguíamos su hermosura, apenas notábamos la liviandad con que nuestros sueños parecían cumplirse al estar boca arriba en el suelo, admirando la creación de Adán, un hombre tan místico como el artista que le dio vida, como el poder que Dios engendrador le otorgó.

Apapacho

-¿Cómo puede ser pecado dar vida?, ¿Pecaría Dios al crear el mundo, a un hombre y a una mujer? Insisto, lo es.Y si Dios pecó, nunca se dio cuenta.En fin, esos segundos mágicos eran fugaces pues estaba desde entonces prohibido acostarse a mirar la Capilla Sixtina, como si los ojos curiosos fueran a pulverizar esos siglos de historia; sabíamos que era hora de correr a San Pedro cuando los pasos agitados de un responsable guardia nos acosaban por el pasillo mismo que nos había conducido a la obra magna de Miguel Ángel, ¡Era maravilloso, realmente maravilloso! Hacer esa clase de “travesuras” era nuestra cosa favorita en el mundo: Cada vez que sonrío puedo ver a mi padre corriendo a mi lado sonriendo al mirarme, y luego al llegar a escondite decente tras un pilar en la catedral, tomarme en brazos, besar mi mejilla, haciendo que el instante fuera eterno… Un par de días antes de mi quinto cumpleaños papá me visitó antes de dormir, había escapado de la casa parroquial para verme: -Mi niña, ¿Qué quieres para tu cumpleaños?, ¿Qué es lo que más deseas?- Preguntó tan emocionado como yo al escucharle, sin dudar, colgándome de su cuello, susurré a su oído: -Vamos a la Capilla, ¿sí?- En seguida, me estrechó con fuerza,

Variopinta

¡sentía que no podía haber cosa más perfecta! Mi madre que nos miraba desde el marco de la puerta con los brazos cruzados y un atisbo de sonrisa se tocó el corazón conmovida, abrió los brazos, Padre la miró, me cargó en un lado y con el otro unió a mamá a nuestra alegría con un tierno beso en sus labios. Ese es quizá el recuerdo más preciado que tengo de los tres juntos. Estaba tan, pero tan feliz, que contaba las horas, los segundos para mi cumpleaños. La madrugada de la esperada fecha, una noche como esta, tampoco podía dormir, tan sólo daba vueltitas en la cama, cerrando los ojos a ratitos hasta que cerca de las dos de la mañana logré conciliar el sueño. Hoy pasan de las tres. Por la mañana, a las ocho en punto, él me esperaba en la puerta de la casa, iba muy arregladito con su cabello de un lado y el perfume dulce que más me gustaba. Me despedí de mi madre con un beso y mi mano tomó la de mi padre por reflejo, lista para nuestra aventura. Llegamos justo a las nueve, cuando abren el museo vaticano, para hacer nuestro recorrido, fundidos en el arte como dos piezas más de la colección. Esa vez, no me detuve a contemplar los pasillos como antes: casi arrastré a mi padre haciéndolo

Apapacho tropezar un par de veces. Al estar bajo las puertas del infierno, mi corazón acelerado volcó de emoción: miramos parar comprobar que no había guardias cerca y fuimos a acostarnos a los pies del Profeta Ezequiel; pasamos algunos minutos junto al otro, atónitos como si fuera la primera vez que mirábamos la obra maestra. Luego: - Siéntate un momento, princesa- pidió papá con dulzura: - Tengo algo para ti, cierra los ojos, ¿Sí?- Más que emocionada hice caso apretando mis ojitos párpado contra párpado, mis manos descansaban sobre las piernas hechas mariposa, escuché el estrujar de una bolsa probablemente plástica, luego un bultillo largo se depositó en mis manos haciéndolo que lo tomara en seguida, - ¿Ya puedo abrirlos?-. –Puedes, mi amor.- Los abrí de golpe y grité de alegría: ¡era un cuadro de los dos acostados en la capilla!, ¡y él mismo lo había hecho!, ¡llevaba su firma en una de las esquinas inferiores, seguida de un corazón con mí nombre! – ¡Gracias papi, gracias, gracias, gracias!- exclamé en plenitud; había olvidado la regla principal para estar en el vaticano, pero no me importaba, estaba feliz con el mejor papá del mundo: el mío. -Ejemmm- un hombre frente a nosotros, que al parecer llevaba rato ahí, aclaró la garganta interrumpiendo nuestro idilio: papá me apartó de inmediato, su rostro cambió por completo,

Variopinta llevaba la expresión de un perro con la cola entre las patas, estaba realmente asustado, y yo… yo me quedé inmóvil a su lado sin soltar mi cuadro. –Quiero verte en seguida en la habitación, ¿entendiste?- Le dijo el hombre enojado, - Sí, sí señor.- le contestó, esperó a que saliera, puso la mano en mi hombro, -Todo estará bien, cariño.- y me llevó por pasillos alternos que nunca antes había visto, hasta una casa muy grande donde sé que vive el papa y su séquito hoy en día: la casa de Santa Marta. No recuerdo del todo el camino, pero llegamos a la habitación de mi padre, ahí ya nos esperaba el hombre interruptor; lo hizo sentar frente a un escritorio de trabajo que estaba al lado de un librero con biblias y cosas parecidas, mientras, a mí me mandó a una habitación contigua donde de todos modos podía escuchar, entonces comenzó: Espero que entiendas la gravedad de tu falta, hombre, eres un sacerdote, siervo de Dios, cuidador de su rebaño, y además compañía del papa, ¡Es inaceptable, completamente inaceptable que tengas una hija!, ¿Me entiendes? Ahora entiendo tus repentinas desapariciones y el que faltaras los últimos años a la cena de navidad. ¡Qué ingenuo fui!, si no quieres perder tu posición deberás deshacerte de ella, y de la madre también ¿Oíste? Es la única forma en que mantendré la boca cerrada,

Apapacho

si no lo haces, confesaré todo con el sumo pontífice y seguro serás exiliado. - Mi padre se quedó callado, imagino que se quedó quieto de la impresión o que tal vez simplemente asintió. -Piensa en lo que has hecho, tienes una semana para decidir, si no veo una respuesta tuya: confesaré. Pecador.- Se fue azotando la puerta, Padre sollozó tratando de aguantar las ganas de llorar, fue a por mí a la otra habitación, tomó mi mano y estalló en llanto. No dijo palabra en todo el trayecto, me llevó a casa, habló con mi madre, la besó por última vez, nos abrazó a ambas empapándonos como si de una tormenta se tratara. Dos días más tarde partimos a Querétaro, ciudad natal de mi madre en México. No volví a saber más de él. Los primeros años fueron muy duros para las dos, Madre lloraba todas las noches con una fotografía de su amado abrazada a su pecho, el verla así me partía el corazón y recordando esa última vez en la capilla, le hacía segunda a mi madre mirando el cuadro en la cabecera de mi cama, no entendía por qué de pronto no podía estar más con mi papá. Aprender, y reaprender para mamá, el idioma fue muy complicado, en menos de un año tuve que empezar a ir a

Variopinta la escuela, nunca había estado con tantos niños, todos me veían como un bicho raro, una muñequita de aparador que no sabe más que sonreír: me hacían sentir tonta e inútil, por lo que prefería fingir estar enferma para no ir y quedarme con mi madre que por lo menos compartía mi dolor y ayudaba para consolarnos la una a la otra, pude regularizarme hasta un año después. Luego, unos ocho más tarde del repentino cambio, pudimos mal que bien adaptarnos: no llamábamos más la atención, ya éramos parte del paisaje. Hace un par de días, al volver de la secundaria a casa, mi madre encendió la radio en el auto, cerca de un semáforo subió el volumen para cantar una canción reciente de desamor que a las dos nos gusta, y al terminar aquella, vino la publicidad: reparación de autos, restaurantes de mariscos, el concierto de JNS, el aniversario de la constitución mexicana, bla, bla, bla, lo de siempre; estiré el brazo para callar el aparato cuando un nombre familiar me detuvo: Capilla Sixtina, réplica en Querétaro, estacionamiento del Centro cultural Manuel Gómez Morín, tres de abril, dos meses de exposición, entrada gratuita, luz roja en la esquina, -¡Desde el vaticano

Apapacho hasta ti!-, una voz familiar, nos miramos mi madre y yo al mismo tiempo, luz verde, no nos movimos ni un poco: Era la voz de papá, ¡Era mi padre; Dioses, mi padre podría estar ahí!, cláxones a coro cantaban tras nosotras, Madre retomó la conciencia y con el corazón a punto de saltarle por la boca aceleró hasta la casa, fue a donde nuestro calendario en el refrigerador, tomó un plumón, lo destapó con la boca y marcó el tres de abril con un rojo círculo, desde entonces marcamos cada día concluido con una equis. Son las cinco de la mañana, ahora sí tengo sueño, creo que podré dormir… Me despierto temprano ignorando el cansancio, levanto a mi madre y desayunamos volando, tomamos el auto y lo estacionamos a un par de calles del Centro cultural. La réplica está montada, nada parecida en la fachada, pero pareciendo que despidiera el olor a pureza del estado Vaticano. Atravesamos las calles sorteando los autos: al llegar somos las primeras, nos recibe un religioso bien vestido que con trabajo domina el dialecto, excitadas las dos sin poder prestar atención cruzamos la entrada, un paso nos separa de la exposición, los nervios me carcomen, siento náuseas ante la incertidumbre, las dos jadeamos esperanzadas, sabemos que es probable que la voz que escuchamos no sea

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suya, es más, él ni siquiera sabía español: -Mejor vámonos de aquí- le suplico a mi madre a último momento, ella me mira también dudosa, ¿Por qué lo traerían específicamente a él?, es absurdo, y sin embargo, ambas queremos saber: entrelazamos nuestras manos, ella me da un ligero apretón, respiramos profundo: estamos listas. Cruzamos por fin el último umbral. Al ver la perfección de la copia no puedo evitar las emociones que en mí evoca, miro alrededor, corro como una cría otra vez, me tiro al suelo bajo la creación de Adán, al cabo está vacío, ¿a quién le iba a importar?, luego me arrastro a los pies de Ezequiel, no puedo resistirlo más y rompo en llanto quedándome poco a poco seca y, sin embargo, con tantas lágrimas que desbordarían un mar… De pronto alguien toca mi hombro, su caricia es dulce, levanto la cara y es mi madre ofreciéndome un trozo de papel higiénico: tomo uno y medio limpio mi rostro, arreglo mi cabello en una coleta improvisada y sueno mi nariz sin para de llorar. Tomo el papel hecho bola como puedo, tratando de tranquilizarme; Entonces, no muy lejos una borrosa silueta corre hasta mí y mi mamá, tomándonos a las dos, llorando

Apapacho conmovido también, Madre le toma como puede sintiéndonos las dos protegidas por esos brazos fuertes. Logro controlarme un poco, aprieto los ojos con miedo de abrirlos y saber que sigo dormida y no es más que un sueño que se convierte en pesadilla, -su aroma no ha cambiado, huele a la canela en su café de cada mañana-, trato de estirar los brazos aprisionados por mamá, logro liberar uno de ellos, el izquierdo, alcanzo su cuello, el pulso es real, me tiembla la mano al acariciar detrás de su oreja entremetiendo los dedos en sus rizos dorados, -Quizá tiro un poco fuerte, pero no importa- Él coloca su mano velluda sobre la mía, es tan grande como la recuerdo, se entrelazan la suya y la mía en un gesto de amor prohibido: es real, ¡Es mi padre! Luna del Sur.

Sin título - Snezhana soosh

Variopinta Tres puntos...

“Estos son malos tiempos. Los hijos han dejado de obedecer a sus padres y todo el mundo escribe libros”. Cicerón

“Besos que vienen riendo, luego llorando se van, y en ellos se va la vida, que nunca más volverá”. Miguel de Unamuno

Curioso. Desde el año cientos seis en que nació Cicerón... los hijos se dedicaban a la anarquía. Ojalá volvieramos a esos tiempos, donde también se escribían libros... Ed. A. G.

“Cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre”. Gabriel García Maquez

“Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya”. Antoine de Saint-Exupéry Si existe una estrella para nosotros significa que por algo existimos, hay un propósito para estar aquí. Wus

Artífice

Rounds (o un escrito sobre Sartre)

scribir es una cuestión difícil, requiere de mucho tiempo. Es una actividad dependiente de nuestras capacidades

para movilizarnos mentalmente y exprimirnos la cabeza hasta poder tirar nuestras ideas en un texto, con las palabras precisas. Inalterable y perfecto. Rakim explicaba esta situación durante su proceso creativo: “Podría colocar tantas palabras y tantas silabas. Podría llevarlo hasta un punto donde no hubiera más palabras que pudieras poner”. Escribir con el ritmo perfecto, la mesura necesaria, la fuerza medida, un puñetazo certero en la garganta. Sartre escribe así, con una precisión asesina. El poder contenido en su prosa se ve complementando con su capacidad filosofica. Si se trata realmente de un puñetazo es uno que sentimos meses después, que nos deja morada la piel. Un puñetazo digno de hacernos repensar nuestra vida. Alain de Botton lo resume brevemente: “Sartre es famoso principalmente por su libro “El ser y la nada”, el cual mejoró su reputación no tanto por-

Variopinta que la gente pudiera entender sus ideas, sino porque no podían”. La fuerza del impacto existe en dos vías, el que lo recibe y quien lo da. Escribir con respecto a pensar es una cuestión sumamente complicada. Aumentamos el nivel de dificultad para enfrentarnos ante el enemigo más extraño que se posa en la tierra: uno mismo y lo que existe adentro. Los autores que se sumergen en el aspecto filosófico de la escritura (de la vida) valen su peso en oro (how much a dollar cost?). Sartre es mi gallo (omito la referencia a Rulfo). La lucha contenida en las palabras del autor es indescriptible, el pu-

muerzo (nausea). Las detonaciones salvajes empiezan a hacernos sangrar por adentro y cuestionar si nos atacó tan solo un puñado de dedos ¿qué es un puñado de dedos? Uno no es más que la dosis de shadow-boxing craneal que nos desfila por la espalda. “Pero he aquí un modo de ser que no concierne más que a mí: soy un hombre triste. Esta tristeza que soy, ¿no la soy en el modo de ser lo que soy? Empero, ¿qué es ella, sino la unidad

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ñetazo nos hace devolver el al-

Artífice intencional que viene a reunir y animar al conjunto de mis conductas? Es el sentido de este mirar empañado que lanzo sobre el mundo, de estos hombros agobiados, de esta cabeza que agacho, de esta flojedad de mi cuerpo todo. Pero, ¿acaso no sé, en el momento mismo en que ejerzo cada una de estas conductas, que podría no ejercerla? Si de pronto apareciera un extraño, yo erguirla la cabeza, retomaría mi aire activo y vivaz; ¿qué quedaría de mi tristeza, sino el haberle dado complacientemente cita para dentro de un rato, después que se haya ido el visitante? Esa tristeza misma, ¿no es, por otra parte, una conducta? ¿No es la conciencia que se afecta a sí misma de tristeza como recurso mágico contra una situación demasiado urgente? Y, aun en este caso, ser triste, ¿no es, ante todo, hacerse triste?” – Jean Paul Sartre

Nicolás Pacheco

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Asedio

Alma en peligro de extinción

ace ya un tiempo que leí Frankenstein, el libro ni siquiera era mío, me lo había prestado mi primo quince años

mayor al que veo sólo una vez al año, entre sus páginas me encontré uno de los delicados cabellos rizados que posee esa figura familiar tan lejana y no me atreví a retirarlo, por un extraño presentimiento de que su esencia se esfumaría si lo hiciera. Terminé de leer el libro antes de que llegara diciembre y tuviera que unirme de nuevo con mi primo, si soy sincera, no quise devolver el ejemplar, aunque lo hice; justo cuando paseaba entre las paradas del metro en la Ciudad de México, me encontré con un puesto donde vendían ediciones Tomo a treinta pesos y por suerte se encontraba ahí mismo la réplica superficialmente exacta de la que yo había regresado, la compré sin dudar. Pero ahora que estoy hojeándola para este nuevo ensayo, me doy cuenta que el interior es distinto, la letra del título es distinto: redondeada con un toque infantil como si se tratase de un cuento para niños ¡qué desastre! Desde que leí este libro tuve la corazonada de que era mi alma gemela y ahora la siento corrompida, igual que haber encontrado a tu mejor amigo después de unos años y darte cuenta de que no

Variopinta lo conoces en absoluto, igual que verte en el espejo repentinamente y notar cambios en tus facciones, sin embargo, no hablo de cambios diminutos y comunes como lo serían una arruga aquí o una arruga allá, hablo de que el color de tus ojos ha cambiado de un marrón oscuro a un verde olivo, tu piel blanca se ha vuelto bronceada, todo tú ya no eres tú: aterrador, doloroso. Eso es este, mi ejemplar, de Frankenstein; eso es, la bestia, para Víctor. Es mundialmente conocida la historia de Frankenstein y aun así me encuentro con que existen personas que no saben el simple hecho de que Frankenstein no es el monstruo, Frankenstein es el creador del monstruo, es Víctor Frankenstein es que le da vida a lo que por un momento consideró su amigo, su colega, quizá su hijo.Y también es Víctor Frankenstein quien odia, repudia y se avergüenza de lo que es su creación, odiándose automáticamente a sí mismo; no hay manera más perfecta de resumir el desamor que en sus propias palabras las cuales nos llegan escritas a través de Mary W. Shelley: “Sus miembros, eso es cierto, eran proporcionados a su talla, y las facciones que yo había creado me llegaron a parecer bellas… ¡Bellas! ¡Santo cielo! […] Durante casi dos años, yo, por este inmundo ser, me había privado del descanso en mi empeño por influirle la vida; lo había deseado con todo el ardor de que era capaz” Al leer eso me sentí indignada ¿cómo es capaz odiar a primera vista?

Asedio Mary W. Shelley no ha creado a Víctor y a su bestia, Mary W. Shelley nos ha generalizado para poner frente a nuestros ojos la inmunda naturaleza de odiarnos a nosotros y lo que de nosotros nazca, nos ha enseñado que somos seres despreciables por ser tan superficialistas aun cuando se trate de algo a lo que habíamos amado tanto. “Todos los hombres odian a un ser desgraciado. ¡Cuánto debes odiarme a mí, miserable entre los miserables seres vivos!” A pesar de no estar completamente de acuerdo con esta frase, no pongo en duda que tiene bastante razón ¿quién puede levantar la mano orgulloso de nunca haber evitado a un hombre, mujer o niño que pedía dinero manchado de barro con un inmundo olor rodeándole y los pies descalzos con uñas amariilas? Ni siquiera yo puedo, y me considero una persona a la que le importa más lo interior que lo de afuera. Sin embargo, seamos sinceros, sin una buena imagen no se logra nada y muchas veces un ser desgraciado no crea lástima, crea repulsión. ¿Por qué este asunto? ¿Por qué este angustioso sentimiento de sentirnos asqueados ante la desgracia? Nos vemos reflejada en ella, punto. Le tememos, punto. Sabemos que nos invadirá, punto. Frankenstein es un espejo si se lee con atención, Víctor busca la grandeza en la acción de crear vida, busca su nuevo comienzo y una era revolucionaria donde los humanos no tendría-

Variopinta mos que temerle a la muerte, a la desgracia de sentirnos cada vez más inútiles; de todas estas esperanzas es que nace el alma de la bestia -a la que no puedo llamar de otra forma porque nunca se menciona otro nombre para él- con un amor indescriptible, Víctor, se proyecta en un cuerpo hecho por sus mismas manos y cuando lo ve en funcionamiento, lo aborrece, porque su envoltura no es estéticamente bella, porque no importa cómo sea su espíritu Víctor no puede convivir con él sin recordarse la esencia del desgaste y la fealdad que le espera, el cuerpo del monstruo está hecho de muerte, del inevitable destino. Se siente entonces el peligro de la extinción del alma, ese adiós inminente que estamos ignorando por culpa de las dietas para bajar de peso, por culpa del maquillaje para eliminar las imperfecciones; lo que es peor, si cada uno se matara a sí mismo no había problema, destrúyete –“La autodestrucción es la respuesta” según Chuck Palahniuk.- pero la sociedad no se está autodestruyendo, está amenazando deliberadamente la existencia de los que todavía tienen alma, igual que amenazan con derretir lo polos, igual que amenazan la extensión de las selvas y la vida animal; cada persona con alma equivale a un elefante asiático. Esto no es de ahora, es de siempre, o quizá Mary Shelley era divina cuando escribió en la boca del monstruo: “Era ira, acompa-

Asedio ñada de un fuerte deseo de venganza, lo que albergaba mi corazón. ¡Qué placer hubiera experimentado entonces destruyendo la cabaña y disfrutando con los gritos de dolor de sus habitantes!” Eso es corromper el alma virgen de un ser inocente: hacerlo pensar de esa forma, volverlo cruel cuando su naturaleza era amable; él mismo lo dice: “Cuando me creaste era dulce y bueno, pero los sufrimientos han hecho de mí lo que soy: Un enemigo.” La superficialidad nunca ha sido una virtud, no es un don el saber combinar vestido con joyas con zapatos, no es motivo de alegría el comenzar a ser caramelos huecos. No hay que dejar bajo ninguna circunstancia que esta sed de físico termine con la marea de lo espiritual. Hubo una época, en que el arte románico se centraba en eso, la idea era llamada ascetismo y consistía en resaltar el interior, en ignorar lo que se encontraba frente al ojo, mirar más allá, escarbar en los miles de misterios que encierra la vida humana; el ejemplo en aquella época era visible en las iglesias, pulcras y sencillas por fuera, llenas de vida, relieves y estatuillas por dentro, si tan sólo se adaptara esta idea al siglo XXI. Combatir la superficialidad empieza desde uno mismo, saber que no todo es lo que parece y que siempre va a existir un más allá. La dualidad eterna es inexplicable, cada quien la conoce a su ritmo y cada quién sabe cómo enfrentar a sus ángeles y sus demonios, cada

Variopinta quien sabe a qué lobo alimentar -según la antigua historia Cherokee-. Así el mayor enemigo del alma es el cuerpo aunque ambos caminen tomados de la mano, aunque llegan a amarse, aunque llegan a odiarse, aunque uno sea el Víctor Frankenstein y el otro su bestia.

Ed. A. G

Linyera

Sebastien Essomba en el Festival de Comunidades Extranjeras 2017 Este año, el Festival de Comunidades Extranjeras contó con la participación de 74 países de cuatro continentes: América, Europa, Asia y África. Los puestos de cada país se ubicaron en los costados de los pasillos, contaban con muestra gastronómica donde podías comprar comida y bebida típica de cada país; exposición artesanal, espectáculo artístico, también se promocionaron países como destino turístico. La décima edición se llevó a cabo los del 28 de abril al 1 de mayo en el Estadio Corregidora de Querétaro. Durante los cuatro días se participaron artistas que representaban a los países que participaron del festival, el sábado sin previo aviso se presentó Sebastien Essomba como una muestra del talento de Camerún. El espectáculo hipnotizó a todo el público y propició un ambiente agradable y lleno de sorpresas, gracias a la energía que proyectaba desde el escenario, comenzó a llegar más y más gente hasta hacer un lleno total de las sillas y que estas no dieran abasto. Sebastien Essomba es un cantante, compositor y escritor,

Variopinta

de personalidad multifacética, él se define como “teórico de la vida”, es parte de una familia de artistas de Yaundé, capital de la Republica de Camerún en África central, creció rodeado de un ambiente lleno de ópera, música, salas de lectura y eventos de diplomacia internacional; factores fundamentales que propiciaron

Perla Peña Quintanilla

la necesidad de hablar seis idiomas, entre ellos, Español.

Acompañado de un Kul –un instrumento africano de percusión- comenzó el espectáculo, después de tocar algunas canciones invitó a gente del púbico a ser parte de un concurso, el participante que se desenvolviera mejor al ritmo de las percusiones sería señalado por el público como ganador, al final en el primer lugar hubo un empate, ambos ganadores fueron premiados y al resto de los participantes les regalaron un recuerdo del festival.

Linyera Bailaron con mucha energía y se contagiaba la buena actitud. Bajaron del escenario los participantes y Sebastien preguntó en qué idioma queríamos que cantara, y lo hizo, cantó Bésame Mucho” en Suajili, Francés, Inglés, Portugués y Español, el festival y el espectáculo cumplieron su cometido, aprendimos grandeza de la mezcla cultural. Al terminar el espectáculo de Essomba, el público comenzó a disiparse, algunas personas ya habían terminado el recorrido así que abandonaron las instalaciones, mientras que otras apenas comenzaban. Pronto la multitud fue más grande a tal grado que era casi imposible caminar, la fila para entrar al sanitario era enorme y la gente al calor de la diversidad cultural comenzó a beber demás. Atando cabos, esta edición contó con muy buenos resultados en número de asistentes y la promoción cultural resultó ser bastante interesante para todos, desde los adultos que ampliaban su panorama hasta los niños que corrían entusiasmados para llenar de sellos sus pasaportes.

Karen Miramontes

Variopinta Tres puntos... África es el mayor productor de diamantes. En el continente se produce un 50% de la producción mundial.

África... diamante en bruto... Ed. A. G.

“¿Adan y Eva eran negros? En África comenzó el viaje humano en el mundo. Desde ahí emprendieron nuestros abuelos la conquista del planeta.Los diversos caminos fundaron los diversos destinos, y el sol se ocupó del reparto de los colores. Ahora las mujeres y los hombres, arcoiris de la tierra, tenemos más colores que el arcoiris del cielo; pero todos somos africanos emigrados. Hasta los blancos blanquísimos vienen del África. Quizá nos negamos a recordar nuestro origen común porque el racismo produce amnesia, o porque nos resulta imposible creer que en aquellos tiempos remotos el mundo entero era nuestro reino, inmenso mapa sin fronteras, y nuestras piernas eran el único pasaporte exigido”. Espejos. Eduardo Galeano

“Quando mama sai de casa seus filhos se olodunzam rola o maior jazz mama tem calos nos pés mama precisa de paz mama não quer brincar mais filhinho dá um tempo é tanto contratempo no ritmo de vida de mama” Chico César, cantautor Traducción: Cuando mamá sale de casa sus hijos olodunzam Suena el mayor jazz Mamá tiene callos en los pies Mamá necesita paz Mamá no quiere jugar más hijito dále un tiempo es tanto contratiempo en el ritmo de vida de Mamá

Neblina

Cinemática (o otra reacción floral o una metáfora sobre tus ojos o los senderos que cruzaremos solos aunque nos agarremos de la mano o cuando los capullos de las rosas se abren y el futuro es menos incierto o el confort de estar vivo o toda muerte me disminuye)

uisiera soñar con los pies descalzos, sintiendo la tierra húmeda que se cuela entre las diminu-

tas escamas que el hombre no puede esconder. Los callos y la mugre envueltos en suaves voces que destilan humo. La sonrisa etérea del aire acariciando un par de tobillos rojizos. Pero sueño con dos personas que se aman en un rincón, como esperando que no los encuentre la ciudad, ocultos de los rascacielos. Las ansias de acurrucarse en los brazos del otro.Visiones de un departamento, una jaula, tórtolos, plumas esparciendo desde los tejados. El arrullo suave de las caricias que no se piden, solo se esperan. Quisiera soñar el soñarte, te vería y serías las montañas, el campo, sueños horizontales en colores cálidos, el viento soplando, las piedras inertes, las hojas revoloteando sobre tu mirada. La unión inminente de los cauces, tus hombros encimandose sobre los míos. Ningún hombre es una isla.

Variopinta Cruda Son atisbos de tiznada. Retrueno, iris quebrada Una madre consternada. Escamoles en la mirada (me lleva la chingada).

ร rido Te amo, cielo. Te amo, tierra. (Te amo, cielo. Se mi tierra).

Nicolรกs Pacheco

Nicolรกs Pachecho

Posdata 23 de abril, 2017.

Querida madre:

e extraño. Dos palabras que he intentado no mencionar cada vez que me llamas por las noches preguntándome

como estoy, sé que nunca debería decir mentiras pero desde que no estamos juntas sólo una ha logrado ser la fuerte ante esta situación, o al menos ha intentado serlo. Dejé mi voz de lado y preferí escribir lo que ha sucedido, tengo miedo de que por mí dejes de lado una gran oportunidad. Ahora comprendo perfectamente el miedo que llegaste a tener cuando me dijiste que te ibas. Siento que han pasado décadas desde la última vez que te vi. Ya no veo las llaves de tu auto en la mesa, no escucho la secadora por las mañanas y ya tampoco veo ropa tuya en mi clóset -el cual quedó casi vacío-. No sólo te llevaste tus pertenencias, también te llevaste una parte de mi vida. Nuestras rutinas cambiaron de un día para otro y seguimos sin acostumbrarnos. Recuerda que los cambios son buenos. Quisiera saber cómo te va a ti, qué cosas callas para permanecer fuerte. ¿Comes bien?, ¿duermes bien? Porque desde que no

Variopinta

estás he perdido el apetito y la noche se ha vuelto mi pasatiempo. Ya has de suponer que estoy mal, que todo es difícil y que la escuela me distrae por unas horas sólo para dejar de sentirme triste sin ti. Deja de preocuparte por mí, cargarás un peso que no necesitas, déjame aprender a ser fuerte sin dejar que te olvide; te prometo que seré fuerte, aprenderé a vivir. Sin importar qué tan lejos estemos, siempre seré tu hija. Seguiré llamándote, continuaremos discutiendo y escribiré todo lo que no he podido decirte. Esperaré tu visita para poder abrazarte y llorar en los brazos que me protegieron todos los días. Mientras tanto continuaré pensando en tu sonrisa: la única razón por la que sigo viviendo.

Con amor, tu hija. P.D. Sonríe, por mí, por ambas. Wus

A girl writing - Henriette 37