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EN CLAVE DE MUJER «Ha sido un derroche
PRESEMINARIO COMBONIANO 2021
En julio pasado se realizó el preseminario comboniano en Sahuayo, Michoacán, que contó con la participación de varios jóvenes que nos compartieron su alegría.
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INDEPENDENCIA Y RELIGIÓN
En México, septiembre es sinónimo de «mes patrio», pues celebramos la Independencia el día 16. Sin embargo, pocos recuerdan que este fue un movimiento político y social en el que la Iglesia tuvo mucho que ver.
Este año, los mexicanos celebramos el aniversario 211 del Inicio de la Independencia de nuestro país, el cual comenzó el 16 de septiembre de 1810, con el famoso «Grito de Dolores» que realizó el cura Miguel Hidalgo y Costilla en lo que hoy es la ciudad de Dolores Hidalgo, en el estado de Guanajuato.
Fue ahí, en la «Cuna de la Independencia», donde el Padre de la Patria llevó a cabo su trabajo como miembro de la Iglesia y edifcó talleres para enseñar a los más pobres. Entre los ofcios que se enseñaban ahí estaba la alfarería, la carpintería y la elaboración de telas. Además, Hidalgo se encargó de adiestrar a los indígenas como agricultores y artesanos.
No cabe duda que el llamado del cura siempre fue ayudar a los más vulnerables, que en aquellas épocas (y lamentablemente aún hoy día), eran los indígenas: esclavizados, discriminados por su etnia y condenados a la pobreza extrema.
Y aunque el cura Hidalgo encabezó el inicio de la lucha, fue otro religioso, José María Morelos y Pavón, quien se encargó de la segunda etapa del movimiento.
No fue casualidad que varios miembros de la Iglesia se encontraran entre los organizadores del movimiento de independencia (conocidos como Insurgentes) ni que la lucha comenzara con el repique de la campana de una iglesia, la de la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores; ni que a falta de una bandera nacional, el cura Hidalgo portara el estandarte de la Virgen de Guadalupe como símbolo del país que estaba por nacer.
La defensa de los más vulnerables sigue siendo uno de los principales motores de la Iglesia, por lo que los valores cristianos del cura Hidalgo aún son honrados; basta con escuchar cómo resuenan las inmensas campanas de la
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