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digital transformation
María Victoria Díaz
No es de extrañar que en alguna reunión de trabajo o webinar salga a relucir la frase inteligencia artificial (IA); si bien anteriormente parecían términos lejanos, cada vez con mayor frecuencia los escuchamos en el día a día.
Ahora bien, cuando nos preguntamos qué tan cerca o qué tan lejos estamos de su uso práctico, hallamos ejemplos de esta todos los días: en los asistentes de voz de nuestros teléfonos celulares, en esa publicidad que nos llega justo cuando necesitamos ese producto… ¡Qué extraño! Justo hablaba de mi necesidad y, como por arte de magia, apareció la publicidad del producto.
Antes de continuar, vayamos a la génesis. ¿Qué es la IA? En la academia se define como la ciencia de la computación que se encarga de estudiar modelos de cómputo que permiten a las máquinas realizar actividades propias de los seres humanos.
Sin embargo, cuando mi sobrina de 8 años es quien pregunta, me siento a su lado y le explico que, según la RAE, inteligencia es la capacidad de entender, comprender y resolver problemas; mientras que artificial es algo producido por el humano; teniendo esto como base, la inteligencia artificial no es más que la capacidad que le damos a las máquinas de realizar tareas que naturalmente son de humanos.
¿Qué tipo de capacidades podemos transferir a una máquina?
Procesamiento del lenguaje natural (NLU): el poder entender y responder preguntas a través de una conversación fluida, es una de las capacidades más cercanas, principalmente debido a los asistentes virtuales, también conocidos como chatbots. Como si fuese poco, a medida que estos responden a los usuarios, hacen descubrimientos del contexto, extraen de esas conversaciones rubros, productos, servicios, tipos de clientes e incluso la emoción subyacente en cada frase.
Reconocimiento visual: ingresando una fotografía, una computadora tiene la posibilidad de distinguir en ella: colores, formas, objetos, identificar personas; incluso haciendo un entrenamiento de máquina más profundo, podemos saber que ese objeto es una gaseosa, analizando a sus colores y formas saber la marca; de la persona reconocer el género, la edad e inclusive su emoción gracias a su expresión facial.