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Pasar voz a texto y viceversa: una capacidad que brinda grandes ventajas en aplicaciones para personas con discapacidad visual, cuando su interacción con el exterior es requerida en formato de texto.
Operaciones matemáticas complejas: al hablar de extracción de grandes volúmenes de datos (big data), es condición sine qua non saber qué hacer con ellos; sabiendo el “qué hacer”, la inteligencia artificial puede mostrar el “cómo”, el procesamiento de datos puede involucrar: clasificación, para hacer reconocimiento de imágenes o detección de spam; regresión, para predecir un atributo de valor continúo asociado a un objeto o agrupaciones para segmentar clientes o entender nuestras ventas.
¿Qué tan confiable puede ser la IA? Para saberlo, todo sistema debe arrojar el grado de precisión y de exactitud que posee (entre otras mediciones) y es ahí cuando evaluamos qué tan confiable es su implementación.
Veamos un ejemplo: un centro de llamadas, que logra solo atender el 30% de la demanda (por el gran volumen que maneja y la poca cantidad de operadores libres), implementa chatbot, aplicativo que simula una conversación en lenguaje natural y da atención primaria, según se entrene. Supongamos que esta IA tiene una confiabilidad del 80%. En ese escenario, el resultado final puede ser el 100% de la atención, dado que, al implementar el sistema, se atenderá de forma directa al 80% de los clientes, transfiriendo solo el 20% restante a los operadores humanos, logrando incluso reducir en 10 puntos el volumen inicial, con lo cual pueden optimizar tiempos de respuestas y calidad.
Aun con presupuestos limitados, es posible implementar este tipo de soluciones. Los principales jugadores en la nube: IBM, Microsoft, Google, Amazon, ofrecen opciones económicas con grandes ventajas y la posibilidad de ensayar de forma gratuita.
Todo lo expuesto es posible, incluso en nuestras fronteras. Desde hace un par de años la banca venezolana ha dado un paso al frente en el uso de IA, gracias a sus asistentes virtuales, quienes ofrecen atención 24x7 a preguntas frecuentes sobre productos y servicios, gestionan claves e incluso son capaces de actualizar tus datos.
El reto que nos queda es hacer uso responsable y ético de la IA, porque grandes poderes traen consigo grandes responsabilidades.
Las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la primera semana de septiembre de 2021, indican que el 40 % de la población mundial ha sido vacunada para prevenir el COVID-19. Sin embargo, existe una brecha muy grande entre los países ricos y los pobres.
Mientras que en Estados Unidos, Canadá y la mayoría de países de Europa y China superan el 70% de su población vacunada -con la excepción de Japón-, en América Latina no llega a un 30% en promedio, mientras que en los países de África el promedio es menor al 2%.
Es indudable que los países que aseguren la salud de su población en forma más acelerada, estarán en ventaja en relación con los que no lo han hecho. Ante este escenario tan complejo e injusto, las personas tendrán que seguir trabajando desde sus hogares. La Organización Mundial del Trabajo, define el “teletrabajo” como actividad realizada fuera de las instalaciones de la oficina o lugar de trabajo habitual, acción que hoy la vemos como “normal”. Afortunadamente la mayoría de los seres humanos tenemos la facultad de adaptarnos a los cambios rápidamente, aunque al principio seamos un poco reacios.
Por el contrario, a principios del año 2020 considerábamos el teletrabajo como algo poco común y solo usado para trabajos puntuales, pero la pandemia cambió al mundo, cambiando también la forma de trabajar, obligando a las empresas a establecer nuevas estrategias para perdurar.
La pregunta que se hacen los empresarios es: ¿cómo mantener la rentabilidad del negocio si se ha cambiado radicalmente la forma de trabajar?
La pregunta dice “radicalmente”, ya que se ha provocado una disrupción en los negocios, obligando a las empresas a ser proactivas y, para ello, evaluar sus capacidades para hacer frente a la situación desde el punto de vista operativo y financiero, con la intención de generar rentabilidad para el negocio.
Se debe tener claro que el incremento de las ventas y las ganancias no necesariamente indican que una empresa está teniendo éxito; el verdadero éxito está en sus niveles de “rentabilidad” que miden la efectividad de la administración de la empresa para controlar los costos y gastos, y de convertir ventas en utilidades.
En términos generales, el concepto de rentabilidad se refiere al rendimiento de una inversión determinada, y se expresa por la relación entre los resultados y los recursos empleados. Es el indicador más importante del desempeño de los negocios, ya que relaciona la eficiencia económica con su eficiencia financiera, aun cuando es importante saber que una compañía debe tener un nivel de solvencia y liquidez adecuado.
La rentabilidad se debe medir considerando los resultados clave de la empresa. Para comprenderlo mejor, se presentan sus más importantes indicadores a ser analizados:
Rentabilidad del Capital, representa la relación porcentual entre la utilidad neta (UN) del ejercicio y el patrimonio de los accionistas. Los accionistas invierten su capital para obtener beneficios; el resultado representa el porcentaje de beneficios sobre esa inversión. Se determina con la fórmula UN/ Inversión x 100.
Rentabilidad sobre las Ventas, UN/Ventas Netas x 100, indica la rentabilidad de los principales ingresos de las empresas en base a su desempeño operativo.
Rentabilidad sobre la Inversión, UN/Activo Total x 100, muestra el rendimiento de las inversiones realizadas por la empresa, eficiencia en el uso de activos. Las inversiones tienen como propósito generar ingresos.
Los tres indicadores presentados deben ser positivos y con resultados preferiblemente con crecimiento en el tiempo. Son negativos cuando la empresa presenta pérdidas.
Otro importante indicador es UN/ Utilidad Operativa x 100; el resultado representa el porcentaje del beneficio generado por las actividades naturales del negocio, su actividad principal, sin tomar en cuenta la diferencia entre ingresos y egresos extraordinarios. El resultado debe ser alto, ya que así demuestra que sus beneficios son producto de operaciones propias objeto de la empresa.
La pandemia ha originado un impacto en la rentabilidad de las empresas. Se han afectado las ventas, así como las inversiones, y por ende las utilidades operativas y netas. El problema es: ¿cómo revertir la situación?
Para que las empresas puedan generar rentabilidad, bajo el esquema de trabajo a distancia o teletrabajo, se deben tomar en cuenta varios aspectos:
El gerente genera resultados, pero el líder los mejora. En tal sentido, el gerente debe ser líder; si no lo es, esta es la oportunidad de serlo. ¿Cómo?
En lugar de impartir órdenes, opinar antes de escuchar, decir “yo”, presumir sus éxitos, hablar de que tiene empleados, debe comportarse como un líder; es decir, aconsejar y guiar, escuchar opciones antes de opinar, decir nosotros, compartir sus éxitos y hablar de que tiene un equipo de trabajo.
De igual manera es indispensable que el líder cuente con facultades clave: actitud y aptitud; la primera demuestra el estado de ánimo, la iniciativa para hacer las cosas, su forma de responder ante situaciones; y la segunda su capacidad y conocimientos técnicos para realizar ciertas actividades. Resumiendo: actitud positiva y capacidad para llevar a cabo las tareas. Para ser productivo en el teletrabajo se deben formar equipos de trabajo en los que sus integrantes estén claros en la nueva forma de llevar a cabo sus funciones y qué se espera de ellos. Se deben establecer nuevos procedimientos, normas y responsabilidades individuales y en equipo, pensando en la sinergia necesaria y productiva.
Por otro lado, es fundamental que la empresa proporcione los recursos en equipos y tecnológicos para poder teletrabajar adecuadamente. Igualmente deben estar atentos a quiénes requieren entrenamiento, independientemente del cargo que desempeñen.
Se deben facilitar y mejorar las competencias comunicacionales, creando un ambiente de confianza, haciendo visible el lado humano de cada integrante, que se conozcan mejor para aumentar la eficacia, la productividad y el optimismo del equipo.
Otro factor para incrementar la rentabilidad, haciendo los equipos más productivos, es otorgándoles poder a algunos de sus miembros, empoderar los más destacados y/o con más experiencia para que tomen decisiones que tomaba el gerente antes de la pandemia; otorgar cierta autonomía no significa perder el control del negocio, sino dar respuestas más rápidas a los clientes, proveedores y a otras áreas del negocio, haciendo los procesos más fluidos.
Grandes empresas están aplicando cuestionarios a sus empleados para medir el estado emocional y de estrés que quizás les ha causado la pandemia y los cambios en la forma de trabajar. Preguntas sobre su estado de ánimo del antes y después, si extrañan el trabajo presencial, en general preguntas para indagar el estado emocional del empleado; el objetivo es apoyar psicológicamente a los que se han afectado por la situación. De igual manera, establecer cómo se sienten con el uso de la tecnología y sus nuevas vivencias con el
teletrabajo, lo que podría requerir apoyo técnico.
Otro aspecto es promover la innovación en el equipo a través del intercambio de ideas; en tal sentido, escuchar las opiniones de nuevos productos y servicios analizados en equipo, así como también innovar en los procesos.
El proceso de teletrabajo se debe ir mejorando, realizando los ajustes necesarios. Hay que tener claro que es una nueva forma de trabajar, por lo que se debe llevar a cabo con nuevas estrategias.
Ser resiliente y mantener el equipo motivado, incrementan la productividad para la rentabilidad del negocio, son prácticas que no pueden faltar. No solo con el liderazgo se logra incrementar la rentabilidad, también debe existir una política de control de costos, aprovechar los descuentos cuando se pueda, buscar alternativas de precios más bajos con proveedores, revisar todos los gastos administrativos y operativos, con posibilidad de recortar y/o minimizar los no justificados ante la situación, sin recortar los incentivos a los empleados.
Se debe aprovechar y explotar las redes sociales, marketing digital, para promocionar los productos y servicios que ofrece la empresa, campañas de publicidad con el fin de incrementar las ventas.
Siguiendo esta serie de recomendaciones para incrementar la productividad de la empresa y hacer más efectivo el teletrabajo, la rentabilidad del negocio crecerá.