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Las ‘big tech’ deberían pagar a cada español 40.000 euros al año página 12
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¿La caída del petróleo es un bache coyuntural? página 13
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revista semanal 2.9 La de economía de El Mundo. Del 25 5 4 al 31 de julio de 2021
Aristóbulo de Juan: la banca ya no es lo que era página 15
El lujo del vino: Priorat, Bierzo, Rioja Álvaro Palacios
Bodeguero
“Lo hago todo por mi país” página 4
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el arte de hacer empresas, empresarios, gestores, compañeros y rivales.
‘‘
Álvaro Palacios
No quiero despistarme. Estoy superentregado a afianzar mis marcas” Es uno de los grandes embajadores españoles que hay en el mundo. En el Priorat, el POR MARTÍ SABALLS FOTOGRAFÍA ANTONIO HEREDIA Bierzo y la Rioja, donde nació, su liderazgo ha crecido desde la defensa de la uva vieja, del pueblo y de la tradición.
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Álvaro Palacios (Alfaro, La Rioja, 1964) levanta la cabeza, mira el cielo, sin pestañear, y dice: “El clima.” Hacia el suroeste empiezan a acumularse capas uniformes de nubes, de color gris, nimboestratos. Señal de que puede llover. Es mediados de julio y nunca hay que evitar pensar en la peor pesadilla posible para un agricultor: la tormenta dañina. “¿El clima?”, pregunto a Palacios. “Sí, es lo que más me preocupa en esta época”. Se agacha para recoger del suelo un trozo de uva, minúscula. Tiene una pequeña hendidura. “Es de la última granizada.” Pudo haber sido peor. Estamos a 350 metros de altura en Gratallops (237 habitantes), comarca del Priorat, provincia de Tarragona, en una ladera casi vertical, como un anfiteatro, entre viñas que se alinean como soldados perfectamente ordenados o como espectadores que asisten a una representación. Cada una de las vides sujeta uno o dos racimos de uva garnacha, aún amarillenta, pequeña, a la espera de alcanzar su esplendor a mediados de septiembre. Entre
Álvaro Palacios, el lujo del vino
do el verano. Ahora nos vendría muy bien un chubasco perfecto, 15 litros, no más, seguido de viento del noreste, el serè, para secar rápido el terreno. Luego, calor. Hasta la vendimia”. Y Palacios se ríe. Es su carta al cielo. Imposible de controlar. De lo que ocurra en el próximo mes y medio dependerá el sabor y el olor de uno de los mejores vinos que hoy salen de la tierra: L’Ermita, por el que se pelean para lograr su escasa producción los grandes especialistas del planeta. No más de 3.000 botellas en un año bueno, con una cotización que empieza a subir a partir de los mil euros. En 2020 se produjeron 1.600 botellas por culpa de la epidemia de un maldito hongo, el mildium, amante de la humedad. Al mildium se unió la pandemia, pero esta es una historia de la que hablaremos más adelante. En 2020 llovió más de la cuenta, 674 litros en el año, el doble de lo normal, y afectó a la cantidad de uva que pudo recolectarse. De estos y más detalles escribe Álvaro Palacios en una carta todos los años que envía a clientes y
“Lo que quiero es que la copa de vino me vuelva loco. La sabiduría, en el vino, se alcanza con el tiempo. Sé que no voy a poder probarlo todo.”
viñedos, en uno de los estrechos pasillos que separan las terrazas, dos mulas arando siguen las voces de ambos arrieros. Otras cuatro mulas descansan a la espera de ser llamadas a tarea en su mular. No hay espacio para máquinas. “El año va bien. Nevó en invierno. Dejó hasta 50 centímetros que permite tener reservas en el subsuelo. Salvo momentos de calor muy determinado, hemos tenido una primavera fresca y así está yen-
amistades. Un repaso de la temporada y una premonición de lo que ocurrirá en el futuro: “El vino de 2020 muestra ademanes de generosidad y de intriga ensimismada, como si intentara explicar las complejidades del clima. Las sensaciones del placer conviven con una madurez rotunda. Su opulencia ofrecerá lo mejor de sí con el paso de las décadas, intuyendo en una gota la magnitud del caudal de todo un río lleno de fuerza y sensuali-
dad embrujada”. Le recuerdo la primera conversación que tuvimos, junio de 2007, y una de sus frases: “A veces me dan ganas de envejecer para ver qué pasa con mis vinos y, así, poder morirme tranquilo”. Define L’Ermita de 2020, que cata cada semana y media, como un “bebé neonato”. No obtendrá su máximo esplendor hasta dentro de 15 años. Paladea un sorbo, como si fuera lo último que haría en vida. “Lo que quiero es que la copa de vino me vuelva loco. La sabiduría, en el vino, se alcanza con el tiempo. Sé que no voy a poder probarlo todo.” HAN PASADO 32 AÑOS desde
que el hijo de José Palacios Remondo y Carmen Muro, quinta generación de bodegueros por parte de madre, dueños de un hotel al lado de la bodega riojana, decidiera instalarse en una deprimida comarca del sur de Cataluña con una mano delante y una detrás, acompañado de su esposa, Cristina. Séptimo de nueve hermanos, había pasado sus años de aprendizaje en Burdeos (Château Pétrus) y en Napa (California), cuando René Barbier, bodeguero, mentor, amigo de la familia, le animó a instalarse en el Priorat, donde él junto a otros aventureros del vino redescubría aquella tierra. Con unos ahorros y con el dinero que sacaba en la venta de barricas de roble por toda España, pudo comprar la primera de las fincas: Dofí, que aún da nombre a uno de sus vinos. En 1992 lanzó Les Terrasses, con uva comprada a los agricultores de la zona. L’Ermita llegaría en 1993. La hectárea y media de sus vides, cultivadas desde 1939, la compraría a un pequeño viticultor: Octavi Maimí. Con l’Ermita el nombre de Álvaro Palacios ascendió al olimpo mundial del vino. En 2015 la más influyente guía de vinos que hay en el mundo, Robert Parker, otorgó la máxima calificación, 100 puntos, a un L’Ermita de 2013. Aquel año, dos galardones más.
La revista británica de vinos Decanter, una de las biblias del sector, le nombraba Hombre del Año, y fue nombrado Masters of Wine por este Instituto. De L’Ermita 2013 solo se produjeron 700 botellas. La botella, que rozó la valoración de 2.000 euros, no está disponible por los canales oficiales de distribución. L’Ermita también fue el definitivo escaparate para demostrar el poder de la garnacha, la principal uva autóctona de la zona, una de las nueve uvas tintas consideradas nobles junto a pinot noir, cabernet sauvignon, syrah, sangiovese, malbec, merlot, tempranillo y nebbiolo. “La uva es el hilo conductor para que el producto tenga sentido. La variedad autóctona es la que mejor resiste”, cuenta Palacios, a quien los viticultores le llaman “el jardinero”. Sale a pasear y trabajar al campo por sus viñedos siempre que no está de viaje. Él mismo observa una por una las vides, donde están trabajando 30 personas en estos mo-
mentos. En esta época toca desnietar, eliminar hojas y brotes que pueden perjudicar el buen desarrollo de la uva. EL PRIORAT es un islote de
montañas mediterráneas que la separan del mar, donde se reparten breves valles de ríos torrenciales, escasos de agua en verano, con una herencia monacal: Escala Dei. Sus 23 municipios suman 9.100 habitantes. En los años 40 se dedicaban 17.000 hectáreas a producir un vino duro. Aquel vino se producía y se bebía muy rápido, explica Palacios, no se dejaba reposar. Se destinaba a todo tipo de caldos: dulces, rancios... no daba tiempo a ver su calidad. En 1989 había 780 hectáreas, cifra que en 2021 ha crecido hasta las 2.100 hectáreas. Solo en Cataluña hay 57.492 hectáreas. Hay 90 bodegas en la comarca que se comparan con las 4.000 que hay en toda España, un 2,25%. Pregunto a Joaquim Vila, copropietario de Viniteca Vila, y uno de los dis-
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EL PODER DE LAS VIDES. Diecisiete marcas repartidas en tres regiones españolas: Bierzo, Rioja y Priorat. 1,8 millones de botellas. 16 millones de euros en ventas. Estos son los activos de Álvaro Palacios, cuyo objetivo es consolidar y ordenar lo que tiene sin perder de vista la defensa de la tierra que cultiva.
EL VIÑEDO POR COMUNIDADES Superficie, en Ha. En 2020. 465.140 Castilla-La Mancha 83.763 Extremadura 59.915 Valencia
52.524 Rioja
25.208 Galicia
conversación con Álvaro Palacios. De la relevancia de la Iglesia en la producción de vino en épocas medievales menciona el ejemplo de Châteauneuf- du-Pape, al la-
Valmira Plácet de Valtomelloso Propiedad Montesa La Vendimia
22.282 Andalucía 21.831 Murcia 19.010 Navarra
PRIORAT
13.330 País Vasco
400.000
9.529 Madrid 7.886 Canarias
BIERZO
2.945 Baleares
375.000
25 Cantabria 3 Asturias
949.565 TOTAL
botellas
Moncerbal Las Lamas Val da Foz Corullón Pétalos
1
Distribucón de las marcas de sus DO y botellas producidas. 2020.
35.790 Aragón
LA COMPARACIÓN CON FRANCIA es constante en la
EL TRIÁNGULO DEL VINO DE ÁLVARO PALACIOS
57.492 Cataluña
RIOJA ORIENTAL
millon botellas
tribuidores de los vinos de Álvaro Palacios, cuál ha sido la principal aportación que él ha dado al sector: “Ha sido un pionero en potenciar el vino de un lugar, de un paisaje, de una gente, de un pueblo y de una parcela. Aquello que los franceses han bautizado como lieu-dit”. La legislación especial en la comarca ha permitido que las etiquetas destacaran precisamente estas características topográficas, una reminiscencia a los viejos vinos franceses, la gran viña clasificada. “Defender y conservar”, agrega Vila. “Hay que luchar por el pueblo. El conocedor del vino quiere conocer todos los detalles de lo que está bebiendo. Su DNI. Esto es lo que hace a un producto elitista”, define Palacios.
botellas
L’Ermita Les Aubaguetes La Baixada Finca Dofí Gratallops vi de Vila Les Terrasses Camins de Priorat
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do de Aviñón, tierra episcopal, hasta la Borgoña. Esta región en el centro de Francia, capital Dijon, es la gran referencia, tierra de minifundistas, que cultivan sus mínimas hectáreas como oro en paño. Hasta 50 millones de euros se ha llegado a pagar por un terreno que equivale a un campo de fútbol. Sus vinos siguen siendo los más valorados y buscados de la tierra. El enólogo Josep Roca, copropietario junto a sus
Álvaro Palacios, el lujo del vino
de Burdeos pueden llegar a exportar por un valor de hasta 1.000 millones de euros al año. “Se requiere una generación más para que en España haya una zona que tenga la imagen de Borgoña” explica Palacios. Francia es el segundo productor mundial de vinos por detrás de Italia y por delante de España; pero es el primer exportador en precio. “Los franceses, a pesar de la pandemia, no van a parar para seguir ven-
“Hay que luchar por el pueblo. El auténtico conocedor del vino quiere saber todos los detalles de lo que está bebiendo. Su DNI. Esto es lo que hace a un producto elitista”.
hermanos del Celler de Can Roca, coautor de Tras las Viñas, el mejor libro de entrevistas publicado en España sobre el vino, me describió en una ocasión que beber un Borgoña es adentrarse en una espectacular carretera de montaña, con sus curvas, llena de riesgos. Lo comparaba con la otra gran denominación francesa: Burdeos, que para Roca es como conducir en una autopista perfecta, sin sorpresas. Los grandes reservas (cru)
diendo. Los bordeleses y los bodegueros de la champagne están siempre viajando”. El covid pudo impactar en el sector en el segundo trimestre; pero ya este primer trimestre de 2021 las exportaciones mundiales han superado las del mismo periodo de 2020. Un crecimiento del 2,5% en valor y 1% en producción. En el caso de España, los aumentos han sido del 7,3% y 18,1% respectivamente, según El Observa-
‘‘ Con la pandemia, pensaba que nos íbamos a arruinar. Empecé a hacer cuadros de Excel sin parar”
“Volveremos a vernos las caras y a mantener relaciones. Me veo viajando como siempre lo he hecho” “Ahora toca ordenar un poco los trocitos de emociones que hemos ido cultivando estos años”
torio del Vino. ¿Cómo vivió la pandemia? “Pensaba que nos íbamos a arruinar cuando se cerró todo. Empecé a hacer números sin parar. Antes iba más a boleo. Empecé a hacer cuadros de Excel. Logré refinanciar y tuve clientes que se portaron muy bien. Alguno de EEUU incluso me pagó las comandas que se reiniciaron en junio por adelantado. La población, confinada, empezó a beber. Enviábamos botellitas a los clientes para hacer las catas.” UN TÓPICO: ¿Volverá el sec-
tor, tan acostumbrado a viajar, a ser como antes? “Volveremos a vernos las caras y a mantener relaciones. Me veo viajando de nuevo, como siempre”, pronostica Palacios. Los grandes clientes quieren ver y hablar con los protagonistas del vino. Existen clubes de vino distribuidos por el mundo, donde se reúnen a compradores e invitan bodegueros, auténticas celebridades, para celebrar catas y hacer maridajes. “Estamos constantemente siendo observados por los consumidores. El vino de calidad cada vez aumenta más. El consumo de los clásicos está al alza; aunque yo, aun siendo un privilegiado, no soy un clásico. Un clásico en España es Vega Sicilia, a diferencia de nosotros, L’Ermita y Pingus (producido por Peter Sisseck en
Quintanilla de Onésimo)”. Gran aficionado al toreo y al flamenco, jinete en sus tiempos libres, Álvaro Palacios ya se pasa las semanas viajando. De la Rioja, donde lleva las riendas de la bodega familiar (recuerda con emoción el fallecimiento por covid en enero de este año de su hermana Chelo, su gran colaboradora y protectora) al Bierzo, donde tiene a su sobrino Ricardo en primera línea y al Priorat. Esto, sin olvidar las escapadas a las bodegas de colegas en Francia. Juntas, su triángulo de oro suma 16 millones en facturación. Seguirá habiendo un crecimiento para consolidar marcas muy concretas. ¿El futuro? “No quiero despistarme. Estoy superentregado a afianzar mis marcas. Quiero combatir la decadencia del mundo rural. Quiero seguir plantando algunas vides, muy seleccionadas, con tranquilidad. Ordenar un poco los trocitos de emociones (sus parcelas) que hemos ido cultivando y haciendo crecer estos años.” Palacios no se ve asesorando ni metiéndose en líos. Tampoco vendiendo las bodegas, aunque hace unos días recibió la última oferta de compra. Esta es su vida. “Hay que afianzar la marca”, repite. ¿Qué otras zonas de España le llaman la atención? Aquí se moja: Jerez y Sierra de Francia, en Salamanca. Su hija Lola, 23 años, enóloga, ya ha hecho prácticas en las principales bodegas europeas. Palacios ha sido nombrado presidente de Paisajes y Vinos de España, una asociación cuyo objetivo es combatir la degradación paisajística de terrenos muy especiales. “¿Imagínate que allí arriba [señalando el Montsant] se instalaran molinos de viento?” Dice estas palabras tras haber descubierto los secretos de la cata de algunos de sus vinos privilegiados: La Baixada, Les Aubeguetes y L’Ermita. Y reafirma: “Yo soy del lugar. Todo lo que hago es por mi país.” Es su filosofía de vida y de trabajo.