Una añada generosa y prometedora #Bourgogne22

DAVID DUBAND & LES TERRES DE PHILÉANDRE

El respeto por la vinificación tradicional de los grandes pinot noir de la Côte de Nuits

RHÔNE 2022

Vinos con tipicidad en una añada cálida y seca

BOURGOGNE 2022

UNA AÑADA GENEROSA Y PROMETEDORA

¿Qué es y por qué comprar vinos de Bourgogne en Preventa?

En Vila Viniteca importamos vinos de Bourgogne desde 1990. Actualmente, con un catálogo de más de 1.400 vinos y con más de 75 bodegas, ofrecemos una de las mejores selecciones de la zona.

La Preventa de Bourgogne supone una oportunidad única de reservar y comprar algunas de las cuvées más deseadas a un precio irrepetible. A diferencia de la Venta a la Avanzada –de la que somos pioneros en España desde hace más de 20 años–, la Preventa ofrece un plazo de entrega mucho más corto, ya que muchos de los vinos ofertados se entregan apenas unas semanas después de que acabe la oferta, y los más tardíos normalmente antes de finalizar el año en el que se realiza la compra.

La Preventa ofrece también la posibilidad de acceder en exclusiva antes que nadie a algunas botellas irrepetibles a un precio ventajoso. La mayoría se ofrecerán más caras a partir de su salida y otras directamente dejarán de estar disponibles y será muy difícil poder disfrutarlas.

¿Por qué comprar Bourgogne en Vila

Viniteca?

Experiencia: Desde 1932. Nos avala una larga tradición, muchos años de experiencia y un gran equipo de profesionales que le ayudarán a hacer una buena elección. Importamos vinos de Bourgogne desde hace más de 30 años.

Cuidada selección: Degustamos en barrica para garantizarle la mejor elección, acompañada de información detallada de cada bodega y nuestras opiniones personales.

Compra por unidades: Le ofrecemos la posibilidad de comprar por botellas

al mismo precio sin necesidad de quedarse con una caja completa de cada vino. Esto le permite seleccionar sus botellas preferidas sin obligación de comprar más vino del que le interese.

Amplia oferta: Tenemos los mayores cupos de algunos vinos. En esta añada 2022 podrá escoger entre más de 430 vinos blancos y tintos. En nuestra Preventa ofertamos los vinos de 30 domaines de Bourgogne que importamos directamente. La mayoría de las bodegas las comercializamos en exclusiva para España. Además, desde hace 8 años, también ofrecemos los vinos de 11 fantásticas bodegas del Rhône.

Exclusividad: Posibilidad de comprar en diferentes formatos algunas cuvées que se embotellan en exclusiva para nosotros.

Sin intermediarios: Recibimos los vinos directamente de bodega.

Entrega gratuita: En cualquier punto de la península a partir de 1.000 € de compra.

La situación del mercado: ¿estabilización de precios?

En los últimos años, los vinos de Bourgogne han vivido un éxito sin precedentes. La gran demanda mundial y una sucesión de añadas de escasa producción han provocado una situación inédita, con stock insuficiente para satisfacer un mercado creciente y con unas tarifas que se han disparado al alza en una carrera que parece no tener fin.

La escasa y cualitativa cosecha 2021 parecía –hace apenas unos meses– haber marcado un límite de precios difícil de superar. Con las vendimias 2022 y 2023, llegaban por fin dos añadas abundantes que repondrían las existencias bajo mínimos de las bodegas y de

sus clientes. Pero en las primeras transacciones –hace poco más de un año– no se produjo el descenso de precios deseado por los négociants y los importadores. Los vignerons que comercializan uvas, o una parte de su producción, seguían teniendo una gran demanda y decidieron mantener los precios –o incluso aumentarlos– ante un cliente sin stock y que necesitaba comprar para satisfacer a sus mercados.

Del vino regional más sencillo al Grand Cru más deseado, en la cosecha 2022 no ha habido una tendencia homogénea de precios. Ante este desbarajuste, aparentemente difícil de comprender, cada bodega ha optado por tomar una posición diferente. Algunas, posiblemente la mayoría, han mantenido las tarifas de la añada 2021. Otras, que quizá el año pasado no incrementaron tanto los precios como sus competidores, los han aumentado alrededor de un 10% y otras han decidido –selectivamente y vino a vino– mantener, aumentar o bajar,

dependiendo de cada referencia. Algunos de los grandes négociants han ajustado sus márgenes con la cosecha 2022, para no continuar perdiendo cuota de mercado en tiendas y restaurantes, a la espera de compensarlo con una cosecha 2023 que también ha sido abundante.

Los momentos de incertidumbre económica mundial que estamos viviendo hacen difícil de prever qué sucederá con los precios de la añada 2023, que continúa criándose en las cavas de la Côte d’Or. Si a la bajada de consumo de algunos mercados claves para Bourgogne le sumáramos una próxima vendimia 2024 tan generosa como la 2022 o 2023… ¿qué podría suceder? Pero aquí no sabemos jugar a hacer de vidente con la naturaleza.

En Vila Viniteca hemos conseguido más del doble de botellas de Bourgogne que en la añada 2021. Recomendamos comprar.

Bourgogne 2022: una añada generosa y prometedora

Por el BIVB (Bureau Interprofessionnel des Vins de Bourgogne).

Los dos primeros meses del año fueron de grandes contrastes: enero fue más fresco de lo habitual y febrero significativamente más templado. El mes de marzo se dividió en dos, con una primera quincena fresca y una segunda muy suave. Esta suavidad estimuló la reanudación del ciclo vegetativo y los primeros brotes verdes se observaron ya en los primeros días de abril. Pero luego llegó una masa de aire frío, procedente de Escandinavia, que provocó un descenso de las temperaturas y 4 noches de heladas (3, 4, 9 y 10 de abril). Los daños fueron en su mayoría limitados, excepto en determinados sectores del Yonne, especialmente en la base de las laderas. La vegetación se ralentizó temporalmente, pero se reanudó rápidamente gracias al aumento gradual de las temperaturas a partir del 12 de abril. Las fechas de brotación media fueron unos días más tarde que las observadas en 2021. Las temperaturas medias se dispararon a principios de mayo y se mantuvieron en un nivel muy por encima de las medias estacionales. La vegetación evolucionó rápidamente; las primeras flores se observaron a

mediados de mayo y la floración se produjo rápidamente. La añada 2022 fue una de las más tempranas en la etapa de floración media después de 2020, 2011 y 2007.

El déficit de precipitaciones aumentó de enero a mayo. Pero el mes de junio fue especialmente lluvioso y la precipitación acumulada alcanzó el doble de la media. Sin embargo, estas lluvias se produjeron durante episodios de tormentas, especialmente entre el 21 y el 25 de junio, acompañadas de granizo en 6 ocasiones. El daño fue bastante localizado, pero a veces significativo.

Los picos de calor se sucedieron en julio , tras una ola de calor durante la segunda quincena de junio. Las primeras bayas enveradas se observaron un poco antes de mediados de julio. El calor opresivo que asolaba entonces y la virtual ausencia de precipitaciones ralentizaron el desarrollo del envero. El envero no empezó hasta los últimos días de julio y fue necesario esperar hasta mediados de agosto para que se completase en la gran mayoría del viñedo. La persistencia de un fuerte calor a principios de agosto permitió un buen avance de la maduración de la uva y, en particular, una fuerte degradación del ácido málico durante la primera quincena. El ritmo se ralentizó ligeramente con la aparición de tormentas entre el 14 y el 20 de agosto, con un descenso importante de las temperaturas. Pero el regreso del tiempo cálido y seco permitió que la maduración se produjera en buenas condiciones, favoreciendo una evolución regular de los niveles de azúcar y manteniendo la acidez total.

Las variedades de uva tinta tuvieron una clara ventaja sobre las blancas, diferencia que se mantuvo hasta la vendimia.

Desde el punto de vista fitosanitario, el oídio mantuvo una fuerte presión entre la floración y el cierre del racimo, pero en general estuvo bien contenido, salvo algunos fallos puntuales en la protección o dinámicas tardías. La presión del mildiu se mantuvo entre baja y moderada según los sectores y/o departamentos. La flavescencia dorada continuó su expansión en el Beaujolais, Saône-et-Loire y en algunos municipios de Mâconnais Sur, pero siguió en descenso en el Mâconnais Norte. Se descubrieron algunos casos aislados en cinco nuevos municipios de Côte-d’Or y, por primera vez, algunos casos positivos en un municipio de Yonne. Las primeras cosechas de las parcelas destinadas a la producción de Crémant de Bourgogne comenzaron a mediados de agosto, las de los vinos tranquilos aproximadamente una semana después. Sin embargo, existió una heterogeneidad de situaciones, dependiendo de los peligros climáticos (heladas, granizo), las variedades de uva, la carga de las parcelas y las limitaciones hídricas y térmicas, que generaron una dispersión de la cosecha, posible gracias a la persistencia de las buenas condiciones climáticas, especialmente durante la primera quincena de septiembre.

La cosecha 2022 experimentó unas condiciones climáticas únicas y excepcionales, pero no por ello fue menos generosa y cualitativa.

© BIVB / Aurélien Ibanez

SELECCIÓN BOURGOGNE BLANC 2022

Una selección de seis magníficos blancos, desde Chablis al Mâconnais, de la cosecha 2022.

Pierre Morey Bourgogne Aligoté 2022

Billaud-Simon Chablis 2022

François Carillon Bourgogne Côte d’Or Blanc 2022

Vincent Girardin Bourgogne Blanc Cuvée Saint-Vincent 2022

Château de Chamirey Mercurey Blanc 2022

Château-Fuissé Saint-Véran 2022

SELECCIÓN PINOT NOIR 2022

Hemos seleccionado seis pinot noir fragantes y delicados de seis prestigiosas bodegas de Bourgogne.

J.J. Confuron Bourgogne Pinot Noir Cuvée Jeunesse 2022

Rossignol-Trapet Bourgogne Rouge 2022

David Duband Bourgogne Hautes Côtes de Nuits Louis Auguste 2022

Joseph Drouhin Côte de Beaune-Villages 2022

Vincent Girardin Maranges Les Vieilles Vignes 2022

Les Terres de Philéandre Savigny-lès-Beaune 2022

CAJA DE MADERA CON 6 VINOS: 112,95 €

Disponibles: 180 cajas

CAJA DE MADERA CON 6 VINOS: 139,60 €

Disponibles: 150 cajas

SELECCIÓN CHARDONNAY Y PINOT NOIR IMPRESCINDIBLES 2022

Una caja especial con tres chardonnay y tres pinot noir de seis pueblos imprescindibles de Bourgogne.

Billaud-Simon Chablis Cuvée Tête d’Or 2022

François Carillon Puligny-Montrachet 2022

Vincent Girardin Meursault Les Vieilles Vignes 2022

Domaine Henri Magnien Gevrey-Chambertin Vieilles Vignes 2022

J.J. Confuron Nuits-Saint-Georges Les Fleurières 2022

Philippe Pacalet Pommard 2022

CAJA DE MADERA CON 6 VINOS: 327,15 €

Disponibles: 100 cajas

SELECCIÓN BOURGOGNE BLANC 1ER CRU 2022

Hemos escogido seis fantásticos blancos de seis parcelas singulares clasificadas como 1er Cru.

Billaud-Simon Chablis 1er Cru Vaulorent 2022

Domaine de l’Arlot Nuits-Saint-Georges 1er Cru Clos de l’Arlot Blanc 2022

Vincent Girardin Meursault 1er Cru Les Charmes-Dessus 2022

François Carillon Puligny-Montrachet 1er Cru Champ-Gain 2022

Joseph Drouhin Chassagne-Montrachet 1er Cru Morgeot Marquis de Laguiche 2022

Domaine J.A. Ferret Pouilly-Fuissé 1er Cru Tournant de Pouilly Hors Classe 2022

CAJA DE MADERA CON 6 VINOS: 518,25 €

Disponibles: 48 cajas

SELECCIÓN BOURGOGNE ROUGE 1ER CRU 2022

Una selección especial de seis magníficos tintos 1er Cru de la Côte d’Or.

Domaine Henri Magnien Gevrey-Chambertin 1er Cru Les Cazetiers 2022

J.J. Confuron Chambolle-Musigny 1er Cru 2022

Domaine des Perdrix Nuits-Saint-Georges 1er Cru Aux Perdrix 2022

Joseph Drouhin Beaune 1er Cru Clos des Mouches Rouge 2022

Louis Jadot Beaune 1er Cru Clos des Ursules 2022

Domaine Chandon de Briailles Pernand-Vergelesses 1er Cru Île des Vergelesses 2022

SELECCIÓN GRAND CRU 2022

Una caja única y exclusiva con seis prestigiosos Grand Cru. Edición muy limitada.

Louis Jadot Chapelle-Chambertin Grand Cru 2022

Domaine Henri Magnien Ruchottes-Chambertin Grand Cru 2022

Rossignol-Trapet Chambertin Grand Cru 2022

Philippe Pacalet Corton-Bressandes Grand Cru 2022

J.J. Confuron Clos-Vougeot Grand Cru 2022

Joseph Drouhin Echezeaux Grand Cru 2022

CAJA DE MADERA CON 6 VINOS: 549,30 €

Disponibles: 90 cajas

CAJA DE MADERA CON 6 VINOS: 1.647,95 €

Disponibles: 24 cajas

es Louis, el hijo de Alain y Sophie, quien se ocupa de las vinificaciones. El estilo no ha cambiado, tan solo algunos ajustes para reducir aún más

y la proporción de madera nueva.

El Domaine Jean-Jacques Confuron fue la primera bodega de la Côte d’Or que

Bodega fundada en 1926 por Jean Confuron y Anne-Marie Bouchard. Ambos aportaron viñedos de prestigiosas denominaciones: Jean en Chambolle y Clos de Vougeot y Anne-Marie en Nuits-Saint-Georges. Establecidos en Premeaux, tuvieron dos hijos, JeanJacques y Christian, muy involucrados en el proyecto desde su juventud.

Las propiedades familiares se ampliaron hasta las 12 ha cuando Jean-Jacques se casó con Andrée Noëllat. Al fallecer Anne-Marie, en 1980, los dos hermanos decidieron separar sus caminos, repartiéndose las tierras. Poco después, en 1982, Jean-Jacques enfermó y su esposa

Andrée y su hija Sophie se hicieron cargo del negocio, vendiendo parte de su producción a un négociant local y elaborando su propio vino con el resto.

En 1985, mientras Sophie estudiaba viticultura en el Lycée Viticole de Beaune, conoció a Alain Meunier, con quien se casó y quien cambiaría

la propiedad hacia una viticultura ecológica. A partir de 2003 introdujeron el arado con caballos en algunas parcelas. Poco a poco se convirtieron en uno de los pequeños elaboradores de mayor proyección de la Côte d’Or. Actualmente, la pareja posee 8 ha distribuidas en 14 denominaciones diferentes. Aproximadamente un 95% de la producción es de pinot noir –con una elevada proporción de viñas viejas– y pequeñas plantaciones

de chardonnay, pinot gris y aligoté. Cabe destacar sus 0,5 ha del Grand Cru Romanée-Saint-Vivant –plantadas en 1926– y sus 0,5 ha del Grand Cru Clos de Vougeot situadas en la parte alta de la pendiente, en una ubicación de lo más privilegiada.

En la bodega conviven la tradición y la última tecnología. Los racimos se despalillan por completo y se introducen en depósitos de cemento de 25 a 50 hL, sin apenas estrujar, para su posterior maceración en frío. La fermentación se realiza controlando la temperatura y reteniendo el CO2 para mantener la frescura aromática de la uva. El vino se deja reposar con sus lías hasta su trasiego a barricas de roble, nuevas para los Grand Cru y de segundo o tercer uso para el resto de la gama, donde se criarán entre 15 y 18 meses, dependiendo de la añada. Los vinos se embotellan aplicando dosis mínimas de sulfuroso sin clarificar ni filtrar para mantener la tipicidad de cada terroir. Desde 2020

en 1993. Con Sophie y Alain Meunier nos une una larga amistad y para nosotros es una nueva emoción cada degustación en su domaine.

JOSEPH DROUHIN

Beaune

Embajadora de Bourgogne y de la pinot noir, la Maison Joseph Drouhin nació para dedicarse al comercio de vinos y pronto se convirtió en una de las grandes bodegas elaboradoras.

En 1880, un joven Joseph Drouhin de 22 años se trasladó desde su Chablis natal a Beaune, adquirió los derechos de una casa comercial fundada en 1756 y le dio su nombre como négociant . Su hijo Maurice heredó la bodega en 1918 y compró las primeras tierras, situadas en las prestigiosas parcelas Clos des Mouches y Clos de Vougeot. En 1957 Maurice falleció y, con tan solo 24 años, su hijo adoptivo Robert se hizo cargo del domaine y fue quien le dio la envergadura internacional actual. Desde 2003 la maison está gestionada por los cuatro hijos de Robert Drouhin: Frédéric, presidente ejecutivo; Laurent, embajador de la marca y director del mercado de Estados Unidos; Philippe, encargado de los viñedos; y Véronique, la

enóloga. Laurène, hija de esta última y representante de la quinta generación, se incorporó en el año 2017.

Los viñedos de Joseph Drouhin se extienden por toda la Bourgogne, desde Chablis al Mâconnais, sumando cerca de 100 ha. Tienen parcelas propias en más de 60 appellations entre las que destacan 14 Grands Crus y 20 Premiers Crus. Además, compran uva a viticultores fieles.

Son emblemáticas sus 13 ha del Beaune 1er Cru Clos des Mouches, plantado con pinot noir y chardonnay, una rareza en la zona.

En 2008, agruparon 39 ha bajo el nombre Drouhin-Vaudon, en homenaje al viejo molino del siglo XVIII, situado a orillas del río Serein, que fue restaurado para convertirse en la bodega de referencia de los Drouhin en Chablis.

Llevan más de 35 años en viticultura ecológica y, desde 1996, disponen de certificación biodinámica.

La familia Drouhin ofrece una paleta impresionante de los mejores terroirs de Bourgogne. La finura y la elegancia son atributos presentes en todos sus vinos.

Otras bodegas en Estados Unidos: Robert Drouhin fue un gran visionario. Creó el Domaine Drouhin en Dundee Hills hace más de 35 años. En 2013 la familia fundó Roserock en la región sur de Eola- Amity Hills, en Willamette Valley. Dos proyectos paralelos en Oregon.

La Maison Louis Jadot es una de las bodegas históricas de Bourgogne. Con un gran reconocimiento a nivel mundial se ha posicionado como uno de los mayores actores de la región. Cultivan 115 ha de viñedo en propiedad y compran uva a unos 300 viticultores. Todo ello les permite elaborar y comercializar más de 140 cuvées diferentes. Su perseverancia por mantener la esencia y la expresión de los terroirs de Bourgogne, sumada a una filosofía de poca intervención tanto en el viñedo como en la bodega, son algunas de sus particularidades y claves del éxito.

Todo empezó cuando la familia Jadot –de origen belga– decidió comprar en 1826 el que hoy en día sigue siendo uno de los escasos monopoles de Bourgogne: Clos des Ursules 1er Cru, en Beaune. No fue hasta 1859, 30 años más tarde, cuando Louis Henry Denis Jadot fundó la bodega.

La siguiente generación, con Louis Jean-Baptiste Jadot al frente, expandió la propiedad familiar comprando varias parcelas en Grands Crus de prestigio como Corton-Charlemagne o la parcela Les Demoiselles dentro del Grand Cru Chevalier-Montrachet.

Durante la dirección de Louis Auguste Jadot, apareció una figura clave en la historia de la maison. Se trata de André Gagey –su delegado y

mano derecha– quien acertadamente decidió contratar como director técnico y enólogo a Jacques Lardière.

Fue él quien introdujo el estilo de mínima intervención que caracteriza a los vinos de Jadot.

En 1962, André Gagey sucedió a Louis Auguste como director, ya que la familia Jadot no contaba con sucesor. Por este mismo motivo y para asegurar el futuro de la bodega, en 1985 la familia Jadot tomó la decisión de vender la empresa a la familia Kopf, con la que mantenía una estrecha relación desde 1945, ya que eran sus importadores en Estados Unidos. Hoy en día siguen siendo los actuales propietarios.

Desde el principio, la familia Kopf delegó la dirección de la empresa en la familia Gagey, en una relación de confianza que ha perdurado durante tres generaciones: a André Gagey le sucedió su hijo Pierre-Henry , actualmente, es su nieto Thibault quien ejerce como director general con Thomas Seiter como presidente.

En 2020 tomaron la decisión de cultivar todo su viñedo en ecológico, de manera que, a partir de la próxima vendimia de 2024, ya dispondrán de la certificación.

Actualmente, la Maison Louis Jadot posee varios centros de producción repartidos por la “Grande Bourgogne”,

desde Chablis al Beaujolais, entre los que destaca la espectacular bodega en Beaune. Además, en 1996, decidieron crear una tonelería propia, Cadus, como una decisión estratégica a largo plazo.

El legado de la maison se ha ido ampliando con la compra de varias propiedades en Bourgogne (Domaine J.A. Ferret en 2008 y Domaine PrieurBrunet en 2017) y en el Beaujolais (Château des Jacques en 1996). En 2013, también iniciaron Résonance, un proyecto en Oregon (Estados Unidos). Una referencia indispensable en Bourgogne.

DAVID DUBAND & LES TERRES DE PHILÉANDRE Chevannes

En 1991, el viticultor Pierre Duband, a punto de retirarse, cedió las riendas de la bodega a su hijo David, que acababa de estudiar enología. Poco tiempo después, David decidió asociarse con François Feuillet, quien a su vez era propietario de 1,5 ha en Nuits-Saint-Georges 1er Cru Aux Thorey. Acordaron que David se encargaría de la gestión a cambio de la mitad de la producción. Dos años más tarde, Pierre se retiró definitivamente y David continuó experimentando con la confianza de Feuillet.

A lo largo de la siguiente década, fue aumentando el número de parcelas trabajadas por el domaine, muchas de ellas en propiedad. Cultiva sus viñas en ecológico desde 2007 y, actualmente, cuentan con certificación Ecocert.

David Duband actualmente dispone de 20 ha de viña en propiedad en 27 denominaciones, desde GevreyChambertin a Nuits-Saint-Georges.

El estilo de David –amante de los vinos de Domaine Dujac y Domaine Armand Rousseau– se caracteriza por el respeto a las antiguas técnicas de Bourgogne: vendimia manual, pisado de la uva con los pies y fermentación con un 60-90% de los racimos enteros, confiando plenamente en las levaduras indígenas originarias de cada parcela. La crianza se lleva a cabo en barricas nuevas entre el 30% y el 40%, según el vino, y se alarga de 10 a 14 meses.

A partir de 2002 empezó a comprar uva seleccionada que vinificaba íntegramente con los mismos criterios de calidad que las uvas propias. Desde la añada 2020, para diferenciar estos vinos de los que proceden de viñedos propios, los comercializa con la marca Les Terres de Philéandre, cuyo nombre viene de sus dos hijos más pequeños, los gemelos Philomène y Léandre.

PHILIPPE PACALET

Beaune

Philippe Pacalet cursó estudios de enología, especializándose en microbiología. Es sobrino de Marcel Lapierre, una de las figuras clave del movimiento de los vinos naturales, de quien heredó su filosofía poco intervencionista. Después de trabajar durante 10 años como director del Domaine Prieuré Roch –propiedad de una de las sagas familiares del Domaine de la Romanée-Conti–, Philippe Pacalet inició en 2001 su proyecto personal en Beaune.

Pacalet elabora vinos en algunas de las appellations más prestigiosas de la Côte d’Or gracias a los contratos que tiene con varios viticultores. Les compra la cosecha siempre y cuando apliquen en sus parcelas su filosofía: además de cultivar las viñas en ecológico, han de ser capaces de revelar la personalidad del terroir del que provienen. Concede mucha importancia a la vida del suelo, para reforzar el tipo de levaduras que intervendrán en la fermentación. La vendimia se realiza manualmente y siempre bajo su dirección.

Desde 2007, realiza la vinificación y la crianza en una bodega –que compró a la familia De Montille– en el corazón de Beaune.

Para la elaboración de sus vinos sigue el método de su tío Marcel, quien utilizaba una estrategia basada en la intuición y el mínimo intervencionismo. De hecho, Pacalet se caracteriza por elaborar sus vinos sin añadir sulfitos, excepto una pequeña cantidad en el momento del embotellado.

La elaboración de los tintos empieza con la maceración carbónica de los racimos enteros en depósitos de madera troncocónicos y la fermentación alcohólica se lleva a cabo confiando en las levaduras indígenas de cada viñedo y realizando un bazuqueo diario con los pies. Finalizada la fermentación, los vinos pasan a barricas de roble para su crianza, que se prolongará entre 15 y 18 meses. Posteriormente los vinos se trasiegan por gravedad a un depósito donde reposarán dos meses más antes del embotellado, operación que se hace manualmente y sin filtrar.

La producción anual asciende a unas 70.000 botellas.

En la añada 2022, ha conseguido nuevos acuerdos con viticultores que le han permitido incorporar algunas interesantes novedades, donde destacan Pommard Les Rugiens, Vosne-Romanée Les Hautes Mazières y Vosne-Romanée 1er Cru Les Petits Monts, así como nuevas parcelas que añadirán complejidad a su Village Vosne-Romanée. Además, después de los volúmenes tan limitados de la añada anterior, ha podido volver a elaborar su fantástico espumoso Bulles en las cantidades habituales, por lo que hay una mayor disponibilidad.

También están nuevamente disponibles sus dos magníficas cuvées del norte del Rhône.

Uno de los nombres destacados de Bourgogne por sus vinos de mínima intervención, con una increíble frescura, pureza y finura. Ofrecen su mejor expresión tras unos años en botella, aunque se pueden disfrutar desde su juventud.

DOMAINE D’EUGÉNIE

Vosne-Romanée

Conocido como Domaine René Engel durante años, cambió de nombre y propietario tras la repentina muerte de Philippe Engel en 2005. En julio del año siguiente, François Pinault –propietario de la famosa bodega Château Latour en Pauillac, así como de Château Grillet en el Rhône, de Clos de Tart, también en Bourgogne, y de Eisele Vineyard en Napa Valley– compró la bodega, que pasó a llamarse Domaine d’Eugénie. Frédéric Engerer, director de Château Latour, empezó a gestionar también esta bodega. Decidieron formar un nuevo equipo con el viticultor Michel Mallard y con Jean Claude Briottet como asesor enológico.

Los viñedos se extienden por 6,87 ha repartidas en los pueblos de Vosne-Romanée, Flagey-Echezeaux, Vougeot, Chassagne-Montrachet y Meursault. En Vosne-Romanée, al lado de la bodega, se encuentra Clos d’Eugénie –anteriormente conocido con el nombre de Clos Frantin–, una parcela de 0,56 ha situada frente a La Tâche y de la cual se obtiene una producción muy limitada.

Aunque la mayoría de la superficie de Domaine d’Eugénie está plantada con pinot noir, disponen también de una ouvrée (4,28 áreas) del Grand Cru Montrachet y del Grand Cru Bâtard- Montrachet, dos ouvrées del 1er Cru Les Porusots de Meursault y 0,24 ha en Chassagne-Montrachet.

En el año 2009, las fincas situadas en Vosne-Romanée se empezaron a trabajar según los preceptos de la biodinámica y al año siguiente añadieron la parcela de Echezeaux. A partir de la vendimia 2020, todos sus vinos disponen de la certificación ecológica Ecocert.

En 2006 probaron a vinificar los racimos completamente despalillados. En la siguiente añada, optaron por despalillar tan sólo el 50%. A partir de 2008, esta técnica se instauró como marca de identidad de la casa con la que elaboran sus vinos tintos.

Desde 2009, la nueva bodega de vinificación está situada en los antiguos edificios de Clos Frantin, que tras su restauración aloja los distintos toneles de vinificación

termorregulados de diferentes capacidades, para poder realizar una selección parcelaria. La fermentación se realiza al modo tradicional y con bazuqueos frecuentes. Finalizada la fermentación, se trasiega el vino flor y se prensa la pasta de hollejos para mezclar las dos fracciones en la proporción necesaria. La crianza se realiza en barricas de roble francés, donde los vinos de categoría Village se mantienen una media de 12 meses. Por su parte, los vinos

procedentes de los viñedos 1er Cru y Grand Cru pasan unos 15 meses en barrica, con diferentes proporciones de barricas nuevas según el viñedo: un 70% nuevas para los Grand Cru, un 50% para los 1er Cru y un 40% para los Village.

La añada 2021 de su Clos Vougeot Grand Cru, que la bodega decidió no comercializar el año pasado, estará disponible próximamente.

En 1999 irrumpió en el panorama de Bourgogne la primera añada de los vinos de Mounir Saouma, un libanés que durante su estancia en un monasterio de Oriente Próximo aprendió a elaborar vino. Fascinado, se marchó a Montpellier a estudiar enología y, tras trabajar en diversas bodegas de Francia y California, acabó fundando un négoce en Bourgogne junto a su mujer Rotem Brakin. Rotem es ingeniera agrícola y ha sido premiada por sus estudios sobre la Côte d’Or.

El carácter afable y extrovertido de esta pareja les ha aportado grandes amistades entre viticultores de los mejores 1er y Grand Cru de la Côte d’Or, de donde proceden la gran mayoría de sus vinos. Pese a no ser propietarios de viñedos, han conseguido situar todas y cada una de sus cuvées en el nivel más alto de calidad de Bourgogne. Mounir, con su privilegiado olfato e intuición, decide cada año, tras catar los mostos recién prensados, cuáles se convertirán en vinos de Lucien Le Moine.

En su bodega de Beaune, Mounir y Rotem crían los vinos en barricas nuevas de roble de Jupilles, de grano fino y tostado suave, fabricadas especialmente para ellos. Allí, los mostos son cuidadosamente vinificados por separado, teniendo en cuenta las características de la añada y las particularidades de cada cru. Los vinos envejecen con una gran cantidad de lías, con suaves bâtonnages periódicos, hasta el momento de ser embotellados. Defienden que las lías proporcionan vinos más armoniosos y complejos por lo que no realizan trasiegos durante la crianza. Gracias a las bajas temperaturas de su bodega, la maloláctica se retrasa hasta el verano. Los vinos de Lucien Le Moine se embotellan por gravedad y sin filtrar y conservan una cantidad de CO2 natural generado durante la fermentación maloláctica. Este leve carbónico, que desaparece decantando el vino antes de servirlo, “protege al vino encerrándolo en sí mismo”, en palabras de Mounir. Una protección natural frente al oxígeno que permite también el uso

de dosis mínimas de sulfuroso en el embotellado y casi nulas durante todo el proceso de vinificación.

El matrimonio Saouma-Brakin supervisa personalmente todos los pasos del proceso de elaboración y de manera totalmente artesanal. Fruto de este compromiso y de su modo de entender la enología, se autoimpusieron desde el principio un límite anual de 100 barricas de las que se obtienen tan solo 30.000 botellas, con un máximo de tres barricas de un mismo cru, es decir, entre 300 y 900 botellas.

Convertidos en sinónimo de elegancia y carácter, estos vinos suponen, año tras año, un fantástico catálogo de los mejores terroirs de Bourgogne.

Su bodega en el Rhône:

Trece años después de iniciar su aventura vinícola en Bourgogne, Mounir y Rotem presentaron la primera añada de su nueva bodega en el Rhône: Rotem & Mounir Saouma. Allí son propietarios de 8,5 ha en Châteauneuf-du-Pape y 8,9 ha en Côtes du Rhône, donde practican la misma filosofía que en Bourgogne. Más información de su domaine en el Rhône en la página 63.

Una de las parejas de mayor personalidad del mundo del vino y que han conseguido forjarse una excelente reputación. Elaboran unas exclusivas cuvées , únicas y muy difíciles de conseguir.

DOMAINE DE L’ARLOT

Premeaux-Prissey

La historia de la bodega se remonta a finales del siglo XVIII, cuando Jean-Charles Vienot construyó un cercado de piedra alrededor de su casa y finca. Se creaba así Clos de l’Arlot, un monopole 1er Cru de 4 ha en la comuna de Nuits-Saint-Georges, que hoy tiene la particularidad de estar plantado la mitad con chardonnay y la otra mitad con pinot noir.

En 1891, la propiedad fue vendida a Jules Belin, un négociant que añadió otro monopole 1er Cru: Clos des Fôrets Saint-Georges , además de la parcela Clos du Chapeau. El domaine permaneció en manos de la familia Belin hasta 1987, momento en el que el grupo AXA Millésimes –Château Pichon Longueville Baron y Château Suduiraut en Bordeaux, Quinta do Noval en Porto, Disznókó en Tokaj y Outpost en Napa Valley, entre otros– lo adquirió y amplió la propiedad, añadiendo dos parcelas de los reputados Romanée-SaintVivant Grand Cru y Vosne-Romanée 1er Cru Les Suchots que reforzaron todavía más el estatus icónico de Domaine de l’Arlot.

Jean-Pierre de Smet –fuertemente influenciado por figuras como Jacques Seysses de Domaine Dujac, AnneClaude Leflaive de Domaine Leflaive o Patrick Bize de Domaine Simon Bize– fue el director general de la bodega hasta 2007, dando paso a Christian Seely, quien había trabajado con él desde 1998. Actualmente, y desde 2014, la directora técnica de la bodega es Géraldine Godot, que ha mantenido y ha refinado todavía más el estilo de la casa con extracciones muy suaves y crianzas muy medidas, para preservar la magnífica fruta de sus preciados crus

La bodega cultiva cerca de 15 ha de viñedo, la mayoría plantadas con pinot noir, aunque suman 2,8 ha de chardonnay. Desde el año 2000, los trabajos del campo siguen las pautas de viticultura ecológica –disponen de certificación desde 2014– que se complementan con prácticas biodinámicas desde el 2003 y actualmente se aplican a la totalidad de la superficie.

Desde el principio, las fermentaciones espontáneas se realizaron con una alta proporción de racimos enteros.

Tanto la uva como los mostos proceden exclusivamente de viñedos propios y se manipulan con sumo cuidado. Los vinos son delicados y perfumados, con un paladar accesible en su juventud y al mismo tiempo con un gran potencial de guarda.

PIERRE MOREY & MOREY-BLANC

La familia Morey es originaria de Chassagne-Montrachet y se asentó en Meursault cuando Alexis Morey tuvo que huir clandestinamente en 1793 durante la Revolución Francesa. Allí fue donde se estableció definitivamente tras conocer a Mademoiselle Millot, con quien contrajo matrimonio. La descendencia de Alexis fue numerosa, 31 nietos, y las herencias fueron dividiendo las propiedades con el paso de las generaciones. Ya en el siglo XX, Auguste Morey solo tenía en propiedad unas pocas parcelas. Durante la crisis de 1929 amplió los terrenos con la compra de las viñas a su arrendador y, en 1935, llegó a un acuerdo con Henri Lafon para hacerse cargo de la gestión de las parcelas de Domaine des Comtes Lafon junto con otros ocho viticultores.

Pierre, hijo de Auguste, se hizo cargo de la bodega en 1971 con 10 ha de viñedos. Actualmente cultivan una parcela de 0,5 ha de chardonnay en Bâtard-Montrachet Grand Cru, aunque el domaine también tiene participaciones en varios 1er Cru de Meursault, Puligny-Montrachet, Pommard y Volnay.

El resto de parcelas están distribuidas por diferentes lieux-dits situados en su mayor parte en Meursault, pero también en Monthélie, con los que elabora vinos de village y Bourgogne regionales.

Poco a poco, su padre Auguste fue cediéndole también los contratos de arrendamiento de fincas que pertenecían a Lafon, Poirier y otros miembros de la familia Morey. Pero en 1984, Dominique Lafon quiso recuperar las fincas alquiladas para trabajarlas en exclusiva. Poco después, Pierre –que además de gestionar la bodega familiar trabajaba para Domaine Leflaive administrando la propiedad– decidió fundar la maison de négoce Morey-Blanc en 1992, con la que poder compensar la pérdida de las viñas de Lafon. Cinco años después se incorporó su hija Anne.

Durante 20 años, Pierre se encargó de las tres empresas en paralelo, pero en 2008 abandonó la dirección de Domaine Leflaive para dedicarse en exclusiva a su propio proyecto, siempre con la ayuda de su hija Anne.

En la vendimia 2020, Jean-Victor, el hijo de Anne, se incorporó plenamente a la bodega y desde entonces las tres generaciones trabajan juntas.

Las parcelas de Pierre Morey siguen una viticultura ecológica desde 1991 y biodinámica desde 1997, un requisito también obligatorio para los viticultores a los que compra uva destinada a la firma Morey-Blanc.

La vendimia se realiza a mano, los racimos se transportan a la bodega rápidamente y mediante una prensa neumática se obtiene un mosto que se deja reposar en depósito de acero inoxidable entre 12 y 24 horas. La fermentación alcohólica se realiza en barricas de roble aprovechando las levaduras indígenas. Cuando termina la fermentación comienza el trabajo de bâtonnage. Son defensores de las crianzas largas: entre 16 y 24 meses en los chardonnay, mientras que los aligoté se mantienen en barricas de roble parcialmente nuevo entre 12 y 16 meses. En el caso de los vinos tintos, los racimos se despalillan y se realiza una maceración carbónica hasta que comienza la fermentación

alcohólica de forma espontánea. Se llevan a cabo ligeros bazuqueos y remontados a temperatura controlada para favorecer su desarrollo aromático. Finalizada la fermentación alcohólica, los vinos se trasladan a una bodega subterránea para realizar la fermentación maloláctica en barrica durante todo el invierno, donde permanecen entre 15 y 24 meses –según la añada– antes de embotellarse por gravedad.

Tanto el Domaine Pierre Morey como el négoce Morey-Blanc han conseguido situarse entre las bodegas más prestigiosas de Bourgogne. Vinos elegantes, nítidos y precisos que brillan todavía más en esta añada 2022.

JEAN-MARC ROULOT

Meursault

Domaine Roulot es una histórica bodega familiar que nació en 1830 en Meursault, cuando Guillaume Roulot se estableció como viticultor. Fue Paul Roulot, abuelo de JeanMarc, quien comenzó a elaborar vino y a comprar las primeras parcelas en Meursault. Cuando Paul murió, su hijo Guy Roulot se hizo cargo de la bodega y se convirtió en el verdadero responsable de su expansión. Empezó a elaborar cada cru por separado en una época en la que todavía no era lo más común y no solo los Premiers Crus, sino también cada uno de los lieux-dits

Con tan solo 23 años, en 1994, Jean-Marie Fourrier se hizo cargo de las 10 ha de su padre Jean-Claude. Poco tiempo antes había realizado prácticas de trabajo en el Domaine Drouhin de Oregon y en VosneRomanée con el famoso enólogo Henry Jayer, de quien aprendió los secretos para elaborar un gran vino: mantener un viñedo sano y bien cuidado y seguir técnicas lo menos intervencionistas posible durante la elaboración.

Pero la historia empezó antes de la llegada de Jean-Marie. En los años 30, Fernand Pernot, una célebre estrella de la época, y su cuñado, de la familia Fourrier, tenían en común unas parcelas en Griottes-Chambertin Grand Cru y en Gevrey-Chambertin 1er Cru Clos Saint-Jacques, con las que elaboraban vinos bajo la etiqueta Pernot-Fourrier. Fue Pernot quien tomó la decisión de que su sobrino Jean-Claude Fourrier se hiciera cargo del negocio.

Jean-Marie amplió la gama, vinificando y embotellando por separado las

parcelas clasificadas como 1er Cru en propiedad en Gevrey-Chambertin, a diferencia de su padre, que elaboraba un único vino ensamblando todas las uvas.

Además de su viñedo en propiedad, Jean-Marie decidió en 2011 establecerse también como négociant, comprando uva en aquellas denominaciones donde no era propietario de viñedo.

La bodega está equipada con la última tecnología para reducir al mínimo la intervención durante la elaboración. Como Jean-Marie dice: “No tengo casi nada que hacer en la bodega, los vinos se hacen a sí mismos y todo mi trabajo se concentra en el viñedo”. Los racimos caen por simple gravedad en una despalilladora de manera muy suave para no dañar las uvas. La maceración prefermentativa es muy breve, de 3 o 4 días, y no se refrigera para favorecer el comienzo de la maceración carbónica en el interior de las uvas y para que se rompan espontáneamente, tal como aprendió de Henry Jayer.

La fermentación alcohólica se realiza gracias a las levaduras indígenas presentes en el mosto, con frecuentes bazuqueos manuales, 2 o 4 veces al día. Todos los vinos se trasiegan a barricas de roble –un 20% nuevas–donde tiene lugar la fermentación maloláctica y se retiene el dióxido de carbono producido naturalmente, lo que evita su sulfitado. La crianza se alarga entre 16 y 20 meses.

Jean-Marie Fourrier se ha convertido en uno de los personajes imprescindibles de Bourgogne. Producciones limitadas de unos vinos fragantes, precisos y de gran concentración.

Tras el fallecimiento de Guy en 1982, su hijo Jean-Marc Roulot finalmente decidió abandonar su trabajo de actor en París para dedicarse al mundo del vino a partir de 1989. En 2014, expandió las actividades de la bodega gracias a un proyecto de micro négoce que comenzó para apoyar a otros viticultores y aplicar su estilo tan definido a los vinos que elabora.

La uva comprada se recibe en la bodega de Jean-Marc y se trabaja exactamente de la misma manera que los vinos del domaine. Para evitar que se confundan con los vinos de uvas propias, como négociant tan sólo trabaja con parcelas de las cuales no es propietario.

Jean-Marc tiene 11 hectáreas en propiedad cultivadas en ecológico desde 1999 y poco después en biodinámica. Aunque la composición del suelo, la altura y la exposición solar de todas las parcelas es muy similar, trabaja cada una por separado, tal como hacía su padre.

Para él es crucial la fecha de vendimia y prefiere recoger la uva uno o dos días antes que a la inversa. La fermentación se realiza con las

levaduras indígenas en barricas de roble, un 20% nuevas para los vinos de Village y entre un 25 y un 30% para los 1er Cru y Grand Cru. Finalizada la fermentación, la crianza dura de 12 a 18 meses durante los cuales, Jean-Marc lleva a cabo un bâtonnage solo cada 15 días para no sobrecargar el vino final. Los últimos seis meses antes del embotellado,

el vino se mantiene en depósitos de acero inoxidable.

Tiene un estilo personal lejos de las modas y sus vinos se han convertido en objeto de deseo. Sus blancos están concebidos para la guarda y para el disfrute de los más pacientes.

VINCENT GIRARDIN

La historia de la Maison Vincent Girardin tiene sus inicios en una familia de viticultores afincada en Santenay desde el siglo XVII. En poco tiempo, Vincent Girardin convirtió la pequeña herencia de su padre en uno de los apellidos vitivinícolas más famosos de Bourgogne y Beaujolais.

En 1980, Jean Girardin repartió las propiedades entre sus cuatro hijos y dio 2 ha a cada uno. Vincent Girardin, quien por entonces tenía 19 años, comenzó a trabajarlas para elaborar su propio vino y poco a poco fue extendiendo sus parcelas, comprando unas y alquilando otras, a medida que sus vinos eran más reconocidos.

Vincent Girardin empezó su actividad como négociant en 1994, ampliando así su producción, y en 2001 decidió trasladar su bodega a Meursault. En cuanto a su colaboración con otros viticultores, fue pionero en establecer una relación basada en la máxima calidad y el respeto por el producto. Con esta filosofía, Vincent alcanzó un acuerdo con Domaine Henri Clerc et Fils en 2002 para encargarse de la gestión de sus fincas y elaborar algunos de los vinos blancos más apreciados de la Côte de Beaune. Desde el año 2002, Éric Germain es el enólogo de la maison

Fue él quien definió la esencia de los vinos de Girardin como una expresión de los grandes terroirs de Bourgogne y en pocos años el cambio en el estilo fue radical; una vuelta al clasicismo con el uso de levaduras indígenas, extracciones suaves, reducción drástica del empleo de barricas nuevas y crianzas más largas. Desde 2012 Éric es, además, el director general.

Desde 2008 trabajan todas las parcelas según los principios biodinámicos, sin utilizar herbicidas ni insecticidas sintéticos, arando la tierra en profundidad para favorecer el crecimiento de las raíces en el suelo, practicando abonados orgánicos, y conduciendo en alto el viñedo para obtener la mejor exposición solar y una perfecta maduración de los racimos. Estos preceptos también se siguen en bodega, aplicando el calendario lunar en la toma de decisiones.

Las parcelas en propiedad de la Maison Vincent Giradin se extienden desde la colina de Corton hasta Santenay y suman un total de 29 ha. Elabora vinos en 10 de los pueblos más prestigiosos de la Côte de Beaune y en 5 famosos Grand Cru: Corton-Charlemagne, Corton, Bienvenues-Bâtard-Montrachet, Bâtard-Montrachet y Montrachet.

Cada parcela se vendimia y vinifica por separado, con doble selección de la uva –en la viña y a la entrada en bodega–, los racimos se despalillan parcialmente y son prensados con suavidad. Los vinos tintos realizan la fermentación alcohólica en depósito de acero inoxidable y la maloláctica en barricas de roble, mientras que los vinos blancos –la especialidad de la casa– realizan ambas fermentaciones en barricas de roble. Las barricas nuevas suponen el 10% en los

vinos regionales, 20% en los 1er Cru y 30% en los Grand Cru. Éstas provienen tanto de la tonelería Damy –vecina de la bodega de Girardin en Meursault– como de François Frères.

La crianza de los tintos se prolonga entre 16 y 18 meses, mientras que

los blancos permanecen de 12 a 18 meses en barrica antes de ser trasegados a depósitos de acero, donde reposarán durante 6 meses. En ningún caso se clarifican ni se estabilizan y el embotellado se realiza acorde con la influencia de los ciclos lunares.

Unos crus excepcionales elaborados con una filosofía de mínima intervención. Sus vinos están a un nivel muy alto: los blancos destacan por su gran pureza y los tintos han ganado en profundidad y complejidad.

FRANÇOIS CARILLON

Puligny-Montrachet

La familia Carillon lleva establecida en Puligny-Montrachet desde el siglo XVI y se dedica a la viticultura desde el año 1700. Desde mediados del siglo XX, la simple mención del apellido Carillon evoca automáticamente la imagen de grandes vinos blancos borgoñones.

En la década de 1980, François y Jacques, los dos hijos de Louis Carillon, empezaron a trabajar en el domaine . François se encargó del viñedo junto a su padre, y su hermano Jacques era el responsable de la bodega. En el año 2010, los dos hermanos decidieron separar sus caminos. Se repartieron los viñedos en propiedad del hasta entonces

“Domaine Louis Carillon et Fils” y surgieron dos nuevas bodegas, cada una con su propio estilo.

Antes de la separación, François Carillon era el encargado de la viña, y ahora, como propietario de su nuevo domaine, sigue considerándose, ante todo, un homme de la terre: “quiero seguir siendo un campesino”. Trabaja con métodos de agricultura ecológica sus 16 ha de viñedo, repartidos entre Puligny-Montrachet, ChassagneMontrachet y Saint-Aubin, incluyendo 9 parcelas clasificadas como 1er Cru.

La bodega donde François Carillon vinifica sus mostos se encuentra en el casco antiguo de Puligny, en unos

antiquísimos edificios propiedad de la familia, donde una piedra marcada con una inscripción del año 1611 –que él remarca en sus etiquetas– da fe de una historia secular. Considerado un maestro de la chardonnay, que representa el 90% del viñedo, también trabaja admirablemente la pinot noir y la injustamente olvidada aligoté.

En la crianza, el uso de barrica nueva se ha reducido progresivamente hasta el 10%, para dar mayor protagonismo a la fruta.

Un referente de Puligny-Montrachet. Todos sus vinos destacan por su equilibrio, finura y gran potencial de guarda.

OLIVIER LEFLAIVE

Puligny-Montrachet

La familia Leflaive lleva instalada en Puligny-Montrachet desde 1717. Fue Joseph Leflaive quien fundó Domaine Leflaive a comienzos del siglo XX. Compró varias parcelas en los mejores Grand Cru del pueblo y también decidió embotellar y vender directamente su propio vino. Con la muerte de Joseph en 1953, sus hijos se hicieron cargo del negocio, Joseph-Régis como administrador y Vincent como encargado del viñedo y bodega. Olivier, hijo de Joseph-Régis, se incorporó en 1982 después de haberse dedicado a la música y a las artes en París.

En 1984, Olivier recibió la petición de un importador norteamericano de elaborar vinos de las denominaciones más prestigiosas de la Côte de Beaune: Meursault, Puligny-Montrachet y Chassagne-Montrachet. La bodega familiar no podía hacerse cargo de

este reto y fue entonces cuando Olivier decidió fundar la maison de négoce Olivier Leflaive et Frères junto con su hermano Patrick. En 1988 se une al equipo Franck Grux, en la dirección técnica, sucediendo a Jean-Marc Boillot en la tarea, manteniendo la calidad y el estilo de la casa añada tras añada.

Olivier Leflaive fue uno de los primeros en reivindicar la importancia del enoturismo y en 1997 abrió el

restaurante La Table d’Olivier Leflaive y, en 2006, un hotel de 4 estrellas situado en un edificio del siglo XVII en el corazón de Puligny-Montrachet. Olivier tomó la decisión de jubilarse en 2010, aunque sigue muy ligado al día a día de la bodega.

Son especialistas en vinos blancos, que suponen el 85% de su catálogo y que elaboran en unas 65 denominaciones de toda la Bourgogne. Tienen más de 17 ha en propiedad repartidas entre algunas de las parcelas más prestigiosas, incluyendo dos Grand Cru. Una de las bodegas referentes de la Côte de Beaune, asociada a uno de los apellidos más históricos y relevantes de Puligny-Montrachet. Vinos nítidos, elegantes y con una pureza de libro que expresan fielmente el terroir del que provienen.

DOMAINE FRANÇOIS MIKULSKI

Meursault

En una región vinícola tan apegada a la tradición familiar como es Bourgogne, Domaine Mikulski representa una desacomplejada excepción. François Mikulski, hijo de Meursault, pero de ascendencia polaca y francesa, no pertenece a ninguna legendaria saga de viticultores. Esto le dio libertad para seguir su propia filosofía, que se puede definir como contemporánea en Bourgogne, a la vez que fiel a la autenticidad del terroir, la calidad y la frescura.

François Mikulski aprendió a hacer vino de la mano de su tío Pierre Boillot –de 1984 a 1991–, quien al fallecer le legó unas pocas hectáreas de viñedo. Tras ampliar la superficie en propiedad, en 1992 fundó la bodega Domaine Mikulski, junto a su mujer Marie-Pierre. Actualmente, su hija Anna y su yerno Thomas Boccon –que se incorporó en 2011–continúan su labor.

De las aproximadamente 9 ha de viñedo que trabajan, no todas son de su propiedad, lo que no les impide cuidarlas con el mismo esmero que

si pertenecieran a su familia desde hace generaciones. Producen su propio compost, utilizan productos fitosanitarios respetuosos con el medio y miman el equilibrio biológico de sus suelos.

Cultivan chardonnay, aligoté y pinot noir plantadas sobre suelos de roca entreverada de sedimentos y arenas, algunos de ellos en célebres 1er Cru de Meursault y Volnay. Las viñas plantadas en 1913 en su 1er Cru Charmes se vinifican y embotellan por separado para su cuvée más deseada.

El respeto por el terroir y su fruto se manifiesta también en la bodega. Allí reina la delicadeza, como demuestra el uso exclusivo de prensas neumáticas y bombas peristálticas. La fermentación se lleva a cabo con levaduras indígenas y puede alargarse durante 3 o 4 meses. Este largo periodo es posible gracias a las constantes bajas temperaturas del invierno y principios de primavera (entre 6 y 8ºC) en las cavas excavadas en la roca. La crianza se realiza con solo

un 20% de barrica nueva para evitar enmascarar el carácter afilado, la pureza y la elegancia que tanto persigue la bodega.

François Mikulski lleva casi 30 años elaborando con el máximo respeto y mínima intervención tanto en campo como en bodega. Destacan sus grandes blancos, tensos y cristalinos, de fantástica guarda.

DOMAINE CHANDON DE BRIAILLES

Savigny-lès-Beaune

En 1690, los arquitectos creadores del palacio y los jardines de Versailles fueron contratados para construir una casa señorial en Savigny-lès-Beaune, hoy catalogada como Monumento Histórico. En 1834, este bellísimo edificio, junto con sus espectaculares jardines y sus viñedos, pasaron a formar parte del patrimonio de la familia Nicolay al ser adquirido por la Condesa Chandon de Briailles. En 1982, la Condesa Nadine de Nicolay tomó pleno control del domaine y la bodega. Una de sus hijas, Claude, se contagió de la pasión vitícola de su madre y estudió

viticultura y enología en Dijon. Poco después, se unía a la aventura François, hermano pequeño de Claude.

Sus 13,7 ha de viña se encuentran a apenas 4 km de Beaune, repartidas entre los pueblos de PernandVergelesses, Aloxe-Corton y Savignylès-Beaune. Tras el cultivo ecológico desde la década de los 90, introdujeron la biodinámica en 2005, recibiendo las certificaciones Ecocert y Demeter con la añada 2011.

La bodega dispone de unas magníficas cavas construidas por monjes

cistercienses en el siglo XIII. Tanto la pinot noir como la chardonnay se vinifican según lo que Claude y François llaman “estilo borgoñón neoclásico”: fermentan a temperatura controlada con levaduras autóctonas, sin adición de productos enológicos sintéticos y poco o nada de sulfuroso, según las añadas.

Una de las bodegas referentes de Savigny-lès-Beaune, con una sólida convicción ecológica y biodinámica y amante de las elaboraciones poco intervencionistas y respetuosas con la fruta.

BILLAUD-SIMON

Chablis

En 1815, cuando se terminaron las guerras napoleónicas, Charles Louis Noël Billaud regresó a Chablis. Gracias a las propiedades de su familia, plantó sus primeros viñedos y fundó la bodega. Un siglo después, en la década de 1930, estos viñedos se ampliaron con el matrimonio de su descendiente Jean Billaud con Renée Simon. En 1954, Jean realizó el primer embotellado en la propiedad y, con el paso de los años, la bodega ha ido evolucionando hasta el punto de convertirse en uno de los domaines históricos y de referencia de Bourgogne.

En 2014, la bodega pasó a manos de la familia Faiveley. Desde entonces la dirección está a cargo de Olivier Bailly, quien ha puesto especial énfasis en afinar la crianza. La intención de los nuevos propietarios fue mantener en primer plano su magnífico patrimonio parcelario formado por viñas viejas, la mayoría de ellas situadas en el corazón de los mejores terroirs de la denominación, en una franja de unos 2 km a ambos lados del rio Serein, y con una excelente exposición.

De sus 17 ha en propiedad, 10 de ellas están calificadas como 1er

Cru y Grand Cru. Los Grand Cru se caracterizan por situarse más al norte con exposición sur por lo que ofrecen vinos eléctricos, complejos y estructurados. Los viñedos situados más al sur –1er Cru y Chablis–favorecen la obtención de vinos más aromáticos, más florales, con fruta exótica y una estructura más ligera. Los Grand Cru están plantados sobre el suelo de la franja geológica de Kimmeridgian, formado hace 155 millones de años y compuesto por sedimentos, algas y conchas. Los 1er Cru están situados sobre suelos de piedra caliza llamada Portlandian y los Chablis en suelos de arena, arcilla y marga.

La mayoría de sus vinos fermentan en depósitos de acero inoxidable y no pasan por el roble para preservar su pureza, tensión y vivacidad. Aquellos que pasan por barrica –máximo un 10%– varían su tiempo de crianza según la añada, sus características y el suelo. Algunos vinos pueden envejecer durante un espacio breve de tiempo en barricas de roble, en particular su Chablis “Tête d’Or” o algunos de sus 1er Cru y Grand Cru.

Una de las bodegas de referencia de Chablis por sus blancos puros, elegantes, precisos y con una mineralidad característica.

DOMAINE J.A. FERRET Fuissé

Tres mujeres han forjado la historia, el carácter y el prestigio de esta bodega del Mâconnais, actualmente propiedad de Louis Jadot.

Situado en pleno anfiteatro natural de Fuissé, este domaine fue fundado en 1840. Al cabo de un siglo, inició su camino hacia la excelencia de la mano de la visionaria Jeanne Ferret. Recién terminada la II Guerra Mundial y en una Bourgogne en la que la mayoría de los viticultores vendían su producción a los négociants , Jeanne decidió embotellar el vino de la bodega familiar para comercializarlo por su cuenta. Y no solo eso, consciente de la enorme diversidad de suelos de la zona, apostó también por la vinificación parcelaria, estableciendo su propia clasificación en Tête de Cru o Hors Classe. Tras ella, su hija Colette centró sus esfuerzos en perfeccionar el proceso de crianza, con excelentes resultados. Pero todavía una tercera mujer aportaría su conocimiento y su habilidad: en 2008, tras la adquisición de J.A. Ferret por parte de la Maison Louis

Jadot, Audrey Braccini se convirtió en la responsable del domaine bajo la premisa de seguir fiel al estilo de la casa.

Cultivan cerca de 20 ha, todas dentro de la denominación Pouilly-Fuissé, con la gran diversidad de suelos y orientaciones que caracteriza la zona y que varían desde la piedra

caliza hasta arcillas y guijarros volcánicos. Desde 2020, las parcelas Les Perrières, Les Ménétrières y Tournant de Pouilly –cuyas cepas rondan los 50 años– están calificadas como 1er Cru. En ese mismo año pusieron en práctica la viticultura ecológica en todo el viñedo.

Los rendimientos son bajos y la vendimia se realiza manualmente en el momento idóneo de maduración. La fermentación puede realizarse en inox, cemento o barricas de 228 L. Dependiendo del vino, se emplean barricas más o menos usadas, todas ellas elaboradas por Cadus –tonelería propiedad de Jadot– con roble de Tronçais y Nevers. Según el vino, varían también la duración de la crianza y del trabajo con las lías. El resultado son unos blancos bien delineados y con una gran capacidad de guarda.

Un referente histórico de PouillyFuissé. Sus vinos blancos de parcela son imprescindibles.

LES HÉRITIERS DU COMTE LAFON

Milly-Lamartine

Dominique Lafon es un emblemático personaje de Meursault, donde se sitúa su bodega familiar de reconocido prestigio, cuyos orígenes se remontan a 1894. Se hizo cargo del histórico domaine en 1984, junto con su hermano Bruno. Dominique fue uno de los primeros en apostar por el potencial de los vinos de Mâcon –en la parte sur de Bourgogne–, en una época en la que los vinos de la región eran casi desconocidos en el mercado internacional. En 1999 decidió emprender una nueva aventura fundando la bodega Les Héritiers du Comte Lafon.

Inicialmente contaba con 7,5 ha adquiridas en Milly-Lamartine –donde se ubica la bodega– y Bussières, hasta llegar a las 26 ha que posee actualmente y que se extienden hasta los pueblos de Uchizy y Chardonnay

–el origen de su famosa cuvée Clos de la Crochette– y las antiguas viñas del Château Clessé, en Viré-Clessé –donde se ubican los viñedos más viejos, de hasta 70 años–. Posteriormente, el viñedo se amplió con parcelas situadas en Saint-Véran y PouillyFuissé. El conjunto de todas las parcelas –plantadas únicamente con chardonnay en 10 denominaciones diferentes–forma un mosaico representativo de la diversidad de terroirs del Mâconnais.

Todo el viñedo tiene certificación ecológica y siguen los principios de la biodinámica desde 2003.

Dominique se jubiló a finales de 2021, dando paso a una nueva generación, representada por su hija Léa y su sobrino Pierre Lafon.

Con el objetivo de vinificar siendo fieles al estilo propio de Mâcon, el

mosto fermenta en depósitos de acero inoxidable y posteriormente el vino se cría en grandes foudres, cubas o incluso demi-muids de 600 L para minimizar la aportación de madera al vino.

Un magnífico representante de los vinos del sur de la Bourgogne. Frescos, sedosos, con equilibrio y gracia.

El château fue construido en el siglo XIII por señores feudales de la región del Mâconnais. A partir de 1862, con la adquisición por parte de Claude Bulland, pasó a ser propiedad de la familia Vincent. El hijo de Claude, Jacques-Vincent Bulland, fue uno de los cofundadores de la denominación Pouilly-Fuissé en 1922. La siguiente generación se ocupó de ampliar el viñedo y desarrollar la comercialización del vino embotellado. En 1967 JeanJacques Vincent dio un nuevo impulso, aunando modernidad y tradición, y creó la gama Signature. A partir del 2003, Antoine Vincent se incorporó al negocio familiar y en la actualidad ocupa el cargo de gerente y enólogo, representando la quinta generación familiar.

El domaine se extiende sobre 40 ha repartidas en más de un centenar de parcelas ubicadas en 5 denominaciones: Pouilly-Fuissé,

Saint-Véran, Mâcon-Villages, MâconFuissé, Bourgogne-Blanc y Juliénas (esta última en el Beaujolais). De entre todas las parcelas, destaca la mítica Le Clos, un monopole de 2,7 ha, que limita con el château. Su exposición al sureste, con una edad media de las viñas en torno a los 50 años –aunque las más viejas se plantaron en 1920–dan lugar a la cuvée más prestigiosa de esta casa, con categoría de 1er Cru desde 2020.

En este mosaico de parcelas, los suelos van desde las arcillas, que confieren potencia a los vinos, a margas y suelos pedregosos, de marcado carácter calizo, que proporcionan mineralidad y finura.

La vendimia es manual y la vinificación se hace en depósitos inox o en barrica, en función de cada terroir y de las características de la añada –inox en el caso de Saint-Véran, parcialmente en madera en la cuvée Tête de Cru e íntegramente en barrica en

Le Clos– utilizando las propias levaduras naturales. Pueden llegar a usar hasta el 80% de barricas nuevas para la crianza de Le Clos y conceden mucha importancia al trabajo con lías finas, para proporcionar mayor aroma y textura a los vinos.

Château-Fuissé es una referencia histórica en la Bourgogne del sur, en perpetua búsqueda de la excelencia a través del conocimiento adquirido durante generaciones.

DOMAINE ROSSIGNOL-TRAPET

Gevrey-Chambertin

En el año 1961 Jacques Rossignol,

es originario de Volnay y se remonta al siglo XVI, se casó con Mado Trapet, con raíces en Gevrey-Chambertin. Jacques trabajó hasta finales de la década de 1980 junto a su cuñado Jean en la bodega familiar de los Trapet, Domaine Jean Trapet Père et Fils. En 1990 las dos familias tomaron la decisión de dividir las propiedades. De este modo, tanto Jean-Louis, hijo de Jean Trapet, como Nicolas y David, hijos del matrimonio Rossignol-Trapet, podían iniciar sus propios proyectos.

Domaine Rossignol-Trapet se fundó entonces con parcelas en los pueblos de Gevrey-Chambertin, Beaune y Savigny-lès-Beaune. Destacan tres parcelas Grand Cru: Chambertin, Chapelle-Chambertin y Latricières-Chambertin, además de otras parcelas 1er Cru y Village. Todos sus viñedos se cultivan siguiendo los preceptos de la agricultura ecológica y biodinámica, con certificación desde 2005.

Realizan una doble selección de los racimos, en el campo y antes de

entrar en bodega. Despalillan una parte, con una breve premaceración en frío. La crianza de 14 a 18 meses se realiza en barricas nuevas en un 10% para su Beaune 1er Cru Les Teurons y para los vinos de Village, en un 20% para los 1er Cru de GevreyChambertin y en un 50% de roble nuevo en los Grand Cru, algo más en el caso de Chambertin Grand Cru.

Excelentes vinos que van ganando en precisión y provienen de algunos de los mejores parajes de Beaune, Savignylès-Beaune y Gevrey- Chambertin.

Esta pequeña bodega familiar fue fundada en 1987 por Henri Magnien, quien cedió la gestión del domaine a su hijo François. Aunque es una bodega joven, la familia ya tenía una clara vocación vitícola desde el año 1656. Desde 2009, es el hijo de François, Charles Magnien, quien se encarga de mantener vivo el legado de las 11 generaciones de vignerons que le preceden.

Casi desconocido fuera de Bourgogne y de la órbita francesa, Charles es un joven elaborador que trabaja poco más de 6 ha situadas en la colina de Côte de Saint-Jacques, una zona enclavada al oeste de Gevrey-Chambertin, cuyos viñedos se quedaron a las puertas de alcanzar la categoría Grand Cru durante la clasificación de 1930.

Para su cuvée Gevrey-Chambertin Vieilles Vignes, selecciona las cepas más antiguas, algunas de hasta 100 años.

Además, también dispone de 0,16 ha en el Grand Cru Ruchottes-Chambertin,

un viñedo cuya denominación comparte con tan solo otros siete viticultores. Más al sur, en la Côte de Beaune, también tiene parcelas en Aloxe-Corton.

La bodega está situada en la parte antigua de Gevrey-Chambertin, junto a una de sus parcelas más prestigiosas, el 1er Cru Les Cazetiers.

Actualmente, elabora vinos tintos exclusivamente a partir de un clon ancestral de pinot noir que llama pinot Magnien, obtenido mediante una cuidadosa selección masal elaborada por sus antepasados en 1850. Realiza una vendimia manual con una triple selección: en el viñedo, antes del despalillado y después, grano a grano.

En la crianza trabaja en colaboración con la tonelería Cavin para la fabricación de unas barricas que favorezcan la expresión de la fruta por encima de la madera y que otorguen un buen potencial de guarda. Los vinos clasificados como 1er Cru

se mantienen unos 10 meses en barricas de roble, un 25% nuevas, un porcentaje que sube al 100% en la crianza de su Grand Cru. Desde la añada 2011 la fecha de embotellado se rige por el calendario lunar.

Charles Magnien es una de las jóvenes promesas de Bourgogne. Con un gran trabajo de viticultura y un incesante afán perfeccionista, sus vinos siguen una trayectoria ascendente en cada añada.

LA MAISON ROMANE

Nuits-Saint-Georges

El retorno a las raíces. Cuando Oronce de Beler en 2001 entró a trabajar en La Revue du Vin de France (prestigiosa revista del sector vinícola francés) poco se imaginaba que cuatro años más tarde estaría fundando su propia bodega en la Côte de Nuits. La ilusión de elaborar su propio vino fue su estímulo para cambiar su vida en París por la tranquilidad de Bourgogne.

Oronce estudió viticultura y enología en el Lycée Viticole de Beaune en 2004. Un año más tarde conoció a David Juillard, otro estudiante de viticultura de Beaune, y juntos se convencieron de que el mejor proyecto sería el que empezaran ellos mismos.

Fue Jeremy Seysses, propietario de Domaine Dujac, quien se animó a venderles parte de la producción de unas fincas que había comprado ese año y con esa uva lanzaron su primera añada, un vino de Village y un 1er Cru.

En 2005 se instaló en una vieja casa del siglo XVI en el centro de VosneRomanée, conocida como La Maison Romane, de donde surgió el nombre de su proyecto. Justo debajo de la vivienda se encontraba la pequeña bodega, excavada en la roca, que decidió mantener sin restaurar y con el mismo aspecto que tenía cuando vivieron en ella los viñadores del siglo XVI. A partir del 2017 se trasladó a una bodega abovedada más espaciosa en Nuits-Saint-Georges.

Oronce es un négociant, no posee ninguna parcela en propiedad. Desde su primera añada en 2005, se abastece de viticultores, en los que confía plenamente, y a los que compra las mejores uvas. Elabora vinos en la Côte de Nuits y la Côte de Beaune. Para Oronce, la enología es igual de importante que la viticultura, y el vino es resultado de la suma de la naturaleza y del ser humano. Las uvas deben proceder de viñedos con una agricultura ecológica y biodinámica, respetando siempre la forma de trabajar en consonancia con la tradición. El arado se realiza con caballos percherones y, durante la vendimia, siempre manual, se realiza una doble selección: una en el viñedo y otra al entrar en bodega.

Los racimos fermentan enteros y sin despalillar, lo que potencia los aromas frescos y afrutados. Las levaduras empleadas son indígenas y durante la fermentación alcohólica se realizan muy pocos remontados y muy suaves para preservar las bayas. Cuando la fermentación está a punto de finalizar, realiza bazuqueos para romper toda la uva que, al liberar más azúcar, alarga el proceso fermentativo. Una manera de vinificar que reduce el contenido tánico de sus vinos, que describe como etéreos, ligeros y refinados, en lugar de perseguir la máxima extracción. La crianza se

lleva a cabo durante unos 12 meses aproximadamente, en barricas de roble francés usadas, procedentes de Tronçais. Los trasiegos se realizan exclusivamente por gravedad, sin recurrir a bombas. Los vinos de La Maison Romane se embotellan manualmente sin sulfitos añadidos, o con dosis muy bajas, con niveles naturales próximos a cero.

Ofrecemos en exclusiva y por séptimo año consecutivo la cuvée más especial de Nicole Lamarche, una bodega propietaria del mítico Grand Cru monopole La Grande Rue, situado entre La Romanée-Conti y La Tâche.

En junio de 2013, una trágica noticia sacudía al mundo del vino: François Lamarche fallecía en un accidente a los 69 años. Este apasionado vigneron, cuya familia elaboraba vino en Bourgogne desde 1740, finalizaba su trayectoria vital subido a su tractor. Dejaba un renombrado legado familiar en las mejores manos: las de su hija Nicole y su sobrina Nathalie, quienes ya llevaban años trabajando con él.

En 1959, Domaine Lamarche y Domaine de la Romanée-Conti decidieron intercambiarse parcelas, incluyendo viñas en Les Gaudichots, La Grande Rue y Echezeaux. Como resultado, Lamarche añadió una superficie de 8,75 áreas a su propiedad de La Grande Rue. Antes de esta fecha, las uvas de esas viñas se utilizaban para elaborar La Tâche. De este modo, La Grande Rue alcanzó su superficie actual de 1,65 ha.

En 1985, François había tomado el relevo de su padre Henri y en 1992 su monopole La Grande Rue recibió el estatus de Grand Cru, que venía a sumarse a los otros tres Grand Cru y cinco 1er Cru trabajados por la familia durante años.

A partir de la añada 2014, Nicole decidió vinificar por separado estas parcelas añadidas en 1959 bajo el nombre de “La Grande Rue Cuvée 1959”. Un gran tinto con una carga muy profunda de fruta y en perfecta armonía.

Las aproximadamente 11 ha del Domaine Nicole Lamarche abarcan suelos de una gran diversidad geológica: desde composiciones ferruginosas a otras donde predomina la arcilla, todas ellas combinadas con roca y arena calcárea, emblemática de la región. Las cepas tienen entre 30 y 40 años, entre las que reina indiscutiblemente la variedad pinot noir, a pesar de una pequeña concesión a la aligoté. La vendimia se realiza manualmente, y los racimos se trasladan a la bodega en pequeños capazos para evitar el aplastamiento

de las bayas. Allí son –según el caso–total o parcialmente despalillados, macerados en frío y prensados hidráulicamente. Los vinos maduran en barricas de roble francés entre 14 y 20 meses, dependiendo de la parcela, las particularidades de la añada y la edad de la barrica (las nuevas nunca superan el 50%). Los vinos se embotellan sin clarificar ni filtrar.

Nicole Lamarche es uno de los nombres ineludibles de Bourgogne. Vinos de altísimo prestigio y con una producción limitadísima.

CHÂTEAU DE CHAMIREY Mercurey

A finales del siglo XVIII, este magnífico château situado en el corazón de Mercurey –en la parte sur de la Bourgogne– y rodeado de viñedos, fue adquirido por el Marqués de Jouennes d’Herville. En 1934, el abuelo de los actuales propietarios empezó a embotellar el vino del domaine. Su yerno, Bertrand Devillard, continuó su obra y amplió el viñedo con las mejores parcelas de Mercurey. Actualmente, la propiedad recae en la quinta generación y es el hijo de Bertrand, Amaury Devillard, quien dirige la bodega.

Château de Chamirey cuenta con 37 ha de las que 15 son parcelas clasificadas como 1er Cru, entre las que destacan los monopoles

La Mission y Clos des Ruelles, el primero plantado con chardonnay y el segundo con pinot noir.

Los viñedos tienen una edad media de 45 años y la vendimia es manual, realizada siempre en el momento óptimo de maduración. Al llegar a bodega, se realiza una exhaustiva selección de racimos. Tras las maceraciones y la fermentación alcohólica, los vinos envejecen aproximadamente un año y medio en barricas de roble, nuevas en un 25%.

La familia Devillard es también propietaria en la Bourgogne de Domaine des Perdrix en Nuits-SaintGeorges, Domaine de la Garenne, en el Mâconnais, Domaine de la Ferté

en Givry y desde 2019 la histórica propiedad del Jura, Domaine Rolet.

Premeaux-Prissey

Fue el mismo Amaury Devillard quien en 1996 recuperó unos viejos viñedos abandonados en plena Côte de Nuits que estaban en perfecto estado y fundó Domaine des Perdrix.

DOMAINE DE LA GARENNE Azé

Amaury Devillard, además de su expansión hacia el corazón de Bourgogne, en el año 2008, se embarcó en un nuevo proyecto. Junto con los padres de su esposa Pauline –la familia Beaumont–, adquirieron una finca en el pueblo de Azé, en el Mâconnais, para elaborar los vinos blancos del estilo

característico de esta zona bajo el nombre de Domaine de la Garenne.

El viñedo está expuesto en una ladera orientada al sureste, a pocos kilómetros de la Abadía de Cluny.

La propiedad de Amaury Devillard y su esposa Pauline en el sur de la Bourgogne.

Las parcelas de Domaine des Perdrix están situadas entre los pueblos de Vosne-Romanée, Nuits-SaintGeorges y Flagey-Echezeaux, de las que destacan el viñedo del 1er Cru Aux Perdrix que poseen casi en monopole en un 99% y una parcela en Echezeaux Grand Cru, concretamente en Echezeaux du Dessus, justo en el centro de la pendiente de este prestigioso viñedo. Además de estas dos parcelas, también trabajan en el 1er Cru Les Terres Blanches donde cultivan pinot noir y chardonnay.

Las cepas tienen una edad media de 35 años y están plantadas al estilo

de Bourgogne con una densidad de 10.000 cepas/ha para favorecer la competición entre las raíces y que profundicen en el suelo buscando su espacio.

La elaboración también la realiza siguiendo el estilo borgoñón, con una vendimia manual y seleccionando los racimos sanos a su llegada a la bodega, despalillando antes de una maceración prefermentativa en frío.

La fermentación empieza de manera espontánea y, una vez acabada, se mantiene en contacto con los hollejos unos días más para completar su extracción. La crianza se realiza en barricas de roble durante 18 meses, con alrededor de un 60% de madera nueva para los 1er Cru y un 90% para su Echezeaux.

Los vinos más prestigiosos y elegantes de Amaury Devillard.

DOMAINE DES LAMBRAYS

Morey-Saint-Denis

Clos des Lambrays es uno de los 33 Grand Cru de Bourgogne y uno de los más prestigiosos de la Côte de Nuits.

Los muros que rodean el Clos des Lambrays fueron construidos por los monjes cistercienses a partir de 1365. Son el símbolo del pasado y de la armonía de este viñedo. En el transcurso de estos 650 años de historia, la unidad del clos fue fraccionada durante la Revolución Francesa, dividiendo la viña entre más de 70 propietarios diferentes. La familia Rodier adquirió casi la totalidad de la superficie a finales de 1890. De hecho, los sucesivos propietarios a lo largo de los siglos XIX y XX se esforzaron por restablecer la integridad del clos medieval. Actualmente, es casi un monopole, con una superficie de 8,66 ha (203 ouvrées , 202 de las cuales son propiedad de Domaine des Lambrays y una microparcela que pertenece al Domaine Taupenot-Merme).

El viñedo, cultivado como un jardín, lo conforman una sucesión de suaves

BLANC

ondulaciones. Las cepas tienen 90 años de media; la mayor parte de ellas se plantaron entre 1898 y 1935. Las hileras están orientadas de norte a sur, perpendiculares a la pendiente natural de la colina, un sistema poco habitual en Bourgogne que es eficaz para minimizar la erosión y ahora también contra el cambio climático. Como contrapartida, dificulta la mecanización, por lo que muchas labores se realizan manualmente.

Domaine des Lambrays posee también parcelas en dos 1er Cru de PulignyMontrachet. Es propiedad de la familia Arnault (Louis Vuitton Moët Hennessy) desde 2014.

Desde la añada 2019, en la que Jacques Devauges asumió la dirección, el domaine es totalmente ecológico y empezaron a practicar la biodinámica al año siguiente.

La elaboración es meticulosa, vinificando cada una de las 12 parcelas por separado y en pequeños depósitos que posteriormente se ensamblan, sin

incluir los que proceden de los viñedos más jóvenes, para obtener la mejor expresión del Grand Cru. Los racimos se vinifican enteros en un 80% para Clos des Lambrays, en un 50% para Morey 1er Cru y totalmente despalillados para el village Morey-Saint-Denis.

El Clos des Lambrays Grand Cru es un vino que sorprende por su profundidad y concentración y, al mismo tiempo, de una gran elegancia. Una de las joyas de Bourgogne.

Botellas disponibles

Domaine des Lambrays Puligny-Montrachet 1er Cru Les Folatières 2022 consultar

Domaine des Lambrays Puligny-Montrachet 1er Cru Clos du Cailleret 2022 consultar

ROUGE

Botellas disponibles

Domaine des Lambrays Morey-Saint-Denis 2022 consultar

Domaine des Lambrays Morey-Saint-Denis 1er Cru Les Loups 2022 consultar

Domaine des Lambrays Clos des Lambrays Grand Cru 2022 consultar

CLOS DE TART Morey-Saint-Denis

Clos de Tart es uno de los viñedos más prestigiosos de la Côte d’Or gracias a su especial historia, habiendo permanecido indiviso durante casi 900 años, un hecho muy infrecuente en Bourgogne. En 1141, el viñedo –conocido como La Forge y situado en uno de los mejores enclaves de la colina de Morey-SaintDenis– fue adquirido por las monjas de la abadía cisterciense de Nôtre Dame de Tart, quienes ampliaron la superficie plantada. Desde entonces, solo ha pasado por las manos de tres propietarios: durante la Revolución Francesa fue expropiado y vendido en 1791 a la familia Marey-Monge, hasta que en 1932 se vendió en subasta a la familia Mommessin, quien lo custodió hasta abril de 2018 cuando fue adquirido por François Pinault. El viñedo ocupa una extensión de 7,53 ha, siendo el mayor de los monopoles clasificados como Grand Cru y uno de los más deseados de Bourgogne. Está completamente cercado por un muro de piedra seca –de ahí el nombre de clos– de 1,2 km de longitud, que fue restaurado en el 2006 y se halla plantado íntegramente con la variedad pinot noir. Las viñas forman hileras perpendiculares a la pendiente de la colina –una verdadera rareza que dificulta el trabajo del viñedo, pero que mantiene la estructura del suelo y lo protege de la erosión–. Además, la exposición sureste favorece que los racimos estén bañados siempre por la luz del sol, tanto por la mañana como por la tarde, madurando completamente hasta el momento de su vendimia, que suele realizarse lo más tarde posible para que las uvas estén en su momento culminante de madurez fenólica. Las cepas se han ido reponiendo dentro del viñedo mediante una cuidadosa selección masal de los mejores ejemplares, una selección que se ha mantenido hasta la actualidad, después de la última gran replantación del viñedo en 1918. La mayoría tienen más de 60 años –con algunos ejemplares

que superan los 100 años– y con ellas se elabora el vino más prestigioso: Clos de Tart Grand Cru. Con los lotes de las viñas más jóvenes y aquellos que no mejoran la calidad final de Clos de Tart, elaboran su Morey-Saint-Denis 1er Cru La Forge de Tart. Los trabajos en la viña se realizan a mano siguiendo los preceptos de la agricultura ecológica y biodinámica, con certificación Biodyvin a partir del 2019.

La bodega se sitúa en lo alto de Morey-Saint-Denis, a pie de viña, justo al lado del famoso camino de la Route des Grand Cru, que recorre los viñedos más emblemáticos. Llevan realizando grandes reformas desde 1999 para equiparla con la tecnología más reciente, pero manteniendo el edificio original, una construcción del siglo XVII en la que también se encuentra la cava donde se guardan las barricas de roble y un sótano, debajo de la misma, donde se almacenan las botellas en un ambiente de humedad y baja

temperatura que mantiene el vino en condiciones óptimas.

La vendimia se realiza manualmente, seleccionando los racimos en el viñedo y también a su llegada a la bodega, vinificando por separado las uvas según el tipo de suelo. Dependiendo de la añada y de los diferentes sectores dentro del clos, se modifica el porcentaje de racimos despalillados, aunque siempre mantienen intactas las bayas, que se vinifican, con levaduras indígenas, en depósitos de madera troncocónicos, con termorregulación. Tras 17 meses de crianza, en los que tiene lugar la fermentación maloláctica, el vino se embotella para guardarlo en el sótano, donde continuará evolucionando lentamente.

La producción total difícilmente supera las 30.000 botellas anuales.

La añada 2021 de Clos de Tart Grand Cru, que la bodega decidió no comercializar el año pasado, estará disponible próximamente.

ROUGE Botellas disponibles

Clos de Tart Morey-Saint-Denis 2022 consultar

Clos de Tart Morey-Saint-Denis 1er Cru La Forge de Tart 2022 consultar

Clos de Tart Grand Cru 2021 consultar

IVA

RHÔNE

SELECCIÓN UN PASEO POR EL RHÔNE

Una magnífica selección de dos blancos y cuatro tintos que recorren el Rhône de norte a sur.

Domaine Georges Vernay Condrieu Les Terrasses de l’Empire 2022

Domaine de Marcoux Châteauneuf-du-Pape Blanc 2023

Domaine Clusel-Roch Côte-Rôtie Les Schistes 2022

Domaine de la Janasse Châteauneuf-du-Pape 2022

Clos du Mont-Olivet Lirac 2022

Domaine Gramenon L’Emouvante 2023

SELECCIÓN CHÂTEAUNEUF-DU-PAPE ROUGE 2022

Por segundo año consecutivo, ofrecemos una selección exclusiva de seis grandes tintos de Châteauneuf-du-Pape.

Domaine de la Janasse Châteauneuf-du-Pape Chaupin 2022

Clos du Mont-Olivet Châteauneuf-du-Pape 2022

Clos des Papes Châteauneuf-du-Pape 2022

Rotem & Mounir Saouma Châteauneuf-du-Pape Omnia 2022

Le Vieux Donjon Châteauneuf-du-Pape 2022

Domaine de Marcoux Châteauneuf-du-Pape 2022

CAJA DE MADERA CON 6 VINOS: 206,95 €

Disponibles: 60 cajas

CAJA DE MADERA CON 6 VINOS: 284,95 €

Disponibles: 90 cajas

Côtes du Rhône méridionaux

Côtes du Rhône septentrionaux

CHÂTEAU GRILLET

Vérin

Château Grillet es una propiedad histórica. Comprende tan solo 3,5 ha de viñedo, siendo, además, una de las Denominaciones de Origen más pequeñas de Francia y al mismo tiempo un monopole –es decir, que pertenece a un único propietario– donde se elabora uno de los vinos de culto más prestigiosos del país.

El origen de la viticultura en este paraje se remonta al siglo III d.C. cuando los romanos trajeron las primeras cepas. En el siglo XVIII ya era un vino reconocido y prestigioso. En el siglo XIX, personalidades relevantes de la época, como la Emperatriz Joséphine de Beauharnais, primera esposa de Napoleón I, o el rey de Inglaterra George IV tenían botellas de Château Grillet en sus bodegas particulares. En ese momento, el precio del vino ya se situaba por encima de otros crus de Hermitage.

La propiedad cambió de manos en varias ocasiones, principalmente entre familias burguesas de Lyon. La familia Neyret-Gachet fue particularmente importante, conservando la propiedad durante más de 180 años, de 1827 a 2011. Fue Henri Gachet quien hizo la petición de reconocer el viñedo como una Denominación de Origen propia, siendo aprobada el 11 de diciembre de 1936, convirtiéndose así en una de las primeras Denominaciones de

Francia. En 1976, Château Grillet fue declarado Patrimonio Nacional.

En 2011 la propiedad fue adquirida por la familia Pinault (Artémis Domaines: Château Latour, Domaine d’Eugénie, Clos de Tart, Eisele Vineyard), quien continúa realizando una renovación profunda y estricta del viñedo para perpetuar este magnífico legado.

Situadas en la parte norte del valle del Rhône, en la orilla derecha del río, entre los municipios de Vérin y Saint-Michel-sur-Rhône, las viñas forman un anfiteatro con exposición sur y se benefician de un microclima único, cálido, soleado y a resguardo del feroz mistral, el viento del norte. Los viñedos, plantados exclusivamente con viognier, tienen una media de edad de 45 años y se encuentran a menudo sobre fuertes pendientes entre los 150 y los 250 metros de altitud repartidas en 87 terrazas, comúnmente llamadas chaillées, sostenidas por márgenes de piedra seca, que han sido objeto de un cuidadoso mantenimiento a lo largo de los siglos. Desde 2016, todos sus viñedos cuentan con la certificación biodinámica.

La enóloga de la bodega desde 2019 es Jae Chu, de origen coreano y formada en Bourgogne. Tiene fama de realizar unas vinificaciones precisas y muy respetuosas.

Las uvas se vendimian por lotes, se prensan lentamente y se vinifican en pequeños depósitos de acero inoxidable termorregulados o en barricas de roble francés, donde se crían durante unos 18 meses con un porcentaje de madera nueva del 20%.

Aunque Château Grillet comparte la misma variedad que Condrieu y la proximidad geográfica, los estilos de ambos vinos son diferentes. Château Grillet tiene una expresión más mineral y mayor capacidad de guarda.

En Château Grillet siempre se había elaborado un solo vino, con el mismo nombre que la propiedad. A partir de 2011, se empezó a elaborar un segundo vino, un Côtesdu-Rhône blanco –antiguamente llamado Pontcin– con los lotes que no cumplían el nivel exigido para formar parte de Château Grillet. En 2017, presentaron su nueva cuvée La Carthery, que es un blanco procedente de unas parcelas contiguas al histórico viñedo adquiridas recientemente y que pertenecen a la denominación Condrieu. Un total de 12 terrazas o chaillées que suman solo 0,25 ha y que poseen suelos similares a los de Château Grillet. Es un vino de muy pequeña producción, con un tiempo de crianza inferior al de Château Grillet, lo que le permite ser disfrutado en su juventud.

DOMAINE GEORGES VERNAY

Condrieu

Domaine Georges Vernay es uno de los productores de vino más reconocidos del norte del Rhône. La familia Vernay, desde principios del siglo XX y durante tres generaciones consecutivas, ha dejado su huella elaborando vinos finos en Condrieu, Côte-Rôtie y Saint-Joseph.

Sus orígenes se remontan al año 1937 cuando Francis Vernay plantó, en el corazón de la denominación Condrieu, una sola hectárea de viñedo para su primer vino en el lieu-dit Coteau de Vernon, cuya primera añada fue la de 1940. No fue hasta 1953 cuando su hijo Georges Vernay, renovador de la denominación Condrieu, se hizo cargo del pequeño viñedo, fundó la bodega Domaine Georges Vernay y demostró el potencial de la viognier del Rhône.

La denominación Condrieu se había creado en 1940, en parte gracias a los esfuerzos de Francis, aunque su nombre se registró oficialmente en 1945. Sin embargo, los vinos que se elaboraban en esa época

y en esa zona se etiquetaban simplemente como viognier, por lo que la denominación estuvo a punto de desaparecer.

Georges Vernay tuvo un papel clave en su resurgimiento, ya que dibujó sus límites geográficos, creyó en sus laderas de terrazas e impulsó la

variedad hasta que le dio a Condrieu su fama mundial. Se convirtió en presidente de la denominación en la década de 1960, cargo que ostentó durante unos 30 años.

En 1996 Christine Vernay –tercera generación de la familia– tomó el relevo de la bodega como enóloga y

ha continuado el legado de su padre hasta la actualidad, manteniendo su reputación y posicionando sus vinos en las cartas de los mejores restaurantes del mundo. En el año 2020, su hija Emma, representante de la cuarta generación, se incorporó a la bodega.

Christine demuestra que, aunque es difícil trabajar los viñedos en fuerte pendiente con agricultura ecológica, no es imposible. Además, en los últimos años ha dado un paso más y ha implementado la biodinámica como método de cultivo. Junto a Luc, su hermano menor, controlan el viñedo y dirigen el equipo de campo que puede llegar a ser de 40 personas.

Hoy en día la bodega cuenta con 24 ha de viñedo plantado con

viognier y syrah, 17 ha de las cuales están plantadas en fuertes pendientes. Realizan todas las tareas manualmente y elaboran vinos bajo algunas de las denominaciones más prestigiosas del norte del Rhône, como son Condrieu, Côte-Rôtie, Saint-Joseph y otros vinos con la indicación Vin de Pays des Collines Rhodaniennes.

Su vino insignia en Condrieu, Coteau de Vernon , procede actualmente de 2 ha de un viñedo en terrazas orientadas al sur, con cepas de hasta 86 años. En 1992, Georges Vernay creó una nueva cuvée en Condrieu, Les Chaillées de l’Enfer, y en 1998 Christine elaboró por primera vez Les Terrasses de l’Empire.

Los primeros tintos de la Côte-Rôtie datan de 1997: un vino 100% syrah,

Maison Rouge, al que seguiría un año después otro syrah con un 5% de viognier, Blonde du Seigneur

Domaine Georges Vernay se distingue por la personalidad única de sus vinos y por el trabajo en el viñedo y la bodega. Allí Christine utiliza, tanto para blancos como para tintos, diversos recipientes de madera ( foudres , barricas...) con una proporción de sólo un 25% de madera nueva al año para evitar sobrecargar los vinos y dejar que expresen fielmente su origen. Experimenta, prueba y se adapta a las cosechas y las características de cada añada.

Una de las bodegas imprescindibles y que mejor interpreta tanto la viognier como la syrah del Rhône septentrional.

CLUSEL-ROCH

Ampuis

En 1935, Baptiste Clusel plantó las primeras parcelas de syrah en la finca, con las que elaboró su propio vino que comercializaba a granel. La verdadera fundación del domaine no tuvo lugar hasta 1969, cuando su hijo René Clusel embotelló su primera cosecha, siendo uno de los primeros productores de la Côte-Rôtie en hacerlo.

Gilbert Clusel, el nieto de Baptiste, y su esposa Brigitte Roch dieron nombre a la Maison Clusel-Roch. Gilbert se incorporó a la finca familiar en 1980, cuando solo contaban con 3,5 ha de viñedos, junto con otros cultivos. Cuando la denominación no gozaba del prestigio actual, Gilbert, un apasionado de la viticultura, apostó firmemente por recuperar viejos viñedos abandonados y por dar valor a su viña más emblemática, Les Grandes Places, plantada por su abuelo en 1935, y que él empezó a embotellar por separado. Desde 1990, las nuevas plantaciones de syrah (o de sérine, como llaman a la variedad en la zona) se realizan a partir de una selección masal de Les Grandes

Places, que da menores producciones y mayor complejidad de aromas que las selecciones modernas.

Durante la década de 1990, además de modernizar la bodega, Gilbert empezó la reconversión hacia una viticultura ecológica, siendo uno de los pioneros en la Côte-Rôtie. Desde el año 2005 disponen de la certificación Ecocert.

Su hijo, Guillaume Clusel, inquieto y dinámico, es quien dirige actualmente esta bodega, que suma 19 ha en tres denominaciones: Côte-Rôtie, Condrieu y Coteaux du Lyonnais, además de embotellar algunos vinos con la denominación regional de Côtes-duRhône.

En el norte de la Côte-Rôtie, donde se ubican las parcelas de Clusel-Roch, las escarpadas terrazas graníticas contienen una fina capa de mica y esquisto descompuesto, con arcilla y hierro. La mecanización es imposible y se requiere mucha mano de obra.

En Condrieu cuentan con media hectárea en el prestigioso Coteau de Chery. El viñedo está dispuesto

en pequeñas terrazas –¡con casi un kilómetro de muros de piedra!– que acumulan el calor permitiendo una perfecta maduración de la viognier.

El viñedo de Coteaux du Lyonnais fue una apuesta que Guillaume inició en 2009. A unos 20 km de la Côte-Rôtie cambia completamente el relieve, con parcelas relativamente llanas, sobre suelos de arenas y cantos rodados, en los municipios de Millery, Grigny y Orliénas, donde cultivan mayoritariamente gamay para la elaboración de vinos jóvenes.

En la bodega, la entrada de la uva se realiza por gravedad y vinifican en depósitos de hormigón y acero inoxidable, con un despalillado parcial y extracciones muy suaves. La crianza se realiza una parte en barricas, de las que un 20% son nuevas, y otra en acero inoxidable, con lo que consiguen mayor vivacidad en sus vinos.

Clusel-Roch es uno de los nombres de referencia en la Côte-Rôtie, tanto por su historia como por la regularidad y la finura de sus vinos.

HERVÉ SOUHAUT Arlebosc

Hervé Souhaut llegó al mundo del vino a través de su esposa Béatrice, propietaria de una finca histórica en Arlebosc, un lugar aislado al que se accede por una carretera de curvas desde el pueblo de Saint-Jean-deMuzols, atravesando el impresionante y escarpado valle del Doux.

Ambos decidieron dejar atrás su vida en París y crear el Domaine RomaneauxDestezet en 1993. Desde entonces, han realizado nuevas plantaciones y han ampliado la propiedad con sucesivas adquisiciones de varias parcelas, a menudo plantadas con viñedos muy viejos, de 50 a 100 años. La superficie actual de viñedo es de 5 ha ubicadas en la denominación de Saint-Joseph, frente a la histórica montaña de Hermitage, en la orilla opuesta y adentrándose en las colinas del Ardèche.

Geológicamente, el terroir está constituido por granito, cuya descomposición forma suelos de carácter ácido, sobre los que cultiva las variedades locales representativas de la zona norte del Rhône: syrah y gamay para los vinos tintos y viognier y roussanne para los blancos. El viñedo está expuesto al sur y sureste, de manera que se aprovecha al máximo la insolación. La sensibilidad de Hervé por el medio ambiente, sin duda condicionada por su formación como biólogo, le lleva a practicar una agricultura respetuosa con el entorno.

La bodega se encuentra debajo de una granja fortificada del siglo XVI conocida con el nombre de Les Romaneaux, en medio del

viñedo. Desde sus inicios, Hervé puso de manifiesto su inquietud por elaborar vinos lo más naturales posible y sin aditivos enológicos. Vinifica con racimos enteros, con largas maceraciones a baja temperatura, durante las que realiza bazuqueos periódicos, sin remontados. La crianza sobre lías finas, en barricas de roble usadas, se prolonga entre 8 y 12 meses, en función de las diferentes

cuvées. Los vinos se embotellan sin filtrar y con un contenido en sulfuroso total inferior a 25 mg/L.

Con la compra de uva a algunos vecinos, alcanzan una producción de unas 25.000 botellas al año y no tienen intención de crecer.

Hervé Souhaut elabora vinos muy puros, fluidos, sutiles y frescos, que pueden ser disfrutados desde su salida al mercado.

LE VIEUX DONJON

Châteauneuf-du-Pape

Le Vieux Donjon, en Châteauneuf-duPape, pertenece a la familia Michel desde hace tres generaciones. Sus orígenes se remontan a principios del siglo XX, cuando vendían la uva a otros négociants de la zona. En esa época, la viticultura no era su actividad principal, ya que la familia también se dedicaba a la fabricación de barricas de madera. No es hasta unos años más tarde, con la cosecha de 1966, cuando Marcel Michel decide embotellar el vino de su propiedad. En 1979, su hijo Lucien se casó con Marie-José, ingeniera agrícola, y empezaron a dirigir la bodega. El matrimonio desarrolló y potenció la viticultura y el comercio de sus vinos exportando gran parte de la producción a Estados Unidos. Los dos se repartieron las tareas: Lucien se encargó de la elaboración del vino, mientras que su mujer Marie-José llevaba la parte comercial y administrativa.

Años más tarde, otra generación entró en juego y en 2007 su hija Claire –apellidada Fabre tras su matrimonio–

con experiencia adquirida en otras bodegas internacionales, se incorporó a la bodega como responsable de la elaboración de los vinos. Su hermano François, ingeniero agrónomo, se unió en 2012. Con el relevo generacional asegurado, Lucien y Marie-José Michel se jubilaron en 2013 y cedieron el testigo a sus

hijos, quienes poco a poco fueron modernizando las instalaciones.

La bodega tiene en propiedad 17 ha de viñedo plantadas mayoritariamente con garnacha, syrah, mourvèdre y cinsault, sobre distintos tipos de suelos que van desde los típicos galets –guijarros de cantos rodados–

de la región a suelos arcillo-calcáreos y arenosos. Las variedades de uva y suelos confieren al vino final una complejidad y una riqueza únicas. También tienen una hectárea de viñedo plantada con las variedades blancas clairette y roussanne, situada al pie de una de las mesetas de la denominación en una zona de suelo arcillo-calcáreo, más fresco, especialmente adecuada para la producción de vinos blancos. Todo el cultivo es ecológico.

Sus viñedos están situados en algunos de los más bellos emplazamientos de la denominación: Le Pied Long,

Cabrières, Le Mourre de Gaud o Bois de Boursan. La edad media de las cepas es de 50 años, aunque alrededor de un tercio de sus garnachas tienen más de 100 años , y la syrah y la mourvèdre se replantaron hace unos 35 años.

Tan sólo elaboran dos vinos –un tinto y un blanco–, ambos dentro de la AOC Châteauneuf-du-Pape. El tinto es un ensamblaje íntegro de las variedades presentes en la propiedad, mayoritariamente garnacha con un porcentaje de syrah, mourvèdre y cinsault. La uva tinta generalmente se despalilla dependiendo de la

cosecha, eliminando los raspones más verdes. Todas las variedades se vinifican conjuntamente, a excepción de la mourvèdre, en depósitos cuadrados de hormigón y se crían en foudres de 50 hl entre 12 y 18 meses. Su vino blanco, que empezaron a elaborar en 1993, es un ensamblaje de clairette y roussanne a partes iguales, vinificado y criado durante 6 meses únicamente en depósitos de acero inoxidable para realzar la frescura y la mineralidad.

Los vinos de Le Vieux Donjon se encuentran entre los más elegantes, delicados y finos de la denominación.

CLOS DES PAPES

Châteauneuf-du-Pape

De una regularidad sin igual, la familia Avril dirige uno de los domaines más bellos de Châteauneuf-du-Pape, formado por unas magníficas parcelas que representan perfectamente los terroirs de la denominación.

La historia de Clos des Papes está estrechamente ligada a la familia Avril desde el siglo XVIII. El viñedo fue devastado por la filoxera en 1865. En 1896, Paul-Eugène Avril comercializó su vino de mourvèdre bajo el nombre de Clos des Papes y participó activamente en la creación de la denominación Châteauneufdu-Pape. Su nieto Paul se puso al frente del domaine en 1963 tras estudiar enología en Dijon y consiguió prestigiar enormemente sus vinos. Paul-Vincent Avril, de la cuarta generación, tiene también una fuerte influencia borgoñona, enfocada a la elaboración de vinos finos y elegantes.

Clos des Papes es célebre por su constancia en estilo y calidad añada tras añada. Proceden de 32 ha de viñedo repartidas en más de una

veintena de parcelas –algunas de ellas consideradas las mejores de la zona– y con una gran diversidad de microclimas. La edad de las viñas está alrededor de los 80 años y la viticultura es ecológica.

La variedad dominante es la garnacha tinta, aunque también hay mourvèdre y syrah, así como otras variedades tintas minoritarias. En las aproximadamente 3 ha dedicadas a las variedades blancas, encontramos roussanne, picardan, bourboulenc, clairette, garnacha blanca y picpoul. En total cultivan las 13 variedades de uva permitidas en la denominación Châteauneuf-du-Pape.

La crianza se realiza en barricas utilizadas previamente durante un mínimo de 3 años, a fin de evitar la presencia invasiva de la madera en unos vinos que principalmente buscan equilibrio y texturas aterciopeladas. Una de las referencias imprescindibles de Châteauneuf-du-Pape. Objeto de deseo.

En 2012, trece años después de que Rotem Brakin y Mounir Saouma iniciaran su proyecto en Bourgogne (Lucien Le Moine), decidieron comprar una propiedad en la denominación Châteauneufdu-Pape compuesta por una bodega y viñas abandonadas situadas entre los pueblos de Orange y Serignandu-Comtat.

La primera parcela que compraron estaba situada en Pignan. Eran 2 ha de un viñedo completamente abandonado, pero con una exposición inmejorable –hacia el norte– que ofrece un equilibrio perfecto entre el calor del sol y la frescura del mistral. A esta le siguieron otras parcelas, como

La Pointu, Esqueirons, Pierre Redon o La Bigote. Un total de 8,5 ha repartidas por los cinco pueblos que componen esta denominación. A estas parcelas se le suman 8,9 ha en su finca próxima al Massif d’Uchaux, con denominación Côtes du Rhône-Villages.

Un proyecto al que van ligados dos retos. Por un lado, controlar todo el proceso de elaboración desde el viñedo hasta la botella y, por otro, la posibilidad de trabajar unas variedades distintas a las de Bourgogne.

Siguen la misma filosofía de elaboración que en Bourgogne: larguísimas crianzas con una gran cantidad de lías –hecho

totalmente inusual en el Rhône–, que dota a sus vinos de una personalidad única.

En los tintos, realizan una maceración en frío de dos semanas y fermentaciones largas y lentas. La crianza tiene lugar en barricas o ánforas durante un máximo de cinco años, sin trasiegos, bombeos, clarificaciones ni filtración. Las adiciones de sulfitos son mínimas.

Magníficos vinos de Châteauneufdu-Pape que se sitúan entre los más deseados de la denominación.

CLOS DU MONT-OLIVET

Châteauneuf-du-Pape

Este magnífico domaine histórico representa el clasicismo en el estilo de Châteauneuf-du-Pape. Elaboran vinos concebidos para una larga guarda, que superan el paso del tiempo con gracia.

En un documento notarial de 1547 ya se menciona una parcela situada “ad montem oliveti”, aunque la fundación de Clos du Mont-Olivet no tuvo lugar hasta 1932. A principios del siglo XX, el viñedo, perteneciente a la familia Jausset, no superaba las 10 ha. Séraphin Sabon, originario del pueblo vecino de Sérignan-du-Comtat, contrajo matrimonio con Marie Jausset y de esa forma el apellido Sabon –muy extendido en la zona– es el que perdura hasta la actualidad. Séraphin fue el responsable de crear la marca Clos du Mont-Olivet, siendo uno de los primeros en la región en embotellar sus propios vinos.

Joseph, su hijo mayor, tomó las riendas del domaine hasta que fue relevado por sus tres hijos en 1978. En la siguiente generación, Thierry dejó su prometedora carrera como físico y se incorporó a la bodega en 1998. Algunos años después lo harían sus primos Céline y David. Estos tres representantes de la cuarta generación son los responsables de Clos du Mont-Olivet en la actualidad y, en homenaje a su abuelo, mantienen el nombre de Joseph Sabon en las etiquetas.

Disponen de 21 ha en Châteauneufdu-Pape, 14 ha en Lirac, 10 ha en Côtes-du-Rhône y 3 ha en Vin de Pays du Gard. El viñedo es un elogio

a la diversidad. Está muy fragmentado, con exposiciones, mesoclimas y suelos muy variados, que permiten expresiones diferentes incluso dentro de una misma variedad. Predomina ampliamente la garnacha –con cepas de más de 100 años en el lieu-dit La Crau–, seguida de syrah, mourvèdre y cinsault, pero también tienen counoise, vaccarèse, muscardin, picpoul noire y terret noir. Las uvas blancas representan un 7% del total, sobre todo bourboulenc y roussanne, junto con garnacha blanca, picpoul blanc y picardan.

Los métodos de vinificación varían según la interpretación de cada parcela y cada añada y el ensamblaje puede realizarse en vendimia, durante la fase de fermentación o durante la crianza.

Vinos que persiguen la fidelidad al lugar de origen, potenciando la frescura y la elegancia por encima de la opulencia. Pueden mostrarse tímidos en su juventud, pero con el tiempo revelan todo su potencial, desplegando aromas de trufa, sotobosque y frutas infusionadas.

DOMAINE DE LA JANASSE Courthézon

Esta gran propiedad de Courthézon, que generación tras generación está en manos de la familia Sabon, ha progresado espectacularmente en la última década y se ha convertido en uno de los domaines de referencia de Châteauneuf-du-Pape.

La bodega fue fundada en 1973 por Aimé Sabon con la intención de embotellar su propio vino y expandir la propiedad hasta las 90 ha que disponen actualmente. Su hijo Christophe tomó la dirección de la bodega en 1991 tras estudiar viticultura y comercio. Él fue quien creó sus diferentes cuvées Diez años más tarde, se incorporó su hermana Isabelle después de graduarse como enóloga.

Actualmente, el domaine dispone de más de 60 parcelas de viñedo con diferentes tipos de suelos. Esta estructura de propiedades tan diseminada les permite encontrar la mejor combinación de suelo y

microclima. Por ejemplo, las variedades blancas y la syrah están plantadas preferiblemente sobre suelos arenosocalcáreos y orientados al noreste para preservar la frescura, la acidez y la delicadeza propias de cada variedad. Por otro lado, la mourvèdre está plantada sobre suelos arcillo-limosos con cantos rodados para obtener el mejor nivel de maduración posible. Una diversidad que dota de una máxima complejidad a los ensamblajes finales.

La garnacha, la syrah y la mourvèdre son las tres variedades principales, aunque en 2010 decidieron plantar –en el famoso terreno de La Crau, donde tienen sus viñas más viejas– las variedades “secundarias” para perpetuar la tradición de las 13 variedades.

La vendimia se lleva a cabo siempre con una doble selección muy estricta que les permite separar las uvas según su calidad, su estado sanitario, la madurez de las pepitas, de las pieles y del raspón y adaptar al máximo el tipo de vinificación posterior.

La crianza de las garnachas se acostumbra a realizar en grandes depósitos de madera y la syrah y la mourvèdre permanecen en barricas.

Domaine de la Janasse tiene un perfil moderno en cuanto a la riqueza de la fruta, pero al mismo tiempo transmite un profundo sentido del lugar con una maravillosa complejidad.

DOMAINE DE MARCOUX

Orange

Los orígenes de la familia Armenier, propietarios de la histórica finca Domaine de Marcoux, se remontan a la edad media y siempre han estado ligados a Châteauneuf-du-Pape. Émile Armenier, miembro del sindicato de viticultores, tomó parte activa en la creación de esta denominación.

Las hermanas Sophie y Catherine Armenier, nietas de Émile, se hicieron cargo de la finca familiar en 1995. Catherine se ocupaba principalmente del viñedo y Sophie de las vinificaciones. En 2014, se incorporó Vincent Estevenin, el hijo de Sophie. Finalmente, en 2019 Catherine decidió que había llegado el momento de retirarse.

Cuentan con 28 ha de viñedo: 17,5 ha en Châteauneuf-du-Pape, 8 ha en Lirac y el resto en Côtes-du-Rhône. Los suelos son muy diversos; van desde los característicos galets o cantos rodados, formados principalmente

por cuarcitas, a terrenos arcillocalcáreos, margas y areniscas. Todo el cultivo es ecológico, con certificación Ecocert desde 1991, y suelen aplicar preparados biodinámicos.

Atesoran 2,32 ha de garnacha oficialmente plantadas en 1900 –la fecha más antigua en el catastro–, pero quizá sean anteriores , en el lieu-dit Charbonnières, así como una viña de 1,13 ha que data de 1949, llamada Esqueirons, con las que elaboran su prestigiosa cuvée Châteauneuf-du-Pape Vieilles Vignes. Cultivan también mourvèdre, syrah y cinsault, así como una pequeña proporción de variedades blancas: roussanne, bourboulenc, clairette y garnacha blanca.

Las vendimias son manuales y las fermentaciones se llevan a cabo con levaduras indígenas. La crianza de los tintos se prolonga durante 18 meses, mayoritariamente en depósitos de

cemento, pero también en algunos foudres de 3.000 L. Los blancos permanecen en acero inoxidable y demi-muids durante 6 meses.

Domaine de Marcoux es una de las bodegas imprescindibles del sur del Rhône. Sus vinos, fragantes y jugosos en su juventud, se revelan profundos y complejos con el paso de los años.

DOMAINE GRAMENON & MAXIME-FRANÇOIS LAURENT

Montbrison-sur-Lez

Domaine Gramenon se fundó en 1978 cuando Philippe Laurent y su esposa Michèle Aubéry adquirieron 12 ha de viñedos viejos en Montbrison-sur-Lez, en el extremo norte de la región sur del Rhône, al pie de las primeras estribaciones prealpinas.

Tras el fallecimiento de Philippe en 1999, Michèle se hizo cargo del domaine, que ha estado dirigiendo hasta hace un par de años, cuando le pasó el testigo a uno de sus tres hijos, Maxime-François Laurent, que tomó las riendas de la propiedad.

La finca cuenta con multitud de parcelas ubicadas alrededor de la bodega, cuyos suelos –marcadamente calcáreos– se formaron a partir de una barra de piedra caliza anteriormente cubierta por el mar. Tienen también algunas parcelas en Valréas y Vinsobres.

En la actualidad disponen de 26 ha de viñedos con un importante patrimonio de garnachas viejas, de 50 a 120 años. Cultivan también syrah y, en menor proporción, cinsault, clairette y viognier. La viticultura ha sido siempre ecológica y en los años 2000 empezaron a introducir prácticas biodinámicas, con certificación Demeter desde 2010.

En sus inicios, la uva se vendía a los grandes négociants de la zona, hasta que en 1990 embotellaron sus primeras cuvées Sus vinos ganaron notoriedad por su concentración, complejidad y equilibrio, con una fruta muy madura –sin llegar nunca a la sobremaduración– que da lugar a un perfil jugoso y fresco.

Todas las labores se realizan de forma artesanal y poco intervencionista. Evitan el uso de elementos mecánicos que puedan dañar la uva y solo realizan un ligero sulfitado al final de la fermentación maloláctica, si es necesario.

Los vinos que se elaboran a partir de las viñas más viejas de garnacha –La Sagesse, La Papesse y La Mémé– se crían durante 12 meses en demi-muids y foudres usados.

En 2006, Maxime-François inició una colaboración con un viticultor vecino que dispone de 6 ha de viñedos en Montbrison sur Lez y Valréas. El cultivo, respetuoso con el medio ambiente, es supervisado por Domaine Gramenon durante todo el año. La vinificación es lo más natural posible y solo se realiza un ligero sulfitado después de la fermentación maloláctica. Estos vinos se etiquetan bajo la marca que lleva su propio nombre.

Domaine Gramenon es un productor de culto, muy buscado por los amantes de las garnachas de mínima intervención. Los vinos de la gama Maxime-FrançoisLaurent son frescos y directos, llenos de fruta. Como él mismo indica, son “vinos de sed”.

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