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La ciudad de los últimos cuerpos

Por: Negra Maleza

Los últimos cuerpos, son los últimos a los que llega el pan, el bienestar, el amor, ¿cómo serán los últimos cuerpos? Son los cuerpos que recogen el lixiviado; la parte baja de una bolsa negra de basura, ¿cómo no serían ellos los últimos cuerpos?, ellos son los que reciben el peso, los cuerpos esos, los que huelen feo, los cuerpos últimos, los magullados, los de la rabia, los del cerebro destruido, ellos, los de los huesos fríos, últimos cuerpos donde recae el asco y el exterminio. Los últimos cuerpos guardan dentro de ellos todo lo que les recae, lo que les exprime el alma, tú los puedes ver; el color de sus pieles quemadas, ojos idos al mundo de la evasión, donde no está el miedo, donde se le da la espalda hasta a tu humanidad, tan inmunda y tan inhumana que no pueden ver en esos ojos todo el peso de un cuerpo que no aguanta más. Villavicencio, eres la ciudad de los últimos cuerpos. Que, si creyera en Dios, diría que fue un milagro que ni tú ni yo nos convirtiéramos en últimos cuerpos. Cuerpos a los que se les empuja a tomar un revólver y romperle la cabeza a un loro por 100 mil pesos. . Un cuerpo que tiene miedo del miedo, de la noche donde no hay más que violación de un cuerpo que no quiere, de un cuerpo que se mete en la ensoñación del humo, de la aguja, de un susto que termine por matarle de una fulminante explosión silenciosa, solitaria y oscura, o de una muerte que empuja atada a su cuello mientras se tira de ese puente donde se lanzan cuerpos hijos de Villavo, que no serán los últimos en caer. Nosotros no fuimos últimos cuerpos, no por la fuerza, si no por las condiciones que cambiaron, y yo me pregunto si estos últimos, los de la mirada perdida y una patacabra lista, tuvieran un poquito, solo un poquito de eso que nos tocó a nosotros, los privilegiados, los olvidadizos y los débiles, ¿qué sería de ellos?, estarían de últimas, o, ¿estarían allí, los que están de primeras?

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