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EDITORIAL
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Urgen medidas para salvar a las pymes y el empleo El miércoles 8 de abril, Luisa María Alcalde Luján, titular de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS), anunció que desde el 13 de marzo hasta la fecha de su comunicado se habían perdido cerca de 347 mil empleos formales a causa de las medidas de distanciamiento social a las que obliga el COVID-19, más de los que se crearon el año pasado. Cabe recordar que 2019 tiene la tasa más baja de creación de puestos de trabajo desde la crisis económica de 2008 y 2009, pues, según cifras oficiales del IMSS, hubo nada más 342 mil nuevos empleos registrados ante dicha institución. En cuestión de un mes se destruyeron
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los escasos avances que habían tardado un año en construirse. Por desgracia, todo indica que abril y mayo registrarán caídas superiores; así, las consecuencias laborales del coronavirus apenas están comenzando. Por alarmantes que resulten las cifras brindadas por la STPS, están incompletas, ya que no incluyen a todos aquellos trabajadores informales que han perdido su empleo ni a los dueños de empresas que han dejado de recibir ingresos debido a la suspensión de actividades. TallentiaMX destaca lo anterior por tres motivos que son esenciales para cualquier análisis y estrategia en este contexto:
a) Lamentablemente, más de 30 millones de mexicanos laboran en la informalidad. b) El 99.8% de las unidades económicas son micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES), es decir, tienen una nómina inferior a 250 personas. c) El 68.4% del personal ocupado labora para MIPYMES. Las proyecciones varían, pero todas son negativas. El FMI anticipa una caída del 6.6% en el PIB de México. UBS, el banco suizo, prevé una contracción económica del 7.6% para nuestro país. El Banco Interamericano de Desarrollo, de estimar un
crecimiento del 1.6%, ahora declara que la economía nacional sufrirá una recesión de 5.6%. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que en México desaparecerán entre 4.1 y 7.4 millones de empleos, y habló de que se perderán, en horas laborales, el equivalente a 195 millones de trabajos de tiempo completo en el mundo. En consecuencia, existe una creciente preocupación por parte de numerosos sectores de la población; es evidente que las medidas tomadas por el Ejecutivo Federal para combatir el desempleo durante la pandemia están resultando insuficientes, sobre todo para las clases media y baja. Es fundamental que el gobierno y el sector privado colaboren y mantengan una comunicación constante, para que juntos protejan a los trabajadores y a la economía. Hay voces que insisten en no hacer modi-
ficaciones sustantivas a la estrategia económica y laboral ante la crisis. TallentiaMX, sin embargo, está a obligada a declarar la necesidad de crear temporalmente estimulos y prórrogas fiscales a favor del empleo, de hacer cambios presupuestales para aminorar la crisis y a promover iniciativas que ayuden a flexibilizar la estructura laboral. Cabe señalar que la subcontratación en este contexto, dado que sirve para detonar la productividad y los empleos formales, ya que es un modelo que abriga a cerca de 8 millones de trabajadores y gracias a que permitirá hacer las contrataciones emergentes que se requieran, tiene que encabezar la lista de las alternativas que permitirán a México
sobrellevar las apremiantes circunstancias. En la edición de esta semana te ofrecemos un análisis de los estragos económicos y laborales que ya ha comenzado a hacer el COVID-19. También hacemos énfasis en las acciones que se pueden llevar a cabo para que el derrotero crítico que hemos tomado en marzo y abril no continúe durante las siguientes semanas. Todos y todas dependemos de la colaboración entre autoridades y empresas, y de si se está dispuesto a renovar estratégica y flexiblemente la estructura laboral de México.
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MULTIMEDIA
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NOTICIAS DE LA SEMANA
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Los estragos del coronavirus en México y en el mundo Por Vanessa Hernández
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éxico y el mundo están atravesando una crisis sanitaria a causa de la pandemia por el coronavirus, la cual está provocando una reducción sin precedentes de la actividad económica y del tiempo de trabajo, lo que derivará en consecuencias negativas para la economía y el mundo laboral.
Diversos organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) han realizado estimaciones tanto de la caída que se espera del Producto Interno Bruto (PIB), como de la pérdida de empleos. El FMI prevé que a nivel mundial la economía se contraerá en un 3% este año y para México la caída del PIB podría ser de hasta un 6.6%.
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Una vez que la situación económica se complica y las empresas se enfrentan a reducciones en su producción y a pérdidas de liquidez, millones de trabajadores están expuestos al despido y/o a la disminución de sus ingresos. Las consecuencias son especialmente graves para aquellos trabajadores de la economía informal, los cuales además no cuentan con seguridad social. La OIT estima que a nivel mundial, 2,000 millones de personas trabajan en el sector informal (la mayoría en las economías emergentes y en desarrollo) y corren un riesgo especial en esta crisis. En México, hay un 63.3% de trabajadores informales. El efecto negativo de la pandemia en nuestro país también se puede agravar debido
En México, se podrían perder cerca de 28 millones de empleos, estima economista de la OIT. a que no se cuenta con un modelo de trabajo flexible, que permita aminorar la pérdida de empleo e ingresos. Las medidas de distanciamiento tomadas para mitigar el COVID-19 han afectado al empleo directamente. Las recientes estimaciones de la OIT apuntan que, a nivel mundial, entre abril y junio de 2020, habrá una pérdida del empleo de alrededor del 6.7% de horas trabajadas, el equivalente a 195 millones de trabajadores a tiempo completo. En el mismo pe-
riodo, el empleo del 51.5% de trabajadores mexicanos podría estar en riesgo, es decir, cerca de 28 millones de empleos se podrían perder en México, según Roger Gomis, economista de la OIT. Aunando a lo anterior, el pasado 8 de abril se indicó por parte de la secretaria Luisa María Alcalde, titular de la Secretaria de Trabajo y Previsión Social, que se han perdido 346, 878 puestos de trabajo en un periodo de 25 días (del 13 de marzo al 6 de abril) en nuestro país. Del total de los empleos formales perdidos, el 56% se registraron en 6 entidades del país: Quintana Roo, Ciudad de México, Nuevo León, Jalisco, Estado de México y Tamaulipas. Debido al complicado escenario que se prevé, distintos organismos han hecho hincapié en la falta de medidas
oportunas y adecuadas para enfrentar las crisis por el coronavirus. El banco de inversión suizo, UBS, afirma que la respuesta del gobierno mexicano es una de las más débiles del mundo para proteger la actividad económica y el empleo. La OIT ha insistido en que se debe apoyar a las empresas para proteger a los trabajadores, además de planificar estratégicamente políticas macroeconómicas para reactivar la economía. A medida que transcurra la pandemia y la crisis económica supere a la crisis sanitaria, los países de ingresos bajos y medios, en especial México, necesitarán de medidas de alivio que van desde adaptar nuevas modalidades de trabajo (por ejemplo, el teletrabajo y la subcontratación), brindar seguros de empleo, ofrecer ayuda fiscal
y financiera a las empresas, hasta fortalecer el diálogo entre gobiernos, sector privado y trabajadores. Además, organismos internacionales han insistido en que el reto visible que dejará la pandemia del coronavirus, es reducir los índices de informalidad en el mundo. *Vanessa Hernández es licenciada en Ciencia Política por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y analista política de TallentiaMX. vanessa.hernandez@tallentiamx.com
Fuente: Organización Internacional del Trabajo. El COVID-19 y el mundo del trabajo. Segunda edición Estimaciones actualizadas y análisis. Consultado en: https://bit.ly/2wJATMe
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Advierten pérdida de 1.5 millones de empleos
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i las autoridades se mantienen en la inacción, se podrían perder entre 1 y 1.5 millones de empleos formales por la crisis económica derivada del COVID-19, advirtió el sector patronal. Insistió en que la economía mexicana requiere un plan de rescate económico, por lo que exhortó al gobierno a utilizar herramientas fiscales y presupuestarias para hacerlo. Se convocó al gobierno “para que utilice las herramientas fiscales, presupuestarias y de concertación social de que está investido para evitar que cientos de miles de personas vean desaparecer sus trabajos y millones de mexicanos empobrezcan por la pérdida del ingreso familiar", subrayó el representante de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX).
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Afirmó que este plan de rescate económico debe construirse con base en las mejores prácticas internacionales y no sobre prejuicios ideológicos.
El sector patronal exhortó al gobierno a utilizar herramientas fiscales y presupuestarias para evitar la desaparición de trabajos. Durante la crisis de 2009, dijo, el porcentaje de la población en pobreza pasó de 44.4 a 46.1%. "Nos tomó una década poder borrar este efecto y recuperar la tendencia a la baja. Todo este esfuerzo se podría esfumar en unos meses", advirtió COPARMEX.
Añadió que las peores consecuencias de una crisis son los efectos que viven las familias en la disminución de sus ingresos como consecuencia del cierre de empresas y el desempleo. Fuente: El Norte / Verónica Gascón
El desempleo en México no tendrá precedentes: UBS
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l banco de inversión UBS pronostica que este año el desempleo en México será mayor que en el peor momento de la Crisis del Tequila de mediados de los años 90’s, cuando alcanzó una tasa de 7.6%, debido a que la maquinaria del consumo prácticamente se detendrá en este segundo trimestre. “Al parecer el golpe al empleo no tendrá precedente”, dice el banco suizo en un reporte fechado el 13 de abril. UBS estima que este año la economía mexicana se contraerá 7.6%, un desempeño también peor que el observado en esa Crisis del Tequila, también en la de deuda de los años 80’s y en la crisis financiera de 2008/2009.
El banco de inversión suizo, UBS, estima que este año la economía mexicana se contraerá 7.6%. Agrega que las dos principales razones del retroceso es la caída de la economía estadounidense, que se estima será de -6%, y a la respuesta del gobierno mexicano a la crisis sanitaria del coronavirus. “Una de las más débiles del mundo”, afirma. Los pronósticos negativos de UBS en torno de la economía mexicana se suman a los de otros bancos nacionales y extranjeros, y a los de
organismos multinacionales, como el Banco Mundial, que pronostica una contracción de 6%, y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que en las últimas horas actualizó sus estimaciones, de un crecimiento de 1.6% antes de COVID-19 a una caída de 5.3%. En materia de empleo, COPARMEX señaló que el país podría perder de 1 millón a 1.5 millones de empleos por la crisis sanitaria. Si bien el banco suizo considera que la recuperación iniciará en la segunda mitad del año, la expectativa es que ocurra de manera gradual. El consumo y las remesas El consumo será uno de los renglones más golpeados,
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añade el banco suizo, pues además de los despidos, entre ellos los 300,000 puestos perdidos entre el 13 de marzo y el 6 de abril, las remesas tendrán una fuerte reducción como consecuencia del derrumbe de la economía estadounidense.
La respuesta del gobierno mexicano a la crisis sanitaria del coronavirus: “una de las más débiles del mundo”, afirma UBS.
Agrega que los pronósticos de inversión, que ya vienen de un declive de 4.9% en 2019, tampoco son nada halagüeños: podrían contraerse más de 20% este año. “Dada la incertidumbre relacionada con COVID-19, pensamos que en el entorno actual las compañías preferirán conservar su efectivo”, dice el banco suizo.
nomía mexicana está la caída de la demanda global, que se reflejará en una baja, que ya empezó, de las exportaciones por el cierre forzado de plantas de manufactura debido a la emergencia sanitaria y el rompimiento de las cadenas de suministro globales.
Entre las cosas que UBS destaca de esta crisis de la eco-
La expectativa es que habrá un declive de dos dígitos tanto
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en exportaciones como en importaciones este año, y de una caída de 7% en la producción industrial, concluye. Fuente: Aristegui Noticias
Coronavirus: "Se perderán 195 millones de empleos en solo 3 meses" por la pandemia, el informe de la OIT (y cómo afectará a América Latina)
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l efecto de la pandemia global de coronavirus sobre el empleo va a ser "devastador" y superará con creces lo sucedido durante la crisis financiera mundial de 2008-2009, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El COVID-19 hará desaparecer globalmente, solo entre abril y junio de este año, el 6.7% de las horas de empleos, lo que equivale a la pérdida 195 millones de puestos a tiempo completo. Es la crisis más severa desde la Segunda Guerra Mundial, que terminó en 1945. De hecho, la agencia de la ONU advierte que 4 de cada 5 trabajadores a nivel mundial ya está sufriendo las consecuencias de los confinamientos totales parcia-
les de ciudades enteras que muchos gobiernos se han visto forzados a imponer. "Drástico impacto" Los cierres de ciudades, el cierre de negocios, fábricas y de los colegios, las restricciones de viajes y otras medidas para contener la expansión de la enfermedad "han tenido un repentino y drástico impacto en trabajadores y empresas". Este tipo de medidas afectan actualmente a 2,700 millones de trabajadores, que representan el 81% de la fuerza de trabajo mundial. El documento prevé que la región de Latinoamérica y el Caribe pierda 14 millones de puestos de trabajo, mientras que Centroamérica verá destruidos 3 millones de empleos.
Entre abril y junio de este año, desaparecerán globalmente el 6.7% de las horas de empleos, lo que equivale a la pérdida 195 millones de puestos a tiempo completo. ¿Qué país de la región se verá más afectado? El mercado laboral de Latinoamérica tiene 3 vulnerabilidades propias -que comparten casi todos los países de la región- de las que va a depender cómo se verá afectada. Por un lado, está la tasa de empleo informal, por otro, los sectores en los que se
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el sector inmobiliario y las actividades administrativas, las fábricas y los servicios de reparación, los comercios y tiendas y el área de los negocios y el sector artístico. Estos sectores emplean unos 1,250 millones de trabajadores en todo el mundo. "En términos de empleo en riesgo, en América Latina tenemos identificado que un 44% de los trabajadores lo hacen en sectores que consideramos que tienen un alto riesgo", afirma el economista de la OIT.
concentran los trabajadores. Y a todo esto hay que sumar el margen fiscal y monetario que tiene cada gobierno para ayudar a sus trabajadores. Perfil sectorial Las consecuencias van a depender de cuántas personas tenga cada país trabajando en los cuatro sectores que se van a haber más afectados, es decir, del perfil sectorial del empleo. La OIT ha identificado sectores de la economía que concentran mayor riesgo y que serán las áreas de la economía que más empleos podrían perder según las estimaciones: el sector hotelero y de la alimentación,
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Por poner un ejemplo, "en México el porcentaje de trabajadores en sectores en riesgo es aún más alto y este ratio llegaría a un 51.5%", dice. "Esto supone casi 28 millones de empleos. No decimos que se van a perder, pero sí que estos puestos de trabajo están en áreas de mayor riesgo por los cierres derivados de la pandemia". En Argentina, el 41.8% de sus trabajadores están en sectores de mayor riesgo. Colombia tiene un 46.8%, Chile casi un 40%, el mismo ratio que Ecuador y similar al de Honduras y Nicaragua. Por su parte, Costa Rica registra un 42.3%, Perú cuenta con el 41% de su fuerza laboral y Bolivia el 38%. Empleo informal En América Latina y el Caribe hay al menos 140 millones
de personas trabajando en condiciones de informalidad, lo que representa alrededor de 54% de los trabajadores. Con un 57% México vuelve a superar el ratio de trabajadores en la economía sumergida, que no tienen ningún tipo de protección. Y en Argentina casi la mitad de los trabajadores ocupados, el 47%, desempeñan su actividad en sectores informales con empleos de muy baja calidad. La cifra es de aproximadamente el 60% en Colombia, del 59% en Ecuador y del 69% en Perú. Margen fiscal Por último, la forma en que cada país pueda responder a la crisis va a depender de su margen fiscal. "Muchos países ya tenían situaciones fiscales muy precarias antes de entrar en este problema y tienen acceso muy limitado al financiamiento de los mercados", explicaba en una entrevista con BBC Mundo el economista venezolano Ricardo Hausmann. Fuente: BBC / Cristina J. Orgaz
Solo 300 vacantes para miles sin trabajo
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ras la convocatoria para reclutar personal médico y de enfermería, a la que acudieron más de mil 800 personas, el Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS) cubrió los 390 lugares con los que contaba, dejando al resto de los aspirantes fuera.
Ayer venció el plazo para que los interesados en obtener trabajo en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en el marco de la pandemia de COVID-19, entregaran papeles. Desde la mañana, un letrero anunciaba que ya no había vacantes para radiólogos, laboratoristas y técnicos laboratoristas. A las tres de la tarde, concluyó el acceso.
Tras la convocatoria para reclutar personal médico y de enfermería, a la que acudieron más de 1,800 personas, el IMSS cubrió los 390 lugares con los que contaba.
contrato. Sólo saben que el siguiente paso se realizará en una clínica y llamarán cuando haya fecha. Fuente: El Heraldo de México / Nayeli Cortés
Los médicos que sí alcanzaron a entregar los requisitos, acudieron al reclutamiento lanzado por el IMSS desde el 13 de abril, cuando la fila superaba los 400 metros. No saben cuánto ganarán; tampoco la vigencia del
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El empleo en vilo, por COVID-19
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a Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima una pérdida de hasta 7.4 millones de empleos en países como México. En el contexto del COVID-19, muchas micro, pequeñas y medianas empresas, así como gente de la clase media y de los sectores más vulnerables, están padeciendo, por desgracia, un mal al que suele enfrentarse de manera cotidiana la industria de la subcontratación: la descalificación y la falta de apoyos. No se están tomando las medidas necesarias para que los trabajadores que sostienen con sus actividades la economía nacional salgan adelante. TallentiaMX advierte que, según estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la clase media en
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México constituye el 45% de la población y que este estrato socioeconómico será quien sufra de manera más violenta la pérdida de ingresos y de empleos ante el coronavirus. La clase media, en su gran mayoría, no es beneficiaria ni puede mantenerse plenamente con los apoyos sociales del Gobierno Federal. Este sector sufrirá despidos, perderá a sus clientes, agotará sus ahorros y no hay ni una sola acción sustantiva por parte de las autoridades que esté encaminada a protegerlo. En el ámbito de los mercados financieros, el panorama es mucho más desolador. Día a día, descienden las calificaciones crediticias de PEMEX. Además, no se están tomando las medidas contracíclicas
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima una pérdida de hasta 7.4 millones de empleos en países como México. que recomiendan las voces más capacitadas para aminorar la catástrofe que se puede sobrevenir. En conclusión, es urgente contener el desempleo, para evitar un peligroso aumento de la inseguridad y la violencia. Fuente: CIO Noticias
Recesión, ¿a qué profundidad?
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os escenarios de la crisis económica que viene, cada día que pasa, se ven peor. La recesión que viene es un hecho descontado por todos, incluido el Gobierno mexicano. La gran pregunta es de qué profundidad será. Frente a las consecuencias negativas del coronavirus en el mundo, la reacción de los gobiernos ha sido diversa, aunque en la mayoría se ha observado que anuncian y aplican programas para la reactivación económica. Sin lugar a dudas, el tipo de programa económico y la cantidad de recursos económicos que se destinan determinan el amortiguamiento y la reducción del golpe a las economías. En México, el Gobierno ha rechazado aplicar cualquier
La media de los pronósticos de una docena de instituciones en torno al crecimiento del PIB, para el cierre del 2020, ronda en promedio en una contracción de -4%. medida que apoye al sector productivo nacional. Se ha decantado por fortalecer y aumentar sus programas sociales. Para el sector privado esa respuesta es insuficiente. El giro más pesimista que comienza a registrarse en los análisis económicos de instituciones financieras parece confirmarlo.
Hasta ahora la media de los pronósticos de una docena de instituciones en torno al crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), para el cierre del 2020, ronda en promedio en una contracción de -4%. Incluso en sus recién difundidos Precriterios de Política Económica, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), que encabeza Arturo Herrera, reconoce que la economía mexicana registrará una contracción de -0.1% en su rango menos negativo, y de -3.9% en su nivel más alto. En las últimas semanas se ha registrado la polarización de algunas instituciones financieras cuyos pronósticos se van al extremo del pesimismo. Como por ejemplo JPMorgan, que anticipa una recesión de -7%, desde un pronóstico previo de -1.8%.
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UBS y Barclays en sendos estudios pusieron el acento de sus análisis en la débil respuesta del Gobierno mexicano para enfrentar la crisis económica. Los analistas de importantes firmas financieras internacionales ya están señalando con preocupación la falta de una política de reactivación en México que permita amortiguar y en su momento superar los efectos negativos que está generando la pandemia del coronavirus en México. Ayer UBS y Barclays en sendos estudios pusieron el acento de sus análisis en la
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débil respuesta del Gobierno mexicano para enfrentar la crisis económica derivada de la crisis sanitaria. El banco suizo UBS incluso revisó a la baja su pronóstico de crecimiento para la economía mexicana para el final de este año 2020 desde -3.5 a -7.6%. La semana pasada atestiguamos el rompimiento de las cúpulas empresariales con el Gobierno mexicano en el diálogo que venían manteniendo alrededor de un programa de reactivación económica frente al impacto negativo que está generando la pandemia del coronavirus. El dirigente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar, advirtió que si no se toman medidas concertadas entre los sectores la
caída del PIB sería de entre -7 y -10%. Con un acuerdo nacional, aseveró se podría mitigar el efecto de la crisis y la contracción se podría acotar a 2.5%. Fuente: El Economista / Marco Mares
¿El Gobierno colaborará con el sector privado para salvar empleos? Por Elias Micha
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e acuerdo con datos ofrecidos por la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS), del 13 de marzo al 6 de abril se perdieron, por la crisis sanitaria, cerca de 347 mil empleos formales en nuestro país, más de todos los que se habían creado durante 2019. La exorbitante cifra, sin embargo, se queda corta, debido a que no refleja los seguramente cientos de miles de desempleados de la informalidad (cuando más de 30 millones de trabajadores forman parte de este mundo) ni las afectaciones a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), que constituyen el 99.8% de las unidades económicas del país, donde muchas personas reciben ingresos por el autoempleo. Tenemos que cerrar filas para defender el trabajo, porque el desempleo y la contracción eco-
nómica acarrean malestar social y, en los casos más extremos, delincuencia. Para poder aminorar el desempleo y la caída económica, resulta indispensable hacer un diagnóstico adecuado. De ese modo se pueden corregir los errores que se han cometido, antes de que escalen las consecuencias a magnitudes incalculables y de muy largo plazo. Sobre todo, es impostergable la colaboración y la comunicación entre el Gobierno y el sector privado, pues de lo contrario será imposible para las empresas salvaguardar el empleo. El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó una caída de 6.6% del Producto Interno Bruto (PIB) en México, el mayor derrumbe económico para los países grandes de Latinoamérica. La cercanía que tenemos con los Estados Unidos (es nuestro principal
Es necesario que se implementen medidas como seguros temporales de desempleo, estímulos o diferimientos fiscales, créditos en mejores condiciones y cualquier acción que facilite el pago de la nómina. socio comercial y allí ya se perdieron 16 millones de empleos), la dependencia de nuestras cadenas productivas con otras naciones (en especial China), la caída de los precios del petróleo, la importancia de los servicios y el turismo para nuestra economía, así como la falta de medidas oportunas, nos convierten en el epicentro latinoamericano del temblor del desempleo.
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El banco suizo UBS declaró que la crisis en México no tendrá precedentes y anticipa una contracción del 7.6% de nuestra economía. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha cambiado sus estimaciones, de un crecimiento de 1.6% antes del COVID-19 a una caída de 5.3%. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) habla de una pérdida de 4.1 a 7.4 millones de empleos en países con nivel medio-alto de ingresos, como el nuestro. Cualquier medida que ayude a disminuir estos daños tiene que ser promovida. Cabe recordar que, a finales del año pasado, en el seminario de El Colegio de México (COLMEX) denominado La subcontratación en México: balance y alternativas de regulación, las doctoras Landy Sánchez y Graciela Bensusán
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señalaron que en los subsectores que recurrían intensivamente a la subcontratación la informalidad se redujo de un 33% a un 22% y que en ellos ha aumentado la productividad de los empleos. Dado que la tercerización hace que crezca el empleo formal y la productividad, es menester incentivarla. Lejos de ser un problema, se trata de una de las principales vías para hacer frente a la actual crisi. Por ello, resulta necesario que a partir de ahora sin la menor dilación, México siga las recomendaciones de la OIT y flexibilice su estructura laboral con el objetivo de paliar las consecuencias durante esta etapa. Tenemos que exigir a las autoridades una respuesta oportuna. Por otro lado, la STPS ha hecho un llamado para que
las empresas salvaguarden a su personal y no disminuyan sueldos. No obstante, para conseguirlo es indispensable que las distintas dependencias del Ejecutivo Federal articulen esfuerzos e implementen medidas como seguros temporales de desempleo, la suspensión momentánea de sus megaproyectos, reasignaciones presupuestales, estímulos o diferimientos fiscales, créditos en mejores condiciones de las que se ofrecen y, en fin, cualquier acción que facilite el pago de la nómina. El sector privado está dispuesto a aportar soluciones para el bienestar nacional, pero, para que pueda hacerlo, es necesario que el Gobierno ofrezca ayuda sustantiva. Cuando las situaciones son extraordinarias, solamente hay dos alternativas: proponer
Es impostergable la colaboración y la comunicación entre el Gobierno y el sector privado, pues de lo contrario será imposible para las empresas salvaguardar el empleo. soluciones también extraordinarias o entregarse a consecuencias catastróficas. Para reducir los efectos negativos sobre la economía, es perentorio que no continúe la polarización entre el
Gobierno y las empresas, sobre todo las mipymes, quienes en este contexto pueden contribuir mejor a estimular tanto el empleo formal como el informal. Cabe recordar lo siguiente: 7 de cada 10 plazas laborales pertenecen a pymes; muchas de ellas, ante la falta de apoyos, se verán obligadas a reducir su personal o a eludir y evadir impuestos, con lo cual se contará con menos recursos para afrontar la emergencia sanitaria.
una ayuda laboral ante la crisis, ¿estará dispuesto a aceptar la responsabilidad de los millones de empleos que todavía hoy pueden salvarse? Fuente: TallentiaMX
La pregunta que nos podemos hacer ahora es la siguiente: ¿el Gobierno colaborará con el sector privado para salvar empleos? En este sentido, cabe añadir: si no se promueve la subcontratación y no se ve a este sector como
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LECTURAS RECOMENDADAS
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La economía en los tiempos del COVID-19 Te recomendamos leerlo porque analiza los efectos de las medidas sanitarias que están tomando o tomarán los países de América Latina y el Caribe para combatir la pandemia, las cuales tendrán efectos negativos en la actividad económica y el empleo. Precisamente, al final del documento se establecen medidas económicas para protegerlo. Un dato: El apoyo a los empleos y las empresas deberá basarse en un enfoque dual. Una primera vía debe orientarse a empleadores o exportadores importantes. La segunda vía se centraría en las empresas más pequeñas, a quienes habrá que garantizar la disponibilidad de financiación en un contexto de crecientes necesidades de capital de trabajo.
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urante los últimos cinco años, el desempeño económico de América Latina y el Caribe ha sido decepcionante, con tasas de crecimiento apenas positivas en promedio. Durante 2019, los disturbios sociales estallaron en toda la región, lo que refleja una brecha cada vez mayor entre las expectativas populares y las realidades económicas y sociales. Y luego, a principios de 2020, los precios internacionales del petróleo colapsaron. Esto también pasó cuando se desarrolló el brote de COVID-19. Los países de la región tienen una rica historia de crisis adversas graves, que incluyen caídas precipitadas en los precios de los productos básicos. El entorno externo actual de la región tiene similitudes con esta historia,
lo que implica que la experiencia previa será muy valiosa. Pero la epidemia de COVID-19 trae una nueva dimensión, ya que las medidas necesarias para contener el brote de la epidemia también resultan en un importante choque de oferta. Los canales a través de los cuales los choques externos adversos afectarán las economías nacionales varían de un país a otro. Por ejemplo, el colapso del turismo afectará severamente a los países de la cuenca del Caribe, pero a otros menos. En cuanto al choque de oferta, América Latina y el Caribe solo se encuentra en las etapas iniciales de la epidemia. El inicio de una pandemia se caracteriza por una profunda incertidumbre, especialmente
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porque el virus es nuevo y su contagio y letalidad no se conocen bien. Debido a esta incertidumbre, la mayoría de los Gobiernos han optado por equivocarse en la dirección de salvar vidas, "a cualquier costo" si es necesario. Para los recién llegados a la epidemia, esta demora brinda la oportunidad de ajustar la respuesta política. Los países de la región han estado tratando de gestionar la compensación entre los costos de salud y los costos económicos. Lograr un equilibrio "correcto" requiere evaluar tanto el impacto en la salud como el impacto económico de las medidas que se pueden adoptar para contener la propagación de la epidemia. Estas medidas abarcan desde cuarentenas a nivel nacional y cierres de población hasta iniciativas de distanciamiento social. Para este informe, se realizó una estimación del impacto de las medidas generales y específicas sobre el número de casos de COVID-19, basándose en datos diarios de 25 países. Los resultados muestran que las medidas generales de contención siempre resultan en menos casos de COVID-19 con el tiempo que las medidas específicas. Pero ambos son
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considerablemente más efectivos si se implementan poco después de que se registra el primer caso. Por ejemplo, las medidas de contención focalizadas adoptadas 15 días después del brote de la epidemia hacen más para retrasar su progreso que las medidas generales adoptadas después de 30 días. Evaluar el costo económico de las medidas de contención sobre la actividad económica requiere datos de alta frecuencia sobre la actividad económica. Los resultados confirman que las medidas generales para contener la epidemia de COVID-19 llevaron a una disminución dramática en la actividad económica. Al responder a la crisis, los países de América Latina y el Caribe no tienen el espacio fiscal que disfrutan los países avanzados. Al-
gunos enfrentaban crisis incluso antes del brote de COVID-19. Las economías de la región también se caracterizan por mayores niveles de informalidad, lo que hace que muchas de sus empresas y hogares sean mucho más difíciles de alcanzar a través de instrumentos tales como aplazamientos de impuestos y subsidios salariales. Con recursos limitados, un diseño adecuado de la respuesta política adquiere una importancia crucial. Las dificultades de la crisis serán enormes para grandes segmentos de la población. Muchos hogares viven de la mano a la boca y no tienen los recursos para hacer frente a los bloqueos y las cuarentenas necesarias para
contener la propagación de la epidemia. Muchos trabajadores laboran por cuenta propia, y la informalidad es común incluso entre los asalariados. Llegar a estos trabajadores a través de transferencias es más desafiante que en las economías formalizadas. Muchos hogares también dependen de las remesas, que están colapsando a medida que la actividad se cierra en los países de acogida. La respuesta política debe abordar directamente esta dimensión social de la crisis. La primera línea de respuesta incluye los programas existentes de protección social
y asistencia social que pueden ampliarse rápidamente. Dichos programas pueden complementarse a través de canales de pago móviles o digitales. Se pueden considerar programas de distribución de alimentos mientras se aplican fuertes medidas de distanciamiento social. El consejo estándar en presencia de choques adversos es proteger a los trabajadores, no a los trabajos. Este consejo se basa en que la mayoría de los choques afectan a empresas, sectores o ubicaciones específicas, y permitir la reestructuración sectorial o espacial aumentará la eficiencia. Sin
embargo, el consejo estándar no se cumple cuando un choque económico afecta a toda la economía. Las coincidencias entre empleadores y empleados que tomaron mucho tiempo en construirse y seguirían siendo rentables cuando la economía vuelva a la normalidad, pueden disolverse permanentemente debido a este choque temporal. El capital humano específico para el trabajo puede perderse y aumentar la producción puede volverse más difícil. Vale la pena considerar un enfoque dual para proteger los empleos. Las empresas y sectores estratégicamente importantes pueden obtener un apoyo explícito, a cambio del compromiso de mantener a sus trabajadores. Las firmas más pequeñas pueden ser evaluadas por bancos u otros intermediarios. Estas instituciones financieras pueden ser incentivadas a que garanticen la disponibilidad de liquidez en un contexto de crecientes necesidades de capital de trabajo. En el sector financiero, la región está viendo salidas de cartera más grandes que en el momento de la crisis financiera mundial. A nivel nacional, muchos deudores no podrán cumplir con sus obligaciones y solicitar renegociaciones, o simplemente incumplirán.
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y hacia adelante o aquellos en sectores como la logística y los servicios públicos que permiten otras actividades económicas. También se debe prestar la debida atención a aquellas empresas que emplean una mayor proporción de mujeres y grupos socialmente desfavorecidos. Proteger los sistemas de pago es esencial en este contexto. Pero incluso con una infraestructura de mercado que funcione bien, los gobiernos tienen un papel importante que desempeñar como coordinadores. Las garantías generales por adelantado para depósitos bancarios pueden ayudar a mantener la confianza del público. Es posible que sea necesario simplificar la reestructuración de la deuda extrajudicial, proporcionar orientación sobre medidas de alivio regulatorio y fortalecer la resolución bancaria. Una pregunta clave es quién al final debería soportar las pérdidas. Desde un punto de vista económico, la respuesta es simple: las pérdidas deben centralizarse con el Gobierno en la medida de lo posible. Solo los Gobiernos pueden servir como aseguradores de último recurso. Pero dada la limitación de recursos, es importante comunicar claramente cómo se gestionarán las pérdidas. Para apoyar los empleos y las empresas, los Gobiernos pueden necesitar tomar par-
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ticipaciones de propiedad en empresas estratégicamente importantes. Para evitar una crisis financiera, pueden necesitar recapitalizar bancos y absorber activos no productivos. El proceso de adquisición y gestión de activos debe ser percibido como transparente y profesional para mantener la confianza en el Gobierno. Idealmente, una respuesta prospectiva a la crisis debería ir más allá de abordar las necesidades inmediatas y trazar el camino hacia una recuperación vigorosa y sostenible. Las medidas de emergencia bien diseñadas son un paso en esa dirección. Proteger las fuentes estratégicas de empleo, evitar una crisis financiera y administrar los activos profesionalmente ayudará a impulsar la economía. Proteger empleos y empresas El apoyo a los empleos y las empresas deberá basarse en un enfoque dual. Una primera vía debe orientarse a empleadores o exportadores importantes, aquellos con importantes vínculos hacia atrás
El apoyo a este primer grupo de empresas debe estar dirigido a sus circunstancias. Los instrumentos pueden incluir medidas fiscales, como los subsidios a las facturas salariales y el aplazamiento de impuestos y contribuciones a la seguridad social. El acceso a préstamos subsidiados, garantías de crédito parciales y la provisión de capital o cuasi capital también podrían ser efectivos. La segunda vía se centraría en las empresas más pequeñas a las que no se puede llegar eficientemente a través de enfoques personalizados. Para las empresas de este grupo, el objetivo sería garantizar la disponibilidad de financiación en un contexto de crecientes necesidades de capital de trabajo. El apoyo sería evaluado por bancos comerciales, instituciones de microfinanzas, plataformas de préstamos digitales, cadenas de suministro corporativas u otros intermediarios. Lee el texto completo aquí.
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