Semana del 2 al 8 de marzo de 2012· Año III · Número 095·
El equipo de gobierno del PP prepara un ERE encubierto en la Ciudad Deportiva, según IU P . 10 ÁG
Precio 0,50 euros
ww.eldiadezamora.es
Director: Eugenio Jesús de Ávila Juárez
Els Joglars, juglares de nuestro tiempo, actúan hoy y mañana en el Principal, todo un hito cultural P . 13 ÁG
Mañana y el domingo, treinta novilleros y novilleras participarán en “El Bolsín Tierras de Zamora” P . 18 ÁG
El “amiguismo”, clave en la adjudicación
Paco Guarido, portavoz municipal de IU, asegura que el capricho del “dedo” ha hecho ganar mucho dinero a empresas que trabajan para el Ayuntamiento PÁGS. 4 Y 5
Piedra y adobe
FOTO: E STEBAN P EDROSA
Mientras el pueblo creó el adobe para construir casas y palomares, los señores utilizaban la piedra para defenderse del moro y mantener su modo de producción medieval. Zamora es ciudad y provincia de adobe y piedra, de barro y granito, de gente humilde, sencilla y con más títulos y grandezas de España que los aristócratas, a los que ahora les ha dado por robar de una forma más sutil que antaño. Aquel lema de “nobleza obliga” es tan solo un recuerdo del pasado. Los únicos que, en esta España de crisis ética y moral, viven como los grandes señores del feudalismo son los políticos.
El PSOE muestra su preocupación por el abandono de solares y casas antiguas Fuentes pide un conserje de noche en Mercazamora para evitar robos P . 3 ÁG
Apenas nada más Poco más de medio millar de manifestantes en nuestra ciudad en la jornada de protesta de docentes, estudiantes y sindicalistas contra las medidas del Gobierno del PP. Aserto: Zamora carece de sangre... su corazón apenas late. Esta ciudad se nos muere o quiere vivir de rodillas, porque ignora cómo se combate de pie. Nuestro problema, como ya he escrito en otros artículos, carece de solución: aquí hay miedo al miedo. El zamorano prefiere que le dejen como está antes de imaginar otro futuro. No le gusta nada. Está en contra de todo, pero sus críticas no van más allá de las barras de las cafeterías o del ámbito familiar. Convencido estoy de que se tenía el mismo miedo a los gobernadores de Franco que a los vicarios de los partidos políticos. Hasta hace 40 años, la gente sa-
bía lo qué podía decir y hacer para mantener el tipo; ahora, tras décadas de pseudodemocracia, también: ver, oír y callar. Aquí solo tañen las campanas de las iglesias, cantan las alondras al alba y solo hablan, de reojo, los que tienen las espaldas cubiertas y el trabajo fijo. Ni tan siquiera los canes protestan, por si molestan al poder. Mientras, es tal el temor al futuro que el personal no gasta un euro salvo en lo imprescindible y en las cafeterías. Se ahorra para escaparse del hambre. Ciudad de funcionarios y jubilados, que, más o menos, percibirán el mismo salario mensual, que vive del consumo, se ha enrocado en la hucha de la impotencia. Ahorrar para un buen entierro. Zamora, la ciudad de “el qué dirán”. Yo seguiré escribiendo. Apenas nada más. E. J. DE ÁVILA.