Semana del 26 de octubre al 1 de noviembre de 2012· Año III · Número 129·
Félix Rodríguez acusa al presidente de la Junta de Castilla y León de arruinar el futuro de Zamora y su provincia P .3 ÁG
Precio 0,50 euros
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Director: Eugenio Jesús de Ávila Juárez
Fuentes desvela que el Ayuntamiento pagará 11.000 euros diarios a la banca P .7 durante los próximos años ÁG
El PGOU puede llevar a la ruina a pequeños propietarios
El grupo municipal de Izquierda Unida advirtió, sobre la reclasificación, que sería una carga económica para todos los agricultores de la ciudad afectados PÁGS. 4 Y 5
Todo es mentira o nada es verdad
FOTO: ESTEBAN PEDROSA
La fotografía de portada tiene truco. El fotógrafo que la tomó se lo podría explicar. No ha lugar para rollos. Nada es lo que parece. La política, tampoco. La gente del común padece una crisis real: paro, recorte de salarios, adelgazamiento de los servicios del Estado. Mientras, los administradores de la res pública gobiernan las instituciones como si jugasen a un juego virtual, como si no hubiera personas sufriendo, trabajadores desesperados, jóvenes sin futuro, ancianos sin pasado. Todo es mentira o nada es verdad. Pirrón de Elis nos dio una pauta de comportamiento: seamos escépticos. Piense. No perjudica la salud.
Alquimia política ZP dejó el Estado en quiebra, a millones de españoles
sificó firmas. Cojonudo, oiga. Ya escribo hasta tacos. Mi-
en el paro y facilitó el desguace de España. Como premio, consejero de Estado, con sueldo importante. Es decir, en vez de ser juzgado, como sucedió en Islandia con el eje-
ro listas de partidos de izquierda y no encuentro obreros
cutivo que llevó a la isla volcánica al caos económico, lo colocan como consejero de Estado. Y yo pregunto: ¿Qué consejos puede dar un político que ha arruinado al Estado? Estamos locos todos para aguantar este cachondeo. Creo que también es consejera de Estado esa vicepresi-
en parlamentos nacionales ni autonómicos. Podrían haber colado a alguno, como excepción que confirmase la regla. En el Congreso de los Diputados y en el Senado solo se llega a acuerdos para ponerse sueldos y dietas. En asunto tan sensible, no existen discrepancias. En ambas cámaras, hay políticos que llevan más años ocupando es-
denta que gastaba el sueldo en vestiditos y en cambiarse de cara. ¡Dios mío, me estallan las meninges! Recuerdo
caño que trabajando en su profesión: cobrarán una pensión superior, al menos, cinco veces, a la de un español del común. ¿Cómo se puede limpiar tanta mugre de la políti-
ahora cómo el parlamento vasco colocó a un asesino, Yo-
ca? ¿Acaso con palabras, con ruegos? Dígame usted la
su Ternera, de presidente de la Comisión de Derechos Humanos. Confieso que me estoy trastornando. Mi memoria también me dice que aquí, en Zamora, se otorgó, ha
fórmula. Yo soy un pobre autónomo. Por ahí hay directores/as más cultos, más honrados y más libres que yo para
tiempo, el título de hijo predilecto a un personaje que fal-
hallar la piedra filosofal que transforme el plomo político en oro para el pueblo. Eugenio J. de Ávila.