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Semana del 15 al 21 de marzo de 2013· Año IV · Número 149·
Precio 0,50 euros
ww.eldiadezamora.es
Director: Eugenio Jesús de Ávila Juárez
Miguel Ángel Mateos (ADEIZA) insiste en que el Puente de Piedra se restaure cuanto antes y no se incomunique a Pinilla P .7 ÁG
La empresa Zamora Limpia incumple servicios Un exhaustivo informe del Comite de Empresa, que conoce el equipo de gobierno y también IU y el PSOE, cuantifica en 12 millones de euros el ahorro empresarial
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El spray del estólido
FOTO: ESTEBAN PEDROSA
Coomonte, un artista, autor del cartel de la Semana Santa de 2013, afirma que Zamora es una ciudad redonda. Quizá. No me gusta contradecir a los genios. Pero también es una ciudad garabato, merced al trabajo de tipos jóvenes, a los que les ha dado por “masturbarse” con los sprays dejando sus rúbricas de garañones humanos sobre edificios nobles y plebeyos. Y no permiten ni tan si quiera que un recién nacido a la vida, como el puente de Olivares, permanezca virgen, al menos, durante su primer año de vida. Estos vándalos descerebrados ya “desvirgaron” la pulcritud de un viaducto que aún no tiene poeta que lo escriba.
Dos concejalas del PSOE consideran “indecoroso” el estado de La Marina Mar Rominguera y Adoración Martín, concejalas socialistas del Ayuntamiento de Zamora, tras visitar el parque de La Marina, urgen al Ayuntamiento que restaure esta zona de esparcimiento, que consideran que presenta un estado lamentable a tan solo siete días del comienzo de la Semana Santa.
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La muerte de un alcalde El pasado martes se nos murió un poquito más la democracia. El día 12 de marzo se fue un hombre a buscar a Dios en silencio. Permitió que la muerte se lo llevara, recibiéndola como lo que fue, un caballero de la vida y de la política. Sí, la ciudad ya lo sabe, porque le dieron tierra el miércoles, que uno de sus mejores hijos, Victoriano Martín Fiz, falleció: fue el primer alcalde que eligió el pueblo de Zamora, cuando aún había gente que creía en algo, con fe, con ideología; personas que accedían a la vida pública con un solo afán: construir una ciudad mejor, en la que todos los zamoranos gozasen de los mismos derechos, atendiesen idénticos deberes y nadie fuera más que nadie se ape-
llidarse López, Pérez, o De Ávila. Martín Fiz se ha convertido en el mejor ejemplo de lo que debiera ser un político, porque no quiso gobernar la Casa de las Panaderas para amasar una mayor fortuna personal, porque no fue sectario, porque escuchó, porque respetó y desconoció el significado de la felonía. La muerte de Martín Fiz acaeció el martes pasado, pero la verdadera democracia municipal se nos murió ha mucho tiempo, demasiado. Ya solo nos queda la memoria. Se preguntaba Nietzsche al final del Nacimiento de la Tragedia: “¡Cuánto tuvo que sufrir este pueblo (Hélade) para llegar a ser tan bello”. Zamora aún tiene que penar mucho. Fdo.: E. J. de Ávila.