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Semana del 8 al 14 de noviembre de 2013· Año IV · Número 183 ·
Precio 0,50 euros
www.eldiadezamora.es
Director: Eugenio Jesús de Ávila Juárez
El Ayuntamiento instituye el Premio “Teatro Principal”, en conmemoración de las bodas de plata del gran centro cultural P .3 ÁG
Zamora posee 26 caminos rurales cortados
Izquierda Unida acusa al gobierno municipal de no proteger este patrimonio público FOTO: E. ONÍS
PÁGS. 4 Y 5
Unos cipreses ateos Ignoro sin los cipreses, sombras de los que han muerto, creen en Dios; pero estoy seguro de que los que aparecen en la fotografía de Onís ya no creen en el Hombre, porque sus éxtasis de clorofila y sus juergas de savia los amenaza. Desde hace un lustro, los políticos de la Junta, ese engendro de Valladolid, han ido destrozando los jardines de la Universidad Laboral para construir la nada.
¡Abrid los ojos! No nos equivoquemos: el principal problema de esta España en ruinas no son los políticos, más bien somos nosotros, el pueblo llano y estúpido, estabulado y sin personalidad. Ellos, diputados, senadores, procuradores, alcaldes son humanos, demasiado humanos, tanto como usted y yo: nacieron después de nueve meses de que sus padres copulasen, como usted y yo. Se lo juro o se lo prometo: Guerra, Aznar, González, Antonio Vázquez, García Carnero, por citarles nombres y apellidos de políticos conocidos, de esos que llevan toda la vida viviendo de la res pública, no son alienígenas ni proceden de galaxias lejanas. Si esta gente perdura en política, se debe a un sistema que lo permite y a un pueblo que lo tolera, acudiendo a las urnas cada vez que se le convoca, como el ganado al abrevadero. Y no sé cómo expresarme, después de tanta mentira aventada desde el poder para que espabilen, para que se quiten de encima
esa roña política que nos ha convertido en personas sin rumbo, en masa informe, en una sociedad agredida y agresiva, hipócrita, porque ofrece la otra mejilla después de que esta casta impresentable nos abofetee con sus decisiones, con sus olvidos, con su egoísmo. Y entre los damnificados del sistema, Zamora, con comerciantes que todavía creen que el Plan de Apoyo al Comercio los sacará de la ruina. Pues no. Ya no hay remedio. Todo llegó fuera de tiempo, cuando el cuerpo era ya un cadáver. Los auténticos hacedores de esta miseria generalizada son ellos: los politicastros que ocuparon escaños desde que nos echaron esta especie de democracia sin demócratas, una Constitución adorno. Quizá existe alguna rareza; pero tengo para mí que nadie, ni a la diestra ni a la siniestra, luchó por Zamora. No nos representan: se deben a sus respectivos partidos. ¡Abrid los ojos! Por E.J. de ÁVILA.
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