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La Escuela Universitaria de Relaciones Laborales de Zamora cumple pĂĄg 7 cincuenta aĂąos
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Madrugada de robos en la zona de mĂĄs vida en Zamora, sin que, hasta ahora, se produjesen detenciones pĂĄg 8
La Reina SofĂa presidirĂĄ el miĂŠrcoles la apertura de las Edades del Hombre . 13 PĂ G
El Partido Socialista apoya en el Congreso demandas de la PAH
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El PP presentarĂĄ en el Congreso propuestas para el AVE en Zamora . 7 PĂ G
Foto: Esteban Pedrosa
Las cosas del querer popular
El derecho del Duero Los rĂos no piensan, como sucede con algunas personas que se dedican a esto que se llama, impropiamente, polĂtica. El Duero, nuestra columna vertebral, razĂłn de ser y existir de esta ciudad, saciĂł la sed de innumerables generaciones de zamoranos, pero nunca pidiĂł galardones por tal menester. Pero el rĂo duradero tambiĂŠn tiene derechos, aunque tampoco lo sepa y, de vez en cuando, alza su hĂşmeda cabellera para advertir que ĂŠl tiene derecho prioritario en las cosas de la naturaleza. Los rĂos tambiĂŠn tienen alma, pero lo ignoran.
He conocido gente de izquierdas ignorante de que su forma de ser y de estar es de derechas. Hay muchos. Las personas que son conservadoras, no obstante, votan al PP. Pero el PP se ha ido convirtiendo en un partido pragmĂĄtico. Si hay que aplicar polĂticas socialdemĂłcratas, pues se ejecutan y aquĂ no ha pasado nada. Eso aconteciĂł durante la pasada legislatura. El problema del partido que preside Rajoy es que su ideologĂa se convirtiĂł en ĂŠter. Y, cuando una formaciĂłn polĂtica pierde sus ideas, lo que antaĂąo se abrazĂł con ternura, hogaĂąo se odia con frenesĂ. Todo vale, sin que se sepa el precio. A decir verdad, no conozco a ningĂşn alto cargo del PP que se conďŹ ese de derechas. Parece como si les diese vergĂźenza, cuando lo que deberĂa causarles rubor es abandonar sus ideales por seco empirismo. Por estos pagos, como pasa en Madrid, tambiĂŠn existe lucha domĂŠstica en la casa del PP. Los combatientes lo niegan. Nunca es triste la verdad, lo que no tiene remedio, que cantaba Serrat. AquĂ, no hay felonĂas; pero sĂ divergencias serias, tantas que los bocazas, que los hay, populares, ďŹ ltran, a cambio de nada, a la prensa, que fulanito de tal traicionĂł a menganito. Yo lo que sĂŠ, porque me lo dijo persona en la que confĂo, es que MartĂnez-MaĂllo y Castro ďŹ rmaron un armisticio. Todo depende de que el PP vuelva a gobernar. Paz, piedad, perdĂłn. Por E J. de Ă vila.