+VMJP t "×P 7*** t / | EPCYL t /
www.eldiadezamora.es
Director: Eugenio Jesús de Ávila Juárez
La ciudad preparada para divertirse con lo mejor de las Fiestas de San Pedro Ayudas del Ayuntamiento para el deporte y las inversiones empresariales La mentalidad, lastre de Zamora
Zamora: un producto de la tradición Zamora necesita divertirse. Aprovecha cualquier momento del año para sonreír, bailar, soñar. El zamorano, con cierto estoicismo y, por qué no escribirlo, cobardía lo tolera todo: malos políticos, humillaciones del poder, burlas del Estado. Razones suficientes para que llegue San Pedro y la gente regrese al pasado para vestirse como cuando esta ciudad y provincia se sentían con fuerza, con vida, con orgullo.
“Las malas personas no puedan ser profesionales excelentes. No llegan a serlo nunca. Tal vez tengan pericia técnica, pero no son excelentes”. Eso lo ha dicho Howard Gardner, neurocientífico, autor de “Las inteligencias múltiples”. Y añadió una opinión muy interesante, como que es ridículo clasificar a los humanos en listos y tontos, porque cada uno de nosotros es “único e inclasificable”. En este sentido, Kapuscinski afirmó que, “para ser un buen periodista, hay que ser buena persona”. Si me creo los asertos de esos dos talentos, empezaré a comprender por qué Zamora carece de periodistas auténticos. Siempre hay excepciones, por supuesto. Tuve un amigo que, de cuando en cuando, soltaba una sentencia poderosa. Un día, sin venir a cuento, me dijo: “Eugenio, convéncete, aquí todos somos unos mediocres”. ¿Tenía razón? Mi experiencia me ha enseñado que hay mucho cobista en todas las profesiones: en el periodismo, legión. Y, además de pelotas, añaden otra “virtud” para progresar y vivir del cuento: la hipocresía. Y, si es necesario, se licencian en felonía. Empírico. Aquí, en Zamora, el personal goza más con el fracaso del prójimo que con el éxito propio. Si alguien piensa distinto, se le busca alguna tara para condenarlo al ostracismo. Y, si el poder no logra comprarte, se te toma por un enfermo, por un tipo raro, extraño, lírico. Nuestra ciudad y provincia se halla en una situación económica, social y demográfica límite. Si los empresarios se han inventado eso de Zamora 10 es que todo está peor de lo que se cree la gente del común. Y hemos caído tan bajo por nuestra envidia a los mejores, a los que progresaban, a los que proponían ideas; por nuestra mentalidad pueblerina, incapaz de reconocer los méritos de los que son más inteligentes y aportan ideas para transformar nuestra sociedad. Cierto que Zamora, cuando el Estado desinvierte, se aleja, entra en recesión, pero, sin duda, nuestro carácter ha contribuido, en exceso, en nuestra decadencia económica y, por ende, cultural, social y demográfica. Infraestructuras y superestructuras. ¿Marx tenía razón? Por E.J. de Ávila.