UP Visión Empresarial #54

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isiEmpresarial n

Año 9 • No. 54 • Mayo-julio 2014

Foro

universitario integridad vs rentabilidad

VS

Revista de la Escuela de Ciencias Económicas y Empresariales universidad panamericana campus méxico


EDITORIAL

Un asunto de integridad Estimado lector: Esta edición de nuestra revista presenta un resumen de las ponencias del «Foro universitario: integridad vs rentabilidad», que organizó la Escuela de Ciencias Económicas y Empresariales, en las instalaciones de la Universidad Panamericana, el 21 de marzo. Participaron expositores de las facultades de Ciencias de la Salud, Derecho, Ingeniería y Filosofía y Ciencias Sociales. Al ser un evento interdisciplinario, cada ponente resaltó la importancia y universalidad del concepto «integridad» sin importar el ámbito profesional en el que se desarrolle. Con sus conferencias, los académicos que participaron, buscaban analizar y hacer evidente que integridad y rentabilidad no son conceptos contradictorios, sino complementarios; de hecho, la integridad puede concebirse como una estrategia para la rentabilidad. Agradezco el apoyo de los maestros Gerardo Aparicio Yacotu, María de los Milagros Avelar Soltero y Miriam Paniagua Pinto, organizadores del evento y responsables de las reseñas que publicamos en esta edición. Espero que este número de la revista sea de gran utilidad y brinde un espacio para el diálogo, la reflexión y, sobre todo, permita tener una más clara Visión Empresarial… Saludos cordiales,

Maestro Eduardo López Chávez Director de la revista UP Visión Empresarial

Escuela de Ciencias Económicas y Empresariales Dirección General Pedro A. Salicrup Río de la Loza Secretaría Académica Eulalio González Anta Secretaría de Asuntos Estudiantiles Gabriela Esteban Gómez Secretaría Administrativa Alma Rosa Lima Álvarez Dirección de Administración y Dirección Marcela Fernández Ahumada Dirección de Administración y Finanzas Gerardo Aparicio Yacotu Dirección de Administración y Mercadotecnia Mario Luis Cortés Mencía Dirección de Administración y Negocios Internacionales Jefe del Área de Negocios Internacionales César H. Herrera Castillo

Dirección de Administración y Recursos Humanos Jefe del Área de Recursos Humanos Ma. Luisa Pimentel Zamudio Dirección de Contaduría Miriam Paniagua Pinto Dirección de Economía Jefe del Área de Economía Gabriel Pérez del Peral

Jefe del Área de Finanzas Agustín Pérez Méndez Jefe del Área de Humanidades María de Los Milagros Avelar Soltero Jefe del Área de Matemáticas e Informática José Cruz Ramos Báez Jefe del Área de Mercadotecnia María Azucena Pérez Cascajares

Dirección de Posgrados y Extensión Universitaria Jorge Arturo León y Vélez Avelar

Coordinación General Revista Visión Empresarial Eduardo López Chávez

Jefe del Área de Administración y Dirección Roxanna Romero Meixueiro

Diseño y cuidado de la edición: . Arte final y revista diseño: Mónica Manzano.

Jefe del Área de Control e Información Directiva María Eugenia Ávila Arce Jefe del Área de Derecho Juan G. Araque Contreras

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introducción

¿Rentabilidad vs integridad?

Foro universitario interdisciplinario por gerardo aparicio yacotu, director de administración y finanzas

L

a Escuela de Ciencias Económicas y Empresariales (ECEE), convocó el 21 de marzo pasado, a un interesante foro universitario interdisciplinario, en el que participaron las facultades de Ciencias de la Salud, Derecho, Ingeniería, Filosofía y Ciencias Sociales. Asistieron egresados de la universidad y otras personas cuyo trabajo profesional, en sus respectivas disciplinas, tiene relación con los dos conceptos capitales que dieron título al Foro: rentabilidad vs integridad, presentes en la vida de todo ser humano y entre los cuales no debiera existir conflicto en el actuar profesional porque son complementarias. Se presentó a la comunidad universitaria el siguiente programa:

Ponentes Luis Bonner de la Mora

Inauguración a cargo del Rector de la UP, Campus México

José Manuel Núñez

Asesor del Rector General UP-IPADE

Elisa Gaona

Profesora de la Escuela de Medicina

Alejandro Romero Gudiño

Profesor de la Facultad de Derecho

Luis Pesquera

Profesor del Departamento de Humanidades

Héctor Zagal

Profesor de la Facultad de Filosofía y Ciencias Sociales

Fernando Galindo

Profesor de la Facultad de Filosofía y Ciencias Sociales

Gonzalo Abascal

Profesor de la Facultad de Ingeniería

Carlos Ponce

Miembro del consejo consultivo de la carrera de Administración y Finanzas

Pedro Salicrup

Clausura a cargo del director de la ECEE

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Al desarrollar su tema y narrar sus experiencias, cada uno de los ponentes resaltó las coincidencias del concepto de integridad, que debe tener todo profesional independientemente del ámbito profesional donde se desarrolle, con los ideales de la universidad. El doctor José Manuel Núñez Pliego explicó que el concepto de integridad es todo aquello que no carece de ninguna de sus partes y que la manera más propicia de asumirla es en el trabajo bien hecho, el cual requiere un plan y una adecuada ejecución para ser un proyecto viable o sustentable. Recalcó que los atajos para llegar a los objetivos del plan pueden desencadenar controversias entre los términos de integridad y rentabilidad y que si predomina la segunda, no es difícil que el resultado sea falto de ética. La doctora Elisa Gaona, invitada de la Escuela de Medicina, habló de la clínica que fundó con varios de sus compañeros de generación de la UP:

Doctor José Manuel Núñez

Doctora Elisa Gaona

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un centro de atención integral para la salud. Por el cúmulo de experiencias narradas, hizo evidente que el éxito de su clínica y de ella misma se apoya en la decisión de volver a lo básico, que es atender a la persona en sus tres ámbitos: mente, cuerpo y espíritu. En su participación recordó que las causas de muchas enfermedades son emocionales más que orgánicas y por ello hay que tratar a las personas como lo que son: mucho más que un cuerpo. Por su parte el doctor Alejandro Romero Gudiño, expuso con gran claridad y con soporte en las leyes, la necesidad de reprimir los actos de corrupción del servidor público para lograr una eficiencia ética en todos los organismos del poder, insistió en que ahora que la constitución puede comenzar a hablar de ética, debemos aprovechar dichos espacios. Con numerosos ejemplos mostró cómo, muy lentamente pero de manera continua, las normas en nuestro


país vigilan cada vez más de cerca el comportamiento de los funcionarios, para evitar operaciones de corrupción y cómo debemos apoyar esto para desencadenar un círculo virtuoso de hacer las cosas como se debe. El doctor Luis Pesquera del Departamento de Humanidades recordó en su ponencia las tres «s» de san Josemaría Escrivá: «Santificar el trabajo, santificarse con el trabajo y santificar a los demás con el trabajo», cuyo hilo conductor es obviamente una vida de virtudes en el actuar de cada persona y en todo momento en el que se desenvuelve en su medio cotidiano y ordinario. El doctor Héctor Zagal, detonó la reflexión de los asistentes al mencionar que la corrupción es tanto pública como privada y recordó que, para que exista, es necesario alguien que la provoque y alguien dispuesto a secundarla. Subrayó la enorme importancia de detenernos a pensar en cómo nuestros actos afectan a los demás; como es obvio, ello provocaría darnos cuenta cómo se pueden hacer las cosas bien, beneficiando a los demás, y así evitamos muchos problemas éticos, porque el respeto al ser humano debe estar muy por encima de las fuerzas del mercado.

El doctor Fernando Galindo, recurrió en su exposición a diversos personajes famosos y de todos conocidos, como Tiger Woods, Bernard Madoff, Lance Armstrong y otros. Abordó la típica y tristemente famosa frase «el que no tranza no avanza» y recalcó que es falsa, y que la honestidad siempre trae sus recompensas aunque no necesariamente económicas. El ingeniero Gonzalo Abascal ponente de la Facultad de Ingeniería, habló de la importancia del «hombre íntegro» para la sociedad ya que es un ser humano pleno y feliz porque toma partido por los valores que verdaderamente importan en una sociedad. Mediante ejemplos mostró que la indiferencia hace a las personas vacías y sin motivación para continuar en la lucha diaria, a la cual se debe acudir sin ningún temor ya que en esta lucha no se está solo. El maestro Carlos Ponce en su ponencia «Dinero y felicidad» consiguió que los asistentes interiorizaran y priorizaran su concepto de éxito, que no necesariamente está vinculado con dinero sino con una rectitud de intención en cada uno de nuestros actos y en cada momento. Es la única forma de generar felicidad ya que por más dinero que tenga alguien, no puede comprarla, es algo que se gana día a día.

Un evento como éste, de tal envergadura, nos hace ilusionarnos por lo que traerá el Foro del próximo año, para reflexionar sobre valores que nuestra comunidad universitaria ha de vivir con esfuerzo y dedicación. Algo por lo que podríamos enorgullecernos y agradecer a Dios que nos siga permitiendo esforzarnos cada día a favor del más próximo a nuestro alrededor. Gracias a las Facultades y a los ponentes por recordarnos la importancia de los valores éticos en nuestro proceder cotidiano.

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ESCUELA DE MEDICINA

Centro de

atención integral para la salud

Reseña de la ponencia de la doctora Elisa GAONA Jiménez

L

a primera ponente del Foro titulado «¿Rentabilidad vs integridad?» fue la doctora Elisa Gaona, quien abordó el tema mediante la descripción de cómo se fundó y cómo opera el Centro de Atención Integral para la salud (ATIN). En 2012 un grupo de profesionales de la salud, varios compañeros de generación de la doctora Gaona, fundaron ATIN, con el objetivo de ofrecer atención de calidad con calidez y de manera integral. En ATIN están convencidos de que lo más importante es tratar a la persona como un todo: mente-cuerpo

y espíritu. Porque sólo de esta manera se pueden ofrecer las herramientas necesarias para llevar una vida en equilibrio con salud y bienestar. Muchas de las enfermedades no son de origen orgánico sino emocional, por ello, el trato de persona a persona es de vital importancia si se quiere un mejoramiento de la salud física y emocional, que perdure en la persona. La explosiva afluencia de pacientes en ATIN es algo que provoca que, en este grupo de especialistas de la salud, se vivan momentos de tensión; pero en palabras de la doctora Gaona hay que recordar por qué lo hacemos y en la respuesta, encontrar el aliento

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suficiente para continuar con el esfuerzo invertido. Observar la alegría que externa la doctora Gaona, no sólo por ejercer su trabajo sino por su empeño en hacerlo de la mejor forma posible, nos permite ver cómo progresa el ejercicio de la medicina cuando se complementa con, y se apoya en la ética. Para ejercer su profesión, el médico debe tener los conocimientos y destrezas necesarios, ya que su principal e inicial obligación ética es estar bien preparado. A este respecto la Academia Nacional de Medicina inició en la década de los años setenta del siglo pasado, el proceso de certificación de conoci-


mientos y destrezas del médico especialista, juzgadas por sus pares. Este certificado de calidad que beneficia al enfermo, se invalida si el especialista atiende casos de áreas de la medicina distintas a las que está certificado para atender. Esto sucede en la realidad de diversos centros médicos privados. También es de capital importancia que el médico general cumpla con un proceso de certificación, ya que es el primer contacto que los pacientes tienen ante un problema. De su capacidad y destreza depende que el padecimiento sea resuelto pronto y con medidas sencillas o que el paciente recurra a tiempo al tratamiento del especialista si es lo que amerita. Un déficit de conocimientos y destrezas afecta los principios de beneficencia, de no maleficencia y de justicia.

EJEMPLOS DE PRÁCTICAS NO ÉTICAS

El ejercicio del médico puede no ser ético si el interés de su trabajo es distinto al beneficio del enfermo, como cuando su principal motor es el lucro o la notoriedad. En ocasiones el interés económico se esconde en la participación de los honorarios cobrados por análisis o estudios de gabinete en los que el médico tiene beneficios. Aquí es evidente la falta de justicia. Una falta mayor ocurre cuando existe el proceso de dicotomía que fue penalizado por diversas sociedades médicas desde tiempo atrás. Éste consiste en que un médico obtenga una parte de los honorarios cobrados por otro, al que el primero refirió un enfermo para tratamiento médico o quirúrgico. Otra variante de esta falta se da cuando se aplica un cobro doble al enfermo. Un especialista en el área A recibe en un centro hospitalario a un enfermo que sufre un padecimiento del área B. Para su tratamiento lo refiere al especialista adecuado, pero continúa visitándolo en su cuarto con

periodicidad. Cuando dan de alta al enfermo, se enfrenta con dos cuentas de honorarios, cuando sólo debería presentarlos el especialista en el área B que fue quien resolvió el problema. El médico A explica su acción señalando que el paciente «es su enfermo» y le tiene confianza. Esto es también una agresión al principio de justicia. En ocasiones se violenta la autonomía del enfermo cuando no se realiza un verdadero procedimiento de consentimiento informado, sino que éste se limita a que el paciente llene un formato al ingresar al hospital, autorizando las maniobras de diagnóstico y tratamiento necesarios. Es decir, el esencial consentimiento informado, se devalúa a un mero trámite administrativo y con ello se incurre en falta de respeto a la autonomía del paciente. Otro mal de nuestro tiempo es la llamada «medicina defensiva», que atenta contra la justicia, porque hace gastar al paciente dinero en exámenes y estudios de gabinete innecesarios y contra el principio de no maleficencia, porque en ocasiones se somete incluso al enfermo a estudios que conllevan cierto riesgo. Esta práctica se da como respuesta al miedo del médico a ser demandado si el diagnóstico fue incompleto o equivocado. Fallas como ésta pueden originarse por cierta perversión de la medicina en la que el paciente no confía en el médico porque le fue impuesto por alguno de los mecanismos de la medicina administrada que hoy existen. También puede ser la expresión de la ignorancia del médico ante un paciente. Esto último se da en salas de urgencias donde el paciente es recibido en ocasiones por jóvenes inexpertos y ante la falta de un diagnóstico presuntivo obtenido por maniobras de clínica clásica, se piden todo tipo de análisis y estudios de gabinete para orientar el diagnóstico, cuando éstos sólo deben ser utilizados para corroborar o rectificar la presunción clínica.

En estos casos se falta a la justicia y quizá al principio de no maleficencia. Se llama «Encarnizamiento terapéutico» al uso de recursos extraordinarios en pacientes con un padecimiento terminal, a los que sólo habría que evitarles síntomas tan molestos como el dolor o la asfixia. La actitud del médico en salas de urgencia requiere, en estos casos, una comunicación pronta con los familiares del paciente para conocer si su voluntad al respecto es que no le apliquen medidas extraordinarias y si ese deseo ha quedado consignado por escrito. Es una situación menos conflictiva, pero en estos casos, él o los médicos tratantes deben manejarse con cautela y discreción, pues en ocasiones hay contradicción acerca de la conducta a seguir de parte de distintos familiares. El médico sortea continuamente innumerables situaciones éticas, pero al final, siempre debe recordar el fundamento que afirmó la doctora Gaona: el paciente es mente, cuerpo y espíritu, ello facilita actuar con rectitud de intención.

Elisa Gaona Jiménez • Egresada de la cuarta generación de la Escuela de Medicina de la Universidad Panamericana. • Realizó estudios de especialización en Pediatría en el Hospital Infantil de México Federico Gómez y obtuvo el primer lugar nacional por su tesis. • Se subespecializó en Gastroenterología y Nutrición Pediátricas en el mismo hospital. • Ha colaborado en la sección informativa de salud en MVS radio, W Radio, Radio Fórmula y TV Azteca. • En 2012 fundó el Centro de Atención Integral para la Salud ATIN, en el cual labora y funge como administradora.

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FACULTAD DE DERECHO

Moralidad de los

servidores públicos

Reseña de la ponencia del doctor Alejandro Romero Gudiño

A

media mañana, la Facultad de Derecho hizo su aportación al Foro en la persona del doctor Alejandro Romero Gudiño, dedicado por muchos años al servicio público y actualmente profesor de asignatura de nuestra universidad. Su exposición permitió que los oyentes cobremos mayor conciencia del estado actual que guarda en México la normatividad y los esfuerzos porque los empleados del Estado asuman cada vez más una cultura de desarrollo profesional, ético y moral. Son muchos los impactos del actuar ético de estos servidores y no menores los económicos. Partiendo de ciertos antecedentes mostró cómo la lucha contra la corrupción en México, abarca los tres rubros recomendados por la OCDE: 1. Agencias de prevención 2. Agencias de investigación 3. Agencias de sanción Las formas en que se concretan las distintas acciones son diversas, pero aún tenemos áreas de oportunidad que nos comprometen a todos. A modo de resumen se presentan las siguientes:

1. Combatir eficazmente la corrupción supone entender la lógica e intuir la psicología de los corruptos, para impugnar la esfera o cultura de descomposición que crearon. 2. Llevar a cabo las reformas estructurales necesarias para la ética del servicio público de acuerdo a lo recomendado por la OCDE y el Banco Mundial. 3. En cuanto al proyecto de reforma en materia de combate a la corrup-

ción, definir los alcances y facultades de los órganos responsables, en aras de promover una cultura de legalidad. Instituir una instancia específica que tenga como finalidad capacitar, instruir o concientizar a los servidores públicos, sobre la ética y la moral en el ejercicio de su función pública. 4. Rescatar el planteamiento original contenido en el proyecto de reforma constitucional en materia de combate a la corrupción que fue presentado en 2012, en el que se propuso la creación de un Consejo Nacional por la Ética Pública. 5. Fortalecer las facultades de la Auditoría Superior de la Federación, sobre todo en la evaluación del desempeño y las políticas públicas, así como analizar los actuales principios de anualidad y posterioridad para excepcionar algunos temas (por ejemplo la política energética). 6. Enfatizar la función de prevención; inhibir las motivaciones de cualquier agente a cometer faltas a la probidad o prácticas ilícitas, el objetivo principal es «invertir la estructura de incentivos, tornando más costosa la violación de un sistema de normas» (BID, 2010). Estrategias de educación y sensibilización de funcionarios ante los riesgos de cometer acciones corruptas. 7. Dado que existen múltiples estructuras y mecanismos institucionales de combate a la corrupción, así como múltiples agencias de control administrativo, lo que se aprecia es una dispersión, falta de congruencia interna y de sistematicidad. Las funciones anticorrupción del país están repartidas entre diferentes órganos. Avanzar en la construc-

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ción de un sistema anticorrupción integrado y coherente requiere de mecanismos de coordinación y cooperación interinstitucional. 8. Es fundamental que el gobierno establezca métricas más claras para medir los resultados de la estrategia anticorrupción. Lo que no se puede medir no se puede seguir. 9. La experiencia lograda hace dos sexenios fue elaborar los códigos de ética sin la intervención de los mismos servidores públicos y sin que hubiera una apropiación de sus orientaciones. La OCDE y el Banco Mundial subrayan la importancia de este instrumento. 10. El combate a la corrupción debe estar asociado al menos con la observancia y la interiorización del derecho a modo de una cultura de legalidad, así como un diseño ético de las políticas públicas. Con su participación, el doctor Romero Gudiño dejó un panorama claro de lo que hacemos como país y la esperanza de que estas medidas generen un círculo virtuoso y facilite la conducta ética de los funcionarios. Alejandro Romero Gudiño • Licenciado en Derecho (UNAM). • Doctor en Derecho con distinción Summa cum laude (UP). • Certificado profesional en Contabilidad y Auditoría Gubernamental, por el Instituto Mexicano de Contadores Públicos. • Vicepresidente de la Academia Mexicana de Derecho Internacional. • Autor del libro Innovación Judicial, publicado por la Editorial Porrúa y la UP.


DEPARTAMENTO DE HUMANIDADES

Las tres «S» del trabajo en san Josemaría Reseña de la ponencia del doctor Luis Pesquera Olalde

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l ponente comenzó por mencionar que san Josemaría Escrivá de Balaguer impulsó el nacimiento de lo que hoy es la Universidad Panamericana y destacó el carisma que el fundador del Opus Dei recibió de Dios en 1928: «…todo trabajo humano honesto, intelectual o manual, debe ser realizado por el cristiano con la mayor perfección posible: con perfec ción humana (competencia profesional) y con perfección cristiana (por amor a la voluntad de Dios y en servicio de los hombres)».1 A lo largo de su sesión el doctor Luis Pesquera explicó cómo se pueden entender, desde el punto de vista filosófico y teológico, las premisas de «santificar el trabajo, santificarse con el trabajo y santificar a los demás con el trabajo». Retomando algunas ideas que se recogen en las homilías de los libros Es Cristo que pasa, Amigos de Dios y Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer, invitó al público a cuestionarse qué le dice cada uno de estos planteamientos. La Encarnación de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, trabajando con sus propias manos para darnos ejemplo de una labor bien hecha, que hace mejo-

rar a la persona (la mayor rentabilidad que se puede alcanzar) y que le pone en condiciones de servir con mayor calidad a los demás. «Trabajo pues, como fuente de servicio, donde el obrar sigue al ser y donde ese obrar para ayudar a mejor ser, ha de estar cuajado del ejercicio de virtudes humanas: puntualidad, alegría, orden, honradez, cuidado de los detalles, etcétera». De igual forma desglosó la relación que en estas actividades honradas se puede dar entre lo natural y lo sobrenatural. Para un cristiano, ese trabajo santificado, santificable y santificador, además de ser un medio para satisfacer las propias necesidades y las de los seres queridos, con la gracia de Dios, es el camino para amarle, buscar la voluntad divina y alcanzar la vida eterna. Durante su sesión compartió, con un video, el testimonio personal de quien a través de su trabajo y luchando por alcanzar las tres «s» del trabajo, manifiesta su integridad y la rentabilidad que se puede alcanzar cara a la genuina rentabilidad −vista con los ojos de la fe−: la salvación. Invitó a los asistentes a plantearse esta realidad humana –el trabajo− como

el cauce para alcanzar una coherencia o unidad de vida. Los hombres más «rentables» y a la vez más «íntegros» son los que saben que «deben santificarse con la profesión, santificar la profesión y santificar a los demás con la profesión»2 y tratan de ponerlo por obra cada día en todos sus días. Ante la pregunta de un alumno, el doctor Pesquera explicó cómo un trabajo con las características expuestas, debe ser compatible con la búsqueda del equilibrio entre trabajo y atención a la familia. Artículo completo en: http://issuu.com/visionempresarial/docs/ve_ecee_53

Josemaría Escrivá de Balaguer, Conversaciones con Mons. Escrivá, de Balaguer, n. 10 2 Ibid n. 70, & 3 1

Luis Pesquera Olalde • Doctor en Teología (Universidad de Navarra). • Maestro en Filosofía (UP). • Maestro en Administración de Empresas (ITESM Mty). • Profesor de Antropología Teológica del Departamento de Humanidades de la Universidad Panamericana.

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FACULTAD DE FILOSOFÍA Y CIENCIAS SOCIALES

Ética vs rentabilidad Reseña de la ponencia del doctor Héctor Zagal

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La ética es rentable en México, porque no la tenemos», así apuntó al inicio de su conferencia el doctor Héctor Zagal al concluir la primera parte del Foro. Pronto atrajo la atención del público con un texto de Geoffrey Chaucer, padre de la literatura inglesa, el Cuento del bulero, mejor conocido como de los tres ladrones. Para estos personajes el valor más importante era «hacer dinero a cualquier costa», valor que a la larga culminó en que se mataran entre ellos por buscar el propio interés. Después, apoyado en el «Dilema del prisionero» comentó que éste ejemplifica la interacción social. En él se muestra que la preocupación por el bienestar de los otros conduce al bien común. De esta manera vemos que actuar cooperativamente refuerza algunas predisposiciones emocionales como simpatía, delicadeza, calidez, generosidad. Si todos los humanos fueran generosos y cooperaran en busca del bien común, sin duda los resultados serían mucho mejores. Sin embargo observamos que existe muy arraigado el fenómeno de la corrupción, entendida como «la violación de una obligación, por parte de alguien con capacidad de decisión, con el objeto de obtener un beneficio adicional, que no se deriva funcionalmente de la posición que ocupa». ¿Por qué los seres humanos tendemos a la corrupción y hacemos lo

que no debemos? Es un fenómeno que se da tanto a nivel público como privado y no es exclusivo de una cultura o país. Produce efectos tales como: 1. Transferencia de recursos de los pobres a los ricos 2. Aumento de costos 3. Distorsión del gasto público 4. Inhibición de la inversión, entre otros Esta falta de preocupación por los demás y una excesiva ocupación por el bien individual ha hecho que la brecha entre pobres y ricos en el mundo entero sea cada vez más acuciante. México, un país rico en muchos aspectos, se encuentra lleno de pobres. Los siguientes datos lo muestran: en 2013, el PIB per cápita fue de 10 mil 689 USDL; 53.3 millones de pobres, 23.1 en pobreza alimentaria; 4 de cada 10 mexicanos son pobres; 3 mexicanos en el Top 100 de Forbes; 145 mil millonarios poseen 43% de la riqueza, etcétera. Pareciera que en la práctica importa más justificar que la ética sea rentable, a convencernos que el respeto a la dignidad del ser humano debe estar muy por encima a la voz y a las fuerzas del mercado. La ética corre el peligro de quedar en un puro discurso. Una sociedad y una empresa se cimentan en los individuos que la forman. No bastan trabajadores ampliamente capacitados técnicamente si carecen de ética y valores que fundamenten sus actos como ciudadanos, empleados, directores, compañeros, padres de familia, etcétera.

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No bastan las multas y castigos. La normatividad ayuda, pero lo que las organizaciones y la sociedad requieren son personas equilibradas, estables, con valores firmes, pero sobre todo con virtudes que den vida a los valores que las animan. Personas, a fin de cuentas, de carácter, que sean capaces de dominarse a sí mismas y sepan tomar decisiones responsables buscando el bien de los demás. Por ello un profesionista, por competente que sea, si carece de virtudes (ética) y escrúpulos es muy peligroso para los demás y termina por caer. El doctor Zagal terminó su exposición invitando a los presentes a leer los periódicos para enterarse de los problemas y buscar ser parte de la solución y no del problema. Con ello se puede crear conciencia, para luego ser críticos y propositivos –aplaudir y criticar− a través de las redes sociales, participando en pequeños proyectos, en lo que toca a cada uno. Sólo si se está dispuesto a pagar y a perder dinero en México se puede ser verdaderamente ético.

Héctor Zagal • Doctor en filosofía por la Universidad de Navarra (España). • Profesor de la Facultad de Filosofía y Ciencias Sociales de la Universidad Panamericana. • Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. • Autor de Ética para adolescentes posmodernos y Gula y cultura.


Reality matters Reseña de la ponencia del doctor Fernando Galindo

L

a segunda parte del Foro dio inicio con la participación del doctor Fernando Galindo quien mediante una exposición salpicada de personajes para todos conocidos, fue hilvanando una sesión que dio respuesta a varios interrogantes: «¿Por qué decimos que la realidad es terca?». Tarde o temprano la verdad se demuestra ante la mentira –engaño o autoengaño−. «¿Por qué esperamos tanto tiempo?». La verdad hay que alcanzarla porque «es», y no es cuestión de definirla. Sólo en la verdad alcanzaremos la felicidad. «¿La felicidad es cuestión de enfoque?». Para muchos, hoy en día pareciera que así es, que depende de cada quien y que cada uno la puede establecer a su medida, volviéndose relativa. ¡Cuántos la buscan afanados en el poder, el placer, el dinero o la posesión de los medios materiales! y la evidencia nos demuestra cómo van truncándose las vidas de quienes apuestan por ello, y no sólo eso, sino que esa infelicidad trunca la vida de quienes les rodean. Si el bien es difusivo por naturaleza, el mal no deja de plasmar sus consecuencias. Fortunas como las de Madoff o T. Woods nos ejemplifican

vidas rotas en una aparente «cúspide». Busca la verdadera felicidad, no un sucedáneo, hasta alcanzarla. Trabaja poco a poco hasta conseguirla. Lo que bien vale no se alcanza a la primera. «¿Es el éxito medida de todas las cosas?». Nadie puede conseguir el verdadero «éxito» de la vida –medido simplemente en pesos− sino es después del aprendizaje de diversos fracasos. Más aún, el concepto de éxito para el mundo de hoy no es el éxito que nos hace alcanzar la verdadera felicidad. Cuando uno se empeña en sostenerse en un concepto equivocado porque «emborracha», va poco a poco justificando la propia conducta hasta convencerse –distorsionando la conciencia− de que aquello que hace es lo que debería hacer. L. Armstrong nos da muestra de ello. El éxito verdadero se logra cuando hemos alcanzado aquello para lo cual existimos: forjar nuestro propio ser «en» y «para» la ayuda al otro. A lo largo de su charla resaltó la importancia de la formación ética que ayuda en la transformación personal. Poco a poco fue argumentando contra el aforismo –muy mexicano, aunque no exclusivo− de que «quien no tranza no avanza». La honestidad es un valor necesario para construir, pero para ello

ha de hacerse hábito en cada uno, aunque a veces la honestidad no pague en moneda pero sí preserva la integridad del ser. Hay que volver a construir el concepto de «ganar» no nos podemos convertir en «ganadores» a costa de que pierdan los demás. Comprometernos con la propia formación para que con valentía no nos auto engañemos, ni nos dejemos engañar; hay quienes quieren ser engañados, quieren creer en la mentira y no buscan la información. Hay otros que se fabrican una «realidad» que no corresponde a la de cada quien. El doctor Galindo concluyó invitando a los asistentes a no engañarse ni en lo personal ni en lo profesional y menos con las voces de la diosa fortuna, que a pesar de gritar mucho, es ciega.

Fernando Galindo • Doctor en Filosofía por la Universidad Konstanz, Alemania. • Docente del Departamento de Humanidades en las materias de Ética y Filosofía Social. • Miembro del Deutsche Gesellschaft für Antike Philosophie. • Ensayista y asesor político.

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FACULTAD DE INGENIERÍA

El hombre íntegro Reseña de la ponencia del ingeniero Gonzalo Abascal

L

a ponencia del ingeniero Gonzalo Abascal llevó a reflexionar sobre dos conceptos de suma importancia. El término hombre puede hacer referencia a diversas cuestiones. Como primera acepción, a cada individuo de la especie Homo sapiens, sin distinguir si es varón o fémina, como por ejemplo en: «todos los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos»; en este sentido, y dependiendo del contexto o la materia, es sinónimo de los siguientes términos:

• En Derecho, una persona física, como sujeto de derechos y deberes. • En Filosofía, un individuo, como unidad lógica indivisible. • En Biología y Antropología, un ser humano, como integrante de su especie o también como la especie humana, el conjunto de sus seres. • En la misma acepción anterior, puede ser usado como sustantivo colectivo como, por ejemplo, «el hombre es bueno por naturaleza». • En Filosofía y Derecho, la humanidad o el género humano, como el conjunto de todos los individuos.

• En Sociología y Demografía, la totalidad de la población mundial, el número de seres humanos que habitan el planeta Tierra en un momento dado; vulgarmente, la gente. El término integridad deriva de la palabra de origen latino integrĭtas o integrãtis, que significa totalidad, virginidad, robustez y buen estado físico. Este término se deriva del adjetivo integer, que significa intacto, entero, no tocado o no alcanzado por un mal. Si acudimos a las raíces de este adjetivo, se compone del vocablo in-, que significa no, y otro término de la misma raíz del verbo tangere, que significa tocar o alcanzar, por lo tanto, la integridad es la pureza original y sin contacto o contaminación con un mal o un daño, ya sea físico o moral. Así, integridad se refiere a la cualidad de íntegro y también puede referirse a la condición pura de las vírgenes, sin mancha. La integridad es el estado de lo que está completo o tiene todas sus partes, es la totalidad, la plenitud. Lo íntegro es algo que tiene todas sus partes intactas o puras. Ese estado de plenitud que tiene el hombre se puede ver claramente reflejado en el empeño de cada uno de nuestros talentos con los más

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próximos en nuestra vida cotidiana en donde no está exento el cansancio y el dolor por llevarlo a cabo. El reto que nos presenta la integridad va más allá de ser bueno o malo, es más bien ser constante y persistente para alcanzar la paz y felicidad del trabajo cotidiano. Sabiendo que cada uno de nosotros somos responsables de diseñar y crear nuestro futuro entonces debemos estar dispuestos a realizar todo lo que esté en nuestro alcance por alcanzar con audacia todo aquello que amamos. Si se está dispuesto a soportar dolor entonces tendremos a nuestro alrededor a la gente idónea que comparta esta misma filosofía de integridad ya que todo se hará en un sentido de servicio y en una perspectiva de plenitud, teniendo por añadidura el dinero o lo necesario para subsistir con felicidad. Gonzalo Abascal • Ingeniero en Sistemas por la UP. • Director general y fundador de ASP Consultoría y Capacitación. • Cuenta con el título de EMP (programa ejecutivo para emprendedores) otorgado por el MIT. • Miembro activo del EO, red global de emprendedores.


administración y finanzas

El dinero y la felicidad

Reseña de la ponencia del maestro Carlos Ponce Bustos

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odos sabemos que el dinero no compra la felicidad pero tampoco son conceptos excluyentes, sobre todo cuando atrás de ambos existe la rectitud de intención y la fórmula ganar-ganar para cada relación u operación que llevamos a cabo en nuestro diario acontecer.

LA FELICIDAD NO SE COMPRA

En 1974, Richard Easterling, profesor en la Universidad de California de la Academia Nacional de Ciencias y Artes, obtuvo algunas evidencias científicas al estudiar la relación entre dinero y felicidad en diferentes países. Concluyó que, a partir de 15 mil USDL anuales per cápita, más dinero no aportaba más felicidad. Este estudio tuvo consecuencias importantes:

• Psicólogos desarrollaron teorías económicas de ganancia relativa: «Soy más feliz, no si gano más en valor absoluto, sino si gano más en relación a mis vecinos». • La ONU creó un índice de desarrollo humano que incluye salud, mortalidad infantil y educación, entre otras variables para medir el progreso de las naciones en sustitución del PIB o la renta per cápita que utilizan los economistas. • Los ecologistas no tuvieron ya ningún pudor al proponer el cese del crecimiento económico para preservar otras cosas importantes (caribú canadiense, el buitre leonado y la temperatura global del planeta). En 1976, Xavier Sala-i-Marin, catedrático de la Universidad de Columbia, señaló que las conclusiones de Easterling fueron mal interpretadas. Entre otras

cosas porque su estudio no incluía a casi ningún país pobre. Nuevos estudios en 130 países consideraron otros aspectos relacionados con el bienestar de las personas: ¿cuántas veces ríen, se sienten tristes o deprimidos, se sienten libres, amados o respetados?

RESULTADOS de 130 países

La gente de países ricos dice ser más feliz que la de los países pobres. Una correlación de 80% es muy importante. Parece que la visión idílica que, desde nuestra prosperidad hacemos de la pobreza, son pobres pero felices es un espejismo que los pobres no comparten. Dentro de cada país, la gente rica es más feliz que la pobre. A las personas que cobran cerca 10 mil dólares anuales, también les produce felicidad un aumento de salario. De hecho, la mayo / julio 2014 visión empresarial 13


administración y finanzas

relación entre felicidad y prosperidad no sólo no se detiene sino que se acentúa a partir de los 15 mil dólares. En los países ricos hay más gente que dice haber reído o sonreído en las últimas 24 horas y menos gente que dice haber experimentado dolor, depresión, aburrimiento o enfado. La felicidad femenina disminuye desde 1970. El importante progreso social de la mujer en ámbitos como educación, trabajo, control de reproducción y la creciente participación masculina en tareas del hogar y educación de hijos, no se ha plasmado en mayor felicidad. Creciente insatisfacción femenina Se da tanto en trabajadoras como en amas de casa, en casadas como en solteras y separadas, en las de altos niveles de educación como en bajos y tanto en jóvenes como en mayores. La gente de regímenes políticos de izquierda es más infeliz que quienes viven en regímenes de derecha. Aunque la explicación parece no relacionarse

con la política, los de derecha son más religiosos y tienden a estar casados en mayor proporción y resulta que, a igualdad de ingresos, la gente religiosa y casada tiende a ser más feliz. El dinero no está correlacionado con el amor. Parece que el dinero compra casi todo lo que genera felicidad, desde comida a educación pasando por salud, libertad, cultura, viajes, sexo o matrimonio, pero no puede comprar el amor. No obstante, el investigador Xavier concluye que vistos los resultados del estudio, el amor sólo debe representar una pequeña parte del bienestar. Si no, no existiría esa relación tan fuerte entre dinero y felicidad.

BIENESTAR Y POSICIÓN SOCIOECONÓMICA EN EL TIEMPO

Algunas frases de investigadores en el tema nos indican la relación entre dinero y felicidad en los últimos años: 1970. «Sobre el grado de preocupación no existen diferencias aso-

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ciadas a la posición socioeconómica. Todos se preocupan, sólo cambia el motivo.» Frank M. Andrews y Stephen B. Withey, sociólogos e investigadores. 1976. «Agrupaciones según posición socioeconómica muestran diferencias mínimas en su punto de vista de bienestar…». Frank M. Andrews y Stephen B. Withey, sociólogos e investigadores. 1977. «Quizás el ser humano tenga un insaciable deseo por el dinero o por la categoría social que éste puede proporcionar. La gente puede entonces adaptarse a las circunstancias de forma que cada incremento de dinero cree rápidamente un nuevo modelo frente al cual medirse». Tibor Scitovsky, economista. 1978. «No es cierto que los ricos sean más felices que aquellos cuyos ingresos son moderados…». Jonathan Freedman, investigador. 1980. «Existe un fuerte indicio de que la satisfacción personal aumenta con el nivel de desarrollo económico de un


país». Robert E. Lane, profesor emérito de Ciencia Política.

EL DINERO NO COMPRA LA SEGURIDAD

Como mencionan Frank M. Andrews y Stephen B. Withey, ricos y pobres tienen angustias, sin embargo sus preocupaciones no son las mismas: • Pobres. Menos instruidos se preocupan por su salud e ingresos y por todas aquellas cosas que no pueden controlar fácilmente. • Ricos. Cultos, se preocupan más por las relaciones con sus cónyuges e hijos y por las facetas más fácilmente controlables de sus vidas. Un estudio de 1976 sobre los trabajadores de Detroit y Baltimore demostró que mientras los ingresos de los obreros y oficinistas eran casi idénticos, los obreros estaban más preocupados por la seguridad que les aportaban esos ingresos que los oficinistas. En los estratos más elevados, la gente tiende a preocuparse más por el aumento de ingresos que por el cese de los mismos. El dinero no siempre permite comprar esa sensación de seguridad. A partir de dicho estudio se sabe que la impresión de ser tratado de forma injusta puede disminuir más la sensación de bienestar (felicidad) que un menor ingreso. Otros psicólogos coinciden en que no podemos negar que, a través de la historia, el dinero ha tenido un rol protagónico en la vida humana. Educación, salud, trabajo, producción, etcétera han dependido y cada vez están más influenciados por el factor económico. Las relaciones interpersonales también suelen sufrir alteraciones por el dinero y hasta nuestra tranquilidad y futuro pueden depender de él. Sin embargo, aunque se tenga el dinero suficiente para no preocuparse, muchas veces se convierte en una

adicción, aunque sea un medio y no un fin y su destino sea la circulación. La expresión máxima del materialismo es el dinero y su sentido es el consumismo. Sin embargo, hay cosas que el dinero no puede comprar, que no son tangibles ni enajenables, como los sentimientos, los afectos, el amor, la amistad, la compasión, etcétera. Los más románticos insistirán siempre en que lo mejor de la vida no tiene precio: un día de sol, una noche de luna, el cielo estrellado, la primavera, los colores del otoño y el buen humor también son gratis, aunque eso no alcanza para sobrevivir. La forma en que nos relacionamos con el dinero determina nuestros valores y el lugar que le damos en nuestras vidas, por ejemplo: • Poder. El poderoso necesita dinero para sentirse superior, en cambio un delincuente sólo necesita un arma y cuando roba mucho dinero, lo malgasta. • Trabajo. Encuestas indican que para la mayoría, al buscar trabajo, el dinero no es lo más importante, sino el tipo de tarea a desarrollar. • Juego. Parece ser que para el adicto al juego, el dinero tampoco es lo más importante porque lo principal para él es el desafío y el riesgo. • Enemistad. Muchas veces se convierte en contrario de quien tiene mucho, divide familias, crea resentimientos, envidias y son blancos de secuestros y robos. • Independencia. Los trabajadores independientes difícilmente valoran su tiempo y trabajo en dinero. Dan prioridad a otras cosas: tiempo personal, familiar, etcétera.

ES PEOR TENER MUCHO DINERO

Los investigadores del tema demuestran con sus estudios que los más felices no son los más ricos sino aquellos que gastan una mayor proporción de su riqueza en el bienestar de otros. Incluso, el factor crucial que afecta a la felicidad no es la cantidad absoluta de dinero sino la proporción del ingreso que se gasta en otros. Una persona modesta que done buena parte de su ingreso (unos pocos pesos) puede obtener un mayor retorno en felicidad que un magnate que gaste millones pero que represente «poco» de su fortuna de miles de dólares.

CONCLUSIÓN

Existen buenas razones para creer que el dinero puede comprar la felicidad. Sin embargo, no llega a través de un automóvil último modelo, un PlayStation ni un televisor de plasma. La felicidad propia se encuentra vinculada con una actitud que tiende a favorecer el bienestar del prójimo.

Carlos Ponce Bustos

Efectivamente, el dinero no puede comprar la felicidad, sin embargo, la variable clave no es la cantidad de cifras de su cuenta bancaria sino la manera en que usted gasta su dinero.

• Licenciado en Contaduría Pública (UNAM). • Creador de la metodología de inversión conocida como «Estrategia Integral C4» para el mercado accionario mexicano. • Director Ejecutivo de Análisis y Estrategia Bursátil del Grupo Financiero BX+. • Miembro del Consejo Consultivo de la carrera de Administración y Finanzas.

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