PREGUNTAS ENTRE ACADÉMICOS |
El papa Francisco nos ha llamado a ser protagonistas del cambio, a involucrarnos activamente en las políticas que conducen la sociedad y a salir al encuentro de otros. Para esto, ha enfatizado en la necesidad de renovar la Iglesia y mantener un diálogo permanente a la luz de la fe y la razón. Dos académicos de la UC comentan sobre los alcances de los primeros documentos del Santo Padre, Lumen Fidei y Evangelii Gaudium, textos que serán abordados en los Cursos de Formación para Académicos de la Pastoral durante este primer semestre 2014.
Muchas corrientes de pensamiento hoy plantean que la fe y la razón no pueden tener puntos de encuentro. ¿Cuál es el aporte que la Encíclica Lumen Fidei nos da respecto de esta afirmación?1 Andrés
Covarrubias acovarrc@uc.cl Profesor de la Facultad de Filosofía UC, Doctor en Filosofía por la Universidad de Granada
La Encíclica tiende un puente entre la fe y la razón ya que, por una parte, muestra que la fe no ha de ser concebida como un ámbito asociado a la oscuridad y, por otra parte, pone en evidencia las
El papa Francisco ha hablado durante este tiempo de la necesidad de renovar la Iglesia, ¿a qué se refiere con esto? ¿Son reformas estructurales, nuevas formas de gobierno, cambios en la doctrina o en la manera de vivir el catolicismo? Sin duda, el horizonte del papa Francisco es el Concilio Vaticano II. En la Constitución sobre la Iglesia, Lumen Gentium, se hace hincapié: «Mientras que Cristo, “santo, inocente, sin mancha”, no conoció el pecado, sino que vino solamente a expiar los pecados del pueblo, la Iglesia, abrazando en su seno a los pecadores,
consecuencias que se desprenden de una razón concebida como absolutamente autónoma y con pretensiones de abarcar todos los espacios de la vida humana. En efecto, fe y razón tienen un fin común que se refleja en una «verdad grande» (n. 3). En este sentido, la Encíclica hace patente las posiciones de Nietzsche y Wittgenstein, para quienes la fe se opondría a la búsqueda de conocimiento y certeza. Un resultado de esto ha sido la vinculación de la fe con una especie de oscuridad y un salto al vacío cuando faltan las certezas, y que nos conduce a la subjetividad más radical. Sin embargo, constatamos que la luz de la razón, cuando intenta actuar
es a la vez santa y siempre necesitada de purificación y busca sin cesar la conversión y la renovación» (LG n. 8). Asimismo, en el Decreto Unitatis Reintegratio se puntualiza: «Toda la renovación de la Iglesia consiste esencialmente en el aumento de la fidelidad a su vocación […] Cristo llama a la Iglesia peregrinante hacia una perenne reforma, de la que la Iglesia misma, en cuanto institución humana y terrena, tiene siempre necesidad» (UR n. 6). El papa Francisco subraya que la renovación de la Iglesia implica tanto la conversión pastoral de todos sus miembros como la reforma de las todas las instituciones eclesiales. Su dinámica es permitir que la Iglesia cumpla su misión esencial: evangelizar y manifestar el amor misericordioso de Dios en Jesucristo. Por lo mismo, es tarea de cada cristiana y cristiano y de todas las comunidades eclesiales. Nace de la conciencia de que
1. Pregunta de María Soledad San Martín, especialista en Rehabilitación Oral con mención en prótesis por la Universidad de Chile y profesora de la Facultad de Medicina UC.
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