LA JUSTICIA CArITATIVA
EN LA VIDA DE CUATRO PENSADORES los pEnsadorEs lEÓn bloy, irEna sEndlEr, EnriQuE salas y alEXis carrEll, desde sus respectivas y disímiles disciplinas, pueden orientarnos a ser testimonio de justicia y caridad. Sus legados nos permiten comprender que cada persona puede manifestar diariamente una relación con el respeto y el recto uso de la libertad, siempre y cuando la fuerza impulsora sea obtenida del amor1. Por_ Julia Sequeida, profesora de la Facultad de Educación UC | jsequeid@uc.cl Hortensia Morales, profesora de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile | hmorales@uchile.cl Patricia Masalán, profesora de la Facultad de Medicina UC | mmasalan@uc.cl
La forma de integrar la justicia como uno de los valores fundamentales de la educación formal, ha constituido motivo de preocupación y estudio a lo largo de la historia. Independiente de las distintas concepciones de justicia construidas en diferentes sociedades, la mayoría de ellas destaca la necesidad de contribuir con la formación de ciudadanos capaces de ejercer libre y responsablemente sus derechos y deberes. A partir de los aportes de Santo Tomás se profundizó en la dimensión ética de la justicia, no solo como derecho natural, sino que destacando la relación entre justicia y dignidad, en función de comportamientos justos y rectos en las relaciones con el prójimo. En este sentido, San Agustín resaltó que el amor es el hecho esencial que le da la dimensión de justicia a la misma justicia. Acogiendo el llamado del Maestro, San Pablo señaló que «la justicia se vincula con la fe en Jesucristo» (Ro 3,28; 4,23; Gl 3,6; Flp 3,9). De igual manera lo enfatizó Benedicto XVI, al clarificar la relación entre justicia, caridad y misericordia. Al respecto, puntualizó: «No podemos ignorar que ciertas corrientes de la cultura moderna, sostenidas
por principios económicos racionalistas e individualistas, han sustraído al concepto de justicia sus raíces transcendentes, separándolo de la caridad y la solidaridad: La ciudad del hombre no se promueve solo con relaciones de derechos y deberes sino, antes y más aún, con relaciones de gratuidad, de misericordia y de comunión. La caridad manifiesta siempre el amor de Dios también en las relaciones humanas, otorgando valor teologal y salvífico a todo compromiso por la justicia en el mundo» (Benedicto XVI, 2012: 4). Los desafíos mencionados por el Papa emérito contribuyen a impregnar de una nueva vitalidad a la educación en la justicia, al orientarla fundamentalmente a la consecución de tres grandes condiciones (ver recuadro). La justicia, como resultado del amor caritativo, constituye un camino de acceso que puede ser aprendido a través del diálogo fraternal emergente de los testimonios de quienes luego de un largo —y a veces doloroso— peregrinar, han llegado a la firme vivencia de que el amor caritativo es la forma de asumir la misión de vida. La sabiduría que encierran estas vivencias constituye una instancia peda-
gógica de lo que significa vivir la justicia a la luz del amor caritativo. Casos como los de León Bloy, Irena Sendler, Enrique Salas Silva y Alexis Carrell permiten hallar evidencias de los efectos de la caridad en la realidad contingente.
León Bloy: el desafío de la justicia social «Si los que recibieron la investidura de la palabra se callan, ¿quién hablará por los mudos, por los oprimidos y los débiles? El escritor que no escribe por la justicia es un despojador de los débiles, un ladrón» (Bloy, 1945:89). Para Bloy, la caridad es una forma de acercarse a la rectitud de pensamiento y acción, que se manifiesta en dar no solo bienes materiales, sino en darse a sí mismo a través del acompañamiento, de la acogida que requiere el que poco o nada tiene. En su vida lo demostró fecundamente en su quehacer cotidiano, que luego volcó en su amplia obra literaria. La justicia caritativa se convirtió en su trasfondo metafísico, al ir descubriendo que es el reverso del dolor causado por la miseria. De esta forma, com-
1. Este artículo forma parte de investigación «Concepción de justicia en obras de S.S. Benedicto XVI y la concreción de esta en Bloy, Sendler, Salas y Carrel», que ha sido financiada por la Vicerrectoría de Investigación y la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana de la UC.
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