la extremidad del otro N° 3

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#3 Septiembre 2012

el asesinato de la libido


no d


desire


EDITORIAL Me ha costado esta editorial. Creo que vamos creciendo en la tarea. Soportar nuestros propios modos de trabajo. Dejarnos avanzar mutuamente en nuestras inoriginalidades. Concluir un producto colectivo que en la cocina de su puesta en marcha mezcla los últimos resquicios de unas individualidades muy acentuadas… no fue fácil. Es nuestro tercer número.



Estamos contentos. Encima el tópico. Cuando lo planteamos, queríamos abordar eso que nos pasa casi rutinariamente: eso que tiene que ver con perder las ganas de hacer algo, con sostener un deseo olvidado para acordarnos de que tenemos deseo, con mantener sin sentido un impulso que un día lo teníamos y después del trajín no sabemos dónde quedó. El tópico dice: el asesinato. Es impersonal. Puede ser uno el asesino o el asesinado. O puede ser uno, el que mira el asesinato. El tópico dice: de la libido. La sexual o la asexuada. El tópico dice: El asesinato de la libido. Sexual o asexuada. En último sentido, este mundo nos deja cada día ante una interrogación por lo menos, importante. Para no caer en una mortandad generalizada del deseo y transformarnos en humanoides. Tenemos que sostener nuestro trabajo sobre algo más que el dinero, tenemos que sostener nuestro deseo de trabajar…, porque no sabemos del goce de los jerarcas. De otra manera, los jerarcas de ver-


dad, nos van a cagar. Ellos sí que saben de ese trabajo. Sino pregúnteles a los psicoanalistas porque están llenos de trabajo. Estamos practicando formas de ocio complejas…. proponemos en este número apuntar algunas formas de realidad en relación a ellas, que nos invaden para que cada uno saque sus propias conclusiones. También para revisar nuestras oscuras intenciones en las normalidades regladas de la vida cotidiana, esas que ocultas afloran indigeribles. Esas que vemos, apalabramos y transformamos en conductas como simples espectadores insensibles. De eso hay en las páginas que siguen. PD: Asesinado no es lo mismo que ser víctima de un asesinato, por eso te avisamos que algunas imágenes de este número pueden molestarte. Vos decidí. Lo útlimo que quisiéramos es asesinar tu sensibilidad.

María Forcada




R A Y N A Z A


Y

E N R E N O


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a o / d r a r o u c t r o o r t e d o r t o o c er

bocado em convoca, invoca p


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te s贸lo do m谩s eseante



Al margen Amor en el momento que el nombre de tu amante googleo amor cuando ni las finas partículas del viagra surten efecto en el coágulo denso de lo inconfeso también con las llaves hundidas en las tripas de a poco despejando los tumores erguidos a la sombra del asco. expectantes por los coletazos de una educación sentimental que se piensa nueva. e incendiaria.


LUDOVICO CASNATI José me cuenta de su abuelo enfermo


Un anacronismo, vivencial, padece y goza el viejo moro.

Es que toca el culo de la vie-

ja, y la quiere penetrar. Y si n más lo desdeña, seca de tanto cabalgar.

La enfermedad de la noción de l tiempo, esa del doctor alemán, lo via ja a un momento álgido, a un idilio en

discontinuidad.

El azar destinó potencia, yo al lapso de lo más, fertili uthness, volver

d devanea y juega, confiado en ad. Y así arrojado el pulsar.




Quiero escribir dadaístas (porque en línea con los de

Luis E.


r unos versos me canta el verso) e Tzara o Jarry. “Bellas las Artes, el arte es bello, helarte es cagarte de frío, bello el frío (cagando caliente) mirando arte. <hace frío en SC, sentado en el inodoro de Duchamp, contemplo un cuadrito falso de Gauguin_así comienzan mis días> y vos, como vas?30/09/10 0:58, para marie (M) de luisesteban (L);

. Gutiérrez Tamayo


MUERTE DE LA LIBIDO AA. -HYPERMEMBRAMIENTO.Mortis non è Morbo (No morboso) Y mórbido me encuentro; encontrarse con la mano, mano al pene intimidad. Al pene en cuanto se pueda erguir, sólida la memoria pues rojo el glande, venas probetas todavía flácido el miembro. Lo mío, mantengo, es personal. Digamos prepucio (linda palabra) venérea forma/ todo junto vulga no es bulba no es pulpa no es una rosa. (paloma/ bola/ vena; pues pena. una rosa es una rosa es una seca Muerte sí y no, sin morbo. BA.Estarse entre amigos/ No serse - Sed para bombear saliva - EL HABLA. (no: él habla) <E inventarse un acuerdo, sin contraparte enterada --proyectarse en ya mismo, ya el otro tornado en donante de ánima -- reflejarse sin cuerpo (¡Oh! amigos, no hay amigos) Sobre vos, vos cobijás “tu mismo vos” en esos informales torsos otros trozos>


¡Oh amigos! yo les llamo puesto que me preciso magnificar y dejarme crecer el pene hasta tropezarme al caminar y contarles con licor de cuando me brotaron tres pijas más su corolario de huevos. ¡No hay amigos! (Grito un grito) y las hembras que me sirvieron al mediodía como almuerzo --mucho más tiernas que el desayuno --terminaron manchando el mantel. Soy amigo de dieta equilibrada <para serme miento>. Mentir conjuros, sin lujuria Mis vidas prestadas. Recuerdo desearme salvaje (no) necesariamente instintivo Perverso con cremas frutas, espumas ¡O! Ausentes, hay lujuria Ora puma sin ruta cremosa eyacula su Perversidad. Animal e instinto Necesidad salvaje Deseo recordado ¡No hay tus huellas! Convalezco tu abandono Miento porque te vas.


What do you think it’d be like to have a day longer than a year? Venus CA. <Kane_Co,>.- Compañía Caín: deseo, pulsión, lascivia. 1. 1.- Lo erógeno y exógeno.2. 3. 2.- Endógeno Gozo.• Sequedad menopáusica o cierre del óvulo. Hasta la tina que antes ahogaba ahora me lastima, y salirse de ella es cada vez tan jodido como entrar. Resbalo aquí y me emputa creerme la Greta Garbo entre espuma de champú; desde chiquita mi Carmelita - la menor de mis cuatro hijas, Ariel murió a los nueve días -- decía cuando “la negrita” tenía tres años, todavía encendía velas y esas hedionderas jipis orientales sobre el borde de la tina…¡Ay, qué sé yo!, mi hermana Chilita adoraba esas macanas. Desde joven cuando viajó por vez primera fue a Cochabamba, hasta Bolivia llegó de mochilera con el gringo Maic. Pitaba yerba, la Chila. No me siento seca, poco veo ya a mis hijas; ¡Ojo! ya tampoco pienso en una pija. No tanto como antes, es más mis piernas son ahora las olvidadizas cansadas y siguen siendo “mis patas”.


• Andropausia animada. Acerca de poemas para próstata y cigarrillo./ Mack the knife. ¡Soy amigo de la amiga, de otro amigo virtual! Hoy inicié las tareas fundamentales para robar un pedazo de picasso ;resultará seduciendo a Antonia, a quien me la he encontrado en una red social como amiga de un amigo virtual, sobre esta titulación: “In charge of DAS at Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía - Madrid y alrededores, España”). Imaginé a Antonia hermafrodita goteante, ofrendándome la lámpara del Guernica -- cortada tela por navaja -- con el lienzo viste sus senos “la encargada”. Cuando una esquina de la tela pintada, roza el vello de su entrepierna; Antonia me canta todavía sentada sobre el escritorio: Delego cargada sesenta navajas; Ofrendo platino, fumo y me transvisto. Sofía, mi oficio Juan Mendoza también me llaman. Hasta mis sesenta y algo de años, dejé en calidad de jubilada mis funciones como delegada plenipotenciaria del partido comunista de Mendoza; vaya una a saber, si resulté ser algo más que Sophie “la platinada”. Mi oficio era la docencia escolar y mi especialidad la hache manuscrita.


3.- Mecánica del plac ánimas del deseo.Según la ley física energía fluye de nive más bajos hacia esta intensidad. El deseo de Teseo (*) Nada como Otis p resucitación. Bailan hasta mis dedos arde


cer balanceado con

de la entropĂ­a, la eles mĂĄs altos a niveles ados mĂĄs probables de

para ayudar en la ndo (Quiero fumarme er en llamas.)


MAT FOR PEQU TEXT LIBID


TÍAS RLANI UEÑA TURA DINAL


No sabemos nada, estamos pérfidamente en el fondo de la noche, nos envuelve la sombra del asesinato libidinal ¿es posible el ocaso de la libido? ¿Es posible mantenerse en el fondo de la noche sin experimentar el feroz deseo de desgarrarse de ella? ¿O es que la libido ya esta asesinada? ¿Cómo?... Tal vez el hombre para devenir tal tenga que se asesinar la libido…pero la libido es lo que nos mantiene vivos. Pero también para poder experimentarla en su intensidad inaudita, en el exceso, en el extravío, en el éxtasis, en la risa, algo de nosotros debe morir, algo de nosotros debe ser superado, nuestra individualidad discontinua, tiene que ser ferozmente arrancada de sí y experimentar la pérdida de límites y ser embarcado en la continuidad de los sexos (experiencia del erotismo en Bataille, aquel desplazamiento inmanente, intenso, inextenso, donde los cuerpos se desnudan al éxtasis de la penetración libidinal, siendo su consecuencia la muerte mezquina de la individualidad discontinua para ser arrasados en la continuidad indiferenciada.) Tal vez la libido estancada sea el producto del asesinato de la misma. Tal vez el poeta con su escritura desgarrante, cruel y furtiva saque de sí su última palabra, la palabra completamente última cuando ubica su cuerpo en el lugar preciso de la muerte. Porque si existe un lugar preciso ese es el lugar de la muerte. Pero la libido, como sabemos, se desplaza, se desliza,


de un movimiento que tiene como lugar el no lugar de la mente, así como la pulsión brota de las profundidades del cuerpo. Parecería también que una y otra (libido y pulsión) son las “responsables” de mover al objeto tan anhelante en tanto es deseo en sí mismo, deseo de muerte porque en nada se aquieta, y de vida, tal vez, porque el movimiento(extenso y/o inextenso) podría ser su esencia. Tal vez el asesinato de la libido es el retorno desde donde partió, pero un retornar feroz resultado de la frustración insoportable que la vida generó. Pero también ese retornar no lleve a la muerte, sino a vivir con ritmos, gestos, actitudes distintas. Ya no invistiendo externidades, cosas y mundo, sino desterritorializandosé en la intensidad misma de los propios nervios. Con movimientos solamente indispensables, donde libido y pulsión se interjuegan en un vaivén incesante, pero allí donde el mundo deja prácticamente de interesar, la libido del escritor, del loco, del poeta, habla. Pero también, ese retornar feroz (como ya se dijo) arroje a la libido a estancarse en un callejón sin salida donde la letra se apaga y lo único que emerge es el mismo cuerpo, o lo real del cuerpo en la trasgresión del límite de la vida, la muerte.


Libido: se desplaza, va del cuerpo al mundo, se inhibe, se excita, se estanca, prolifera, se explaya, se expande, se conecta. Ella produce, experimenta, crea. Es “la sin tierra”, la extranjera de las territorialidades. La gitana, nómada y sin lengua, agujerea hasta el propio cuerpo y se desplaza, retrocede y avanza por fuera del tiempo lineal. Molesta e insistente, conflictúa al ser hablante, viviente, padeciente por su rebeldía. “A la libido”, grita el psicoanalista francés, alemán, argentino o inglés hay que edipizarla, acorralarla, “culturalizarla”, maniatarla, empujarla a las afueras de la conciencia, reprimirla, sujetarla, entenderla, explicarla y lo peor de todo interpretarla. Que tufo a muerte de una vida de aspecto gélido. La libido hay que arrestarla sino la moral va a castigar, sin embargo parecería que libido es indomable y al jinete no le queda más libertad que estar prisionero de ella.


Preguntemos de nuevo, una e incontables veces ¿cómo se asesina a la libido? ¿Es posible asesinarla sin generar en ese mismo gesto el acabamiento de la vida, la sepultura del cuerpo en el mismo funeral? ¿Existe algo así como el asesinato de la libido y más allá de su muerte la vida? La libido como energía sexual, como investimiento sexual de la vida… asesinar la energía sexual ¿qué queda? También está la libido discusiva e intelectual, queremos decir lo que se dijo de la libido en Occidente. La libido hizo correr mucha tinta sobre ella o detrás de ella. Podemos decir que libido “habla” e hizo hablar a muchos, desde Aristóteles a Freud, de Lacan a Bataille, etc., y aquí nos encontramos repitiendo la tarea de nombrarla, entenderla (¿asesinarla?). Tal vez se ha hablado y escrito tanto para no decir nada al fin. Tal vez nuestra tarea sea reconocer que no se ha dicho nada al querer decir algo. Tal vez en el silencio, la libido viva.


Ta ve en e silen la libi viv


al ez n l ncio, a ido va




MARiA F

El sabor d


FORCADA

de la muerte


Hay un límite en cada uno de nosotros en la relación con el otro el mío es cuando siento que me subestiman desde el lugar de lo afectivo desde otro lugar, Como el de la razón, o las ideas me desafía… pero desde lo afectivo me aniquila ese es mi talón de Aquiles creo que es porque la subestimación es un estar por encima de otro y supone una jerarquía no me gustan las jerarquías cuando el sujeto se las gana por alguna virtud o capacidad especial que respeto, no se me antojan jerarquías se me antojan destrezas que aprecio y me maravillan volviendo al asunto; si tengo muchos errores hay uno que trato de no cometer y es subestimar a los demás.


no subestimo ni a mis enemigos y mucho menos a mis amigos, y mucho, mucho menos a mi misma en todo caso me temo y porque me temo y conozco mis bajezas trato de actuar en lo posible y siempre que mis vísceras me dejen con esa precaución. en este sentido, la subestimación la encuentro ligada a la indignidad o la dignidad a la valoración por el otro si pasaste esa raya es porque algo te dio indicios de que podías de que había un resquicio por donde meterte en la intimidad afectiva del otro de que tenías un plus sobre él de que su inocencia era tu capitalización de intereses espurios como contrarrestar el ataque a la inocencia? imposible, no tiene defensa, no tiene vuelta atrás eso es la mas interesante de ella, cuando se la tiene se está en un estado de plenitud que gerencia la producción de la libido


en el sentido mas amplio, libido que invita a hacer todo todo se transforma en placer inteligentemente vivido sin embargo en cierto sentido la inocencia te debilita, porque su vulnerabilidad consiste en que a su base se encuentra la confianza el creer cuando se pierde la inocencia no se recupera no hay vuelta atrás murió murió el estado de felicidad operante asesinar es matar violentamente sin que haya posibilidad de defensa, la subestimación afectiva es matar la confianza del otro por la espalda asesinar su fe en vos


en muchas oportunidades asesinamos nuestra libido y en muchas otras nos la asesinan, somos asesinados el asunto de la muerte es su descarada capacidad para enrrostrarnos que hay algo que no será más posible que no estará más asesinar, la libido ser asesinado en la libido propia es quizás un poco eso compartís un poco el sabor de la muerte lo bueno es que la libido parece que se puede resucitar… eso sí, siempre en otra vida en otra presencia, nunca en aquella.







SOLO CONTRA TODOS GASPAR NOÉ



Se puede caminar por el campo? Se necesita una linterna… que alumbre los arbustos_ para desubicarnos… Porque el viento se abre camino entre los árboles Porque el llanto arranca un ojo de la cara vespertina Porque el diablo bucea en la siesta de la noche Y pesca en la playa con anzuelos y redes… Por qué el apodo? Por qué falta tanto…? Porque estamos lejos y sus compañeros son ratas-dentadura postiza Porque el agua nos arrastra hacia la orilla Por qué no nos sentamos a esperar? Por qué no nos turnamos para ingresar al parque de descanso? Por qué el mar? Porque no hay sillas en el vagón. Porque me toca siempre a mí Y porque el brillo lacrimoso de las estrellas se acumuló en la frontera. Nos retorcemos. Nos estrujamos. Y nos colgamos a la sombra para no desteñirnos.


ANDRÉ

“Y ahí estaba, entre la gente. Tan lindo como siempre, tan páli

minamos en la noche en que lo conocí. La gente lo miraba igual q daba. Era como si la gente supiera que lo tenía que mirar así, c de conocer a David. Pensé que sólo pasaba en las películas, que refuerza ahora, en el modo en el que todos lo miran. Está mejo sándolo bien, se ve mejor sin ropa, como la noche en la que lo c que no me iba a escribir más. A veces uno tiene esa tonta perce lo llevas a tu casa esa misma noche es porque se van a volver el deseo es tan fuerte que va a durar. Pero no, lo hacía con t que había visto. Y a mí me seguía gustando. Me daban ganas de Qué habilidad. Y ahí está, la gente lo añora igual. Aunque esté


ÉS piña

ido como siempre, recostado, como cuando lo conocí. Como terque lo miró siempre, pensé que su actitud de rockerito lo ayucomo si estuviese premeditado, como si estuviese en el manual e era para reforzar la belleza del protagonista. Como se la or vestido que nunca, aunque se veía bien con todo. Aunque penconocí. Me hubiese gustado verlo nuevamente, nunca me imaginé epción de que cuando conoces a una persona que te gusta y te a ver. Que el deseo es tan fuerte que no puede esperar. Que todos. Me lo encontraba y sólo me hablaba de la última película llevármelo a mi casa como la primera vez. Qué convincente. é muerto en un ataúd tan especial como cualquiera.”



SEBASTIAN

AGUILAR



Se cambió la remera porque estaba cansado. Entonces la pileta busca el acento de la parábola. De un lado a otro, la vidriera se rompió en semana santa y no la arreglaron. Comando corrido se muere porque tiene hambre. Le dije que saque turno para ver al doctor que estaba mal. Dos son las otras dos alternativas. Las oraciones que le cortaban para hacer otra cosa. Los bichos muertos en el canal se caen de lo que siempre dice la remera que tienen que estar comunicados como para que siempre puedan estar al tanto de lo que cambia en los momentos solitarios como cuando se imagina que ocurre algún accidente. Se cambió la remera de la situación porque no le gustaba más.





Me gustaba cuando no me gustaba la computación. Y después de la pesadilla que acabo de tener, quizás los remolinos sean la causa de este malestar que sobreviene cada tanto cada poco tiempo -a cada párrafo- como el Cibil que por las mañanas piensa en la muerte -y en la carpa enciende la estufa a kerosene- No sé cómo sobreviven los vecinos cómo sobrevienen cómo soportan… a pesar a pesar de: – /Pésame como nadie me pesó: en la balanza de los días. Ni el cielo ni la tierra ni el mar. Arrancando un silbido de la garganta estrujada…………… Muere por dentro sin amigos, cabeza de chorlito. Muere de pena por siempre Muere en tu cumpleaños antes de apagar las velas Antes de dormir Antes de tu último deseo.




Llego ya, un poco tarde a la construcción en ruinas Ya en quiebra. En la quebrada ruin RAYEN CASTRO Fractura de pierna de Los fisura Cooke de tibia y peroné talón de tobillos Zancadilla poderosa Caída libre del techo del vecino porque no tenía llaves porque estaba mal - No tenía crédito no tenía celular para llamarte Porque no te avisé antes… Entonces todos quieren un control remoto para volver atrás y arreglar todo lo que se rompió



CaĂ­da li techo de


ibre del el vecino







DOLINSKY

AUGUSTO



4 de octubre de 1952, Alemania. Frank Swayzer recibe el Nobel de quimica por sus amplios descubrimientos en esa área. Luego de recibir el premio rompe en llanto de la emoción, un periodista se acerca y le pregunta: - Se nota que esta mención lo ha emocionado… - No, dice el doctor Frank, es que yo siempre quise ser bailarín. El hombre se teme a sí mismo, no se descubre, se miente y engaña, una poderosa represión se apodera de sí. La culpa y la vergüenza lo aterran. Las miradas ajenas se ríen de su rostro, lo señal, miran sus pequeños genitales. “La amenaza es inminente hay que destruirla antes que se apodere de nosotros, aquellos que carguen con su bandera serán aniquilados”. Puja la masturbación como un sin fin de orgasmos repetidos, que le dan un pequeño placer a su triste existencia.




TELE M

C


ETE MATI

COS


Jessica Jortack-Taich Dawson Algunas reflexiones en torno a la síntesis dialéctica


Dialéctica: Una aproximación frecuente al método dialéctico sostiene que el principio dialéctico -el centro que estructura la lógica de su funcionamiento- es la contradicción. Contradicción impregnada del concepto usual de crisis. Es decir, contradicción que pone bajo el normado concepto de crisis a la tesis con su antítesis. Resultado de esta operatoria, de esta mecánica, se supera el anterior estado de conocimiento, haciéndolo progresar hacia un concepto más elevado de verdad. Conocimiento que habrá, entonces, de considerarse más verídico, más cercano a la esencia de la verdad más pura e higiénica. Conocimiento o nuevo estado del mismo, que es denominado síntesis. Mas cabe, tal vez, señalar que la aplicación metódica de la síntesis dialéctica se hace cómplice de una eficacia que asegura la continuidad homogénea del sistema de relaciones que la cobija. Y que allí opera, entonces, la voluntad como progreso: norma que no sólo ampara y naturaliza una larga serie de conceptos predados, sino que paradójicamente lo hace desde un supuesto pensamiento crítico de alto potencial revolucionario.

I Contradicción Aquellas formas del pensamiento denominadas conceptos son potencialmente contradictorias en sí mismas. Vale decir, albergan la síntesis de la dialéctica en su estructura; estructura que –como tal- es funcional a todo discurso naturalizado. El concepto de hegemonía resulta un ejemplo ad hoc para analizar esto. Cuando la aparente crítica discursiva plantea una contradicción dialéctica entre los términos hegemónico/contrahegemónico, suele hacer caso omiso de




BELEN LUQUE CRASH


E


Para vos, amor.

Resbaló y cayó, solo. No estaba en mis manos, no. Como si quisiera irse, como pasa con todos los objetos que se caen, resultó en un estallido de pequeñas porciones. Sintiendo entre desazón y resignación, doblé mis rodillas y comencé a juntarlo. Había partes filosas que rasgaron al tocarlas; otras muy bonitas, que casi podrían existir por sí solas como un objeto individual. Había algunas extrañas, ésas que no se sabe dónde encastran. Las junté. Me senté allí mismo y pensé que finalmente algo se perdió. La ventana reflejaba efectos ondulantes en el piso; gris y triste, el cielo me miraba. Creí que la había dejado abierta, pero no, llovía dentro mío. En un gesto automático el delineador se proyectó hacia el punto de fuga: una línea negra que se desvanece y se confunde en la oscuridad de mi pelo. Dicen que sobre las cosas ajenas reina la desgracia, y era tuyo. No sé si todo lo que incluía se resumía a esos trocitos en mis manos… o si al caerse se escapó lo que contenía. No sé. En ése momento yo no lo sostenía, no lo tenía en las manos. Parece que se había ido soltando de a poco, pero no me dí cuenta, y finalmente resbaló de mi pecho. Y ahora lo miro seccionado y no lo creo. Y como todos, me desespero por volver el tiempo atrás, ¿no te pasa cuando algo imprevisto te cambia y deseas que no hubiese ocurrido? Hace un momento estaba sano, y ahora yace en fragmentos. No se me ocurre cómo repararlo. ¿Lo querés intentar vos? Por favor… Después de todo siempre fue tuyo… Sólo es un pequeño corazón, pero siempre fuiste bueno en arreglarlo.



“Dejame que llore como aquel que sufre en vida la tortura de llorar su propia muerte...” “Uno”, Enrique Santos Discépolo

Al final fue como una especie de película que terminó y todos se van a su casa a seguir con sus pequeñas vidas. Ni siquiera en el cine hubieran hecho un final tan deslustrado. No hubo violines ni salidas majestuosas. Fue como despedirse un domingo más y que la eternidad se redujera a las vacuas once de la noche de un domingo de casi otoño. No había más luz que el deficiente alumbrado público, no más testigos que aquellos que ni los miraron, excepto el que le dejó paso cuando arrancó el motor, que ni siquiera sabía lo que había en el costado de la calle: Ahí quedó el amor, junto al cordón de la vereda. Chiquito y aterido, preguntándose qué pasó, si se suponía que entre ellos no sería así… sería más dramático o más teatral. Pero en esos cinco minutos desde que ella entró al auto y que salió, el tiempo se detuvo, avanzó y retrocedió y se perpetuó en las 23:05. Ahí quedó, como un huérfano de cartón. Nunca una charla duró tan poco, nunca hubo tanto acuerdo ni tanta desazón. Nunca tantas preguntas para no hacer ni conocer respuesta. Pobrecito ese amor. No sirve para nada, ni los cartoneros se lo llevarían por su tamaño; ni los perros, porque no llama la atención. Tenía valor sólo para ellos, nada más. Pero era una de esas cosas que, como dijo Oscar Wilde, uno no tira por temor a que otro lo agarre. Finalmente lo abandonaron para hacer espacio, como si el alma fuera un ropero atestado. “…Espero que en vos haya funcionado. En mí todo sigue igual, parece que la parte que se cayó del auto fue la tuya, porque yo sigo sintiendo lo mismo, en una eterna noche de domingo a cualquier hora de cualquier día. Ahí me quedé. Mañana miraré el amanecer desde mis once de la noche y seguiré preguntándome si haberte mirado aquella vez no fue inútil, si hubiese sido mejor no encontrarte nunca y que nuestras vidas no formaran parte de la misma serie.” Enroscarse con la retórica y los potenciales, con la especulación y el verbo en condicional. Y al final no dejar de defraudarse. Porque el final nunca es el que se suponía, porque uno se imagina que merece algo más. Nunca se está satisfecho con el final que le tocó… pero la cuestión no es la disconformidad en cuanto al tipo, sino en cuanto al hecho en sí: No nos gustan los finales. Y la dibujamos de mil formas, le buscamos la vuelta para no reconocerlo, porque no hace a la madurez


llorar como un… como un… bueno, te imaginarás. No queremos terminar, no queremos que se acabe, no. En alguna medida deseamos salir de la mediocridad…buscar una actitud heroica imposible…un acto romántico despojado de interés, más allá del mundo… y seguir respirando, luego del final, un aire diferente; porque en sí uno cambió y descubrió que simplemente se trata de optar… y nunca es tan malo ni drástico como uno lo supone. Sería algo así como una reencarnación con memoria, como llorar en vida la propia muerte. “Llegará un día en que la moneda de cambio sean los caramelos” pensó Ugarte alejándose del kiosquito donde la gorda guardaba el dinero. Sin querer captó la media sonrisa que le confirmó la estafa ínfima pero cotidiana. “Qué los parió… uno busca monedas para el trole y consigue cuatro caramelos de mierda que ni siquiera le gustan”. Si por lo menos fueran Media Hora… Pero esos gustan a pocos. “Quizás en la última reencarnación se me metió adentro un fracasado… y encima capaz que le gustan los Media Hora también”. Sonrió a su chiste interno. Tuvo que caminar. No eran tantas cuadras, “pero uno el pollo cocinado de los dibujitos caminando con un che, peor. “Veremos qué pasa… cada vez que llama no ella”. En la esquina de Marsella y Riohacha miró un rillo intermitente. “Ya deben ser más de las doce”.

se siente como mp3”; y de nosé qué onda con semáforo en ama-

Timbre. Se demora en atender. “¿Y si me voy?”. - Hola, qué hacés… Pasá -le dijo cuando le abrió, ahí nomás. - Hola… ¿qué estás escuchando?- “por decir algo”. -The Dresden Dolls, son buenos. Ya no existen, se separaron hace pocoObviamente, Ugarte: “Como vos y yo. Éramos buenos, pero nos separamos” Ella siguió hablando, quizás por lo mismo que Ugarte preguntó qué escuchaba: -Son dark cabaret; el estilo, digo. Al final no caben en ninguna de las dos divisiones, pero son buenos. Diferente de lo que a vos te gusta, pero por ahí tendrías que escucharlos. ¿Querés un café?-. -Dale- “como los caramelos de mierda, uno quiere una cerveza y reconciliación, y consigue café y charlas pelotudas…” En voz alta: –…que al final no llegan a nada-. -¿Qué?- Carla, desde la cocina. -Nada, pensaba que con las definiciones de estilo no se llega a nada.-De una. Bueno, siempre hablamos de eso, como decir si los Smashing son grunge o no.-


-Ajá. “¿Qué le pasa? ¿Habrá fumado?” piensa Carla mientras acomoda las cosas en la mesa. -Está caliente, pero te juro que no lo herví.- Silencio. –Era un chiste, che. ¿Querés leche?- “A ver si se te corta la volada”. -No, gracias.- “encima de que soy inmaduro me ofrece leche”. Ahí nomás quedó la conversación. Un rato de silencio y los sorbitos al café caliente. Ugarte cree que ella puede oírle los pensamientos, de tan intensos que los siente. -Me encontré con tu vieja el otro día. -¿Sí? -Sí, parece que venía del negocio.- Pausa. -Ayer estuve con ella, anda bien- Pausa. -Qué bueno, una grande la mami- agregó Ugarte. “No importa quien lo dijo y ni quien respondió, en cualquier caso no vale ni dos mangos la charla” -Che, ¿te puedo preguntar algo? - Obvio, nene…. “Sacate esa sonrisa de mierda de la cara, ¿no ves que estoy roto?” -¿Para qué me llamaste? Silencio corto, pero eterno. -… qué se yo, para juntarnos, ver como estabas…- ¿Nada más? ¿Vos creés que soy boludo? -¿Qué te pasa? ¡Encima que te invito! -¿Bah? ¡Quién te sentís! Siempre igual vos, para mí que lo hacés a propósito, te gusta gozar a la gente, o sos tan boluda que ni te das cuenta de lo que hacés. -Mirá, yo te dije que vinieras por si tenías ganas de que nos juntáramos, siempre podías decir que no, yo no te obligué a nada. -Claro, claro, lavate las manos. -Pará un poco, la puta madre, que yo quería pasar un buen rato nada más… Y no quiero llorar delante tuyo otra vez…. así que mejor, ¿por qué no te vas? -Seguime echando, total yo soy un perro. -Andate Fabio. -¡Si ya me voy, ya me voy!- gritó Ugarte- ¡no encuentro el encendedor!-Salí y buscálo afuera.


Portazo. Carla de un lado, él del otro. Ella levanta las tazas y se le resbala una, se mancha la alfombra. “Como para tener un recordatorio más de esta velada inolvidable” Va a la cocina y mientras enjuaga las tazas piensa que se puso el conjunto de ropa interior nuevo en vano… y empieza a llorar. “Por algo son las cosas, esto demuestra que soy una pelotuda, con ese carácter de mierda nunca hubiéramos llegado a nada, porque si me quisiera no me trataría así… para qué habrá venido si no me banca… era obvio que lo llamé para volver, si no, ¿qué sentido tendría vernos? ¿Para revolver el dolor? Siempre la misma boluda, esperando actitudes heroicas en los demás” Portazo. El frío en la cara y la luz escasa del alumbrado público. Igual que la vez anterior, sólo que en esa época él tenía el auto y fue ella la que salió. Sí, cuando se cayó un corazón en la banquina. Aquella vez ella le dijo por teléfono que lo seguía queriendo, algo así como que el corazón que se cayó era el de él porque ella todavía lo conservaba… Qué versera… y él le creyó, pero no pudo decirle nada porque no se le ocurrió qué decir, menos mal, porque si no ahora seguiría sufriendo a su lado… “es que encima las minas se olvidan de todo rápido, creen que ya está, que se puede ser amigos… por eso el tango es hombre, porque ellas se olvidan y ya no hay dolor…” Ugarte sigue revolviendo los bolsillos y encuentra los caramelos. Una cachetada sería menos dolorosa. Sonríe. “Para mí que a estos caramelos los inventaron para dar el vuelto, no para comerlos… algo sin valor que simula ser otra cosa” Acalló su mente mientras empezaba a caminar hacia la parada del trole, sin acordarse que no tenía cambio. No quiso acercarse a la analogía obvia entre su situación y los caramelos. No quiso recordar que ésta era otra muerte más para su corazón. No quiso pensar que ya no podría extrañarla, que ahora se vería obligado a pensarla desde el rencor. Ni tampoco saber que en su próximo romance (porque siempre hay uno más) reencarnaría con el recuerdo de éste… y que aún así seguiría recibiendo caramelos como vuelto… …“Si por lo menos fueran Media Hora”…






Colaboraron en este número Texto Ludovico Casnati//ludovicocasnati@gmail.com// María Forcada//angelesforcada@hotmail.com// Andrés Piña//andrespinia@hotmail.com// Belen Luque//belafreaky@facebook.com Matías Forlani//matias.forlani@hotmail.com// Luis Esteban Gutiérrez Tamayo V.D.P.//luisesteban4@gmail. com// Augusto Dolinsky//augustodolinsky@hotmail.com Sebastian Aguilar//sebastian.aguilar.3192@facebook.com Rayen Castro//golpebajo07@hotmail.com// http://ray-againstthemachine.blogspot.com Imagen Florencia Manzano//bucoledi@hotmail.com Leonardo Roman//leonardo.roman.161@facebook.com Andrés Piña//andrespinia@hotmail.com


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Microediciones del Objeto a

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