Revista Momento Diciembre 2019

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Editorial

A

Revista Momento ahora o nunca

145 Número

Año

XII Portada: Diseño ganador del Festival Tlaxqui Arte & Moda

www.revistamomento.com.mx

Foto: Darlenne Armenta

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unque usted no lo crea estamos ya en los festejos de fin de año. Hemos concluido un año más, doce ediciones compartiendo historias que inspiran con personajes de nuestro Tlaxcala. En este mes la entrevista es con el Director General de Canal Once y ex gobernador de Tlaxcala José Antonio Álvarez Lima. En las instalaciones de su lugar de trabajo, Álvarez Lima hace una reseña de su relación con los medios de comunicación, cuando apenas era un niño. Por otro lado presentamos un trabajo sobre la contaminación del río Zahuapan, datos que la organización Fray Julián Garcés ha documentado paso a paso hasta llegar a niveles mortales para la población. El resultado de recabar testimonios es zonas afectadas dio como resultado que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitiera la recomendación 10/2017 dirigido al gobierno federal, de los gobiernos de Puebla y Tlaxcala y a los municipios de Nativitas, Tepetitla e Ixtacuixtla, San Martin Texmelucan y Huejotzingo. Alejandra Méndez Serrano directora del Centro Fray Julián Garcés tiene claro que los daños a la salud y la vida comunitaria son parte de avance o atraso de una sociedad. Sea este trabajo de reflexión para conocer nuestro entorno y saber cómo desde nuestras trincheras podemos contribuir. Ha sido un año de muchos retos, con grandes eventos, uno el primer encuentro de Mujer es nuestro Momento y el primer Festival Tlaxqui, Arte y Moda. Nos vemos el próximo año para seguir compartiendo historias que inspiran. Feliz año 2020.

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Marisol Fernández Muñoz

Contenido DIRECTORA GENERAL Marisol Fernández Muñoz DIRECTOR EDITORIAL Carlos Avendaño Flores COORDINADOR DE REDACCIÓN Yassir Zárate Méndez DISEÑO GRÁFICO Y PUBLICIDAD Arturo Vázquez Muñoz FOTOGRAFÍA Federico Ríos Macías SUSCRIPCIONES Alejandro Fernández Muñoz COLABORADORES Juanita Aguilera Dalia Sánchez Dávila Miguel Ángel Hernández Gutiérrez Horacio López Muñoz Noemí Calderon Elizabeth Cornejo Cristina Figueroa Momento ahora o nunca. Revista mensual, Diciembre 2019. Editor responsable: Marisol Fernández Muñoz. Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04 2009–021117565 700–102. Número de Certificado de Licitud de Título: (en trámite). Número de Certificado de Licitud de Contenido: (en trámite). Domicilio de la publicación: 16 de septiembre No. 200 Altos 3 C.P. 90300, Apizaco, Tlaxcala. Tel: (241) 418 3258 241 418 3258 www.revistamomento.com.mx Distribución: Revista de Tlaxcala S.A. de C.V. 16 de septiembre No. 200 Altos 3 C.P. 90300, Apizaco, Tlaxcala. revista.momento.tlx@gmail.com Imprenta: IMPRESORA Y EDITORA INFAGON: Calle de la Alcaicería No. 8. Col. Zona Norte Central de Abastos C.P. 09040 México D.F. www.infagon.com.mx

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La historia en primera fila. Una conservación con José Antonio Álvarez Lima

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El río que murió. Contaminación en la cuenca del Zahuapan-Atoyac

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La posada que nunca pasó

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Percepciones sobre la inmigración

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Chile ad portas de una nueva historia

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Pichino

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La importancia del autoconocimiento y la técnica del eneagrama

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Un dulce de chongos para esta Navidad


La historia en primera fila. Una conservación con José Antonio Álvarez Lima

Autor: Marisol Fernández Muñoz | Yassir Zárate Méndez | Fotografía: Federíco Ríos Macías

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os medios de comunicación han marcado la vida y la trayectoria de José Antonio Álvarez Lima. Desde que presenció en primera fila la legendaria filmación de La Escondida, a mediados de la década de los cincuenta, supo que su destino estaba en ese mundo. Protagonista del más reciente cambio político que marca el rumbo del país, ha dejado su escaño en el Senado, para hacerse cargo de la dirección general de Canal Once, lo que representa su retorno a los medios públicos de comunicación, luego de su paso por Radio Educación e Imevisión. Momento conversa con José Antonio Álvarez Lima, ex gobernador de Tlaxcala, quien apuesta por una forma de televisión pública que sea útil y benéfica para las audiencias.

–¿Cómo se relacionó con los medios de comunicación?

–Mi relación con los medios es fortuita y muy antigua. A mediados de los años cincuenta, la Sección 3 del Sindicato Ferrocarrilero en Apizaco tenía un gran salón de actos. Ellos, como parte de sus inversiones, hicieron este gran salón para sus asambleas; era un edificio impresionante para aquella época y para el lugar. “En alguna ocasión, conversando el secretario general del sindicato con un hermano mío, tuvieron la idea de instalar un cine, porque habían creado una organización que se llamaba Servicio Social Ferrocarrilero. La idea del sindicato fue comprar los equipos, para que fueran propiedad del sindicato, pero arrendar o emplear a mi hermano como el gerente del cine. Y se hizo así. “A partir de ese momento, mi hermano, mi papá y yo nos encargamos de manejar el cine; yo estaba muy pequeño. A mí me tocó

vender dulces. Yo llegaba muy temprano, a las tres y media, después de salir de la escuela, y terminaba hasta las 10 de la noche, que cerraban la taquilla. Regresábamos mi papá y yo a casa con dos bolsas de morralla, porque casi nadie pagaba con billete, ya que costaba 70 centavos la entrada. Eran unas bolsas de mezclilla, donde llevábamos los veintes. “En ese cine vi cientos de películas de la época de oro de Hollywood, y me di cuenta de que más allá de los límites de Apizaco y del estado de Tlaxcala, pues había un mundo extraordinario, que había habido guerras mundiales, que había grandes barcos, ciudades como Nueva York, París, Londres, además de muchas expresiones culturales. “Desde entonces me decidí a conocer ese mundo. Y pronto, de ver tantas películas, me di cuenta de que eran como las novelas; eran unos hechos de ficción. Claro, había noticieros que reflejaban la realidad, pero las películas eran hechos de ficción, que tenían una persona que escribía, otros que actuaban, otros más que dirigían; otros que fotografiaban, otros que cortaban para hacer las ediciones. Al mismo tiempo que eso ocurría, el gran director del cine mexicano, Roberto Gavaldón, decidió filmar en Tlaxcala la película La Escondida. “Yo, con permiso o sin permiso de mis padres, me iba todos los días a ver la filmación; a veces hasta dejé de ir a la escuela. Vi el rodaje de casi toda la película. Y entonces aprendí, ya de cerca, cómo se hacían las películas, lo que yo veía en el cine. Entonces me enamoré del mundo de la comunicación”.

–¿Cuántos años tenía usted?

–Cuando empezamos a trabajar en el cine habré tenido como ocho o nueve años, y 8

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cuando filmaron La Escondida, debo haber tenido como doce o trece años. A los catorce tuve que salir de Apizaco, porque terminé la secundaria y hubo la oportunidad de que me fuera a estudiar la prepa a Monterrey. A partir de esa edad me hice cargo de mí mismo, con cierto apoyo de mi mamá, sobre todo; pero me fui a estudiar, y ahí, pues a ver más películas, porque había muchos cines en Monterrey en aquel tiempo. Me intoxiqué de películas. Algunos decían que me había pasado lo que a Don Quijote con las novelas, que había visto tantas películas, que me había vuelto loco y que yo pensaba que la vida era como las películas. “La mamá de mis hijos, por cierto, me decía eso cuando se enojaba: ‘Es que tú crees que la vida es como las películas’. Y yo le respondía ‘Qué no es así’. ‘No, qué va a ser’. En fin. “Terminé mi escuela y estudié Ciencias Políticas en la Universidad Nacional; ahí me di cuenta de que se juntaban dos cosas muy importantes para mi profesión futura, que eran la política y la comunicación social. Y que la política en este mundo moderno, cambiante, de los sesenta, utilizaba las herramientas de la radio, de la televisión, del cine, además de los impresos, pero a mí siempre me gustó más que el periodismo impreso, la cuestión de la radio, la televisión y el cine. Me gustaba la combinación de imagen, música, sonido; me parecía que era mucho más impresionante que la lectura de un libro. Ahora, quizá, ya no estoy tan seguro”. 10

–¿Qué le llamó la atención del rodaje de La Escondida?

–De María Félix, lo que me impresionó fueron sus manos, que tenían manchitas en el dorso. Ya no estaba muy joven. Era una mujer impresionante, medio distante. En cambio, el señor Armendáriz era muy cordial con nosotros. Inclusive un día llevé una camarita Kodak, que me habían regalado en mi casa y le tomé una foto a Pedro Armendáriz con una muchacha que era mi amiga, que se llama Alma Rosa, quien por ahí debe tener la foto; Armendáriz estaba con su sombrerote y Alma Rosa tomó esa foto. “Filmaban en la tarde y en la noche, y yo me quedaba. Estuve en la escena que rodaron abajo del puente de Acocotla, que fue en la noche. Mis papás eran tolerantes conmigo porque me gustaba mucho eso, y se daban cuenta que era una inquietud sana. Mi mamá, sobre todo, me impulsaba a hacer todo lo que a mí me gustaba”.

–¿Qué hubo detrás de cámaras, diferente a lo que vemos en la pantalla?

–Me di cuenta que era un artificio. Que eso no existía en la realidad, pero que era la creatividad humana la que lograba que un libro escrito hacía mucho tiempo se convirtiera en imágenes, en música, en actuaciones, en batallas, en recreación de la historia. Me parecía algo maravilloso. “Creo que sólo había una radio en Huamantla, la misma que hay ahora, pero era lo único que existía de medios de comunicación. Todo esto era para mí fantástico. Me dije ‘Yo quiero esto’. Luego me vine aquí a estudiar y empecé a trabajar.

“A principios de 1974, la persona con la que colaboraba la hicieron director de Canal 13, que había comprado recientemente el gobierno. Yo era secretario particular de esta persona, don Enrique González Pedrero, y me dijo ‘Nos vamos al [Canal] 13. Usted va a ser director de noticieros’, me dijo. Ese era el puesto más importante en la parte política del canal. Había otra subdirección, que manejaba el señor Luis de Llano, un hombre legendario de los medios de comunicación, al cual le aprendí mucho. “Las oficinas centrales estaban en la Torre Latinoamericana, mientras los estudios y la fábrica de sueños, como se dice, estaba atrás del Teatro Blanquita, junto a un cabaret muy famoso que se llamaba King Kong. Y ahí, en unas instalaciones

muy precarias, hacíamos muchas cosas; así aprendí a hacer televisión. “En ese lugar me reencontré con la que fue mi esposa y madre de mis hijos, Verónica [Rascón], que era conductora de noticieros. Nos casamos después. En el Canal 13 me convertí en una persona de medios, de televisión. Hice muchísimas cosas: noticieros, programas especiales. Me enamoré de todo eso. “Vivíamos ahí todo el día. Casi no dormíamos, porque era una fascinación; además, influir en la vida de las personas. Era algo que me parecía extraordinario. Dije ‘Yo soy de aquí, yo quiero hacer esto’. Como todo es política, también era política esto. “Después, esa administración construyó los estudios que ahora son de TV Azteca. Estuve hasta 1977,

cuando el licenciado Porfirio Muñoz Ledo, que era secretario de Educación Pública, me invitó a venir a Canal Once como subdirector de Operaciones”. Entonces este es su segundo paso por el canal. Hace cuarenta y tantos años fui subdirector de Operaciones. El director era muy cercano al licenciado Muñoz Ledo, por lo que pasaba mucho tiempo en la SEP, viendo otros temas, así que yo me encargaba de la operación del Once en ese tiempo. Y transformamos el Once, de un canal básicamente educativo, a uno recreativo y de servicio social, volcado a la sociedad. “Poco después de algunas peripecias, el licenciado Solana, que era secretario de Educación Pública, porque Muñoz Ledo solo duró un año, me designó direc11

tor de Radio Educación. Entonces conocí otro medio maravilloso, que es la radio. Estuve ahí varios años y también logré hacer, modestia aparte, una estación a mi imagen y semejanza, en el sentido de que mi ética y mi estética de la vida las pude trasladar a la radio. “Establecimos un pie tecnológico y de entretenimiento, que luego ha servido para muchas estaciones universitarias, sociales, aunque con el neoliberalismo, muchas las convirtieron en entidades no diferentes a las comerciales, les copiaron, por la corrupción. Sin embargo, algunas conservan la música de calidad de aquella época. Fuimos promotores de la televisión y de la radio públicas en México en esa época. “Posteriormente, después de otros trabajos políticos, fui embajador en Colombia, diputado federal por Tlaxcala; luego, el presidente de la República me designó director de Imevisión, que entonces tenía los canales 7, 13 y 22. Ahí tuve la experiencia de competir con una televisión privada que estaba en crisis en esa época, y poder arrebatarle la audiencia. “En aquella época hicimos programas deportivos como Los Protagonistas, que le quitaron el público al Canal 2. Hicimos programas cómicos, como La Caravana y El Güiri Güiri, que son emblemáticos, históricos. Cuando ocurrió la Guerra del Golfo, teníamos un convenio con CNN, entonces nuestros reporteros eran los de CNN en Bagdad, y Televisa los tenía en otros sitios. Les pudimos competir.


cierto, tuvimos el programa de Sabina y John Ackerman, y tuvieron una polémica dos senadores, uno de Morena y otro del PAN. “En fin, hacer cosas novedosas, nuevas, democráticas, que respondan a esta gran revolución cultural que hay en todo el mundo, y en México en particular, de que la gente quiere ser mejor tratada, quiere tener mayor y mejor información; quiere dejar atrás un México autoritario, corrupto, donde reinaban el miedo y la inconformidad. Ahora se trata de que la gente eche todo por delante y exija todo. Y en eso estamos nosotros”.

–¿En qué condiciones encontró al Canal Once?

“Trajimos series que han tenido gran impacto, como Los años maravillosos, Alf y Los Simpson, que todavía andan por ahí. Hice un programa de servicio social que se llama A quien corresponda, que es el único programa que sigue vivo en Televisión Azteca. Ese lo inventó su servidor. “Hubo personajes como Brozo, el Güiri Güiri; fue una etapa muy interesante. Yo salí en 1991, porque quisieron que fuera candidato al Senado por Tlaxcala, y dos años después vendieron Imevisión. Todavía alcanzamos a sacarle a aquel consorcio el Canal 22, para que fuera una entidad de servicio público, como lo es hasta ahora, pero el 7 y el 13 se convirtieron en canales privados. Yo ya estaba en aquel tiempo en el Senado y luego en mi campaña para ser gobernador. “Posteriormente, en el

año 2000, mi esposa compró una estación en Cozumel, muy barata, y después pudimos trasladarla a Puerto Morelos. Le pusimos un nombre que llamó mucho la atención, Radio Pirata, y logramos hacer una audiencia diferente; era una pequeña concesión y ahí me entretuve. Luego se vendió la estación, mis hijos incursionaron en la radio de servicio social. Obtuvieron algunos permisos, se llamaban entonces estaciones de servicio social, que no podían tener utilidades, y aunque tuvieron muchísimo éxito de audiencia, no pudieron salir adelante económicamente, porque nadie los ayudó. “Yo ya estaba resignado a caminar por la playa y a leer libros, escribir algunos artículos en Milenio, cuando Andrés Manuel [López Obrador] me invitó a formar parte de Morena. Regresé

a Tlaxcala, fui candidato al Senado, ganamos… arrasamos. El PRI no ganó ninguna posición, ni senaduría ni diputaciones locales, ni diputaciones federales, lo mismo que el PAN. En el Senado mis compañeros me nombraron presidente de la Comisión de Radio, Cine y Televisión. Y estaba en esas cuando el presidente me invitó a venir a Canal Once, lo cual para mí es un honor y un reto extraordinario. Y aquí estoy, dejando ya los últimos años de mi vida en esta institución. “Ha sido la vida la que me ha ido llevando. No crea que yo lo he ido buscando. Está mal decirlo, pero, en fin, yo nunca he buscado trabajo. A mí siempre me han ofrecido trabajo. Fíjese qué buena suerte”.

–¿Qué significó para usted el nombramiento como director general de Canal Once?

–Bueno, primero me dio un 12

shock, porque ya me había hecho a la idea de estar seis años en el Senado, que tiene un ritmo de trabajo interesante, pero no es esta vorágine de cosas. Primero tuve que asimilarlo. Tardé tres días en que me cayera bien la idea. Desde las seis hay que estar en esto, viendo el noticiero de la mañana, hasta las once de la noche. Esto es diario. Inclusive sábados y domingos. “Esta es una institución muy noble, muy bonita. La gente que trabaja aquí tiene muy bien puesta la camiseta de un medio de comunicación público. Esto es un medio público, no es de ningún partido, es de la sociedad, de una institución tan noble como el Poli, de la Secretaría de Educación Pública. “Aquí hay opiniones políticas de todas las corrientes y gentes destacadas de todas las corrientes. Ayer, por

–Quiero hablar de lo bueno. El equipo, digamos, los fierros, pues van a tener una vigencia de uno o dos años más. Estamos poco a poco renovándolos y mejorando la tecnología. El equipo humano es muy bueno. Los ingenieros, los redactores, los productores. Ya hay un público acostumbrado al Canal Once. La gente lo ve con simpatía. “Digamos que me lo encontré bien. No quiero tratar temas de cuestiones administrativas, porque, como dice el presidente, hay que mirar para adelante, y yo no he tenido tiempo para ver para atrás, para eso están las procuradurías y las contralorías, y yo lo que tengo que hacer son cosas para hoy y para mañana. La parte que yo conozco bien, pues es muy buena. Estoy muy contento de estar aquí”.

–¿Cuáles son los procesos que ha implementado para mejorar la gestión del Canal? –Primero, como lo hice en Tlaxcala, no gastar más

de lo que tenemos. Es decir, saber qué tenemos, qué podemos hacer con lo que tenemos, y hasta ahora nos ha alcanzado el presupuesto. Tenemos una administración transparente, una administración que todos los días termina su ciclo. Yo, como dicen las abuelitas, Dios ha de venir un día de estos, y aquí puede venir cualquier gente y estamos al día en la administración. No tenemos pendientes. Tengo muy buen equipo. “Administrativamente hemos ordenado. Ya no contratamos producciones por fuera. Todo lo hacemos aquí. En lugar de invertir con producciones, hemos contratado más gente. Ciento y tantos más de personas. Los movimientos normales. Han salido tres o cuatro personas. Menos de diez en este año. Trabajamos las 24 horas. “Tenemos tres señales. Once uno, que es la que usted conoce y todo el mundo conoce; Once dos, que es Once Niños, que tiene 24 horas con programación para niños; y una señal internacional, con todas las producciones nuestras, que enviamos a EU y Canadá, a través de un contrato con empresas particulares, y ellos a su vez lo venden. Usted está en Los Ángeles o en Toronto y tiene alguna de estos grandes servicios, como Sky o Dish, o lo que sea, puede pedir el Canal Once. De hecho, de la señal internacional tenemos tres millones de usuarios en Estados Unidos, sobre todo mexicanos. Y nos pagan dos millones de dólares al año, que van a Hacienda.

–¿Cuáles son los nuevos contenidos que ha incluido desde su arribo?

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“A las mujeres, pues darles herramientas para que su salud, sus relaciones personales, sus finanzas, sus derechos los conozcan bien y los puedan ejercer. A las personas que ven los programas de opinión, que tengan todos los enfoques que hay en México, desde la derecha hasta la izquierda, de cómo analizar un problema de inseguridad, la inflación, etcétera. “En los noticieros, dar una versión basada en hechos, y que pensamos que es una información que le sirve a las personas. Por darle un ejemplo, antes los noticieros, todos los días, daban la opinión de las calificadoras de Wall Street. Pues nosotros pensamos que a los trabajadores que nos ven más bien les interesa el precio del jitomate o del pescado, y cómo cocinar más barato, que lo que opinan las calificadoras de Wall Street sobre la economía del mundo. Y así. Acercar televisión que sirva, información que sirva”.

–Hay un compromiso con los televidentes.

Hemos renovado casi toda la programación de Once Niños, que es nuestro proyecto más importante. Los niños son la parte más sensible, más necesitada de atención de nuestro país. Y la mejor inversión que se puede hacer. Hemos acudido a la televisión educativa, pero entretenida, de todo el mundo, de Japón, Alemania, Inglaterra, Francia, Estados Unidos, desde luego América Latina, para comprar los mejores materiales; les hacemos la traducción, el doblaje aquí. “Aquí hemos desarrollado unos puppets, que son estas marionetas, con muy buenos guionistas, que se convierten en la delicia de las personas. Ya estaban, pero los hemos mejorado. También tenemos un programa diario para las mujeres que están en casa. Básicamente tenemos nuestro público en las personas que no tienen televisión de paga, o que no tienen grandes televisiones de paga; muchas tienen televisión de paga con pocos canales. Vamos a ellos, a los trabajadores, a la

gente, digamos, de clase media hacia abajo, que son la mayoría de México. “Tenemos una señal de 24 horas para niños. Tenemos tres o cuatro horas dedicadas a mejorar la calidad de vida de las mujeres; los domingos tenemos un programa, que acabamos de estrenar, para los adultos mayores. Los viernes y los sábados, debido a que los adultos mayores ya no salen de casa por diferentes circunstancias, tenemos una programación especial de música de nostalgia, de programas de nostalgia y de música. También proyectamos películas de comedia de la época de oro del cine mexicano, con Tin Tan, Resortes; tenemos mucha audiencia. “Estamos atendiendo a niños, mujeres, adultos mayores y a la gente que quiere ver diferentes opiniones políticas y noticieros que relaten realmente esta nueva narrativa que ha surgido a partir de esta revolución cultural, este cambio cultural que hay en México”.

–¿Cuál es el papel que deben jugar los medios de comunicación públicos en el actual contexto? 14

–Los medios de comunicación influyen en el comportamiento de las personas, para bien o para mal. Nosotros tenemos que influir para bien, en el sentido de darle a las personas herramientas para mejorar la calidad de su vida. Por ejemplo, a los niños les transmitimos piezas animadas, probadas en el mundo, que son entretenidas, atractivas, pero además educativas, para enseñarles a relacionarse bien consigo mismos, con sus semejantes, con los animales, con el medio ambiente; aprender cosas básicas de lo que van a necesitar en su vida: la importancia de los números, de las letras, de que vivimos en un mundo plural, donde hay diferentes colores de piel, diferentes culturas y que todos en el fondo somos personas que queremos salir adelante. Darles a los niños una esperanza de que el mundo que ellos ven en nuestra programación es quizás un poco mejor del que tienen en su entorno, para que sepan que hay cosas mejores en la vida.

–Claro. Que siempre que vean el Canal Once, tengan un mensaje de calidad, que les mejore su esperanza, les dé herramientas para su salud, su convivencia cotidiana. Y en el caso del Politécnico, pues tenemos un vínculo muy estrecho para difundir la educación, la tecnología, los avances que hacen aquí los muchachos; presentar los testimonios de tanta gente que trabaja en la educación superior, que tiene un mensaje de esperanza, de superación. También transmitimos el futbol americano. Este deporte es uno de verdad. Aquí se dan en serio, porque son muchachos que vienen al corazón; no es un deporte mercantilizado, para tomarle el pelo a las personas.

–¿Cuáles son los planes para el próximo año? –Pues lo mismo, pero mejor.

–¿Qué anhela en este regreso a los medios?

–Que las personas encuentren en el Canal Once un mensaje mucho más sano que el que reciben en otros medios de comunicación. Que la gente se dé la oportunidad de mejorar lo que recibe, porque hay televisores, sobre todo de gente mayor, que no les han cambiado de canal nunca. Que la gente le dé vuelta al dial y nos descubra, 15


y le guste lo que hacemos. Que más millones de personas lo hagan.

–¿Cómo se ha articulado Canal Once con el Sistema Público de Radiodifusión Mexicana?

–Somos una serie de plataformas. No somos el Canal Once, somos Once, una plataforma que tiene tres señales y estamos presentes en todas las redes sociales. Asimismo, el 22, el SPR, Radio Educación, el Instituto Mexicano de la Radio. Todos tenemos muchas cosas en común: primero, somos propiedad del gobierno federal; segundo, tenemos esta misión educativa profunda, trascendente, a través del entretenimiento y la cultura, y compartimos infraestructura. “Por ejemplo, hicimos, bajo la conducción de Jenaro Villamil, todo un cambio en la transmisión del pasado 16 de Septiembre, con conductores ya no tradicionales, con las estéticas tradicionales, sino personas que trabajan aquí en el canal. “Tratamos de que la pantalla refleje también lo que es México, porque

a veces parecía que algunos canales eran de Suecia o de Dinamarca, puras personas rubias, de ojos claros. Nosotros, si usted ve el canal, pues sí hay algunos rubios, porque también hay, pero la mayoría son como todos. Somos personas con estética mexicana”. Durante su gestión en el Senado hizo una propuesta relacionada con el Sistema Público de Radiodifusión Mexicano. ¿Ha integrado esa propuesta en su gestión como director de Canal Once? Sí, claro. La idea es que sean instituciones no de partido ni del gobierno, sino que seamos instituciones públicas, que reflejen los intereses de toda la sociedad, de todos los grupos que viven en nuestra sociedad y que son diferentes, plurales, contradictorios, con dos versiones o muchas versiones diferentes de la realidad; que reflejen la pluralidad en las opciones, en las preferencias.

–¿Cómo ve el cambio?

–En el mundo hay una transforma16

ción cultural, que ha sido propiciada, entre otras cosas, por la tecnología. La tecnología ha acercado a la gente a los problemas, sin intermediarios. Usted puede tener aquí todas las expresiones religiosas, sin ir a los templos. Usted puede tener aquí todas las expresiones políticas, sin ir a las asambleas de los partidos. Puede tener la visión de 50 o 60 periódicos diferentes, editorialistas. Música, imágenes, señales. Eso ha transformado la mentalidad de las personas para bien en general. Claro, hay quien dice que se han generado nuevas adicciones, pero el hecho es que da la oportunidad de que usted, viviendo casi en donde sea, pueda ser espectador de todo lo que ocurre en el mundo, en el presente, en el pasado y a veces hasta en el futuro. “Esto ha transformado a las personas y las ha empoderado, como se dice actualmente, y la persona ahora tiene más herramientas para decidir su vida. Las mujeres saben, por ejemplo, que el machismo es una aberración,

que hay países donde no hay machismo, que hay una nueva masculinidad, más respetuosa, más colaborativa con las mujeres. Que los niños ahora tienen acceso a todo el conocimiento, que los jóvenes se comunican con muchachos y muchachas de todo el mundo y pueden hacer noviazgos, relaciones, a través de la tecnología. “La gente se ha empoderado. Al empoderarse, pierde el miedo, y todas estas cosas del pasado, el autoritarismo, el machismo, la corrupción, el sindicalismo corrupto, los políticos de horca y cuchillo, los dizque líderes, de todos los géneros, por cierto, se derrumban, porque ya no pueden influir miedo, porque la gente está empoderada, puede tomar decisiones, cada vez conoce más sus derechos, cómo organizarse. “Ha ayudado que muchas mujeres tengan independencia financiera, lo que es una cosa importantísima. Tener independencia financiera cambia a la sociedad. Un punto clave para cam-

biar la sociedad es que las mujeres sean libres económicamente. “Ese cambio en México se reflejó en una transformación política, una insurgencia electoral que echó fuera a los corruptos y a los demagogos, no para siempre, porque pueden renacer, ya muy debilitados. No quiero hablar de casos particulares, pero en toda la República Mexicana, en partes que conocemos muy bien, eso ya cambió, y ahora la gente está empoderada. Va a tener más opciones políticas, va a ejercer sus derechos y esperamos que elija mejor a sus gobernantes. Y si no cumplen, pues ahí está ya la revocación de mandato para que los echen. “Los delitos electorales son graves, la corrupción es un delito grave, el presidente puede ser juzgado por corrupción. Esto empodera a las personas. El gobernador también. Si el presidente está, de ahí para abajo también. Ahora que se cuiden quienes quieran delinquir con el dinero público, porque se van a ir al tanque”. 17


Restaurante Galumbo Buffete

De martes a sábado: 85.00 Horario: 9:00 a 12:00 hrs Buffete Dominical: 150.00 Horario: 9:00 a 14:00 hrs.

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Frutas Yogurt Granolas, arandano y ciruela pasa Cereales con leche Pan de dulce, sal y francés Café o te Jugos: Verde, naranja, guayaba, zanahoria Huevos al gusto Chilaquiles rojos y verdes Variedad de guisados: pollo, puerco y res Verduras al vapor Salsa de chicharrón Longaniza encebollada Rajas con pollo y crema Papas con longaniza y nopales Pastas

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El río que murió. Contaminación en la cuenca del Zahuapan-Atoyac Autor: Yassir Zárate Méndez | Fotografía: Acervo fotográfico Centro Fray Julián Garcés

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l 21 de marzo de 2017, en la víspera del Día Mundial del Agua, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), emitió la recomendación 10/2017. El documento está dirigido a los gobiernos federal, de los estados de Puebla y Tlaxcala y de los municipios de Nativitas, Tepetitla e Ixtacuixtla, del lado tlaxcalteca, y de San Martín Texmelucan y Huejotzingo, del lado poblano. ¿El motivo?: La violación a los derechos humanos a un medio ambiente sano, saneamiento del agua y acceso a la información, en relación con la contaminación de los ríos Atoyac, Xochiac y sus afluentes; en agravio de quienes habitan y transitan en los municipios mencionados. La recomendación de la CNDH es una etapa de las acciones emprendidas por colectivos, vecinos, investigadores y activistas que han denunciado el grado de contaminación que afecta a esa zona. También es un triunfo de la voluntad, ante la reticencia de autoridades de todos los niveles para reconocer el problema. Momento conversa con Alejandra Méndez Serrano, directora del Centro “Fray Julián Garcés”. Derechos Humanos y Desarrollo Local, uno de los principales impulsores de la queja presentada ante el organismo garante. En la charla, explica que la situación en la zona está alcanzando niveles mortales para la población.

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La ciénega de Tlaxcallan

Los ríos Atoyac y Zahuapan dan forma a una cuenca hídrica que ha jugado un papel fundamental en la historia de la entidad. Conocida como la Ciénega de Tlaxcala, en la actualidad se encuentra sometida a una fuerte presión urbana e industrial. Como resultado de una inadecuada gestión de los recursos naturales, al amparo de autoridades históricamente desinteresadas en el cuidado del medio ambiente, la región enfrenta un grave problema de contaminación. Pero no siempre fue así. Cuentan las personas de mayor edad de comunidades del sur de Tlaxcala que el río Atoyac estuvo lleno de vida. “Había perros de agua, nutrias, ajolotes. Era muy rico ese río. La gente iba y nadaba”, refiere Alejandra Méndez, citando el testimonio de habitantes de esas localidades, recabados durante un taller organizado por el Centro para recuperar la memoria colectiva de la zona. Ese taller fue una de las acciones emprendidas tras la recomendación de la CNDH. “Todo eso se perdió. Los niños de ahora sólo han visto ese río. La intención es recuperar que eso no siempre ha sido signo de muerte, sino ha sido signo de vida y que queremos que siga siendo signo de vida. Esta devastación ambiental ha sido en los últimos 30 años, la gente que tiene 50 o 60 todavía hizo vida en el río”. 21


¿Qué es lo que ha pasado en estos últimos treinta años? Este es el recuento de los hechos.

En los orígenes

-¿Por qué se involucraron en el asunto de la contaminación de la cuenca del Atoyac-Zahuapan? -El Centro surge de un diagnóstico en las comunidades. Una de las problemáticas fue la trata de niñas y mujeres con fines de explotación sexual. En ese momento se decía prostitución. Y el otro son los daños a la salud y a la vida comunitaria, por la contaminación de la cuenca del Atoyac-Zahuapan, en particular las comunidades asentadas en Tepetitla y Nativitas, en su colindancia con San Martín Texmelucan y Huejotzinco. Refieren que la gente se está muriendo y se han percatado que ha sido a raíz de la industrialización en la zona y el desecho sin tratar de sus aguas al cauce del río Atoyac. “En ese sentido, en el diagnóstico participativo comunitario en 2001 sale esta problemática como una muy sentida en las comunidades. Y el Centro también, desde sus inicios, empieza

a trabajar sobre esto, porque es una decisión que se da en asamblea”.

-¿Qué acciones emprendieron en ese momento?

-Nos dimos a la tarea de hacer vínculos con las universidades. En concreto tuvimos un convenio de colaboración con el Instituto de Ingeniería de la UNAM, el Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm), también de la UNAM, y el Laboratorio de Tratamientos y Aguas Residuales de la UAM Azcapotzalco. “Este fue un proyecto que gestionamos ante el Fondo de América del Norte para la Cooperación Ambiental, que nos otorgó el recurso, sometimos el proyecto a concurso y nos fue aprobado. En esa investigación, lo que logramos ubicar fue que se estaba desechando a las aguas del Atoyac, sobre todo en esa región. “Ubicamos aguas, puntos de muestreo, en aguas del río, antes de llegar a la descarga de los corredores industriales. En los corredores industriales tenemos industrias de química, petroquímica, metalmecánica, metalúrgica, textileras, autopartes, de agroquímicos y todas desechan sus aguas al río Atoyac. 22

“Nos dimos a la tarea también de investigar cuándo se asientan estas industrias, y ubicamos que el complejo petroquímico inicia operaciones en 1969, desechando sus aguas al río y las otras empresas del corredor industrial Quetzalcóatl a finales de los años setenta; del corredor industrial Ixtacuixtla también se da en esos periodos. “Con la UNAM ubicamos descargas, muestreos antes de la caída de estas descargas, en las descargas industriales y luego en el afluente más abajo, cuando ya lleva la recombinación, tanto de descargas municipales como de industriales. Las investigadoras lo hicieron en base a la norma oficial, que es la norma 001-SEMARNAT 1996, que mide 16 estancias solamente, incluyendo siete metales”.

-Incluye plomo

-Plomo, arsénico, cromo, zinc, entre otros.

-¿Cuáles fueron los referentes para establecer una comparación?

-La investigadora toma como referencia la norma de Estados Unidos, la EPA, porque tiene más estancias con-

templadas dentro de su normatividad para medir descargas a los cuerpos de agua, para medir límites máximos y permisibles. “En ese sentido, encontramos que en el Atoyac los compuestos normados está rebasadísima la norma. En algunos casos hasta en 500%, pero además hay presencia de otros compuestos que no están en la norma, pero que son tóxicos. “Encontramos la presencia de cloroformos, compuestos orgánicos volátiles le llaman, son cloroformos, cloroemitileno, tolueno, benceno, que el benceno sí está dentro de la norma 127 internacional de salud, donde se establece que es un cancerígeno, y eso está dentro de las descargas presentes en la zona. Sin embargo, no se mide dentro de los límites de la normatividad. “Encontramos que en esa zona, para el caso de la cuenca Atoyac-Zahuapan, que abarca 48 municipios del estado de Tlaxcala y 22 del estado de Puebla, lo que ocurre es que hay 20 mil 400 empresas asentadas, registradas formalmente. En el caso

de Tlaxcala hay más de 9 mil y sólo hay cuatro inspectores para hacer revisiones a las industrias. Es imposible hacer un monitoreo industrial. Cuatro inspectores pues es nada, comparados con las nueve mil empresas. Imagínate cómo tendrían que estar inspeccionando las industrias”.

-Pero además de esos cuatro inspectores, cuál es la infraestructura con la que cuenta la Profepa para poder evaluar las muestras que tome a partir de lo que hagan esos inspectores.

-La infraestructura es obsoleta. Pusimos una queja en el 2011 ante la CNDH porque a la par y en lo que nosotros hacemos de manera más fuerte es fortalecer el grupo social que en las comunidades está luchando contra esto. Nos encontramos a gente que se le han muerto familiares, un señor al que se le ha muerto la nieta de ocho años; una señora que se le han muerto los hijos. Esa gente está sensibilizada y quiere hacer algo. Y esa gente inicia desde antes del Centro a hacer algunas acciones. Hicieron huelgas de hambre, presentaron denuncias contra empresas. 23

“Desgraciadamente, en este país hay que demostrar lo que uno dice (sic), no se hace efectivo el principio de precaución, en donde hay una sospecha de que está ocurriendo y entonces se debe actuar. Aquí es al revés. Hay que demostrar que eso está pasando, aunque con el solo hecho de llegar al lugar, uno huele y eso apesta horrible. “Uno ve el río, y no es río. No tiene vida. Va contaminado. Es el mismo río que se prendió en los años setenta, refiere la población. Y se prendió en 2010, que cobró muchas vidas. La evidencia empírica o de lo que ocurre en los hechos es clara. Sin embargo, a las comunidades siempre les dicen que no es cierto, y llega la amenaza”.

-Amenaza de qué.

-Pues amenaza de que están diciendo mentiras, que no es cierto, que los van a contrademandar, porque cuáles son sus pruebas, de que no tienen pruebas suficientes para decir que las industrias son las que están ocasionando todo eso. Ese estilo de cosas. “Cuando se dan los primeros estudios, la investigación que se hace con


la UNAM, es para decirle a la gente que ya tienen los elementos técnicos científicos. Se conforma un núcleo social que se llama “Coordinadora por un Atoyac con vida”, donde convergen las personas que quieren hacer algo frente a esta problemática. “En 2011 se interpone una queja ante la CNDH, a raíz de la muerte de una de las compañeras promotoras, una joven de 33 años de nombre Zulma, quien era profesora; fallece de un cáncer súper agresivo. Cuando se lo detectan, sólo dura diez meses con vida. Es un cáncer fulminante, que incluso en Cancerología le decían que era un caso como muy pocas veces lo habían visto, tan agresivo, que en diez meses le arrebató la vida”.

-¿Qué tipo de cáncer?

–Leucemia linfoblástica. Lo que hicimos, a partir de ese caso, fue presentar una queja ante la CNDH, por la afectación a la salud, porque un problema de salud es multifactorial, refieren los médicos, no hay una sola causa que origine un problema a la salud. “Seis años se llevó la investigación de la CNDH, que requirió información a Conagua, Profepa, Semarnat, a los gobiernos de Tlaxcala y Puebla, a cinco municipios, Tepetitla, Nativitas, Ixtacuixtla, San Martín y Huejotzingo. La queja fue contra esas autoridades. La Conagua y la Profepa refirieron que no tenían infraestructura para medir el nivel de sustancias tóxicas que hay en el afluente”.

-¿Está imposibilitada la Semarnat a recurrir a mediciones por parte de otras instancias? –No está imposibilitada. El

Instituto Mexicano de Tecnología del Agua en 2008 hizo una investigación donde se detectaron 40 sustancias tóxicas. Desde 2015 debieron bajar los índices de contaminación. Pero eso no lo vemos. La recomendación de la CNDH establece que el gobierno sabe del problema desde 2005. “En 2011 hace la declaratoria y el problema se agrava. En 2006 el gobierno del estado hizo un convenio con la Escuela Superior de Ingeniería Química y Extractiva, del IPN, para ubicar la calidad del agua en el río. Investigación con presupuesto público se ha hecho suficiente. Está evidenciado, en todas, que el río lleva sustancias tóxicas que no están dentro de la norma; varias de ellas no están dentro de la norma, pero que son tóxicas. “Está demostrado también que ese río lleva hasta más de 100 sustancias que son muy tóxicas. La última investigación que hicimos

con el IIBm de la UNAM, se ubicó que los niños están metabolizando platino. Con las investigaciones se ha demostrado que las personas que viven de cinco a siete kilómetros en los alrededores de los afluentes, con este tipo de sustancias tienen una exposición alta para contraer enfermedades. “En 2003, la Dra. Regina Montero hizo una investigación sobre daño genotóxico en la población, es decir, daño en los genes. Una persona que parece sana, que vive en la región, la gente que trabaja en el complejo petroquímico tiene una exposición a contaminantes elevada, por lo tanto, debía tener daños genotóxicos más elevados que una persona que no se dedica a eso. “La gente que trabaja en la industria también tiene un grado de exposición. Ese es otro grupo que se hizo. Otro grupo más es gente que trabaja en el campo, que utiliza agroquímicos, que también son tóxicos; y uno más son 24

amas de casa y estudiantes, que se supone no tienen contacto con sustancias tóxicas, más allá de las que luego utilizamos en el hogar, como el cloro, pero son mínimas. El grupo de control fue de la Ciudad de México, porque se decía que es la más contaminada. En teoría, la gente de acá tendría que salir con menos daño genotóxico, que la gente de la Ciudad de México. Resultó que la población de acá, no importando a lo que se dedique, tiene cinco veces más daño genotóxico en su cuerpo que una persona de la Ciudad de México. “Ese estudio, sobre todo es el que determina que la población que vive en el afluente del Atoyac, está permanentemente en exposición a una contaminación tan elevada que les está haciendo tener daño genotóxico y la hace más vulnerables a contraer enfermedades agresivas. “Entre 2002 y 2016, murieron 25 mil 737 personas

de cáncer, 4 mil 739 de insuficiencia renal y hubo 906 abortos espontáneos, de acuerdo con datos del INEGI, retomados por el Centro. Se está muriendo una persona cada cuatro horas en la cuenca. Son datos oficiales. Los niños de la zona afectada van a tener un crecimiento más deficitario. Serían infértiles. “Hay dinero para construir plantas de tratamiento, pero se carece de planes para su funcionamiento. Ninguna planta de tratamiento funciona al cien. La de San Hipólito es la que más se acerca. La que le sigue es la de Apizaco. Muchas están obsoletas”.

-Por qué los productores agrícolas usan el agua del río para regar sus plantíos?

-El agua del afluente sirve para regar los campos, porque históricamente ha sido usada para eso. Antes de la industria ahí se hacía la vida. La gente iba ahí a pescar, a nadar, las señoras iban a lavar. Ahí se hacía la convivencia de la comunidad. Todo eso se rompió. “Hay vestigios y evidencia que desde 1600 se han hecho canales para riego. Cuando llegan las industrias se contamina, pero los campesinos no tienen otra forma de seguir y en muchos casos siguen regando sus verduras con esas aguas. Son verduras contaminadas, que merman a la hora

de venderlas en la Central de Abastos, ya sea de Puebla o en la Ciudad de México. Les pagan menos. Ha pegado la contaminación de la cuenca”.

-¿Qué otros puntos toca la recomendación de la CNDH?

-La recomendación de la CNDH tiene más de 100 puntos dirigidos a las autoridades, incluidas Semarnat, Profepa, Conagua, los gobiernos de Puebla y Tlaxcala y de cinco municipios. “Establece que falta coordinación entre las autoridades. Reportan datos distintos entre ellas, pero se gastan los presupuestos. Deben integrar un grupo interinstitucional para armar un programa de saneamiento. No pueden seguir con las acciones desconectadas. Deben dar oportunidad de participar a la sociedad civil que así lo desee y a las empresas que así lo deseen. “El Centro organizó talleres comunitarios para armar una propuesta desde la ciudadanía de programa de saneamiento para la cuenca. Se difundió en las comunidades el contenido de la recomendación, para hacer la memoria histórica en las comunidades. “Esta devastación ambiental ha sido en los últimos 30 años, la gente que tiene 50 o 60 todavía hizo vida en el río. Había perros de agua, nutrias, ajolotes. Era muy rico ese río. La gente iba y nadaba. Todo eso se perdió. Los 25

niños de ahora sólo han visto ese río. La intención es recuperar que eso no siempre ha sido signo de muerte, sino ha sido signo de vida y que queremos que siga siendo signo de vida. “En un tercer taller se explicó qué es el saneamiento y uno más en el que la gente expresó para ellos qué significa el saneamiento y la reparación del daño. También hay una propuesta comunitaria para la cuenca del río Atoyac-Zahuapan, desde la ciudadanía. Se discutió con los investigadores para saber si tiene viabilidad científica, y sí tienen viabilidad las propuestas. “En la zona lo que tenemos son combinaciones de drenajes municipales, en donde las industrias mañosamente han pedido el permiso a los cabildos para conectarse al drenaje municipal. Son obsoletos los planes que incluyen el uso de plantas de tratamiento de descargas municipales, porque están diseñadas para ese tipo de residuos. “Pero si llega una industria, una de agroquímicos, por ejemplo, esa planta de tratamiento ya no va a funcionar, porque no está diseñada para tratar ese tipo de sustancias. Así está pasando en varias comunidades. Una propuesta es que se separen las aguas industriales de las municipales. No


pueden estar juntas. Que las industrias se hagan cargo del tratamiento de sus aguas. En la región hay lavanderos que lavan mezclilla, que no se comparan con la industria. “Que la norma cambie, se modifique, que contemple mayores parámetros. Que se haga un plan de saneamiento que tenga metas claras, objetivos claros, presupuestos. Que se recuperen las tierras de las comunidades. Está documentado que era la gran ciénega de Tlaxcallan, antes de la llegada de los españoles. Había hasta tres cosechas al año. Son zonas bastante productivas. Eso fue lo que se destruyó. “También piden que haya atención para la gente que se enferma. El Hospital Infantil de Tlaxcala se crea porque Tlaxcala es uno de los estados con más casos de insuficiencia renal. “Piden una disculpa pública. Que el Estado disponga recursos suficientes, necesarios para atender la problemática, que descienda la contaminación. Y también un memorial para recordar

a las víctimas de la contaminación”.

-¿Cómo se ha demostrado que las sustancias emitidas por las fábricas o factorías, que vierten sus aguas residuales al río, afectan la salud de la población y a los trabajadores?

–Aquí lo que se ha demostrado es el riesgo. El riesgo en la población. Este estudio que hizo la Dra. Regina Montero de daño genotóxico, de que no importa a qué te dediques, el ambiente está contaminado, porque ella puso biomarcadores para determinar compuestos orgánicos volátiles y este tipo de sustancias en el ambiente, la conclusión es que este ambiente contaminado, no sabemos si es esta industria o la otra industria, hay un ambiente contaminado, en donde la población está viviendo, que le está generando este daño genotóxico. “Esa fue una evidencia. Y eso fue sobre todo lo que más sirvió para argumentar que la población está siendo muy vulnerable para contraer estas enfermedades. Hubo otra investigación del Instituto Nacional de Salud Pública, del Dr. Riojas, que hizo 26

una investigación, sobre todo en la comunidad de Santa Ana Xalmimilulco, porque ahí también está una incineradora de residuos hospitalarios, que es mortal, con los desechos que arroja al ambiente. “El Instituto Nacional de la Salud Pública hizo un estudio en mujeres, antes del embarazo, durante el embarazo y después del embarazo. ¿Qué quería demostrar? El daño genotóxico. Lo mismo que la Dra. Regina. Un daño en los genes, provocado por un ambiente contaminado. Él lo que hizo fue estar monitoreando, y lo que demostró es que los bebés están naciendo ya daño genotóxico. Es decir, con un daño en las células, la información genética se está pasando ya mal; eso hace muy vulnerable a contraer una enfermedad, lo detona ya con otras situaciones. Lo que se documentó fue el riesgo. Y el de la CNDH es el primer documento a nivel nacional que pudo hacer este nexo”.

-¿Qué es lo que proponen ustedes para resolver el problema?

–Se han gastado millonadas en hacer plantas de tratamiento municipal, que quedan como elefantes blancos, quedan obsoletas. Lo que decimos es que hay alternativas domiciliarias, de administración domiciliaria, que no llevarían grandes costos, y que se deberían de implementar en una política pública. “En algunas casas hemos hecho tratamiento de agua doméstica, a partir de filtros. Se han hecho estudios de laboratorio y lo que ha resultado es que esa agua está apta para el consumo de animales o para regar plantas. “En otras casas hemos hecho baños secos, que no usan agua, como alternativas ecológicas que también desde las comunidades se pueden hacer. Una autogestión comunitaria. Han sido pocas en realidad, pero lo que se ha demostrado es la viabilidad de estas, y la insistencia es otra vez que necesitamos políticas públicas que realmente funcionen. No se puede seguir tirando el dinero como se ha estado erogando. “La intención es trabajar en algu-

nas parroquias para construir casas sustentables, que haya tratamiento de descargas domésticas, producción de energía solar, manejo de residuos. La intención también es un manejo de residuos en el reciclaje, en la separación de basura, pero también es ir reflexionando en un proceso que nos lleve a basura cero, porque lo que estamos viendo es que la basura, en esta lógica de que todo es mercancía, pues no importa que se produzcan miles de toneladas de basura, aquí lo que importa es la ganancia. Hay que revertir esa situación”.

-Qué es lo que se puede hacer realmente en este momento?

-A lo mejor no es lo ideal. Hay 20 mil 400 industrias en estos municipios, que es bastante. Ha habido una apertura a que se instalen, sin tener la capacidad. Ha crecido la urbanización hasta en más de 200%, eso implica una serie de servicios, implica también el desecho de las aguas. Mucha gente depende de esa economía. Estaría imposible en este momento decir “Que se vayan 27

las industrias”. Más bien lo que se está planteando es que transite realmente a un tratamiento de sus aguas. “La recomendación documentó que las industrias, cuando les llega un inspector, aceptan que están contaminando, que no están dentro de los límites máximos permisibles. Ni siquiera de estas 16 sustancias, e imponen una multa. Qué hace la industria, arguye que le conviene más pagar la multa que tratar su agua. Paga las multas y sigue. Pagan por contaminar. Te pago, a mí me reditúa en costos menores, que si yo trato mis aguas. “Lo que estamos diciendo es que debe haber tratamientos de agua. No hay por qué desechar aguas a los ríos. No tiene sentido. Por qué no reutilizar, tratas tus aguas, y el agua la utilizas en los procesos de producción. Eso es lo que estamos proponiendo. Porque las ganancias sí dan para eso, en las grandes industrias. Que vayan disminuyendo los niveles de contaminación, que realmente se verifique”.



La posada que nunca pasó Autor: Horacio López Muñoz

H

ace dos años, estábamos en casa mi esposo y yo, como todos los viernes en la noche cuando él no tiene que cantar o yo no tengo clase por impartir: sentados en la mesa de la cocina escribiendo en nuestros respectivos ordenadores, tomando café y disfrutando a nuestros perros echados a nuestros pies en estado de coma (por cierto, te extraño Abuelito). Afuera, a media cuadra, se celebraba la posada anual organizada por la manzana en la que vivo de forma que había música, gritos y una cacofonía sin fin que iba y venía en olas en forma de saludos y presentaciones de canciones microfoneadas de mi tío, animando a la gente a bailar y a divertirse. No nos molestaba, pero tampoco somos del tipo de personas que participamos en las festividades debido, quizá, a nuestra tendencia a disfrutar el silencio y la tranquilidad en casa. Todo normal, hasta que de repente creí escuchar mi nombre, llamándome por el micrófono. Por supuesto, seguro era una alucinación y decidí ignorarlo. Pero en un par de minutos, los vecinos ya estaban tocando a mi zaguán con insistencia. No lo sabía, pero estaba iniciando un viaje de un año, porque nos nombraron, a mi esposo y a mí, como parte del nuevo comité organizador de la posada del siguiente año. ¡Menuda sorpresa! No puedo fingir que me fastidió el nombramiento, porque en realidad en el fondo, estaba disfrutando que nos tomasen como parte de la comunidad y como los esposos que somos con

cierta normalidad y distancia (porque tampoco voy a pretender que todo es perfecto). Así que, después de que el comité saliente nos hizo visitar a los otros dos matrimonios necesarios, ya estábamos con la orden de apartar la misa desde octubre del año nuevo para tener una buena fecha y organizar la cooperacha entre todos. Ni modo. Uno no se puede negar. Imagínese, querido lector: yo ateo organizando una festividad con tintes religiosos junto a un matrimonio joven y un ex compañero de la primaria, todos religiosos. ¡Qué emoción! ¡Lo que podría hacer! Y no porque quisiera echar a perder la festividad, pues creo en ese respeto que los creyentes creen que no tengo solo por ser ateo. Pero soy un ferviente admirador de las costumbres del pueblo, porque crecí en él y he visto los cambios drásticos que han sufrido, así que hice a un lado mi ateísmo, decidí organizar la posada lo más tradicional posible, como las recuerdo en mi niñez, cuando corría a la casa de mis abuelos a romper piñatas y atiborrarme de aguinaldos escarbando las nueces y rompiendo la piel de mis dedos con tal de llegar al sabor de la semilla y comiéndome los dulces (los redondos porque los que tenían forma de piedra con una rajita de canela o no sé que rayos sea lo que ponían en el centro me costaban más trabajo) que aún hoy en día se conocen como colación. Eso sí, el trabajo involucraba a las personas alrededor de casa, y celoso de nuestra intimidad y antisociales como somos, como que quizá no era TAN 30

BUENA IDEA, pero ni modo. No todo se puede ser perfecto en esta vida, pensaba. Además, estaba el efecto colateral de cómo reaccionarían mis vecinos al entrar a nuestra casa. ¿Se imagina el chisme? ¡Lo que dirían al ver nuestras fotos familiares colgadas en la sala! ¡No podía aguantar el suspenso! ¡Qué emoción! Y comenzamos a los diez meses. Para el primer sábado de octubre después de la feria del pueblo, ya estábamos visitando al fiscal en la iglesia católica de mi pueblito para apartar la fecha de la posada. Nos enfrascamos en unas divertidas escaramuzas con él, y nos dimos cuenta divertidos que había vecinos con privilegios para las fechas —¡oh, sorpresa!—, pero nos asignaron el sábado anterior al 24 de diciembre (no el domingo 23… ese no estaba apartado, pero se le daba a un vecino particular cada año como regla general, nos dijo el fiscal… o sea que sí estaba apartado). Eso sí… fuimos los primeros en acudir con él a apartar. Nos dijo que era muy pronto

pero que estaba bien para asegurar el lugar. Y entonces vino lo divertido. Nos reunimos el flamante comité (un vecino, un matrimonio y nosotros) para comenzar a trabajar. Armamos nuestro grupito de WhatsApp (los posaderos le pusimos, porque no podría ser de otra manera) y después de una reunión en casa, con café y una charla agradable, supimos que teníamos que pedir ayuda. ¿Qué rayos sabíamos nosotros? Además, espantosamente nos dimos cuenta de que no conocíamos a todos los vecinos que viven alrededor de, no sé, cien metros a la redonda. Teníamos que recurrir a las especialistas: las vecinas. Un par de preguntas después, ya sabíamos que teníamos que hacer visitas a todos para pedirles que se cayeran con algo para la posada. Y eso hicimos. Los siguientes domingos era: te toca a ti, luego a mí y recorremos todos. En general, todos fueron muy amables (incluso una mujer que nos dijo que no era católica pero

que su hija sí, vayan a pedirle a ella). Les dimos la fecha del sábado y varias vecinas se ofrecieron a ayudarnos a empacar los aguinaldos. Desde el jueves para que nos dé tiempo, nos dijeron. No teníamos que preocuparnos de nada, así que teníamos que tranquilizarnos, remataron. Todo bien… hasta que la semana anterior al 22 el fiscal nos mandó a avisar que ¡alguien había apartado el sábado! Teníamos que hacerla en viernes. Y una nueva visita a los vecinos para avisarles, esperando que no nos quisieran asesinar por adelantarles la fecha de entrega: cuando vea al fiscal lo voy a golpear, pensé… o al menos le voy a decir sus cosas. Ni porque está en la iglesia se deja de mentir. ¿Pero sabe qué estuvo increíble, amigo lector? Que precisamente unos días antes, las personas iban a casa a tocar y a entregar su cooperación. Comenzamos a recibir cajas de mandarinas, cañas, naranja, galletas —¡muchas galletas!— de animalitos, dulces, vasos, 31

etcétera. Para el miércoles, ya teníamos material para comenzar a embolsar. ¡Y las vecinas no nos dejaron morir solos! Como tendríamos visitas esa tarde, preparé una sidra caliente con canela, pimienta dulce, clavo y naranja que me gusta mucho. Nomás para consentir a nuestras invitadas. A eso de las cuatro de la tarde, llegaron y organizaron rápidamente una cadena: alguien pasaba las bolsas abiertas, luego las siguientes manos metían fruta, seguía las galletas, nueces, dulces hasta que, al final de la fila, ya teníamos las tinas llenas de aguinaldos. El chisme y las risas se prolongaron por unas horas mientras terminábamos… todo un éxito. Menos mi ponche, que tristemente (lo digo con todo el dolor de mi corazón) fue ignorado. Y yo en el drama porque pensé que les iba a gustar. Bueno, sí les gustó a los que repitieron vaso. Mi esposo preparó una playlist en Tidal para amenizar la posada: ya sabe, clásicos instantáneos como “El


burrito sabanero”, de La Rondallita; “El niño del tambor”, de Moderatto; y “Navidad sin ti”, de Los Bukis. Pura gozadera. No sé cómo no terminaron cortándose las venas con la selección. Si nomás faltó que metiéramos a George Michael para que se deprimieran… no, espere. ¡Sí lo metimos! “Last Christmas”. Creo que en este punto valió gorro lo de tradicional, ¿verdad? No me critique. Una fiesta sin música no es fiesta. Seguro una licencia de este tamaño se permite. Total, que la posada se celebró el viernes. Las personas (muchas) llegaron con los peregrinos a eso de la siete y el rito religioso se celebró sin problemas… hasta que vi al fiscal y fui a descargar mi furia con él: nomás le dije que se había pasado de listo mintiéndome en la cara y cambiando la fecha para quedar bien con el vecino que se quedó con la fecha original. ¡Pobrecito! Se puso blanco y no sabía qué decir. Solo repetía que ya habían ido antes de mí a apartar. Y yo: mentir es pecado. Pero al final todos estábamos riéndonos y él siguió lanzando cohetes para anunciar que estaba la posada a todo lo que daba. Los organizadores corríamos de un lado a otro. Mi esposo se encargaba de dar los avisos por el micrófono y guiar el evento. El otro esposo (no mío, sino del comité) se encargó de subir las piñatas, su esposa y yo repartiendo café y organizando la entrega de los aguinaldos y mi ex compañero de la primaria haciendo las vallas con las vecinas que amablemente nos ayudaron para repartir los aguinaldos. Seguro se imagina el trabajal que eso supone. Corre aquí, corre allá, busca a fulano, pídele a zutano… es más, invitamos a un amigo a quien queremos mucho que viniera a la posada y hasta a él le tocó trabajar —¡gracias, Marco!—. Romper la piñata fue hermoso. Logramos recaudar ocho. Así que pasaban por turnos. Ya sabe, cuando organizamos la primera, los niños varones ya estaban gritándome y

jaloneándome para que los eligiera. Pero mi esposo, muy organizado, desde el micrófono comenzó a decir que iba a haber piñata para niños, piñata para niñas, piñata para mamás y piñata para papás. Cada grupo tendría sus dos piñatas. Comenzamos con las niñas. Querido lector: en esas circunstancias es cuando uno se da cuenta del condicionamiento al que sometemos a las niñas. Se acercaban con timidez porque no se les permite ser como los niños, pero conforme iban pasando, se soltaban y entonces venía la gritadera y la alegría de las nenas. En cada piñata participaban más y se pusieron al tú por tú en las dos últimas con los varones, disputando la recompensa de romperla y ser el primero en llegar al suelo. Los niños eran un desastre puro. Reían, gritaban, se la jugaban arriesgándose a un golpe con tal de estar en primera fila para cuando se rompiera la piñata. Los más reacios a pasar eran los adultos. Doña Tere, de más de 60 años se animó a pasar a romper una después de que por el micrófono la pedimos y le aplaudimos para que pasara. Salió hecha un mar de felicidad diciendo que nunca había tenido oportunidad de romper una piñata. Claro, a las niñas de su época (y aún hoy en día) no se les permitía hacer ciertas cosas. Y no fue la única. Los hombres, fieles a su naturaleza viril no tardaban en romperla y creo que no se permitían gozarla tanto. Ya sabe, la imagen. Pero sí que lo disfrutaron. Arrastré al fiscal a que rompiera una —y no lo logró, qué pena— y a varios que se escondían al verme llegar con el palo. Muy machos pero muy tímidos para pasar. Me imagino que mi vecino que controlaba las piñatas debió terminar con dolor en las manos y en los brazos después de semejante esfuerzo. Subir y bajar la piñata es una cosa que debe doler. Repartimos la colación. Las personas se 32

ordenaron y todo era alegría. Risas aquí, risas allá. Personas cansadas pero pacientes en lo que llegaba su turno para pasar por el aguinaldo. La música al fondo se iba calmando poco a poco y las personas comenzaron a irse. Alguien me reclamó que por qué no hicimos baile. Porque esa no era mi intención, dije. Para las diez, ya se habían ido prácticamente todos y comenzamos a guardar… y a descargar nuestro esfuerzo eligiendo un nuevo comité. ¡Con razón nos eligieron! Después de tanto, pasarles la estafeta a otras personas es de lo más gratificante y divertido que se puede imaginar, querido lector. Disfrutamos horrores las caras de los vecinos que elegimos para organizar la posada de este año. Ni modo. Uno no se puede negar. ¿Verdad? Entonces, seguro usted se pregunta por qué no pasó. Bueno, porque no se anunció en redes sociales, no hubo cosas rojas y blancas de plástico o tela brillante, no hubo regalos costosos que luego uno se tarda en pagar o comida para desperdiciar. Tampoco fue la mejor posada del mundo y ciertamente no hubo fiesta hasta morir. Para los estándares de hoy, ni siquiera existió la fiesta: no hubo Facebook, Instagram o Twitter. Nada que diera constancia de que había sucedido porque ni siquiera sacamos el teléfono. Nadie perdió la oportunidad de vivirla grabando o viendo el evento en una pantalla en tiempo real. Pero sí sucedió. Solo que nos dedicamos a vivir el momento, a disfrutarlo con los vecinos y a ser el pueblo que somos. Solo hicimos a un lado lo que estorba. No existió para los demás porque no necesitaba ser exhibida, pero precisamente eso fue lo que la hizo aún más especial. Para nuestra comunidad, significa algo. Y ese significado no se puede transmitir en un teléfono ni presumir con cosas doradas, rojas, verdes y blancas. Ese significado se queda en nosotros, que lo vivimos y que puede repetirse. Y no importa que se olvide, lo que importa es que

nos conectamos, la vivimos y la disfrutamos. Doña Tere me dijo que, para ser ateos, hicimos una posada muy bien organizada y muy bonita y que no había visto, cosa que le agradezco de corazón. Pero no se trataba de la festividad religiosa. Al final se trató de ser vecinos, de tomar un espacio público y hacerlo nuestro para divertirnos, reírnos, conocernos y ¿sabe qué?, fuera de sentimentalismos o cursilerías, sirve para que nos unamos. No como esas tarjetas condescendientes y falsas, los memes o las frases inspiradoras donde se predica el amor y la unión y la hermandad. No. Unión vecinal. De esas donde ves a tu vecino, te ríes con él y a pesar de que sabes que el momento quizá nunca se repita, sí sabes que estás con buenas personas. Con personas que han estado ahí toda tu vida y que quizá ignoraste mucho tiempo. Así que, querido lector: no se deje engañar con lo que nos dicen que necesitamos para ser feliz. No necesita gastarse miles de pesos en una cena “tradicional” que en su mayoría irá a la basura y que le durará tres días. Tampoco necesita tener dos meses el árbol de Navidad ni competir en redes sociales para ver qué tan grande está. Únase a su comunidad y a su familia. Vaya a estas celebraciones que son verdaderamente importantes y pase tiempo de calidad con su familia. No crea que todo debe ser perfecto porque eso no existe. Regresamos a nuestra vida habitual después y saludamos a los vecinos, pero no hicimos una amistad como se cree que debería pasar. Pero sí sabemos ahora que estamos todos, que la mayoría son buenas personas y que en caso de que pidan nuestro apoyo, ahí estaremos como seguramente lo estarán cuando nosotros tengamos que pedirles de nuevo ayuda. Sabiendo que la felicidad solo son pequeñas cosas y gestos, nada grandilocuente ni especial, podrá divertirse y saber cuándo parar la fiesta. Y sale barato. Créame. Sea feliz siempre. Felices fiestas. 33


Guía de Restaurante El Mesón de Alfonso

16 de Septiembre No. 200 Altos, Centro, Apizaco

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Restaurante Bompet

Cocina del Valle de Tlaxcala Calle 2 de Abril, No. 1022, centro, Apizaco, Tlax. Tel. (241) 113 19 49 /paco.molina

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El Cordero Feliz Preparacion y venta de barbacoa artesanal Av. Domingo Arenas s/n José Mariá Morelos , Buenavista, Tlaxco, Tlaxcala Cel. (044) 241 105 56 38 Cel. (044) 241 41 142 98 El Cordero Feliz El_cordero_feliz@hotmail.com

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Restaurante El Mirador Pollo Tocatlán, Pollo Calpulalpan Av. Guerrero No 58, Col. Centro Tlaxcala. Horarios 7:00 a 20:00 horas de Lunes a Domingo Hotel de La Loma @HotelLoma www.hoteldelaloma.com.mx

Restaurant & Posada Portal Jardin Cocina tradicional, Cantina & Café Platillos de temporada Especialidad “Chamorro al Pulque” Benito Juárez No. 6, Centro, Tlaxco, Tlax. Tel. (241) 49 605 35 Cel. (044) 241 121 26 22 tlaxcoportaljardin@hotmail.com

Restaurant Bar Malintzi Especialidad: Escamoles y salsa de chinicuiles Carretera México – Veracruz Km. 128+100 Tlacotepec, Xaloztoc Tlaxcala Tel: (241) 41 3 14 70 y 241 140 18 03 restaurantbarmalintzi@gmail.com /malintzi.apizaco

Restaurantes Restaurante el Farallón Mojarra viva al gusto Juárez Norte No. 42, Centro, Huamantla, Tlax Tel. (045) 247 101 58 52 el farallon mariscos bar

La Tienda de Don Mariano Cafetería y restaurante de comida local, deliciosa y sana Independencia Nacional No. 14. Col. Centro. Tlaxco, Tlaxcala. Tel: (241) 49 6 16 90 La tienda de Don Mariano

Restaurante la Pérgola Comida Italiana DOG FRIENLY Carretera principal. Texoloc, Km 4.1 S/n, Texoloc, Tlax. Tel. (045) 246 112 6499 LA PERGOLATLX

Las Caballerizas Espadas & Bar Espadas tipo Brasileño 5ª Sección No. 98, Atlihuetzia, Tlaxcala Tel. 01 (246) 46 10713 Las Caballerizas Atlihuetzia Las Caballerizas Atlihuetzia

La Cultura de la Memoria al Paladar Menú del día & comida para llevar 16 de Septiembre No. 200 Altos, Centro, Apizaco, Tlaxcala Tel. 01(241) 41 7 2652 Cel. (044) 241 158 85 08 roda.momento@gmail.com

Café Isabel Town Café de altura y Postres artesanales Plaza de la constitución No. 16, Int. 103. Centro, Plaza San José Interior Galerías Tlaxcala, 2da planta, saliendo de Liverpool Tlaxcala, Tlax. Tel. (246) 46 2 33 08 /Isabel Town Cafe

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La Casona de Don Agustin Comida regional Plaza principal No. 7, centro, Tlaxco, Tlax. (A un costado de la presidencia) La Casona de don Agustin Restaurante de Tlaxco @lacasonadedonagustin lacasonadedonagustin

Progreso No. 88-B, Papalotla, Tlax. www.moleayohui.com moleayohui /moleayohui 222 206 0167

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La 3ª Ronda 34

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Percepciones sobre la inmigración Autor: Ivonne V. Campos Rico Profesora-Investigadora del Colegio de Tlaxcala, A.C

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a migración ha sido, nuevamente, uno de los temas más importantes en el país en este 2019. Desde las caravanas de migrantes centroamericanos que se registraron durante los primeros meses del año, hasta las inhumanas condiciones de detención en las que se encuentra una gran cantidad de inmigrantes africanos en la estación migratoria Siglo XXI de la ciudad de Tapachula, Chiapas, todos los días sabemos noticias estremecedoras sobre la tragedia humana que significa hoy el tránsito migrante por territorio mexicano. Por supuesto, esta circunstancia no es nueva. Históricamente, México ha sido un país de origen, destino y tránsito de millones de inmigrantes. Sin embargo, a pesar de que es un fenómeno común y nos ha acompañado a lo largo de nuestra historia, hoy en día lo vemos como un gran problema. La percepción caótica que se ha propagado de la inmigración se ha producido gracias a los discursos oficiales, que lejos de aportar elementos para una cabal comprensión del fenómeno, lo criminalizan y obstaculizan su atención. Actualmente, se observa en el discurso oficial de la Organización de las Naciones Unidas, que la migración es vista principalmente como un problema de índole económico que puede provocar conflictos sociales. Esto puede observarse en las declaraciones que António Guterres, secretario general de la organización, hizo en 2018 con motivo del Día Internacional del Migrante: “La migración es un poderoso motor del crecimiento económico, el dinamismo y la comprensión. Permite que millones de personas busquen nuevas opor-

tunidades, lo que beneficia por igual a las comunidades de origen y de destino. “Sin embargo, cuando está mal regulada, la migración puede intensificar las divisiones entre las sociedades y en el seno de cada una de ellas, exponer a las personas a la explotación y el abuso, y socavar la fe en el gobierno” (Mensaje…2018). Una visión economicista de la migración produce que la percepción sobre los migrantes se construya a partir de las afectaciones económicas -en primera instancia, vistas como negativas- que su presencia causa en la sociedad receptora, por lo que si los inmigrantes son pobres, se les considera una carga y se rechaza su llegada. Percepciones distintas se producen si los inmigrantes tienen recursos económicos, entonces incluso se puede llegar a fomentar su llegada. Adicionalmente, la interpretación economicista invisibiliza los motivos que impulsan a los migrantes a salir de sus lugares de origen. En años recientes, el aumento del flujo migratorio en diversas regiones del mundo, responde a circunstancias conflictivas tanto económicas, como políticas, pero sobre todo, sociales. Violencias diversas han expulsado de sus territorios a millones de personas en el mundo, produciendo movimientos de desplazados tanto en el interior de las fronteras nacionales como hacia afuera, por lo que resulta alarmante que la respuesta de las sociedades receptoras sea tanto o más violenta que las violencias que están propiciando el aumento de migraciones. En México, quizá el ejemplo más representativo que tenemos sobre lo anterior es la política inmigratoria del gobierno 36

de Donald Trump. Sin embargo, en nuestro propio país, hoy en día, la política migratoria nacional, bajo las presiones del gobierno estadounidense, se ha tornado también de una gran violencia. El pasado mes de octubre, fueron repatriados más de trescientos ciudadanos de India, evento sobre el cual el Comisionado Nacional de Migración, Francisco Garduño Yáñez, declaró que “así sean de Marte, ¡los vamos a mandar hasta la India, hasta Camerún, hasta el África!”, y acusó a los inmigrantes procedentes de diversas naciones africanas de tener actitudes violentas, refiriéndose a ellos como “compañeros o humanos de raza negra” que “lo único que hacen ante el colectivo nacional es cerrar

las puertas, es concientizar y sembrar la xenofobia en el pueblo de México” (Vargas, 2019). Resulta muy grave que los funcionarios públicos encargados de la atención a migrantes sean racistas, y que los acusen de “provocar la xenofobia”, sin reconocer que la falta de atención y condiciones indignas a las que se somete a los migrantes en las estaciones migratorias son las que han originado las justas demandas y reacciones por parte de ellos. Declaraciones como estas fortalecen los mitos sobre la migración. Genoveva Roldán, durante la presentación del Seminario SURXE en el CEIICH/UNAM, señaló que estos mitos, que entre otras cosas aseguran que

“los migrantes nos quitan el trabajo, traen enfermedades, atrofian la realidad social de las sociedades en donde llegan”, también están teñidos de una notoria aporofobia (fobia hacia la pobreza), pues como mencionamos, sólo se cuestiona la migración de los pobres (Roldán, 2019). ¿Quién de nosotros no ha escuchado a conocidos que aseguran que los inmigrantes “nos traen más problemas, si ya tenemos bastantes, con los pobres que hay aquí tenemos suficiente”? En este 2019, debemos cuestionar la política migratoria que se está aplicando, pues no contribuye al entendimiento de las problemáticas que producen la migración, además de que no puede justificarse que 37

los migrantes permanezcan detenidos en las peores condiciones, ni que reciban tratos degradantes y racistas por parte de los agentes del INM, pues implica un grave atentado a los derechos humanos. Siendo el nuestro un país de inmigrantes -el segundo en números a nivel mundial, y uno de los países de mayor flujo migratorio de paso por su vecindad con los Estados Unidos de América-, el trato digno a los migrantes debería ser una política pública de primera importancia. En el Día Internacional del Migrante, valdría la pena que como sociedad, hagamos un alto para examinar nuestros prejuicios, nuestro racismo, y reconozcamos que en gran medida estos son el origen de muchos de los desatinos de la atención oficial a los migrantes. Referencias Mensaje del secretario general en el Día Internacional del Migrante, 2018. Naciones Unidas. Recuperado el 12/11/2019 en https://www. un.org/es/events/migrantsday/sgmessage.shtml Roldán, Genoveva (2019). Participación durante la inauguración de los trabajos del Seminario sobre Racismo y Xenofobia SURXE, Ciudad Universitaria, UNAM, 31 de octubre. Vargas, Rosa Elvira (2019). “’Así sean de Marte’ vamos a regresar a los migrantes, advierte INM”. La Jornada, lunes 21 de octubre. Recuperado el 12/11/2019 en https://www.jornada.com.mx/ ultimas/politica/2019/10/21/ 2 0 1 c a s i - s e a n - d e - m a rte201d-vamos-a-regresar-a-los-migrantes-advierte-inm-7996.html


Chile ad portas de una nueva historia Autor: José Baroja.

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hile es una “larga y angosta faja de tierra” arrojada, arbitrariamente, al sur del mundo. Yo nací en Valdivia, a 840 kilómetros de la capital, en una ciudad pequeña y lluviosa. Por lo tanto, a menos de que me haya perdido de algún fragmento de mi propia historia, y aun cuando en México está hoy mi hogar, soy chileno. Un chileno más, que por esas cosas del destino —quién lo sabe realmente—, el histórico 18 de octubre me encontró en Santiago, a la espera de realizar varias actividades que poco o nada tenían que ver con lo que acaecería durante esa y las siguientes jornadas. Pienso que muy poca gente podría haber anticipado que ese día, chilenas y chilenos, sin pedir permiso alguno a autoridad conocida, comenzarían el complejo y riesgoso proceso de escritura de un nuevo “pacto social”. Ese día se transitó desde un aparente nihilismo cívico —“Nada cambiará”— hacia un momento de inflexión crítica —“Todo puede cambiar”—, traducido en un sorpresivo “estallido social”, que una mayoría se atrevió a bautizar como “El despertar de Chile”. En términos narrativos, el protagonismo de la Gran Historia del país sería, doscientos años después de la declaración de independencia, reclamado por quienes se consideraban sus legítimos personajes principales. Ese 18 de octubre, chilenas y chilenos salieron a exigir un país más justo. Seis semanas después, podemos afirmar que el costo ha sido altísimo. ¿Cómo llegamos a ese 18 de octubre? La

conjunción violenta de una serie de factores sociales, políticos y económicos acabaría propiciando el escenario perfecto para la emergencia de la rabia, del descontento y del desprecio ciudadano contra la clase política dirigente. Como era de esperarse, el “estallido social” no sería cuestión de un “mal día”, sino de la suma de promesas incumplidas, de desigualdades socioeconómicas latentes y progresivas, de abusos e injusticias de la autoridad, en todo ámbito imaginable, de desfalcos institucionales por parte incluso del ejército y de la policía, problemas comunes, en su mayor parte, a Latinoamérica toda, pero en Chile acentuados por una Constitución política nacida durante la dictadura cívico-militar, llena de amarras y cuórum casi imposibles de sortear, con tendencia hacia la protección religiosa del derecho privado como máximo valor cívico. No, no fue cosa de una noche o de una mañana, aunque si somos honestos en nuestros análisis, habrá que decir que los hechos inmediatos de esta crisis hubieran podido atenuarse en su principio, si a esa conjunción explosiva se le hubiera restado la incompetencia de las máximas autoridades del país frente al evidente problema que tenían por delante. No fue así. El modelo del infame Nobel de Economía, Milton Friedman, simplemente comenzó a hundirse por sus propias limitaciones estructurales. Unos días antes, el lunes 14 de octubre de 2019, estudiantes de secundaria decidieron 38

evadir el pago del pasaje del metro como protesta por el alza de 30 pesos (0,75 MXN) en el valor de este. 30 pesos que establecía el costo del boleto en 830 (20,26 MXN), en horario alto, convirtiéndolo así en uno de los más caros del continente y, por cierto, sumamente opresivo con la realidad monetaria de la mayoría de chilenas y chilenos. En tal sentido, los 30 pesos se convirtieron, en boca de la gente, en símbolo de las injusticias acumuladas durante 30 años de democracia en un país esencialmente segregado por lo socioeconómico. Lamentablemente, la respuesta inmediata de parte del gobierno fue represión antes que diálogo. Cuestión que, además, fue acompañada por desafortunados comentarios que concluirían por encender una mecha ya expuesta por causa de una serie de situaciones que involucraban a autoridades. El ahora ex ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, diría: “El que madrugue será ayudado, de manera que al-

guien que sale más temprano y toma el metro a las 7 de la mañana tiene la posibilidad de una tarifa más baja que la de hoy. Ahí se ha abierto un espacio para que quien madrugue pueda ser ayudado con una tarifa más baja”. El ex ministro de Hacienda, Felipe Larraín: “Para los románticos (…) que las flores han tenido un descenso en su precio: Así que los que quieran regalar flores en este mes, las flores han caído un 3,6%”. El ex subsecretario de Redes Asistenciales, Luis Castillo: “Los pacientes siempre quieren ir temprano a un consultorio, algunos de ellos, porque no solamente van a ver al médico, sino que es un elemento social, de reunión social”. Y así podríamos sumar otros tantos comentarios que evidenciaban la lejanía de la clase política y de algunos sectores de la sociedad con lo que estaba pasando en la calle. Muchas autoridades ni siquiera conocían el costo del boleto o del pan, menos de la vida. Pasamos del oasis a la realidad. Entonces vino la reacción:

una especie de catarsis colectiva que de manera inorgánica reunió a miles de personas en Plaza Italia, centro emblemático de encuentro de la ciudadanía, y que, a la fecha, ha sido rebautizada de manera no oficial como Plaza de la Dignidad. Fue una reacción que asustó a la élite política y económica de Chile, al punto de que el presidente de la República, Sebastián Piñera, acompañado de su primo y ex ministro del Interior, Andrés Chadwick, decidió decretar estado de emergencia, llamar a los militares a una calle que les era ajena, y, a la noche siguiente, establecer toque de queda. ¿Qué sucedió? Lo esperado. Denuncias de abusos, de torturas, de violaciones, los primeros muertos de esta historia y una prensa incapaz de sostenerse frente a la inmediatez de las redes sociales. Sin embargo, en vez de tomar nota y corregir el camino, Sebastián Piñera declararía públicamente que Chile estaba en guerra. ¿Contra quién? El estallido social respondía a la emergencia de 39

desigualdades estructurales acumuladas por años y no a un partido político o a una cabeza visible alzándose contra la autoridad. No obstante, la absurda declaración de Sebastián Piñera haría tal eco en la ciudadanía que todas las regiones de Chile terminarían sumándose con más fuerza a las movilizaciones. En consecuencia, el 25 de octubre se inscribiría otro hito: la marcha más grande en la historia democrática del país. Empero, el gobierno no cambiaría su discurso; por el contrario, intentaría apropiarse de la manifestación, mientras continuaba hablando de “violentitas” y “violencia” por sobre cualquier demanda social; esto, con el objetivo de justificar un actuar policial que, en esas fechas, ya era cuestionado. Semanas después, esa “violencia” se propagaría, gracias a medidas tardías y aún demasiado desconectadas de las necesidades de la gente. Mucha agua ha pasado bajo el puente desde ese 18 de octubre. El gobierno de Sebastián Piñera, pese a


agónicos intentos por persistir dentro de ciertos parámetros de su programa, técnicamente acabó. El presidente de la República ha dado luces de no comprender qué está pasando allá afuera, así como muchas otras autoridades junto a él. Tristemente, sus discursos resultan anodinos o dirigidos a temas que atentan contra su propio llamado a la paz. Esto, al mismo tiempo que en el Congreso, las y los parlamentarios apresuran iniciativas que buscan calmar la percepción negativa de la gente contra la institucionalidad, pues entienden que la alternativa a esta es impronunciable. Por ello, leyes de base social, mayormente, y otras de cierta importancia simbólica han sido aprobadas durante las últimas semanas; incluso se logró un acuerdo inesperado y transversal para cambiar la Constitución. Sin embargo, mucha gente no está feliz, y desconfía

con justa razón, pues el costo para llegar a esto ha sido tremendo y la posibilidad del engaño político sigue presente. Ahí están los muertos que han dejado las manifestaciones, las mutilaciones oculares, las acusaciones de violación, tortura y maltrato. En tal sentido, podríamos afirmar que el mal hacer gubernamental ha facilitado la redacción de un guion propicio para la violencia, donde delincuentes, antisistema y narcotráfico no han dudado también en sacar provecho en medio de las legítimas protestas. En este mal guion, la policía ha acumulado tal odio sobre sí misma que hoy está deslegitimada como “fuerza de orden y seguridad” frente a gran parte de la población. Amnistía Internacional ya declaró que en Chile había violaciones de los derechos humanos de parte de estos: el gobierno rechazó el informe. Unos días después, Human Rights Watch afirmó que en Chile se están vulnerando 40

los derechos fundamentales, incluidos niñas, niños y adolescentes. El gobierno ha debido aceptarlo por fuerza llamando a informar a carabineros de Chile. Aún resta saber qué dirán las y los delegados de la ONU. El general de carabineros de Chile, Mario Rozas, simplemente no ha dado la talla; pero sigue ahí. ¿Qué ocurrirá? Más allá de que los maniqueísmos comienzan a proliferar en las redes sociales, espero que la institucionalidad prime y que Chile esté a la altura del desafío. Espero que haya paz, pero primero debe haber justicia. Es hora de asumir las propias responsabilidades. Lo que no resta al hecho de que Sebastián Piñera haya propiciado este escenario. Que el mundo lo sepa. *Escritor chileno autor de El curioso caso de la sombra que murió como un recuerdo y otros cuentos y de Mi último invierno, entre otros títulos.


Pichino Autor: Tomás Galicia

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staba a punto de apagar la computadora para irme a casa a festejar la Navidad cuando llego al celular un mensaje de UNOTV con las últimas noticias. Me llamó la atención el encabezado “Joven mujer adopta a puma pensando que era un gato”, le di clic al link de la historia y resultó increíble: “Una mujer había rescatado en el bosque a dos gatitos pequeños, cuando vio a su madre muerta cerca de una cueva, el otro felino falleció y solo sobrevivió el más pequeño al que nombró “Tito”, el supuesto minino se convirtió en su fiel compañero hasta que comenzó a caminar de manera extraña. Al llevarlo al veterinario se dieron cuenta que era una especie en peligro de extinción conocida como puma yaguarundí”. Inmediatamente pensé en pichino, un minino que rescaté en condiciones similares hace tres meses y que llevaba un mes fuera de casa. Me consoló saber que quizás era un puma y por eso había huido, confié en que hubiera sobrevivido. Ya con el tiempo que lo cuidé se había repuesto y se veía más fuerte, nada que ver con ese costalito de huesos que era cuando lo conocí. Había prometido nunca más tener un minino desde el fallecimiento del famoso “Bigotes” un gato de color amarillo dorado, que fue mi primera mascota y murió cuando tenía diez años. Creo que a esa edad aún no entendía

el sentido de la muerte. Es triste ver cómo un peludo de cuatro patas que corría a recibirte al llegar de la escuela, que rozaba tu pantalón y maullaba con la alegría de volver a verte, un día ya no se levanta. Se queda inmóvil y nada puede hacer que reviva, nadie pudo explicarme la razón porque ya no se levantaba. Nadie supo explicar que así sería la vida de ahora en adelante, que el perder lo que amas es parte de vivir. Y solo lloré, por impotencia y desesperación, lloré durante varias horas y prometí no volver a querer a una mascota de esa manera. Supongo que así pasa cuando te va mal en el amor, porque creo que pasa igual. Uno ama con todo y si las cosas van mal, uno se hace un escudo y nunca más vuelve a querer como la primera vez. Pero entonces llega algo como pichino, un gatito abandonado por su madre, que vivía ocultándose en aquella enorme fábrica donde trabajé por algunos días. Cuando lo conocí miraba atemorizado y solo mostraba sus pequeños dientitos, como gruñendo. Creo que yo le respondí igual pero sin mostrar los dientes, porque así me había vuelto en la vida: huraño y solitario. Ante la insistencia de mi compañera Iraiz, acepté quedarme con él, porque pensé en que solo lo tendría unos días para que mejorara su aspecto y después pondría una 42

publicación en mis redes sociales para que algún amigo o familiar lo adoptara. Pero no paso así, le compré sus tazones para comida, agua y un arenero. Así comenzó la historia. Nunca pude tomarle una foto apropiada para poner una publicación y ofrecerlo en adopción, se refugiaba en un mueble de madera, y siempre miraba amenazante. Nadie lo adoptaría así, parecía un gato salvaje y psicótico, creo que el pumita Tito rescatado por la joven mujer de la noticia se veía más tierno. Así duramos mes y medio y solo sabía de su presencia porque se terminaba sus croquetas. Supe que empezaba a quererlo, cuando a sugerencia de mi amiga Liliana lo llamé pichino, lo decía con acento italiano para que sonara elegante. Pichino es la pronunciación de piccino que significa pequeño en italiano. Así pasaron otras dos semanas con una relación casi toxica, de pichino ensuciando toda la casa, rompiendo cuanto objeto de cristal encontraba, mordisqueando mi ropa y arañando los muebles. Hasta que una amiga sugirió que lo dejara salir. Y eso hice, dejé abierta la ventana y pichino se fue. Desde esos días al despertarme corro a revisar el tazón de comida, que sigue lleno de croquetas. Al regresar del trabajo corro hacia la habitación para revisar si ha vuelto, pero siempre es el

mismo desencanto. Ahora sé, que pichino nunca volverá. Y volví a tener esa sensación de cuando tenía diez años, de que no vale la pena encariñarse porque siempre pasará lo mismo. Terminaras decepcionado ya sea por la muerte o por el abandono. Mientras manejaba de regreso a casa, pensé en que la noche anterior mientras tomaba café con unos amigos, les platicaba la historia de pichino, les decía que aún dejaba la ventana abierta por si algún día volvía. Les decía que así nos pasaba con las personas que nos abandonan, seguimos despertando con esa sensación de que quizás algún día vuelvan. Y que cuesta decidir cuándo es el momento de cerrar esa ventana. De saber que hay cosas que ya nunca sucederán. Pero al llegar a casa para hacer la maleta y viajar con mi familia para festejar la Navidad ha ocurrido lo inimaginable, y no sé si llamarle un milagro de Navidad pero ahí estaba el pequeño pichino, que maullaba como diciendo te extrañé y que frotaba su cabeza en mis tobillos como lo hacía “Bigotes”. Y yo sentí que tenía otra vez diez años, pero ahora sabía que efectivamente nada es para siempre, pero hay que disfrutar el instante y quizás de esto se trata la felicidad. 43



Diplomado “Psicología del Eneagrama”

La importancia del autoconocimiento y la técnica del eneagrama Autor: Psic. Cristina Figueroa Quirino Tel: 01 246 4580393 | psicologiaclinicaintegral@gmail.com

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l autoconocimiento es una de las habilidades que componen la inteligencia emocional, y a su vez es una de las competencias personales que contribuyen al desarrollo humano. Conocerse a uno mismo ha sido uno de los consejos que la mayoría de los exponentes de la psicología nos han brindado. Desde la Antigüedad, los oráculos recomendaban conocerse a sí mismo como un pilar fundamental para alcanzar la sabiduría. Y es que el proceso de conocerse a uno mismo es en sí mismo eso, un proceso, en el cual la persona se abre a reconocer sus fortalezas, así como sus debilidades, siendo estas últimas las más difíciles de aceptar. En términos generales, una persona se abre al autoconocimiento cuando observa que sus recursos personales no son suficientes para enfrentar y salir avante en las situaciones cotidianas o en los retos que la vida misma demanda. Es decir, cuando repite la misma situación o el mismo error una y otra vez y se pregunta “¿Qué estoy haciendo mal?”, o cuando experimenta emociones fuertes que lo rebasan y le dificultan el logro de sus objetivos de vida, o simplemente no le permiten disfrutar y experimentar paz y/o felicidad. Pero no solamente en los casos antes mencionados una persona puede buscar conocerse a sí misma; los adolescentes lo hacen cuando buscan un estudio de orientación vocacional, tratan de saber quiénes son y en cuál profesión pueden desempe-

ñarse para garantizar el éxito en su vida. También las personas que buscan crecer profesionalmente, como los líderes de organizaciones, emprendedores, profesionales de mercadotecnia y ventas, los coaches, psicólogos, profesionales de la salud, docentes, etcétera, es decir, todas aquellas cuyos resultados y éxito dependen del trato con otras personas, necesitan imperiosamente conocerse a sí mismas y a partir de ahí, conocer a los demás, optimizando así su habilidad de influencia. Una de las metodologías más significativas en la última década es el denominado eneagrama. Este nos brinda la tipología de la personalidad en nueve tipos o eneatipos, utilizando el lenguaje de la técnica. Cada eneatipo tiene a su vez comportamientos evolucionados que proveen de estrategias funcionales a las personas. De igual manera, cada eneatipo abarca conductas no evolucionadas o poco sanas, las cuales, al identificarlas, la persona se puede dar cuenta dónde están sus errores de comportamiento o conductas disfuncionales. Una vez que la persona puede reconocer y direccionar positivamente sus eneatipos, es capaz de mejorar su conocimiento de los demás, lo cual le abre infinitas posibilidades de interrelación, ya que será capaz de acoplar su comunicación e implementar estrategias de negociación efectivas que le ayudarán a su logro de resultados personales y laborales. 46

Dirigido: A público en general que quiera conocerse a sí mismo y conocer a los demás.

“Pagaría más por la habilidad de conocer a la gente que por cualquier otra habilidad bajo el sol” (J.D. Rockefeller).

Inicia: Febrero 2020 Inscripciones Diciembre. Cupo Limitado Lugar: Tlaxcala, Tlax. Solicita Informes Tel: 246 45 803 93 WhatsApp: 2461871018 Correo: psicologiaclinicaintegral@gmail.com


Un dulce de chongos para esta Navidad

Ingredientes: Procedimiento:

3 litros de leche bronca de vaca Una raja de canela 1/2 kilo de azúcar granulada blanca 20 gotas de cuajo

La leche de vaca debe tener una temperatura de 38 grados aproximadamente, (esto es que al introducir el dedo meñique en la leche se sienta tibia y no queme). En 1/2 taza de agua fría colocar las 20 gotas de cuajo e incorporarlas a la leche, mezclar y dejar reposar una hora; debe estar cuajada y con cuchillo hacer un corte en cruz. Agregar la canela desgajada procurando que los trozos sean grandes. Colocar al fuego un comal y sobre éste la olla de la leche cuajada, a fuego medio; con el calor la cuajada se reducirá despacio y tendrá una apariencia chiclosa que no se debe menear de manera brusca porque se deshace. Cuando haya hervido por al menos media hora, agregar el azúcar y menear con cuidado. Eventualmente, todo el suero de la leche, que en apariencia parece mucho, al final será el almíbar que acompañará este delicioso postre. Procurar que la consistencia del almíbar sea ligeramente espesa, de miel ligera. Puede servirlo en una bonita copa de cristal. Buen provecho. Nota: La sustancia de cuajo se puede adquirir en veterinarias, solo hay que observar la fecha de caducidad y con este producto también puede elaborar un delicioso queso fresco.

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ran éxito el primer Festival Tlaxqui, Arte y Moda Con una asistencia de más de 400 personas se realizó el primer festival de Arte y Moda en las instalaciones del Centro de las Artes, donde desfilaron los 24 finalistas que participaron en el primer evento de moda. El Festival organizado por revista Momento y el diseñador de modas Andrés Cabellero Macuil tiene como objetivo generar una plataforma para los diseñadores del estado y la región. Previo al desfile de los finalistas tres marcas de diseñadores tlaxcaltecas presentaron sus colecciones, Antonio Gutiérrez, Yudelka Huerta y Colectivo 10 de 10. Antonio Gutiérrez presento su colección llamada La Escondida inspirada en la diva del cine Mexicano María Felix Judith Vázquez Huerta con tan solo 27 años presento su marca Yudelka Huerta llamada Urdimbre/19 inspirada en los rebosos tejidos en telar de pedales de Contla de Juan Cuamatzi. Colectivo 10 de 10 presento puntos cardinales invierno 19/20 inspirada en cuatro etapas de mayor impacto en el estado de Tlaxcala. Los asistentes pudieron constatar del gran talento que hay en nuestro estado. Agradecemos al gobierno del estado todas las facilidades para la realización de este evento, así como a todos los patrocinadores que confiaron en el proyecto.



Reapertura de LIA Regalos & Gourmet CuauhtĂŠmoc 407B Centro Apizaco Tlaxcala Tel: 241 72323



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