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Prefacio
from Métodos, Contenidos y Enseñanza de las Artes en América Latina y el Caribe. UNESCO
by Wakaya Danza
Las sociedades de nuestro tiempo conocen un debilitamiento del núcleo familiar; el papel de la familia en la transmisión de valores tiende a ser tácitamente delegado en la escuela. Aun cuando este fenómeno preocupante está lejos de producirse con tanta nitidez en América Latina y el Caribe, también en esta región la escuela y los maestros se ven cada vez más obligados a suplir las carencias que se presentan en el proceso educativo y formador de los niños. En muchos casos, la escuela aparece como responsable de generar cohesión en torno a unos valores que tienden a diluirse. Y no se trata solamente de valores familiares sino, también y sobre todo, culturales, ciudadanos, de convivencia. El maestro desempeña así un papel de formador de personas, sociedades y naciones.
Es importante reseñar que, de acuerdo con los objetivos del programa Educación para todos de la UNESCO y a su informe de evaluación de 2002, los países de América Latina y el Caribe no se hallan tan lejos de cumplir con las metas sobre alfabetización y educación fijadas para 2015. Los tres objetivos estadísticamente cuantificables que permiten sustentar esta afirmación, ponen de manifiesto que el 50% de los países de la región ha alcanzado ya las metas del programa de educación primaria universal. El 80% de los restantes cuenta con altas posibilidades de lograrlo en el plazo establecido mientras que el 20% parece ir lentamente recuperando distancias. Por otra parte, el 70 – 95% de la población adulta sabe leer y escribir si bien en términos absolutos, al ritmo actual del proceso, muchos son todavía los adultos de la región que corren el riesgo de no haber superado el analfabetismo en 2015.
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Puede afirmarse que, en términos generales, la educación en América Latina y el Caribe goza de mejor salud de lo que muchos pudieran pensar. Aun cuando las condiciones, tanto físicas como económicas y sociales de los educadores distan mucho de ser ideales,
su demostrado compromiso es muy elevado y a ellos se deben, en gran medida, los logros reseñados. Su tarea seria y dedicada sin duda merece un mayor reconocimiento social y económico tanto por parte de los ciudadanos como de las administraciones públicas.
Pero los objetivos que la comunidad se ha trazado para mejorar la situación de la educación no se limitan a cifras de escolarización sino que hacen especial hincapié en la necesaria calidad de la educación requerida para despertar la curiosidad intelectual, el talento, la afectividad y, en definitiva, para dignificar la persona humana y formar a los ciudadanos de la aldea global del siglo XXI.
La escuela no logrará cumplir cabalmente este objetivo si no se produce una seria toma de conciencia que permita, entre otros aspectos, profundizar en la educación artística, tantas veces ignorada o relegada a la periferia del curriculum educativo. Introducir la enseñanza de las artes es esencialmente enseñar a ser creativo. Y, más que nunca, la creatividad se perfila como el motor del desarrollo. Introducir las artes en el medio escolar es también apostar por el desarrollo intelectual y sensorial de los niños y despertar en ellos una mayor exigencia, el orgullo por su propia cultura y un mayor respeto por las expresiones culturales de otros pueblos. Y nos va en ello el futuro de nuestra convivencia en paz.
El presente documento, dirigido a maestros y educadores en la artes, propone pautas para aproximarse al arte en la escuela latinoamericana y caribeña a partir de las constataciones a las que ha llegado la Conferencia Regional sobre Educación Artística, que tuvo lugar en Uberaba (Brasil) en octubre de 2001. Contiene artículos de especialistas acerca de la enseñanza de disciplinas artísticas tales como las artes visuales, la música, el teatro y la danza. También se analizan temas relativos a la formación continuada de los maestros, una de las principales preocupaciones que surgieron en la Conferencia. El documento concluye con textos acerca de la enseñanza de cada una de las artes, a partir de las conclusiones a las que llegaron los diversos grupos de trabajo conformados durante la Conferencia.
América Latina y el Caribe está apenas tomando conciencia de la importancia de la educación artística. De ahí que se valore la experiencia y el saber de expertos de otras regiones –Reino Unido, Finlandia y Canadá– quienes, a lo largo de la Conferencia, intercambiaron conocimientos y visiones con los especialistas latinoamericanos y caribeños. Pero son estos últimos los verdaderos protagonistas de esta Conferencia y con quienes América Latina y el Caribe tienen desde ya contraído un deber de gratitud.
Milagros del Corral Subdirectora General Adjunta de Cultura de la UNESCO