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INTRODUCCIÓN

El presente documento es el resultado de la investigación adelantada por el grupo de investigación CEDINEP de la Universidad del Atlántico, la cual se articula al macroproyecto que tiene como propósito fundamental, determinar qué y cómo se enseña la danza en Barranquilla, resultados que contribuyen significativamente al estudio de experiencias similares en todo el territorio colombiano, por cuanto la danza hace parte de la cotidianidad y, como lo expresan los lineamientos del Plan Nacional de Danza, “la danza en Colombia es vital, vigente y rica en presencia y divergencias de significado” (Mincultura, 2010, p. 14); por ello, partir del reconocimiento de su historia, del desarrollo que ha tenido desde el punto de vista educativo y, en especial, la caracterización de las prácticas formativas desarrolladas en los diferentes contextos, desde donde se interpretan, es un factor que determina los caminos a seguir en la construcción de propuestas pedagógicas y planes de formación en materia de danza. Al abordar el estudio de los procesos formativos relacionados con el campo danzario, se tuvieron en cuenta poblaciones diversas en las cuales se desarrollan estas dinámicas, entre ellas: las agrupaciones del carnaval de Barranquilla (danzas y comparsas), las escuelas de danza (academias, corporaciones, fundaciones) y las instituciones de educación básica (colegios

Karen Torres y Luisa Barrios, bailarinas de la Compañía de danzas Mónica Lindo, quienes iniciaron su proceso formativo en la danza desde los cinco años de edad.

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Mónica Patricia Lindo de las Salas

públicos); para de esta forma develar la manera como se abordan y cómo se aplica la metodología danzaria, así como proponer acciones tendientes al fortalecimiento de estas prácticas pedagógicas que imparten los educadores a diversas poblaciones estudiantiles desde temprana edad.

Se parte de reconocer que la danza en Barranquilla más que considerarse un elemento que hace parte de los fenómenos festivos, es también una expresión artística que deja entrever la emocionalidad de sus intérpretes, el dominio de una técnica, sumado al espíritu creativo y las posibilidades físicocorporales que les son propias. La danza se escenifica, se vive, se siente y logra dejar huella en los sentidos de los espectadores; en quienes la interpretan, quienes la crean, quienes la viven, constituyéndose poco a poco en parte de la cultura de los individuos y de una ciudad en las que las barreras del idioma, de los estratos sociales, del espacio y del tiempo se rompen para darle cabida a la espontaneidad y al disfrute. Por ello, en el marca de lo educativo, la danza es una expresión corpórea que requiere asumir procesos formativos planeados y contextualizados en el tiempo y en espacio.

Como ciudad cultural, Barranquilla da cuenta de una génesis impregnada de situaciones muy particulares que cimentaron su origen y la convirtieron en una metrópoli que aportó al desarrollo social, cultural, industrial y comercial de Colombia. En su constitución como ciudad, tanto los inmigrantes internacionales, como las personas venidas de diferentes espacios geográficos, regional y nacional, contribuyeron con sus costumbres, prácticas culturales y artísticas, al poblamiento natural y espontáneo, propio del sincretismo que se generó con los nativos de la región, lo cual hicieron de Barranquilla una ciudad diferente de otras que conforman el territorio colombiano que fueron fundadas y colonizadas. Esta dinámica poblacional posibilitó una gran mezcla de costumbres y, por ende, de manifestaciones culturales que, como la danza, empezaron a intervenir también en el desarrollo social y cultural de la ciudad.

En este sentido, y con el propósito de generar un documento investigativo que contribuya al fortalecimiento de los procesos de formación en danza de quienes se dedican a ella, el grupo de investigación CEDINEP y su semillero de investigadores vinculados a la Licenciatura en Cultura Física, Recreación y Deportes, en su mayoría miembros de agrupaciones danzarias de la ciudad,

Los procesos de formación en danza

emprendió un estudio con el objeto de develar la forma como los profesores de danza, instructores y coreógrafos llevan a cabo sus actos pedagógicos, clases o ensayos relacionados con la danza, a la luz de las teorías pedagógicas, de tal manera que se puedan identificar las tendencias, los modelos y el tipo de interés que iluminan sus acciones; y de proponer algunas herramientas que enriquezcan el trabajo con la danza, que permitan entender la dinámica sobre la cual se construyen estos procesos.

Educar o formar en danza ha sido una experiencia que se ha desarrollado de manera espontánea y natural en las comunidades; pero, como hecho educativo, requiere de una preparación por parte de quienes asumen el rol de formadores, donde el conocimiento profundo de la danza va sumado a otra serie de aspectos que involucran el campo de lo corporal, lo espiritual y lo físico; donde es necesario una vigilancia intelectual seria que prevenga y evite situaciones de riesgo, tanto físico como emocionales en los educandos.

La formación en danza requiere de un trabajo con el cuerpo y, por ende, de un conocimiento del mismo, en términos anatómicos, fisiológicos y, en general, de su funcionamiento a fin de evitar lesiones desde la niñez, las cuales podrían repercutir en la vida futura.

Sumado al trabajo corporal, también es importante la formación desde el ámbito conceptual, emocional y social.

Este adecuado o inadecuado trabajo depende también de las herramientas que desde lo metodológico apliquen los profesores o coreógrafos durante sus prácticas. De esta forma se revelan no solo los atributos peculiares de los procesos formativos, sino que se abordan desde las perspectivas y concepción de realidad que los subyace.

Mónica Patricia Lindo de las Salas

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