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Lo humano es cada vez más relevante" Fray Enrique Arenas Molina, Rector de la Uniagustiniana
Fray Enrique Arenas Molina,
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Rector de la Uniagustiniana Por: María del Pilar Gómez • Directora de Comunicaciones Uniagustiniana
Foto tomada por CAM - Centro Agustiniano de Medios
La Uniagustiniana cumple este año 10 años de asumir su rol como Institución de Educación Superior, comprometida con la formación integral de las personas a través de su desarrollo físico, intelectual y espiritual. La Uniagustiniana propende porque sus egresados aporten a la transformación social del país, por una Colombia mejor, con calidad de vida para todos y con ciudadanos capaces de convivir en democracia y en paz.
Frente al cumplimiento de los objetivos planteados, se ha contado con un gran equipo a lo largo de estos 10 años, actualmente y a partir del mes de enero del presente año, se encuentra al frente de la Rectoría Fray Enrique Arenas Molina, religioso agustino recoleto, oriundo de Urrao - Antioquia, territorio de la Arquidiócesis de Santa fe de Antioquia. Cursó los ciclos filosófico y teológico en el seminario Mayor San Agustín de Manizales y en el seminario Mayor Teologado de Suba en Bogotá. Su noviciado lo hizo en el Desierto de la Candelaria en Ráquira - Boyacá. Recibió la ordenación presbiteral de manos de Monseñor Arturo Salazar Mejía, Obispo de Pasto, el 16 de agosto de 1992.
Ordenado sacerdote, adelantó en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, la Licenciatura en Teología (1993), luego en la Universidad Católica de Manizales el diplomado en Ética – Bioética y la especialización en Educación (1996), y obtuvo el Magister en teología en la Universidad Pontificia Gregoriana,
en Roma (1998). Magister en Filosofía y Docencia Universitaria en la Universidad de Caldas en Manizales (2009), Doctor en Teología de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín (2014), también cursó Pedagogía Agustiniana en la Uniagustiniana (2018), y dos diplomados en el Politécnico de Colombia en Gestión Educativa y Docencia Virtual (2019). Durante su ministerio pastoral se ha desempeñado en distintos e importantes cargos como rector, docente, orientador de encuentros pastorales con Cristo, promotor vocacional y coordinador de Pastoral. Prestó su servicio educativo como Secretario y luego como Presidente de la Conferencia de religiosos CRC, Miembro del Consejo Superior de la Uniagustiniana, Vicario parroquial en San Agustín - Bucaramanga, entre otras destacadas labores.
Respecto a su trabajo como Rector de la Institución nos comenta, “Desde que fui nombrado Rector de la Uniagustiniana y tomé el avión en el mes de enero en
Bucaramanga, me di cuenta que la vida me había cambiado, que el ser humano, el religioso, el que va luchando por ser cada día mejor, cambió. En estos siete meses que llevo trabajando en la Uniagustiniana me he sentido muy bien, me he encontrado con un equipo de trabajo que tiene bastantes fortalezas, se nota un fuerte trabajo en equipo, lo cual exige tener paciencia, coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, hay que ser prudente y delicado, de nada sirve tener bastante conocimiento o saber mucho si no se tiene la paciencia y la delicadeza para hablar y trabajar en equipo”.
Es de destacar su visión positiva sobre el mundo, el hombre y el horizonte religioso de la persona humana, así como por su gran capacidad de adaptación a las diversas circunstancias y al ambiente en el cual se desenvuelve, “Siento que lo que identifica a la comunidad Uniagustiniana es que entiende muy bien los valores, y también entiende que desde San Agustín la pedagogía es del amor y no un amor abstracto, es un amor real, de encontrarse con las personas, los seres humanos, llamarlos por su nombre, saludarlos y hacerles ver que cada uno de nosotros es muy importante”, manifiesta.
Respecto a los retos que enfrenta como Rector de la Uniagustiniana comenta, “al encontrarme aquí con
toda la familia Uniagustiniana, me
encuentro con una serie de retos como por ejemplo, el décimo aniversario de la Institución, lo que permite evaluar y continuar progresando en el trabajo realizado; me encuentro también con un nuevo plan de desarrollo que abarca desde el presente año hasta el 2023; con una nueva estructura organizacional donde surgen algunas dependencias, otras se mantienen pero pasan a distintas áreas; con procesos de calidad con los cuales hay que ser muy cuidadosos para darles cumplimiento; y algo que es fundamental, y estamos en la lucha constante, es el cambio de carácter de Universitaria a Universidad, todo esto enmarcado en el trabajo en equipo”.
La Revolución Tecnológica es una realidad que influirá a gran escala el mercado laboral del futuro, en este escenario, se deben tener en cuenta los aspectos técnicos para la adopción y el aprovechamiento de nuevas tecnologías, pero por otro lado, hay un grupo de habilidades y actitudes que son igual de importantes y tienen que ver con lo humano, estos son la inteligencia emocional, la capacidad de negociación, la flexibilidad cognitiva, la toma de decisiones, el trabajo en equipo, la multiculturalidad, son lo que realmente le dan sentido al uso de estas nuevas herramientas tecnológicas en beneficio de las personas y la sociedad. Lo humano, entonces, es cada vez más relevante.
“Nosotros ya estamos cumpliendo 10 años, yo creo que uno de los retos grandes es que el egresado al salir de acá se sienta identificado no solamente con la parte agustiniana sino también con la parte evangélica, el mundo hoy en día adolece de la bondad, fácilmente nos quieren meter en el campo de la mentira, de la violencia, la inseguridad y el miedo, lo ideal es que el egresado Uniagustiniano tenga
criterio, que sea un líder proactivo, un líder humano, que se caracterice que donde vaya esté impregnado de paz, amor, verdad y justicia, una coherencia entre lo aprendido y lo que puede vivir. Que el joven no solo se quede con el título, sino que aprenda a ser exitoso en la disciplina aprendida, genere empresa y ayude a otros, y no hay que olvidar que el respeto y el amor por la familia es importantísimo”.
Las universidades deben propiciar cambios sociales, pero también adaptarse y responder a lo que sucede a su alrededor. Actualmente las personas viven más tiempo, demandan formación mucho más especializada, flexible y la posibilidad de continuar estudiando permanentemente. Sin innovar en pedagogía, didáctica y modelos organizacionales, sería imposible cumplir con los objetivos en educación superior.
“Dentro de los retos de las Instituciones de Educación Superior, siempre se debe apuntar a que las personas exploren y aprendan, que sean innovadoras, que se genere empresa y así mismo poder ayudar al otro; y formar en rectitud, que tenga criterio y valor, que sea persona útil y necesaria para la sociedad”.
Nada de esto será posible si abandonamos la construcción de paz y de instituciones sólidas que consoliden nuestra democracia. Por esto es necesario resaltar la importancia de las personas, la formación humanística y el modelo de universidad deseada.