whynot magazine #26

#26 ISSN 2309-4109

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CONTENIDO Claudia Ocampo: Lo duro de leer a Simone de Beauvoir p.6 Materia Dispersa: p.9 Jhony Carhuallanqui: La primera dama huanca p.10 Trini Schultz p.13 Ulises Gutiérrez: Mujeres p.14 Kattya Lázaro: Fotógrafas p.16 Idaluz Solís: He llegado hasta aquí p.23 Digna Butrón: Hasta que caiga el telón p.24 Jorge Jaime: Yo quiero ser una chica Almodóvar p.26 Sandro Bossio: Flores p.29 Diana Casas: Género, cultura y poder p.32 Tilsa Tsuchiya Castillo p.36 César Palacios: Persépolis p.38 Robhert Pimentel: Paula Scher p.40 Marlon Caro: Las mujeres en los cuentos de Borges p.46 Ricardo Rodríguez: Chabuca Granda y Lalá p.48 Jennifer Thorndike: La biblioteca prohibida p.50 Daniel Mitma: Jesús, María y Biblín: ¡Oh por Dios! p.53 Daniel Ruzo: La resaca p.56

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Lo duro de leer a Simone de Beauvoir Parece increíble, pero Simone de Beauvoir, una

de las teóricas más importantes del feminismo, cuya obra ha servido de guía para cientos de mujeres alrededor del mundo y a quien se evoca, a casi treinta años de su muerte, con un cariño maternal, ha sido calificada muchas veces de misógina. Abundan las evidencias entre sus acusadores. El segundo sexo, su libro más famoso, está lleno de alusiones al cuerpo femenino como una servidumbre o una condena. El amor es un instrumento de

Por: Claudia Ocampo

sujeción e incluso las relaciones lésbicas están condenadas a la violencia. Los ejemplos en los cuales la mujer solo es carne pasiva, a merced de los hombres o las mismas mujeres, que no pueden más que enviar a sus hijas, a sus nietas, a cumplir su rol como lo otro de la humanidad, son permanentes.

Su narrativa también pasa por la criba de la sospecha. La mujer rota podría leerse como un catálogo de mujeres arruinadas: una intelectual veterana, cuyo hijo se ha puesto al servicio

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del gobierno (siendo ella opositora) y cuyo marido empieza a arrastrarla al desánimo y la frustración; una neurótica que ha provocado el suicidio de su hija y que parece incapaz de darse cuenta de ello; un ama de casa abandonada primero por sus hijas y luego por su marido, y que al final del relato se sitúa con miedo ante un futuro incierto. Y en la novela Los mandarines, la vida de muchas mujeres, exceptuando a Ana, es mera contingencia: Nadine es ambiciosa, pero carece de las cualidades intelectuales de su madre y eso parece frustrarla; Paula vive tan enajenada por el amor que siente hacia Enrique que ni siquiera se da cuenta de que este ya no la ama, y termina enloqueciendo; Lucía Belhomme podría fácilmente ser catalogada como una arribista, mientras que su hija Josette se debate entre la sumisión a su madre, el recuerdo de un amor muerto y la imposibilidad de abandonar una vida frívola. Por el contrario, sus personajes masculinos, en su mayoría intelectuales, están siempre ocupados, creando, dirigiendo, conspirando, siendo la carne activa

en la conducción del mundo.

Pero leer así a Simone de Beauvoir sería un error. Ella misma reconocía que quizá fue misógina al momento de escribir sus líneas, pero que lejos estaba de odiar a las mujeres.

Su actitud se debía a que si ella se sentía capaz de liberarse, de bastarse a sí misma en toda su plenitud, ¿por qué las demás mujeres no podían hacerlo? Es por eso que en Los mandarines, aunque puedan parecer muy distintos entre sí, los destinos de Ana, Paula y Nadine se hacen comunes pues aún son parte de un mundo que hay que dejar atrás. Es por eso que, según Olga Grau Duhart, en cada relato de La mujer rota se enfrenta a la mujer consigo misma, para invitarla a un proceso de emancipación que solo puede lograrse al superar la soledad y el miedo. Y es por eso que El segundo sexo termina con un largo capítulo titulado “Hacia la liberación”.

Es cierto: leer a Simone de Beauvoir es duro, incómodo, desalentador. Y por eso mismo vale la pena.

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Por: Jhony Carhuallanqui

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La frágil tradición oral recogida con vacíos y

contradicciones, por Cieza De León, Cristóbal de Albornoz y Cristóbal de Molina, recuerdan que el dios supremo Apu Con Ticsi Huiracocha decidió poblar este Valle, pare ello de las entrañas de la Pachamama asomó un puquial del cual emergió Atay Imapuramcapia junto a su compañera Uruchumpi, pareja de la cual descendería toda la estirpe Huanca que estuvo a punto de ser exterminada por la furia divina, pues cuentan los taytas que estos descendientes olvidaron venerar al Supremo Hacedor y dirigir sus plegarias a un “dios local” llamado Huallallo Carhuancho por lo que fueron castigados con intensas lluvias primero y prolongadas sequias después.

Al final, el dios intruso fue aprisionado en lo que hoy es el nevado del Huaytapallana y desde allí ha jurado vengarse algún día y “devorar” el Valle para regresarlo a la prístina historia don-

de era una inmensa y desolada laguna, antes incluso de la llegada de los Amarus.

Para calmar la ira del Hacedor, la población avergonzada y temerosa erigió junto a su Pacarina el Templo del Manantial Sagrado o simplemente el Templo de Huarivilca con la intensión de renovar su lealtad y sumisión. Esta imponente construcción llegó a convertirse en un importante centro ceremonial donde el sacrificio de llamas y perros era usual, incluso Garcilaso de la Vega narra que este último formaba parte de su dieta ordinaria, pero que se refiere a una raza de perros extinta conocida como Huanca Allo. Se cree además, que el ánima de los dos primeros Huancas habita en los dos viejos molles que aún sobreviven ahí.

Entonces, Uruchumpi sería la primera Huanca, y ella habría enseñado a sus descendientes las artes de la cocina y la sabiduría de la medicina con plantas. Habría enseñado a secar

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la carne para el charqui, a preparar el chuño y la chicha de jora, también a preparar el patachi, el uchu con muña o huacatay, la cancha, las habas pushpo, así mismo a diagnosticar con el cuy y preparar los pagos a la tierra contra Chacho.

Madrugaba preparando el fiambre para la jornada en la chacra y organizaba las trojas para el repositorio de granos, preparaba la llipta para acompañar la coca en el chacchado y seleccionaba los granos para la mashqa.

Vestía con una cutuncha negra (llamada anaco por Waldemar Espinoza) y faja a la cintura, además de llevar una lliclla y usar ojotas (ushutas) hechas de piel de oveja y se abrigaba con mantas pullos. Ramiro Matos refiere la importancia de la familia en la organización Huanca, ámbito en el que el papel de la mujer habría sido determinante pese al predominio machista en las relaciones monogámicas. Las casas eran de piedra y barro en forma circular

de un piso y habitación única, espacio donde la administración le correspondía.

Es poco lo que se conoce de esta mujer, desconocida e ignorada, contrario por ejemplo a Catalina Huanca, que es sin dudas, la Huanca más conocida, no tanto por haber tenido como padrino de bautismo a Francisco Pizarro, sino, por la historia de un ostentoso tesoro que dejó oculto y al cual hace referencia Ricardo Palma en escritos que mezclan lo histórico con lo mítico.

Sin embargo, es cierto que la evidencia histórica se retrae a los vacíos de registros objetivos, pero, nos enseñan que desde siempre los hombres han querido explicar cuestiones básicas sobre su existencia y sobre todo sobre sobre su origen, así que Uruchumpi será la mujer que queramos que sea porque los mitos tienen la licencia de construir una historia, no de validarla.

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TRINI SCHULTZ Fine Art Photographer

Fotógrafa autodidacta nacida en Perú y radicada en California.

Se interesó tempranamente en arte gracias a su abuelo Ernesto Bonilla del Valle, pintor y poeta jaujino. Para crear imágenes pictóricas en un estilo personal, aprendió primero a colorear fotos analógicas en un cuarto oscuro fabricada por ella misma, luego aprendió las técnicas de Photoshop, y se nutrió, sobre todo, de la fotografía surrealista.

FOREVER HARMONIOUS. DIANA & ERNESTO

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Desperté. Abrí los ojos y lo primero que hallé

fue su mirada. De pie, al lado de su madre, sujeta del brazo de su madre como quien se sujeta de un poste, la niña me observaba. No entendí qué acontecía. ¿Quién era aquella infanta menuda de trenzas largas y ojos café? ¿Qué hacían ella y su madre en mitad de la habitación de mi madre, frente a la cama de mi madre, frente a mí y mi madre, cómo habían llegado hasta ahí? Mamá, en cambio, conversaba plácidamente. Animada, contenta, bromeando en quechua, dialogaba con la otra madre como si estuviera en mitad de la sala, como si fueran viejas amigas, como si fuera normal que aquellas dos extrañas se sentaran frente a nosotros y observaran cómo es que a mí, a los seis años de edad, todavía me daba

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Por: Ulises Gutiérrez por dormir al lado de mi madre. Sí, seis años encima y a mí, en esos días en que mi padre viajaba fuera de Colcabamba, en esas noches en que el frío de la sierra y la libertad de jugar hasta la hora que me diera la gana me dejaban los pies helados como palos de hielo, antes de ir a mi litera, antes de cerrar los ojos y terminar la jornada, todavía me daba por colarme en la cama de mamá, acurrucarme al lado de mamá, calentarme al calor de mamá.

La niña me observaba sin bajar la mirada. Yo cerré los ojos de vergüenza, me cubrí el rostro con la frazada y fingí que volvía a dormir.

Mamá continuaba hablando. Por las palabras quechuas que entendí, en efecto, aquella extraña mujer era una vieja amiga de visita.

Mamá estaba contenta de verla después de

años, contenta de tenerla en casa, contenta de conocer a su linda hija. Yo, en tanto, me retorcía tieso. ¿Por qué sentía vergüenza ante esta niña que seguramente tenía mi edad, que podía estar jugando conmigo como jugaban las otras niñas de mi calle? ¿Qué pensaba ella de mí?

Busqué una grieta en la frazada. Un hueco, un resquicio, un intersticio para verla sin que me viera. Y sí, ahí estaba ella todavía de pie, con su vestido amarillo y cintas blancas, con el cabello resumido en dos trenzas a lo Laura Ingalls en la tele; ahí estaba ella observando la habitación como quien observa un museo, mirando de rato en rato la masa abochornada y oculta bajo las frazadas que era yo. Esa fue la primera vez que me enamoré de una mujer. Y esa fue la última vez que dormí al lado de mamá.

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FOTÓGRAFAS Desde sus inicios, la fotografía fue una de las

pocas actividades que podían realizar las mujeres como ocupación laboral. A los precursores: Joseph Niépce y Louis Daguerre, quienes desarrollaban técnicas que fascinaban al mundo, se suman Constance Talbot (esposa de otro precursor, William Talbot) y su amiga botánica Anna Atkins, quienes además se disputan el lugar como la primera fotógrafa de la historia.

Con el tiempo, las fotógrafas empiezan la búsqueda de una identidad artística. Tal es el caso de Dorothea Lange (1895-1965), fotoperiodista que retrató las secuelas de la Gran Depresión estadounidense. O la de Gerda Taro (1910-1937), judía europea quien, junto con Ernö Endré Friedman, crearía la figura del fotógrafo Robert Capa, en honor a su actor favorito Robert Taylor y al director de cine Frank Capra. Taro y Friedman cubrieron la Guerra Civil Españo-

Por: Kattya Lázaro

la en 1936, y por ello es considerada como la primera fotoreportera de guerra. Diane Arbus (1923-1971) se inició como fotógrafa de modas junto con su esposo. Ya divorciada, y bajo la influencia de la película Freaks. La parada de los monstruos, su fotografía tomó un rumbo diferente: retrata freaks, dementes, nudistas y otras curiosidades humanas, utilizando flash directo, luces duras y gran nitidez. Nan Goldin (1953) retrata lo inusual: la belleza de la autodestrucción, lo cotidiano, su propia historia en casas de acogida, clubes nocturnos, hoteles, entre amigos, drag queens, gays, alcohol, sida, violencia y discriminación.

En nuestro país tenemos grandes representantes, prueba de ello son las fotógrafas Leslie Searles y Flor Ruíz, ganadoras de diversos premios nacionales e internacionales y expositoras en la muestra 45 Fotógrafas peruanas.

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“MADRE MIGRANTE” (1936) DOROTHEA LANGE

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"MARINES TOCANDO INSTRUMENTOS MUSICALES ABORDO DEL ACORAZADO JAIME I" (1937) GERDA TARO

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S/T (1971) DIANE ARBUS

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"AMANDA EN EL ESPEJO" (1992) NAN GOLDIN

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"JUAN GAVIOTA CHAPA PESCADITO" (2015) FLOR RUIZ

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DE LA SERIE : LA ÚLTIMA FRONTERA (2012) LESLIE SEARLES

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HE LLEGADO HASTA AQUÍ

Idaluz Solís Madrid ganó el Concurso Nacional de Poesía de Mujeres Scriptura (2011) auspiciado por el Pen Internacional del Perú y el Centro Cultural de España.

Luego de 30 años de trabajo de campo como Trabajadora Social, está dedicada a lo que venía reclamando su atención: la poesía.

He llegado hasta aquí para verte mejor para saber si tu amor aguanta este frío este sol que limpia telarañas y desaloja a los fantasmas más antiguos.

He llegado, he vuelto, aquí me siento al medio día abro mi pañuelo, extiendo mis acertijos examino uno a uno los días que viví contigo y analizo tus sombras que se esfuman como suspiros en este patio amarillo.

Aquí asoma el futuro como un niño en la ventana y cada mañana me obliga a improvisar cajones, bolsas para evitar que se derrame incontenible tu humo que medio ciego no sabe dónde meterse He venido hasta mi tierra para soltar mi cabellera a solear mis ropas que vuelven a tener color mis manos, mi cuerpo, que ahora reciben las auroras están cambiando Mi alma suele salirse cuando la estoy mirando mi corazón camina desnudo, se pasea con toda calma por mi patio como un niño que recién aprendió a andar Ya no le asustan los atardeceres, ni las horas a través de las cuales le solías llamar…

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HASTA QUE CAIGA EL TELÓN En el colegio, una amiga suya la persuadió para

ser parte de un grupo de teatro escolar y ella, por pura curiosidad, aceptó. Se trataba del Inti Teatro Isabelino. Pese a su timidez, este sería su primer paso en el teatro. Digna Butrón cumple 29 años como actriz y celebrará los 40 años de formación del grupo Barricada Teatro, su gran escuela.

Digna estudió contabilidad por un año, pero decidió dejar las cuentas y comenzar sus estudios de educadora, mientras seguía construyendo sus personajes, moviéndose en esa vida paralela que permite el teatro.

En Barricada se va formando con los talleres, presentaciones, críticas y compartiendo con otros grupos y artistas, como Yuyachkani, July Naters, Hugo Salazar, etc. Con Barricada crean un estilo propio de teatro antropológico-corporal, y son reconocidos como uno de los mejores grupos a nivel nacional y, sobre todo, dentro del

Movimiento de Teatro Independiente (MOTIN).

El estilo teatral que realiza (teniendo en cuenta más la presencia actoral, los movimientos, los gestos, el cuerpo expresándose y anteponiéndose a la palabra) exige una preparación física que Digna posee. Ella sola ha sostenido en el escenario monólogos memorables como Voz de Tierra que llama, Mamacha de las Mercedes y Antígona. Por esa energía que posee, July Naters la llama "súper Digna”.

Cuando Digna está sobre el escenario, nadie creería que hace años solía ser una chica de ojos llorosos, "ojos de gato", como le decía su mamá, pues ahora cuenta historias con sus movimientos, con su voz y sus experiencias. Digna Butrón se ha reinventado a sí misma y es ahora la mejor actriz en nuestro medio.

“Si yo tuviera alas, estaría volando por ese cerro”, me dice. Así es Digna, llena de energía y poseedora de gran talento.

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YO QUIERO SER UNA CHICA ALMODÓVAR Por: Jorge Jaime

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Mujeres al borde de un ataque de nervios,

mujeres que claman ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, una actriz porno que le dice a su secuestrador: Átame; Luci, Pepi y Bom y otras chicas del montón son las mujeres de Pedro Almodóvar el mayor de los cineastas españoles vivos.

El universo de Almodóvar (La mancha, 1948) está poblado de mujeres, tiene un sello propio y tiene nombre de mujer. Mujeres fuertes, mujeres listas, mujeres santas, mujeres fácil, mujeres lindas, mujeres feas, mujeres tiernas, mujeres fatal, mujeres tontas, mujeres madres, mujeres que no son pero quieren parecerlo, mujeres y más mujeres.

El arte de este manchego universal, más famoso que su coterráneo Don Quijote, es único. Tiene una estética propia (reconocible), colores estridentes, historias que rozan lo inverosímil, música popular diversa que acuchilla el alma y melodramas soberbios donde las mujeres sufren pero también aman con locura; mujeres que luchan y que lloran en

proporciones equivalentes, el melodrama es su territorio y las mujeres que lo habitan son las “chicas Almodóvar”.

Marisa Paredes, notable actriz española, y Cecilia Roth, argentina afincada en la madre patria, ex esposa de Fito Paez, son mujeres que estarán en las primeras cintas del cineasta pero también en sus obras maestras (Todo sobre mi madre, y en un cameo en —Hable con ella—). Victoria Abril, Carmen Maura, Rossy de Palma, Alaska, Francesca Neri, Rosario Flores (hija de Lola Flores), Leonor Watling, Chus Lampreave y en épocas más recientes Elena Anaya y Penélope Cruz conforman esa lista interminable de actrices que hicieron célebre el cine de Almodóvar.

Todo sobre mi madre (1999) es su primera obra maestra y reúne a varias de sus musas (Marisa Paredes, Cecilia Roth, Penélope Cruz).

El tema es la pérdida de un hijo y el volver al pasado; un transexual llamado Lola será la causa del dolor de estas mujeres valientes.

Hable con ella (2001) es probablemente su

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mejor película; es intensa, compleja, retorcida, visceral y, a la vez, una cinta sobre un amor homosexual que trasciende fronteras. Es también un melodrama atípico porque los que sufren son dos hombres (Marco y Benigno) que tienen a sus mujeres postradas en un coma profundo (Lydia y Alicia). Son dos hombres con una sensibilidad femenina en esta hermosa historia que es la consagración del español como uno de los genios del cine.

Pedro Almodóvar ha ganado dos Oscar, uno a mejor película extranjera por Todo sobre mi madre y otro a mejor guión original por Hable con ella y su filmografía tiene dos etapas reconocibles. Sus primeras películas son exageradas, escandalosas, provocadoras y frescas que reflejan la visión del cineasta por la vuelta a la democracia de su querida España después de años de dictadura Franquista; se conoce a esta revolución de las artes y la libertad como la “Movida Madrileña”. La segunda etapa nos presenta sus mejores películas: La Flor de mi

secreto (1995), Carne trémula (1997), Volver (2006), y La piel que habito (2011). Películas maduras, serenas, muy logradas, lejos del rock estridente, las drogas, el sexo y el punk que caracterizan a sus primeros filmes.

Los soundtracks de sus películas son un tema aparte; dan cuenta de un gusto musical colorido. La música popular iberoamericana nunca se disfrutó tanto como en sus films.

Almodóvar sabe dónde colocar la melodía exacta para crear atmosferas entrañables que escarapelan la piel. La gran Chavela Vargas le pone alma a varias de sus películas; los boleros, las rancheras, el flamenco nunca sonaron mejor que en sus historias.

Finalmente, Joaquín Sabina le dedica una canción que describe a las mujeres de su cine: Yo quiero ser una chica Almodóvar como la Maura como Victoria Abril, un poco lista, un poquitín boba, ir con Madonna en una limousine…como Bibi, como Miguel Bosé, pasar de todo y no pasar de moda…

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Por: Sandro Bossio Hace un tiempo mi novio me trajo un primoroso detalle de su última expedición biológica: un ramo de flores de una increíble belleza. Que las había cortado pensando en mí, me dijo, arriesgando su vida en los farallones de unos abismos boreales. No estaban catalogadas, eran de una especie única, todo un descubrimiento y las iba a bautizar con mi nombre. Las puse en un florero con abundante agua. Al contrario de las flores que son arrancadas de la tierra y van muriendo de a pocos, éstas iban operando una reacción contraria, cobrando vitalidad, vigorizándose con los días. Encargué a la muchacha del servicio su cuidado en mi ausencia y así se hizo hasta el día en que me comentó que las flores habían empezado a despedir un olor desagradable. Le respondí lo que pensaba, que eran pretextos para no hacer su trabajo y la conminé a cumplir con mis órdenes. Sólo duró una semana más. Se puso intransigente, dijo cosas horrendas de mis amadas flores, de mí misma, de modo que perdí la paciencia con ella. Desde entonces me quedé sola en la casa, a cargo de mis flores, que embellecieron hasta el límite con mis cuidados, y de tan grandes que se pusieron un día tuve que mudarlas a la habitación de huéspedes. No les gusta mucho la luz y por eso tengo que tener cuidado. Han crecido una barbaridad en estas semanas. Muestran mucho apetito. Lo malo es que ya sólo quedan dos extremidades de la empleada. No importa. La próxima semana regresa mi novio.

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En 1956, la mujer peruana votó por primera

Por: Diana Casas

vez; solo lo hizo la mujer letrada, y no fue hasta 1979, cuando el sufragio se hizo universal, que pudieron hacerlo también las analfabetas, una gran mayoría de mujeres. Salvo el feminismo; los historiadores y, en general, los científicos sociales han reflexionado poco sobre estos hechos que, presentados como grandes logros de figuras individuales, parecen cubrir de gloria la historia de la participación femenina en la vida democrática del país. Lo que descubren, sin embargo, es una marginación histórica de la mujer y una lentitud pasmosa en el reconocimiento de sus derechos.

Esta realidad forma parte de una visión donde la cultura, lejos de ser un elemento facilitador y conductor del desarrollo y la inclusión social; a partir de la inevitable diferenciación de género, opera como un obstáculo para el

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ejercicio de los derechos de las mujeres. Han pasado 60 años desde que la mujer tuvo acceso a las esferas de decisión política y, solo para citar un ejemplo, pese a que el 50 % del electorado peruano está compuesto por mujeres, aun la participación femenina en la función parlamentaria no alcanza el 25 % y se prevé que ni con los sistemas de cuotas de género se logrará este objetivo en los próximos diez años. La razón se encuentra en que las candidaturas masculinas se privilegian sobre las femeninas en las listas electorales y solo 2 de 10 candidatos que las encabezan son mujeres. Así, aunque existe el voto preferencial, los primeros puestos se posicionan como líderes en la preferencia de los electores.

En el tema de la subordinación femenina y de la conciencia de esta subordinación y de su contraparte, la dominación masculina, juega un papel central la cultura, esto es, las prácticas

sociales, las representaciones simbólicas y los valores. En las últimas décadas, ha habido mejoras significativas en la condición de la mujer al interior de las relaciones de pareja y de instituciones fundamentales de la sociedad como la familia, hay una presencia cada vez mayor de mujeres en puestos decisorios de la actividad pública y privada, y la condición masculina, al ser relacional, también se ha modificado. Sin embargo, en el orden de conseguir la igualdad de géneros, la cultura, moviéndose en el terreno de las subjetividades, de un lado, y de la autopercepción, del otro, ha jugado en contra. Hablan de ello los innumerables casos de feminicidio y la permanencia de las leyes que criminalizan el aborto.

El género es el campo primario donde se expresan y se construyen las relaciones de poder. El poder, dice Foucault, implica guerra,

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conflicto, lucha por mantener el statu quo o por transformarlo. El poder no reposa solo en los dominadores, también los dominados participan de él. Estos últimos lo sostienen, lo promueven y lo refuerzan cuando transmiten las ideas, discursos y prácticas de sus dominadores. No hay mejor forma de dominación que aquella en que los dominados se convierten en cómplices de los dominadores.

Un constructo histórico ha situado en el centro del universo a los hombres con una visión patriarcal. Desde esa posición de privilegio, en gran medida teniendo como aliadas a las propias mujeres y poniendo en juego diversos mecanismos de dominación, algunos hombres creen que tienen el poder de destruir moralmente, golpear o quitarle la vida a una mujer, mientras otros piensan que pueden decidir por ella sobre su vida, su cuerpo y su futuro.

Este constructo tiene que deconstruirse. Pero, como señala Gabriela Castellanos, no ha de hacerse para culpabilizar a unos u a otras; lo que interesa es “reconocer la culpa como uno de los mecanismos de dominación”, no el único ciertamente.

Se trata, entonces, de acceder al trasfondo de estas relaciones de poder y de los mecanismos de que se sirve, para entender que los paradigmas sobre los cuales se han sostenido tradicionalmente las relaciones de género en detrimento de las mujeres no pueden ni deben permanecer inalterables. Esto implica que las mujeres mismas tienen que llevar adelante la lucha por el cambio en la dinámica entre géneros, y que tienen que hacerlo en todos los espacios; empezando por el cultural y simbólico de las ideas y las representaciones, y el político de las decisiones.

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Theophilus Van Kannel inventó la PUERTA GIRATORIA, porque odiaba abrir la puerta a las mujeres.

Chalecos a prueba de balas, salidas de emergencia, limpiaparabrisas y las impresoras láser fueron INVENTADAS por mujeres.

VALENTINA TERESHKOVA fue Aproximadamente el 95% de

SUPERCENTENARIOS

(personas que viven 110 años o más) son mujeres.

la primera mujer en el espacio exterior, orbitó la Tierra 48 veces a bordo del Vostok 6 el 16 de junio de 1963.

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En el registro civil peruano, el ciudadano

japonés Yoshigoro Tsuchiya trata sin éxito de pronunciar la “r”, no lo logra. Su hija se llamará Tilsa y no Tirsa, como hubiera querido, en homenaje a Tirso de Molina.

Tilsa nació en Supe, sí, “Ese puerto existe” en versos de Blanca Varela, y al igual que la poeta, la pintora cultivó su propio estilo, erótico-surrealista. Su madre de ascendencia chino-andina y su padre japonés le enseñan mitos orienta-

les, los cuales combinaba con los peruanos, una mezcla rica y única que desemboca en pinturas e ilustraciones como las de Noé Delirante, el poemario de Arturo Corcuera. “Estoy pintando el mundo que va a venir”, solía decir.

Sus trazos son como versos. Tilsa dejó marcado un haiku del libro que José Watanabe, gran amigo suyo, le había prestado, con el cual elegantemente se despedía: “Luego de a ver visto la luna, dejo esta vida con su bendición”.

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Persépolis, el cómic —que fue hecho película

en el 2007—, es la autobiografía de Marjane Satrapi. Dividido en cuatro volúmenes, cuenta la historia de una niña que a fuerza de guerras y exilio se hace mayor en la más convulsionada época de revoluciones en Irán. El Sha persa incrementa la represión de su gobierno totalitarista y fundamentalista. Marjane, criada en una familia de simpatías comunistas, se topa con una situación que es más grande que cualquier ilusión infantil, que la lleva al exilio en Viena, donde la realidad occidental la obliga a desafiar sus principios culturales y su integridad moral.

La obra es una metáfora sobre lo difícil que puede convertirse el hecho de SER mujer: la contraposición de una sociedad convulsiona-

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Por: César Palacios da y represiva por creencias religiosas de un lado, y por otro la indiferencia de un mundo occidental que rechaza la cultura y el origen iraní de la protagonista. Si Marjane hubiera sido varón, su vida hubiera sido distinta. Ser soldado o mártir de la revolución, convertirse en líder religioso, sin necesidad de usar burka o velo son algunas de las opciones en las que hubiera caído su destino. En la actualidad no parece haber cambiado mucho este pensamiento discriminatorio. Por el contrario, parece que la patología social se ha normalizado, y podemos encontrar mujeres que curiosamente defienden a sus propios agresores. La hostilidad y la cosificación de la mujer rebosan los medios de comunicación y silban por la calle con un alarde de estulticia.

Es un ataque comparable con un bombardeo de aviones iraquíes, que genera el rechazo y las ganas de desaparecer —exiliarse— a cualquiera de sus víctimas.

El SER mujer en la sociedad contemporánea es la comprobación que Heidegger esperaba al decir que el ser humano es arrojado a un mundo hostil, y parece que no queda más remedio que adaptarse a la discriminación, o entender que el cambio inicia con el entendimiento. En palabras de la abuela de Marjane: en la vida te toparás con muchos imbéciles. Si te hacen daño, piensa que es su estupidez la que los impulsa a hacerte daño, así no responderás a su maldad, porque no hay nada peor en el mundo que la amargura y la venganza. Sé digna e integra contigo misma siempre.

Por: Robhert Pimentel

FOTOGRAFÍA: JOHN MADERE

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Paula Scher es una apasionada de la tipografía

y la topología. Está a la vanguardia del diseño gráfico por cuatro décadas. Su trabajo abarca la línea entre la cultura pop y las obras de arte; y apreciado tanto por sus clientes corporativos como por instituciones culturales.

Scher es socia de Pentagram, en las oficinas de Nueva York, desde 1991. Inició su carrera como director de arte en CBS Records en 1970.

A mediados de los 90 su identidad gráfica y de promoción para el Public Theater estableció una simbología totalmente nueva en el ámbito de las instituciones culturales.

Sus recientes colaboraciones arquitectónicas reimaginan el paisaje urbano como un entorno dinámico de diseño gráfico dimensional. Sus identidades gráficas para Citibank y Tiffany & Co, se han convertido en casos de estudio para la regeneración actual de marcas americanas.

Es miembro de The Art Directors Club Hall of Fame y del American Institute of Graphic Arts. En el 2000 fue galardonada con el premio Chrysler Design Award. En 2006 es galardonada con la Medalla Type Directors Club. Desde 1993 es miembro de la Alliance Graphique Internationale, donde en 2009 fue elegida como presidenta. Fue miembro de la junta directiva de el Public Theater y en 2006 fue nombrada para la Comisión de Arte de la Ciudad de Nueva York.

Su trabajo está representado en las colecciones permanentes del Museo de Arte Moderno y el Cooper-Hewitt National Design Museum de Nueva York, la Biblioteca del Congreso en Washington DC, el Denver Art Museum, el Museo für Gestaltung de Zürich, la Biblioteca Nacional de Francia y el Centro Georges Pompidou de París.

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Diseñado en 1985 para la empresa relojera suiza Swatch, parodia u homenaje al diseñado en 1936 por Herbert Matter.

El álbum Boston del grupo del mismo nombre, diseñado en 1976 por Scher con el ilustrador Roger Huyssen.

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Carteles del Public Theater de Nueva York, 1995.

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Grรกficos del exterior del New Jersey Performing Arts Center, 2001.

«Porque una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma» LA AGRADO

(Todo sobre mi madre) de Pedro Almodóvar

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Aunque menos numerosos que sus personajes

Por: Marlon Caro

masculinos, las mujeres que pueblan las ficciones de Jorge Luis Borges son memorables.

Uno de los primeros ejemplos se encuentra en Historia universal de la infamia. Basada en la vida de Ching Shih, una de las piratas más famosas del mundo, La viuda Ching, pirata nos presenta a una mujer quien, luego del envenenamiento de su marido por parte de sus primeros aliados, asume el control de su flota y ejerce el poder en base a códigos estrictos y violencia. También se cuenta algunas hazañas de Mary Read y Anne Bonny, corsarias no menos célebres que Ching Shih.

En El aleph y El zahir (cuentos hermanos en varios sentidos), la evocación de Beatriz Viterbo y Teodolina Villar, ambas fallecidas al principio de la narración, permite a los protagonistas contraponer el mundo ordinario a aquel que acaban de conocer gracias a objetos mágicos. Las imágenes de ambas mujeres,

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tan queridas al principio, desaparecen en el vértigo del aleph o son desvanecidas por la preeminencia del zahir.

Borges escribió, en el prólogo de El informe de Brodie: “Unos pocos argumentos me han hostigado a lo largo del tiempo; soy decididamente monótono”. El duelo pareciera ser otra versión de Los teólogos: Clara Glencairn y Marta Pizarro, ambas pintoras, “militaban [...] en el mismo ejército, anhelaban el mismo galardón” y aunque amigas, se enfrascan en un duelo silencioso durante años para demostrar quién era la mejor. Marta Pizarro (Aureliano), luego de la muerte de Clara Glencairn (Juan de Panonia), entiende que su vida ya carece de sentido. La mención de Dios en el último párrafo confirma la hermandad de ambos argumentos.

En Emma Zunz (cuento que tiene múltiples adaptaciones al cine) participamos de la ejecución de una venganza, pero también

del drama psicológico de la heroína; una de las pocas veces en que Borges toca el tema del amor es en Ulrica, aunque lo hace apelando a una de las constantes de su narrativa, una saga islandesa; María Justina Rubio de Jáuregui, La señora mayor, asiste a los preparativos de sus cien años: última hija de un prócer menor de las guerras de independencia de Argentina, Chile y Perú, es también el remanente de un mundo antiguo, que no sabe que ha perdido su vigencia.

Pero uno de los personajes más cautivadores es aquella inglesa de Historia del guerrero y la cautiva, quien abandona su isla natal y se deja conquistar por un mundo feral que termina aceptado con resignación o desafío.

Ricardo Piglia escribió, sobre el acto final de la inglesa, quien se tira al piso a tomar la sangre tibia de una oveja recién degollada: “lo vivido, la oralidad, las pasiones elementales, hay una poética ahí”.

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Chabuca Granda CHABUCA INÉDITA (2005)

Este disco, (atemporal) se recuperó de la cintoteca de IEMPSA, y su acertada distribución vino gracias al diario CARETAS el ahora lejano 2005. Tuvo que pasar 37 años para que estas 15 canciones vieran la luz.

Siempre es un placer escuchar la voz de Chabuca, su voz en canto y su voz en ideas, su voz en el dolor y su voz al abarcar la muerte, la soledad, el cambio y la vida al retratar y autorretratarse. Esta grabación nos confirma la búsqueda musical incansable que caracterizó a nuestra Chabuca. Un disco que suena tan actual e íntimo, amplio en emociones, pero cómoda en cada viaje sonoro que nos regala.

Mucho mérito también recae en ese guitarrista anónimo y en la posterior grabación del percusionista Gigio Parodi, quien aporta ese aire de frescura en esta obra, que esperamos se reedite con un tiraje más amplio.

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Lalá ROSA

(2014)

Giovanna Nuñez forma parte de esta nueva movida musical peruana, que a punta de ganas, empeño y autogestión está generando una década tan prolífica para la producción nacional.

Y lo que es aún mejor, es que gran parte de grupos y solistas vienen trabajando a un alto nivel musical y de composición.

Rosa es el primer disco de Lalá (Giovanna), quien entre diversos ritmos y géneros nos canta casi siempre acompañada de una guitarra acústica, pero es su potencia vocal la que nos atrapa y nos dice que “si la primavera nunca llega, dormiré hasta mi verano” para luego entre cajones peruanos decirnos que olvida “… las cosas dolorosas que me matan de ti” y que si “tengo un apocalipsis dentro mío”, “de fantasías se parte para empezar a creer en algo”.

En unos rápidos 36 minutos podemos escuchar el disco de Lalá, pero que de seguro serán muchas horas al repetir la nueva voz que ha entrado en la historia de la música peruana.

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Cuando era niña, visitar la casa de mis abuelos

significaba sobre todo adentrarme en una biblioteca muy grande e inaccesible. Tenía cuatro o cinco años y mis manos querían tocar los grandes volúmenes de enciclopedias o los gruesos lomos de los clásicos, pero mis piernas no eran los suficientemente largas para alcanzarlos. Entonces trepaba por los estantes, agarrándome de las maderas con temor pero con convicción, hasta que la temida voz de mi abuelo me obligaba a dar un salto y esconderme lo más rápido posible. No toques los libros, gritaba enfurecido. Vas a desordenarlos, vas a romperlos. No supe que en su biblioteca también había autoras mujeres hasta que, más grande, quizá a los diez o doce, cometí mi primer robo y me llevé de la biblioteca un libro que llamó mi atención por el título: Las olas. Más

abajo figuraba el nombre de la autora: Virginia Woolf. Acostumbrada a nadar en piscinas, las olas representaban para mí un misterio. Pero también el horror. Escondí el libro debajo de la chompa y mi abuelo, envejecido y menos amargado, esta vez no dijo no toques, no te lo lleves, no lo leas. Se limitó ignorar el hurto y se quedó callado. Y así leí por primera vez a una escritora mujer. No entendí el libro en su total dimensión o quizá no entendí nada. Tampoco sabía que la autora que recién había conocido no iba a publicar más porque había muerto mucho antes. Solo pensé que quizá yo también podía escribir. Y lo hice: redacté un cuento al que le puse de nombre “El fantasma” para mi clase de Lenguaje. La profesora me lo devolvió.

Había marcado sin piedad con lapicero rojo las faltas de ortografía, los errores de redacción,

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Por: Jennifer Thorndike los tiempos verbales incoherentes. Pero al final del texto, una pequeña nota también en rojo me sorprendió: está muy bueno, decía. Saqué dieciocho. Y tres años después decidí ser escritora.

Fue difícil encontrar escritoras que me influenciaran. Las razones son variadas: hay más escritores conocidos, en el colegio casi no se leen mujeres, las referencias son escasas. Yo no tengo influencia de ninguna escritora peruana porque cuando las buscaba, no las encontraba.

Es algo que lamento: en mi adolescencia me hubiera gustado observar a las generaciones anteriores de narradoras de mi país para saber si encontraba alguna que me motivara a seguir escribiendo. Carmen Ollé y Pilar Dughi llegaron demasiado tarde. Pero quienes sí llegaron a tiempo fueron dos escritoras claves que marcaron mi escritura: la argentina Luisa Valenzuela

y la chilena Diamela Eltit. En Valenzuela encontré la fuerza que se puede transmitir cuando se relacionan las pulsiones que produce el cuerpo con la intensidad de los sentimientos. De Eltit me impactaron las atmósferas opresivas y sus personajes subyugados y abyectos. Lo aspectos formales nunca dejan de ser importantes; sin embargo, creo quienes han influido más en mí son aquellas escritoras que ven el mundo de manera crítica y cuestionadora. Y para mí, la filósofa y teórica política Hannah Arendt fue clave. Me costó muchas horas leer y entender algunos de sus libros, pero todos me marcaron tanto académica como literariamente. Y luego llegó a mi Ágota Kristof, escritora húngara que me golpeó con cada página de sus novelas y me llevó hasta lo más bajo de la condición humana para mostrarme que los individuos en los que

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se confía también pueden ser seres monstruosos capaces de lo más terrible. Así veía yo también a mis personajes.

Con todo lo aprendido hasta ahora, estoy intentando construir algo nuevo: una literatura que no repita los moldes conocidos, que sea política sin recurrir a temas obvios y manoseados, que no se parezca a lo que he leído antes.

Y creo que no estoy sola: muchas escritoras latinoamericanas van por ese camino: Arianna Harwick, Andrea Jeftánovic, Guadalupe Nettel, entre otras. Por eso ahora estoy trepando nuevamente la biblioteca de mi abuelo, pero ya no para leer esos libros que ni siquiera me dejaba tocar, sino para avanzar entre ellos y apostar por una literatura diferente. Ningún otro objetivo me impulsa más que ese a continuar escribiendo.

Jennifer Thorndike (Lima, 1983). Escritora y académica. Ha publicado los libros de ficción: Cromosoma Z (cuentos, 2007), [ella] (novela, 2012 reedición, 2014) y Antifaces (cuentos/ ebook, 2015). Su siguiente novela Esa muerte existe fue publicada por Penguin Random House en 2016.

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ENTREVISTA

JESÚS, MARÍA Y BIBLÍN: ¡OH POR DIOS! Por: Kattya Lázaro y Daniel Mitma

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Los hemos visto en la televisión y el cine, y esta

vez pudimos verlos sobre el escenario: Manuel Gold, Guillermo Castañeda y Franco Cabrera estuvieron por nuestra ciudad hace unas semanas presentando ¡Oh por Dios!, comedia que aborda la Biblia con humor y sarcasmo. La obra cuenta con la brillante dirección de Rocío Tovar y ya tiene varias temporadas con salas llenas en Lima. No nos confirmaron si usaron los balones de oxígeno que tenían en los camerinos (por si les faltaba el aire), pero si nos contaron como inició este proyecto.

Dios ha convocado a tres actores para representar la Biblia. «Cada uno de estos personajes tiene una postura diferente frente a la Biblia, lo que la hace una comedia más rica aún», nos comenta Franco. Todos estudiaron en colegios católicos y han sido bautizados. Franco fue catequista, Guillermo («Guille») ha hecho de Jesús en toda la primaria, mientras que Manuel se autodenomina «100% ateo, o bueno, 99.9%».

Nos detallaron el reto que fue adaptar un libro tan extenso como la Biblia, la que tuvieron

que leer completamente, aunque Manuel confiesa, “Yo me he salteado algunas partes, como Deuteronomio”. Creo que fue bastante evidente que Manuel haría de Jesús, pero, ¿Franco de Eva y Guille de un loco Moisés? «El tema de dividir los personajes tipo: tú vas a ser Jesús, tú Moisés, él Abraham, tú Noé, se ha ido dando naturalmente para que el protagonismo no caiga encima de un solo actor sino que esté repartido». Comentan, además, que Judas Iscariote es un buen personaje y el piña de la historia. «Yo creo que Judas estaba comiendo tranquilo en el mercado… y de pronto se encontraba dándole un beso a Jesús. Yo lo imagino siendo víctima de toda esta situación, en la que él no quiso estar en ningún momento», responde Franco, con ánimos de reivindicarlo.

Esta a punto de iniciar la función, aún hay gente llegando, vemos a Rocío expectante, mientras Pamela, la productora, da la última indicación (« ¡Las fotos sin flash, por favor!»), se escucha luego la tercera llamada y las luces se desvanecen.

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“Entre los tres hacemos 40 personajes.

Imagínate son casi todos los libros del antiguo y nuevo testamento”, dice Manuel. Se detienen a pensar y preguntan a ¿cuántos metros sobre el nivel del mar estamos?, « ¡3200!» respondemos en coro. Se miran entre ellos, pero no parecen preocupados. De todos modos, Rocío ha puesto un balón de oxígeno a cada costado del escenario. Más tarde, Guille nos diría que en esta oportunidad ha sufrido más que en su presentación en Juliaca (4200 msnm), «pero es

FOTOS: KATTYA LÁZARO

parte de traer (la obra) acá y es un gusto sacrificarse», concluye.

Manuel comenta que la obra ha tenido un público variado y ninguna carta de queja. «Hemos tenido en el público a cristianos, agnósticos, ateos, sacerdotes, pastores, el presidente de la Asociación de Ateos del Perú, que ni siquiera sabía que existía, y todos nos han felicitado.

Todos deciden qué se llevan de la obra». Guille agrega: «No nos burlamos de los personajes, sino parodiamos las situaciones y eso se logra con lectura, investigación. Ha sido un trabajo bien bonito. Permite que tanto al ateo como al católico le guste».

La obra termina con una aclamación de pie a los actores y el selfie para las redes sociales.

El público wanka ha decidido divertirse dos horas y seis minutos, y se apresuran a hacer la cola para los autógrafos. Ya relajada, Rocío nos ofrece unos chocolates, la felicitamos por la puesta, ella agradece con la voz firme y que hoy nos parece tan divertida como cuando Manuel la imitó durante la entrevista.

Por: Daniel Ruzo ILUSTRACIÓN: ROBHERT PIMENTEL

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¿Quién no ha experimentado este malestar

general? Sea que lo llamen cruda después de varios tequilitas, guayabo por excesivo anisado colombiano o goma gracias a muchos roncitos centroamericanos. Siempre que hay amigos, buena conversa o celebración, podemos pasarnos de copas. Comienza en euforia y alegría, pero puede terminar en intoxicación, falta de coordinación y vómito. Definitivamente ayuda comer y tomar bastante agua, antes y durante, para contrarrestar.

El síntoma más común de ingerir demasiado alcohol es la deshidratación. Esta nos causa una sed desértica a media noche y/o dolor de cabeza al levantarse. Se debe a que el alcohol absorbe el agua de nuestro organismo, inclusive de las meninges que recubren el cerebro.

Pero la causa de la resaca son las toxinas del alcohol, sean naturales o procesadas por nuestro organismo. Al destilar, se evapora el alcohol, conjuntamente con sustancias residuales

llamadas congéneres, entre ellas: el metanol, la histamina y el acetaldehído. Por eso los pisqueros cuidan de ‘cortar la cabeza y la cola’ del destilado, eliminando gran parte de congéneres. Mientras que el whisky usa parte de la ‘cola’ o el final del destilado para obtener sus sabores malteados característicos, algunos productores destilan el vodka tres veces para hacer un licor más puro y neutro. Entonces, los licores menos destilados o de color más oscuro tienen más sustancias residuales. Consecuentemente, los que producen más resaca son, en orden: brandy, vinos tintos, ron, whisky, vino blanco, ginebra y vodka. Y no estamos considerando licores artesanales, rectificados o bambeados, algunos peligrosamente tóxicos.

Una aspirina al día siguiente, una cápsula de vitamina B y una gaseosa causan mejores efectos que los mitos del vaso de leche, jugo de tomate… o la cervecita (esta última un posible boomerang).

Edición

Kattya Lázaro Director de Arte y Diseño

Robhert Pimentel Dirección comercial

Diana Panez Publicidad y ventas

Daniel Mitma Distribución

Jhony Carhuallanqui Consultor

Jorge Jaime www.whynotmagazine.pe hola@whynotmagazine.pe 964 224 391 whynotmagazine whynotperu

AGRADECIMIENTOS

Materia Dispersa, Trini Schultz, Ulises Gutiérrez, Flor Ruiz, Idaluz Solís, Digna Butrón, Sandro Bossio, Diana Casas, César Palacios, Ricardo Rodríguez, Jennifer Thorndike, Daniel Ruzo.

Corrección de estilo: Marlon Caro Interior de contraportada: Álvaro Portales Portada: Leslie Searles

TIPOGRAFÍA

Títulos: Clarendon™ (Slab serif, 1845) Creada por Robert Besley

Revista bimensual - Tiraje 5000 ejemplares Precio de venta: S/.2.00 Huancayo - Perú / 2016