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CUANDO QUISE DETENERLA
Cuando quise detenerla ya traía sus ojos empañados de pena seco estaba el jardín de su infancia de abusos.
Cuando quise detenerla traía la belleza de una rosa clavada por espinas el temblor de junco.
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Cuando quise detenerla había volado a las tinajas de madera donde se maceran verdes o negras uvas.
Cuando quise detenerla ya bebía en adolescencia sorbos, sorbos de vinos para quitar tristezas.
Cuando quise detenerla era peregrina de amor nunca encontraba la ruta del árbol con sus raíces.
Cuando quise detenerla y aprisionarla fuerte era un suspiro azul revoloteando al viento y tuve que dejarla partir.
Marisol Rodríguez Lefebre