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2.2 Enmienda del mal comportamiento

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1.2 Autodisciplina

1.2 Autodisciplina

sobre el desarrollo evolutivo del pensamiento del hijo para justificarle y razonarle el porqué de las normas.

Es decir, el infante tiene que ir aprendiendo de sus propias construcciones y de las enseñanzas de los padres, los valores, los hábitos y las normas en general para la óptima convivencia en su entorno. Los padres tienen la responsabilidad de imponerle las reglas, los valores de la familia y también de mediar los acuerdos, en medida de lo posible para que el menor no corra riesgos.

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2.2Enmienda del mal comportamiento

Como ya se mencionó, la corrección del mal comportamiento debe tener sentido lógico para el niño, ya que una vez claro su error y desaprobación de conducta, difícilmente vuelve a incurrir en el fallo. Es importante mencionar que la manera en la que se corrige el mal comportamiento del menor debe ser asertiva, de tal modo que éste no deba sentirlo como un castigo, como una falta de afecto ni como una mala intención por parte del tutor, sino se corre el riesgo de malinterpretar el cambio. La flexibilidad y la empatía en la disciplina siempre tienen que ser una opción, ya que la enseñanza es un acto de consciencia y meditación para formar a los menores.

Siguiendo con el texto de García Correa y García M. (2009), menciona que quizás algunos padres piensan que la disciplina es un método que utiliza el castigo para obtener el control, pero la disciplina no tiene que ver con el castigo. Más bien, la disciplina familiar tiene que ver con enseñar, educar, preparar, entrenar, moderar,

construir habilidades y centrase en las soluciones. La disciplina es constructiva, alentadora, afirmativa, útil, afectuosa y optimista. Los niños no nacen con un manual de instrucciones, así que los padres necesitan encontrar un sistema que les permita confiar en sí mismo.

Así pues, es importante mencionar que cualquier método se debe adecuar a la personalidad tanto del infante como del tutor, pues al tratar con distintas personalidades puede que no siempre funcione, en especial en la transición del niño a mayor. Se debe tener en cuenta, que la personalidad del niño es cambiante con el paso de los años y en algunas edades puede resultar voluble a las llamadas de atención; también, un mismo método puede no funcionar con diferentes niños, es decir, lo que resultó con el primer hijo, puede no siempre ser lo adecuado para el segundo. En estos casos, el tutor o padre tiene la responsabilidad de crear un espacio personalizado e individual para cada infancia, con oportunidades para realizarse y sentirse satisfecho, tanto con su educación como sus metas personales; por eso es importante el diálogo entre ambas partes, pues así el menor expone sus necesidades y dudas y la figura de autoridad puede negociar entre sus puntos de vista y las reglas que se han impuesto.

El negociar y comunicarse es un vínculo que muestra respeto y autoridad, pero también concientiza tanto al niño como al padre en sus propias necesidades. Si el adulto sólo se enfoca en cubrir las necesidades del infante, fomenta la dependencia y la falta de valentía; así, si las necesidades se enfocan en el adulto, puede provocar

la sumisión, el miedo y la rebeldía. La disciplina tiene que ser el resultado de un equilibro entre la firmeza, el cariño y el respeto, tanto para los padres como para los hijos. García Correa y García M. (2009) nos menciona algunas normas paternas y maternas para tener dentro de casa para lograr un refuerzo positivo en el menor: 1. LOS PADRES DEBEN SER MODELOS POSITIVOS Los padres y madres son los primeros modelos de comportamientos para sus hijos, por eso deben cuidar mucho los comportamientos en casa y resolver los problemas y diferencias de la pareja mediante el diálogo y la comprensión. 2. HABLAR CON FRECUENCIA CON SUS HIJOS Y TRANSMITIRLES CONFIANZA PARA QUE LOS HIJOS A SU VEZ LES HABLEN CON CONFIANZA Es importante escuchar con interés lo que los hijos quieran comunicar, aunque los padres estén cansados o les parezcan tonterías. Hay que proporcionar confianza, seguridad, afecto y animar a los hijos a que hablen de lo que les motiva y lo que les inquieta y preocupa. 3. EDUCAR EN LOS DERECHOS HUMANOS Deben ayudar a sus hijos a reconocer los sentimientos de sus hermanos y de los demás, a sentir empatía, es decir, a ponerse en el lugar de otros y comprender sus sentimientos. Igualmente, han de aprender que todos somos diferentes, y que esta diversidad es valiosa. Hay que transmitirles los valores de respeto, la tolerancia, la no aceptación de la injusticia. 4. FOMENTAR LA AUTONOMÍA DE LOS HIJOS No deben protegerles excesivamente, sino facilitar su independencia y responsabilidad aunque algunas veces los hijos se equivoquen. No queremos decir que no necesiten guía y consejos, sino apoyarlos para que aprendan a tomar sus propias decisiones con responsabilidad. 5. ESTABLECER NORMAS CLARAS Y DIALOGADAS Los hijos deben saber claramente cuáles son las conductas que se esperan de ellos. Es mejor con- vencer que imponer. Para ello, hay que razonar según las etapas evolutivas sobre el porqué de las normas y, siempre que sea posible, permitirles

que participen en algunas decisiones y que opinen sobre algunas normas de convivencia en casa. De nada sirve proponer muchas normas si no se consigue su cumplimiento. 6. INTERESARSE POR LAS RELACIONES Y AMISTADES DE SUS HIJOS Los padres deben interesarse, pero sin agobiar, por los amigos y compañeros de sus hijos, por sus relaciones con ellos. No debemos pensar que, si algo va mal, el hijo es siempre el culpable o la víctima y el perdedor. 7. ESTIMULAR A LOS HIJOS A UTILIZAR CONSTRUCTIVAMENTE EL TIEMPO DE OCIO Hay que aumentar y fomentar aficiones y deportes para facilitar las relaciones con los demás. Que hagan los fines de semanas deportes, excursiones, teatros, lecturas. 8. HABLAR CON LOS HIJOS SOBRE CÓMO AFRONTAR LOS CONFLICTOS Hay que transmitirles las ideas de que los conflictos son algo natural en los seres humanos y que se producen continuamente en la vida cotidiana, ya que las personas tenemos diferentes intereses y necesidades: un buen ejemplo es cuando uno quiere ver la televisión otro hacer deportes. Lo importante es saber que hay muchas maneras de resolverlos, pero que la mejor manera es el diálogo y no la confrontación. 9. INTERESARSE POR CÓMO VAN EN LOS ESTUDIOS Y EN LA ESCUELA Es muy importante que los padres mantengan contactos con el centro educativo y se interesen por cómo van sus hijos. En ocasiones también es bueno hablar con otros padres sobre cómo favorecer la convivencia y el éxito escolar.

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