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3.4 Disciplina del docente
3.4Disciplina del docente
Así como se ha hablado de los estudiantes, también hay que tener claras las actitudes y aptitudes del docente para con sus alumnos. Es importante establecer cómo es que el profesor puede sacarle el máximo provecho a la disciplina para poder ejercer la enseñanza de la mejor manera.
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De acuerdo con el Material de apoyo Hacia una Disciplina Positiva, la palabra disciplina significa regularizar, mediatizar, ordenar, instruir, enseñar. No se puede enseñar donde no hay orden ni método. Para un maestro y maestra de escuela primaria y secundaria mantener la disciplina en el aula es tarea difícil. Los niños/as y adolescentes en la actualidad están sometidos a un caudal de estimulación que los han acondicionado a estar contantemente entretenidos y su capacidad de concentración parece haber disminuido. (FUNARTE, 2014) El docente siempre tiene que tener en cuenta que la disciplina es su herramienta más importante en su proceso de enseñanza-aprendizaje, pues gracias a ésta los alumnos aprenden a vivir como un miembro de la sociedad.
Es importante que cuando se quiere enseñar se prepare de manera exhaustiva lo que se quiere dar, se debe recordar a quien está dirigiendo, en qué nivel, qué características presentan las personas que van a escuchar, aunque las facultades de todo ser humano sean el entendimiento y la voluntad, no a todos se les puede tratar de la misma manera
El maestro siempre tiene que tener en cuenta que sirve como guía, pues el proceso educativo que imparta y su capacidad, dependerá que el alumno descubra la bondad del bien que se le propone adquirir. Se debe cuidar y motivar al alumno para que tenga su propio criterio, participe en el proceso de manera conjunta o individual, según sea el caso y coopere con todas las tareas para adquirir el conocimiento, habilidades y comprensión.
Por otra parte, dentro de su papel también debe estar al pendiente de que el alumno sepa utilizar lo aprendido e intervenir en su desarrollo según lo crea conveniente; dentro del aula de clases, el maestro es responsable de la educación de su alumno.
Estas son algunas estrategias que le permitirán al docente impartir disciplina dentro del aula de clases:
El primer día de clase comunicar las normas y las consecuencias de su transgresión, es decir, se deberá establecer expectativas de respeto dentro del entorno. Ser puntuales. Deberá estimular a los alumnos a partir de diferentes situaciones mediante diversos procedimientos o actuaciones. Deberá evitar el desorden del grupo instruyendo ciertas rutinas para controlar y coordinar secuencias específicas de comportamiento. Controlar la atención de los alumnos, por ejemplo, haciendo clases dinámicas. No comenzar a impartir conocimiento a la hora exacta, sino dar un tiempo para que los alumnos se aclimaten. No permitir que los alumnos abusen de la confianza de los profesores. Siempre inducir al diálogo para sondear qué tanto interés tienen los alumnos por las clases y así mejorar.
Algo que nunca debe hacer un docente es imponer castigos físicos al alumno para corregir sus actos; así como se mencionó en el tema Disciplina familiar, las reprensiones corporales carecen de resultados y sólo promueven la violencia en cadena, dando desconfianza al alumno y fomenta la indisciplina. Se deberá tener cuidado en ser asertivo en cuanto a la corrección de conducta hacia el estudiante, pues necesita hacerlo entrar en razón y que entienda lo que estuvo mal.
Uno de los más grandes problemas que se enfrentan los educadores, es la disciplina familiar, pues es el reflejo de la conducta del niño en el ambiente escolar. Skinner dice que el desarrollo de la infancia reviste especial importancia para explicar los patrones del comportamiento adulto, no obstante, se basa solamente en la especificación de las “contingencias de reforzamiento” que una persona experimenta durante su desarrollo. De esta forma, un niño recompensado cuando muestra curiosidad, tendrá una mayor tendencia a presentar una conducta curiosa en diversas situaciones, no sólo en la infancia, sino también en la edad adulta. Estos patrones de conducta aprendidos se convierten en las bases para los diferentes tipos de congruencia llamados “personalidad”. Si bien, así como hay efectos positivos de los actos positivos, sucede lo mismo con lo nocivo; un niño que es educado bajo un ambiente indisciplinado, suele imitar los patrones y exportarlos, dando un mal ejemplo a sus semejantes. El profesor en cuestión, tiene que entender que cada alumno es un ser humano diferente y también se tiene que adecuar a las distintas situaciones que se le presenten. De nuevo, la empatía, la flexibilidad y el diálogo son sus aliados para la disciplina.
Por último, no se les debe restar importancia a los alumnos al trabajar con ellos individualmente, pues puede contribuir a la ociosidad mental del grupo. El profesor debe trabar con toda la clase y ocupar la atención de todos, dándoles tareas definitivas e inmediatas para que las hagan; después de eso, deberá atender los problemas individuales de cada alumno. También, deberá haber rotación de responsabilidades de clase; el docente deberá dar sentido de responsabilidad a los estudiantes dándoles tareas de liderazgo que se rotaran cada cierto tiempo, para así asegurar la igualdad dentro del aula.