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(O) CIUDADES
En su función de gobernabilidad, las ciudades deben procurar mantener su propio espacio en orden , haciendo ecológico cualquier aspecto de la administración. Al renovar edificios públicos, el aislamiento debe cumplir siempre estándares de alta eficiencia energética. Debería buscarse también energía renovable para los sistemas de calefacción (cerca del 70% de las emisiones de CO, de Londres provienen de la energía de los edificios de la ciudad, ya sean domésticos, comerciales o públicos). El mantenimiento de los parques puede ayudar a reducir las emisiones de GEI, por ejemplo, mediante un uso mínimo de fertilizantes y la plantación de especies que requieran poco mantenimiento. Londres espera convertirse en la primera ciudad del mundo en utilizar LEDs (Diodo Emisor de Luz) en toda la iluminación de sus calles en el 2013. La iluminación LED utiliza un 40% menos de energía que la iluminación convencional, proporcionando además una mejor visión. El nuevo plan de iluminación pública de Ginebra espera reducir las emisiones de CO,, al reemplazar las farolas convencionales. Se espera que esta inversión de cerca de 3 millones de euros ahorre un 21-30% de electricidad y el porcentaje correspondiente de CO,.
La Alianza del Clima de las ciudades europeas con los pueblos indígenas de los bosques tropicales (www.klimabuendnis.org/start.htm) trabaja junto a las autoridades locales para reducir sus emisiones de GEI. Afirma que un punto de partida evidente es su propio consumo energético, que representa el 3-10% del total de energía empleada en una ciudad o municipio. Esto incluye la calefacción y la electricidad empleada en las oficinas municipales o en la iluminación de las calles, el tratamiento de aguas residuales, el bombeo de aguas, las flotas de vehículos municipales, las piscinas, etc. Los colegios y el urbanismo también pueden ser una responsabilidad municipal. Muchas autoridades locales han reducido su demanda de energía en un 15%, sin necesidad de una gran inversión, simplemente mediante técnicas de gestión de la energía como el control del consumo, el reconocimiento previo y un mayor control y eliminación de puntos débiles. Las medidas en las que se involucran a los usuarios de los edificios tienen grandes probabilidades de éxito, por ejemplo, la motivación y la concienciación, o los incentivos por el ahorro.
Las autoridades locales pueden plantear la eficiencia energética de forma sistemática, retroadaptando los edificios y los sistemas de calefacción, instalando sistemas de iluminación eficientes y construyendo unidades combinadas de calor y energía en los edificios públicos más grandes. También pueden tener una influencia considerable en la demanda de energía por parte del sector privado. Muchas empresas del sector público aplican políticas de incentivos, ofreciendo consejo y subvenciones a aquellos recursos usados de forma eficiente y servicios integrados de energía en el sector de la calefacción.
Iluminación de una vivienda durante un año (países ricos)
Producción de 100 Kwh de electricidad fotovoltaica en latitudes medias
Algunos están promoviendo el desarrollo de viviendas ecológicas, donde se garan- tiza el arrendamiento con unas determinadas condiciones específicas (esto es, sobre cómo el beneficiario debe construir y organizar su construcción). Londres planea utilizar este proyecto y ya es una realidad en el sur de la ciudad, en concreto, en el área residencial de BedZED. (www.peabody.org.uk/pages/ GetPage.aspx?id=170).
Los barrios ecológicos normalmente constituyen un concepto holístico de sostenibilidad, in- cluyendo principios de diversidad social y solidaridad económica con un consumo de energía y una generación de residuos mínimos. En BedZED (el área residencial Beddington Zero Energy Development) sólo se emplea energía proveniente de fuentes renovables para cumplir los requisi- tos de desarrollo, así que no aporta CO, a la atmósfera. El proyecto de BedZED está compuesto de 82 viviendas residenciales e incluye edificios para uso comercial, una sala de exposiciones y una guardería. Los edificios se construyen mediante materiales térmicos que almacenan el calor para liberarlo cuando la temperatura sea más baja. Además, todos los edificios están protegidos por un aislamiento de 30 centímetros. Las viviendas se organizan en terrazas orientadas al sur para maximizar el calor solar, lo que se conoce como estrategia solar pasiva. Cada terraza está delimitada por oficinas orientadas al norte, donde el aporte solar mínimo reduce las posibilidades de que haga demasiado calor y, por tanto, la necesidad de aire acondicionado. El calor del sol y el generado por los ocupantes en sus actividades diarias, tales como cocinar, es suficiente para calentar las casas y mantenerlas a una temperatura agradable. Así, la necesidad de calefacción se reduce o se elimina completamente. Otros ejemplos muy conocidos de barrios sostenibles son Vauban en Friburgo (sur de Alemania) y Bo1 en Malmó (Suecia). Hay una lista de barrios ecológicos americanos disponible en www.treehugger.com /files/2008/01/americas_10_bes.php.
En ocasiones, las ciudades son capaces de subvencionar edificios de "cero ener- gía", iniciativas privadas de paneles solares y fotovoltaicos, así como la calefacción geotérmica. También pueden animar a la renovación de viviendas privadas para el alquiler, proporcionando subsidios a aquellas mejoras que participen al ahorro de un determinado porcentaje de energía.