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Pedagógicos
PAULO FREIRE Y FRANZ TAMAYO: DOS PENSADORES PEDAGÓGICOS
Roberto Ágreda Maldonado5
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Resumen
Este artículo científico interpreta, en base a estudios que se hallan en los libros de y sobre Freire y Tamayo, los aportes más sobresalientes de estos intelectuales a la educación. Pone en evidencia las similitudes y las diferencias de los pensadores en sus países y la influencia de sus vidas en su reflexión sobre la pedagogía de su tiempo. Ambos intelectuales critican la formación de su tiempo y apuestan por una nueva educación con una visión renovadora. Se podría afirmar que Tamayo y Freire producen una revolución en el pensamiento, que aún se sigue sintiendo sus efectos en los ámbitos teóricos y académicos, como reflexión de la educación de los países latinoamericanos que solo hacen reformas y se percibe que
5 Es abogado, pedagogo, cientista social. Doctor (Ph. D.) en Ciencias de la Educación. Docente de las carreras de Ciencias de la Educación y Ciencias Jurídicas de la Universidad Mayor de San Simón. Presidente de la Sociedad Científica de Doctores en Educación (SCDE) de Cochabamba, Bolivia. Libros recientes: Filosofía de la Educación (6ª ed., 2018), Diccionario de filosofía (2018), Diccionario del poder (2018), Diccionario de psicopedagogía y neurociencias (2021).
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falta una verdadera transformación educativa, en la que Freire y Tamayo tienen sus aportes significativos. Palabras clave: educación bancaria, pedagogía del oprimido, educación para la libertad; bovarysmo pedagógico, diferencia entre instrucción y educación, pedagogía nacional.
Introducción
Escribir sobre la pedagogía en latinoamericana, desde hace varios siglos es un desafío inmenso, este trabajo asume ese desafío, para comparar, ver similitudes y diferencias entre el brasileño Paulo Freire y el boliviano Franz Tamayo, todo en forma sintética para fomentar su relectura de dichos clásicos, para arribar a nuevos conocimientos y mejorar las prácticas educativas, que tanta falta hacen ahora.
Esta investigación explora las biografías, buscar explicar la personalidad de ambos y hace énfasis en familiarizar sus ricas aportaciones a la educación de su país y en forma indirecta, a Latinoamérica. Este trabajo se emprende a 21 años de la desaparición física de Paulo Freire y 62 años de Franz Tamayo, ambos colosos de las ciencias humanas de su tiempo, que han motivado la publicación de muchos libros, en honor de los mismos.
Desarrollo
Formación de Freire y Tamayo Paulo Freire (1921-1997) estudió y se tituló de abogado y se formó en pedagogía en forma autodidacta y práctica dictando clases de gramática del portugués. Freire tuvo
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una gran personalidad tranquila, pero persuasiva y consecuente en la política y la pedagogía. Franz Tamayo Solares (1879-1956), también fue abogado, con un examen como estudiante libre, en
el que denota su gran personalidad, de carácter indomable y apasionado por la literatura, la filosofía, la política y la pedagogía. Al margen de los cuales, ambos leyeron mucho y tuvieron maestros importantes, el primero en el mundo religioso y el segundo, su propio padre y profesores privados de otros países, donde viajó su progenitor junto a su familia, el diplomático y escritor Isaac Tamayo Sanjinés.
Circunstancias históricas
Paulo Freire vivió regímenes democráticos y dictatoriales, unos le dieron trabajo y los siguientes lo exiliaron y le hicieron viajar, leer y conocer realidades, de los sectores empobrecidos de Chile, Bolivia, EE.UU. y África, parecidos a su país nacimiento, Brasil. Vio de cerca la pobreza, falta de alfabetización y la necesidad inaplazable de un cambio educativo en Latinoamérica y en los países pobres del mundo. Todo ello le hizo identificarse con los movimientos de la teología de la liberación y crear la pedagogía de la liberación de los oprimidos. Hechos que le impulsaron a escribir sus experiencias, las reflexiones sobre sus lecturas y perfilar una pedagogía para los oprimidos con una voz universal.
Por su parte, Franz Tamayo nació y vivió en un contexto de guerra del Pacífico, lucha militar y política despiadada por el poder en Bolivia (conservadores, liberales, radicales, republicanos y nacionalistas) junto con sus lecturas de los clásicos de la literatura y la filosofía del mundo, esculpió su
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carácter y orientó sus escritos poéticos y ensayísticos a las cimas más elevadas de la literatura boliviana y universal de su tiempo, con proyección al presente y al futuro de la humanidad.
De cómo Freire y Tamayo se dedican a la pedagogía
Paulo Freire indagó mucho tiempo con muchas reflexiones y discusiones con intelectuales del mundo y llegó a explicar que:
La educación como práctica de la dominación que hemos venido criticando, al mantener la ingenuidad de los educandos, lo que pretende, dentro de su marco ideológico, es indoctrinarlos en el sentido de su acomodación al mundo de la opresión (Freire 2014:82). Frente a ello, rebelarse significa ser críticos con lo que se aprende y con lo que se enseña. De ahí surge las ideas de la pedagogía del oprimido para conquistar la libertad a través de vencer la opresión, como una acción cultural con los empobrecidos. Franz Tamayo fundamenta la nueva pedagogía boliviana a partir de explicar la situación de los campesinos, desde sus fortalezas y sus desafíos. Él dice que: Probablemente el indio es una inteligencia secularmente dormida: en medio de las magníficas condiciones morales que han caracterizado siempre la historia del indio, se encuentra […] una deficiencia de organización mental y la falta de un superior alcance intelectivo. […] Es esta inteligencia india que es problema para toda pedagogía del porvenir. […] El indio sabe pocas cosas, pero lo que sabe, lo sabe mejor que nadie. […] Cuando el indio aprende a hacer un trabajo lo hace siempre sin la versalidad del cholo y sin la superficialidad del blanco; el trabajo es igual y su calidad es siempre la misma (Tamayo 2014:165-166).
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Paulo Freire ejerció la docencia del idioma portugués y en otra oportunidad, reemplazó a su esposa que era profesora en una escuela y luego ocupó un cargo de educación en su país, experiencias lo que le hicieron conocer de cerca los problemas educativos de su país, como la alfabetización y la terrible opresión en la educación que sufrían los estudiantes, como objetos, lo que le inspiró para pensar y vislumbrar la necesidad de una pedagogía de los oprimidos. En cambio, Franz Tamayo uno de los mejores poetas del mundo en su época junto a Rubén Darío6 , Leopoldo Lugones7 y Ricardo Jaimes Freire8 , ingresó al campo pedagógico, a través de la literatura política al polemizar entre julio y septiembre de 1910 con Felipe Segundo Guzmán, en el Diario de La Paz, Bolivia. Estos ensayos luego formarán parte de su libro Creación de la pedagogía Nacional (1910), obra capital de la filosofía de la educación tamayana, que prueba su capacidad de aplicar todo su saber filosófico enciclopédico a la pedagogía.
Libros e ideas pedagógicas importantes
Paulo Freire publicó más de 33 libros de diverso tamaño, la mayoría son ensayos; le siguen obras dialogadas o de entrevista con otros intelectuales y pedagogos. Sus primeros diez libros y también, los más importantes son los siguientes:
6 Autor nicaragüense del afamado libro de poesía modernista: Prosas profanas (1896). 7 Autor argentino del libro representativo de poesía modernista: Las montañas de oro (1897). 8 Autor boliviano del libro famoso de poesía modernista: Castalia Bárbara (1899).
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1. La educación y la realidad brasileña. Recife: Universidad Federal de Recife, de 139 p. (Tesis de para optar la cátedra de Historia de la Educación y Filosofía de Bellas Artes de Pernambuco) (1959). 2. El propósito de una administración. Recife: University Press, de 90 p. (1961). 3. La alfabetización y la conciencia. Porto Alegre: Editora Emma. (1963). 5. La educación como práctica de la libertad. Introducción Francis C. Weffort. Río de Janeiro: Paz e Terra, de 150 p. (1967). 6. Educación y concienciación: extensionismo rural. Cuernavaca (México): CIDOC / Cuaderno 25, de 320 p. (1968). 7. Pedagogía del oprimido. Nueva York: Herder y Herder, 1970. Río de Janeiro, Continuum, de 218 p. (1970). 8. ¿Extensión o comunicación? Río de Janeiro: Continuum, de 93 p. (1971). 9. La acción cultural para la libertad y otros escritos. Traducción Claudia Schilling, Buenos Aires: Tierra Nueva, (1975). 10. Cartas a Guinea-Bissau. Río de Janeiro: Paz e Terra, de 173 p. (1977). De los diez primeros libros, los más imprescindibles que le llevaron a dictar clases en la Universidad de Harvard fueron La educación como práctica de la libertad (1967) y Pedagogía del oprimido (1970), en los que expone la necesidad de la alfabetización de los pobres con palabras de su contexto y como concientización, una lucha por su liberación de su opresión económica y cultural. Asume la
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liberación es tanto para los oprimidos como para los opresores, que, según él, no saben que son oprimidos.
En el campo estrictamente pedagógico hace una revolución epistemológica y cultural. Se dedica toda su vida a destruir con crítica acertada a la pedagogía tradicional o educación bancaría, en el que se concibe a los estudiantes como alcancías o bancos donde los docentes depositan los conocimientos. Los docentes se muestran como sujetos activos, autoritarios; en cambio los estudiantes son objetos y sujetos pasivos de la educación.
Freire plantea una educación horizontal, dialogada y liberadora. Desmitifica que los maestros sean los únicos que pueden enseñar; prueba y fundamenta que todos se forman mediatizados por el mundo. Al respecto en su famoso libro: Pedagogía del oprimido dirá: “Nadie libera a nadie, ni nadie se libera solo. Los hombres se liberan en comunión” (Freire 2014:33). Más adelante completa la idea: “La concepción problematizadora y la superación de la contradicción educador-educando: nadie educa a nadie —nadie se educa a sí mismo—, los hombres se educan entre sí con la mediación del mundo” (2014:69). Lo que en general, es totalmente cierto. En el campo político: “La pedagogía del oprimido que, en el fondo, es la pedagogía de los hombres que se empeñan en la lucha por su liberación, tiene sus raíces ahí” (2014:49). Sigue su fundamentación:
Por el contrario, la pedagogía que, partiendo de los intereses egoístas de los opresores, egoísmo camuflado de falsa generosidad, hace de los oprimidos objetos de su humanitarismo, mantiene y encarna la propia opresión. Es el instrumento de la deshumanización (:49).
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Contra este tipo de educación se enfrenta Paulo Freire. Al respecto afirma:
Al contrario de la concepción ‘bancaria´, la educación problematizadora, respondiendo a la esencia del ser de la conciencia, que es su intencionalidad, niega los comunicados y da existencia a la comunicación. […] En este sentido, la educación liberadora, problematizadora, ya no puede ser el acto de depositar, de narrar, de transferir o de trasmitir ´conocimientos´ y valores a los educandos, meros pacientes, como lo hace la educación ´bancaria´, sino ser un acto cognoscente (Freire 2014:84).
La pedagogía del oprimido es una pedagogía problematizadora y un verdadero acto de conocimiento y transformación. Y al final de dicho libro concluye: La ubicación que, en términos aproximativos e introductorios, intentamos hacer de la pedagogía del oprimido, nos condujo al análisis también aproximativo e introductorio de la teoría antidialógica de la acción y de la teoría dialógica, que sirve a la opresión y a la liberación, respectivamente (:226). Entonces, la teoría del diálogo está relacionada con la pedagogía del oprimido; en cambio la teoría antidialógica está en relación con la pedagogía de la opresión. Paulo Freire desde los 38 años adelante escribe asiduamente, brinda conferencias y desarrolla una cruzada pedagógica por la alfabetización y una pedagogía del oprimido desde una perspectiva política híbrida teológica y marxista.
Por su parte, Franz Tamayo primero escribe poemas a los 19 años, luego ensayos, más adelante. La obra que le ha inmortalizado es Creación de la pedagogía nacional (1910), que plantea crear una pedagogía para indios, mestizos y blancos.
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Franz Tamayo ya en su época criticó lo que abundaba y todavía abundan en aulas de la educación superior, personas que tiene una cultura de periódico, de revista o de partecitas de milímetro de profundidad. Él interpretaba que “son los libros que obran sobre las inteligencias, y no las inteligencias sobre los libros, sobre la vida y sobre todo” (Tamayo 2014:35). Estas personas reflejan lo que dicen los libros que han leído y no pueden construir pensamientos propios. Lo que vale como duda y necesario examen que se debe hacer de toda libro o texto, para tener una propia idea, una valoración personal, en síntesis, para diferenciar lo que dicen otros y lo que uno mismo dice o piensa. Eso no quiere decir que uno no se identifique con algunas ideas de los clásicos u otros autores, sin embargo, también se puede estar en contra y en forma expectable, tener ideas más avanzadas o avanzar sobre las ideas de los otros autores.
El autor de la Creación de la pedagogía nacional, crítica ácidamente la pedagogía de su tiempo incluso responde a la crítica que le hacen, de sus primeros escritos filoeducativos y expresa: Y antes de precisar definitivamente la gran cuestión, debemos rectificar la absurda incomprensión que ha acogido nuestras ideas, de parte del bovarysmo pedagógico, que ha hecho de la educación nacional su hacienda y su usura (2014:97). Y ¿qué es el bovarysmo científico y su transferencia en materia educativa?, esto es precisamente lo que expone en el capítulo V de su libro irredento.
El bovarysmo científico es explicado magistralmente por Franz Tamayo y con una lucidez exquisita. Para el autor
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de Creación de la pedagogía nacional, el bovarysmo científico, se explica como consistente en aparentar, respecto de sí mismo y de los demás, tal vez sinceramente —no se sabe—, una cosa que no es realmente, y es la simulación de todo: talento, de la ciencia, de la energía, sin poseer naturalmente nada de ello (: 34). Simulación científica sin tener certeza de nada. Y ¿qué es el bovarysmo pedagógico? “En materia educativa que nos ocupa, se trata de la simulación de la ciencia pedagógica” (:34). Los bovarystas no tienen la única cualidad y labor fundamental que es crear (:35). “Pero posee todos los demás talentos, sobre todo uno, el de calco y el de plagio, que son los talentos bovárycos por excelencia” (:35). Además, estos simuladores tienen dos características: “una pobreza radical y fundial de inteligencia científica, y por otra parte el apetito de vivir bien. Inteligencias pobres y perezosas” (:35). Tal la caracterización, que hasta hoy se puede reconocer en los impostores que juegan a autoridades y “grandes representantes” de la educación de muchos países del mundo. Se coincide con César Chávez Taborga, que la propuesta pedagógica de Tamayo, que aclara qué tipo de educación desde la teoría asume Franz Tamayo:
Una pedagogía nuestra, medida a nuestras fuerzas, de acuerdo con nuestras costumbres, conforme a nuestras tendencias y gustos y en armonía con nuestras condiciones físicas y morales (Tamayo cit. por Chávez 2007:114). Franz Tamayo perfila una nueva pedagogía nacional en base a lo nuestro, a la fuerza del carácter nacional (especie de psicología social), energía de los indígenas, la voluntad de hacer bien las cosas, el trabajo científico creativo y
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transformador. La pedagogía de Franz Tamayo, podría llamarse como corriente “energismo pedagógico” (Blanco 1955:56), porque hace énfasis en la fuerza, el carácter indígena, y esas características servirá para superar lo que impide el desarrollo individual y social de los bolivianos. Parece cierto que “Tamayo entiende la educación como Sócrates y Platón, ella no viene impuesta desde afuera. En Tamayo es una relación del hombre con la Energía” (Ferrufino 2007:135). Energía que deviene de las montañas, la tierra, principalmente andina. Por esto, el mismo autor de Creación de la pedagogía nacional, afirmará:
Hemos comenzado por sentar el gran principio que el objeto de toda pedagogía y de todo esfuerzo bolivianos, no debe ser, en último término, ni la ciencia, ni la riqueza, ni la misma felicidad nacionales, sino la energía nacional, a todo trance, a pesar de todo, en todo y para todos (Tamayo 2014:157). Con lo anterior, hay que entender que uno de las grandes contribuciones tamayanas a la pedagogía es el principio de la energía nacional, como rasgo de potencia de los habitantes de un país, fruto de sus relaciones de eses seres humanos con la tierra, con otros hombres y con la misma cultura de su tiempo. En un intento de hacer práctico el planteamiento tamayano se explica así:
La grande base pedagógica de indio debe ser su carácter y su moralidad. […] Y resulta entonces que la pedagogía del indio debe ser más bien una obra de paciencia y de método, que de inteligencia y de razonamiento puros. […] El indio más que nadie demanda un pedagogo ante todo psicólogo. Este necesita conocer sobre todo el arte de mover la voluntad y de plegarla a las necesidades de la
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instrucción, tratando del indio. El indio demanda una pedagogía de amor y de paciencia; el mestizo una pedagogía disciplinaria, regimentativa e intelectual debemos precisar más, la una debe ser una pedagogía más instructiva, la otra más bien educativa. La base de operaciones en el indio es su carácter; en el mestizo su inteligencia; y, por otra parte, la pedagogía de ambos debe dirigirse a las definiciones de cada uno (Tamayo 2014:166-167). Franz Tamayo, dice instruir al indio, educar al mestizo “y sin la superficialidad del blanco; el trabajo es igual y su calidad es siempre la misma” (Tamayo 2014:166). La realización educativa, tiene que responder a las necesidades de estos tres sectores sociales.
Filosofía de la educación de Freire y de Tamayo
Paulo Freire confiesa que: “La pedagogía del oprimido, que busca la restauración de la intersubjetividad, aparece como la pedagogía del hombre. Solo ella, animada por una auténtica generosidad, humanista y no ‘humanitarista’, puede alcanzar este objetivo” (Freire 2014:49). Entonces la pedagogía del oprimido es la pedagogía del hombre, por tanto, de la formación integral del ser humano. En cambio, Franz Tamayo diferencia a los bolivianos y dice por qué: Porque aceptamos que, tratándose de educación, si por ella se entiende la formación del carácter y su máximo sabio desarrollo, las condiciones nativas de carácter del indio son tales, que bien podría el indio servir de paradigma educativo a todos los pedagogos blancos, y educarlos, caso de poseer los medios culturales que no posee, y no viceversa” (Tamayo 2014:166). De la cita precedente se comprende que, para Franz Tamayo, la educación sería la formación del carácter del
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indio, que por sus cualidades naturales, podría servir de paradigma para educar a blancos. La Filosofía de la Educación como asignatura de las carreras de Pedagogía y de Ciencias de la Educación de las universidades bolivianas, estudia los problemas filosóficos del proceso educativo, cuestiona la teoría pedagógica y analiza la práctica educativa en el sistema de la educación de una determinada región o del país, en un contexto socioeconómico y en un momento histórico determinado.
Germán Iván Martínez Gómez, concibe que la filosofía de la educación es el esfuerzo por alcanzar un saber totalizador y no parcial del fenómeno educativo. Problema, éste último, que fue señalado reiteradamente por Freire (1989) cuando dice que ‘[…] en la historia de la educación se enfatiza uno de los componentes del proceso educativo por encima de los otros’ […]. Así lo pensaba Freire (1989) cuando afirmó que todo ‘énfasis que llegue a la exclusión de los demás componentes de la práctica educativa, nos lleva a equívocos, a ingenuidades. Hay que comprender la importancia de la práctica educativa en su totalidad, en su globalidad’ (Freire cit. por Martínez 2015:59-69). En una primera aproximación la práctica educativa, aparece como algo fundamental para el pensamiento filosófico educativo de Paulo Freire. La práctica educativa puede visualizarse desde el idealismo objetivo y desde el materialismo dialéctico. Freire cuando alude a la necesidad de la liberación de la opresión no solo del oprimido sino también el opresor, se define en el idealismo objetivo, porque los opresores conciben su liberación a través de la opresión de los explotados, lo que les brinda plustrabajo y
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plusvalía en sus medios de producción como las empresas, bancos y las transnacionales. Por tanto, la filosofía de la educación de Paulo Freire es idealista objetiva y asimismo está en relación con el idealismo moral, por la proyección de su práctica alfabetizadora y teoría pedagógica en pos de la liberación (Ágreda 2014:91). Sin embargo, no ayuda mucho lo que se diga, que la filosofía de la educación de Paulo Freire, heredó una concepción del mundo y de la vida, una visión del hombre y la sociedad; desde luego, también defendió una reflexión constante sobre la educación, sus problemas y desafíos, componentes y retos. Y es que, como él mismo dijo, “toda práctica educativa implica una teoría sobre la educación” (Freire cit. por Martínez 2015:60). Al defender el amor al mundo, a los hombres y a la Tierra, el educador brasileño inspiró un movimiento que hombres como Moacir Gadotti han puesto en marcha. En su Pedagogía de la Tierra, Gadotti (2002) habló sobre la sociedad y educación sustentable, la conciencia, ciudadanía y civilización planetarias, la eco-pedagogía y, desde luego, refirió también la educación del futuro (Martínez 2015:68). No se debe olvidar que Paulo Freire fue parte del Partido de los Trabajadores del Brasil y alentó de los movimientos de los Sin Tierra y los sin educación de los sectores empobrecidos del mundo.
Curiosamente, Franz Tamayo, dijo: “La tierra hace al hombre, y en este sentido la tierra no solo es el polvo que se huella, sino el aire que se respira y el círculo físico en que se vive. La tierra tiene un genio propio que anima al árbol que germina y al hombre que sobre ella genera” (Tamayo 2014:185-186). Idea genial idealista que se enlaza con la explicación histórica: La primera aplicación del nacionalismo perennista a favor de los bolivianos la hizo
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Isaac Tamayo, y la perfeccionó su hijo Franz —gran rival de Arguedas— haciendo hincapié en la ‘mística de la raza’: el indígena es el mejor boliviano —dijo Tamayo en 1910— (Molina 2015: 64). Con estas y otras cuestiones, en Bolivia, en la época de Tamayo se teorizó el telurismo y luego, la mística de la tierra como expresiones filosóficas idealistas objetivas que se basan en explicación de que la realidad a partir de ideas como la tierra se expresa en el carácter del autóctono, prototipo del hombre boliviano. Es cierto como afirma, José E. Carrillo, los restantes aspectos del problema educativo son: Problemas filosóficos, problema científico y técnico y un problema social y político (Carrillo 1986:145). Lo anterior, incide en el momento histórico actual en el que se revaloriza el pasado, en muchos campos, también en el campo educativo. Tema que se discurre en la pedagogía de la Tierra, en las instituciones de educación superior en Bolivia, algo similar al trabajo de Gadotti, hace un par de décadas antes en el Brasil.
Para Tamayo, los gobernantes liberales de la primera década del siglo XX eran cretinos por las decisiones políticas que tornaban prescindiendo de tener en cuenta a quiénes educarían. […] Tamayo rechazó el racismo dominante en el siglo XIX, que acusaba al indio de alcohólico, egoísta, perezoso y fanático (Lozada 2010: 53). Esta actitud positiva, la de valorar al autóctono, le llevó a Tamayo plantear una pedagogía para el indio, el blanco y el mestizo. En el fondo se halla una filosofía educativa idealista, porque parte de la realidad, la tierra, el indio, el carácter y la energía nacional, no desde la materia sino desde la idea. A pesar, de ello, le anima un amor al ser
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humano y a la necesidad de forjar al gran boliviano, hombre de ciencia y con una energía que deviene de la naturaleza. Una pedagogía actual, además de lo expuesto sucintamente por los autores mencionados, es necesario adquirir conocimientos de las neurociencias (sistema nervioso, la mente, las inteligencias) y la kinesiología educativa (la influencia del desarrollo de la psicomotricidad en el desarrollo intelectualidad). Asimismo, utilizar el internet para potenciar el desarrollo intelectual y la producción científica.
Conclusiones
Por todo lo expuesto se ha arribado a los siguientes hallazgos: Primera. Los abogados Paulo Freire y Franz Tamayo, ha aportado a la pedagogía desde la necesidad de superar la pobreza en Brasil, y la pobreza intelectual en Bolivia. El primero a partir de conocimientos educativos de la realidad opresiva del capitalismo y el segundo, con un enfoque filosófico, pedagógico teórico que busca superar la crisis educativa liberal.
Segunda. Paulo Freire trabajo y escribió una pedagogía a partir de la práctica de la alfabetización liberadora y una pedagogía del oprimido como una revolución epistemológica transformadora que dejará huella hasta el presente. Tercera. Franz Tamayo, trabajo una pedagogía para Bolivia e indirectamente para el mundo, en base a la realidad nefasta de la educación boliviana, donde reinaban el bovarysmo pedagógico. Lo hizo como una revolución
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epistemológica intelectual para plantear la necesidad de crear la pedagogía boliviana e inducir al boliviano a superarse a sí mismo, con la fuerza de los indios y el carácter que deviene de la tierra.
Cuarta. Paulo Freire concibió la educación como actividad política y cognoscitiva. Franz Tamayo, asumió la educación como una tarea científica, filosófica y cultural. La pedagogía de Freire es del oprimido y de Tamayo, es el energismo pedagógico. Quinta. Tanto Paulo Freire como Franz Tamayo escriben con el enfoque del idealismo objetivo el idealismo moral. Ambos han influido para que, en sus países, con sus propias particularidades, se forjen pedagogía de la tierra.
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