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Cultivos de servicios: manejar malezas con menor impacto ambiental

Los cultivos de servicios ayudan a mitigar el impacto de malezas tolerantes y de complicado manejo. Un panel que brindó herramientas y recomendaciones para un manejo eficiente.

Convencidos de que el todo es más que la suma de las partes, este panel convocó a dos referentes en manejo de malezas, cultivos de servicios y rotaciones. “Por un lado, Gervasio Piñeiro, investigador y docente de la UBA, quien hace ciencia todos los días desde el ámbito académico; y por otro lado Sandro Raspo, productor que aporta desde la práctica”, dijo Guillermo Rivetti, moderador y encargado de dar inicio a la plenaria. El primero en tomar la palabra fue Gervasio Piñeiro, quien interrogó a su público acerca de qué producen: “Seguramente muchos producen soja, maíz, trigo. Pero además de granos, pueden producir materia orgánica o servicios de polinización, por ejemplo”, dijo, para así referirse a los servicios ecosistémicos de regulación y soporte, y dar pie a la temática de cultivos de servicios (CS). “Debemos pensar en qué servicios necesitamos para luego elegir el mejor cultivo que pueda brindarnos lo que buscamos”, remarcó. Según la literatura científica, los CS logran muy buenos resultados en materia de control de malezas. Sin embargo, no se observa una incorporación amplia entre los productores. Tomando como referencia los resultados de una encuesta a productores, enumeró los principales factores que inciden en este punto: “La falta de conocimiento, el costo, el consumo de agua, el mayor nivel de manejo agronómico, entre otros motivos”. De la misma encuesta también se desprende que la mayor necesidad de investigación o transferencia refiere a las especies adaptadas a cada zona y al manejo agronómico de cada especie. “En este sentido, la Red de Cultivos de Servicios Aapresid-Basf se propuso dar respuesta a estas necesidades”, dijo el especialista. En lo que refiere a malezas, remarcó que los CS contribuyen mediante varios mecanismos: competencia por recursos; concentración de las emergencias en el tiempo; menor crecimiento de las malezas por el efecto del rastrojo; efectos alelopáticos de los CS o de su rastrojo; y un aumento de los predadores naturales de malezas. A modo de cierre, destacó la importancia de usar los conceptos de la ecología para producir y valorar todos los servicios ecosistémicos que producen. “Los CS permiten aprovechar la energía no usada por los cultivos de cosecha y destinar a servicios deteriorados. La elección de especies de CS con rasgos asociados a uno o varios servicios a mejorar es clave, así como pensar en todos los servicios y luego armar la rotación”, insistió. A continuación, Sandro Raspo, ingeniero agrónomo y consultor privado con una reconocida trayectoria en los sistemas bio-integrados, compartió su experiencia en esta temática, haciendo foco en la biodiversidad y el cuidado del medio ambiente. Para abrir su disertación, compartió un diagnóstico de situación: en los sistemas agrícolas actuales se incrementaron las dosis y frecuencias de aplicaciones de herbicidas, siendo la principal causa de esto la aparición de malezas resistentes y tolerantes o de difícil control. El costo anual de control de malezas en los diferentes sistemas alcanza aproximadamente los 1.300 millones de dólares, pero podría llegar a ser mucho mayor si se continúa esta tendencia de sistemas simples que generan manejos complejos, lo que incrementa también las pérdidas de rendimiento e impacto ambiental. Según señaló el especialista, los cultivos de servicio invernales representan una práctica con potencial para reducir el uso de herbicidas en post emergencia de soja, y citó los ensayos (macros) realizados durante la campaña 2017/18 en distintas zonas del país, que permitieron cuantificar y dimensionar el efecto de mono y poli especies utilizadas como coberturas. “El control que realizan los policultivos sobre carga de malezas logran eficiencias de control respecto al testigo mayores al 85% (Figura 1). Una alternativa para adelantar la fecha de siembra de los cultivos de servicio se presenta con máquinas que distribuyen al voleo”, dijo. Y acotó que este adelantamiento en la siembra permitió excelentes controles (>80%) sin uso de herbicidas posteriores y que la distribución aleatoria y la colonización de diferentes espacios mejoró la distribución de raíces y anclaje de la especie. Raspo precisó que con la aparición de las malezas duras en cultivos como soja o maíz, el índice de impacto ambiental aumentó el 30%, algo que puede disminuir con el uso de cultivos de servicios y más si se finaliza su ciclo con un rolo crimper. “Estas herramientas apiladas (cultivos de servicios + uso de rolo) permitirán producir en forma más amigable con el ambiente y reducir los conflictos entre lo urbano-rural”, resumió.

A modo de conclusión, refirió que los cultivos de servicios en los sistemas de producción actuales agrícolas y mixtos permitirían mitigar el impacto de malezas tolerantes y de complicado manejo, reduciendo cantidad e impactando sobre su dinámica.

De izq. a der. S. Raspo, G. Piñeiro, G. Rivetti

Plenaria: Manejo en malezas, cultivos de servicios y rotaciones. El todo más que la suma de las partes

Disertantes: G. Piñeiro (UBA) S. Raspo (productor) G. Rivetti

Figura 1. Efecto de las distintas especies sobre la cantidad de malezas por unidad de superficie.

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