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Crotalaria: el cultivo all inclusive edición verano
Buena producción de biomasa, gran potencial de fijación biológica de nitrógeno, adaptada a ambientes marginales y eficiente en el uso del agua, son algunas de las características que definen a la Crotalaria, un cultivo de servicio estival que suma cada vez más adeptos.
Por Ing. Agr. María
Eugenia Magnelli
El uso de cultivos de servicio en Argentina viene en alza. Buscar alternativas para mejorar la calidad de los suelos y la eficiencia del uso del agua, generar cobertura para reducir la erosión, aportar nutrientes y reciclarlos en el sistema, y mejorar la competencia con las malezas son algunas de las razones que motivan su incorporación dentro de la rotación.
Por presentar un ciclo de desarrollo estival, al igual que los cultivos estivales de producción de grano más relevantes en la rotación, algunas especies que brindan servicio en este período están un poco relegadas. No obstante, en determinados planteos, eligiendo la especie adecuada y teniendo en cuenta ciertos aspectos de manejo, podremos incluirla sin resignar beneficios ni rendimiento.
Nos Acompa An
En esta oportunidad vamos a enfocarnos en crotalaria. Para conocer un poco más sobre el manejo de esta leguminosa estival, el Ing. Agr. Luciano Mieres (Manejo de Suelos, INTA EEA Reconquista) nos brinda su mirada experta. Por otro lado, técnicos de la Chacra Bandera y la Chacra Valles Irrigados del Norte Patagónico (VINPA), correspondientes al Sistema Chacras de Aapresid, compartirán sus incipientes experiencias en el cultivo.
Recomendaciones y aspectos de manejo
Crotalaria juncea L. es la especie del género Crotalaria con mayor difusión como cultivo de servicio en Argentina. Este género de leguminosas contiene varias especies de valor agronómico para coberturas, forraje y fibra vegetal para la industria. El Ing. Agr. Luciano Mieres (Manejo de Suelos, INTA EEA Reconquista) explica algunos detalles.
La ventana de siembra de C. juncea es de septiembre a marzo
La fecha de siembra óptima es en noviembre y diciembre. En estos meses se pueden lograr entre 10 y 13 toneladas de biomasa seca por hectárea. Sin embargo, la implantación durante este período no es muy frecuente en sistemas agrícolas extensivos, dado que compite en tiempo y espacio con la siembra de los principales cultivos de verano.
Su mayor nicho de siembra se encuentra fuera de la fecha óptima, momento en puede producir 5 a 7 toneladas de MS ha-¹. A la vez, es posible favorecer un cultivo estival de segunda, como maíz tardío o caña de azúcar, con siembra previa de C. juncea en septiembre y octubre, cuando lo permiten el período libre de heladas y la disponibilidad hídrica.
En cuanto a densidad de siembra como cultivo de servicio, en fecha óptima, es recomendable sembrar 20 a 25 kg de semillas por hectárea con un distanciamiento de 52,5 cm entre líneas. Fuera de la fecha óptima es conveniente mantener la densidad y utilizar sembradora de menor espaciamiento, para lograr total cobertu- ra del entresurco ya que se reduce la biomasa total producida. También tiene buen comportamiento en siembras al voleo previo a lluvias y sin altas temperaturas posteriores, pero esto sólo se aconseja en lotes donde haya sido implantada anteriormente y ya presenten inóculo en suelo.
Entre sus beneficios para la agricultura se destacan: Óptimo vigor en su semilla lo que permite lograr implantación rápida y con relativa facilidad de siembra. A la vez, la cosecha es accesible ya que su fruto es indehiscente y se ubica en el estrato superior de la planta, evitando así todo tipo de simientes de malezas al ser recolectada.
Al ser una leguminosa, tiene potencial para aumentar la disponibilidad de nitrógeno (N) en el suelo porque, mediante simbiosis con bacterias específicas, fija N de manera biológica.
Sus tallos fibrosos permiten mantener el rastrojo por más tiempo en superficie.
Tiene alta capacidad de producción de materia seca y contribuye al aporte de carbono orgánico al suelo en relativamente poco tiempo. La floración se da a los 60 días desde la siembra. Dependiendo el objetivo, se puede cortar el ciclo a los 80/90 días para liberar rápido el lote, o a los 110/130 días para maximizar la acumulación de materia seca.
La cantidad de N que puede dejar disponible en suelo para el cultivo subsiguiente resulta aventurado, en principio, por la variabilidad en biomasa en las distintas fechas de siembra y ambientes. También por factores como el momento y método de terminación empleado (secado químico, rolado o labranza), tipo de suelo, fertilidad, condición hídrica y tiempo de barbecho, que influyen sobre el proceso y serán distintos en cada experiencia.
Contribuye en gran medida al control de malezas a partir de su estado vegetativo avanzado, cubriendo rápidamente el entresurco. Es necesario utilizar herbicidas que permitan disminuir la emergencia de gramíneas y latifoliadas hasta dicho período.
Sus raíces pivotantes le permiten adaptarse a diferentes condiciones y estados físicos del suelo, incluso en situaciones marginales.
Algunos desafíos
Dado que el cultivo de crotalaria está en etapas iniciales de desarrollo en el país, se presentan inconvenientes frecuentes para su utilización, como la disponibilidad de semillas e inoculantes y costos de implantación mayores que las leguminosas invernales alternativas. Es esperable que el aumento de la frecuencia de uso y la información disponible sobre el cultivo salven estas situaciones a futuro. Hay escasas variedades disponibles y falta adaptar técnicas de producción de semilla para lograr volúmenes significativos que presenten sanidad y viabilidad adecuada.
Experiencias concretas
Recuperación de suelos halomórficos - Chacra Bandera
Según nos cuenta Ian Müller (Chacra Bandera), en los ambientes bajos de la zona de Bandera (sureste de Santiago del Estero) el trigo se desarrolla muy bien y se obtienen rindes aceptables. No ocurre lo mismo en maíz y en forma más marcada con la soja. Ambos cultivos estivales sufren mermas considerables de producción, principalmente atribuibles a los niveles de sales en superficie y anegamientos. Estos bajos resultados y la pérdida de cobertura fomentan la exploración de nuevas estrategias productivas. “Todos estos aspectos nos impulsaron a incorporar especies que generen altos niveles de cobertura, como así también pensar en la producción de semilla para ser utilizada dentro del establecimiento y lograr colonizar otros lotes degradados”, subraya.
Motivados por lo anterior, Muller cuenta que realizaron franjas exploratorias con el objetivo de estudiar la implantación y el desarrollo de cuatro especies estivales, para generar cobertura en busca de la recuperación de suelos halomórficos, en la zona de Bandera en cercanías al río Salado.
Lote alomórfico el día de la siembra
En un lote cuyo antecesor fue sorgo granífero, se sembró Crotalaria juncea el día 9/12/21, a razón de 30 kg ha-¹, previamente inoculada. También se exploró la respuesta a la fertilización con Sulfato de Calcio (Ca 24.1 y S 16.3) pero no se observaron diferencias respecto a una franja testigo sin el tratamiento.
Una de las labores que estaba diagramada y no pudo llevarse a cabo, por estar anegado el campo casi un mes, era realizar un corte con desmalezadora. El objetivo era fomentar un rebrote que se traduzca en mayor producción de materia seca. En el caso de Crotalaria, esta acción intentaba modificar el hábito de crecimiento al romper dominancia apical, favorecer la ramificación y la producción de ramas fructíferas. En el mes de mayo se pasó un rolo triturador sobre todas las franjas para finalizar el ciclo.
Con respecto a malezas, Papophorum es la especie a combatir. En este sentido, Crotalaria no logró una supresión significativa. Este aspecto es relevante a la hora de incorporar un cultivo de servicio a la rotación, ya que se traduce en una disminución de la utilización de productos fitosanitarios.
Durante el año estudiado, en ese ambiente, la leguminosa produjo 3800 kg ha-¹ de MS y fue la especie que mejor desarrollo tuvo sobre los manchones salinos, respecto a las otras evaluadas (Grama rhodes cv. Katambora, Mijo perla cv. Campeiro y sorgo forrajero).
Intensificar y diversificar rotaciones bajo riego. Chacra VINPA
Ajustar sistemas productivos extensivos sustentables bajo riego en los valles irrigados de Norpatagonia, es uno de los objetivos de la Chacra VINPA.
Según cuenta su Responsable Técnico de Desarrollo, Alfonso Cerrotta, esta campaña comenzaron a evaluar crotalaria en pequeñas parcelas de observación.
La leguminosa fue sembrada al voleo bajo riego en diferentes situaciones: sobre rastrojo de trigo (Imagen 1) y sobre maíz (Imagen 2) en distintas densidades, para generar diferentes situaciones de manejo. “La idea es intensificar y diversificar las rotaciones, obteniendo todos los beneficios del CS, desde la competencia con malezas y la disminución del uso de herbicidas, la captura de carbono y nitrógeno, hasta el aprovechamiento forrajero del CS, sumado a la mejora en calidad física, química y biológica del suelo”, remarca Cerrotta.
La siembra de crotalaria se realizó a mediados de enero y la densidad de siembra fue de 30 semillas m-², con una dosis de siembra de 10 kg ha-¹. “La emergencia fue rápida pero despareja, algo normal en siembras al voleo. Se superó el 70% de logro, con plántulas algo etioladas, principalmente en el caso de siembras sobre maíz de alta densidad”, aclaró.
“En la medida que conozcamos su desarrollo fenológico, producción, aprovechamiento forrajero, fecha de siembra óptima y otras prácticas de manejo, puede ser un cultivo interesante para nuestros sistemas”, destaca Cerrotta.
Con esta nota buscamos dar una primera aproximación a este cultivo de servicio que se encuentra en etapas incipientes en nuestro país. Generar más información en diferentes ambientes y sistemas productivos, y sortear los desafíos que plantea Luciano Mieres, ayudarán para que la crotalaria crezca, se afiance y sume sus beneficios a nuestros sistemas productivos, para que sean siempre vivos, siempre verdes.
Agradecemos a Luciano Mieres, Ian Müller y Alfonso Cerrotta por sus valiosos aportes en esta nota.