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Chin chin entre vides y vicia

En pleno corazón de Cafayate, la Bodega Biodinámica “Ritmo Lunar” suma cultivos de servicio entre sus viñedos. La vicia es un aliado estratégico en este sistema sustentable por excelencia.

Por Ing. Agr. María

Eugenia Magnelli

La vicia es un cultivo de servicio (CS) extraordinario. Su capacidad de fijar nitrógeno atmosférico y aportarlo al sistema, su gran producción de biomasa y competencia frente a las malezas, son algunas de sus bondades. Además, su buen comportamiento frente a la sequía y tolerancia al frío hacen que se adapte a amplias zonas productivas.

Estamos acostumbrados de referirnos a los CS como un integrante de la rotación en planteos extensivos de producción de granos. Sin embargo, en esta oportunidad, te vamos a presentar cómo la vicia se acopla en un viñedo orgánico Biodinámico ubicado en Cafayate (Salta). Para ello, conversamos con el responsable de la Bodega “Ritmo Lunar”, Diego Valsecchi, quien es enólogo, productor vitivinícola y, por sobre todas las cosas, una persona muy inquieta y ávida por llevar a la práctica conocimientos ancestrales que hacen a la sustentabilidad, la salud del planeta y el bienestar de quienes lo habitan.

Agricultura biodinámica, la sustentabilidad en su máxima expresión

Uno de los principales objetivos de Valsecchi es desarrollar vinos de altísima calidad y sin compuestos químicos. Para alcanzar esa meta y como primer paso, debía contar con una materia prima (uvas) que reuniera esos estándares. Pasando a la acción, comenzó manejando las viñas de manera orgánica. Dando un salto más allá, luego de investigaciones y experiencias en bodegas del exterior (California, Francia e Italia), implementó la agricultura biodinámica.

Según nos cuenta, este concepto de producción nació hace 100 años en Europa, concretamente en Alemania, y en las últimas dos décadas tuvo una fuerte expansión por el mundo y en distintos cultivos. “La Agricultura Biodinámica se basa en el conocimiento del suelo vivo, las plantas, los animales y el ser humano. Estos cuatro eslabones trabajan conjuntamente en un organismo agrícola”, resaltó.

Producir a 2000 m sobre el nivel del mar

La granja, como prefiere denominar Diego al establecimiento -ya que hablar de viñedo hace referencia a un único cultivo y esto va en contramano de los principios mencionados- cuenta con 25 hectáreas, de las cuales 20 ha se destinan a la producción de uvas tintas y blancas, y las otras 5 ha se dejan como reserva biológica.

Algunos de los desafíos de producir en Cafayate son las bajas precipitaciones. En esta zona desértica llueven 180 mm al año, concentradas entre fines de diciembre, enero y febrero. Frente a estas condiciones, el riego es fundamental y por eso en la granja administran el agua mediante un sistema por goteo. “En dónde estamos, a 2000 m sobre el nivel del mar, hay baja humedad relativa, fuertes vientos y elevada radiación solar. En estos ambientes es muy importante generar cobertura para reducir la evaporación y controlar la temperatura del suelo”, señaló Valsecchi. Teniendo en cuenta lo anterior, implantan pasturas, CS y cultivos de cosecha como el trigo.

Para los trabajos en pequeños espacios, usa tractores de 1.35 m a 2.20 m de ancho. También tuvo que mandar a fabricar una sembradora de directa de 3 tolvas.

Vicia, una opción que cierra por todos lados

Uno de los aspectos que se trabaja en la biodinámica es la observación. Según las características de cada lugar o establecimiento, se plantean distintas acciones o estrategias de manejo.

En el proceso de recuperar los suelos, buscaban una especie como la alfalfa, que fije nitrógeno y aporte carbono, pero que tenga un comportamiento anual. Allí surgió la vicia villosa como una opción. Al principio comenzó combinándola con avena, para sumar al sistema el volumen de raíces que deja la gramínea.

“La vicia crece muy bien y termina su ciclo cuando la vid florece. Antes de pasar el rolo, una parte se cosecha para semilla y el resto se deja como banco de simientes para la resiembra natural en el año siguiente”, resaltó el productor y agregó: “Intentamos generar un colchón de vida entre las viñas, dando como resultado un producto (uvas y granos) de alta calidad biológica”

Fertilización y manejo de plagas con costo cero

En la práctica, el método biodinámico no solo implica llevar una granja de forma orgánica, sino que incluye el uso de preparados.

Como fertilizante natural ya se mencionaron las ventajas que tiene la vicia en sumar nitrógeno al sistema. También elaboran productos mediante fermentación y utilizan compost, que confeccionan con todos los residuos de la bodega, el aserrín del bosque nativo, restos ve-

Los animales son una pieza importante en los sistemas biodinámicos por su rol fertilizador getales de la granja, determinados minerales y estiércol de vacas y gallinas. “El compost aporta una gran masa de vida al suelo”, destacó Valsecchi. En esa misma línea, entre las vides circulan libremente ovejas y gallinas, que aportan más nutrientes con sus deposiciones.

“La sanidad es un equilibrio de la planta y la nutrición, similar a la medicina homeopática”, agregó el productor. No obstante, para el control de plagas hacen sus propios preparados a base de distintas plantas y minerales de la zona. Según aseguró, la mayoría de estos productos se conservan entre 3 y 4 años, y pueden ser utilizados en fincas pequeñas hasta grandes explotaciones.

Un punto muy importante en la agricultura biodinámica es que todas las actividades de la granja y procesos de la bodega se realizan teniendo en cuenta un calendario. Sacando provecho del efecto que tiene la luna, el sol y las constelaciones sobre el funcionamiento de todos los seres vivos, tal como hacían los griegos y los egipcios, arman una agenda de actividades eligiendo los momentos que favorecen los trabajos de la granja. Teniendo así, días específicos para podar, cosechar, hacer los preparados, etc.

Un suelo arco iris

La bodega “Ritmo Lunar” sigue los estándares de Demeter, la certificadora internacional más importante que audita productores biodinámicos.

De la granja a la mesa

Las uvas que se producen en la granja se destinan a la elaboración de vinos tintos y blancos, que se estacionan en barricas de roble o acero inoxidable según sea el caso. “Con la misma filosofía que se trabaja en el campo, se trabaja en la bodega, buscando una actividad biológica muy viva, tanto en la fermentación como en la conservación de los vinos”, declaró el enólogo. Todos estos cuidados dan como resultado bebidas de altísima calidad y mucho

Compartiendo saberes

Otro pilar de la agricultura biodinámica es compartir el trabajo que se hace en el terreno. Generosamente, Valsecchi brinda cursos y talleres vivenciales en la granja. También tiene una estrecha relación con la comunidad y con Universidades de la región para que los estudiantes realicen prácticas y experiencias.

A modo de cierre, Diego subrayó que la agricultura biodinámica se puede aplicar en cualquier cultivo o sistema de producción, independientemente de la escala. También advirtió que más interesantes. La totalidad de la producción sale de la finca en una botella terminada. En la actualidad, la bodega produce 60 mil botellas, con un potencial de 180 mil. es más compleja, pero es el esquema que más respuestas tiene cuando lo que se busca es superarse.

Según nos explica Diego, para demostrar cuán biodinámico es el sistema, tienen que hacer un análisis cromatográfico del suelo. En su caso, el resultado es un arco iris perfecto, eso da cuenta del buen estado de salud de la tierra.

En cuanto a la comercialización, priorizan el mercado interno y venden sus vinos de forma directa mediante una red de consumidores que compran orgánicos.

Refiriéndose a nuestro país, resaltó que Argentina tiene un gran potencial en este sentido, con una importante demanda por este tipo de productos. Hoy los mercados están exigiendo una agricultura más sana para el planeta y más amigable tanto para el productor como para el consumidor. Será entonces necesario tomar nuevos caminos para no quedar afuera.

Agradecemos a Diego Valsecchi por su excelente predisposición y valiosos aportes, y a Gisela Magnelli por hacer posible la presente nota.

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