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Rubén Fornell
EL MÚSCULO DE LA VIDA GENERATIVA
La terapia clásica está basada en la relación “tú estás mal – yo estoy bien” (paciente – terapeuta). Esto ha determinado los procesos médicos occidentales, en los que acudimos a servicios médicos o sanitarios cuando algo falla. Y, cuando no falla, vamos a que nos den respuestas. De nuevo, una actitud pasiva que gangrena la sociedad del consumo sin reflexión activa. Personalmente, me encuentro con per sonas que vienen a mi despacho de manera esporádica, esperando sucesos extraordinarios como si tuviera una varita mágica. Estas personas no tienen la actitud de generar un proceso en el que lo extraordinario suceda cada día en sus vidas de forma flexible, ni de integrar hábitos y en trenar. En la vida va a haber obstáculos inevitables que forman parte de ella: alguien morirá, algún trabajo no saldrá bien, tendrás la sensación de encadenar malas rachas, tu autoestima bajará… El problema surge cuando tenemos que levantar este peso sin ningún músculo. Sin obstáculos no existiría la creatividad. Sin frío no hubiera existido el fuego. Sin deseo de desplazamiento veloz no hubiera surgido el coche, ni el avión… Pero para que la creatividad pueda ser despertada ante el obstáculo que surja, hacen falta recursos integrados, conocimiento de uno mismo y práctica: músculo. Es así como la vida puede ser generati va, como podemos llegar al siguiente nivel y no generar muros de contención, ni montañas de piedras sobre nuestra espalda. Sería absurdo pensar que vas a mante nerte sano y en buena forma solo haciendo dieta y entrenando 20 días al año. Pero de manera inconsciente nos comportamos así en nuestro desarrollo personal. ¿Cuán tas personas integran a un guía o a un terapeuta de manera cotidiana en su vida? ¿Y cuántas de ellas practican habitualmente lo que les dicen? Estamos en un momento de recursos casi infinitos, de millones de posibilidades especialmente con el mundo online, pero sepultados en patrones repetidos: personas perdiendo horas en las redes sociales, personas que aceptan dormir mal, que se resignan a la ansiedad, que viven estanca das, que sufren como si “el tiempo lo curara todo”… Nuestra tarea más importante es trabajar nuestra concienciación de que la vida, cada día, llama a tu puerta. Unos días te invita a dar un paseo y otros te lanza a un triatlón. De ti depende tu estado y “sobrepeso vital” porque, ese día, quizá llames angustiado a un entrenador que, por muy bueno que sea, no podrá hacerlo por ti. █
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