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Los Primeros Días - El Bajo Sur — Parte 1
LOW AND SLOW - “BAJITO & DESPACITO”
Mabry I. Anderson | Una historia de la aviación agrícola por un conocedor
Probando la practicidad
Entre los espectadores aquel día, estaban B.J.Young, y E.Ewing, especialistas en control de insectos de la enorme Delta and Pine Land Company, en Scout, Mississippi. Ellos vieron las demostraciones de vuelo hechas por la tripulaciones del Laboratorio Delta en 1922, y esta última los convenció de la practicidad del método. Como resultado, los de Delta and Pine Land se transformaron en los primeros entusiastas usuarios de los aviones fumigadores. Young se trasformó en un promotor honorario de los fumigadores y posteriormente fue homenajeado al ser nombrado miembro completo de la prestigiosa Asociación Americana de Entomólogos Comerciales por su admirable éxito en el control de insectos utilizando el avión.
Mejores tiempos esperaban a la vuelta de la esquina para Huff-Daland y para 1925 al menos dieciocho aviones estaban trabajando en todo el Sur. Unos 28.000 hectáreas de algodón estaban bajo contrato, con cada base atendiendo la superficie que la rodeaba. Los aviones, los pilotos y mecánicos permanecían en sus bases durante toda la zafra, ya que eran necesarias entre cinco y seis aplicaciones. El personal de la firma tomó residencia temporaria en las ciudades vecinas y eran generalmente bien aceptados en la comunidad. Aviones y pilotos eran todavía una novedad y crearon un tremendo interés en la población local.
El servicio de fumigación aérea se le vendía a los agricultores con la base de unos trece dólares la hectárea por cinco aplicaciones; el precio incluía el costo del arseniato de calcio , que se aplicaba a razón de diez a doce kilos por hectárea. Tratamientos adicionales, si eran necesarios, se cobraban a un precio proporcional.
Un efecto colateral interesante, fue que la Atenia Insurance Co. inauguró un seguro contra daños por insectos y se los ofreció a los algodoneros. La póliza ofrecía protección contra pérdidas por daños de insectos, partiendo de la base de que el agricultor tenía contrato con Huff-Daland para su protección. La evidencia indica que este fue el primer seguro contra daños por insectos, ofrecido a los cultivadores.
Además de la fumigación del algodón, Huff-Daland hizo los primeros intentos de controlar insectos y enfermedades en otros cultivos, especialmente en huertos de duraznos. Georgia era famosa por sus duraznos y en 1925 miles de árboles fueron espolvoreados contra una serie de plagas controlables con los insecticidas disponibles en ese momento.
De acuerdo a un artículo de R.E.Riis en el libro Jane’s All The World Aircraft, 1925, este trabajo fue muy exitoso. Riis dice en ese artículo, que “los aviones han sido activamente empleados en espolvorear millones de durazneros que embellecieron a Georgia esta primavera.”
Este trabajo ha sido extraordinariamente satisfactorio para los cultivadores de durazno, es importante decir que los aviones pueden fumigar duraznos, pacanas (una especia de nuez) , bosques de pinos y algodón y de hecho, cualquier cultivo que tenga una enfermedad para la cual haya remedio. Es de hacer notar que el trabajo no se hace con dirigibles; en Nueva Inglaterra, por ejemplo, las colinas son demasiado abruptas y los campos muy chicos para la gran velocidad del avión.”
Otra aplicación del avión, fue la del control de insectos vectores de enfermedades. HuffDaland hizo mucho trabajo en 1925. siguiendo una fórmula desarrollada en el laboratorio Delta en 1923 y 1924. Los doctores Bradley y King, trabajando conjuntamente con Servicio de Salud Pública, hicieron intensa pruebas en el control del mosquito en áreas pantanosas y lagos alrededor de Mount, Louisiana. Los aviones del laboratorio Delta aplicaron verde de Paris a razón de medio kilo por hectárea en áreas infestadas de mosquito anofeles y descubrieron que controlaban efectivamente las larvas.
Un descubrimiento importante fue que la cantidad de veneno requerida para el control variaba según el tipo de terreno a ser tratado. Campos abiertos de arroz, y pantanos abiertos necesitaban menor cantidad de producto que los lagos o los pantanos protegidos por árboles o malezas, ya que el producto debía penetrarlos para llegar a las larvas.- Para hacer su trabajo, el verde de Paris debía flotar en el agua y ser consumido por las larvas. Solamente la larva del anofeles cuadrimacuatus se alimenta en la superficie del agua, siendo así, el único mosquito controlable.
Estos hallazgos fueron invalorables desde el punto de vista del aprendizaje. Por ejemplo, se descubrió que una mezcla apropiada de verde de Paris con ingredientes inertes era de primordial importancia. Los compuestos de verde de Paris fueron los principales larvicidas aplicados por vía aérea hasta la introducción del DDT, durante la Segunda Guerra mundial