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UN CONSEJO NACIONAL DE LA PRODUCCIÓN, NECESIDADES PARA SALVAR LA PRODUCIÓN NACIONAL
Editorial
Alfredo Castellanos Presidente de la Junta Directiva de Acopi Bogotá-Cundinamarca
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Colombia sufre de un lamentable e inducido proceso de desindustrialización. Aceleradamente se viene perdiendo participación de la industria manufacturera y la producción agraria en el PIB. En los últimos 20 años se han perdido 10 puntos porcentuales de participación en cada sector.
Cada vez con más insistencia, amplios sectores empresariales y algunos políticos reclaman que el país tenga una política industrial de Estado que garantice la creación de riqueza nacional a través del desarrollo productivo.
La tendencia mundial de las últimas décadas impuesta por los países potencia económica es el neoliberalismo, el libre comercio y Colombia no es la excepción pues en lo fundamental para el desarrollo empresarial, los gobiernos han sido continuación del anterior y en política económica siguen lineamientos dictados desde afuera.
La Apertura Económica, que fue apertura hacia adentro, los TLC, la rebaja unilateral de aranceles y el contrabando que no es perseguido en forma continua y eficaz, ponen en desventaja la producción nacional para competir con producción extrajera subsidiada o de dumping.
La competencia mundial por los mercados es entre países. Los costos controlados o regulados por el Estado -combustibles, peajes, energía, lubricantes, etc.- son muy altos comparados con los de otros países con los que Colombia compite.
Los neoliberales usan la falacia de que la desgravación favorece al consumidor, lo cual no es cierto, pues la rebaja de aranceles no se ha transferido a los consumidores, basta ver la inflación del costo de la canasta familiar para comprobarlo.
También dicen que los industriales son ineficientes y se quieren enriquecer vendiendo productos de mala calidad. La realidad es que muchos de los productos extranjeros que hoy compramos los colombianos, antes se producían en el país y eran de buena calidad, solo que el alto costo país los puso en desventaja para competir con los productos importados.
Algunos gremios que antes defendían la industria y el agro cambiaron de objetivo y se comportan como auxiliares de apuntalamiento de las políticas gubernamentales.
Varios de los gremios hasta cambiaron su nombre como huyendo de la responsabilidad para la que fueron creados.
La mayoría de los gremios apoyaron las medidas con las que Colombia regaló a cambio de nada su mercado interno colocando a la producción nacional en desventaja y no dieron ni dan ahora la pelea por la defensa de sus afiliados.
Los empresarios están identificando los sectores políticos y gremiales que sí defienden la producción nacional y comienzan a actuar en consecuencia. Y por otro lado, también ven con preocupación cómo algunos gremios y entidades de Gobierno y funcionarios, abierta o solapadamente, se colocan del lado de los intereses de los importadores de bienes que antes se producían con mano de obra colombiana.
Ante esta grave situación de la producción nacional, los empresarios advierten un vacío gremial al no sentirse representados por algunos de los gremios a los que pertenecen y consideran necesario crear un ente que aglutine todas las modalidades de la producción industrial y agraria, defienda los intereses de sus empresas y trabaje por un mejor entorno país.
Acopi Seccional Bogota-Cundinamarca tiene como postulados principales su independencia y la defensa de la producción nacional y el empleo de los colombianos. Su firme posición al respecto ha sido la base para su resurgimiento y reposicionamiento.
En consecuencia con esos principios básicos, Acopi Seccional Bogota-Cundinamarca recibe con beneplácito y apoya la idea de la Cámara Colombiana de la Confección y Afines de crear una gran organización de empresas y gremios que aglutine el sector productor colombiano, causa por la cual se compromete a trabajar en favor de su materialización e invita a los empresarios a unirse a esa tarea.