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Ruleta Rusa – Melanie Moreno
Imagen: Pixabay
Ruleta Rusa
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stas letras plasman el sentimiento de una atracción no correspondiE da o simplemente un amor que podría llegar a ser mágico, pero el miedo al rechazo impide dar ese primer paso. Hero, el hombre secreto de mis deseos y mi orgasmo matutino. Siempre lo observo hacer ejercicio por todo el vecindario a través de la ventana de mi habitación. 1,84 cm de altura, cabello lacio color negro, su cuerpo tonificado lleno de varios tatuajes, pero mi favorito era el de su cuello, simbolizaba una pantera extravagante, y sus ojos grises… Dios, sinceramente tiene los ojos más penetrantes que pueden existir y una sonrisa insoportable, que tengo ganas de borrar de su cara angelical o de besar sólo para hacerlo callar cada vez que lo veo. ¿El problema? Hero, es hijo de la nueva esposa de mi padre por lo que eso nos obligaba a vivir dentro de la misma familia como hermanos, aunque no tuviésemos ningún vínculo de sangre. Decidí invitar a Hero a una pequeña fiesta que estaba organizando en mi departamento junto a mi esposo, era la primera vez que haríamos algo así, quisimos hacer algo diferente ya que siempre estábamos acostumbrados a la jornada laboral que arropaba la rutina y no podíamos dejar que eso afectara nuestra relación. Había llegado el día de la fiesta y el departamento estaba increíblemente decorado para la ocasión, whisky, golosinas, comida y más alcohol. Buscaba a mi esposo con la mirada para presentárselo ya que nunca se habían conocido, pero decidí esperar hasta más tarde. Así que me
dispuse a conversar con Hero, quien se veía concentrado observando a algún punto de la sala sin ningún interés por acercarse a los demás invitados. —¡Hey! ¿Cómo vas? ¿Te gusta la decoración? -—le saludé animada. —¡Hola, Eva! Pues... si, la decoración está muy genial, idea tuya ¿no? Tienes buen gusto. Me extasiaba la idea de saber que a Hero le gustaba lo que hacía, absolutamente todo. —Me descubriste -—asentí a cada palabra que decía. —¿Crees que podamos conversar en otro sitio? —comentó un poco incómodo. —Sí, claro. No hay problema. Ven —respondí de inmediato sin hacer notar mi nerviosismo. Lo guié hasta mi habitación. ―Después de todo, cualquiera puede pensar que le estoy mostrando dónde queda el baño, ¿no?‖ pensé cerrando la puerta de la habitación tras nosotros. Ambos nos sentamos al borde de la cama y esperé a que él hablara, pero había sucedido todo lo contrario. Hero se acercó a mí inesperadamente ajustando mis botones de la camiseta como excusa para luego posar sus labios sobre los míos y unirlos en un beso pasional, nadie podía descubrir que ambos no estábamos presentes en la fiesta. Me separé luego, un poco sorprendida por lo que había ocurrido. —Esto es más fuerte que yo, Eva —me dijo mirándome a los ojos. Yo suspiro. Él se muerde el labio.
—Más fuerte que nosotros —agregué. —Siempre nos hemos sentido atraídos el uno por el otro, pero ahora estamos en polos opuestos. —¡Ya me harté de este secreto! ¡De no poder ser yo misma! De estar con alguien, pero no es lo mismo contigo, es algo más. Me voy a volver loca si sigo ocultando todo lo que siento. Me siento como una esquizofrénica. No hay nadie mejor que tú, Hero. Y para sorpresa de ambos, mi esposo abrió la puerta de nuestra habitación. Había escuchado todo lo que solté hace unos minutos, estaba atónito e incapaz de pronunciar una sola palabra, sus ojos estaban a punto de estallar en lágrimas y quizás más de eso, odio. Joder, había dañado algo tan valioso para mí, pero comenzaría un abismo de felicidad.