3 minute read

Desafíos de la Homosexualidad – Mayerlin Mora

Imagen: Pixabay

Desafíos de la Homosexualidad

Advertisement

o recuerdo exactamente el día en que lo vi por última vez. Lo quN e sí recuerdo es su sonrisa desenfrenada y un excéntrico cuidado por su aspecto personal, como quien busca impresionar a alguien y sentirse reconocido ante un mundo donde la homosexualidad es vista como una aberración, sin detenerse a pensar en el daño emocional que podría estar causando ante tal indiferencia. Solía notar en los pasillos de la universidad, e incluso en la biblioteca donde estudiaba con gran entusiasmo, las miradas concentradas en él como quien mirase un extraterrestre. Su actitud ante toda esta situación era sorprendente, pues su espigada figura de 65 kilos siempre lucía una imagen pulcra, jeans ajustados a sus contorneadas y largas piernas, una sudadera negra que hacía notar el gran deportista que era y un cabello perfectamente peinado y acicalado, sin olvidar esa hermosa barba incipiente que siempre cuidaba con esmero. Le gustaba centrarse en sus estudios de actuación. Amaba el drama, y lo que ello representaba en su vida era más de lo que yo pudiese imaginar, pero algo sin duda no andaba bien, pues sus ojos demostraban una profunda tristeza. Habrá algo que lo esté abrumando. ―¿Qué le sucederá?‖, pensaba siempre.

En una tarde como cualquier otra, lo ví sentado en soledad en una de las mesas de la biblioteca, con sus ojos a punto de estallar en lágrimas y un fuerte nudo en la garganta que le impedía pronunciar palabra. ―¿Y ahora qué pasó? Esto seguramente es algún inconveniente con su orientación sexual‖, dije hacia mis adentros, ―¿Por qué mejor no intenta ser feliz sin tomar importancia a lo que piensen los demás?‖ Sin pensarlo, me acerqué a él y entre dientes susurró: —Esto es una completa locura Y sin más comenzó a llorar desconsoladamente. Se levantó para salir y comenzar a fumarse lo que parecía un cigarrillo. Lo tome del brazo y le pregunté: —¿Qué sucede? Quisiera, si me lo permites, poder ayudarte. —Es una situación muy compleja —dijo entre sollozos—, y ahora si me lo permites quiero fumarme un cigarrillo para aclarar un poco mis ideas. En su apuro, sobre la mesa había dejado olvidado su celular, lo tomé y comencé a seguirlo. En seguida se giró hacia mí. —¿Qué crees que estás haciendo? —Solo quería entregarte tú móvil —respondí—, lo dejaste olvidado en la mesa de la biblioteca. ¿Por qué eres tan esquivo? —le pregunté sin pensar. —Nada parece llenar las expectativas de lo que buscan en un nuevo talento y más con los estándares tan elevados que enmarcan esta sociedad —dijo, y añadió:—. ¿Acaso soy menos por mi orientación sexual? No entiendo por qué la constante discriminación hacia nosotros, como si fuésemos de otro mundo. ¿Es tan difícil poder aceptar que cada quien ha decidió sobre su vida y sus gustos? —Los estándares de la sociedad son solo eso, estándares. Debes aprender a aceptarte por quien eres y no acomplejarte. Hay situaciones que nos marcan de por vida y sino dímelo a mí, que cada día lucho por conseguir un empleo en donde reconozcan verdaderamente mis capacidades. Deja de hacerte menos —concluí. Al cabo de unos días, noté que alguien me miraba incesantemente como quien ha conseguido un tesoro invaluable. Lo saludé a lo lejos y para mi sorpresa, mientras me encontraba distraída, frente a mí yacían un par de hermosos ojos color café dorado, que me miraban fijamente. Un tanto desconcertada por aquel actuar, le pregunté: —¿Por qué haces eso?

—Eres hermosa —contestó sin titubeos—, y eso nunca se lo había dicho a ninguna mujer. Además, me dejaste bastante desconcertado aquel día con todo lo que me dijiste. Gracias por aquellas palabras, fueron mi consuelo en medio de aquel momento tan amargo. Desde ese instante comenzó en mí un proceso de cambio, donde mi orientación sexual no me define como persona. Lo que sí es seguro es que aquella joven me ha dejado eclipsado y con ganas de explorar un mundo totalmente desconocido para mí. Es justo allí cuando se dio cuenta que su vida tomó un nuevo rumbo en busca de su verdadera identidad sexual.

Xienna.

This article is from: