Estados Unidos llegaría a ostentar un importante papel como mediador durante las negociaciones de paz en los primeros años de la contienda, en gran medida para reducir la presencia cubana en el país, sin demasiado éxito. No sería hasta finales de la década de los 80 cuando los primeros acuerdos con el gobierno del MPLA se harían efectivos (Becerra, 2007, pp. 13-14). En el caso de la Unión Soviética, la ayuda sería enviada como respuesta por las intervenciones estadounidenses en el territorio, pero principalmente contra la injerencia china, quien apoyaba indiferentemente tanto al FNLA como a la UNITA. Por supuesto, cabe destacar el aprecio que la Unión Soviética mantenía por el gobierno de Neto, ferviente acreedor del pensamiento socialista, frente a otros países de la región como Mozambique, cuyas posturas ideológicas de izquierda habían rebajado el nivel de su retórica o, en el caso de Mugabe en Zimbabue, había preferido alinear sus intereses con la República Popular China. Por tanto, es innegable que tras la tríada de los líderes revolucionarios enfrentados (Neto, Savimbi y Roberto), también había otros políticos extranjeros que apoyaban su causa: Brézhned y Castro, Kissinger y Vorster y Mobutu respectivamente. Zaire, que desde la Guerra de Independencia había provisto al FNLA de bases militares con las que atacar a los contingentes portugueses, no tardó mucho tiempo tras el inicio de la Guerra Civil en realizar un llamamiento internacional para el apoyo tanto del Frente Nacional de Liberación como de la UNITA. Países como Francia enviarían «1.500 tropas marroquíes a Kinsasa, la capital del entonces Zaire, para unirse a las fuerzas nacionales y del FNLA» (Fernández de la Fuente, 2016), y otras tantas fuerzas mercenarias se enrolarían en el conflicto, la gran mayoría británicos procedentes de la compañía Security Advisory Services. Aparte del MPLA, FNLA y UNITA, movimientos de distinta índole se unirían posteriormente al conflicto, como la South-West African People´s Organization (SWAPO), apoyados por el MPLA y cuya principal pugna era liberar a Namibia del apartheid y el control sudafricano. Por su parte, el FLEC o Frente para la Liberación del Enclave de Cabinda fue un movimiento separatista angoleño que llevaría a cabo acciones militares de guerrilla en el territorio homónimo tras ser invadido por las fuerzas del MPLA en 1975 tras la fallida proclamación de la República de Cabinda.
Participación cubana en Angola Analizar la participación cubana en Angola resulta fundamental, pues muestra en todo su esplendor la relación del socialismo castrista con el denominado «Tercer Poder»15. La ayuda que Cuba aportó al país del África Subsahariana no se caracterizó únicamente por un apoyo meramente militar, siendo un gesto de cooperación y reciprocidad en multiplicidad de campos, que iban desde la educación, el desarrollo y hasta el apartado político. Por supuesto, es innegable la inestimable ayuda logística important petroleum find in the Delaware-sized enclave of Cabinda, where it was pumping some 150,000 barrels a day by 1975» (p. 407). 15 Refiere a la capacidad de los considerados Países No Alineados durante la Guerra Fría para influir en los eventos internacionales.
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