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Actualidad
mos que es imposible acertar con las decisiones, pero nadie se entregará fácilmente.
Se vende cuando hace falta la plata y no antes (a veces perdiendo buenos precios), se mandan los pesos excedentes a fondos de inversión de rescate inmediato, se compran insumos o “cosas” dolarizadas, y así todo. Parte de la energía aplicada a defenderse en lugar de a crear oportunidades. Es el juego que toca jugar.
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Buscando liquidez perdida
Se busca en las empresas, con intensidad y en algunos casos con desesperación, la liquidez perdida. Primero la hídrica, el ruego por la lluvia que nos ha transformado en adictos a leer pronósticos. De esa liquidez, en varias zonas, depende poder sembrar trigo o cebada, depende recomponer la base forrajera en planteos pastoriles ganaderos y lecheros, depende recuperar el ánimo golpeado ante los magros resultados de la campaña que termina.
Y segundo, buscar la liquidez financiera que permita encarar el nuevo ciclo productivo. Recurriendo a recursos reales, pero bancario y comercial, aquellos preparados tomarán inversores o socios coyunturales, en empresas mixtas con ganadería se “pasará el peine” en los rodeos para pasar mejor la sequía y de paso hacer caja y, si es posible, se hará mucho trigo o cebada para juntar fondos a fin de año.
Y una vez solucionado el arranque financiero del año, el resto se irá resolviendo más adelante. ¿Será como el cuento del loco que saltó de un edificio y que dijo “por ahora vamos bien” mientras pasaba por el sexto piso? Seguramente no.
¿Ofensiva o defensiva?
Percibimos en los empresarios dos líneas de pensamiento sobre la estrategia para aplicar en un año como este. Más defensiva o más ofensiva. En líneas generales, una defensiva podría resumirse en frases como: “defiendo lo que tengo, me baso en lo financiero para decidir, minimizo inversiones, achico o mantengo la escala pero no crezco, mantengo foco en lo que sé hacer bien”. En resumen, surfear la ola esperando tiempos mejores.
En tanto que los que plantean una estrategia más ofensiva dicen cosas como “hay una oportuni- dad para crecer y ocupar espacios que deja la competencia, tomar créditos en pesos y hacer inversiones o aplicar tecnología apostando a una licuación, contratar gente valiosa que saldrá de otras empresas y adoptar una estrategia de innovación, aunque tenga riesgos”. En resumen, apuntan a preparar la empresa ahora para que cuando lleguen los tiempos mejores ya se haya picado en punta. Ambas estrategias son válidas y el tiempo marcará cuál fue más exitosa.
En qué andan las empresas Mientras transcurre la cosecha de soja y maíz, sin sorpresas positivas en cuanto a rindes estimados, se trabaja en la construcción de la nueva campaña. Tal como se mencionó, las acciones o el foco que se pone depende de si la estrategia es ofensiva o defensiva.
Existe un primer “puente” a superar, que es la siembra de fina (trigo y cebada). Dependiendo de la zona, el perfil de humedad acumulada es el que define. En líneas generales, salvo el sudeste y sudoeste de Buenos Aires, es posible que la misma se atrase, perdiendo potencial de rinde y además hará que en algu- también imaginarios o potenciales (el optimismo está en el ADN del campo…).
Se usará, en parte, capital propio, se recurrirá a financiamiento