Revista de distribución gratuita - Año 10 - Nº 77 - Noviembre 2014
Editorial
Staff
Editor Responsable: Editorial Ábrete Sésamo. Directora: Jimena Garay. Ilustración y Diseño: María Victoria Caruso. Redacción y producción peridística: Analía Studer, Prof. Silvina del Pópolo, Fernando Gabrielli. Asistente dirección: Laura Frías. Comercial: Marina Bustamante. RR PP: María Inés Hernández. Community Manager: Lorena Pouso. Colaboradores: Departamento de Educación para la Salud, Gob. de Mendoza; Lic. M. Alejandra Carrizo, Lic. Lucas Malaisi, Silvina Del Pópolo Si querés anunciar comunicate: Marina Bustamente. Tel . 261 156741686 marina@abracadabrarevista.com.ar Si querés contactarte con nosotros: Laura Frías. Tel . 0261-156 332 247 laura@abracadabrarevista.com.ar
El 2014 comienza sus tramos finales y ya proyectamos su cierre.
ABRACADABRA FUE DECLARADA
DE INTERÉS EDUCATIVO
POR LA H. CÁMARA DE DIPUTADOS DE LA PROVINCIA DE MENDOZA AL RECIBIR EL
PREMIO PREGONERO 2011 POR FOMENTAR LA LECTURA EN LOS NIÑOS. RES. 481/11
Abracadabra también fue DECLARADA:
DE INTERÉS EDUCATIVO
POR LA DIRECCIÓN GENERAL DE ESCUELAS DE LA PROVINCIA DE MENDOZA - RES. 0425/09
DE INTERÉS LEGISLATIVO POR LA H. CÁMARA DE DIPUTADOS DE LA PROVINCIA DE MENDOZA - RES. 1384/08
DE INTERÉS PROVINCIAL
Parecería que los últimos dos meses del año pasan más rápido aún que el resto del calendario, por lo que planificamos las despedidas de año con los compañeros de trabajo; asistimos a una mayor cantidad de eventos como casamientos o fiestas de egresados; reservamos un lugar para las vacaciones; corremos para terminar balances, para llegar a la peluquería, para comprar el vestido que necesitamos, para hacer el ejercicio salvador que nos ayudará a lucir bien la malla; empezamos a organizar las fiestas y con quiénes las pasaremos, etc., etc., etc.…
Todo parece estar a punto de terminar y, por ello, nos exigimos para cumplir con todo y con todos, lo que termina por agotar la escasa energía que nos queda. Entonces, antes de que estas situaciones logren superarnos -tanto física como emocionalmente- debemos darnos un tiempo para la reflexión y hacer una lista de prioridades. Esto es, elegir bien lo que realmente nos importa y descartar aquello que tendríamos que hacer por compromiso. Así contaremos con más espacio para un merecido descanso o para ocuparlo ociosamente como mejor nos parezca. ¡Saludos y a tomar todo con más calma! Equipo Abracadabra
POR LA H. CÁMARA DE DIPUTADOS DE LA PROVINCIA DE MENDOZA - RES. 428/12
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Cantemos
El Reino del Revés Me dijeron que en el Reino del Revés nada el pájaro y vuela el pez, que los gatos no hacen miau y dicen yes porque estudian mucho inglés. Me dijeron que en el Reino del Revés nadie baila con los pies, que un ladrón es vigilante y otro es juez y que dos y dos son tres. Me dijeron que en el Reino del Revés cabe un oso en una nuez, que usan barbas y bigotes los bebés y que un año dura un mes. Me dijeron que en el Reino del Revés hay un perro pekinés que se cae para arriba y una vez no pudo bajar después. Me dijeron que en el Reino del Revés un señor llamado Andrés tiene 1.530 chimpancés que si miras no los ves. Me dijeron que en el Reino del Revés una araña y un ciempiés van montados al palacio del Marqués en caballos de ajedrez. Vamos a ver cómo es el Reino del Revés.
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Sana, sana.
Mi hijo no me mira, no me habla...
mi hijo tiene TGD ¿Qué es el TGD? El TGD es un trastorno neurobiológico que afecta tres áreas del desarrollo: 1- Área de la comunicación: verbal y no verbal. 2- Área de la socialización. 3- Área de la imaginación, creatividad y juego, lo que genera intereses restringidos y/o conductas repetitivas estereotipadas. Por lo tanto, todas las personas afectadas tienen, en mayor o menor grado, alteradas estas áreas. Todos los tipos de TGD suelen ser evidentes a la edad de 2-3 años, aunque algunos pueden detectarse desde los primeros meses. En general, los niños con algún tipo de TGD tienen dificultades para hablar, poco contacto visual, problemas con actividades que impliquen imaginación, juego
simbólico y conceptos abstractos; dificultades para interpretar la conducta no verbal (expresiones, gestos, miradas, tonos de voz), rabietas, trastornos del sueño, problemas inmunológicos y gastrointestinales, hipo o hipersensibilidad a ciertos estímulos sensoriales, dificultades para jugar con otros niños y, en general, dificultades para relacionarse con otros, incluídos sus familiares. Estos son algunos signos importantes que los papás perciben en sus niños pequeños, para intuir el TGD. - Área de Comunicación: . No responde a su nombre. . No puede decirme lo que quiere. . Está retrasado/a en su lenguaje. . No sigue consignas. . A veces parece oír y otras no. . No señala ni saluda. . Decía algunas palabras que ya perdió.
- Área social: . No presenta sonrisa social. . Prefiere jugar solo/a. . Busca las cosas por sí mismo/a. . Es muy independiente. . Tiene poco contacto ocular. . Está en su mundo. . No nos presta atención. . No se interesa en otros niños. - Área conductual: . Hace berrinches. . Es hiperactivo/a, oposicional y no colabora. . No sabe cómo jugar con los juguetes. . Repite las actividades una y otra vez. . Camina en punta de pies. . Está muy unido/a ciertos objetos. Pone las cosas en fila. . Es hipersensible a ciertas texturas o sonidos. . Tiene movimientos raros. . Indicaciones absolutas para una 4
derivación inmediata: No balbucea a los 12 meses. . No realiza gestos (señalar, saludar con la mano, etc.) a los 12 meses. . No emite palabras sueltas a los 16 meses. Cualquier pérdida de cualquier habilidad social o lingüística a cualquier edad. El tratamiento temprano es muy beneficioso y favorece el pronóstico del caso. Por lo cual, es altamente recomendable la consulta inmediata a un especialista ante la aparición o detección de estos indicadores. Lic. M. Alejandra Carrizo Fonoaudióloga, Mat. 711 Postgrado en Lenguaje Infantil
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El tabaco:
Sana, sana.
enemigo de la primera hora Algunos niños están expuestos a los tóxicos del humo de tabaco desde el momento de la concepción. Cuáles son los riesgos que corre el bebé de una mamá fumadora. Algunos obstetras dicen que fumar “hasta 5 cigarrillos por día” está bien. Sin embargo, esto no es así ya que no hay un nivel seguro de consumo de tabaco durante el embarazo. Está comprobado que fumar unos pocos cigarrillos por día expone al feto a más de 7.000 sustancias tóxicas y dañinas que pueden afectar su desarrollo y crecimiento. El monóxido de carbono, la nicotina y otros de sus componentes (mercurio, cadmio o plomo) pasan al feto a través de la placenta, reduciendo la llegada de oxígeno, acelerando su ritmo cardíaco y alterando el crecimiento y el desarrollo normal de algunos órganos. También disminuye la circulación de sangre por la placenta, por lo que el feto recibe menos nutrientes. Las mujeres fumadoras o las no fumadoras expuestas al humo tienen más
riesgo de tener bebés de bajo peso al nacer o bebés prematuros. Además, los hijos de madres fumadoras tienen más posibilidades de contraer infecciones y de tener otros problemas de salud como:
. Malformaciones congénitas, entre ellas, labio leporino, paladar hendido y malformaciones cardíacas. . Síndrome de abstinencia a la nicotina al nacer (sobre todo en las mujeres que fuman mucho): los bebés nacen muy irritables.
. Muerte súbita del lactante (los recién nacidos de madres fumadoras tienen el doble de riesgo de muerte blanca o muerte en la cuna). . Infecciones respiratorias (otitis, bronquitis, neumonías). . A largo plazo, mayor riesgo de que los hijos sean fumadores al llegar a la adolescencia. Cigarrillo y lactancia Las madres fumadoras tienen menor probabilidad de comenzar a amamantar y mayor probabilidad de amamantar por menor tiempo que las no fumadoras. La leche materna tiene muchísimos beneficios: protege al bebé contra las infecciones y fomenta la relación madre hijo. Por eso, si una mamá no puede dejar de fumar es importante que igual siga dando la teta, lavándose muy bien las manos antes, poniendo 6
una tela limpia entre su ropa y el bebé y dejando pasar al menos 30 minutos después del último cigarrillo. 7 razones para no fumar si estás embarazada El embarazo es una excelente ocasión para dejar de fumar, tanto por tu salud como por la de tu hijo, ya que de esa manera: 1. Reducís las probabilidades de que surjan complicaciones que puedan derivar en un aborto o un parto prematuro. 2. Protegés a tu bebé de sustancias químicas que pueden dañar su crecimiento. 3. Disminuís las chances de que el bebé nazca con bajo peso. 4. Producís más leche para amamantarlo. Y, a su vez, la leche va a estar libre de las sustancias tóxicas del humo que dañan la salud de tu bebé. 5. Reducís el riesgo de que el bebé sufra asma, problemas respiratorios o muerte súbita. 6. Contribuís a que el tabaquismo no sea considerado algo normal en la casa, aumentando las chances de que tu hijo no fume cuando sea grande. 7. Disminuís tu riesgo de morir por infarto o cáncer a temprana edad, pudiendo disfrutar así a tu hijo por muchos años más. 7
Si dejaste de fumar durante el embarazo y la lactancia, no vuelvas a fumar. El principal fumador pasivo de una madre fumadora es su propio hijo. Pequeños fumadores pasivos El hecho de que una mamá fumadora tenga un recién nacido sin problemas no descarta que éstos no aparezcan durante la niñez, sobre todo si la madre continúa fumando o si otras personas a su alrededor lo hacen. Los niños respiran más rápido que los adultos y aspiran más productos químicos nocivos por kilogramo de peso, por esto la exposición al humo de tabaco en el ambiente es particularmente dañina en ellos. Cuando están expuestos al humo en sus hogares, tienen mayor riesgo de tos crónica, disminución de la capacidad de sus pulmones, más episodios de asma, bronquitis, neumonía y otitis. Por ello, necesitan ir al médico más seguido, faltan a clases (el ausentismo es seis veces mayor en los hijos de fumadores) y en algunos casos también sufren internaciones. A las patologías mencionadas se suman una mayor vulnerabilidad ante la alergia
a los alimentos, problemas en la piel y caries. Además, estar expuesto al humo de tabaco durante la niñez puede aumentar 4 veces el riesgo de padecer cáncer de pulmón en la adultez y aumentar en casi un 40% el riesgo de cáncer de vejiga. Tercera mano Al humo ambiental del tabaco (o humo de segunda mano) se le agregó hace unos años el concepto de humo de tercera mano, que es aquel que describe la invisible mezcla de gases y partículas que permanecen adheridas al pelo y la ropa de los fumadores, a los muebles y a las alfombras o tapizados luego de que el fumador ya ha apagado su cigarrillo. Estas sustancias incluyen metales pesados, sustancias cancerígenas e incluso materiales radioactivos que pueden permanecer hasta dos semanas después de que se ha ventilado la habitación donde se estuvo fumando. Los niños son los más perjudicados por este tipo de humo. Los más pequeños, sobre todo, pueden tomar contacto o incluso ingerir estas sustancias, especialmente cuando gatean o juegan en el piso. Por esto, cerrar la puerta de la cocina para fumar o abrir las ventanas no pro-
tege a los niños ni al resto de la familia de los efectos dañinos del humo, que puede permanecer hasta dos semanas en un ambiente cerrado donde se ha fumado. Al ventilar se va el olor pero quedan las sustancias tóxicas. La única manera de proteger a la familia de los efectos del humo del cigarrillo es declarar la casa y el auto como 100% libres de humo de tabaco. Si necesitás ayuda para dejar de fumar, podés comunicarte gratis desde toda la provincia al: 0800- 8000 822226.
Mimos para el alma.
La frustración en los niños Frustrarse es una experiencia desagradable que surge como consecuencia de no poder lograr lo que queremos, cuando nos vemos privados de aquello que esperábamos.
Los niños experimentan frustraciones a diario. En la medida en que estas no sean excesivas, constituyen parte del crecimiento sano. Los vemos expresar el desagrado llorando, dando pataletas, gritando, ofuscándose o intentando hasta el agotamiento aquello que no les sale, de tantas formas como niños hay en el mundo. Pero primero desmitifiquemos esta experiencia que, ya seamos niños o adultos, buscamos no encontrar en el camino. Las frustraciones son parte del crecimiento sano de cada persona, y si queremos crecer, hemos de comprender que son necesarias. En efecto, todo niño necesita ser expuesto a desafíos adecuados para su edad y pequeñas dosis de adversidad. Recientes investigaciones dan
cuenta que son, junto al amor y cuidado que todo niño debe recibir, el segundo ingrediente de la resiliencia. Mucho amor y unas pizcas de frustraciones harán de tu hijo, una persona que sabrá reponerse y superar la adversidad. Son la oportunidad para aprender a lidiar con los imposibles del momento, y las emociones que eso
provoca, entrenando la paciencia y el autocontrol. Ahora bien, analicemos qué pasa cuando falta uno de estos dos componentes de la resiliencia y el niño no tiene esta clase de obstáculos y no experimenta frustraciones. Obviamente, esta posibilidad no es por obra de la naturaleza, sino de sus padres cuando lo sobreprotegen. Producto de una gran cantidad de amor, pero nocivo por erróneo e ignorante de ello, hay quienes bajo el slogan “para que no sufra y sea feliz” procuran darle todo, hasta lo que está fuera del alcance, y procuran evitarle toda molestia, sin saber que de este modo le aseguran un sufrimiento mayor, pero a futuro. Puesto que de este modo aprenderá que las 8
necesidades se satisfacen automáticamente sin demandar del esfuerzo personal ni tiempo. En este punto, se ponen en evidencia las propias dificultades de los padres para tolerar la frustración que la frustración de los hijos le provoca. A veces suelo preguntar a los padres que se quejan de sus hijos tan caprichosos, si conocen quiénes podrán ser los que les están dando todos los gustos… Sin embargo, también podemos caer en el otro extremo de exigir un rendimiento por encima del que el niño puede dar. Expectativas tan altas, no tardarán en formar parte de los “deberías” del niño que lo llevarán a ponerse objetivos inalcanzables, arrojando como resultado una insatisfacción crónica y una autoestima lesionada sujeta a los “logros” y “fracasos”. En estos casos ayuda el enseñarles el concepto de las escaleras: para llegar alto, hemos de comenzar con pequeños pasos -subobjetivos- para que con la ayuda del “señor tiempo”, peldaño a peldaño, mejoren hasta lograr lo propuesto. 9
De este modo podemos bajar las ansiedades y ayudarlos a que disfruten de la tarea. A menudo los niños, hasta los que habitan en cada adulto, como consecuencia de repetidas frustraciones y fracasos, piensan que nunca podrán lograrlo, se convencen de ello y abandonan todo intento por superar la dificultad, padeciendo así de indefensión aprendida, cometiendo el error de eternizar los imposibles del momento. El autodiálogo juega un rol predominante en este circuito. Aquellos que se digan “la tercera es la vencida, si no puedo, no puedo… o simplemente no puedo” tenderán a obturar las posibilidades de aprender. Además, tiene mucho que ver cómo los seres significativos toman el fracaso del niño. Si lo hacen con una risa comprensiva, como manifestación de aceptación y aprecio, sin darle mayor importancia que a los aciertos, y los alientan a intentarlo nuevamente, en ese u otro mo-
mento, será una actitud que seguramente conservarán. Pero si en lugar de ello, les responden con enojo y descalificaciones, tratarán de evitar equivocarse para no experimentar la desaprobación de los que lo rodean; pero como el error es propio del actuar y del aprender, el crecimiento se verá afectado, desempeñándose por debajo de sus capacidades. También influye en la forma de reaccionar ante las frustraciones el temperamento, que es la parte heredada o biológica de la personalidad. Hay niños más enojones y otros menos. Pero todos necesitan y pueden aprender que es normal enojarnos por algo que no nos sale como queremos, que en lugar de golpear o romper algo, hablar de cómo nos sentimos nos ayuda a sosegarnos y que debemos focalizar la energía del enojo en volver a intentarlo. Por todo esto propongo: no evitarles las frustraciones, sino
acompañarlos cuando las tengan, recordando que deben ser en pequeñas medidas. Entendiendo que por más que a los padres se los llamen tutores, los hijos nunca serán vegetales que crezcan derechos e inmóviles atados a ellos, sino más bien revolotearán, correrán y jugarán. Porque en la actualidad los espacios de tiempo y físicos para jugar y educar a los hijos son cada vez más reducidos. Entonces, si respetamos estas necesidades en su justa medida, teniendo el hábito de jugar con ellos, los verán crecer confiados, felices y con tolerancia a la frustración, la que, por cierto, necesitarán. Lic. Lucas Malaisi Psicólogo. Autor del libro “Cómo ayudar a los niños de hoy, Educación Emocional”.
Pequeños conjuros.
Mi chupete. Mi oso. Mi cuento El espacio compartido con nuestros hijos a la hora de contarles un cuento trasciende las ventajas que habitualmente asociamos con la lectura (alfabetizarlos tempranamente, mejorar su vocabulario, etc.). Más bien, sus bondades se extienden hacia aspectos vinculares y afectivos que son, en definitiva, los que los harán lectores de por vida. Cuando nuestros niños se enamoran de una historia, leída o narrada, están sentando la piedra fundamental de su hábito lector. Una y otra vez, los chicos pedirán que el mismo cuento los acompañe en el ritual previo al sueño. -¿Otra vez el mismo? - Preguntará la mamá con inquietud. Si junto al chupete y al oso compañero de andanzas, los chicos piden el mismo cuento cada noche, seguramente han encontrado en esa historia una grieta por la que escabullirse y transitar sus propios miedos, angustias o alegrías.
Es sano que así suceda y es bueno que los papás estemos siempre dispuestos a permitirles la experiencia, contándoles el mismo cuento tantas veces como lo pidan. Esa historia de la que los chicos se “enamoran”, tiene una cercanía afectiva con ellos. Hay algo en el cuento que necesitan escuchar, imaginar y experimentar para crecer, para sentirse más seguros y felices. Este sentido de pertenencia en torno al libro deberá ser respetado por el adulto, sin invadir la intimidad del acto lector. No es necesario preguntarle porqué le gusta este cuento más que otros. Sólo darle libre acceso a él y si somos buenos observadores, no será difícil descubrir las razones. Seguramente esta
historia se acerca a su propia realidad. Cabe la recomendación de atesorar este cuento para siempre, entre los recuerdos más preciados del niño, ya que constituye un hito en su historia lectora y personal. Por último, quisiera plantearles un interrogante que servirá para vivenciar mejor la relación afectiva entre el lector y el texto. Les proponemos enviar a nuestro mail info@abracadabrarevista.com.ar los títulos de libros que recuerdan de su infancia y cómo fue la experiencia de lectura que los acercó a ellos. Estaremos a la espera de sus respuestas. Silvina Del Pópolo Prof. de Lengua y Literatura Inglesa Especialista en Literatura Infantil
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Croquetas de atún sin gluten Ingredientes: • 300 gr de atún. • 2 huevos. • 40 gr de harina sin gluten (o mezcla de 20 gr de almidón de maíz* y 20 gr de harina de arroz*). • ½ cucharadita de levadura en polvo o polvo de hornear.(*) • 40 gr de queso rallado. • Aceitunas verdes sin carozo. • 3 cucharadas de pan rallado sin gluten (se puede hacer también procesando las galletas saladas sin gluten que se encuentran en cualquier supermercado). • 10 hebras de cebollino. 3 cucharadas de aceite. * sin gluten y/o contaminación de gluten. Consultar con los listados de las Asociaciones de Celiaquía.
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Cocina Preparación: Mezclar la harina con la levadura en polvo o el polvo de hornear. Desmenuzar con un tenedor el atún y cortar las aceitunas en pedacitos. Batir ligeramente los huevos en un bol y agregar el atún, las aceitunas, el queso y el cebollino cortado finito. Salpimentar y mezclar la preparación con la harina sin gluten. Formar unas croquetas con la mano y la ayuda de una cuchara, y pasarlas por pan rallado. Cocinar en una sarten con aceite hasta que estén doradas, o en el horno en una placa ligeramente aceitada.
Arcoíris de fideos Noviembre explota de colores. Podemos aprovechar las bondades de la naturaleza para inspirarnos en casa y armar un hermoso arcoíris. En esta ocasión, utilizaremos fideos teñidos y algodón para las nubes. Materiales • Fideos • Colorante alimenticio • Bolsitas de plástico • Cartulina para la base • Fibra • Plasticola • Bolitas de algodón
Actividades Pintar los fideos es muy fácil. Preparamos tantas bolsitas de plástico -de esas para congelar- como colores tengamos previsto. En cada una ponemos unas 20 gotas de colorante y dos cucharadas de agua. Removemos hasta que se tiñan. Luego los sacamos y los colocamos en trapos para que absorban la humedad. Una vez secos se pueden guardar el tiempo que quieras en recipientes de plástico o vidrio. ¡Ya están listos los fideos, ahora a dibujar un gran arcoíris en la cartulina! Una vez que tengamos el dibujo procederemos a poner plasticola sobre cada parte donde vayamos a trabajar. Rápidamente y antes que se seque iremos colocando cada pieza de pasta donde corresponda hasta formar todo el arcoíris completo. Luego en la parte de abajo pegaremos unas bolitas de algodón para simular las nubes y ¡listo!
¿Guardamos los juguetes? Es muy fácil frustrarse en la batalla interminable de quien recogerá los juguetes: si vos o tu niño. Te sugerimos algunas ideas para que tu brujito aprenda jugando a ser ordenado y guarde sus chiches.
• Señala un lugar para guardar juguetes, considerando la esta•
tura del niño. Trabaja con él. Comienza cuando tu brujito sea pequeño, así él tendrá el hábito de guardar los juguetes al final del día.
Pequenos conjuros
• Haz que guardar los juguetes sea una actividad familiar. Este
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es un buen momento para que los padres revisen los juguetes que necesitan reparaciones, o se deshagan de aquellos que ya no sirven. Una reparación sencilla puede mantener un juguete por un largo tiempo. Mantén expectativas razonables. Tu brujito quizás no puede hacer las cosas de la manera que vos quieras, pero esta es la etapa adecuada para enseñar y aprender. Tu hijo podría necesitar ayuda para entender lo que necesita hacer. Trata de dividir la actividad de “juntar juguetes” en pequeños pasos, por ejemplo, utiliza frases como “Guardá todos los bloques en la bolsa y colgalos en el gancho”, o “juntá todos los autitos del piso y colocalos en el cajón”. Recompensa su buen comportamiento. Cuando él junte los juguetes, como premio comparte tiempo extra con él. Convierte el juntar juguetes en un “juego”: Dile algo como “Yo veo un auto verde”, deja que tu hijo identifique el objeto y lo guarde en el cajón o bolsa de juguetes.
El monstruo hechizado para siempre Había una vez un niño que se portaba tan mal, que el hada del reino se le apareció para castigarlo. Lo hechizó y lo convirtió en un monstruo, de manera que sólo podría dejar de serlo si asustaba terriblemente a alguien. Al principio pensó que sería fácil, pero pronto se dio cuenta de que los niños de su entorno eran muy difíciles de asustar. Pasó mucho tiempo y se fue desanimando, así que decidió buscar una presa fácil: un chico con fama de buenazo. Para no fallar, lo estudió durante algún tiempo, siguiéndolo allá donde iba, y viendo de paso todas las buenas obras que hacía: daba limosna, jugaba con los niños del hospital, ayudaba a los ancianos... Finalmente, un día tuvo a tiro el mejor susto del mundo, aquel que podría liberarlo para siempre y dejar tieso al niño bueno. Pero cuando fue a asustarlo, vinieron a su mente las imágenes de aquellos a quienes el niño bueno ayudaba, y decidió perdonarlo, porque comprendió que la labor de aquel muchacho no tenía precio. Él sería culpable de todo lo malo que les pasara a todos los que ayudaba. Justo en ese instante se apareció el hada, que premió su actitud devolviéndole su aspecto. Y aquel niño, antes tan malvado, se convirtió en un niño ejemplar y bondadoso, muy amigo de aquel niño bueno a quien estuvo a punto de matar del susto. Pedro Pablo Sacristán
Cuento
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