MICTLÁN
BAMBALINAS
TEATRO EN MOVIMIENTO
DANZ-ART UAEMex
Antonio Carrillo Cerda
Devuélveme mi máscara
Danz-Art de la Universidad Autónoma del Estado de México y Bambalinas “Teatro en movimiento” presentan en el Teatro de los Jaguares de la ciudad del Toluca de Lerdo, la puesta en escena “Mictlán: teatro, música, danza y muerte” bajo la dirección de Jaime García Sánchez. La obra constituye un recorrido histórico de recuperación de tradiciones precolombinas relacionadas con el culto a la muerte y a los muertos que se realiza en distintas latitudes del territorio mexicano. Mediante la vida de Rogaciano hacemos un viaje a través del tiempo que nos permitirá conocer cómo era el mundo antes de los hombres, antes de la conquista. Viajaremos al lugar donde descansan los huesos sagrados de generaciones pasadas, resguardados por el dios Mictlantecutli, quien gobierna el lugar de los descarnados. Quetzalcóatl entrará al Mictlán con la intención de dar vida a los hombres para así reiniciar el ciclo del nacimiento y la muerte. El sacricio de Quetzalcóatl será el primer vínculo entre hombres y dioses comenzando así la dependencia entre ellos por el favor de la vida. Quetzalcóatl enfrentará la oposición de Mictlantecutli activando así su rol de héroe (el camino del héroe) a través de las pruebas que habrá de librar. La cultura nacida del sangrado de este
dios entenderá la muerte como un tránsito que involucra a mujeres y a hombres, a madres y guerreros a niñas y niños, para cada muerte habrá un destino y un desafío. Por ello, la vida podría entenderse como un entrenamiento para la muerte, allá, al otro lado de la vida, los desafíos nos esperan. La obra es un esfuerzo de investigación, una colección de imágenes, versos, ritmos, gestos, poses que nos muestran el pasado precolombino, donde la muerte ocupaba un lugar privilegiado en la cultura indígena. El llamado día de muertos más que una tradición se nos presenta como el resultado de una colisión entre dos culturas. Por ello, es ocasión ideal para la reexión, para preguntarnos cómo fue que llegamos a ver la vida y la muerte a través de estos ojos mestizos, colonizados y descolonizados, en algunos casos.
El levantamiento de la cruz tras la muerte de Rogaciano nos habla de la incorporación de nuevas prácticas, de la llegada del catolicismo, los rezos, la novena, el velorio, el entierro, el rosario, las letanías suenan en la boca de los deudos como tarabilla incomprendida y rutinaria pero también son ocasión para el aoramiento de las genuinas personalidades de los dolientes: chismosos, prejuiciosos, dicharacheros, chantajistas, oportunistas, estafadores, rateros y manos largas; es una forma de expresar cómo nuestras conductas vitales nos acompañan hasta el más allá: por aquello de que genio y gura hasta la sepultura. En el plano de la vida, los personajes aprovechan la muerte para sacar alguna ventaja, una limpia para que te crezca el trasero por ejemplo, mientras que en la muerte hay un lamento y una pérdida que el muerto mexicano transforma en esta: porque más vale muerto que solo, porque mientras haya compañía hasta la muerte se disfruta. Como la vida se espejea en la muerte, se observa una condena de seguir o continuar la existencia, con todo y las desigualdades sociales y manías humanas: alcoholismo, glotonería y lujuria, como dice la canción popular: “mestizo has de ser por tus vicios”.
Del otro lado, en la tumba, la sociedad nos espera para continuar con sus ritos de convivencia y sus exigencias sociales. ¿Será la muerte entonces una especie de inerno donde se pagarán los pecados o será una continuación de la esta de la vida donde la bebida, la comida, la música y nuestras pasiones ardientes nos proporcionarán placeres eternos? Cada quien llegue a la conclusión que más le convenga. Si hay algo que se disfruta de esta obra es el hecho consumado de que los mexicanos sabemos morir bien y bonito, estoicamente y con poesía: “aun los príncipes a morir nacieron”; basta pensar en la canción Tata Dios que acompaña una escena de muerte, donde el desprendimiento de la vida es voluntario, resignado y poético: no resistimos la muerte porque sabemos que la vida es un préstamo sin intereses que debemos pagar llegado el n del plazo establecido, la vida es una mazorca de maíz que se desgrana poco a poco y ya cuando queda el puro olote, no hay de otra sino volver a la tierra para fecundarla con nuestros huesos secos de tanto amar y sufrir.
Hay dos lloronas una española y otra precolombina ambas lloran a los hijos muertos en las guerras, perecidos en el choque de dos mundos, que representó el genocidio indígena perpetrado por los españoles en aquel periodo que solemos llamar “la conquista”. La lucha entre las dos culturas a la fecha no logra terminar, los ritos de antaño siguen motivando suspicacia en las personalidades más blanqueadas, pero con la fuerza de los años han logrado, las culturas, hacerse a la idea de que la convivencia es necesaria y también fértil para ambos bandos, sin dejar de hablar de las desigualdades que ese desdichado encuentro provocó y como a la fecha se siguen perpetrando y perpetuando la discriminación, abyección, odio, segregación y satanización. Obras como Mictlán son el motivo perfecto para iniciar una revisión ontológica y sociológica del fenómeno del sincretismo. Por mi parte, pienso que el mestizaje es la fuerza de la realidad actual (sin olvidar la presencia de la herencia africana en suelo mexicano representada por Yanga y su labio grueso), esa es mi condición pero no la de todos, por lo menos a nivel de las consciencias. Habrá que observarse para medir y estimar el grado mexica o matlatzinca que nos habita y también aceptar la otra parte impuesta por la fuerza y por el destino la hispana
innegable, porque como se dice de los poetas latinoamericanos debajo del sombrero llevamos penacho de plumas. Lo que antes fue imposición ahora es mecanismo de liberación, como la lengua española con la que escribo esta apología, cada palabra que nos ha sido dada por el pueblo genocida ahora es el mecanismo para rescatar, revalorar, desenterrar y recuperar desde la base de las catedrales las máscaras de jade que nos fueron robadas.
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“Se supone que el Míctlan es lugar espacioso, oscurísimo, sin luz ni ventanas, de donde no se sale ni se puede volver. Según Molina es "lugar de dañados": Mictlantli; según Seler es "Casa de la oscuridad": Y oa ichan, "Casa de la noche" yoalli ichan; región del misterio: Quenonamican, donde están los descarnados: Ximoayan, nos informa el Dr. Garibay.” El plano o mundo inferior: Mictlan, Xibalbá, Nith y Hel Vicente T. Mendoza. UNAM, p. 78. (sic.)
“Quetzalcóatl viaja al Mictlan, en busca de los huesos preciosos para crear a la nueva humanidad. Ahí se entrevista —siguiendo la interpretación de León-Portilla— con la doble faz de Ometéotl que mora en los infiernos, representada ahora por Mictlantecuhtli y Mictlancíhuatl, señor y señora de la región de los muertos. LeónPortilla advierte una misteriosa necesidad de la divinidad para que el hombre exista. Al principio, los señores del inframundo parecen acceder y entregan los huesos, no sin antes someter a una serie de pruebas al temerario Quetzalcóatl. En ellas, León-Portilla observó “un reflejo de la velada dialéctica que se despliega en el seno de la divinidad ante la idea de la creación de los hombres […] hay en el principio supremo una lucha de fuerzas en pro y en contra de la aparición de nuevos hombres”. No obstante, los huesos logran ser trasladados a Tamoanchan. Ahí son colocados en un recipiente por la diosa Cihuacóatl —consorte de Quetzalcóatl— para que éste sangre su miembro viril y vierta en ellos su sangre. Todos los dioses hacen penitencia. La sangre de Quetzalcóatl y la mortificación de los dioses logran el retorno a la vida de los huesos de los hombres. Fruto de su penitencia, los hombres son los “merecidos por los dioses”. Estarán, por tanto, en deuda perenne con ellos.” (p.113-114)
Miguel León-Portilla y la interpretación del mito en: La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes 1956-2006, Cruz Alberto González
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MORIR es fecundar la tierra
Raúl Cáceres Carenzo
Tolocan: lugar del dios Tolo. Tolotzin, Toloacotzin, Coltzin: deidad ancestral, tutelar y epónima de Toluca
SALUTACIÓN AL DIOS TOLO
2
Regreso ahora a tu sueño de milenios. Vislumbro de nuevo las ondas que te ciñen. En el poema asciendo hasta tu cara y te digo un secreto con la voz de los vientos: Ayer —parece que fue ayer, Tolotzin— la primavera tardaba un poco más, ¿recuerdas? Gozosos gira-mundos te rodeaban como tú plenos de sonrisa y de frutos tanto en la adversa como en la dispersa hojarasca del oro... Romerías, algazara, verbena, ¡iluminarias! Vuelvo así a ese tianguis sagrado en el que cobras poemas al viandante a cambio del honesto riachuelo de estaciones cumplidas o medidas en su paso y su peso cadenciosos. El invierno se cuelga más tiempo de las ramas, como tú lo mandas. Y siempre nos enseñaste, Oh Tolo, que el viaje existe para llegar al mar y no para quedarse en una nube estampados. También te digo: Con la flama de tu nombre he recobrado el rostro y el camino de los días que desde siempre deparaste a mis cantos.
Tu nombre va aclarando la memoria y los pueblos que hablan en mi sangre.
3 Dice el poeta Owen: Volveré a leer teología en los pájaros a la luz del nevado de Toluca. El frío irá delante, como un hermano más esbelto y grave, y un deshielo de dudas bajará por mi frente. Hace unos veinte años encontré esa ciudad. Escribí entonces: He conocido el aire de Tolocan Y supe que en la piedra, en el jade de otro tiempo, crucé por los espacios donde gira la doncella ...y penetré la sombra de una ciudad que sueña la palabra. —¿Qué música nació con la memoria?— Dije entonces: Un canto oyó mi corazón por el hondo sendero de cipreses y sauces. Hoy te digo: Toloacotzin, dios extasiado, reclinado, que te inclinas. Nos miras con la mirada del mar —el siempre contemplado: Como aves mensajeras de lluvia —y como nubes— llegan semillas —blanca invasión de almas— y el libro de pinturas de tu brisa: Con cantos escribes Con cantos das color a los que han de vivir en la tierra.
En ese nombre tuyo, Toloacotzin, Tolotzin, Tolo, Coltzin, padre, estrella, hermano, abismo, muerte, agua, aire, fuego, hijo / en esta lluvia el hombre, el día, el mar, los tiempos y el canto, el canto, el canto, recomienzan. Para que todo se cumpla, Señor mío, es condición urgente que nos digas tu nombre. Para que arda el canto. Para que el mundo valga. Y más nos vale, Coltzin, que te cante. Llegan lluvias y mundos. Abre ojos y brazos el poema. Gime la oscuridad, Tolotzin; suelta piedras y dioses sobre el espejo de agua de los días.
Toluca, invierno 1990 [De Salutación al dios Tolo y otros textos toluciertos, 1993] http://ceape.edomex.gob.mx/sites/ceape.edomex.gob.mx/files/Cantar%20de%20lo%20vivido.pdf
Nezahualcóyotl Yo Nezahualcóyotl lo pregunto: ¿Acaso deveras se vive con raíz en la tierra? No para siempre en la tierra: sólo un poco aquí. Aunque sea de jade se quiebra, aunque sea oro se rompe, aunque sea plumaje de quetzal se desgarra. No para siempre en la tierra: sólo un poco aquí.
¿A dónde iremos donde la muerte no existe? Mas, ¿por esto viviré llorando? Que tu corazón se enderece: aquí nadie vivirá para siempre. Aun los príncipes a morir vinieron, hay incineramiento de gente. Que tu corazón se enderece: Aquí nadie vivirá para siempre.
Nacer es sólo
ro paso José J. González
En nueve meses me he gestado, sobre nueve escalones desciendo hasta el corazón de mi tierra; y en boca se coloca una piedra, un jade precioso, un terrón que tiembla como el corazón. Ni jade ni tierra se diferencian, ni bella flor ni exangüe hierba, todo en esta tierra se marchita, ni canto de ave dura, ni oído escucha perdura. En nueve meses me he gestado, y desciendo al primer escalón, mi perro cenizo, mis pies terrosos, mi sangre y mi boca mi jade precioso, mi semilla inicua, todo se acaba.
A veces estoy a nada de perderme en los cerros, de ser polvo y ser molido; ni el pedernal me corta, ni la obsidiana que sopla y se clava en mi carne me detiene, soy tierra, soy semilla que se siembra en la noche. Me arrojo volando al quinto escalón; en nueve meses me he gestado, cuántas veces se pronunció mi nombre, ahora mis hermanos lo van olvidando. Ante manos invisibles que arrojan flechas me he entregado me hieren ora aquí, ora allá; mis hermanos guerreros aquí sus flechas han llegado. En nueve meses me he gestado, mi corazón lo devora el jaguar, ni tierra ni jade, mi pecho se ha abierto y crecen aves su canto se extingue, juegan en las noches a cantar. Me sumerjo en las aguas oscuras y mi alma ajena al cuerpo se desprende, ni flor más bella ni pequeña hierba, nada se queda, todo perece, nacer es sólo otro paso.
poesía
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Tres poemas Dada
de muerte
Blues triste en la muerte, mi vacío de imaginación en el fregadero con comida sin alguien que levante el fuego en mano. Recuerdo desierto de muerte, sentirás la muerte como un asalto en febrero que corre por la imaginación. Llevaba años formando la muerte, me llamó el sábado para desaparecer en la mañana y sentir el apetito del asombro.
M u e r t e-
cita
Muertecita bella perseguidora me atrapaste [hueso podrido] (tierra) juega conmigo y con el sol terrenal al vital rumor [sangre seca] (sal) or cempaxúchitl alumbradora solar guía mi paso [tumba abandonada] (copal) niño sonriente cava un agujero y hazme sangrar [fémur roto] (humedad)
Antonio Carrillo Cerda
señor de los huesos haz sonar mi cráneo de oscuridad invidente [risa de loco] (piloncillo)
ave de jade quiebra tu vuelo fugaz de obsidiana [palabra sagrada] (zumbido) maíz sagrado vuélveme a la vida sana mi sangre. [resurrección] (luz)
La muerte en el mundo mexica “Para los antiguos mexicas, la muerte representaba el paso a otra vida, como los guerreros que morían en la batalla, las mujeres que no aguantaban el dolor del parto y fallecían el dios Hutzilopoztli los esperaban en el Omeyocan, ya que éstos representaban los rayos que desprendía Tonatihu, para después llegar a la tierra en forma de colibríes; cualquiera que enfermaba el dios Mictlantecuhtli y su esposa Mictecacihuatl, los esperaba en el Mictlán , los que morían por circunstancias relacionadas con el agua Tlaloc los esperaba en Tlalocan y los niños que fallecían buscaban el Tonacuahtlan, ahí se encontraba el Chichicualcuahtl, árbol de la mamazón, el cual las hojas que colgaban eran en forma de senos, así podían comer los niños de él.”
El culto a los muertos L. en D. Miguel Ángel Sánchez Tapia Cronista de la Facultad de Antropología, UAEMex
La inaplicabilidad del concepto
El posmodernismo y la globalización han instaurado un término que en sí proclama una contradicción semántica: descolonización. El simple prefijo “des” denota un previo acercamiento a la condición de la que inmediatamente se desea separar. Per aleud, “separarse de todo sentido de colonización” se vuelve una condición virtual. Pues debemos de tener en cuenta que dentro de toda colonización existe una relación intrínseca de vencedor-vencido, donde el primero impondrá una nueva cultura, pero que esta se desvirtuará tan pronto entre en contacto con la nativa. La colonización no sólo implica conquista, sino también el nacimiento del sincretismo, puesto que los vencidos siempre se opondrán a ser derrotados completamente y, por esto mismo, al tiempo que son colonizados, también colonizan; esta relación simbiótica da como resultado una nueva cultura, que en nada podría parecerse a la de los vencedores, pero tampoco a la de los vencidos. Si hablamos de una descolonización en forma, se tendría que hablar de un fenómeno de asepsia completa, donde en un plano temporal paralelo a este, alguien impida que la relación arriba descrita se lleve a cabo, deteniendo, de esta manera, todo intento de mestizaje y sincretismo. Claro, hablamos desde un plano virtual e imposible. Semánticamente, la descolonización sólo es aplicable como concepto abstracto en manuales teóricos, un objeto que carece de una praxis en este mundo real. Más allá de hablar de una descolonización, tendríamos que entender que todo se encuentra en una constante colonización que ocurre en el instante ya, pero se pierde tan pronto se origina una convergencia entre dos culturas que mantendrán una relación constante de amor-odio.
José J. González
Descolonización
Matlatzinca
Matlatzinca en nĂĄhuatl significa "los seĂąores de la red"
Los matlatzincas tejían redes que utilizaban para cargar maíz, nos cuenta Bernardino de Sahagún que realizaban un sacrificio que consistía en poner en el interior de una red a una persona y luego la retorcían hasta que le hacían salir los intestinos, así conseguían derramar la sangre que ofrecerían posteriormente a su ídolo Quetzalcóatl.
DĂa de muertos
‘Igual que el carnaval, el Día de Muertos siempre representó una amenaza para el sistema político y religioso ocial. De aquí que durante la era colonial los gobernantes españoles intentaran menguar, cuando no suprimir, la esta popular de Todos los Santos y de las Ánimas. Escribe el historiador Pedro Viqueira: “La visita nocturna que los aldeanos, hombres, mujeres y niños, hacen a los cementerios, las festividades y la embriaguez que allí ocurría, sólo podían escandalizar y, sobre todo, aterrar a las élites ilustradas, las cuales aspiraban a expulsar a la muerte de la vida social. Esta esta, que deslindaba a los vivos de los muertos e invertía parcialmente sus papeles, mostraba la presencia de la muerte en medio de la vida en una era en la cual la élite de la Nueva España... intentaba olvidar su existencia (Viqueira, 1984: 13)”.' (sic)
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MUERTE
Dame la muerte chiquita, dame la muerte pequeña. Y así tal vez en tus brazos alcanzaré gracia plena. Su esencia de alta marea, sus besos de tamarindo. Sus pestañas dos palmeras a cuyo vaivén me rindo. Dicen que usted trae las sombras, y por dentro está toda herida. Dame la muerte chiquita. Antes del último sueño, una cosa a Dios yo pido un segundo ser su dueño. La venganza es cosa dulce, y este machete que tengo, es por si alguien le hizo daño que yo por usted me muero. Es por si alguien le hizo daño, que yo por usted... Dicen que usted trae las sombras, y por dentro está toda herida. Por una noche en su lecho, soy capaz de dar la vida.
CHIQUITA DAME LA Fuente: Musixmatch Compositores: EMANUEL DEL REAL DIAZ / RUBEN ISSAC ORTEGA ALBARRAN / ENRIQUE ARROYO RANGEL / JOSE ALFREDO ARROYO RANGEL Letra de La muerte chiquita © Editora Azul, Editora Bachill
Despedimento de angelito Dichoso de ti, ángel bello, y a la hora en que naciste dichoso de ti, ángel bello, y a la hora en que naciste dichoso de Padre y Madre y padrinos que tuviste dichoso de Padre y Madre y padrinos que tuviste. Ya se murió el angelito, válgame Dios qué alegría ya se murió el angelito, válgame Dios qué alegría que lo reciban los ángeles para cantarle a María que lo reciban los ángeles para cantarle a María No llores, Madre afligida, ni te cause desconsuelo no llores, Madre afligida, ni te cause desconsuelo que Dios te tiene escogida para dar ángel al cielo que Dios te tiene escogida para dar ángel al cielo
Claudia Martinez
Tata Dios Tata Dios
Ponme mi vestido blanco aquel con que nos casamos; el doctor por más que le ande ta' muy lejos nuestro rancho. Ya no gastes en remedios ya mis juerzas van mermando; ponme mi vestido blanco Tata Dios me está llamando. Tata Dios, Tata Dios, Tata Dios, me está llamando.
Valeriano Trejo
Todo se queda en silencio sólo Juan le dice a ella: vieras qué lindos jilotes se están dando en la ladera. Pero ya no quiero nada voy a regalar la siembra Tata Dios así lo quiso y con Tata nadie juega, y con Tata nadie juega. Tata Dios, Tata Dios, Tata Dios, me está llamando.
Tuve el gusto y el privilegio de entrevistar al Director General y responsable de adaptación de la puesta en escena Mictlán: teatro, música, danza y muerte Jaime García Sánchez el día 14 de octubre de 2019 en el teatro de “Los jaguares” de la Universidad Autónoma del Estado de México en la ciudad de Toluca, quien amablemente me permitió conocer la obra desde dentro hacia afuera y de principio a fin, gracias por su generosidad maestro. Antonio Carrillo Cerda
Jaime García Sánchez Director General
¿En quién debemos pensar cuando hablamos del rescate de la cultura prehispánica mexicana? Todo mundo habla de otros personajes pero menos de Miguel León Portilla. Yo creo que es el momento de hablar de él porque varios de los fragmentos que nosotros presentamos fue él quien los escribió, quien los investigó, así es que Miguel es fundamental en toda la Historia de México, tanto prehispánica, mesoamericana como colonial. Hay tantas cosas que escribió y nosotros no lo hemos valorado como es debido, preferimos escuchar a cantantes, que son buenos, que son populares pero Miguel León Portilla con su bagaje nos ofrece mucho más. Tuve la oportunidad de conocerlo en una conferencia aquí en la ciudad de Toluca, en el museo Luis Nishizawa, en realidad era una persona tan sencilla, que se dejaba cuestionar por la gente, sacando de dudas a sus lectores acerca de todas esas investigaciones que él hizo.
¿Cómo nació la puesta en escena de Mictlán: teatro, danza, música y muerte? El texto y la idea original son de Yazmin Tapia, con el tiempo lo he hecho mío tomando parte de sus ideas, lo he ido recomponiendo a través de las coreografías y de sentimientos propios. Le comento, yo empecé con un trabajo coreográco que se llama “Música, danza y muerte”, lo estrené en un aniversario de la muerte de mi madre, y justo hicimos nuestra primera función un primero de octubre, misma fecha en que mi madre murió, hace seis años que ella falleció. Esto ha venido creciendo, parte de lo que contamos en el levantamiento de la cruz son experiencias que mi madre me contó porque ella era rezandera, rezaba el rosario en la novena al muerto, ella se llamaba Juana Sánchez Castro, Mictlán es un homenaje a mi madre y a todos nuestro muertos, es un homenaje a nuestra cultura mexicana, porque yo soy admirador de todos los cantantes, artistas, pintores y músicos que tenemos en México, y sobre todo de una tradición tan importante que es el día de muertos, el Mictlán. En mi parte huasteca, porque yo soy de San Luis Potosí, se festeja el Xantolo o día de muertos, ese día se ofrecen “chichiliques”, en cada casa ponen pan, tamales y fruta y la gente desde la calle dice “chichiliques” y la gente de la casa sale con sus “chichiliques” que vienen siendo: pan, tamales, café, etc., y se las ofrecen a la gente. Y por allí, en el Xantolo: levantamiento de las alamas, las almas andan en la calle festejando con la gente es algo importante, es algo que nosotros vivimos, es algo que nosotros festejamos. Nosotros tenemos una herencia cultural tan grande en todas las culturas de México y sus grupos étnicos. Tenemos mucho por delante en el rescate cultural para presentarlo aquí, hoy nos tocó presentar algo del grupo otomí. La recuperación incluye también, el registro de aquellos chantajistas que surgen en las estas, como: “te cuidas no te vayas a bañar porque te puedes convertir en pescado”, una superstición “y aguas porque te puede suceder”. Muchas cosas para creer o no, pero el pueblo las tiene fundamentadas y escritas en su cuerpo y en su mente, de esta forma el mexicano: vive con la muerte.
¿En un mundo interconectado, cuál es el destino del teatro? El teatro tiene que ser una de las artes que le permita llevar, con compromiso, a la comunidad lo que viene siendo nuestra tradición, tenemos que llevarlo (el teatro), tenemos que llegarle a la personas, la gente no viene al teatro, por eso yo creo que nosotros tenemos que llevar el teatro a la gente, y presentarles un trabajo tan bello e interesante como son las costumbres de su comunidad, el ir a velar al panteón es una tradición del centro de la república mexicana, aquí lo vivimos en cada uno de los pueblos en Calixtlahuaca, San Lorenzo, San Buenaventura, en todos los pueblos que rodean al Estado de México y no en todas las partes se va a velar. Se vela, por ejemplo, en Michoacán que se hizo una tradición en Pátzcuaro, pero la tradición pura, fuerte e interesante, con toda una fundamentación está aquí en el Estado de México, porque vamos y le bailamos a los difuntos y les cantamos, convivimos, comemos con ellos, no tomamos na'más por el simple hecho de tomar, sino estamos tomando una copa porque estamos comprometidos con nuestros difuntos, con los muertos, con las almas a quienes vamos a acompañar y las velas son para ello porque ellos vienen para mezclarnos vivos y muertos en una tradición.
¿Cuál es el origen del sacricio de la red? Era un culto Matlatzinca llamado “los hombres de la red”, un sacricio muy especial de nuestro Estado de México, no en todas las partes se practicaba, conocemos de otros sacricios de extracción del corazón o de echazos o de ahogamientos, pero “los hombres de la red” es algo muy especíco de nuestros matlatzincas, de esta región de Calixtlahuaca, por ello quisimos traerlo aquí como parte de nuestra investigación. La investigación implicó un acercamiento al museo de Calixtlahuaca, para revisar como se hacía el sacricio para crearlo y recrearlo, adicionalmente añadimos música que es muy de nuestra gente.
¿Qué mensaje envía la obra al respecto del encuentro de las culturas española y precolombina? Los hispanos quisieron derribar nuestra tradición, tirando nuestros basamentos piramidales, por ello la escena en la que baja del cielo un telón negro y el obispo tapa la pirámide es porque quiere desaparecer esa tradición para convertirnos, simbólicamente, al catolicismo, esa es la fundamentación, es la muerte de toda una tradición de tipo precolombina, y la muerte del hombre precolombino para vivirnos de otra forma sin olvidar del todo nuestras tradiciones. Por ello, aparecen dos lloronas, una española y otra prehispánica que atravesaba los corredores de los basamentos piramidales.
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¿Cómo se logró la fusión de Danzart y Bambalinas? Tuve una invitación por parte de Yazmín Tapia que es la directora de Bambalinas: teatro en movimiento, ella armó un trabajo ya hace como unos doce años que se llamaba Raíces: culto a la vida a través de la muerte, ella me llamó y me dijo “maestro yo quiero que usted ponga todas las coreografías”, este trabajo lo llevamos a Cuba, yo era actor y terminé bailando un papel muy importante de Quetzalcóatl, retomé esa experiencia con mi gente y lo llevé a Danzart, para convertirlo en otras coreografías muy diferentes. Es Yazmín Tapia la iniciadora de todo este trabajo porque ella fue becaria del FOCAEM, de esta manera ella me acercó a todo este bagaje histórico y coreográco; y de ahí partimos para armar Mictlán a través de la composición, recomposición y revisión de texto, música y coreografía. Esto es un trabajo que ya tiene tiempo, también lo llevamos a un festival internacional a Tlaxcala con un frío tremendo y ahí estábamos desnudos sufriendo y gozando el teatro. Mictlán primero fue Raíces: culto a la vida a través de la muerte y se convierte ahora en Mictlán: teatro, música, danza y muerte un trabajo multidisciplinario en donde los actores cantan, bailan, interpretan y sienten. ¿Cuál es el destino de esta puesta en escena? Pienso que este trabajo debe perdurar y llevarse más allá de nuestro Estado de México, tenemos que moverla en otros ámbitos nacionales para que sea conocido todo este bagaje que tenemos los mexiquenses para que la gente pueda aprender y disfrutar de esto que es lo nuestro, sin olvidar otras tradiciones como el halloween que nos llega como oleaje desde Estados Unidos, pero que conozcan primero lo que es nuestra identidad. Los bailarines y los actores han ido creciendo, y yo también, porque he tenido que fundamentar más mi trabajo, para poder llegar y decir: ahora lo que se necesita es esto. Esta vez la dirección estuvo totalmente a mi cargo, Fredy e Ilce son los actores que nos han apoyado con el manejo escénico, desde cómo interpretar un papel, cómo decirlo, cómo hacerlo porque mis chicos son bailarines y los estamos metiendo a una experiencia totalmente diferente; ellos nunca imaginaron que estarían en un teatro actuando, bailando y cantando. Tenemos que formar actores, bailarines con todos los elementos escénicos. Casi se me escapa comentarte que en este trabajo tenemos la participación de Miguel Ángel Hernández Vences con la escenografía que tiene más de 20 años y la integración del grupo musical Los Andes interpretando “El romance del enamorado y la muerte”.
Reparto Ilse Gil Fredy Solvi Michelle Cruz Ileana Quitzé Gacía Ortiz Aurora Ely Reyes Mendoza Leilani Vanesa Álvarez Zamora
Edgar Solano Sánchez Fernando Marín Santillán José Eduardo V. García Rey David Sánchez Morales Luis Enrique Marín Santillán
Sonido / Luis Emilio García Ortiz Diseño de iluminación / Iván Cortez y Fredy Solvi Escenografía / Miguel Ángel Hernández Vences Texto e idea original / Yazmín Tapia Adaptación y producción / Jaime García Sánchez Producción / Compañía Universitaria de Teatro UAEM / Bambalinas “Teatro en movimiento” / Danz-Art UAEMex Asesor de danza / Miguel Valencia López Asesor vocal / Alejandro Bernal Corona Diseño de cartel y programa de mano / Luis Emilio García Ortiz Diseño de vestuario / Jaime García Sánchez Técnico de iluminación / Iván Cortez Taquilla / Ana Luisa García y Emma Zamora
STAFF