NÚMERO 3 GÉNERO, SEXUALIDAD Y AFECTOS ACRE es un fanzine Hazlo tu Mismx de creación colectiva editado por Towers Of Acre. Para participar en próximas ediciones puede enviar su material a towersofacre@gmail.com - Las ideas contenidas en este fanzine no reflejan necesariamente las opiniones de los miembros de Towers Of Acre, pues la publicación está pensada como un espacio de debate, disenso e inconformidad.
LO PERSONAL ES POLÍTICO EDITORIAL
Por Towers of Acre - towersofacre@gmail.com
“La solidaridad no supone que nuestras luchas son las mismas luchas, o que nuestro dolor es el mismo dolor, o que nuestra esperanza es por el mismo futuro. La solidaridad implica compromiso y trabajo, así como el reconocimiento de que incluso si no tenemos los mismos sentimientos, o las mismas vidas, o los mismos cuerpos, vivimos en un terreno común.” - Sara Ahmed
Si, político, esa palabra que a tantxs acomodadxs, privilegiadxs y mediocres les produce escozor. Si, este fanzine está cargado de rabia (tal vez no la suficiente), pretende ser una patada en los cojones. Si, nuestrxs cuerpxs (las cuerpas de las lesbianas de las trans, de lxs queer cuentan, y mucho), junto con nuestrxs emociones, sentimientos, pulsiones y prácticas sexoafectivas, son un campo de batalla desde hace siglos, en donde un somero azar de la biología, que no es sino eso, condena a personas nacidas en el seno de esta obtusa y retardataria sociedad capitalista (otro término que produce escozor, en lugar de ira) a un ostracismo selectivo y a unas violencias específicas, soterradas o no, pero siempre sistemáticas, pero en donde algunxs no pretendemos otra cosa sino crear un mundo donde la diferencia sea lo que nos une, un mundo donde quepan mucho mundos posibles, más vivibles, mejores, diversos. Dirán que fracasamos, pero nunca que no lo intentamos. Por qué será que la gente que más se empecina en joderle la vida a los maricas, lesbianas, trabas, etc., siempre es gente con dinero, o sea con poder, y generalmente son hombres blancos heterosexuales (empero, véase los gays de Wall Street), quienes con ese poder están en toda la facultad para decidir sobre vidas y cuerpos a placer. A lo que nos referimos es que esto no es casualidad. Los patéticos defensores de ese adefesio conocido como “derechos de los hombres” son los primeros en ignorar adrede este estado de cosas. Claro, cuando tienes privilegios harás lo imposible y lo indecible por defenderlos, véase a los ricos de este país que por todos los medios quieren quitarnos la paz, véase a la gentuza que trajo desde España (cuna de fascistas) a Bogotá el bus naranja transfóbico con el aval del impresentable de Peñalosa. Hay que llamar la atención sobre algo: es muy fácil enunciarse, es muy fácil decir “apoyo a mis amigos gays”, o es muy fácil poner la bandera arcoíris en el perfil (o en los escenarios de conciertos de hardcore). En este amplio campo de batalla que mencionábamos, se da la pelea por lo que llaman
“igualdad de género”, o la abominable “ideología de género”, elucubraciones con las que generalmente no estamos de acuerdo, pero estar inconforme es insuficiente. Así como la patética indignación liberal, la de las banderitas francesas y británicas en la foto de perfil de Facebook, no sirve absolutamente para nada, tampoco es útil simplemente enunciarse, utilizar del cuerpo solo la boca para exhalar frases etéreas como la neblina. ¿Cuándo utilizaremos otras partes del cuerpo para pelear? Porque las mujeres kurdas de Kobane, los maricas de Chechenia, lxs trans del Urabá, lxs queer negros de Norteamérica, y tantxs habitantes de lo que hemos determinado como periferia, si se juegan la política desde sus propios cuerpxs a riesgo de perderlos, no luchan creyendo que tienen una voz dando opiniones en comentarios de Facebook o viendo noticias en la comodidad de un sofá con el estómago lleno. Tampoco se dedican a dar opiniones desde su bienestar individual, del calibre de “muchos hijueputas los del atentado en el Bataclan”, o “que desgraciados los del Isis, como pudieron matar niñxs en Manchester”, o peor aún: - “¡Desgraciados! Ojalá maten a esos tombos venezolanos y al hijueputa de Maduro, fuerza Venezuela” - “Amigo, eso no es Venezuela, es Buenaventura, es el pacífico colombiano, no es la GNV, es el ESMAD” - “Se lo tienen merecido, negros tenían que ser, son unos perezosos que no trabajan” Lanzar opiniones como dardos es difícilmente una forma de lucha, y en el caso de que lo fuera, es la forma menos efectiva para obtener algo. Incluso, las opiniones pueden ser xenofóbicas, machistas o sexistas. Muy diferente es el debate, en donde en igualdad de condiciones podemos ir a la raíz del problema, desplegando, cotejando y elaborando planes de acción, teniendo como base nuestros diferentes puntos de vista y experiencias, como se ha venido insistiendo en este espacio desde la primera edición. Y el debate es insuficiente, si no se pasa a performar, a hacer realidad lo que pensamos, soñamos y decidimos, no sirve de nada. Así como nos solidarizamos con nuestros conocidos y nuestros amigos cercanos, también debemos solidarizarnos con los actores sociales en resistencia, más aún si proceden de grupos humanos históricamente discriminados por ser diferentes. Por eso, Acre se solidariza y apoya el paro de maestros, los paros cívicos en Buenaventura y el Chocó (Medellín es muy lindo, pero si alguna vez buscan conocer un lado de Colombia único, vayan al pacífico, desde Nariño hasta Chocó), el paro de los empleados de la rama judicial, e incluso los taxistas que paran que no se ven representados por la mafia de Uldarico Peña. Apoyamos la lucha de las mujeres kurdas, de las
mujeres latinoamericanas, y los paros de mujeres que se realicen, de las norteamericanas, las polacas. Condenamos la enorme cantidad de feminicidios que se han presentado en lo corrido del año, y los más de 120 asesinatos de líderes sociales en Colombia por parte de grupos paramilitares al servicio de los intereses políticos y económicos. Está claro que el fin del conflicto en Colombia no está en el horizonte, seguimos pues en pie de lucha. Ahora bien, ¿Qué propone el hardcore frente a este estado de cosas? De entrada, es difícil vislumbrar una respuesta, pero tal vez las páginas siguientes contribuyan un poco a esclarecer el panorama. Lo que sí es posible suponer es que estamos aún demasiado lejos de conformar una comunidad en la que los temas de género, sexualidad y afectividad formen parte de la agenda, por decirlo de alguna manera. Estamos lejísimos de habitar un espacio en el que lxs cuerpxs negros, lesbianxs, trans, queer, etc. puedan desplegarse sin miedo. Cuerpos que, seamos realistas, ni siquiera existen en la escena hardcore, y en el mejor de los casos son absolutamente invisibles. Hemos creado un espacio homosocial, un lugar ideal para los machos, el reto es transformarlo, o crear uno mejor. En suma, marcaremos realmente la diferencia cuando las ideas dejen de ser agua estancada dentro de pozos con nuestra forma, y pasemos a encarnarlas, en el sentido más radical de la palabra. El primer paso ha sido difícilmente dado, aun debemos hilar, tejer y puentear. Parafraseando a Nega, "lo siento (realmente no <3), escribo con las tripas. Sinceramente que arda todo, el fuego purifica.".
Nomi Marks: That locker room might have made my father the man that he is, but it also made me the woman that I am. After that, I quit the swim club. I quit trying to fit in, trying to be one of them. I knew I never would be. But more importantly, I didn't want to be. Their violence was petty and ignorant, but ultimately, it was true to who they were. The real violence, the violence I realized was unforgivable, is the violence we do to ourselves when we're too afraid to be who we really are. Lito Rodriguez: I'm afraid I will lose everything that I've worked for. Nomi Marks: I know how that feels. But at a certain point, I realized there's a huge difference between what we work for and what we live for. Sense8
POR UNA ESCENA QUE REVOLUCIONE DESDE EL AMOR Por Tatiana Castillo - tattcastilloa@gmail.com
¿Amor libre? Si hay algo en el mundo libre, es precisamente el amor. El hombre pudo comprar cerebros, pero con todos sus millones no consiguió el amor. El hombre subyugó los cuerpos, pero no logrará subyugar el amor. El hombre conquistó naciones enteras; pero sus ejércitos no pudieron conquistar un grano de amor. El hombre cargó de cadenas el espíritu, pero se encontró completamente inerme, indefenso ante el amor. El amor no necesita protección; se basta a sí mismo. Tan pronto como el amor impregne la vida con su ardiente y perfumado aliento no habrá más criaturas desamparadas, ni los hambrientos, ni los sedientos de afectos. - Emma Goldman, 1910
Esta es una reflexión sobre ciertos aspectos que como observadora he podido rastrear o identificar en la escena hardcore bogotana en los últimos 8 años. Acepto la invitación que me hace Towers of Acre a participar en este número, precisamente como invitada y no con el objetivo de señalar desde arriba o desde abajo, sino, más bien, encontrando similitudes o diferencias con la experiencia que viví en mi adolescencia y juventud punk. Además de recibir con profundo interés y ánimo la preocupación ético-política sobre el amor y los afectos que concierne a esta edición. Hace aproximadamente un año estuve presente en un encuentro informal y amistoso entre varios miembros de bandas y amigos de estos. En este surgió la discusión sobre el tema de los Dispositivos de Poder —acuñada por Foucault— con respecto a la sexualidad, entre otros temas menos “académicos”. Allí encontré muchos cuestionamientos, reticencias y, sobre todo, vacíos. Fue un momento, para mí, revelador sobre la reflexión (poco común) acerca de los afectos, el género y la sexualidad en esta escena de la cual he hecho parte indirectamente. Y no porque casi ninguno tuviera conocimientos al respecto de este término, esto es irrelevante, sino porque finalmente salió a relucir el más profundo machismo que, a mi parecer, permea este espacio. No quiero decir que sólo esa situación visibilizó este asunto. Hace un tiempo he sido testigo de la connotación moralista y patriarcal cargada sobre las relaciones sexo-afectivas, la imposición de amor romántico y “verdadero” en los espacios que suponen ser de libre pensamiento, rebeldes y contraculturales; herederos de las luchas libertarias y heterodisidentes y que, al parecer, no tienen más campo para los cuestionamientos sobre temas que vayan más allá del Straight Edge, la lealtad y la amistad.
Lo que más me intriga es por qué a nadie le parece sospechoso que sigamos jugando a la dinámica novio/a, esposa/o o amante. Y a partir de esto interactuamos convenientemente según conceptos como fidelidad, traición y pareja. Convirtiéndose esto en la vara de medir o el “moral-ómetro” calificativo de los y las miembros o sus invitadas. Me refiero a invitadas en femenino pues es la figura más común de las mujeres en el hardcore. Claro que hay mujeres que hacen música, que son parte de la movida, que gritan y se sacuden al ritmo de las baterías y bajos, pero según mi opinión, su presencia está frecuentemente condicionada por el hombre con el que tienen una relación amorosa, bien sea temporal o permanente. Las bandas de chicas son muy pocas en el punk, y creo, nulas en el hardcore colombiano. Un guitarrista de una de las bandas bogotanas me dijo una vez que los derechos que las mujeres tenemos hoy en día son resultado del pasar del tiempo y la evolución de la sociedad, de azares del destino que nada tenían que ver con un movimiento contestatario y rebelde feminista. A nosotras no nos han regalado nada. No somos afortunadas ganadoras de una especie de sorteo histórico que regala beneficios y derechos a las partes oprimidas de la sociedad. Sojourner Truth, Cherríe Moraga, Emma Goldman, Lucy Parsons, Angela Davis y un innumerable grupo de mujeres feministas, anarquistas y comunistas han criticado fuertemente la carencia de una perspectiva de género dentro de los movimientos socialistas de los que fueron parte (esto sin nombrar el tema de la raza) desde hace décadas. Entonces no es un tema nuevo.
Lo realmente desconcertante es la carencia de reflexión acerca de estos temas por parte de quienes participan en este espacio. Me encontré una y otra vez, salvo un par de excepciones, con hombres y mujeres a quienes les da pereza debatir, salirse del chisme y del chiste cómodo y sexista (muchas veces racista). Con grupos de amigos cuyas charlas se limitan a tocar temas cotidianos y vacuos como quién está saliendo con quién, quién dijo qué sobre quién, cómo le fue en el trabajo y qué banda está tocando dónde. ¿Y dónde queda la reflexión y construcción colectiva de conocimiento? Se nos olvidó que hacemos parte de un espacio que nos tiene que cuestionar y desacomodar de nuestros más interiorizados prejuicios. No es una tarea fácil pero sí profundamente enriquecedora y liberadora. De todos los días, de lectura y charla. De compartir y debatir. De compañeros y compañeras que unidxs desmitifican el carácter contingente de los vínculos amorosos, la libertad controlada, el mandato de la fidelidad, la pareja ideal y el supuesto de la complementariedad. En la Historia de la Sexualidad, Foucault establece que el amor romántico y la monogamia son pactos políticos que dan solidez económica y social a la lógica capitalista, donde existe una relación mediada por la propiedad, por los celos (arma disciplinar del patriarcado, profundamente instalado en el subconsciente, otro posible tema a abarcar en otro artículo) y la privatización de los afectos. Es una efectiva relación de poder. Una que se establece desde la jerarquía moral y el ego. No podemos seguir aplaudiendo la libertad sexual y corpórea de otras mujeres mientras tachamos y
censuramos la de nuestra pareja. El machismo puede manifestarse con violencia física, pero tras haberla padecido, de una manera psicológica, puedo exponer la necesidad de abolir esta idea de que mi pareja es mía y que por lo tanto me “debe” algún tipo de lealtad o filiación ciega y desinteresada. Lo más irónico de todo este asunto, y que es de conocimiento de todxs, es que el machito opresor que exige fidelidad y modestia, cuando no está su pareja, hace justamente lo contrario. ¿No es esta una réplica taimada del comportamiento corrupto del Estado y la Iglesia que tanto criticamos y repudiamos? Como bien supo decir Audré Lorde en Las herramientas del amo nunca desmontarán la casa del amo: “A las mujeres de hoy aún se les pide que se esfuercen por disminuir la ignorancia masculina, y educar a los hombres sobre nuestra existencia y nuestras necesidades. Esta es una trampa vieja y primordial de todos los opresores para mantener a los oprimidos con los intereses del amo”. No podemos pedirles a los hombres que hagan una transición por nosotras. Dejemos de usar la palabra “perra”. Dejemos de odiarnos entre nosotras. No podemos seguir quitándole valor a la vida u opinión de nuestras compañeras por sus elecciones sexuales. Nuestras diferencias no son lo que nos han hecho pensar, lo que nos divide. Son en cambio lo que propulsará, apreciándolas, a una auténtica revolución. Aquí está la puerta abierta para generar una renovación que comience incluso por el lenguaje que usamos, la manera en la que vemos a las otras e interactuamos con ellas. Uno de los grandes triunfos del patriarcado fue separarnos y hacernos creer que somos enemigas. Es necesario dejar de lado la esperanza de que los cambios llegarán caídos del cielo, detrás de una revolución de masas o de una modificación colectiva de pensamiento. Es fundamental que cada una y desde sus entornos más cercanos resistamos a esta imposición hetero-normativa que se cuela en nuestras concepciones del amor y de los otros y otras. El mundo ya está lleno de mucho dolor y odio, tomemos este espacio para sacarnos los rosarios de encima y más allá de tener relaciones abiertas o no, modifiquemos ese régimen de obligatoriedad monógama en el que nuestros cuerpos y vidas se convirtieron en propiedad privada reforzando la lógica del capitalismo neoliberal de convertirnos en productos consumibles. Nuestros deseos y sentimientos no pueden hacer parte de una privatización de lo personal, lo subjetivo y lo íntimo. Resignifiquemos las experiencias como espacios horizontales, liberemos el amor y démosle una connotación permanente de transformación.
Bibliografía Bologne, Jean Claude. Historia de la pareja. Bogotá: Ediciones Fondo de Cultura Económica SAS, 2017. Foucault, Michel. Historia de la sexualidad. Madrid: Siglo Ventiuno Editores, 1998. Goldman, Emma. Anarchism and other essays. New York and London: Mother Earth Publishing Asociation, 1911. Goldman, Emma. Ensayos. Bogotá: Imprenta Comunera, 2017 Mogrovejo Aquise, Norma (Compiladora). Contra-amor, Poliamor, relaciones abiertas y sexo casual. Reflexiones de lesbianas del Abya Yala. Bogotá: Ediciones Desde abajo, 2016. Moraga, Cherríe. Castillo, Ana (Compiladoras). Esta puente, Mi espalda. San Francisco, CA: Ism Press Inc, 1988
DIEZ MIL PIEDRAS MÁS QUE DAVID... Por paria
Salí del closet muchos años después de tocar con una banda anticapitalista, vegetariana, straightedge y anarquista. Obtuve el precioso y anhelado apoyo de muchos y el rechazo de unos cuantos, cosa que jamás me importo, ya que aun así yo me jactaba de cagarme en la cara de lxs putxs homofobicxs que les gustaba mi banda, pero que les daba lástima que el bajista fuera maricón, a ellxs les dedico este escrito, porque para mí seguirán siendo la mierda de siempre, mi banda y nuestro ruido nunca fue de ustedes y jamás lo será. Llevo 6 años distante, buscando respuestas a miles de preguntas, aun no las encuentro, pensé que estar lejos me ayudaría a encontrarlas. Por el contrario, he descubierto que las respuestas no están en otros lugares, las preguntas se hacen conmigo, con el movimiento, con la humanidad. Una de ellas, que me ha perseguido (a veces poco trascendental, otras no), es, ¿por qué el odio dentro del hardcore/punk? Crecí dentro de la escena hardcore punk bogotana, toqué en una banda por diez años, estuve involucrado políticamente en varios asuntos, y, aun así, el machismo, la homofobia (ni pensarse la transfobia), la misoginia, el straightedge sectario, el purismo y los valores cristianos abundan en un sitio que yo siempre lo pensé radical, diferente, opuesto al dictamen del capitalismo regente en nuestras vidas, y lastimosamente la alternatividad caía por su propia gravedad en la normalidad cero transgresora de lo que pensábamos “anti…”. Quiero ser bastante específicx, ya que hubo y ha habido insistencia por parte de algunxs porque todo cambie, al menos sus vidas, sin embargo la opresión entre nosotrxs continúa después de haber partido, como si todo hubiera quedado en la criogenia. Me desespera, nada cambia, todo sigue igual, convencidxs de lo alternativxs (políticamente) que somos. Seguimos siendo lxs mismxs normales de siempre. De qué sirve construir una escena en la que hablamos de política, estamos metidxs en asuntos radicales o en proyectos para deconstruir nuestra realidad, si somos incapaces de dejar a un lado la moral cristiana que carcome lo más profundo de las mentes, que lo toca todo, en la que transgredir este mundo es imposible y se reduce a varios aspectos: El machismo, en el que las mujeres siguen siendo el objeto atractivo, el trofeo a mostrar en los toques, la carne en exhibición, las fiesticas de las tetas tatuadas, que si las chicas no son “femeninas” entonces son unas marimachas, que si no son “lindas” están condenadas a ser las feas del parche, marginadas dentro de la escena,
cuyo único objetivo como “amiga” es presentar a las hardcoreras/punkeras que estan “buenas”, y si son violentadas es culpa de ellas mismas; ¿para qué?, ¿para argumentar que ha incrementado el número de chicas en nuestro parche y que ahora somos más “igualitarios”? La homofobia, que para la gran mayoría de hardcoreros todavía sigue siendo un puto tema tabú, en el que se sienten bien teniendo amigos gays, pero “todo bien si no se meten conmigo” (que pajazo mental tan fracasado), que se sienten atemorizados y emputados si un marica los mira, los objetiviza, así como lo hacen todo el tiempo con las mujeres. Claro, cuando dos mujeres se besan/tienen sexo entonces eso sí les genera el placer máximo y las fantasías más ocultas, pero qué problema donde sean dos hombres, el repudio y el asco les despierta el odio. Las lesbianas son aceptadas únicamente desde sus primitivas fantasías a propósito, si una mujer es abiertamente lesbiana amando a otra mujer entonces el horror, porque es un desperdicio si está “buena” o es una excluida si es una “fea”, ustedes son el asco. Si un hombre les tutea o les habla con cariño ya lo interpretan como una debilidad y matonean al otro de inmediato, todo lo que está mal o incorrecto es tapado con un chiste de maricones/areperas, como si lxs lesbianas/gays/bisexuales fuéramos un chiste, ¿o les parece muy divertido patear con las zurda? Que mente tan minúscula dentro de la fortaleza física que demuestran en el mosh/pogo (sin saber que muchxs estamos ahí, fantaseando con sus cuerpos descamisados), el primitivismo de pensar las diferencias pero allá en la esquina, es un sentimiento mezquino que carcome a la “escena”. Mientras ustedes sigan burlándose de lxs lesbianas, homosexuales, bisexuales, queers, maricones, travestis, etc., su vida “alternativa” hardcorera/punkera está condenada a las cadenas del miedo, mientras nosotrxs celebramos cada día un eslabón menos de la sofocada vida en la que vivimos encerrados en un closet que ustedes cómodamente crearon en su vida heterosexual aburrida: nosotrxs estamos ahí para volverlo pedazos. Créanlo, la “escena” está llena de mariconxs enclosetados listos a dispararse como cohetes en el cielo, simplemente están esperando el momento adecuado para dejarlos a ustedes en tierra sin saber lo que es volar, como dicen por ahí (c-vgn), si le da miedo su propio ano realmente solo úselo para desmoronar la mierda que tiene por dentro, tal vez algún día descubra (o tal vez nunca lo haga) que el culo es una delicia de placer. Usted se lo pierde maricón(a). La Transfobia, impensable dentro del hc/punk en Bogotá, ¿cierto? Acá en el norte hay parches trans más radicales que su propio pensamiento jarcoretas (en el sur sur también). No argumento que tengamos que llenar la cuota por llenarla, el hc/punk para mí nunca fue una lista por chulear, sin embargo, ¿dónde están lxs trans? Tal vez más enclosetadxs que lxs maricxs, imagínense, si así es la homofobia, ¿que podría encontrar como refugio una persona trans? NADA, encontraría rechazo, encontraría burla, encontraría violencia, ¿por qué?, porque nunca hemos pensado que tal vez hay alguien por ahí que tiene miedo a poder ser sí mismx, a sentirse real dentro de su realidad, que le toca vivir la realidad impuesta por el binarismo heterosexual, que incluso la homosexualidad misma le incomoda por la predominante fuerza masculina que abunda dentro del mundo gay, en el que las posibilidades son
absolutamente reducidas. ¿Qué ha hecho usted como punkerx/hardcorerx para destruir lo que oprime a las personas trans? Yo no tengo la respuesta, pero, ¿usted alguna vez se ha hecho la pregunta? La misoginia, ese tumor en metástasis constante, imparable, lleno de miedo, en el que si una mujer se atreve a trazar las líneas de su libertad, las líneas de su cuerpo, las líneas de ser una mojigata o ser una completa puta, o las dos al mismo tiempo (o en sentido contrario), las líneas de hacer con su vida lo que le venga la puta gana, está condenada a ser una escoria, porque no se comporta como TU, punkerx/hardcorerx piensa que debería comportarse: ¿femenina?, ¿delicada?, ¿linda o guapa?, ¿buena amante/novia/esposa?, ¿buen polvo pero fiel?, ¿mamasita con tetas y culo?, ¿allá en la esquina del mosh porque si se mete es una marimacha?, ¿o más bien cuidadosa y calmadita, o de pronto la violan o matan? O qué tal si mejor calladita, porque si dice algo es una feminazi y tú, hombre poderoso, te sientes minúsculo e insulso, no eres nada, tu odio es una mierda y ojalá te sigan pateando los güevos cada vez que piensas que una mujer tiene que ser como TU piensas que tiene que ser, ¡que vivan las perras, las santas, las feas/lindas, las arrechas, las TODAS que cada día piensan que este mundo no es tuyo y que te lo van a arrebatar hombresito minúsculo! El straightedge sectario. Toqué en una banda straightedge y fue la mejor experiencia de mi vida, no la cambiaría por nada, sin embargo cuando el straightedge pasa a ser la forma más simplista de la estética, no es nada, es una marca más, no debate nada, no reta nada, no está en las filas listas a combatir el capitalismo, fue absorbido por el sectarismo cuasi cristiano de la individualidad purista, el ser el juez de los que no hacen parte de la secta, juzgando todo lo que no es “limpio”, exclamando que la pobreza es sinónimo de drogas, ¡elitistas de mierda!, violentxs, segregadorxs, con el sentimiento insulso de sentirse mejor que el borracho o el chirri (a pero a la hora de follar si bien morrongos/tapados). Perdió el poder que tenía para ser la llama que lo quema todo, que quema lo que el capitalismo nos pone para consumir, ahora solo consumen bandas straightedge, estética edge, ropa edge, tatuajes edge, como si el straight edge fuera en sí una adicción obsesiva, la única verdad. ¿Cuál verdad?, la radical contradicción, un producto por tragar, una placa de policía para mostrar con orgullo. Si el straightedge pierde su elemento político como una herramienta más en la búsqueda de la libertad, no es NADA, es una equis más en la mano (la mejor mano para el pajazo mental). Muchxs de mis mejores amigxs son straightedge, y lo siguen siendo porque piensan que el día que encontremos la libertad, no va a haber la necesidad de llamarse así, como decía el viejo Ian: Out of step, with the world! Cuando encontremos el mundo que tanto estamos buscando, las banderas negras no serán necesarias. El purismo, como si existiera el manual del que tanto nos burlabamos con mis compañerxs de banda, ese libro jarcor, ese capítulo punk, que dicta como lo tiene que ser todo, el ciclo incesable del mamertismo de cómo debemos comportarnos como hardcorerxs/punkrxs, la estética asesina, la moda sofocante, la “crítica” interminable al otrx, el interminable puente del miedo del que no hemos podido
tomar la decisión de saltar. Suena un poco ambiguo este punto, vamos a volverlo más concreto: ¿por qué debemos vestirnos así? ¿Por qué tenemos que tener tatuajes así? ¿Por qué debemos hablar de cierta forma? ¿Por qué siempre hablamos mierda de todxs, acaso nostroxs mismxs no estamos llenos de mierda? ¿Por qué todo lo ponemos dentro de la balanza del bien y del mal? ¿Por qué tenemos que tocar y hacer canciones de esta forma o de lo contrario no funciona? Todos los días estas preguntas deberían ser respondidas y reducidas a cenizas, ¿cómo?, fácil, no hay que dejar de buscar la libertad que está tan escondida, es la forma más “pura” de hacer con nuestras vidas un momento menos hostil dentro de capitalismo que nos sofoca todo el puto momento, corto y certero, ser libre así cueste la puta vida. David necesitó de una roca para matar a Goliat, nosotrxs necesitamos diez mil rocas más para acabar con todxs las murallas que rodean nuestra supuesta vida/mente “alternativa y “radical”. El día que todas esas murallas estén derribadas, ese día nuestra “escena” hc/punk será la utopía que muchxs llevamos en la cabeza, yo quiero que la rabia sea tan infinita que destruya completamente el odio… A lo lejos, paria (con ayudis de Fulmo <3)
PD. ¿Por qué uso la figura cristiana de David y Goliat? Porque para para mí es un cuento más escrito por quien sabe quién, hace cuantos siglos, y que definitivamente no es la palabra de dios.
MUJERES EN EL HARDCORE Por Danielle Cortés - kievesg@gmail.com
El hardcore para mi es el lugar donde encontré mis mejores sentimientos, donde me cuestioné para mejorar, un lugar para desaprender, donde incluso la rabia fue algo positivo, donde encontré mis mejores pensamientos, pero también el lugar donde conocí a mis mejores amigas, para mi el hardcore ha sido conocer mujeres increíbles, aprender de ellas, sentirme llena de admiración y amor les gustara el hardcore o no. Por eso cuando decidí escribir este artículo, lo primero que hice fue hablar con ellas y lo bonito fue obtener una respuesta tan positiva y llena de amor, pero a la vez no podíamos dejar de lado una crítica necesaria al hardcore: El machismo en la escena. Aunque las mujeres tenemos una participación en el hardcore directa e indirecta, nos intimida apropiarnos de estos espacios con firmeza. Las mujeres en el hardcore hemos sido reducidas a novias, amigas, merchgirls, y cuidadoras de instrumentos, básicamente porristas, porque cada vez que vamos a un concierto se asume que estamos ahí acompañando a un hombre y no por gusto propio, pues aparentemente para muchos a una mujer solo le gusta el hardcore para y gracias a un hombre, obviando por completo que nos estamos asumiendo como agentes de cambio dentro de un espacio que disfrutamos y del cual queremos ser protagonistas, tenemos un nombre y una identidad, que no se limitan a una relación con un hombre. Nosotras pagamos boletas, compramos merch, cantamos, gritamos, tomamos instrumentos, lo llevamos en la piel y también nos sentimos orgullosas de hacer parte de algo que nos ha permitido crear lazos de amistad y construir espacios de inclusión, pero esto parece poco para muchos, pues cuando intentamos apropiarnos de estos espacios o simplemente disfrutarlos, sale a flote el machismo incluso de otras mujeres con comentarios como: “Las viejas que se meten al mosh son unas retrasadas” o “canta horrible, pero está buena”, lo cual es un tipo de violencia que se ha normalizado y frente a la cuál fuera de las tarimas y del discurso, no hay acciones concretas. Somos más que la amiga de, la novia de, la que viene con… Hoy y todos los días existe el momento indicado para unirnos y dejar de tener miedo: a los comentarios, a las etiquetas, a las actitudes incomprensibles de muchos, es nuestra oportunidad de tomar estos espacios y transformarlos, el hardcore debe volver a ser político, crítico y qué bueno sería que este cambio se diera desde las mujeres; que todos los machitos llenos de ego tengan que replantear por completo sus discursos, sus letras, su papel aquí y en todos los espacios de la sociedad. Vamos a hacer bandas, a escribir en más zines, a hacer colectivos, a ilustrar, a gritar. Pero igualmente a hacer una reflexión para repensar nuestras relaciones con otras mujeres en el hardcore, de nosotras depende dejar de minimizar a las demás y hacernos grandes apoyándonos y resistiendo.
Finalmente, quiero dedicarle este artículo a las mamás que apoyan con esfuerzo, tiempo e instrumentos, a las chicas que hacen mosh sonriendo, a las que se quedan en un rincón cantando, a las que hacen amigas en conciertos, a las que llevan sus sueños, esfuerzos y productos a conciertos, a mi mejor amiga y el mejor regalo que me ha dado el hardcore: Karla.
EL HARDCORE NO ES DIVERSIÓN EXCLUSIVA DE LOS CHICOS Por: La Mort D’Un.e. Moderniste lamortdunemoderniste.blogspot.com www.facebook.com/lamorthxcpvnx
Durante mucho tiempo, el espacio hardcore punk ha sido dominado en su mayor parte por hombres. No obstante, aun cuando el panorama tenga un tono grisáceo y febril, no todo ha estado perdido porque, dentro de la evolución del subgénero más importante del punk rock, hemos visto notables excepciones. Por ejemplo, en la década de los ochentas, The Dicks de Austin, Texas, fue la primera banda hardcore punk en declararse abiertamente homosexual. Dicha declaración creó una fuerte afrenta con el vocalista de Bad Brains, porque este personaje no era tolerante con su estilo de vida. También en la época hubo bandas lideradas por mujeres como Fire Party y Red C en Washington D.C., cuyo lustre se vio opacado por actos locales más notorios como Minor Threat o Dag Nasty. Aunque el punto de quiebre fue en la década siguiente: los noventas. Dicha época marcó una verdadera revolución en cuanto a temáticas sociales y políticas. En efecto, vimos la creación de bandas dirigidas por mujeres con mayor proyección e influencia en el entorno como Nausea, Detestation y Spitboy, además de otras que, si bien es cierto no tenían presencia femenina en su alineación, fueron más empáticas con la causa como Born Against, Downcast y Struggle. Y, por supuesto, cómo podríamos olvidar a Los Crudos, la banda que no solamente creó un interés sobre los problemas de lxs migrantes en U$A, sino que también creó conciencia sobre la discriminación hacia lxs homosexuales cuando su vocalista declaró abiertamente su orientación sexual durante su último concierto en México en 1998. Para la década siguiente, de las cenizas de Los Crudos, nació Limp Wrist, la banda que centró el término queercore e hizo que hablar sobre homosexualidad en el entorno hardcore punk fuera más notorio. Con grandes himnos como I Love Hardcore Boys, I Love Boys Hardcore, Does Your Daddy Know? y Fake Fags Fuck Off, ayudaron a romper los paradigmas impuestos por la dominación masculina. Incluso vimos bandas como Black Fag, Youth Of Togay and Gayrilla Biscuits, haciendo parodias y covers de grandes clásicos del hardcore punk (sus nombres lxs delatan) e hiriendo al macho que llevaban muchxs por dentro. Igualmente, las mujeres también empezaron a tener mayor relevancia, por ejemplo, destaco el resurgimiento del thrashcore en
Brasil porque aparecieron bandas de solo chicas como Infect y Justiça, que demostraron tener una fuerza sonora que no tenía nada que envidiarle a la de los grupos musicales masculinos. Finalmente, en los últimos diez años, hemos visto en el entorno hardcore punk algunos altibajos pero se ha normalizado un poco más la presencia de grupos musicales con diferente orientación sexual. Aunque queda mucho trabajo por hacer. Quizá la última banda más grande que ha marcado un punto de quiebre en esta evolución del hardcore punk sobre temas de sexualidad y género, ha sido G.L.O.S.S. (Girls living outside society’s shit). Dicha banda, lamentablemente disuelta a principios de este año, estaba formada por individuos trans y queer. Crearon un estilo musical con una fuerza sonora imbatible y denunciaron abiertamente la transfobia que no solamente existe dentro del entorno hardcore punk, sino también fuera de él. Desafortunadamente, son muy pocas las personas dentro de la “escena” local que realmente motiven un interés sobre este problema que trasciende a otras esferas de la vida social. Y muchas veces las personas afectadas no hacen o hacen poco por denunciar estos actos, tal vez por miedo o el mismo desinterés del entorno. Quitémonos juntxs el veneno del machismo que corroe nuestras mentes y corazones aunque no sea tarea fácil. Todxs hemos caído alguna vez en sus trampas, pero esto da pie para que nos cuestionemos a diario y creemos juntxs espacios más abiertos para discutir estos temas. Esta pequeña e incompleta evolución sobre temas de sexualidad y género en el entorno hardcore punk, es una humilde muestra que podemos hacer posible la inclusión de estos temas para discusión, reflexión y debate porque nuestra música debe ser una herramienta de crítica social y política y no un artificio más para contentar a ciertos espectadorxs. Gracias a Towers Of Acre por permitirme participar en este espacio. No zines, no scene.
Escuchen música hardcore hecha por y para chicas y gente no heterosexual, en esta entrada del blog La Mort D’Un.e. Moderniste lamortdunemoderniste.blogspot.com.co/2016/08/not-just-boysfun-12-female-fronted-all.html
Foto Por Angela Owens angelaxowens.com
¡SOMOS FEMINISTAS, SOMOS RIOT GRRRL!
¡NOS GUSTA EL PUNK Y EL HARDCORE TAMBIÉN! Por Valdavia: Punk Riot Feminista - facebook.com/ValdaviaRiot
Si, las primeras feministas que conocimos fueron en la escena, y las formas en que asumimos el feminismo desde entonces fueron permeadas en gran medida por la escena contracultural de la ciudad de hace algunos años. Se nos presentó un feminismo libertario, rebelde, auto gestionado, anticapitalista, anti–especisista, y antimilitarista, claro muchos “antis”, pero de eso se trata construir al margen de la hegemonía. Nuestra militancia política y feminista tuvo como semilla los toques, los festivales auto-gestionados, el pogo, el mosh, los fanzine y la comida vegan, y se recargaba cada tanto de ellos. Esas primeras feministas, llenas de tonalidades, mallas, pieles tatuadas, piercing y cabellos asimétricos; con faldas cortas, chamarras, botas y pañoletas en la cabeza incomodaban a donde llegaban, y se autodenominaban Riot Grrrl¹. Las Riotz bogotanas confrontábamos a vivo baile, igual que nuestras antecesoras estadounidenses y europeas, dinámicas en la escena, patriarcales y sexistas. La presencia de una mujer en la escena siempre es fue motivo de desconfianza, de sospecha, a las que siempre hay que poner a prueba, para demostrar su “autenticidad” o si en su defecto era una “grupi” o una puta, que solo busca ligar. Se busca el mantenimiento y exclusividad masculina de la escena, pues solemos representar una amenaza a la camaradería masculina. Estos espacios son supremamente masculinizados tanto por quienes tocan, como por la forma en que se gestan las relaciones interpersonales; muchas mujeres incluso adoptan esas formas de relacionarse y ser rudas como una de las pocas formas de ganar posición y respeto. Por supuesto, para el espíritu Riot Grrrl, semánticamente hablando, la contracultura y la escena se encuentran en un escenario de sinonimia. Para las Riotz era imposible entender un toque o un festival “alternativo” o “rebelde” reproductor de los sistemas de dominación. Parir una escena contracultural implica reconocer que existe una cultura hegemónica, que se encarga de reproducir valores y prácticas propias de los sistemas de opresión. Claro, al estilo Gramsciano el poder de las clases dominantes no está dado ¹Movimiento feminista de los años 90’s.
simplemente por el control de los aparatos represivos del Estado, sino que dicho poder está dado fundamentalmente y se sustenta por lo que él categoriza, como "hegemonía" cultural, que las clases dominantes logran ejercer a través del control de distintas instituciones que nos "educan" para asumir sus ideas, prácticas e imaginarios y naturalizar los diferentes sistemas de dominación que reproduce el capitalismo, el consumismo, la propiedad privada, el patriarcado, el espescismo, el racismo, la colonialidad, etc, etc, etc. Así pues, la contracultura la consideramos entonces como la crítica práctica y discursiva a la cultura hegemónica en todo lo que ello abarca. Creemos que estos espacios al menos en nuestra ciudad, se han venido concentrando en los toques y festivales, por lo tanto, eso a lo que cotidianamente nos referimos como contracultura, tiene estrecha relación con el ámbito musical y artístico, específicamente en el Punk, el HC, el HC Punk, el Oi, el Hip – Hop, entre otros. Hace algún tiempo en la última Catedra Libertaria de la RLPMK², debatíamos si la contracultura había muerto, y con el auditorio lleno, llegábamos a la conclusión, que estos eran otros tiempos, y las lógicas hegemónicas, incluidas las patriarcales, cada vez eran más evidentes, reproducidas y naturalizadas. Hace algunos años el elogio a la lucha social era común en los espacios de encuentro de la escena, pero con el tiempo la falta de interés de algunas personas que hacían parte de estas escenas, fueron desdibujando las apuestas que se habían puesto en marcha, y se fueron ² Red Libertaria y Popular Mateo Kramer
desintegrando y desarticulando. La autocrítica ya no es importante, ahora prima la diversión mecánica y el encuentro estéril, sin reflexión alguna. El machismo, la importancia por la estética y el consumismo fueron poco a poco apropiándose de los conciertos. Muchas veces en medio del jolgorio de un concierto, escuchábamos frases como; “yo desconfío de las mujeres que escuchan hardcore” “Si le gusta el Harcore o el punk es por el novio” “ya llegaron las feminazis” “vamos donde las libertarias que son más fáciles de follar” “que tal folla aquella o aquella” etc. Y presenciábamos acciones recurrentes como ser el perchero del novio en el pogo, aplausos si hay alguna chica “mocheando”, rivalidades entre las demás nenas por las pintas, un estatus superior o inferior si el novio es más o menos percho, pogos y mosh exclusivos de hombres, y un número muy reducido de bandas de chicas. Los rasgos culturalmente asociados a la feminidad resultan ajenos al punk y al hardcore por ejemplo, casi a tal punto de afirmarse “que ser mujer y punk es una contradicción”, pues las mujeres rechazan la música ruidosa, y agresiva, siempre tienen agradar al otro y tienen una preocupación constante por buscar pareja. Por eso la desconfianza. Así mismo se hace explícito la histórica discusión de la femeneidad asociado a lo privado, y al margen de lo público, es decir las calles y los conciertos. El colectivo Histeria Riot Grrrl nace hace más de 4 años con varios objetivos de incidencia y acción político feminista, entre ellos precisamente contagiar de feminismo espacios contraculturales y artísticos. Nutrida de expresiones y
personas que habían hecho parte de Riotz Sección Bogotá y Rexiste Riot Grrrl, emerge de sentires de denuncia frente a las dinámicas hegemónicas que se desarrollan en escenarios denominados “contraculturales” “contrahegemónicos” o “alternativos”, y así mismo por el gusto en común de música como el Hc, el Hc Punk, el Punk y el Hip Hop, que nos parecían “esencialmente” transgresoras y rebeldes, pero sobre todo con una arraigada latencia de liberación y emancipación. Nos re-armamos y volvimos a la escena (ahora tan ajena) a feministearla; lanzamos nuestro fanzine “Delirio Subversivo” y lo compartíamos en los conciertos y festivales; pegábamos pegatinas a los machitos en medio del pogo y el mosh que decían “Amamos el Hc, odiamos el machismo”, hacíamos conversatorios sobre las chicas y la escena; y organizamos e impulsamos uno de los festivales feminista y contracultural más importantes de la ciudad el “Lady Fest” en el que pone el escenario para las mujeres, sus propuestas, sus creaciones y sus revoluciones. Sin embargo, como colectivo sentíamos que faltaba entrometernos e incomodar un lugar concreto: la tarima y las letras de canciones que aunque tenían un carácter de denuncia, generalmente evidencian la situación del hombre, blanco, clase media, heterosexual. Entonces parimos nuestra banda Valdavia; agarramos un xilófono, una batería, una guitarra y un bajo y empezamos, y a través del Punk Riot, a musicalizar nuestras vivencias, nuestras denuncias, y nuestros sueños, teníamos mucho por decir. Nos tomamos los micrófonos, siempre esquivos a las mujeres, las diferentes, las pobres, las negras. Y desde allí exigimos, al estilo de Bikini Kill, que las chicas sean quienes bailen al frente de la tarima. Como bien lo retrataba Parra, nuestras canciones no solo buscan divertir (nos), también cuentan una historia que seguramente es común para muchas otras, y eso crea un espacio colectivo de encuentro para discutir y construir formas de vida alternativas y exigencias concretas y comunes. Nos gusta cantar en los barrios, porque nos llenamos de esperanza del pueblo digno y rebelde que construye poder popular; pero también en los conciertos “varoniles” donde no hay una sola mujer en la tarima, porque nos gusta gritar más fuerte que somos feministas, que apoyamos el aborto libre y que si pudiéramos, quemaríamos al procurador. Hacemos música feminista, porque para nosotras no es posible pensarse el feminismo sin el arte, y no nos es propio el arte sin el feminismo. Y nos declaramos riotz – rebeldes y nos gusta hacer de todos nuestros espacios, escenarios cada vez más libres, asumimos la revolución como un proceso constante y creemos en el ahora, en la cotidianidad, un mundo nuevo. Cantamos para enfrentar la nostalgia y la tristeza permanente de un mundo con miseria y explotación. Tocamos porque la alegre rebeldía nos contagia y queremos contagiarla. Bailamos porque el feminismo es alegría transformadora. Cantamos porque nos gusta compartir sonidos y voces. Tocamos porque estamos vivxs,
enérgicxs, con ganas de cambiar el mundo. Bailamos porque estamos en movimiento, transitando lugares explorados y sin explorar, aprendiendo en cada paso, cada ritmo y cada giro. Cantamos porque sentimos a muchas otras personas dispuestas a bailar cada melodía que decidamos crear. Bailamos porque el feminismo nos ha enseñado que, si no podemos bailar, esta no es nuestra revolución.
Kayla Phillips de Bleed The Pigs bleedthepigs.bandcamp.com
facebook.com/latijereta.editorial
UNA VISIÓN INCOMPLETA
Por La desaparición del miedo - facebook.com/ladesapariciondelmiedo
Se siente una gran frustración y pena al ver la pobre (o casi nula) participación activa femenina en este pequeño espacio, de hardcore punk específicamente, como si hubiera un retroceso y nos encontrásemos cien años atrás cuando las opiniones y contenidos provenían en su mayor parte de hombres. Es algo que se debe tomar muy en serio, porque no es posible que las mujeres no tengan nada qué decir, por el contrario, está claro que una mujer enfrenta el doble de los problemas que debe afrontar una persona corriente, y no se trata de victimizar a nadie, pues es algo más que comprobado. Es casi imposible encontrar chicas que tomen la iniciativa de embarcarse en la disciplina de aprender un instrumento y gritar sus pensamientos, sentimientos e inconformidades. La mayor parte del público femenino que se encuentra en la escena suelen ser únicamente oyentes o compañeras sentimentales, lo cual no tiene nada de malo, pero podría significar un estancamiento, ya que de esta manera no se están teniendo en cuenta todos los puntos de vista que queremos compartir e impide un primer paso para cambiar realidades y formas de pensar. Es debatible si este espacio es tan sólo para escuchar música de disfrute o si tiene alguna función en los comportamientos de la vida diaria de quienes lo componen, pero es evidente que lo segundo es lo que atrae a muchas y muchos, así que sería importante (casi esencial) escuchar y sentir lo que pasa por las mentes de las mujeres que se ven interesadas en estos géneros musicales. Es lamentable ver que el machismo predominante en nuestro país afecte de esta manera un espacio que en teoría debería ser lo opuesto a lo que vivimos a diario, un refugio lejos de la frialdad e indiferencia humana. Realmente es necesario que las mujeres participen de manera activa, y no sólo haciendo música, ya que hay muchas formas de transmitir mensajes, es imperativo generar oportunidades para que estas expresiones vean la luz, hay que aprovechar el pequeño poder que otorgan los conciertos para difundir ideas, para que cada quien se forme su propio criterio. Este tema no se queda sólo en el ámbito femenino, pues hay otras perspectivas que deberían ser tenidas en cuenta, personas que necesitamos escuchar, que incluyen a quienes tienen diferentes preferencias sexuales. ¿Qué podrían enseñar? ¿Qué tienen para compartir? ¿Lograría esto acercar a las personas y generar un ambiente más amable? El tinte político y social que en algún momento predominó en este espacio se ha ido difuminando, aunque bien es cierto que aún hay bandas que lo tienen, hace falta más organización de parte de todos para conseguir pequeños cambios y avances. No es justo que ese pensamiento retrogrado del colombiano promedio se mantenga en
esta escena, la cual debería ser para reflexionar, aprender, ayudar y por supuesto disfrutar. Lejos de llegar a conclusiones, lo importante es generar interrogantes y entre todos hallar respuestas. Llevar la autogestión mucho más allá de sólo organizar conciertos y vender mercancía, ligarla al sentido de la vida que cada cual tenga, que nos ayude a progresar en nuestra consciencia.
ENGAÑA - SEDUCE - OFUSCA Por Soy Legión - facebook.com/soyxlegion
Al momento de abordar el tema de género es ineludible la conducción del tópico hacia el de la explotación del género femenino y a la discriminación de los géneros alternativos específicamente; causada por la subordinación cultural e inequidad participativa dentro de las esferas pública y privada entre varias conductas sociales más, siempre ligadas a un escenario de lucha entre los géneros en cuestión y concluyendo inequívocamente que el sistema social es ventajosamente patriarcal. Con esto, a groso modo, se tiende a pensar que la coyuntura nace y muere acotada dentro del espectro de la relación de poder entre los géneros, atacando sólo este aspecto y encaminándose a una lucha aislacionista y monotemática. Los prejuicios que producen una conducta machista y patriarcal no son adquiridos por la relación de poder entre los sexos en sí y de la nada; sino mas bien es un síntoma de una enfermedad mayor, la cual sería la asimilación psicológica del poder y su ejecución sobre un sujeto, animal u objeto que se piensa como dominado, débil y servil. Esta conducta particular es heredada del sistema capitalista, burgués, feudal o monárquico; acompañada, como es tradicional, de la conducción moral religiosa arcaica y sectaria. Ahora mismo entendemos que la lucha de género carece de fondo si no se piensa como una lucha social compuesta y definitiva, que pueda abolir cualquier indicio de subyugación e invisivilización en cualquier esfera de la praxis colectiva y acercarnos a una equidad total. Y que como catalizador de este gran cambio figuran los movimientos contraculturales como el que creemos ser parte. ¿Cómo son las dinámicas de género dentro de nuestro movimiento contracultural, entonces? ¿Existe un ejemplo de equidad dentro de los actores de nuestro movimiento, que puedan proyectarse en la sociedad del mundo real? Teniendo en cuenta que escribimos desde y para el hardcore / punk, se nos tendría que facilitar la comprensión de esta coyuntura. Suponemos que es un lugar donde los constructos culturales tradicionales no aplican porque ya han sido entendidos y desechados, y que por lo tanto las dinámicas de exclusión y discriminación hacia cualquier individuo no existen. Pero infortunadamente vemos lo contrario; somos un fiel reflejo del lo que pasa en el “mundo real”. Somos un engaño, y del más estúpido. Nos esforzamos cada día en explicar con oratoria de erudito y tufillo de intelectual el “cómo” entendemos, asimilamos y respetamos temas como el amor libre, la apropiación sexual y afectiva del individuo, el feminismo, la diversidad de géneros, etc., pero en nuestro ámbito privado lo que prima es el interés individual y egoísta con respecto a lo azaroso que pueda llegar a ser el campo de lo afectivo y lo
sexual. Ahora bien, sin querer desvirtuar los alcances del movimiento feminista e igualitario actual ni su legado histórico dentro de la escena, su participación contracultural en actividades reivindicativas es tímida. No por el alcance de su discurso en las masas, sino en su campo de acción real y de transformación del entorno; en la perdida de la dirección política que es inherente a ella pero normalizada por el status quo o puesta en una elite intelectual. Tímida en la manera en que los factores de cambio que garantizan la identidad y singularidad del individuo en el colectivo de la escena siempre está en comparación y en condición de las ventajas adquiridas por el patriarcado. Tímida por dejarse seducir a la mediatización del acontecimiento, aprovechando el escenario para destripar el cuerpo del entusiasmo feminista dejándolo sin alma y a la merced del órgano de control mas exitoso de la lógica capitalista; el marketing. El internet y el consumismo reducen el rédito de la búsqueda de equidad por parte de la mujer a placebos vacuos que disfrazan a los mismos comportamientos machistas de siempre en alicientes para la satisfacción egoísta e individual generando una posición de estatus servil al hombre. La apropiación del ser mujer se convirtió en el combustible del fetiche patriarcal, en la que ser dueña de su cuerpo representa, a lo sumo, la libertad de enseñar un desnudo, un acto sexual o exteriorizar su vida del ámbito privado en las redes sociales, tal como pasa en las revistas de consumo. Está de más aclarar que no se trata de condenar estos comportamientos, pero éstos no nos embarca, ni está cerca, hacia una metamorfosis completa y real; más bien perpetúan y satisfacen al objeto de lucha cuya práctica es conquistar y conservar el poder de sometimiento. Siempre recalcamos y repetimos que somos piezas que no encajan dentro del engranaje típico social, que somos parias por no aceptar y ser oposición a las conductas prejuiciosas. Hablamos y escribimos de más, y la acción y autocrítica la dejamos a un lado. La sofisticación teórica, psicológica y emocional de las que creemos ser dueños, gracias a la permeabilidad que supuestamente hemos tenido con estos temas dentro de esta escena particularmente, nos hace obviar el detrimento del carácter de lucha distintivo del hardcore / punk. Ese carácter que nos singulariza y nos enfrenta con el estamento, y que por más cliché que parezca, depende única y exclusivamente del ejemplo que damos; nuestro comportamiento individual dentro de un colectivo, creando una reacción en cadena en pro de una transformación política, social y cultural. Ese carácter que hemos perdido, o que quizá nunca lo tuvimos, nos dictamina que como escena contracultural estamos fracasando rotundamente, y que la lucha por la equidad de género en el campo global de la sociedad, entre muchas otras luchas, carece de sentido si ni siquiera está contemplada en nuestra conducta cotidiana ni aplicada en el campo doméstico como movimiento gestor de cambios.
@helenafox333
DE CUERPOS TRAMITADOS E IMÁGENES SOBRE-EXPLOTADAS
Por Incendiariat (Miguel Castro) - facebook.com/Incendiariat
Why can’t we live without any fear? We grow up being blamed for our abusers actions Because somehow it is our fault that we are sexually desirable Amygdala
Hay una apropiación de los cuerpos de las mujeres como bienes destinados a la explotación y racionalización propias de la epistemología occidental o racionalidad instrumental venida desde Europa. Existe una relación entre la racionalidad burguesa nacida en un contexto eurocentrado y la explotación de los cuerpos de la mujer por el hombre. La base que utilizo para estas reflexiones, son las aproximaciones de Edgardo Lander a una colonialidad del saber. La sobreexplotación de la imagen y cuerpo del sujeto femenino, viene acompañada de una virtualización actual, y una asimilación a los procesos del trabajo y la labor que socava fundamentalmente el terreno de la acción humana. La filosofía occidental Europea ha tratado de justificar el avance racional de esta región del mundo, otorgándole un fundamento teórico e histórico al supuesto moderno del meta-relato del mundo centrado en la existencia de una razón fija e inmutable. Una razón que además de enfocarse en la producción de un conocimiento rigurosamente sistematizado, metódico y mecanicista, se concentra en la racionalización del espacio y el tiempo, desarrollando así una racionalidad fundamentada en la existencia de medios y fines. La racionalización del espacio y el tiempo debe ser entonces configurada por la apropiación de estas dos dimensiones por el hombre. Así mismo, este hombre al racionalizar su espacio y su tiempo, lo explota, pero lo explota de forma metódica, calculada y especulativa, es decir, de acuerdo a una espiritualidad burguesa meramente economicista, con el fin de adquirir unos bienes para su consumo. Las condiciones materiales de existencia terminan por darle cabida a un proceso de producción que pasa desde la extracción de los recursos provenientes del espacio racionalizado y explotado, a la objetivación de las fuerzas productivas y el trabajo humano en un producto de este proceso. Producto que se volverá mercancía al no ser consumido por el obrero u obreros que lo producen, sino que es vendido a otras personas que lo consumirán. Esta es una forma de presentación excesivamente simplificada de la racionalidad instrumental Europea. Lo que Lander nos dice al respecto, es que existe en torno a esto, precisamente una racionalidad del saber que es difundida precisamente por la tradición filosófica occidental fortalecida con Hegel. Pues al hablar del espíritu de la historia, dice que este se sitúa en el momento de la revolución industrial, precisamente en Europa, y que precisamente se sitúa allí, porque allí está la forma más acabada de pensamiento y de sistema de producción. Aquí entra como elemento fundamental el fin de la historia; el espíritu de la historia se sitúa en Europa, porque Europa es el fin de la misma. Hegel al otorgarle a Europa este carácter de fin, establece una estratificación societal histórica en la cual el sistema de pensamiento y producción de Europa se halla en lo más alto, mientras que los países, tierras y sociedades cuyo sistema de producción y capacidad científica no tienen
las mismas condiciones ni los mismos caracteres que Europa, se sitúan en lo más bajo de tal jerarquización, que termina por trazar una línea temporal, y el objetivo de estas sociedades, el cual es alcanzar tal modelo Europeo. El mismo Marx nos refiere a esta concepción lineal de la historia cuando nos habla de los estadios de las fuerzas productivas. Esta concepción representó, en definitiva una explotación y apropiación de la naturaleza por el hombre, una racionalidad instrumental que veía a la naturaleza como propia por derecho y como el medio infinito para su propia supervivencia y expansión. Lo que yo propongo aquí, es que la apropiación de la naturaleza, trajo consigo la apropiación y explotación de los cuerpos. O quizás más bien la apropiación y explotación de los cuerpos de las mujeres, precisamente por la tendencia dominante de asimilar lo femenino a lo natural, y lo masculino a lo civilizado, alejado de su entorno natural y profundamente intelectual. Esta apropiación y explotación tiene unas particularidades que trataré de nombrar y describir a continuación. Quizás algunas formas de apropiación y explotación propias de las dinámicas del sistema capitalista y sus relaciones propias de producción se escapen a este análisis, pero se tratará de postular algunas de ellas; al menos las que he concebido como importantes. Esta descripción no tiene ningún orden particular. La inquisición, por ejemplo, consistió fundamentalmente en la persecución por parte de la iglesia, hacia mujeres consideradas brujas o herejes. La conmoción religiosa y la crisis de sentido que se empezaba a configurar luego de la existencia de la reforma, conformaban factores traumáticos para el sujeto europeo, hombre blanco misógino. El desarrollo de la inquisición puede responder quizás a varios elementos, entre ellos: el desahogo del espíritu masculino religioso europeo de tal crisis para contra las mujeres, un sector social recluido en los espacios privados domésticos y con debilidad impuesta sistemáticamente para la imposibilidad de resistirse ante tal ataque; la búsqueda de la iglesia por sembrar temor y expresar algo del poder que venía perdiendo progresivamente, para terminar fortaleciendo un pacto entre hombres blancos como una de las fuentes de la dominación más efectivas; etc. Todo esto resumido confluyó en la visión del cuerpo de las mujeres como un objeto, o como el blanco de las agresiones de aquella época, lo cual culminó en un feminicidio a gran escala. Entonces el feminicidio amplificado es una de las formas de apropiación y explotación de cuerpos verdaderamente sanguinaria, y uno de los exponentes más fuertes es precisamente la inquisición. Aquí en Colombia la masacre de Bahía Portete y el feminicidio a causa del encrudecimiento del conflicto armado, podría ser otro exponente fundamental. Otra forma de apropiación y explotación es la violación y el acoso. Señalo que se trata de explotación precisamente porque aquí cobra fuerza el planteamiento de asimilación de los cuerpos de las mujeres con los recursos explotados para la fabricación de medios de vida y consumo, solo que en la violación y el acoso, pese a que se considera al cuerpo como un recurso para el consumo y la satisfacción propia, no se pasa por ningún proceso de compra-venta, ni de intercambio equivalente de mercancías, sino que se trata de un acceso violento a los cuerpos femeninos vistos como recursos para la satisfacción del cuerpo masculino dominante y subordinante. La siguiente forma es la de mercancía. Los cuerpos femeninos llegan a ser mercancía con la prostitución. En este fenómeno se ve un proceso de transacción monetaria, de compra y venta de una mercancía, es decir, se pasa por todo un proceso de producción que va desde la inserción de la persona a la red o la cooptación de la misma por algún sujeto que maneja la red, hasta la exposición de la persona para ser vendida y comprada. Está el elemento fundamental de la sociedad consumista, o sea el de la satisfacción banal y
Titulo Pieza: Pargo / Autor: Dennys Moratto / Facebook : Dennys Moratto / Tumblr: dennysmoratto.tumblr.com
el placer por el consumo de cierto objeto. Y está también presente el carácter del placer en la sociedad actual, pues se trata de un placer accesorio y efímero. Incluso podríamos llegar a pensar que hay toda una circulación de capital, pues existe el fenómeno de la trata de blancas, de tinte internacional. Los cuerpos de mujeres son entonces aquí bien, producto y mercancía. El valor de cambio de esta mercancía no podría llegar a establecerse con lo que el mismo Marx propone en su análisis de la forma mercancía, que es
precisamente la sustancia del trabajo humano socialmente necesario, sino que se establece con otra serie de elementos y variables. Aquí en Colombia existe la particularidad de que se forman grupos de trabajadoras sexuales en espacios en los cuales el hombre trabajador no tiene un acceso regular a sus espacios privados, a su hogar; espacios como bases militares, o asentamientos de trabajadores de multinacionales que sobreexplotan los campesinos hombres, cuyo único objeto de disfrute son los cuerpos femeninos. Aquí cabe el análisis que realiza Hannah Arendt acerca de las actividades de los seres humanos (labor, trabajo y acción), que se corresponden son sus condiciones de existencia (el mundo, la vida y la pluralidad) pues desde su enfoque, el mundo, que es construido como resultado del proceso de trabajo y como un refugio del ser humano respecto de la naturaleza, está constituido por objetos mundanos y de uso que deben existir antes que vengan las personas al mundo y existirán luego de que se vayan. El proceso del trabajo tiene este objetivo: la construcción de un mundo al cual los seres humanos puedan llegar a habitar, y que perdure aún luego de su muerte. Por otro lado, el proceso de la labor propende por mantener la vida biológica del ser humano como individuo y como especie, y por lo tanto el proceso es cíclico como la vida misma. En el mundo moderno, el proceso de la labor ha venido a reemplazar la actividad del trabajo porque el trabajo se ha convertido en un proceso, no de construcción del mundo, sino en un proceso de creación de bienes de consumo para el sostenimiento de la vida propia y ajena, por lo cual los productos del trabajo adquieren el carácter efímero que tienen los productos de la labor, y en esa lógica, los objetos de uso que constituyen al mundo como contenedor seguro de la vida humana, se vuelven objetos de consumo fácilmente reemplazables y con una duración cada vez menor a la de la vida de los seres humanos. Todo esto sugiere un deterioro de los objetos que constituyen al mundo, lo cual es transferido al cuerpo de la mujer y su imagen como objeto de uso desde la óptica patriarcal, heteronormativa, instrumental y neoliberal de la epistemología occidental. El proceso de deterioro es acelerado por el modelo neoliberal en los cuerpos del sujeto femenino, ampliando su acceso mercantil mediante las plataformas virtuales y otros dispositivos que venden la imagen del cuerpo femenino haciéndolo irreal y superfluo, además de susceptible de ser consumido de forma breve. Existen también otros espacios dentro de los cuales la explotación persiste indudablemente y el fenómeno de la configuración de los objetos de consumo, se hace presente. Otras formas de explotación se relacionan al ser femenino y a la apariencia. El sujeto viril masculino dominante por haber configurado históricamente el símbolo de ser propietario por derecho de los cuerpos femeninos, les impone unas formas de ser. Entonces impone un ser genérico de lo femenino, un ser universal blanco, europeo, con valores occidentales modernos propios de la existencia en una esfera privada de la vida, etc. Por decirlo de otro modo, el sujeto explotador capitalista, genera un modelo para el control de los estándares de calidad del producto que va a vender, entonces allí la publicidad juega un papel fundamental en la reproducción y establecimiento de este ser femenino profundamente alienado e impuesto. En este ser femenino está también el vestir femenino. El sujeto masculino patriarcal domina y controla cómo debe ir vestido el objeto femenino para su propia degustación y gusto. Otras formas de explotación refieren a los cuerpos de las mujeres como medios de reproducción, y como medios de vida. Son vistos los cuerpos femeninos como gestantes de las próximas generaciones humanas y son tomados también como tal, puesto que se invisibiliza el trabajo y el esfuerzo no remunerado salarialmente por el hombre padre y pareja dominante. ¿Para qué parir? Para mantener a este medio reproductor inmerso y
ocupado en el espacio doméstico privado cuidando a las criaturas nuevas de la familia. Por otro lado, está el medio de vida. ¿Cómo puede el obrero o el burgués o el sujeto de clase media esposo dominante patriarcal mantener su fuerza de trabajo con cierto nivel necesario para continuar produciendo y generando insumos para sí y su familia? Necesita para todo ello, un medio de vida que se haga cargo de mantener en su hogar siempre bienes de consumo y ordenamiento preciso a su espacio de descanso; este medio de vida son las mujeres mismas esposas, madres, amas de casa, empleadas domésticas, etc. Podríamos decir que todo lo anterior expresa de otro modo el postulado de las feministas materialistas que vislumbran a las mujeres como una clase social particular explotada por la clase en el poder, que sería la clase dominante de machos que le imprimen un orden simbólico a los espacios y relaciones sociales, incrustando unas representaciones colectivas profundamente misóginas propias del patriarcado, y un horizonte de sentido incapaz de concebir a las mujeres en su diversidad, heterogeneidad y como sujetos dueñas de sus propios cuerpos, de su propia vida, de su propio destino, que al igual que muchas de nosotras y nosotros, quieren otro mundo, totalmente distinto al ya conocido. Una vez más, aparecen aquí las analogías del sujeto femenino con los procesos de labor y trabajo, pues desde la perspectiva del trabajo, existe un exceso que el individuo contiene, y que lo sobrepasa, pues con ese exceso de fuerza de producción, es capaz de mantener no solamente su vida, sino también otras vidas, vidas ajenas. Desde la perspectiva de la labor, este exceso se manifiesta en la condición humana del nacimiento, pues la vida humana puede otorgar más vida. Sin embargo, mientras que el exceso de fuerza de producción del hombre obrero o el hombre trabajador es cooptado por el patrón o el empresario, el exceso capaz de la natalidad, del cuerpo femenino es cooptado por el hombre jefe de familia, que recluye al sujeto femenino al espacio del hogar en muchos casos. El proceso socio-histórico actual, ha posibilitado de alguna forma la apertura del espacio del hogar en función de la inclusión del sujeto femenino en los procesos públicos y en los espacios de la labor, que se encuentran fuera de casa en el mundo moderno; pese a esto, es necesario que los dispositivos de sujeción del agente femenino por el sujeto del patriarcado, sean develados en todas sus formas, en su cosificación, y en su sofisticación, porque precisamente la cultura legítima se encarga primordialmente de la incorporación de las nuevas concepciones de sexualidad, a la trama y la red de relaciones de mercado e intercambio que propende por vaciar a los y las sujetos, de su trasfondo biográfico, histórico y subjetivo. La virtualización de la vida humana ha traído una posibilidad de apertura de los horizontes tradicionalmente herméticos, pero con el costo alto de categorizar, de acuerdo a imágenes, sentidos, colores y sonidos, la pluralidad insoslayable de las particularidades de la vida individual. El resultado puede ser bastante preocupante, pues la categorización permite también la configuración de tendencias de gustos, pensamientos, inclinaciones y enfoques. Estas tendencias, afectan directamente la batalla que se libra contra los estereotipos de género, en el sentido en que forma modelos de ser y estar en el mundo con los otros y las otras, y estos modelos son atravesados de forma estructural por estratagemas mercantiles y de libre intercambio que hacen superflua la existencia humana. Prefiero creer que existe una vida fuera de aquellos moldes y modelos; una vida profunda que tiene la capacidad de ocultarse de los ojos virtuales y mediáticos, y esa vida escapa de cualquier tipo de pauta, por más alternativa que sea. El punk debería orientarse precisamente a esto. La música y los espacios que surgen en torno a ella, dotan de sentidos y significado nuestra vida, pero este sentido y significado pueden despegarse fácilmente de su profundidad cuando suben repentinamente a
Tumblr, Facebook o Instagram bajo una etiqueta que oculta y hace sencilla la complejidad y pluralidad de un fenómeno. La reflexión acerca de este fenómeno solo permite aproximaciones desde lo que uno puede experimentar plenamente en espacios como estos. Creo que el punk puede continuar alejando las existencias superfluas y negándose a ser etiquetado, pero esto solo es posible mediante la acción de quienes realmente apuestan por una sexualidad no moldeada y creen que la música es una dimensión que podría deteriorar las estructuras herméticas del sentido y la contemplación. La salida, es precisamente el llevar a cabo la acción humana.
Escrito e ilustrado por L.F. Luque luquecollazos@gmail.com Gustavo estaba tan nervioso que dentro de sus bolsillos sus dedos se hacían nudos. Nadie a excepción de los integrantes de su banda “On The Back Of Flag” y el organizador del concierto conocían su cara; de no ser porque en la industria musical los chismes vuelan como el viento y se anuncian con fuegos artificiales, el rostro de Gustavo sería el
de un calvo de barba inserta con rasgos ensombrecidos por un cachucha, sin embargo al anunciarse su sexualidad, aquel rostro tosco se desquebrajó como un cristal, trasluciendo entre sus fragmentos una imagen andrógina de cabellos iridiscentes y pantalones pitillo que enmarcan el “paquete”.
El concierto se componía de doce bandas cada una más cruda que la anterior. Canciones como “Jaque al Negro”, “Testigo Rojo y Asesino Blanco” inundaban de saliva rabiosa el escenario. Contracultura, contra sistema y el prefijo Anti se arremolinaban furiosamente como olas negras que chocaban contra las vallas de contención. Todo pudo ser un grito de libertad furibunda, como el llanto de un recién nacido al tocar el gélido látex de una mano ensangrentada, exigiendo el cálido abrigo materno; a no ser por el mediocre tintinar pop de las odas de género, que se esgrimían como lanzas de plumas y rosas de aluminio. Gustavo, oculto entre las sombras abrigado de los ojos imprudentes bajo su gruesa chaqueta, se le volcaba el corazón al escuchar eso. Sabía que su acto sería un suicidio profesional, ¿pero acaso el hardcore no es eso?, un ataque kamikaze oral. Tras los bastidores, se escuchaba a la décima banda apagarse entre explosiones de aplausos, que se fueron disipando al escuchar el nombre de la siguiente banda. —Y con ustedes de On The Back Of Flag— gritó enérgicamente el presentador, a lo que el público respondió con una ovación, pero esta ovación era diferente a las anteriores, una mezcla entre solemnidad y acartonado respeto. Este era el acto final de Gustavo, un único ataque, su última canción. El silencio era incómodo, y la ansiedad del público se podía percibir en el aire mientras cada uno de los músicos ocupaba su lugar. Guitarra eléctrica, bajo y batería empuñaron
sus instrumentos, como la guardia inglesa saludaron a su vocalista mientras este plantaba cara al público oculto en una gruesa gabardina de mullidos pliegues. Gustavo puedo sentir el preciso instante en que los ojos como puñales se clavaron en su piel, al desvestirse de su gabardina, pues bajo ella no había pantalones enormes roídos y camiseta irreverente, tampoco habían pantalones pitillos terminados en botas obreras. Frente al público se alzaba la imagen del hombre corriente, vestido de traje y rostro prolijamente masculino. La banda asintió con la cabeza y como despidiendo a un fallecido, tocaron una marcha fúnebre de tempos y compases rápidos, a la cual se unió la carrasposa y casi gutural voz de Gustavo. Soy un hombre al que le gustan los hombres Otros como yo no somos una especie distinta No necesito nuevos derechos, ni laureles en el cielo Quiero tus derechos, mis derechos por nacimiento ¿Qué quieres de mí? Si no puedes ver mi alma Estereotipo de marica urgido, el estereotipo de humano afligido No soy una maraña de caos comprimido No soy una rosa con los genitales exhibidos ¿Qué quieres de mí? Si no puedes ver mi alma Yo si quiero algo de ti, una mirada humana sangro como tú y me rebano el cerebro en la U Busco la gloria de mi mérito y no un caminito predispuesto compasivo, como un niño enfermo ¿Qué quieres de mí? Si no puedes ver mi alma Yo si quiero algo de ti, una mirada humana
Al terminar su canción de dos minutos nada más, la gotas de sudor emanaban por la frente de los músicos, habían dejado todo lo que tenían en el escenario, incluso el traje de Gustavo estaba completamente arruinado por la humedad y los saltos. Todos se habían despellejado, y ante la mirada impávida del público dejaron el escenario. A la siguiente banda, la del cierre, le tocó modificar su repertorio, pues su canción “llamen al psicólogo” no era más que un fútil pop de un joto con problemas de agorafobia.
PORNOTERRORISMO O DE LA INSURRECCIÓN DE LOS CUERPOS Por Camilo Ernesto Uscátegui
“Nadie sabe lo que puede un cuerpo”. Spinoza “El punto de vista de la guerra civil es el punto de vista de lo político”. Tiqqun
Así, ya desde el siglo XVII, con esta sentencia Baruch Spinoza reclamaba por la restitución del cuerpo como pura potencia, potencia política, potencia insurreccional. La sociedad contemporánea, heredera del desprecio cristiano y platónico por el cuerpo, hija del dualismo racionalista y del cientificismo ilustrado, ha prescindido de mirar a ese extraño otro que siempre ha sido lo que somos, ese cuerpo doliente que nos habita y nos recorre, que habitamos y recorremos. Toda política, incluida la mayor parte de la política “rebelde”, ha sabido hacerse eco de esos cantos acorpóreos, anticorpóreos, cantos de sirena que enloquecen la mente y la hipostasian, el logos se hace independiente del cuerpo, se hace cosa mayor que el cuerpo. En realidad, la política naufraga cuando no reconoce que la primera arma de batalla es el propio cuerpo. El pornoterrorismo, grito de guerra, es un llamado por esta urgente restitución: Existe una guerra allí afuera. Una guerra contra esta sociedad y contra esta civilización que se derrumba (...). En esta guerra el movimiento más importante, el primero, parte de la liberación de nuestros cuerpos, de su reapropiación, del rescate de sus profundos deseos. El pornoterrorismo es una estrategia artístico-política para hacer de nuestros cuerpos la mejor arma. Manifiesto Pornoterrorista (1).
El cuerpo se hace a sí mismo granada de fragmentación, fragmentación del orden dominante, arma de “insurgencia, divergencia, contrahegemonía, subversión, insurrección sexual, objeción de género” (2). El pornoterrorismo como estrategia artístico-política pretende confrontar a las y los espectadores, y a nosotras mismas como testigas pasivas de ese cuerpo que padece nuestras indulgencias, con la exhibición de lo que genuinamente puede hacer un cuerpo, confrontarlos y confrontarnos con las potencias insurreccionales de un deseo que prescinde de la reglas de inscripción y disciplinamiento de la sociedad contemporánea. El pornoterrorismo, a través de performances como una de sus posibles tácticas de acción directa, hace de presente todo lo que somos y que ha sido negado por la moral pública hegemónica. Estos perfomances pueden presentar cualquier cosa, derramamiento de fluidos y escatologías de
cualquier tipo (3), sexo en vivo, proyección de imágenes (4), música, ruido y/o diferentes ambientes auditivos, “poemas o palabras encantatorias de alguna índole con carácter sexual, terrorista, provocador y/o que inciten a la acción directa, a la rabia, al calentón, a la reacción” (5). Algunos consideraran que las intervenciones del pornoterrorismo podrían devenir en la pura y llana celebración de lo sexual y lo escatológico, una reafirmación de las sexualidades y corporalidades disidentes sin una agenda de impacto en la “alta política”. Y pueda que justamente sea eso. El pornoterrorismo quiere prescindir de la apelación a la política como especialización, la apelación a la burocracia y al Estado como fuente originaria de separación y distanciamiento, el pornoterrorismo exige la politización de la vida real y concreta, la politización de la vida como corporeidad impostergable. El pornoterrorismo es un escupitajo en la cara al capitalismo, un lengüetazo sardónico y cáustico al heteropatriarcado, una herida supurante que confronta radicalmente sin exigir sutura. No se exige sutura porque esta no es una agenda de los oprimidos y oprimidas que demandan reconocimiento o rehabilitación, esta es una propuesta confrontativa e insurreccional, no un lamento de auxilio, un grito de guerra, el pornoterrorismo exige restituir las potencias del propio cuerpo, pero al final de cuentas no se puede restituir por completo algo que siempre ha estado ahí, siempre hemos sido esa herida abierta, el cuerpo, en su completa inmanencia, siempre ha sido nuestra arma de lucha. Este breve texto ha sido un comentario al Manifiesto Pornoterrorista y el movimiento polimorfo que se recoge en él, pero más que un comentario quisiera que fuera una invitación. No tal vez una invitación a un alzamiento en armas inmediato y a la multiplicación instantánea de los perfomances y talleres pornoterroristas, la acción callejera y los pornoasaltos, pero sí una invitación de apertura, apertura al contagio de una forma novedosa de asumir la politicidad, el arte y la belleza de la propia vida y el propio cuerpo. Esta herida abierta siempre puede contagiarse y diseminar algo novedoso, está herida supurante puede ser fuente de nuevos virus de sistema. Ante las disyuntivas políticas convencionales, Estado sí, Estado no, Polo sí, Polo no, Movimiento Social sí, Movimiento Social no, el Pornoterrorismo plantea nuevos recursos para tomar partido en la Guerra civil en curso, Guerra que excede el actual conflicto social, político y armado colombiano. La acción directa no es solamente romper sucursales bancarias o hacer estallar petardos en bustos de próceres conservadores, nuestro cuerpo, nuestros placeres indómitos, nuestro deseo irrefrenable por otro mundo ya es un acto, es acción inmediata y directa que debemos asumir. PostData La página www.pornoterrorismo.com está plagada de fuentes de diseminación y contagio. En
la sección “leer” se puede encontrar el Manifiesto Pornoterrorista y otros, además de poemas, pornopoemas, terrorismo poético. En la sección “mira” hay fotos y videos de todo una serie de intervenciones y performances alrededor del globo. Toda la página es un flujo de gran valor. Por otro lado, este movimiento no es una moda foránea, exclusiva de españolxs cachondxs y otra suerte de revolucionarios europeos “posmodernistas”, les recomiendo el trabajo de la artista colombiana Nadia Granados, ‘La Fulminante’, pueden encontrarla aquí: www.lafulminante.com. Ya hace un tiempo la Silla Vacía le hizo un buen reportaje titulado “Es Nadia, es La Fulminante ¿Y qué?”, lo pueden consultar aquí: lasillavacia.com/content/es-nadia-es-la-fulminante-y-que-45288 . (1) Manifiesto Pornoterrorista. Disponible en: pornoterrorismo.com/lee/manifiesto-pornoterrorista / (2) Ibíd. / (3) “[S]quirt o corrida vaginal, flujo, semen, sangre (menstrual o no), mierda, lágrimas, vómito. De especial interés la corrida vaginal porque siempre le aporta a la performance un contenido didáctico de suma relevancia para la vida de todxs lxs poseedorxs de vagina que aún no hayan descubierto que tienen el fabuloso poder del géiser.” Ibíd. / (4) “Imágenes (proyecciones lanzadas por un/una VJ) en torno al género, producciones que esta civilización decadente y horripilante muestra en sus noticieros (verdadera pornografía del imperio narco-gore), pornografía mainstream o imágenes pornográficas que produzcan reacciones automáticas, fragmentos de películas de culto (gore, bizarre, porno vintage), fake-snuffs, ejecuciones reales, accidentes, y cualquier imagen que haga sentir algo (no importa qué)”. Ibíd. / (5) Ibid.
@lapetitejulia
CABALLERO, EXPLORE SU ANO
Por Supertramp - cristianjairlozanomarin@gmail.com
“El culo no es simplemente para cagar” Podríamos hablar de cómo el ano es una zona erógena y de cómo este tema, es un tabú para la mayoría de las personas… sin embargo este espacio será utilizado como una herramienta para que algunos “CABALLEROS” dejen a un lado el miedo y empiecen a explorar nuevos sentimientos y nuevas formas de sentir placer. Entonces para ello, empezaremos por 5 tips que ayudaran un poco más si te encuentras listo para pasar un ratito agradable y de emoción por explorarte. 1) Deja a un lado los nervios y alístate sin pudor alguno para empezar a disfrutar. 2) R E L Á J A T E; deja a un lado todo tipo de ataduras homofóbicas, pues es perfectamente normal ya que en esta parte de nuestros cuerpos nace el pene. Comienza a masajearte o que tu pareja lo haga en el perineo (zona entre el pene y el ano) llega suavemente al ano, haciendo masajes en círculos, como en el borde. De esta manera empezaras a excitarte presionando poco a poco dándole paso a un mar de sentimientos y nuevas sensaciones. 3) lentamente puedes introducir tu dedo o pedírselo a tu pareja (en caso de que se esté en una relación sexual) con la mayor suavidad posible para que no haya ningún tipo de percance, recuerda que lo único que tienes que sentir es placer. En ese momento cuando el dedo este entrando, sentirás pequeños corrientazos o espasmos, que significa que estas llegando a tu punto “g” o como quieras llamarlo. 4) cuando estés en ese punto empieza a masajear de una manera muy suave… y si estas con tu pareja sería bueno decirle lo que estas sintiendo, así ella podrá saber si todo anda bien o hay que hacer otra cosa para que este momento sea genial. (En algunos casos podrías sentir mucho más, si se frota el pene al mismo tiempo) Y si todo esto está listo, si cada paso se ha hecho con el mayor de los cuidados, con el mayor respeto, con amor y ganas de sentir nuevas sensaciones además de explorar y conocerte así mismo, lo único que queda es… relajarte, disfrutar y comprender que “el culo no es simplemente para cagar”.
Andres Ariza juanandres.ariza@gmail.com
¿CALLAR O NO CALLAR? EDUCAR PARA LA SEXUALIDAD: LOS RETOS DE EDUCAR PARA LA SEXUALIDAD EN EL AULA Y ESCENARIOS COMO LA ESCENA HARDCORE Por Juan Miguel Cortés - xpenjingx@hotmail.com
La labor del maestro como educador le exige transformar su vida en función de su vocación-profesión, ser maestro significa transformarse en un sujeto de trascendencia social, su ética llama a no perder su rol educativo en ningún escenario en el que se desenvuelve su vida, pues el maestro es ejemplo y modelo a seguir (ni el estado, ni la sociedad, ni las familias, ni los estudiantes incluso, ni siquiera, su propia ética le permiten fallar en este aspecto). Debido a que esto es así, la mirada y las maneras en las que el maestro se relaciona con el mundo requieren siempre de una mirada cuidadosamente analítica y crítica ante las realidades y contextos de nuestro mundo. El país empieza a notar que temas que tienen que ver con los vacíos en términos de educación para la sexualidad ocupan la primera plana del debate político y el debate en la opinión pública. Existen ejemplos dolorosos como los reiterados y ya casi cotidianos casos de feminicidio, o el debate alrededor del género, las sexualidades diversas y los derechos de quienes tienen diversidad sexual. Algunas preguntas: ¿Qué es lo que la sociedad hace o deja de hacer en términos de educación para atender una problemática social evidente y sumamente grave? ¿Cómo educamos y cómo somos educados al respecto? Y ya que se propone hablar puntualmente del hardcore, ¿qué hace el hardcore por educar al respecto?. En la escuela las cátedras de educación sexual son pobres, puesto que abordan el tema fraccionado, reducido la mayoría de veces a espacios que problematizan la sexualidad (en el sentido de hacer de ella un peligro), de la mano de temas de anticoncepción, prevención de enfermedades o infecciones de transmisión sexual, embarazo no deseado, y otros temas afines o de una manera biológica-genital, sistemas reproductivos y procesos biológicos. Las exigencias que nos plantean las realidades del país y del mundo requieren extender la mirada de la sexualidad y extender tentáculo para incluir aspectos absolutamente necesarios como los contextos socioculturales, políticos, emocionales, sentimentales, espirituales, económicos y otros tantos que entretejen la complejidad que es en sí misma la sexualidad. Por lo tanto,
el llamado que personalmente hago a mis estudiantes en el aula y en este escenario, es a hacerse cada uno responsable de su propia educación, dudar de todas las posiciones que creen ser correctas (siempre autoritarias y herméticas), a nunca desconocer los matices (propio de un tema como estos que hay que “tomar con pinzas”), a vivir la sexualidad, a compartir, participar y preguntar para aprender. Finalmente, sé con plena seguridad que todos, individuos y colectivo, somos imperfectos en lo que a este tema se trata, pero esto es maravilloso, porque al reconocer los errores aprendemos. No obstante, hay que descubrir, reconocer y corregir los errores para que como lo hacen las plaquetas en la sangre, nos unamos y nos hagamos fuertes juntos para parar la hemorragia que no deja palpitar correctamente el corazón de nuestra sociedad. ¿Qué callamos? ¿Qué nos callan? ¿Qué decirnos? ¿Qué nos dicen?
"...se puede afirmar entonces que el fanzine, mas allá de su forma, es una condición de posibilidad que debe funcionar no solo como un complemento a las revistas comerciales, el objetivo del fanzine es educar, agitar, reprochar, reclamar y discutir esos temas que no tienen cabida en las agendas oficiales, esos que interesan a unos cuantos que no son habituales en las secciones faranduleras. Sin embargo, no está exento de convertirse en lo que cuestionan. Es más una cuestión de mantener un compromiso con las ideas que se exponen y su posición ante todo." Quinto ítem del "Manifiesto Fanzine" por Ficciorama