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Ese indomable bestiario An untamable bestiary
Bajo una perspectiva multifocal, en la que se funden lo onírico con lo ancestral, lo satírico con lo político, se genera una entelequia o ilusión quimérica donde no existe línea de demarcación para el imaginario y en la cual el artista boliviano Marcelo Suaznabar (Oruro-1970), radicado en Canadá, prefigura un inquisidor bestiario de zoomórficas criaturas arrancadas del inconsciente. Muchas de ellas surgidas por la inspiración temprana y de iniciación en el arte colonial del siglo XVI y XVII, dando lugar a una transfiguración donde él es un “renunciante”, puesto que se entrega absolutamente a este ejercicio plástico, adoptando el papel del héroe trágico, pero poético y mágico, convirtiendo a estos fenómenos en intérpretes de las anomalías de esta sociedad. Dejemos que él mismo nos devele esos insondables misterios.
¿De qué manera la raigambre ancestral sirve de base para esta mitológica fenomenología zoomórfica?
La influencia ancestral puede servir como referencia para desarrollar una nueva visión que forme parte de un mundo desconocido de animales en transformación, fenómenos o misterios que en algunos casos el arte intenta dirigir para expresar alguna situación de reflexión, lo que trae consigo un acercamiento al inconsciente, sobre todo si las formas antropomorfas o zoomorfas enriquecen esas ideas recurriendo a la memoria ancestral y transfiriendo imágenes para trabajar temas compositivos complejos en sí mismos.
¿La fuerte presencia de lo zoo-antropomorfo responde a una ensoñación onírica, a una pesadilla o a una sátira que fluye del subconsciente?
Definitivamente es, para mí, una sátira que de forma intencionada se genera para crear figuras zoomorfas que no existen, pero que adquieren cuerpo y vida a medida que brotan las ideas. Estas van formando parte de una escena irreal surgida de manera espontánea con apuntes simples que van adquiriendo complejidad dependiendo de la intención a la hora de componer.
¿Qué recuerdos de infancia, libros de zoología, entomología, literatura e incluso tus más oscuras pesadillas, siguen siendo el detonante de tu obra?
De niño frecuentamos constantemente la finca de mi padre a 30 kilómetros de nuestra ciudad Oruro y con mis hermanos pasamos las vacaciones escolares en el campo, tenía vacas, ovejas, conejos de castilla, gallinas, entre otros; ordeñamos leche y recorrimos los senderos en bicicletas, era una etapa muy arraigada al altiplano y su naturaleza y los insectos que veía de alguna manera estuvieron presentes en mis primeros dibujos al igual que los caballos. Podría decir que también es una fuente lejana de recuerdos al que inconscientemente recurro, también fueron revistas, libros de animales y plantas que mi padre tenía y los que podía dibujar
Through a multi-focal lens, a dream-like nature merges with the ancestral, satire with politics, to create the fantastical or whimsical illusion of the artist Marcelo Suaznabar’s boundless visual language. Born in Oruro (1970) and based in Canada, he configures a fascinating bestiary of zoomorphic creatures stemming from the unconscious mind. Many of these creatures were initially inspired by 16th and 17th-century colonial art, which the artist creates in a transfiguration exercise where he “lets go”, fully surrendering to the artistic gesture and adopting the role of tragic hero –yet poetic and magical– to transform the bizarre characters into interpretation of the anomalies in our society. We will leave it up to him to uncover these unfathomable mysteries.
How do ancestral roots serve as the basis for this mythological zoomorphic phenomenology?
The ancestral influences can serve as a reference to develop a new vision as part of an unknown world of transforming animals, phenomena and mysteries, which art can sometimes make use of to express or reflect on a situation. This brings us closer to the unconscious mind, especially if the anthropomorphic or zoomorphic figures enrich ideas by alluding to ancestral memory and using images to elaborate complex compositional themes in themselves.
Is the strong presence of zoo-anthropomorphic aspects an allusion to dreams, nightmares or a satire originating for the subconscious?
For me, it is definitely a satire that is intentionally designed to create non-existent zoomorphic figures that come to life as ideas sprout. These ideas start to build an unreal scene that emerges spontaneously with simple sketches which acquire complexity depending on the intention at the time of creating.
What childhood memories, zoology or entomology books, literature or perhaps even your darkest nightmares inspire your work?
When I was a child we used to frequent my father’s farm estate, 30 km away from Oruro. My siblings and I spent school breaks in the countryside, with cows, sheep, rabbits, chickens, etc.; we milked the cows and explored trails on our bikes. This time was very rooted in the highlands and their nature, and the insects and horse I saw there were somehow present in my first drawings. Other sources of memories I tend to rely on unconsciously are the animal and plant magazines and books my father had. I could draw o copiar, pienso que inconscientemente esos recuerdos de niño deben detonarse de alguna forma para activar la creatividad. in them or copy the contents, and I think those childhood memories must be evoked to enable creativity.
Es innegable que tu obra parte de lo secular, pero relativiza el tiempo y cuestiona el establishment, con ejemplos tan decisores como Negociando con el tiempo, Lucid dreams o Territorio onírico ¿De qué manera estos tópicos se reactivan en tu actual propuesta?
En cierto modo muchos elementos que giran alrededor de mi obra, tanto del pasado como del futuro son los mismos con los que continúo trabajando temas universales como el innegable paso del tiempo y su huella de registro irreversible, la vejez que alcanza todo. La muerte y su misterio, la naturaleza y su agotamiento y el acelerado ritmo tecnológico. Todos ellos ingresan a un territorio onírico, rodeados de seres antropomorfos combinando los tiempos y el tema, tratando de generar una complicidad con el observador al interpretar su descontento o inquietud sobre los verdaderos grupos de poder o establishment y su dudoso accionar, y en otros, sobre situaciones generales que se suelen compartir, por eso pienso que estos tópicos son el motor de mi obra, creada con elementos irreales que se fusionan con la realidad.
¿Crees que tu obra nos alerta de cómo el avance tecnológico y otros temores pueden dominarnos?
Estuve dirigiendo mi preocupación con este tema y en varias pinturas interpreté de manera simbólica este acelerado ritmo tecnológico, los pasos agigantados de la automatización son un hecho. Y los tiempos se acortan convirtiéndonos en seres tecnológico-dependientes, como dice Andrés Oppenheimer en su libro Sálvese quien pueda: “Muchos de los trabajos generalmente manuales y comunes desaparecerán y serán remplazados por máquinas automatizadas o robots”. Esto ya está sucediendo paulatinamente en muchos países y el proceso de adaptación a estos cambios tan bruscos es muy complicado y el COVID 19 lo aceleró aún más. En algunos casos reflejo esta inquietud en mi trabajo como una observación pausada de lo que uno mismo experimenta con su entorno. Aunque soy consciente que la tecnología genera grandes avances en ciencia y comunicación abriendo nuevas fuentes de empleo, pero no deja de ser preocupante su aceleración que cada vez acorta más esa transición de tiempo-adaptación.
En cuanto a técnica y materialidad, ¿cuáles son las más dúctiles y que te permiten hacer un balance entre lo alegórico, lo onírico y la realidad?
Definitivamente ese balance me lo brinda el óleo sobre soporte tradicional en tela o panel y también el dibujo que me sirve de apunte y registro de ideas. Ahora siento que la escultura me permite pensar y resolver de forma diferente a la hora de crear y alimenta mucho las ideas para regresar a la pintura o el papel y resulta muy sugerente.
Más que alucinante, con una creatividad entre distópica e inclemente Marcelo Suaznabar, es un artista visual que se la juega por interpelar, fusionando pasado y presente de una sociedad disfuncional, que a ratos parece desmedidamente irreal.
It is undeniable that your work stems from the centuries-old art, but it relativizes time and questions the establishment, with such decisive examples as Negociando con el tiempo, Lucid dreams or Territorio onírico. How are these topics reactivated in your latest proposal?
In a certain way, many of the elements in my work, both the ones I have explored in the past and the one I will explore in the future, are the same universal themes: the inevitable passage of time and its irreversible traces, aging which affects everything. Death and its mystery, nature and its depletion, and the accelerated pace of technological advances. All these elements are inserted into a dream-like land, surrounded by anthropomorphic beings, relating the eras and the themes. Trying to engage with viewers, the artwork interprets people’s dissatisfaction or concerns about powerful groups or the establishment and their dubious actions. In other cases, the pieces speak on situations that are usually shared, so I think that these topics are the drivers of my work, created with unreal elements that merge with reality.
Do you think your work cautions us about how technological advancement and other fears can dominate us?
I have been focusing on my worries on this matter. In several of my paintings, I symbolically represented this fast-paced progression of technology; the giant steps of automation are a fact. Time lines are increasingly shorter and we have become dependent on technology. As Andrés Oppenheimer said in his book The Robots are Coming , many common manual labor jobs will disappear and be replaced with automated machines or robots. This is already happening gradually in many countries, but adaptation to these sudden changes is complex and COVID-19 accelerated this process even further.
In some cases, I capture this worry in my work as a thorough observation of what we experience in our surroundings. I am aware that technology has brought great advancements in science and communication, and created new sources of employment. However, the acceleration of this process, which is increasingly shortening the time-to-adaptation transition, is a cause for concern.
In terms of techniques and materials, which are the most flexible and allow you to balance the allegorical, the dream-like and reality?
Undoubtedly, oil on traditional support on canvas or panel provides me with this balance, and also drawings serve me as record of my ideas. When creating, I do feel that sculptures allow me to think and resolve in a different way that nurtures the ideas, after which going back to paper or canvas is very interesting.
With a mind-blowing creativity somewhere between dystopian and unrelenting, Marcelo Suaznabar is a visual artist who bets on questioning a dysfunctional society –merging past and present– which at times seems exorbitantly unrealistic.