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15 de enero de 2017
IGLESIA LOCAL
Palabras del Arzobispo AUDIENCIAS
REUNIONES
VARIAS.
CON SEMINARISTAS.
REUNIONES CON MAESTROS DEL SEMINARIO SAN JOSÉ DE LA MONTAÑA. REUNIONES CON EL PADRE RECTOR DEL SEMINARIO Y CON EL SEÑOR OBISPO DE CHALATENANGO, CON RELACIÓN AL SEMINARIO – 347 – Comenzamos el nuevo año 2017, como siempre dirigiendo a través de nuestras radios católicas la oración de la mañana, a las 6:00 a.m., luego participando del Santo Rosario en la Parroquia Jesús Manso y Humilde de Corazón; y a las 7:00 a.m. la Santa Misa, la cual es televisada y radiada cada día.
es San Juan Bautista quien da su testimonio de Jesús, reconociéndole como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
En mi despacho la primera semana estuvo llena de compromisos, por todo lo acumulado durante la vacación de fin de año. Casi todos los días estuve recibiendo muchas visitas de sacerdotes, religiosas, movimientos laicos y demás personas que, desde diciembre recién pasado, habían solicitado verme para hacer consultas pastorales. También recibí a seminaristas de casos especiales que tratar, para ayudar a cada uno de estos. Tuvimos varias reuniones para constituir el Equipo Formador del Seminario para este año. Agradecemos a los sacerdotes que trabajaron como Formadores en esta institución, quienes tuvieron que retirarse porque ya habían cumplido su tiempo para el que fueron nombrados o que por otro motivo pidieron ya no continuar. Todos hicieron un excelente trabajo, les estamos muy agradecidos, Dios les pagará con creces. Y como era necesario reconstituir el Equipo Formador nos reunimos con el señor Obispo de Chalatenango, Mons. Oswaldo Estéfano Escobar, con el Rector del Seminario, Padre Edgardo Reyes y con los sacerdotes integrantes del Equipo Formador. Agradezco de corazón al señor Obispo de Chalatenango su gran bondad de apoyar la formación del Seminario, a sus sacerdotes, que con tanta bondad también aceptaron trabajar por el Seminario, bien sea como formadores o maestros, al Padre Rector, a los demás miembros del Equipo Formador y a todos los maestros de nuestro Seminario San José de la Montaña, Dios les pagará. Con mucha alegría les comparto algunas ideas de la homilía dominical del Segundo Domingo del Tiempo Ordinario: Este domingo damos inicio al Tiempo Ordinario. Como es costumbre, el domingo segundo de Tiempo Ordinario, se lee el Evangelio de Juan con un pasaje que puede ser considerado como prolongación de las manifestaciones de Navidad y Epifanía. Hoy
El señor Arzobispo (al centro) momentos antes de iniciar la Santa Misa en la Parroquia Jesús Manso y Humilde de Corazón
En la P RIMERA L ECTURA , se recoge, un testimonio anterior al del Bautista: El del Deutero-Isaías anunciando la misión universal del Mesías, en el segundo de los cuatro “cánticos del Siervo”: Te voy a convertir en luz de las naciones, para que mi salvación llegue hasta los últimos rincones de la tierra (Is 49, 6), misión que le encarga desde el seno materno y cuya actitud de obediencia se refleja en el salmo: Dije: aquí estoy. En tus libros se me ordena hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que deseo; tu ley en medio de mi corazón (Sal 39, 8-9). Un testimonio difícil de dar en medio de un pueblo que en el exilio se encontraba desanimado, fracasado o resignado. En la SEGUNDA LECTURA se lee la Primera Carta a los Corintios escrita por Pablo. Una Carta que leeremos durante siete domingos. Hoy iniciamos con el saludo que Pablo dirige a esa comunidad ubicada en la ciudad griega de Corinto con muy mala reputación, en cuanto a sus costumbres y moral, un poco relajadas, donde permaneció por más de un año. Posiblemente, entre los años 51 o 52. Se trataba de una comunidad convertida del paganismo que enfrenta varios problemas que se irán conociendo a lo largo de estos domingos. Por ahora, Pablo les recuerda que han sido llamados a vivir: con una vocación santa (1 Cor 1, 2); es decir, les invita a ser distintos del resto de personas que les rodean porque esa comunidad –como toda comunidad cristiana– es
reflejo de la Iglesia y su deber es dar testimonio de ese Cristo a quienes han sido consagrados (1 Cor 1, 2). Les invita, pues, a ser testigos no solo de palabras sino de obra. Por ello, el E VANGELIO de San Juan nos muestra qué tipo de testigos debemos ser, poniendo como ejemplo a San Juan Bautista. Nos dice que al inicio no lo conocía; pero quien le había enviado a bautizar le había dicho: Aquél sobre el que veas bajar posarse el Espíritu es el que ha de bautizar con Espíritu Santo (Jn 1, 32-33) y termina diciendo: Yo lo he visto y atestiguo que él es el Hijo de Dios (Jn 1, 34). Un testimonio de palabra al que unió su testimonio de vida, que quedaría sellado en sangre tras su muerte por decapitación; gracias a que sus palabras molestaron a los que, en su ceguera, prefirieron seguir viviendo en pecado antes que convertirse. De esta forma, las lecturas de este día nos dejan en claro algunas cosas. Primero, que en Jesús se ha cumplido la figura del Siervo de Yahvé anunciado por Isaías, trayendo la salvación universal. Él es el Salvador del mundo, la Luz del mundo, el Mesías prometido a quien debemos seguir. Segundo, hacen falta testigos de Cristo en el mundo actual. A semejanza de la comunidad de los Corintios no debemos olvidar que hemos sido llamados a una vocación de santidad por difícil que parezca. Es cierto que el mundo actual atrae con sus propuestas de consumismo, de una vida light, sin compromisos, sin esfuerzos; pero, los cristianos debemos resistir, convirtiéndonos de esa forma en testigos de Cristo. Los ejemplos de Isaías y San Juan Bautista deben animarnos a vivir comprometidamente. Sufrieron, fueron perseguidos, incomprendidos, vivieron a contra pelo de las costumbres de su sociedad; pero fueron elogiados por Dios y su testimonio quedó para ejemplo de las futuras generaciones. Por último, en la celebración de la Eucaristía se llama varias veces a Jesús con el apelativo que el Bautista le dio: Cordero de Dios, el canto del Agnus Dei (Cordero de Dios) es la invitación que el sacerdote hace para que comulguemos: Este es el Cordero de Dios… La frase nos anima a recordar al Salvador del mundo siendo coherentes con nuestras palabras y obras, o sea, dando testimonio de Él. † Mons. José Luis Escobar Alas Arzobispo Metropolitano de San Salvador
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Oración para pedir favores por la intercesión de MONSEÑOR ROMERO Oh Dios Padre Misericordioso: que por mediación de Jesucristo y la intercesión de la Virgen María, Reina de la Paz; y la acción del Espíritu Santo concediste al Beato Oscar Romero la gracia de ser un Pastor ejemplar al servicio de la Iglesia; y en ella preferencialmente a los pobres y los necesitados. Haz Señor, que yo sepa también vivir conforme al Evangelio de tu Hijo y dígnate glorificar a tu Beato Oscar Romero y concédeme, por su intercesión, el favor que te pido… Así sea. (Si recibe el favor solicitado, repórtelo por escrito a la Oficina de Canonización de Monseñor Romero en el Arzobispado de San Salvador)
Celebración vicarial por Jornada Mundial de la Paz
De blanco, Cuscatlán caminó por la paz respuesta cristiana ante la violencia o la ideología del aprovechamiento. Exhortó, desde el mensaje del papa Francisco para la Jornada de la Paz 2017 titulado «La no violencia: estilo de una política para la paz», a la no violencia activa y nos presentó los modelos de hombres y mujeres. Contentos todos se retiraron con el compromiso de oponerse a la tentación del conformismo o del pesimismo.
Cada comunidad peregrinó desde su territorio parroquial hasta el Parque Central de Cojutepeque
Esperamos que de aquí surjan más iniciativas en las distintas vicarías para marcar claramente el compromiso por la paz, que es un regalo de Dios pero que es también una tarea que nos compete a todos y a todas.
Una comunidad motivada para asumir el desafío de trabajar por una sociedad en paz y fraternidad resultó de la Caminata y Misa de Campaña, celebradas este 7 de enero en la Vicaría San Juan Bautista, que aglutina a catorce parroquias del departamento de Cuscatlán. Cada grupo de personas, vestidas de blanco, partió de su parroquia. Alrededor de dos mil personas caminaron hacia el Parque Central de Cojutepeque, frente a la parroquia San Sebastián. Llegados al parque, se celebró una Misa a cielo abierto que presidió el Pbro. Luis Coto. Concelebraron doce sacerdotes de la Vicaría. El padre Mario Díaz predicó la homilía, en la que contextualizó con en nuestra realidad y la
Señor Arzobispo suscribe donación en Huizúcar
La Santa Misa de campaña contó con gran cantidad de participantes
Parroquia San Pedro Apóstol
Bautizos y Confirmas en Teotepeque
La parroquia San Miguel Arcángel, de Huizúcar, departamento de La Libertad recibió este 26 de diciembre la visita del Excmo. señor Arzobispo de San Salvador, Mons. José Luis Escobar, quien fue invitado por el Pbro. Carlos Fernando Osorio, párroco, para participar de la firma de un convenio de donación de una propiedad en un cantón cercano a la parroquia. Son cinco manzanas donde a mediano plazo se podrán ofrecer talleres de formación agrícola, entre otras áreas que favorecerán el desarrollo de personas de la zona. Monseñor presidió una Acción de gracias ofrecida en el terreno donado, misma que se celebró por la finalización de una capacitación ofrecida por personal de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”. Concelebraron la Eucaristía los señores presbíteros José María Tojeira, S.J. y Carlos Osorio. El señor Arzobispo agradece el gesto de la donación durante la homilía
DIRECTORIO
Pbro. Simeón Reyes DIRECTOR
Pbro. Carlos Chavarría SUBDIRECTOR
Invitado por el Párroco de San Pedro Apóstol, en el municipio de Teotepeque, Pbro. John Ostroski, el señor Arzobispo de San Salvador, Mons. José Luis Escobar, confirió este 10 de diciembre de 2016, el Sacramento de la Confirmación a un grupo de ochenta jóvenes que durante todo el año recibieron la debida catequesis de preparación y del Bautismo a algunos adultos
Roger Herrera EDITOR EN JEFE
Efraín Caravantes
Efraín Caravantes
CORRECCIÓN Y DISEÑO
DISEÑO DE PORTADA
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Epifanía del Señor
VOZ DEL PAPA
Ángelus del Papa
Anuncien el Evangelio con mansedumbre y firmeza “Sigamos la verdadera A imitación de Jesús, pastor bueno y frágil y pecador, el camino de la humildad estrella que es Jesús” misericordioso, hagamos de nuestra vida un y de la plena cercanía de Dios a sus hijos”.
testimonio alegre que ilumina el camino y lleva esperanza y amor: fue el concepto expresado por el Papa Francisco a la hora de Ángelus dominical, este 9 de enero, día en que la Iglesia celebra la fiesta del Bautismo de Jesús.
El Pontífice, citando el Evangelio de Mateo que presenta la escena del Bautismo de Cristo en el río Jordán de manos de Juan el Bautista, explicó que Jesús vino a colmar la distancia que existe entre el hombre y Dios. Por esto –dijo– Jesús pide a Juan que lo bautice, “para que se realice el designio del Padre, que pasa a través del camino de la obediencia y de la solidaridad con el hombre
Dirigiéndose a los peregrinos llegados a la plaza de San Pedro el Obispo de Roma explicó que con el bautismo Jesús inicia su misión caracterizada por el estilo del siervo humilde y dócil e indicó que éste debe ser “el estilo misionero de los discípulos de Cristo, el anuncio del Evangelio con mansedumbre y firmeza, sin arrogancia o imposición”. “La verdadera misión – aseguró Francisco– no es jamás proselitismo sino atracción a Cristo, a partir de la fuerte unión con Él en la oración, en la adoración y en la caridad concreta, que es servicio a Jesús presente en el más pequeño de los hermanos”. (Cf. Radiovaticana.va 8 ene 2017)
Santos y apariciones Autoridad de Jesús son importantes... pero viene por su servicio, el centro es Cristo cercanía y coherencia Tras el parón de la Navidad el Papa ha Papa en Santa Marta
Jesús tenía autoridad porque servía a la gente, estaba cerca de las personas y era coherente, al contrario que los doctores de la Ley que se sentían príncipes, no era “un seductor”, enseñaba la Ley “hasta el último punto” enseñaba la Verdad pero con autoridad. De este modo, durante su homilía del 10 de enero en Santa Marta, el Papa ha reflexionado sobre tres características que diferencian la autoridad de Jesús de la de los doctores de la Ley: “enseñaba con humildad” y dice a sus discípulos que “el más grande sea como el que sirve: se haga el más pequeño”, los fariseos se sentían príncipes. La segunda característica es la cercanía: “Jesús no tenía alergia a la gente: tocar a los leprosos, a los enfermos, no le hacía estremecerse”. Mientras que los fariseos despreciaban a la pobre gente y ellos paseaban por las plazas, bien vestidos. Y un tercer punto que diferencia la autoridad de los escribas de la de Jesús es la coherencia. Jesús –ha subrayado el Papa– vivía lo que predicaba: había como una unidad, una armonía entre lo que pensaba, sentía, hacía. Mientras que quien se siente príncipe tiene “una actitud clericalista”, es decir, hipócrita, dice una cosa y hace otra. (Cf. Zenit.org 10 ene 2017)
retomado este 9 de enero sus misas diarias en Casa Santa Marta para recordar una idea central: Jesús debe ser el centro de la vida del cristiano.
“Este es el centro de nuestra vida: Jesucristo. Jesucristo que se manifiesta, se hace ver y nosotros estamos invitados a conocerlo, a reconocerlo en la vida, en las muchas circunstancias de la vida, reconocer a Jesús, conocer a Jesús... ‘Pero yo, padre, conozco la vida de aquel santo, de aquella santa, o también las apariciones de aquel de allá y de allá’, esto está bien, los santos son los santos, son grandes (…) pero el centro es Jesucristo: sin Jesucristo no hay santos. Y esta es la pregunta: ¿El centro de mi vida es Jesucristo? ¿Cuál es mi relación con Jesucristo?”.
“Al inicio de cada día podemos acoger esta invitación: ¡levántate, vístete de luz, sigue hoy, entre tantas estrellas fugaces del mundo, la estrella luminosa de Jesús!”, con estas palabras el Papa Francisco saludó y alentó a los fieles y peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro para rezar la oración mariana del Ángelus del 6 de enero.
Comentando el Evangelio que la liturgia presenta en la Solemnidad de la Epifanía del Señor, el Santo Padre señaló que “hoy, Jesús resplandece como luz para todas las gentes”. También en nuestra vida, dijo el Pontífice, existen diversas estrellas, luces que brillan y orientan. Depende de nosotros elegir a cuál de ellas seguir. “Hay luces intermitentes, que van y vienen, como las pequeñas satisfacciones de la vida: a pesar de ser buenas, no son suficientes, porque duran poco y no dejan la paz que buscamos”. También existen luces enceguecedoras, dijo el Papa, como el dinero y el suceso, que prometen todo y enseguida: son seductoras, pero con su fuerza enceguecen y hacen pasar de los sueños de gloria a la oscuridad más densa. Hoy los Magos, precisó el Obispo de Roma, nos invitan a seguir una estrella estable y gentil, que no se apaga, porque nos es de este mundo: viene del cielo y resplandece en el corazón. “Esta luz verdadera es la luz del Señor, o mejor dicho, es el Señor. Él es nuestra luz: una luz que no enceguece, pero acompaña y dona una alegría única”, aseguró el Santo Padre. (Cf. News.va 6 ene 2017)
Dijo que hay dos caminos para seguir a Jesús: uno en el silencio de la adoración y otro que consiste en remover del corazón los obstáculos interiores que terminan por alejarlo. (Cf. Romereports.com 9 ene 2017)
Catequesis del Papa
“Los ídolos defraudan siempre, la esperanza no defrauda jamás” “Si ponemos la esperanza en los ídolos, se termina siendo como ellos: imágenes vacías con manos que no tocan, pies que no caminan, bocas que no pueden hablar. No se tiene nada más que decir, se es incapaz de ayudar, cambiar las cosas, incapaces de sonreír, donarse, incapaces de amar”, con estas palabras el Papa Francisco explicó en la Audiencia General del segundo miércoles de enero, el significado de la esperanza cristiana en contraposición de los ídolos. Continuando su ciclo de catequesis sobre “la esperanza cristiana”, el Obispo de Roma comentando el Salmo 115, dijo
que este Salmo es “un Salmo lleno de sabiduría que nos describe de modo muy sugestivo la falsedad de los ídolos que el mundo ofrece a nuestra esperanza y a la cual los hombres de todo tiempo son tentados a encomendarse”. La verdadera esperanza cristiana señaló el Papa Francisco “nos hace entrar, por así decir, en el rayo de acción de Dios, de su recuerdo, de su memoria que nos bendice y nos salva. Y entonces puede surgir el aleluya, la alabanza al Dios vivo y verdadero, que por nosotros ha nacido de María, ha muerto en la cruz y ha resucitado en la gloria”. (Cf. News.va 11 ene 2016)
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ditorial ¡Año Nuevo! Ha comenzado un nuevo año y como es tradición en estas fechas hacemos propósitos para comenzar una “vida nueva” que imaginamos llena de nuevos proyectos, nuevas empresas, nuevos objetivos y nuevas metas. Y como estas novedades resultan tan rocambolescas, o son tan numerosas que resultan inabarcables, o tan excesivas en su ambición que se nos revelan sobrehumanas, terminamos el año aplastados por un sentimiento de fracaso y humillación, contra el cual ni siquiera contamos con el consuelo de aquel dicho popular: “El hombre propone y Dios dispone”. Porque nos han metido en la cabeza que todo lo que nos propongamos lo podremos lograr; y este voluntarismo histérico nos termina ensuciando de amargura y desaliento, cuando nuestros empeños de superhombre se topan con nuestras limitaciones. A medida que han pasado los años he aprendido que el secreto de la “vida nueva” no se halla tanto en incorporar nuevas tareas a nuestra vida atareada, ni añadir nuevas pretensiones a nuestra ya pretensiosa vida, ni en formular nuevas aspiraciones, ni alcanzar nuevos logros, sino más bien en reunir las tareas presuntuosas, en desdeñar las pretensiones vanas, en renegar de las aspiraciones petulantes y de los logros desorbitados. He aprendido que la mejor “vida nueva” es nuestra vida antigua, despojada de los muchos errores que nuestra soberbia nos ha inspirado, los muchos errores que arrastramos como un pesado fardo del que, sin embargo, no nos queremos desprender. Porque lo que nos aparta de una “vida
nueva” no son tanto los errores que hayamos podido cometer como nuestro empeño en disculparlos, en justificarlos, en presentarlos incluso como aciertos, según esa manía humana de envolver con una capa de caramelo nuestra podredumbre. Por tanto, desprendernos de nuestros errores, renegar de nuestros hábitos más lamentables, dimitir de nuestras conductas más lastimosas resulta mucho más sencillo que emprender todos esos proyectos rocambolescos que concebimos al comienzo del año. Pero, a la vez, hiere mucho más nuestro orgullo: pues mientras el proyecto rocambolesco nos hace creer –aunque sea por un instante– que somos diosecillos omnipotentes, la renuncia al error nos obliga a despojarnos de la armadura resplandeciente del engaño y nos confronta con el desnudo barro con el que estamos hechos. De ahí que una “vida nueva” fundada en la pompa resulta más halagadora que una “vida nueva” fundada en el desprendimiento, aunque sepamos que esta última es plenamente posible y la primera irrealizable. Porque para realizar una “vida nueva” basada en el desprendimiento bastaría tan solo un poco de humildad. Busquemos este año que comienza una verdadera “vida nueva” que nos permita recuperar la inocencia primera, que nos permita ver con claridad el rostro de Jesús, para eso debemos desprendernos de todos aquellos errores que nos han ensuciado de amargura y desaliento.
Por Pbro. Carlos Chavarría, Subdirector de Semanario Orientación
Tema de novela: Historia de dos viajes Se necesita mucho valor y entereza cívica para ejercer como Fiscal General de la República, aun a riesgo de equivocarse como ser humano que Sigfrido Munés es, en un país donde tioziggi@hotmail.com al poder político no le interesan, o no se acostumbra, a los contrapesos entre órganos del estado como garantía del funcionamiento de la democracia. Al Fiscal le llueven los troles (delictivos) manejados interesada e irresponsablemente por quienes se sienten afectados o amenazados por sus investigaciones. Eso, que es lamentable de por sí en cualquier circunstancia, debe de terminar, o nos convertiremos en el reino de los anonimistas, donde la verdad y las honras
puedan ser pisoteadas impunemente.
Esta asunto que podría generar el nombre para una novela, (“Historia de dos viajes”), Por su parte, el señor ex presidente de El Salvador que goza de asilo en la vecina Nicaragua, no es nada frívolo, sino preocupante. Retrata de alguna manera los problemas éticos y puso el dedo al señor Fiscal por su viaje familiar morales que a fuerza de repetirse se vuelven de vacaciones a Orlando, Florida, insinuando que tan normales como el ruido de la lluvia y lo hizo usando fondos del estado y olvidando su azotan la formación de una juventud sin propio viaje al mismo lugar en avión expreso. esperanza. Y también, gracias al Señor, retrata Aquel famoso viaje del cual una eufórica la contrastante realidad de un funcionario de participante hizo publicar fotografías en las redes reconocida integridad. sociales y cuyo principal protagonista ha revivido Los católicos debemos orar y actuar para su recuerdo desde Managua. Por la reserva que las nuevas generaciones recuperen el decretada alrededor de aquel suceso, nunca se ánimo y la voluntad de superarse espiritual y supo cómo fue financiado, ni por quién, ni con materialmente. Tienen el derecho y la obligación qué fondos. de lograrlo, pero hay que ayudarles. Cada quien El Fiscal General le ha dado respuesta al desde donde pueda: desde el hogar, desde señor Funes, invitándole a que venga al país para la cátedra y sobre todo desde el fondo de su demostrarle documentadamente cómo pagó su comprometido corazón. viaje familiar con sus propios recursos. En Dios confiamos.
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XXV Aniversario de la Firma de los Acuerdos de Paz
Monseñor Rivera, Artesano de la Paz
Mons. Gregorio Rosa Chávez, Obispo Auxiliar de San Salvador
Mons. Arturo Rivera y Damas, SDB, quinto Arzobispo de San Salvador, colaboró incansablemente en el proceso de negociaciones de paz en nuestro país
Muchos no creen que el Papa Juan Pablo II apoyó decididamente el trabajo de Monseñor Rivera por la paz. Quizá no saben que un domingo, en la Plaza de San Pedro, a la hora del Ángelus, hizo un vehemente llamado por la paz en nuestro país, citando las célebres palabras de nuestro querido Arzobispo: “Las armas vienen de fuera, pero los muertos son todos salvadoreños”. Se refería, de esa manera, a que en Centro América se libraba la cruenta batalla entre el bloque comunista y el bloque capitalista. Estuve junto a Monseñor Rivera de 1982 hasta l994, doce años. Fui testigo muy cercano de sus llamamientos al diálogo como camino para encontrar una salida al conflicto armado. Tres eran los “frentes” en que él “combatía”: el primero era la educación para la paz y la orientación de la opinión pública, sobre todo a través de la homilía dominical, y su diálogo con la prensa. El periodista Carlos Domínguez, en una breve nota titulada “De los hechos de la semana a la conferencia de prensa”,
Portada de Semanario Orientación del 21 de octubre de 1984, alusiva a la primera ronda de negociaciones por la paz en la que participó el presidente de la República, José Napoleón Duarte, sus delegados y representantes del FDR y FMLN, presidido por el Dr. Guillermo Manuel Ungo. Actuó en calidad de moderador de la reunión Mons. Arturo Rivera y Damas, Arzobispo de San Salvador
Primer encuentro en La Palma, Chalatenango, 15 de octubre de 1984. Aparecen en la fotografía Mons. Giacono, Ottonello, Encargado de Negocios de la Nunciatura Apostólica;, en calidad de moderador de la reunión Mons. Arturo Rivera y Damas, SDB; Mons. Rodrigo O. Cabrera Segundo encuentro de diálogo por la paz en Ayagualo, La Libertad, 30 de noviembre de 1984. Extracto del discurso expresado en una tribuna improvisada frente a una escuela y Mons. Gregorio Rosa
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XXV Aniversario de la Firma de los Acuerdos de Paz
Tercer encuentro de diálogo por la paz, Nunciatura Apostólica, 4-5 de octubre de 1987. Portada de Semanario Orientación donde se reproduce el sentir de Mons. Rivera y Damas en favor del pueblo salvadoreño
hace tiempo que ha significado por diversos modos su voluntad de paz. Forzando su pensar, el lenguaje de las acciones bélicas que se intensificaron después del 15 de octubre, le ha sido ininteligible y desconcertante, quizá contradictorio. Pero, a pesar de todo sigue viendo aún con esperanza el que se sienten alrededor de la mesa aquellos que han sido delegados para buscar con voluntad política el camino no fácil de la solución pacífica. Esa esperanza hay que alimentarla y para alimentar esa esperanza es necesario que esta reunión produzca un signo o varios signos que la animen. Tendría que ser un signo que, aunque pequeño, sea no sólo tangible sino que cause impacto en todo el país. Es preciso también hacer que vuelva la confianza, especialmente en aquellas zonas donde
la conflictividad, por ser más frecuente, causa más dolor y destrucción. Esto me pedían con insistencia algunas personas que fueron como peregrinos al santuario de Nuestra Señora de la Paz, en San Miguel. Es un clamor que no se puede desoír”. Basta este breve recorrido para darnos cuenta el papel tan decisivo que jugó la Iglesia para llegar a los Acuerdos que se firmaron hace veinticinco años. Sin embargo, en la apoteósica ceremonia del castillo de Chapultepec, Monseñor Rivera estuvo de pie junto a una columna, hasta que una persona le cedió su silla. Todo esto hace pensar que El Salvador tiene una inmensa deuda de gratitud con él. Sin embargo, en la plaza que lleva su nombre, lo que vemos son dos enormes torogoces... ¿Hasta cuándo?
lo describe así: “Monseñor Arturo Rivera Damas mantuvo el segmento de los hechos de la semana establecido por su antecesor, en los que describía la situación del país y desde donde alzó la voz ante violaciones de los derechos humanos durante los años duros del conflicto y el inicio de la postguerra”. El segundo “frente” era la defensa de los derechos humanos, tarea en la que contó con la ayuda invaluable de María Julia Hernández y la Oficina de Tutela Legal del Arzobispado. Del tercer “frente” hablaré a continuación: los diálogos por la paz. Recordaremos brevemente los tres primeros: el de La Palma (15 de octubre de l984); el de Ayagualo (30 de noviembre del mismo año); y el de la Nunciatura Apostólica, el 4 (¡Fiesta de San Francisco de Asís!) y el 5 de octubre de l987. Al primer diálogo se refirió en su Carta del Arzobispo titulada “Un día histórico” y publicada en este Semanario el 21 de octubre de 1984. El emotivo texto comienza así: “Ayer, cuando iba en compañía de los Monseñores Cabrera, Rosa y Ottonello rumbo a La Palma, al ver las filas festivas de gente de todas las edades que saludaban con banderas blancas y agitación de las manos y gritos de entusiasmo, a las caravanas interminables de buses, pickups y autos, me subía del corazón a los labios este verso del Salmo: ‘Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo’. Si esta es la aurora, me decía, ¿cómo será el mediodía y el ocaso?” Realmente, parecía que la paz estaba a la vuelta de la esquina. La segunda, realizada en la casa de retiros de Ayagualo, en la carretera hacia La Libertad, nos despertó del sueño. En la reunión de Ayagualo Monseñor Rivera pronunció una vehemente exhortación a los miembros de las dos delegaciones. Me impresionaron estas palabras que encontramos en su Diario: “La sabiduría popular de nuestra gente,
Del 21 al 23 de octubre de 1987 se realizó una reunión de delegaciones en Caracas, Venezuela, para seguir afinando los detalles del acuerdo; Mons. Rivera participó de esta como moderador
A nuestros lectores
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XXV Aniversario de la Firma de los Acuerdos de Paz
¿Plaza de los torogoces o Plaza Monseñor Rivera?
La firma de la paz
Mons. Gregorio Rosa Chávez, Obispo Auxiliar de San Salvador
El día de mañana, lunes 16 de enero, será día de asueto nacional para celebrar los veinticinco años de la firma de los Acuerdos de Paz. Hay varios actos oficiales programados para la ocasión: un acto multitudinario en el Centro de Ferias y Convenciones, una celebración solemne organizada por la Asamblea Legislativa, otra ceremonia en el recién construido parque de la Reconciliación y otros actos más. Pero nadie va a acordarse de la “Plaza Monseñor Arturo Rivera Damas, Artesano de la Paz”. Muy pocos saben que así fue nominado el redondel ubicado frente al antiguo Cine Vieytez, frente al Colegio Cristóbal Colón. Vale la pena conocer cómo y cuándo surgió esta iniciativa, siendo Alcalde de San Salvador el Licenciado Carlos Rivas Zamora.
Diario Co Latino recogió esta noticia, destacando que “el Arzobispado de San Salvador agradeció el reconocimiento y nominación de la Plaza a las autoridades municipales”. A mi me toco presidir este acto de justicia y por eso me sentí muy mal cuando vi que la placa de bronce en que estaba escrito el nombre de la plaza había desaparecido y que en el centro de ese redondel la Alcaldía de San Salvador había colocado dos enormes torogoces. Esto sucedió en 2009, siendo Alcalde el Licenciado Norman Quijano.
El Diario digital La Página del 19 de diciembre de ese año cita palabras textuales del jefe de la comuna capitalina quien afirmó que “el redondel continuará llevando el nombre de Monseñor Arturo Rivera Damas”. Esta afirmación la encontramos también en El Diario de Hoy, en boca del ingeniero René Un buen día de 2004 el Ayala, director de Desarrollo alcalde Rivas Zamora me Urbano de la Alcaldía de dio la grata noticia de que San Salvador: “El hecho de el Concejo Municipal había colocar las nuevas piezas decidido hacer un homenaje al no implica que la plaza sucesor de Monseñor Romero. La Plaza Mons. Arturo Rivera Damas, cambiará de nombre”, fueron El nombre oficial era “Plaza alberga en la actualidad un tributo a sus palabras. Y añadió: “El Monseñor Arturo Rivera uno de los símbolos nacionales lugar mantendrá su nombre Damas, Artesano de la Paz”. Monseñor Arturo Rivera Damas. Lo que se La ceremonia de inauguración fue muy emotiva, ha aprovechado en ese lugar es el nombre de sobre todo por la presencia de familiares de nuestro Monseñor. Fue una figura importante para el país amado pastor. En su discurso, el alcalde capitalino con otros elementos en la plaza que nos recordará recordó que un 24 de septiembre, fiesta de Nuestra el nacionalismo”, aseveró. ¿Qué siente usted al Señora de la Merced, patrona de las personas leer esta noticia? A mi me motiva a luchar para privadas de libertad, acompañó a Monseñor que esa Plaza recupere la finalidad que le asignó el Rivera al penal de Mariona: “Cuando llegamos alcalde Rivas Zamora. La Iglesia tenía proyectado los vigilantes le hicieron bajar del carro y quitarse construir un monumento al “Artesano de la Paz” los zapatos. Yo les quería explicar que se trataba que hoy no podemos olvidar. ¿Por qué no nos del Arzobispo y él me dijo ‘no’, y se quitó los comprometemos en esta fecha histórica a poner zapatos. Fue una lección de humildad profunda”. El manos a la obra?
“Ningún rincón de El Salvador quedó indiferente ante el acontecimiento que estremeció de emoción al país el jueves 16: la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno y el FMLN. El marco de la emotiva ceremonia fue espléndido. El mundo entero siguió en directo cada uno de los detalles gracias a la televisión. (...) Los actos del Castillo de Chapultepec nos hechizaron, al hacer desfilar ante nosotros escenas que parecían salidas de un cuento de hadas. Por primera vez en muchos años los oradores salvadoreños evitaron cualquier expresión confrontativa y prodigaron a corazón abierto palabras y gestos de reconciliación. Los discursos fueron densos y largamente aplaudidos. Pero el aplauso mayor fue otorgado al Presidente Cristiani cuando, rompiendo el protocolo, se acercó a los representantes de la guerrilla para estrecharles la mano. Elocuente símbolo de lo que debemos realizar en toda la nación.”
La Iglesia Universal se congratuló con la Iglesia salvadoreña
En el año 2004 se inauguró de la Plaza Mons. Arturo Rivera y Damas, Artesano de la Paz. En la gráfica aparecen, de izquierda a derecha: Sr. Joaquín Rivera Damas, familiar; Lic. Carlos Rivas, Alcalde de San Salvador; Mons. Giacinto Berloco, Nuncio Aposólico de Su Santidad y Mons. Fernando Sáenz, Arzobispo de San Salvador
A inicios del año 1992 se recibió en el Arzobispado de San Salvador correspondencia girada por las Conferencias Episcopales de Panamá y Perú; la Nunciatura Apostólica en Harare, Zimbabue; las Arquidiócesis de Los Angeles, Estados Unidos; Beira, Mozambique y Tegucigalpa, Honduras; la Comunidad San Egidio; el Movimiento de los Focolares, México; y la Comisión Episcopal para la Pastoral Social - Cáritas Mexicana, entre otros
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Vaticano presenta el nuevo diseño de la edición semanal del L’Osservatore Romano
“La reforma de los medios de comunicación quiere ahorrar recursos, pero también apoyar proyectos para llegar a la gente, a la opinión pública. Por eso creo que esta iniciativa encaja muy bien con la reforma”, dijo Mons. Angelo Becciu, Sustituto de la Secretaría de Estado.
lectura periodística de la enseñanza papal. Lo consigue con éxito desde hace 155 años gracias a esta estrategia: “Cambiar continuamente, y eso el Papa nos anima a hacerlo y lo hacemos con mucho gusto. Pero cualquier diario, cualquier periódico, cualquier realidad tiene que cambiar si no quiere morir”.
El director del diario oficial de la Santa Sede, Giovanni Maria Vian, explicó que la especialidad de esta publicación es dar una
L’Osservatore Romano distribuye cada semana 400 mil ejemplares en todo el mundo. Tiene una página web con contenidos muy variados, lanza ediciones en 7 idiomas y cada mes publica una revista sobre la Iglesia escrita sólo por mujeres. Su última creación es la edición argentina, que comenzará a publicarse en marzo. (Cf. Romereports.com 10 ene 2017)
1.5 millones de católicos celebran al Nazareno Negro en Filipinas
La Iglesia quiere estar al lado de los menores migrantes
Superando las recientes amenazas terroristas de extremistas musulmanes, más de un millón y medio de fieles participaron el lunes 9 de enero en Manila, Filipinas, de la procesión anual del Nazareno Negro –la réplica de una imagen de madera que tiene cuatro siglos de antigüedad–, una de las manifestaciones de fe más multitudinarias de Asia.
ESPAÑA. El papa Francisco ha propuesto para la Jornada Mundial de las Migraciones, que se celebra hoy 15 de enero de 2017 el lema: “Menores migrantes, vulnerables y sin voz” y en un mensaje publicado por los Obispos de la Comisión Episcopal de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, aseguran que es “una llamada a la conciencia de cada persona adulta y especialmente a la de los gobernantes” para que “tengan en cuenta en sus decisiones políticas los sufrimientos de los niños en situación de riesgo y pongan remedio cuanto antes a sus males”. Asimismo advierten que los niños migrantes son quienes “más sufren las graves consecuencias de la emigración”, casi siempre “causada por la violencia, la miseria y las condiciones ambientales, factores a los que hay que añadir la globalización en sus aspectos negativos”. Por esta razón, recuerdan que “la Iglesia quiere estar al lado de estos menores migrantes y hacer todo lo posible para sensibilizar a la sociedad sobre esta dramática situación que están viviendo millones de niños que no tienen futuro porque la injusta sociedad humana se lo niega.” (Cf. Zenit.org 10 ene 2017)
La policía advirtió la posibilidad de que los militantes musulmanes que estaban tratando de alinearse con el Estado Islámico, pudiesen atentar contra la procesión. Sin embargo, el jefe de la policía nacional, Ronald Dela Rosa, afirmó que si bien no se registró una amenaza en el evento se mantuvieron alertas porque la semana pasada murió un líder extremista en un enfrentamiento de la policía y temían una represalia de los yihadistas. La procesión, conocida por los locales como “Traslación”, comenzó en la madrugada y el recorrido fue de tres kilómetros hasta llegar a la Basílica de Quiapo, donde se guarda la imagen original que está expuesta para la veneración durante el día.
VENEZUELA. La I Asamblea Conjunta de Obispos y Laicos, realizada en el marco de la 107° Asamblea Ordinaria de los Obispos de Venezuela, busca “respuestas concretas” para los desafíos que vive el país.
En un comunicado, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) explicó que el encuentro, que se realizó del 8 al 9 de enero en Caracas, “tiene por objetivo contribuir con el discernimiento y el diálogo, líneas de acción a fin de dar respuesta concretas a las exigencias y desafíos actuales”. Estas líneas de acción, explicó el episcopado, permitirán a obispos y laicos “proponer y trabajar ideas claves para la transformación socio-política venezolana”. En el discurso inaugural del evento, el presidente de la CEV y Arzobispo de Cumaná, Mons. Diego Padrón, subrayó que “una de las tareas ineludibles de la Iglesia en Venezuela en este siglo XXI es consolidarse como Pueblo de Dios, para ser fiel a la llamada que hace el Espíritu Santo a los seguidores de Jesús, a las decisiones del Concilio Vaticano II, y a las orientaciones de los Papas y de las Conferencias Generales de Obispos de América Latina”. En el encuentro participaron 200 personas, entre obispos y laicos. Las conclusiones de este alimentaron la 107 Asamblea Ordinaria de los Obispos, que se desarrolló del 6 al 12 de enero. (Cf. Aciprensa.com 9 ene 2017)
Publican la correspondencia del Nuncio que intentó detener el Genocidio de los Armenios Valentina Karakhanian es una de los dos investigadores del Archivo Secreto Vaticano que han reunido todos los documentos que la Santa Sede custodia sobre el Genocidio de los Armenios. El resultado es el dramático relato cronológico de cómo el delegado apostólico del entonces papa Benedicto XV se daba cuenta poco a poco de la tragedia que se estaba perpetrando, e intentaba detenerla.
La multitudinaria procesión de este lunes ha sido una clara muestra de fe y compromiso con la fe de los filipinos, de manera especial con esta devoción al Nazareno Negro de Manila que fue reconocida por el Papa Inocencio X en 1650 y es considerada como muy milagrosa. (Cf. Aciprensa.com 9 ene 2017)
“Hemos intentado ordenar los documentos de modo que ellos mismos cuenten la matanza de armenios. Los protagonistas son armenios, obispos, nuncios, embajadores que vivieron o presenciaron el primer genocidio del siglo XX”, dijo Valentina Vartui Karakhanian, Investigadora, Archivo Secreto Vaticano. El protagonista del libro es el representante del Papa, el futuro cardenal Angelo Maria
Dolci. Muestra cómo intentó movilizar al cuerpo diplomático en Constantinopla, denunciar lo ocurrido y llegar hasta el sultán. Pero obtuvo pocos resultados. “En un momento dado entendió que la persecución no era específicamente contra los armenios, sino contra los cristianos del territorio. Había que eliminar a los cristianos de ese territorio. Junto a los armenios dieron la vida y fueron perseguidos y asesinados muchos asirios, caldeos, melquitas, maronitas... El dolor y la persecución les unió”, aseguró la investigadora. Hay muchas publicaciones sobre el drama que sufrió este pueblo. Pero quizá esta es la primera obra que recoge con tantos detalles cómo la Santa Sede vivió y afrontó el genocidio. (Cf. Romereports.com 10 ene 2017)
EN EL MUNDO
El Vaticano relanza su histórico diario, L’Osservatore Romano, modernizando su edición semanal. El número tres del Vaticano, el Arzobispo Angelo Becciu, la ha presentado como un paso más en el proceso de reforma de la estructura comunicativa del Vaticano.
I Asamblea Conjunta de Obispos y Laicos busca respuestas a crisis
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Misericordia et misera (última entrega)
− Carta Apostólica del Santo Padre Francisco al concluir el Jubileo Extraordinario de la Misericordia − 18. Es el momento de dejar paso a la fantasía de la misericordia para dar vida a tantas iniciativas nuevas, fruto de la gracia. La Iglesia necesita anunciar hoy esos «muchos otros signos» que Jesús realizó y que «no están escritos» (Jn 20,30), de modo que sean expresión elocuente de la fecundidad del amor de Cristo y de la comunidad que vive de él. Han pasado más de dos mil años y, sin embargo, las obras de misericordia siguen haciendo visible la bondad de Dios. Todavía hay poblaciones enteras que sufren hoy el hambre y la sed, y despiertan una gran preocupación las imágenes de niños que no tienen nada para comer. Grandes masas de personas siguen emigrando de un país a otro en busca de alimento, trabajo, casa y paz. La enfermedad, en sus múltiples formas, es una causa permanente de sufrimiento que reclama socorro, ayuda y consuelo. Las cárceles son lugares en los que, con frecuencia, las condiciones de vida inhumana causan sufrimientos, en ocasiones graves, que se añaden a las penas restrictivas. El analfabetismo está todavía muy extendido, impidiendo que niños y niñas se formen, exponiéndolos a nuevas formas de esclavitud. La cultura del individualismo exasperado, sobre todo en Occidente, hace que se pierda el sentido de la solidaridad y la responsabilidad hacia los demás. Dios mismo sigue siendo hoy un desconocido para muchos; esto representa la más grande de las pobrezas y el mayor obstáculo para el reconocimiento de la dignidad inviolable de la vida humana. Con todo, las obras de misericordia corporales y espirituales constituyen hasta nuestros días una prueba de la incidencia importante y positiva de la misericordia como valor social. Ella nos impulsa a ponernos manos a la obra para restituir la dignidad a millones de personas que son nuestros hermanos y hermanas, llamados a construir con nosotros una «ciudad fiable»[19]. 19. En este Año Santo se han realizado muchos signos concretos de misericordia. Comunidades, familias y personas creyentes han vuelto a descubrir la alegría de compartir y la belleza de la solidaridad. Y aun así, no basta. El mundo sigue generando nuevas formas de pobreza espiritual y material que atentan contra la dignidad de las personas. Por este motivo, la Iglesia debe estar siempre atenta y dispuesta a descubrir nuevas obras de misericordia y realizarlas con generosidad y entusiasmo. Esforcémonos entonces en concretar la caridad y, al mismo tiempo, en iluminar con inteligencia la práctica de las obras de misericordia. Esta posee un dinamismo inclusivo mediante el cual se extiende en todas las direcciones, sin límites. En este sentido, estamos llamados a darle un rostro nuevo a las obras de misericordia que conocemos de siempre. En efecto, la misericordia se excede; siempre va más allá, es fecunda. Es como la levadura que hace fermentar la masa (cf. Mt 13,33) y como un granito de mostaza que se convierte en un árbol (cf. Lc 13,19). Pensemos solamente, a modo de ejemplo, en la obra de misericordia corporal de vestir al desnudo (cf. Mt 25,36.38.43.44). Ella nos transporta a los orígenes, al jardín del Edén, cuando Adán y Eva se dieron cuenta de que estaban desnudos y, sintiendo que el Señor se acercaba, les dio vergüenza y se escondieron (cf. Gn 3,7-8). Sabemos que el Señor los castigó; sin embargo, él «hizo túnicas de piel para Adán y su mujer, y los vistió» (Gn 3,21). La vergüenza quedó superada y la dignidad fue restablecida. Miremos fijamente también a Jesús en el Gólgota. El Hijo de Dios está desnudo en la cruz; su túnica ha sido echada a suerte por los soldados y está en sus manos (cf. Jn 19,23-24); él ya no tiene nada. En la cruz se revela [19] [20]
de manera extrema la solidaridad de Jesús con todos los que han perdido la dignidad porque no cuentan con lo necesario. Si la Iglesia está llamada a ser la «túnica de Cristo»[20] para revestir a su Señor, del mismo modo ha de empeñarse en ser solidaria con aquellos que han sido despojados, para que recobren la dignidad que les ha sido arrebatada. «Estuve desnudo y me vestisteis» (Mt 25,36) implica, por tanto, no mirar para otro lado ante las nuevas formas de pobreza y marginación que impiden a las personas vivir dignamente. No tener trabajo y no recibir un salario justo; no tener una casa o una tierra donde habitar; ser discriminados por la fe, la raza, la condición social…: estas, y muchas otras, son situaciones que atentan contra la dignidad de la persona, frente a las cuales la acción misericordiosa de los cristianos responde ante todo con la vigilancia y la solidaridad. Cuántas son las situaciones en las que podemos restituir la dignidad a las personas para que tengan una vida más humana. Pensemos solamente en los niños y niñas que sufren violencias de todo tipo, violencias que les roban la alegría de la vida. Sus rostros tristes y desorientados están impresos en mi mente; piden que les ayudemos a liberarse de las esclavitudes del mundo contemporáneo. Estos niños son los jóvenes del mañana; ¿cómo los estamos preparando para que vivan con dignidad y responsabilidad? ¿Con qué esperanza pueden afrontar su presente y su futuro? El carácter social de la misericordia obliga a no quedarse inmóviles y a desterrar la indiferencia y la hipocresía, de modo que los planes y proyectos no queden sólo en letra muerta. Que el Espíritu Santo nos ayude a estar siempre dispuestos a contribuir de manera concreta y desinteresada, para que la justicia y una vida digna no sean sólo palabras bonitas, sino que constituyan el compromiso concreto de todo el que quiere testimoniar la presencia del reino de Dios. 20. Estamos llamados a hacer que crezca una cultura de la misericordia, basada en el redescubrimiento del encuentro con los demás: una cultura en la que ninguno mire al otro con indiferencia ni aparte la mirada cuando vea el sufrimiento de los hermanos. Las obras de misericordia son «artesanales»: ninguna de ellas es igual a otra; nuestras manos las pueden modelar de mil modos, y aunque sea único el Dios que las inspira y única la «materia» de la que están hechas, es decir la misericordia misma, cada una adquiere una forma diversa. Las obras de misericordia tocan todos los aspectos de la vida de una persona. Podemos llevar a cabo una verdadera revolución cultural a partir de la simplicidad de esos gestos que saben tocar el cuerpo y el espíritu, es decir la vida de las personas. Es una tarea que la comunidad cristiana puede hacer suya, consciente de que la Palabra del Señor la llama a salir siempre de la indiferencia y del individualismo, en el que se corre el riesgo de caer para llevar una existencia cómoda y sin problemas. «A los pobres los tenéis siempre con vosotros» (Jn 12,8), dice Jesús a sus discípulos. No hay excusas que puedan justificar una falta de compromiso cuando sabemos que él se ha identificado con cada uno de ellos. La cultura de la misericordia se va plasmando con la oración asidua, con la dócil apertura a la acción del Espíritu Santo, la familiaridad con la vida de los santos y la cercanía concreta a los pobres. Es una invitación apremiante a tener claro dónde tenemos que comprometernos necesariamente. La tentación de quedarse en la «teoría sobre la misericordia» se supera en la medida que esta se convierte en vida cotidiana de participación y colaboración. Por otra parte, no
Carta. enc. Lumen fidei, 29 junio 2013, 50: AAS 105 (2013), 589. Cf. Cipriano, La unidad de la Iglesia católica, 7.
deberíamos olvidar las palabras con las que el apóstol Pablo, narrando su encuentro con Pedro, Santiago y Juan, después de su conversión, se refiere a un aspecto esencial de su misión y de toda la vida cristiana: «Nos pidieron que nos acordáramos de los pobres, lo cual he procurado cumplir» (Ga 2,10). No podemos olvidarnos de los pobres: es una invitación más actual hoy que nunca, que se impone en razón de su evidencia evangélica. 21. Que la experiencia del Jubileo grabe en nosotros las palabras del apóstol Pedro: «Los que antes erais no compadecidos, ahora sois objeto de compasión» (1 P 2,10). No guardemos sólo para nosotros cuanto hemos recibido; sepamos compartirlo con los hermanos que sufren, para que sean sostenidos por la fuerza de la misericordia del Padre. Que nuestras comunidades se abran hasta alcanzar a todos los que viven en su territorio, para que llegue a todos, a través del testimonio de los creyentes, la caricia de Dios. Este es el tiempo de la misericordia. Cada día de nuestra vida está marcado por la presencia de Dios, que guía nuestros pasos con el poder de la gracia que el Espíritu infunde en el corazón para plasmarlo y hacerlo capaz de amar. Es el tiempo de la misericordia para todos y cada uno, para que nadie piense que está fuera de la cercanía de Dios y de la potencia de su ternura. Es el tiempo de la misericordia, para que los débiles e indefensos, los que están lejos y solos sientan la presencia de hermanos y hermanas que los sostienen en sus necesidades. Es el tiempo de la misericordia, para que los pobres sientan la mirada de respeto y atención de aquellos que, venciendo la indiferencia, han descubierto lo que es fundamental en la vida. Es el tiempo de la misericordia, para que cada pecador no deje de pedir perdón y de sentir la mano del Padre que acoge y abraza siempre. A la luz del «Jubileo de las personas socialmente excluidas», mientras en todas las catedrales y santuarios del mundo se cerraban las Puertas de la Misericordia, intuí que, como otro signo concreto de este Año Santo extraordinario, se debe celebrar en toda la Iglesia, en el XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario, la Jornada mundial de los pobres. Será la preparación más adecuada para vivir la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, el cual se ha identificado con los pequeños y los pobres, y nos juzgará a partir de las obras de misericordia (cf. Mt 25,31-46). Será una Jornada que ayudará a las comunidades y a cada bautizado a reflexionar cómo la pobreza está en el corazón del Evangelio y sobre el hecho que, mientras Lázaro esté echado a la puerta de nuestra casa (cf. Lc16,19-21), no podrá haber justicia ni paz social. Esta Jornada constituirá también una genuina forma de nueva evangelización (cf. Mt11,5), con la que se renueve el rostro de la Iglesia en su acción perenne de conversión pastoral, para ser testimonio de la misericordia. 22. Que los ojos misericordiosos de la Santa Madre de Dios estén siempre vueltos hacia nosotros. Ella es la primera en abrir camino y nos acompaña cuando damos testimonio del amor. La Madre de Misericordia acoge a todos bajo la protección de su manto, tal y como el arte la ha representado a menudo. Confiemos en su ayuda materna y sigamos su constante indicación de volver los ojos a Jesús, rostro radiante de la misericordia de Dios. Dado en Roma, junto a San Pedro, el 20 de noviembre, solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, del Año del Señor 2016, cuarto de mi pontificado.
15 de enero de 2017
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La Palabra de Dios para cada semana Is 49, 3. 5-6; Sal 39, 2. 4. 7-10; 1 Cor 1. 1-3; † Jn 1, 29-34 Preparado por:
Pbro. y Dr. Luis Alonso Coto
Domingo 15 de enero de 2017 • Segundo Domingo del Tiempo Ordinario • Ciclo “A” • Año impar
“Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”
El Tiempo Ordinario, ya iniciado después de la fiesta del Bautismo del Señor, con el que se inaugura una verdadera “escuela para los discípulos misioneros”. Pero creer en Jesús no es sólo contemplarlo de lejos durante un Año Litúrgico, sino “disponerse a imitarlo”: pues en Él se nos descubre lo que Dios quiere de cada uno de nosotros como Iglesia. Y como cada año, después de la fiesta del Bautismo del Señor, los textos del Evangelio del Segundo Domingo Ordinario son tomados del Evangelio de San Juan, orientados a profundizar la manifestación de Dios entre nosotros en la persona de Jesús de Nazaret.
Algunas notas del Evangelio Al día siguiente Juan vio acercarse a Jesús y dijo: “Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. Todos sabemos quién es Juan, cómo fue engendrado y qué tarea misteriosa y plena Dios había reservado para él. Se convirtió en el último profeta del Antiguo Testamento, en el precursor de Jesús. Su llamado a la conversión, a la justicia social, a “allanar los caminos del Señor”, todavía sigue resonando en nuestro tiempo. Sin duda, Juan fue un gran hombre, un gran predicador, un gran Santo; pero no era el Mesías esperado. La Palabra nos muestra que apenas Jesús se acerca a Juan, éste lo proclama “Cordero de Dios”. Esto es una referencia clara a la muerte expiatoria de Jesús donde se encuentran dos imágenes tradicionales: por un lado la del servidor sufriente (ver Isaías 52, 13-53,12) que asume los pecados de la muchedumbre y que, inocente, se ofrece como un cordero; por el otro, la del cordero pascual, símbolo de la redención de Israel (ver Éxodo 12, 1-28). Por esto, Juan Bautista acepta su rol de ser precursor, el dedo que indica el camino. Juan no quiere tomar el lugar de Jesús, no es su tarea. Jesús es el “Cordero” que viene a entregar mansamente su vida para cargar sobre Él nuestros pecados, nuestra condenación. Por eso, puede “quitar el pecado del mundo”, puede sanar todas nuestras incapacidades, nuestras maldades, nuestros pecados. Interesante es observar aquí cómo Juan Bautista orienta a sus discípulos hacia Jesús. Contrariamente a los Evangelios Sinópticos, donde es Jesús el que llama a sus primeros discípulos (ver Marcos 1,
16-20 y //), en el cuarto Evangelio, los primeros discípulos se unen a Jesús conforme al testimonio de Juan Bautista, en primer lugar, y después conforme a los de Andrés y Felipe. ¿Qué nos enseña esto a nosotros? Esto nos mueve a captar con la profundidad del corazón, y no solo de la mente, que nosotros somos “Juan”. ¡Cuánto daño les hacemos a las personas, a la Iglesia, al plan de Dios, cuando nos ponemos en el lugar del Señor! Lamentablemente, siempre encontramos personas que buscan ser ellas las protagonistas, el centro. Invitan a las personas que conocen, “misionando”, al encuentro con Dios, pero, por desgracia, los llevan al encuentro con ellos mismos. Hacen “su grupo”, parece importarles más que las personas de “su grupo” sean más fieles a ellos que a Jesús y al Evangelio. Toman posesión de los bienes de todos y, aun, de las personas a quienes, supuestamente, deben servir. “Aquel sobre el que veas descender el Espíritu y permanecer sobre Él, ese es el que bautiza en el Espíritu Santo”. Dos condiciones cumple Jesús, según Juan el Bautista, para ser el que bautiza en el Espíritu Santo: que el Espíritu Santo desciende sobre Él y que permanece sobre Él. Para que el Espíritu Santo descienda sobre Jesús fue necesario, absolutamente necesario, la extrema docilidad del Señor (demostrada en el Monte de los Olivos cuando dijo: “que no se haga mi voluntad, sino la tuya”, Lc 22, 42). El Espíritu Santo no va a descender sobre quien no quiere recibirlo, sobre quien no es capaz de entregar su “fecundidad” de tierra. Es necesario abrirnos a la gracia, volvernos permeables, sin restricciones, sin acomodos, sin autocomplacencias, para que el Espíritu Santo descienda en nosotros. ¿Qué nos enseña a nosotros? Usted y yo hemos visto muchísimas personas que en un momento determinado de su vida abrieron, con sinceridad y generosidad, su corazón a la gracia de Dios. Recuerde a esos nuevos conversos, a esos que
Lecturas de la Semana
• Del 16 al 21 de enero de 2017 • Lunes 16: Heb 5, 1-10; Sal 109, 1-4; † Mc 2, 18-22 Martes 17: Heb 6, 10-20; Sal 110, 1-2. 4-5. 9-10; † Mc 2, 23-28 Miércoles 18: Heb 7, 1-3. 15-17; Sal 109, 1-4; † Mc 3, 1-6 Jueves 19: Heb 7, 25 – 8, 6; Sal 39, 7-10. 17; † Mc 3, 7-12 Viernes 20: Heb 8, 6-13; Sal 84, 8. 10-14; † Mc 3, 13-19 Sábado 21: Heb 9, 2-3. 11-14; Sal 46, 2. 3. 6-9; † Mc 3, 20-21
abandonando el pecado recibieron con alegría la Palabra de Dios, pero luego, porque son inconstantes, o por las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas, o porque no la comprenden (ver la explicación de la parábola del sembrador en Mt 13, 18-23), el Espíritu Santo no puede permanecer en ellos. Es como si en una maceta sembráramos, en tierra muy buena, la semilla de alguna planta hermosa; usted se esmeró en preparar bien la tierra, poner bien la semilla, regarla, todo está perfecto… pero, ¿y si nunca más la riega? ¿Si no la cuida de las hormigas u otros insectos? Esa plantita no tiene la más mínima posibilidad de crecer. Sin agua y sin cuidados no podrá aprovechar los nutrientes de la tierra y morirá en el intento. Podríamos decir que la plantita “descendió” pero no “permaneció”. Así nos sucede a nosotros cuando recibimos con alegría la Palabra y desciende por la gracia de Jesús en nuestros corazones el Espíritu Santo, pero, como no le damos importancia al cuidado de nuestra fe, el Espíritu Santo no puede permanecer en nosotros. Lo expulsamos de nuestra vida. Jesús es el que nos ha bautizado en el Espíritu Santo. De nosotros, de nuestra humilde aceptación de su presencia, dependerá que esa presencia siga siendo fecunda.
Algunas preguntas para nuestra reflexión y acción 1 Desde el inicio del año: ¿Ocupa Cristo un lugar realmente significativo en nuestras vidas? ¿Qué hemos hecho de nuestra relación con Él? 2 Cristo, el único que “quita los pecados del mundo”, ¿realmente nos hace preguntarnos si necesitamos de Él constantemente? 3 ¿Qué metas me he marcado para el nuevo año? ¿Cómo señalo la presencia de Jesucristo en medio de las circunstancias del hoy y hechos de la vida cotidiana?