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Concluye Asamblea General Ordinaria del CELAM
21 de mayo de 2017
9 de mayo de 2017 En el primer día de la XXXVI Asamblea General Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), luego de los saludos de bienvenida y la presentación de los participantes de la Asamblea, los objetivos y metodología, se rindieron los primeros informes por parte del Presidente, Mons. Juan Espinoza, y sobre la pastoral de Departamentos y Centro Bíblico Teológico Pastoral para América Latina y el Caribe (CEBITEPAL). Dos sesiones de trabajo antecedieron la Misa inaugural celebrada en Parroquia Inmaculada Concepción, de Santa Tecla.
Durante la tercera sesión, la tarde del 9 de mayo, el Obispo Auxiliar de Bogotá, Mons. Pedro Salamanca (a la derecha) desarrolló la ponencia “Conversión pastoral y diálogo con el mundo” Por la noche, los señores Cardenales y Obispos concelebraron una Santa Misa en la Parroquia Inmaculada Concepción, de Santa Tecla, presidida por Mons. Léon Kalenga
En la gráfica, S.E. Mons. Juan Espinoza Jiménez, Presidente del CELAM ofrece un saludo de bienvenida a los participantes durante la sesión inaugural de la Asamblea
10 de mayo de 2017 2º día de sesiones y 2ª Conferencia de prensa. Este día, los delegados a la Asamblea presentaron por regiones (Centroamérica y México, El Caribe, Países Bolivarianos y Cono Sur) los desafíos, las debilidades y fortalezas a nivel de Iglesia. En posteriores sesiones se rindieron informes sobre la nueva sede y el Consejo de Asuntos Económicos, así como sobre la Oficina de Desarrollo y la propuesta del Fondo de Solidaridad Latinoamericano. También se informó sobre la Pontificia Comisión para la protección de los menores. A media mañana se ofreció una conferencia de prensa fue presidida por Monseñor Carlos María Collazzi, S.D.B., obispo de la diócesis de Mercedes, Uruguay y primer vicepresidente del CELAM; el Cardenal Leopoldo José Brenes, Arzobispo de la Arquidiócesis de Managua, Nicaragua; el Padre Leonidas Ortíz Lozada, Secretario Adjunto del CELAM y Monseñor Pierre-André Dumas, Obispo de la Diócesis de Anse-Á-Veau y Miragoane, Haití.
Monseñor Collazzi, dijo sentirse muy contento estar en la tierra de Monseñor Romero. Collazzi, nos brindó una breve síntesis sobre la jornada de ayer 09 de mayo. Dijo que el CELAM es una organización que apoya a las 22 Conferencias Episcopales, y en esta ocasión tiene una peculiaridad, la visita de otros delegados que provienen de Canadá y Estados. Agregó que el CELAM se reúne cada dos años y la Asamblea de hoy tiene como objetivo brindar informes de estos dos primeros años. El CELAM camina a la luz de aparecida como discípulos y misioneros para la evangelización, abriéndose camino en este cambio de época donde la iglesia debe servir. El Padre Leonidas Ortiz agregó que esta es la primera ocasión en que El Salvador tiene como sede la asamblea del CELAM y tiene las
características de la fraternidad y de comunión en medio de la diversidad. El Cardenal Leopoldo Brenes confirma que el CELAM es un organismo de servicio para la iglesia peregrina de América Latina, con experiencia cercana con el pueblo. Compartió que con sus más de 39 años de ser obispo ha participado en varias asambleas e identifica al CELAM como un organismo único en el mundo, donde existe amistad, cariño y el afecto entre obispos al servicio conferencias episcopales y del pueblo de Dios. Monseñor Pierre-André Dumas por su parte, enfatiza que “somos un continente con diferentes idiomas pero existe un elemento fuerte que nos une, es la fe que nos lleva esperanza a todos. Una fe que purifica la cultura. Una fe que nos invita a acompañar al pueblo a pesar de las diversidades, los problemas de los diferentes países, como iglesia peregrinante profética”. Puntualizó que para “favorecer más el desarrollo de su país, Haití, es necesario la integración de todos los países hacia un desarrollo humano integral; por otra parte, le preocupa que muy pronto Naciones Unidas abandonará el país y hará camino por sí mismo”.
Durante la mañana del 10 de mayo se ofreció una conferencia de prensa. DE IZQ. A DER.: Padre Leonidas Ortíz Lozada, Mons. PierreAndré Dumas, Mons. Carlos María Collazzi, S.D.B. y S.E. Cardenal Leopoldo José Brenes
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3 XXXVI Asamblea General Ordinaria del CELAM
11 de mayo de 2017 3º día de sesiones y 3ª Conferencia de prensa. Las sesiones de este día giraron alrededor de la celebración de los 20 años del Sínodo de América y la migración en el contienente.
DE IZQ. A DER.: S.E. Cardenal Leopoldo Brenes, Mons. José Luis Escobar, S.E. Cardenal Rubén Salazar, Mons. Juan Espinoza y S.E. José Luis Lacunza, durante la ceremonia realizada en el Seminario San José de la Montaña por el 75 aniversario del SEDAC.
La Conferencia fue presidida por Sr. Cardenal Rubén Salazar, Arzobispo de Bogotá; Cardenal Sérgio da Rocha, Arzobispo de Brasilia; Monseñor Juan Espinoza Jiménez, Secretario General del CELAM; y Monseñor Diego Rafael Padrón, Arzobispo de la Ciudad de Cumaná, Venezuela. Monseñor Rubén Salazar leyó el mensaje de la XXXVI Asamblea General Ordinaria dirigido a los Obispos, presbíteros y pueblo en general. El mensaje hacía referencia a las conmemoraciones que hacen de este encuentro una experiencia gratificante: los 300 años del encuentro de la imagen de Nossa Senhora da Aparecida, Brasil; los 175 años de la creación de la Diócesis de El Salvador, los 100 años del Natalicio de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, los 75 años del SEDAC y 25 años de la Conferencia de Aparecida, 20 años del Sínodo de América.
Las autoridades del CELAM entregaron un pergamino para honrar esta fecha. Fue recibido por Mons. José Luis Escobar en su calidad de Presidente de SEDAC
Peregrinación con olor a oveja. La programación de la XXXVI Asamblea General Ordinaria del CELAM incluía la visita a algunos lugares importantes del Salvador. El recorrido comenzó con la visita del Seminario San José de la Montaña, uno de los primeros Seminarios de Centro América que desde su fundación estaba pensado para formar a Seminaristas toda Centro América. Monseñor Oscar Arnulfo Romero fue uno de los Rectores. La Asamblea conmemoró los 75 años del SEDAC, Secretariado Episcopal de América Central,
inmortalizado con un pergamino que fue leído por Secretario del CELAM. El recorrido continuó en el Hospital La Divina Providencia donde el Beato Oscar Arnulfo Romero fue martirizado el 24 de marzo de 1980. Monseñor Rafael Urrutia compartió en breve una crónica de la vida de Monseñor Romero; al final todos los miembros de la Asamblea visitaron la vivienda sencilla de Monseñor Romero que actualmente es un pequeño centro histórico.
(pasa a la página siguiente)
DE IZQUIERDA A DERECHA: Monseñor Juan Espinoza Jiménez, S.E. Cardenal Rubén Salazar, S.E. Cardenal Sérgio da Rocha y Monseñor Diego Rafael Padrón
El mensaje resalta la invitación del Papa Francisco “ante todo a aprender y a mirar al pueblo de Dios a escucharlo y a conocerlo, dándole su importancia y su lugar”; además, “nos invita a no tener miedo del fango de la historia con tal de rescatar y renovar la esperanza”. En el mensaje sobresale dos actitudes para ser cultivadas “coraje” para anunciar el evangelio y “aguante” para sobre llevar las dificultades y sin sabores que provoca la predicación”. En esta misma Conferencia, Monseñor Juan Espinoza dio lectura al comunicado de Venezuela en la que la Asamblea expresa su cercanía, solidaridad y apoyo al pueblo venezolano. Manifiestan también que “Nos preocupan y duelen las muertes, la violencia, la carencia de lo más fundamental, la división, la violación de los derechos humanos”. Indican que “con el Papa Francisco, quien les ha asegurado que lleva en su corazón los graves problemas que aquejan a Venezuela” la Asamblea hace un llamado para que se concreten urgentemente soluciones a la actual crisis, por las vías constitucionales y salvaguardando los valores democráticos. Por último “convocan a las comunidades diocesanas de América Latina y el Caribe a poner en marcha iniciativas de caridad con los hermanos venezolanos y a pensar en maneras de hacerlas efectivas, a pesar de los obstáculos que puedan presentarse”.
Delegados de la XXXVI Asamblea General Ordinaria del CELAM visitan la Capilla del Hospital La Divina Providencia, lugar del martirio del Beato Romero
Los señores obispos y cardenales que nos visitaron se mostraron conmovidos y muy interesados en la vida y trabajo pastoral de nuestro Beato. El señor Arzobispo de San Salvador (a la derecha) contestó todas sus inquietudes
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(viene de página anterior) El último lugar en esta peregrinación fue la Catedral de San Salvador, en la cripta de Monseñor Oscar Romero, Monseñor Gregorio Rosa Chávez brindó una conferencia conmemorando los 100 años del natalicio del Beato Romero que camina hacia la canonización.
Los delegados de la Asamblea del CELAM participan de la conferencia que brindó Mons. Gregorio Rosa Chávez, Obispo Auxiliar de San Salvador (ver páginas 6 y 7)
El cierre del recorrido concluyó con la Santa Eucaristía presidida por el señor Arzobispo de San Salvador, Monseñor José Luis Escobar Alas, junto a todos los miembros de la Asamblea.
El día 11 de mayo, los señores Cardenales y Obispos del CELAM visitaron la cripta de Catedral Metropolitana de San Salvador
El señor Arzobispo de San Salvador, Mons. José Luis Escobar Alas, predica la homilía de la Misa que concelebraron los delegados de la Asamblea del CELAM
“Una Iglesia pobre para los pobres” – Mensaje de la XXXVI Asamblea General Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). San Salvador, El Salvador. 9 al 12 de mayo de 2017 – “La Iglesia se predica desde los pobres y no nos avergonzamos nunca de decir: la Iglesia de los pobres, porque entre los pobres quiso poner Cristo su cátedra de redención” (Beato Oscar A. Romero, Homilía 24 de diciembre de 1978)
A los obispos, presbíteros, diáconos permanentes, consagrados y consagradas, laicos y laicas del pueblo católico que peregrina como Iglesia en América Latina y El Caribe: 1. En San Salvador, tierra bendecida por la sangre martirial de su Arzobispo, el Beato Oscar Arnulfo Romero Galdámez, nos hemos reunido como discípulos misioneros y pastores para celebrar la XXXVI Asamblea General Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano y de El Caribe (CELAM), los días 9 al 12 de mayo de 2017. En esta ocasión, conforme al nuestro Plan Global 2015-2019, hemos compartido la fe y nuestro ministerio, escuchamos la realidad de nuestros países y evaluamos el caminar del CELAM al servicio de las Conferencias Episcopales. Desde aquí les enviamos nuestro saludo en la alegría y la esperanza de Cristo resucitado. 2. También múltiples aniversarios han confluido para hacer de nuestro encuentro una experiencia rica de celebraciones: los 100 años del nacimiento del Beato Oscar Arnulfo Romero, los 20 años del Sínodo de América, los 25 años de la Cuarta Conferencia de Santo Domingo, los 10 años de la Quinta Conferencia de Aparecida, los 175 años de la creación de la diócesis de San Salvador, los 75 años del SEDAC y los 300 años del encuentro de la imagen de Nossa Senhora da Conceição Aparecida (Brasil). 3. Junto con la Palabra de Dios que nos invitaba
a la solidaridad fraterna, fruto del testimonio apostólico suscitado por el Espíritu Santo (Hechos 4,32-35), resonó en nuestro encuentro la voz del Papa Francisco que orientó nuestro discernimiento a través del mensaje que nos envió. El Santo Padre nos ha invitado a contemplar en el hallazgo de la imagen de Nuestra Señora Aparecida en el río Paraíba un itinerario discipular: contemplar a los pescadores en medio de su pobreza, su incertidumbre, su reciedumbre y santa “tozudez” para enfrentar las adversidades; dejarnos guiar por María, madre atenta y cercana, que acompaña a sus hijos en medio de sus luchas y búsquedas, que se sumerge en medio del fango para renovar la esperanza de los pequeños del Evangelio; por último, valorar el encuentro que llena de vida y da la certeza de la cercanía de Dios y genera dinámicas comunitarias. Como consecuencia de esta experiencia contemplativa, el Papa nos invita, ante todo, a aprender a mirar al Pueblo de Dios, a escucharlo y a conocerlo, dándole su importancia y su lugar. Pero, además, nos impulsa a no tener miedo del fango de la historia con tal de rescatar y renovar la esperanza. Dos son las actitudes que quedan para ser cultivadas: “coraje” para anunciar el Evangelio y “aguante” para sobrellevar las dificultades y los sinsabores que provoca la predicación. 4. Las palabras del Papa requieren una intensa vivencia de nuestro camino pascual. Cristo resucitado, como en la comunidad apostólica,
nos ha dado muestras de que está vivo: Él es ahora el Cordero resucitado con las marcas del Crucificado (Apocalipsis 5,6). Esas marcas, hoy las reconocemos en las experiencias difíciles que atraviesan nuestros pueblos: las polarizaciones políticas crecientes, la escalada de violencia, el drama de los migrantes, el aumento de los índices de pobreza e indigencia, la corrupción estructural, el menosprecio por la vida en todas sus etapas, los nuevos “modelos” de familia, la cada vez más reinante cultura del descarte (EG 53). Nos duele especialmente la angustiosa situación que viven nuestros hermanos venezolanos. Nosotros, discípulos misioneros y pastores, sentimos la voz del Maestro que nos alienta a tocar sus llagas, a confirmar nuestra fe y a fortalecer la comunión en el compartir eucarístico. El Resucitado nos ofrece paz y alegría, y nos envía con la fuerza de su Espíritu a testimoniarlas en nuestro continente con gestos concretos de reconciliación (Juan 20,19-23). 5. Nuestra Señora y Madre de América Latina y El Caribe en las advocaciones de Guadalupe, de Aparecida y de La Paz, patrona del pueblo salvadoreño, que conoce de primera mano la vida de sus hijos, siga impulsando nuestro afán de vivir el Evangelio con la ternura que transforma las incertidumbres y adversidades en “la casa de Jesús” (EG 286). San Salvador (El Salvador), 10 de mayo de 2017.
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12 de mayo de 2017 4ª Conferencia de prensa Para ésta última conferencia de prensa fue grato escuchar a Monseñor Juan Espinoza, Secretario General del CELAM; Padre Francisco Niño, Secretario Adjunto del CELAM; Monseñor Jorge Solórzano, Secretario General de la Conferencia Episcopal de Nicaragua; y Monseñor Alfonso Gerardo Miranda, Secretario General de la Conferencia Episcopal de México, quienes brindaron sus impresiones generales vividos durante estos días de la Asamblea.
Puntualizó también que “Nuestro Beato fue parte del SEDAC y del CELAM; hemos pedido a Monseñor Romero su intercesión para seguir trabajando con nuestros pueblos centroamericanos”. Posteriormente, Monseñor Alfonso Gerardo Miranda retomó el mensaje del señor Nuncio Apostólico en El Salvador, Mons. Léon Kalenga, del pasado martes 9 respecto a Monseñor Oscar Arnulfo Romero “lo palpamos, se respira el ambiente de Oscar Romero”. Ese día el señor Nuncio manifestó que quiere promover a Monseñor Romero para que sea proclamado Doctor de la Iglesia Universal. Y concluyó sobre este tema que “Romero nos ha mostrado el camino que debe seguir el cristiano, a ser lo
que cree, lo que vive, lo que profesa”. Respecto a la Virgen María compartió que Ella está con nosotros a pesar de nuestras vicisitudes, está allí como cada madre y como cada abuela, para salvar y proteger a sus hijos. Al final Monseñor Miranda indicó que “lo importante es que todos nos reconozcamos como hermanos y podamos salir juntos de estas situaciones que nos afectan. Todos los temas no pueden solucionarse solo con la fuerza de un país, sino que es necesario la fuerza de todos los países unidos para salir adelante”. Y pide que “la Virgen nos mantenga unidos para construir el reino de su hijo”.
Consejo Episcopal Latinoamericano Presidencia
Comunicado de la XXXVI Asamblea General del Consejo Episcopal Latinoamericano – CELAM DE IZQUIERDA A DERECHA: Padre Rigoberto Pérez, Encargado de Comunicaciones del CELAM (de pie); Padre Francisco Niño, Monseñor Juan Espinoza, Monseñor Jorge Solórzano y Monseñor Alfonso Gerardo Miranda
Monseñor Juan Espinoza indicó que “los primeros dos días trabajamos los temas que promueve el CELAM, se expusieron los informes pastorales de los siete Departamentos del CELAM: educación y cultura, vocación y ministerios, todas las cuestiones de trabajo social. Así mismo, se hizo una síntesis del trabajo realizado en dos años y se aprobaron esos informes. También el presidente de la Conferencia hizo un informe muy general. Se presentó un cuadro de realidades económicas”.
Reunidos en San Salvador para la celebración de la XXXVI Asamblea General del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), los obispos presidentes y los delegados de las Conferencias Episcopales de todos los países de América Latina y del Caribe hemos puesto la mente y el corazón en nuestros hermanos y hermanas de Venezuela. Les queremos hacer sentir a todos los ciudadanos, y especialmente a los pastores de la Iglesia católica, nuestra cercanía, solidaridad y apoyo; al mismo tiempo que les transmitimos una voz de esperanza en Cristo, Camino, Verdad y Vida. Nos preocupan y duelen las muertes, la violencia, la carencia de lo más fundamental, la división, la violación de los derechos humanos, en fin, el sufrimiento que ha tocado al pueblo venezolano, hasta llegar a padecer una auténtica crisis humanitaria. Percibimos también los anhelos y los esfuerzos de un pueblo que quiere vivir en paz, recorriendo senderos de libertad, justicia y desarrollo integral. Con el Papa Francisco, quien les ha asegurado que lleva en su corazón los graves problemas que aquejan a Venezuela, hacemos un llamado para que se concreten urgentemente soluciones a la actual crisis, por las vías constitucionales y salvaguardando los valores democráticos. Exhortamos, de manera especial, a evitar cualquier forma de violencia, venga de donde venga, y el uso desmesurado de la fuerza pública, pues éstas sólo acarrean más sufrimiento y muerte.
Además agregó que “la convivencia fue un momento muy significativo del pueblo de Dios desde el primer día en la Parroquia de la Inmaculada Concepción; ayer en Catedral fue un día especial, se encontraron con obispos de Canadá y Estados Unidos conmemorando los 20 años del Sínodo de América y enfocándonos en esta ocasión sobre la migración para acompañar a nuestros hermanos migrantes cada vez mejor”.
Convocamos a las comunidades diocesanas de América Latina y el Caribe a poner en marcha iniciativas de caridad con los hermanos venezolanos y a pensar en maneras de hacerlas efectivas, a pesar de los obstáculos que puedan presentarse. Del mismo modo, pedimos que acojan fraternalmente a aquellos que están migrando hacia diversos países y les ofrezcan con generosidad condiciones de vida digna.
Por último Monseñor Espinoza enfatizó que “esta mañana se conmemoró los 10 años de la Conferencia sobre Aparecida. La conclusión es un reimpulso de lo que ya se programó en Aparecida”.
El pueblo católico latinoamericano y caribeño bien sabe que, en los momentos más difíciles de su historia, hay que recurrir a Dios con toda piedad para salir adelante. Por eso, invitamos a que en todas las Iglesias particulares se organicen jornadas de oración a Jesús Sacramentado y de sacrificios, suplicando para este hermano país una pronta y definitiva reconciliación y paz social.
Padre Francisco Niño manifestó que “la experiencia de la iglesia católica es de comunión. El CELAM busca crear un espacio de comunión para que los obispos puedan discernir lo que Dios les está pidiendo en las distintas comunidades que peregrinan en estas tierras latinoamericanas y caribeñas. Estamos en una reunión pastoral donde los sucesores de los apóstoles nos congregamos para discernir juntos lo que Dios está pidiendo a la Iglesia latinoamericana”. Monseñor Jorge Solórzano fue el tercero en pronunciarse “hace 75 años los obispos centroamericanos nos hemos venido reuniendo para analizar las situaciones sociales, económicas, políticas, sociales y sobre todo para compartir sobre nuestros ministerios. Y juntos hemos enfrentado nuestros problemas. Es una fortaleza que siempre estemos unidos”.
Hacemos un llamado a las organizaciones internacionales de ayuda humanitaria para que dirijan su acción y recursos de manera prioritaria hacia Venezuela.
Desde esta hermana nación de El Salvador pedimos en este sentido la intercesión de la Virgen María y del Beato Mártir Mons. Óscar Arnulfo Romero. San Salvador, El Salvador, 10 de mayo de 2017.
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¿Qué nos dice Monseñor Oscar Arnulfo Romero al continente americano? – Primera entrega – Por Mons. Gregorio Rosa Chávez 1. Introducción Cuando uno visita la capilla de la UCA, la universidad de los jesuitas en El Salvador, encuentra en la fachada, en letras grandes, una frase atribuida a Monseñor Romero: “Si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño”. El historiador que nos ha regalado la biografía más completa y objetiva sobre nuestro pastor y mártir estudia ampliamente el debate surgido en torno a la autenticidad de esas palabras. En realidad, no hay pruebas fehacientes de que las haya pronunciado Monseñor. Sin embargo, expresan el alma de Romero en forma sumamente bella. Voy a citarlas para deleite de todos ustedes: “He sido frecuentemente amenazado de muerte. Debo decirle que, como cristiano, no creo en la muerte sin resurrección: si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño. Se lo digo sin ninguna jactancia, con la más grande humildad. Como pastor, estoy obligado, por mandato divino, a dar la vida por quienes amo, que son todos los salvadoreños, aun por aquellos que vayan a matarme. Si llegaran a cumplirse las amenazas, desde ya ofrezco a Dios mi sangre por la redención de El Salvador. El martirio es una gracia que no creo merecer. Pero si Dios acepta el sacrificio de mi vida, que mi sangre sea semilla de libertad y la señal de que la esperanza será pronto una realidad. Mi muerte, si es aceptada por Dios, sea por la liberación de mi pueblo y como un testimonio de esperanza en el futuro. Puede usted decir, si llegasen a matarme, que perdono y bendigo a quienes lo hagan. Ojalá se convencieran que perderán su tiempo: un obispo morirá, pero la Iglesia, que es el pueblo, no pasará jamás”. Con razón comenta Morozzo de la Rocca en su obra Primero Dios: “El texto ocupa el centro del mito de Romero profeta populista. Fue publicado en Excélsior el 25 de marzo de 1980, al margen de la noticia del asesinato de Romero, cuyo título ocupaba la primera página” (p. 307). Al margen de la polémica, hay mucha semejanza con lo que Monseñor Romero escribió durante su último retiro, un mes antes de su martirio: “Mi disposición debe ser dar mi vida por Dios cualquiera sea el fin de mi vida. Las circunstancias desconocidas se vivirán con la gracia de Dios. El asistió a los mártires y si es necesario lo sentiré muy cerca al entregarle el último suspiro. Pero que más valiosos que el momento de morir es entregarle toda la vida y vivir para él”. Un poco más adelante encontramos la ofrenda de su vida: “Así concreto mi consagración al Corazón de Jesús, que fue siempre fuente de inspiración y alegría cristiana en mi vida. Así también pongo bajo su providencia amorosa toda mi vida y acepto con fe en él mi muerte, por más difícil que sea. Ni quiero darle una intención como lo quisiera por la paz de mi país y por el florecimiento de nuestra Iglesia… porque el Corazón de Cristo sabrá darle el destino que quiera. Me basta para estar feliz y confiado saber con seguridad que en él está mi vida y mi muerte, que a pesar de mis pecados en él he puesto mi confianza y no quedaré confundido y otros proseguirán con más sabiduría y confianza los trabajos de la Iglesia y de la Patria”. Cuando uno pregunta por la frase más famosa
pronunciada por Monseñor Romero, dos son las respuestas más frecuentes. Esta que acabamos de citar; y la que dice: “Con este pueblo no cuesta ser un buen pastor” (Homilía, 18.11.79). El pensamiento completo continúa así: “Es un pueblo que empuja a su servicio a quienes hemos sido llamados para defender sus derechos y para ser su voz” (Ibidem). A mi me gusta mucho una tercera frase que no fue pronunciada en una homilía sino después de la Misa exequial del último sacerdote asesinado, dos meses antes del martirio de Romero, el Padre Octavio Ortiz. Se encuentra en su Diario: “La muchedumbre estuvo sumamente cariñosa con los sacerdotes y con su obispo, al que saludaban con aplausos, con beso de manos, etc. Yo terminé esta ceremonia con mucha satisfacción en el espíritu”. Y ahora viene la frase que les prometí: “¡Qué bien responden los pueblos cuando se les sabe amar!” (Diario de Mons. Romero, 23.01.79). 2. Acercamiento a la persona de Monseñor Romero Morozzo Della Rocca habla del “mito de Romero profeta populista”. Es una frase fuerte que invita a buscar al verdadero Oscar Romero, hombre mortal, con virtudes y defectos. El mismo lo reconoce en su Diario cuando habla de que consulta con frecuencia con su director espiritual, el jesuita Padre Azcue, y con su sicólogo, el Doctor Semsch. Este profesional resume la personalidad de nuestro beato con tres palabras: “obsesivo, perfeccionista y compulsivo”. Monseñor Romero reconoce que es verdad . Las tres biografías más objetivas de que disponemos para acercarnos al futuro santo, son: la de Jesús Delgado, que fue la que se envió a Roma al concluir el proceso diocesano; la del jesuita norteamericano James Brockman, que sirvió de base para la película “Romero” y que tiene el sugestivo título “La palabra queda”; y la que ya citamos, escrita por Roberto Morozzo Della Rocca y que ya fue publicada en español, “Primero Dios”. En todas ellas encontramos elementos para tratar de resolver otro enigma: la conversión de Monseñor Romero. El mito más difundido la atribuye a la influencia del jesuita Rutilio Grande, quien fue el ceremoniero de la ordenación episcopal de Romero y que fue asesinado el 12 de marzo de 1977, apenas tres semanas después de la toma de posesión del cuarto Arzobispo de San Salvador. Personas tan cualificadas como Monseñor Arturo Rivera Ramas, sucesor de Romero y su mejor amigo dentro de la Conferencia Episcopal, y Monseñor Ricardo Urioste, quien fue su vicario general, rechazan con energía esta afirmación. Afirma Monseñor Rivera Damas, en el prólogo de la biografía escrita por Jesús Delgado: “Algunos autores han presentado a Monseñor Romero como modelo del cristiano que lleva hasta las últimas consecuencias su opción preferencial del pobre, pero han errado al presentar dicha opción como un arma política revolucionaria. Otros pretenden defender la personalidad del arzobispo de los ataques de sus enemigos al precio de denigrar la personalidad de éstos. Casi todos los escritos que he leído hasta ahora sitúan al obispo que fue voz de los sin voz, en el contexto político de su tiempo, lo que no está mal; sin embargo, subrayan tanto este aspecto que terminan perdiendo de vista la dimensión propia
de su personalidad, que fue la sacerdotal”. Monseñor Ricardo Urioste es también contundente: “Se ha dicho de Mons. Romero que él cambió drásticamente con el asesinato del Padre Rutilio Grande. Que entonces fue su conversión a menos de un mes de su inicio como arzobispo. Yo no lo creo así. Creo que Mons. Romero fue alguien que siempre, toda su vida, buscó su conversión. Fue algo así como lo que nos relata San Marcos cuando Jesús cura a un ciego y San Marcos dice: ‘Cuando llegaron a Betsaida le trajeron un ciego y le pidieron que lo tocara. Jesús tomó al ciego de la mano y lo sacó fuera del pueblo. Después de mojarle los ojos con saliva, puso sus manos sobre él y le preguntó: ¿ves algo?. El ciego, que empezaba a ver, dijo: Veo a los hombres, pero como si fueran árboles que caminan. Luego, le puso nuevamente las manos en los ojos y éste empezó a ver perfectamente y quedó sano, ya que de lejos veía claramente todas las cosas’ . (Marcos, 8 22- 26). Él también, Monseñor Romero, fue viendo poco a poco, descubriendo más el Evangelio, el magisterio de la Iglesia y la situación del dolor del pueblo. Todo eso es lo que lo va cambiando. Él nunca habló de sí mismo como de conversión, habló de evolución. Por eso dejó escrito: disposición de cambio. Quién no cambia no captará el reino”. Por eso agregaba: “Escapamos de la realidad y así escapamos de Dios” (Ponencia en la Universidad de Notre Dame). 3. Monseñor Romero nos habla de sí mismo Ya es tiempo de dejar la palabra de nuevo a Monseñor Romero. Lo haré en dos momentos: primero acudiré a su diario de seminarista en Roma, que abarca del 22 de octubre de1977 al 19 de febrero de 1943. Cuando llegó a Roma a estudiar teología tenía apenas veinte años. Hagamos un rapidísimo recorrido por esas páginas, comenzando en l937 y concluyendo con una breve nota de febrero de l943, poco antes de embarcarse de regreso hacia su patria. 1937.23.10: “Ante Pío X, fundador de nuestra diócesis, pedimos por ella. En el dulce monumento de Benedicto XV, saludamos a la Virgen de la Paz”. 1938. El 15 de diciembre encontramos esta joya: una crónica de “L’Osservatore Romano” sobre la toma de posesión de Monseñor Luis Chávez y González como nuevo Arzobispo de San Salvador; comienza así: “El nuevo Arzobispo de San Salvador toma posesión de la sede metropolitana de San Salvador”. Eran los tiempos del general Maximiliano Hernández Martínez. La noticia le ha impactado tanto, que copia todo el texto, en la lengua original, en italiano. Ya se vislumbra por qué escogerá después como lema: “Sentir con la Iglesia”. 1939. Seguimos hojeando el Diario de Romero y encontramos datos interesantes: 18.01. Cátedra de San Pedro: “He pedido por mí y por mi Patria toda, un grande amor y obediencia al Vicario de Cristo”. Otro testimonio precioso, de alcance universal, lo encontramos en su diario cuando narra la muerte de Pío XI, ocurrida el 10 de febrero de 1939. Al día siguiente, el seminarista Oscar cuenta que logró colarse y pasó por segunda vez ante el catafalco del Pontífice: “Toqué mi rosario a su pie”, anota con satisfacción.
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7 XXXVI Asamblea General Ordinaria del CELAM
Cuatro días después deja constancia de su opinión sobre el Pontífice recién fallecido: 18.02. “Muchas cosas se han dicho y se dirán de Pío XI, su obra abrumará al historiador; pero no se dirá nada si se descuida el principio de donde procede todo, la gloria de Dios y el bien de las almas”. Su pluma también describe los sentimientos que invaden su alma cuando es elegido el nuevo Papa, Pío XII, cuya coronación (así se decía entonces) tuvo lugar el 12 de marzo: “Horas históricas, según mi reloj”. Hay 20 anotaciones, desde las 8:40 a.m. hasta las 12:35 p.m.” Recojo solo algunas: “Aparece el Papa con mitra y va a la capilla del Sacramento (…) Es la imposición del palio (…) Los cardenales van a besarle el pie, la mano y el rostro”. “Consagración. Trompetas de plata”. Tres días más tarde, el 21 de marzo escribe esta breve frase: “Temores de guerra”. El 2 de septiembre señala que lo que se temía, sucedió: “Estalla la guerra entre Alemania y Polonia. El temor cunde en Europa. Señor, ¡danos paz!”
altar el portento del Cenáculo: ‘Esto es mi Cuerpo’… Oh, Jesús, cuando escribo todo esto, tu bondad me ha nublado los ojos. Jesús bueno, amigo fiel, que jamás sea yo el villano que conculque tus delicadezas de amor. Haz que éste sea mi distintivo: una gran locura por ti. Tú eres mi gloria y la recompensa de toda mi vida sacerdotal; tu amor, Jesús, tu amor… y eso me basta. ¡Y la muerte antes que ese amor se entibie!”. El joven sacerdote que esto escribía no se imaginaba que el Señor le tomaría su palabra y que, como dice la nueva oración para pedir su canonización, “le concediste la gracia de morir al pie del altar, en un acto supremo de amor a ti”. Más adelante hace este juramento: “Quiero morir así en medio del trabajo; fatigado del camino, rendido, cansado, me acordaré de tus fatigas y hasta ellas serán precio de redención. Desde hoy te las ofrezco, Señor Jesús, por tu corazón y por las almas: ¡prometo!... He pasado el día abismado en mi grandeza que yo mismo no comprendo. Señor, dame fe para que siempre sea sacerdote. Señor, haz que vea”.
1940. De las notas del diario del seminarista Romero escritas en l940, he seleccionado las siguientes: Su visita a las catacumbas de San Calixto: 29.02. “¡Hermosa imagen de la Iglesia! Sus raíces profundas están allí, en tierra de catacumbas, y se ha elevado altiva, vestida de esperanza y de inmortalidad. Las aves han venido a posarse en ellos y gentes de todas las razas y naciones pasan bajo su sombra en piadosas peregrinaciones”. Pío XII cumple su primer año al frente de la barca de Pedro:
Mons. Gregorio Rosa durante su ponencia sobre el Beato Mons. Romero dictada en la Cripta de Catedral
12.03. “El consistorio, la elección, aquella noche inolvidable pasaba de nuevo ante nosotros como una ilusión, ¡el recuerdo más grande de mi vida! ¡Qué grande es el Papa! ¡Qué divina es la Iglesia! ¡Qué bueno será Dios cuando su obra es óptima!”
Mientras tanto, la Segunda Guerra Mundial sigue devastando Europa; lo recuerda al mencionar las bodas de plata episcopales del Papa Pío XII:
Y, de repente, le toca predicar ante sus compañeros para ejercitarse en el arte de la homilía; ya se vislumbra el hombre de la palabra: 18.12. “Tuve mi sermón sobre Cristo eterno sacerdote. Recibe, Señor, las felicitaciones. ‘No a nosotros, Señor, sino a tu nombre sea la gloria’”. Ya se vislumbra el futuro gran predicador. 1941. Del año siguiente, en el que hay numerosos apuntes, he escogido solo una nota que muestra al joven seminarista que se acerca poco a poco al altar: 20.12. “¡Diácono! La cumbre ya sonríe cerca. Una alegría inmensa ilumina los repliegues íntimos del alma. Qué buena Navidad me ha regalado el Señor. He meditado sobre los tres grandes regalos de este día: el Espíritu Santo, la Eucaristía, el Evangelio”. 1942. Llegamos a las notas del diario que dejan constancia de sus últimos meses en Roma, en plena guerra mundial, con las privaciones que esto supone en la comida y en el descanso. Vale la pena compartir una cita más amplia de su largo y detallado testimonio del día de su ordenación sacerdotal, que ocupa varias páginas de su diario: 04.04. “Mi sábado de gloria. El día que hizo el Señor. Mi ideal se corona entre los aleluyas pascuales. Ya soy sacerdote… Empezó la larga ceremonia: tonsuras, órdenes menores, subdiáconos, diáconos, sacerdotes. Fragancia de óleo derramado. Era la caridad de Cristo que se prodigaba a los elegidos. Con el yugo del Señor sobre los hombros, a una con el pontífice, nuestra voz, omnipotente ya con la divina omnipotencia del sacerdocio, reprodujeron sobre el
14.05. “…el Papa levantaba la hostia de paz sobre un mundo en tempestad, y sobre el silencio de la tumba se pedía paz, y en su oración lloraba… Hubo homilía: así hablan los santos, así sería el acento de los profetas que gritaban ¡paz, ¡paz!, y no llega la paz… Después de la misa, la plaza rebosaba: ávidos de consuelo en un mundo que agoniza de angustia, el pueblo corre a rodear al único representante de la paz de Cristo”. 1943. Quienes tratamos de cerca al Padre Romero sabemos que era de temperamento huraño y que amaba la soledad. En las últimas páginas de su diario de estudiante consigna su deseo de apartarse completamente del mundo para dedicarse de lleno a las cosas de Dios: 15.02. “Un buen monje para la diócesis. Después de hablar con el Padre Rodríguez, recién salido de La Cartuja, he pensado cuántas bendiciones del cielo atraerá para una diócesis ser hombre que así se sacrificara por ella. ¡Un desprendimiento absoluto del mundo y de los hombres para unirse a Dios en perfecto holocausto de amor! ¡Y si esa víctima se ofrece por una diócesis! Y de nuevo aparece su honda pasión por la oblación total a Dios: “¡Yo pienso ser hostia por mi diócesis!... Tal vez, nunca en mi vida se presentará otra ocasión para ese holocausto; tal vez a ese holocausto está unida la perfección y salvación de muchos sacerdotes y muchas almas”. El diario se cierra el 19 de febrero de l943 con esta plegaria: “¡Señor Jesús!, quédate con nosotros porque
atardece. Señor, amigo, cuando los horizontes se cierran y la vida parece una gran interrogación, ven a vivir con nosotros. Estar contigo es estar en el centro. No hay destierros, no hay persecución, cuando tú eres el hermano, el amigo” (p. 216). 4. El alma del pastor: su Diario Cuenta Monseñor Rafael Urrutia, quien era un joven sacerdote a quien Monseñor Romero le nombró su canciller, que en una reunión de curiales el Arzobispo le pidió que llevara una crónica de las cosas que sucedían en esta Iglesia particular; y que el pastor añadió: “Veré qué puedo hacer yo”. La respuesta la encontramos en su Diario, cuando, el 11 de diciembre de l979, comenta: “Tratamos principalmente de cómo llevar con más eficacia el diario de la Curia, ya que, de mi parte, voy llevando este diario, en cassette, para que lo pasen en limpio; pero resulta sólo la actitud y la actividad del propio obispo. Y yo quisiera que fuera llevándose un diario de toda la vida de la arquidiócesis, que ésta es la historia que mucho interesará, sobre todo en unos días tan densos que nos toca vivir”. El Diario de Monseñor Romero ofrece una originalidad: no lo escribió sino que lo grabó en cassette, como acabamos de leer. Abarca los dos últimos años de su ministerio arzobispal. Yo he preparado una selección de cien citas de tono pastoral, en las que tienen particular importancia las que se refieren a la relación de Monseñor Romero con Pablo VI y el Papa Juan Pablo II, así como su profunda amistad con Monseñor Eduardo Pironio, que fue quien le hizo descubrir el auténtico sentido de Medellín y lo que la Iglesia predica sobre el sentido cristiano de la liberación. Al final aparece con gran dramatismo la división en el episcopado salvadoreño y los intentos fallidos del Nuncio Lajos Kada por lograr la unidad de los obispos. Romero tiene un criterio claro, convertido en oración: “Pido al Espíritu Santo que me haga caminar por los caminos de la verdad y que nunca me deje llevar ni por los halagos ni por los temores de ofender a nadie más que a Nuestro Señor” (13.03.80). Dos semanas después, lo asesinaron. Como su Diario está disponible en internet, en forma escrita y, últimamente, en versión digital, citaré muy pocos textos. Voy a limitarme a las páginas finales, cuando él vive sus últimos días porque sabe que está amenazado de muerte. Podría titularse: Las cuatro semanas de pasión de Monseñor Romero. Tomaré como punto de partida lo que él dejó anotado en su Diario el sábado 23 de febrero, dos días antes de iniciar su último retiro: “Por la tarde fui a cumplir con una invitación que me habían hecho los jóvenes de Sonzacate, pueblo vecino a Sonsonate, aunque no es de mi diócesis, sino de Santa Ana, ellos habían conseguido el permiso del Señor Obispo, que yo confirmé cuando vi a Monseñor Barrera en la nunciatura y me dijo que no había inconveniente. Hubo varios propósitos de no ir, por evitar este conflicto y también porque estamos bajo una amenaza de muerte.” A renglón seguido ofrece algunos detalles: “El Señor Nuncio de Costa Rica me ha avisado que el peligro de amenaza existe otra vez contra mí y me advierte que tenga cuidado. Sin embargo, sentí un compromiso especial con esta juventud y fui”. A partir de ese momento todo lo que Monseñor hace y dice está marcado por tan terrible amenaza. Por eso me parece especialmente importante acompañarlo en los últimos días de su vida entre nosotros. (Continúa)
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Tutela de Derechos Humanos entrega documentos a familiares de víctimas de la Masacre del Sumpul Para los sobrevivientes de la masacre ocurrida un 14 de mayo de 1980, a orillas del río Sumpul, en Chalatenango, parece que fue ayer cuando las ramas de los arboles semejaban moverse como si tuviesen vida propia, tratando de esconderse de la opresión y violencia que causaban los operativos de la Fuerza Armada, la Guardia Nacional y el grupo paramilitar ORDEN. 37 años han pasado desde que los pobladores del caserío Las Aradas, del cantón Yurique, en el municipio de Ojos de Agua, trataban de huir de la inminente ejecución arbitraria de la cual serían víctimas. Por ello, sobrevivientes, pobladores de la zona, defensores de derechos humanos, representantes de la Iglesia Católica y de Tutela de Derechos
cicatriz de nuestra historia, y servirá como prueba de los crímenes cometidos durante esa época. El inventario fue recibido por el señor Obispo de la diócesis de Chalatenango, Mons. Oswaldo Estéfano Escobar, OCD; y por un representante del Comité de Víctimas, señor José Tobar, quien se mostró muy agradecido por el apoyo de la oficina de Tutela de Derechos Humanos.
Padre Luis Coto, Director Ejecutivo de Tutela de Derechos Humanos (derecha), se dirige a los presentes durante la entrega de documentación
Padre Luciano Reyes (derecha), Director Adjunto de Tutela de Derechos Humanos, revisa la documentación entregada
Humanos del Arzobispado de San Salvador, se hicieron presentes en el lugar dónde sucedió dicha masacre con el objetivo de facilitar el acceso a justicia de las víctimas sobrevivientes y familiares. Tutela de Derechos Humanos del Arzobispado de San Salvador, representada por su Director Ejecutivo, Padre Luis Coto; el Director Adjunto, Padre Luciano Reyes, y uno de los abogados de la Unidad Jurídica, Lic. Roberto Alfaro, hicieron entrega del inventario de documentos reguardados en el Centro de Documentación y Archivo “Monseñor Rivera y Damas”. Dicha documentación relata lo sucedido en esta atroz
José Tobar (izquierda), del Comité de Víctimas, agradece públicamente a los directores de Tutela de Derechos Humanos (al centro) y al Obispo de la diócesis de Chalatenango, Mons. Oswaldo Escobar, OCD (derecha)
Así se conmemoró el centenario de Fátima en la Arquidiócesis de San Salvador Mons. Oswaldo Escobar, OCD, Obispo de Chalatenango, predica durante la Santa Misa dedicada por el centenario en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Fátima, de Colonia La Rábida, San Salvador
El señor Arzobispo de San Salvador, Mons. José Luis Escobar Alas (der.), preside las Solemnes Vísperas junto a Mons. Gregorio Rosa Chávez (izq.), Obispo Auxiliar, en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, de San Salvador
Feligreses adoran a Nuestra Señora de Fátima en Los Planes de Renderos
A nuestros lectores
El señor Obispo Auxiliar, Mons. Gregorio Rosa Chávez, preside una Santa Eucaristía en el Santuario de Fátima ubicado en el Cerro de las Pavas, Cojutepeque
Esperamos sus sugerencias, comentarios o avisos de actividades parroquiales a los números:
2298-6268 o 7737-3760, y su correspondencia a: 1a. Calle Poniente Nº 3412, Col. Escalón, S.S.
o bien al correo electrónico: orientacion.semanario@gmail.com
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Palabras del Arzobispo
ASAMBLEA DEL CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO (CELAM). CENTENARIO DE LAS APARICIONES DE NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA. CONFIRMACIONES EN PARROQUIA N. SEÑORA DEL PILAR, ZARAGOZA El 8 de mayo recibimos a los obispos participantes de la XXXVI Asamblea General Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), la cual se realizó en nuestro país del martes 9 al viernes 12 de mayo. Nos reunimos aproximadamente 100 Obispos de Latinoamérica y el Caribe para abordar temas eclesiales, de interés social como la migración y la violencia, y otros más de importancia para nuestra región. Además, esta Asamblea tuvo carácter celebrativo, pues coincidió con la conmemoración del Centenario del natalicio de Monseñor Romero. Con esa finalidad se sumó el día 11 una comisión de Obispos de Estados Unidos y Canadá. Ese día, a las 6:00 p.m., tuvimos la Solemne Celebración Eucarística en nuestra Catedral Metropolitana, la cual presidí en honor a nuestro amado Beato Monseñor Romero. La Misa fue concelebrada por todos los Obispos participantes de la Asamblea del CELAM, los Obispos de las Comisiones de Estados Unidos y Canadá, Obispos de El Salvador y un buen número de sacerdotes nacionales. El 13 de mayo, en nuestra Arquidiócesis celebramos solemnemente los 100 años d e l a s A p a r i c i o n e s d e l a S a n t í s i ma Virgen, Nuestra Señora de Fátima. A las 3:30 p.m. nos reunimos en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús para celebrar las Solemnes Vísperas; este servidor la presidió y me acompañaron Monseñor Gregorio Rosa Chávez, el Padre Luis Alonso Arévalo y un buen número de sacerdotes, entre ellos los de la comisión de la celebración: Rvdos. Padres Edgardo Reyes, Marco Tulio García y Erick Muñoz. Los Salmos fueron cantados por los seminaristas de San José de la Montaña y Mons. Gregorio Rosa se encargó de predicar. A continuación salimos en procesión con nuestra Madre hacia Catedral, en donde tuvo lugar la Solemne Eucaristía, también presidida por mi persona, y concelebrada por Mons. Gregorio Rosa Chávez, el Rvdo. Padre Francisco Alexander Góngora, Párroco de Catedral, y muchos sacerdotes. Estaban presentes muchas religiosos y religiosas y una gran cantidad de fieles. El día 14 por la tarde, atendiendo la invitación del Rvdo. Padre Adonay Chicas Campos, Párroco de Nuestra Señora del Pilar, me trasladé hasta Zaragoza, en el departamento de La Libertad, para presidir la Santa Misa de las 4:00 p.m. y conferir el Sacramento de la Confirmación a un numeroso grupo de 70 jóvenes que previamente habían recibido su Catequesis de preparación. El hermoso templo de Nuestra Señora del Pilar estaba colmado de
feligreses, padrinos, padres, familiares y amigos de los confirmandos. Fue una celebración muy solemne y una excelente participación litúrgica.
En la SEGUNDA LECTURA tomada de la Primera Carta de Pedro –y que hoy será leída por última vez– aparecen unas recomendaciones que todo cristiano debe poner en práctica: dar razón de su esperanza con modestia y respeto (cfr. 1 P 3, 15-16) y sufrir por hacer el bien (cfr. 1 P 3, 17). Propone como modelo a Jesús que siendo justo murió por los injustos (cfr. 1 P 3,18). Su recompensa fue grande: Resucitó por el Espíritu (1 P 3,19). El E VANGELIO de San Juan recoge las recomendaciones que Jesús dejó a sus apóstoles tanto como la promesa de otro defensor o abogado: el Espíritu Santo. La recomendación más grande que les deja es cumplir sus mandamientos (cfr. Jn 14, 15) si en verdad le aman de tal forma que los que le amen recibirán del Padre al Espíritu Santo y serán amados por Él formando una comunidad de amor: El que me ama será amado por mi Padre y yo lo amaré y me manifestaré a él (Jn 14, 21).
Las Lecturas de este día nos quieren dejar en claro que ser cristiano no es fácil. Hay un mundo adorador de dioses que ofrecen salvación y felicidad fácil. Un mundo que no quiere saber de cruz, ni de sacrificio por el otro, ni de amar a quienes hacen el bien; por ello, no toleran Queridos hermanos, deseo compartirles al verdadero seguidor de Jesús. Le persiguen algunas ideas sobre la Liturgia del Evangelio como persiguieron a la comunidad de Jerusalén del VI Domingo de Pascua: (y como han perseguido a otros a lo largo de Quedando dos domingos para Pentecostés, la historia, siendo la no excepción nuestro leemos un pasaje del Evangelio en el que Jesús país, donde Mons. Romero y el Padre Rutilio aparece prometiendo la llegada del Espíritu junto a otros fueron asesinados por anunciar el Santo durante la Última Cena, previendo su Evangelio). Pedro recomienda, por esta razón, inminente marcha al Padre; es decir, la fiesta del estar prestos a dar razón de la esperanza; pero sin próximo domingo: la Ascensión. violencia, con amor, con respeto, con humildad, En la PRIMERA LECTURA tomada de los Hechos según el ejemplo de Jesús. de los Apóstoles, aparece Felipe –uno de los Ciertamente el camino será –y de hecho es– siete diáconos de lengua griega ordenados muy difícil. Más no estamos solos. Jesús que junto con Esteban– predicando con éxito en fue resucitado oró al Padre para que enviara al el pueblo de Samaría: Espíritus inmundos Espíritu Santo. Recordemos sus palabras: No salían… paralíticos y lisiados se sanaban y la los dejo huérfanos, volveré a visitarlos (Jn 14, ciudad rebosaba de alegría (Hch 8, 7-8). La 18). Desde el bautismo recibimos al Espíritu ida de Felipe al exilio no supuso fracaso ni el Santo y somos confirmados en Él durante el final, sino el comienzo de una obra misionera Sacramento de la Confirma; sin embargo, le que llevó a pueblos no judíos la fe en Cristo encontramos como comunidad de amor en la Jesús. Los apóstoles Pedro y Juan fueron Santísima Trinidad, de la cual podemos formar enviados para completar la obra del diácono, parte, en el Sacramento de la Eucaristía. Su llegando a imponer las manos para comunicar presencia es real. Desde allí nos anima a seguir al Espíritu Santo. Gesto en el que podemos ver el Sacramento de la Confirmación. El SALMO adelante, a dar razón de nuestra fe, a no decaer nos evoca la acción de Felipe en su anuncio antes las difamaciones ni persecuciones, a del Reino: Vengan a escuchar, fieles de Dios, no dar por perdidas las causas difíciles. Que les contaré lo que hizo por mí (Sal 65, 16) nunca nos sintamos solos porque Él está con animando al pueblo con su testimonio a alabar nosotros y entre nosotros todos los días hasta a Dios: Aclame a Dios toda la tierra, canten en el fin del mundo. honor a su Nombre, tribútenle una espléndida † Mons. José Luis Escobar Alas alabanza (Sal 65, 1). Arzobispo Metropolitano de San Salvador Mons. José Luis Escobar predica durante la Misa Solemne en conmemoración del centenario de las apariciones de la Virgen Santísima, en Fátima
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ditorial Imitemos a aquellos niños que aprendieron a decir “Ave María” No puede pasar el mes de mayo sin felicitar a las madres y sin hacer una referencia especial a la Madre de Cristo Jesús: María, Virgen y Madre, custodia del camino de sus hijos. Desde que la Virgen aceptó que en su vientre se encarnase el Verbo Divino, se ha convertido en Madre de Dios y Madre nuestra. María, gloriosa en el Cielo, jamás se desatiende de nosotros. A lo largo de la historia de la Iglesia ha realizado varias apariciones y ahora queremos destacar la que tuvo lugar en Fátima, Portugal, y que este año 2017 cumplió ya un siglo. Ahí la Virgen Santísima hizo un llamado a la conversión, acompañado del compromiso que tiene con la Iglesia de defenderla de los peligros con que la acecha el enemigo. En Apocalipsis 12, 1-4 se hace mención de ambos: “Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. Está embarazada y grita de dolor, porque le ha llegado la hora de dar a luz. Apareció también otra señal: un enorme dragón rojo con siete cabezas y diez cuernos, y en las cabezas siete coronas; con su cola barre la tercera parte de las estrellas del cielo, precipitándolas sobre la tierra. El dragón se detuvo delante de la mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo en cuanto naciera”. María, en Fátima se manifiesta comprometida en la lucha de su Hijo y nos previno desde 1917. Fátima es una gran manifestación sobrenatural que vuelve a recordar la necesidad de la conversión
y de la responsabilidad que tiene cada persona en la construcción del mundo. Dios quiere un mundo en paz, Cristo es el Príncipe de la Paz y la Virgen María nos recuerda la llamada a la oración por ese don maravilloso. A los tres pastorcitos la Virgen les muestra que Ella es una Madre que los quiere tener en el Cielo. Pero antes tienen que ofrecer sacrificios y oraciones por la conversión de los pecadores. Los niños aceptaron y respondieron con generosidad a la “Bella Señora”. Una madre se opone siempre a las crueldades de las guerras, conflictos y violencias. Así también la Virgen María. A un siglo de las apariciones en Fátima reconocemos que la Madre del Cielo quiso llamar a la conversión para evitar las guerras. Pero algunos despreciaron el Rosario por el odio y las armas; por tanto a nosotros nos toca reparar el mal que hemos hecho, pedir perdón y convertirnos. Actuando de este modo, la Iglesia saldrá avante. Es promesa de María. Las familias salvadoreñas tendrían que imitar la naturalidad con la que aquellos niños aprendieron a decir “Ave María” y formar hogares de paz. Que los niños encuentren en San Francisco y Santa Jacinta Marto el ejemplo de una respuesta de fe aún en la pequeñez de la vida. Mucho puede cambiar con la oración. El Rosario es el arma más poderosa para defendernos del mal. María, madre de la Iglesia ¡ruega por nosotros!
Por Pbro. Simeón Reyes, Director de Semanario Orientación
Armas… ¡ni de juguete! Las armas deben estar reservadas para mantener el orden público, garantizar la seguridad de los ciudadanos y defender la integridad y soberanía Sigfrido Munés de la República. En tioziggi@hotmail.com otras palabras, son de uso exclusivo de las autoridades, del ejército y la policía. No es lícito facilitar o tolerar su uso a comunidades, escuadrones de exterminio, mareros o neo guerrilleros. Por excepción pueden ser autorizadas a personas en alto riesgo comprobado y a vigilantes idóneos para cuidar la propiedad pública o privada. Y ya eso es bastante. En los Estados Unidos, aceptados por muchos como paradigma de organización social
DIRECTORIO
Pbro. Simeón Reyes DIRECTOR
y Estado de Derecho, existe una organización ultraconservadora conocida como la Sociedad del Rifle, que propugna apasionadamente por la venta libre de armas a quienes pueden pagarlas y su uso autorizado en defensa propia y de la propiedad privada. Y así funciona la cosa, con todos los riesgos que conlleva. Si aceptamos que el nivel cultural de aquel país supera al de América Latina, podemos alarmarnos justamente ante el uso inapropiado y criminal de armas en manos de enfermos mentales, terroristas, menores de edad desorientados, fanáticos racistas y otros antisociales, que salen a matar en universidades, escuelas, centros comerciales, iglesias, unidades del transporte público y sus vecindarios, con las armas que ellos o sus familias han adquirido de manera legal y supuestamente para defensa propia. Así, los millones de armas en poder de la población civil constituyen en Norteamérica una amenaza
Pbro. Carlos Chavarría SUBDIRECTOR
Roger Herrera EDITOR EN JEFE
permanente para las personas pacíficas y de buen vivir. Aquí la cosa anda más de cabeza porque se dice que hay algo así como medio millón de armas en manos de particulares, incluyendo equipos profesionales para la guerra (armas largas, automáticas). Si vemos la indisciplina y prepotencia que rigen en el tránsito vehicular, como expresión de incultura y agresividad, podemos deducir el riesgo detrás de las estadísticas que suponen las armas en poder de particulares irresponsables o mafiosos, estadísticas que ahuyentan el turismo y la inversión extranjera productiva. Más armas = más muertes. No más armas, ni de juguete. Ya bastante hundidos estamos en la violencia y la zozobra. En Dios confiamos.
Efraín Caravantes
Roger Herrera
CORRECCIÓN Y DISEÑO
DISEÑO DE PORTADA
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La Palabra de Dios para cada semana Hch 8, 5-8. 14-17; Sal 65, 1-7. 16. 20; 1 Pe 3, 15-18; † Jn 14, 15-21 Preparado por:
Pbro. Patxi Loidi cirsol6@integra.com.sv
Domingo 21 de mayo de 2017 • Sexto Domingo de Pascua • Ciclo “A” • Año impar
Yo estoy en mi Padre, ustedes en mí y yo en ustedes
Amigas y amigos: seguimos con el Evangelio de Juan, los capítulos posteriores a la Última Cena. En ellos hay cinco promesas del Espíritu Santo. Hoy leemos la primera de ellas. Jesús les anuncia además que pronto volverá a estar con ellos. Y les comunica un gran misterio, uno de los más más profundos: que Él está en el Padre, nosotros en Él y Él en nosotros. Y les pide amor, único mandato de este Evangelio. Es pasaje muy consolador, de intimidad con Jesús. Saludos cordiales, queridas amigas y amigo. Pensemos en esta gran revelación: vivimos en Dios, vivimos dentro de Dios. No es que tengamos que acercarnos a Él ni que Él tenga que acercarse a nosotros. Vivimos dentro del más grande de los misterios. Fíjense en esta frase del versículo 20: Yo estoy en mi Padre, ustedes están en mí y yo estoy en ustedes. Quedémonos un rato pensando. Hay que forzar el idioma para escribir esto. Lo normal sería decir: Yo estoy con el Padre; y vosotros estáis conmigo; y yo estoy con vosotros. Nadie está en otro. Yo no estoy en mi madre, mi pareja, mi hija. Estoy con ellos, junto a ellos, en compañía de ellos. Pero el texto dice en, como si Dios fuese un ambiente, un aura, un clima, un espacio. Y Jesús, igual. Estoy sumergido en Jesús; y con Él, en el Padre. Es como si viviera dentro de un seno materno. Dios está embarazado de nosotros, como nos dijo un amigo. Estamos inmersos en el amor, el más grande amor que podamos imaginar. Por lo tanto, seguros, completamente seguros. En un clima cálido, entusiasta y protegido, que nos invita a desarrollar una actitud positiva,
alta y activa. Es un amor creador, que nos está forjando diariamente. Pero nosotros apenas nos enteramos… Por eso hoy Jesús da un salto y nos pide amor. Hasta ahora nos ha pedido seguirle; ahora nos pide que lo amemos. Y usa la palabra mandamientos, pero es en contraposición a los de Moisés, porque en todo este Evangelio no hay más mandamiento que el del amor, que no es ni puede ser un mandamiento. Ámense unas a otras y ámenme a mí. Estos son todos los supuestos mandamientos de este Evangelio. Es un dinamismo de vida, oculto, pero creciente. Esta misteriosa y dinámica realidad la forja el Espíritu Santo, que es el amigo, compañero, defensor, valedor, abogado y todo lo demás, que nos prometió Jesús en esta despedida y nos regaló el día de Pascua. Y está siempre con nosotros; o mejor dicho, dentro de nosotros. Y tampoco nos enteramos. Pero es la pura verdad.
Plegaria
El nido Pues yo estoy en mi Padre, vosotros en mí, yo en vosotros. Palabras misteriosas, sorprendentes. No puedo ver, no logro comprender este lenguaje que me atrae irremediablemente. ¿Eres acaso algún lugar donde podemos cobijarnos y formar nuestro nido? Concéntrame, Jesús. Colócame en el centro. Estoy envuelto en una espesa niebla, sin saber dónde estoy.
Pero déjenlo, hermanas, no me lo cuenten. No quiero expertos que me aclaren el misterio. Prefiero no entender, entrar al nido del Espíritu
Quizás hoy podamos darnos cuenta. Concéntrate y sumérgete en este abismo sin fondo, que es el infinito embarazo de Dios… Quizás hoy podamos conmovernos para siempre y empezar a amar más allá de los lazos de la sangre… Así es el cristianismo.
Lecturas de la Semana
• Del 22 al 27 de mayo de 2017 • Lunes 22: Hch 16, 11-15; Sal 149, 1-9; † Jn 15, 26 – 16, 4 Martes 23: Hch 16, 22-34; Sal 137, 1-8; † Jn 16, 5-11 Miércoles 24: Hch 17, 15. 22 – 18, 1; Sal 148, 1-2. 11-14; † Jn 16, 12-15 Jueves 25: Hch 18, 1-8; Sal 97, 1-4; † Jn 16, 16-20 Viernes 26: Hch 18, 9-18; Sal 46, 2-7; † Jn 16, 20-23 Sábado 27: Hch 18, 23-28; Sal 46, 2-3. 8-10; † Jn 16, 23-28
y escuchar esa música inefable de acordes turbadores que se oye desde ahí. Prefiero disfrutarlo que entenderlo.