Semanario Orientación 28 de mayo de 2017

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28 de mayo de 2017

Nombramientos

IGLESIA LOCAL

Palabras del Arzobispo

REUNIÓN

CONSEJO PERMANENTE DE LA CEDES. REUNIÓN DE VICARIOS FORÁNEOS. SEMINARIO SAN JOSÉ DE LA MONTAÑA. REUNIÓN EXTRAORDINARIA DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL. REUNIÓN DE PASTORAL SACERDOTAL. EUCARISTÍA DE FAMILIA VICENTINA EN SUS 400 AÑOS DE CARISMA. MISA EN HONOR DEL BEATO MONS. ROMERO EN CRIPTA DE CATEDRAL METROPOLITANA. DEL

– 359 – El 15 de mayo de mayo al mediodía, en la casa del Arzobispo, me reuní con los señores Obispos y el Secretario Adjunto miembros del Consejo Permanente de la CEDES. Tuvimos la reunión para establecer la agenda de la próxima reunión extraordinaria de la Conferencia Episcopal, que tendría lugar el 17 de mayo. El día 16, a las 9:30 a.m., en el Salón San José del Arzobispado, tuvimos la Reunión de Vicarios Foráneos, en la que tratamos especialmente la gran celebración del Centenario del natalicio de Monseñor Romero. Por la tarde del mismo día visité el Seminario San José de la Montaña para presidir la Eucaristía de las 5:30 p.m. con los padres formadores, todos los seminaristas y una comunidad parroquial, Cristo Rey de la Naciones, que había llevado la cena a los seminaristas. El 17 de mayo, en la sede la CEDES, los Obispos de la Provincia Eclesiástica de El Salvador realizamos la reunión extraordinaria bimensual de la Conferencia Episcopal, para tratar los puntos pastorales más importantes en nuestra Provincia Eclesiástica. El día 18, por la mañana, estuve recibiendo la visita de sacerdotes, seminaristas, religiosas

A nuestros lectores

y personas de movimientos laicos que tuvieron la bondad de visitarme. El 19 de mayo, a las 9:00 a.m., tuvimos la Reunión de Pastoral Sacerdotal, o sea con los sacerdotes encargados de brindar la pastoral sacerdotal. El 20 de mayo, en la Catedral de San Salvador, presidí a las 10:00 a.m. la Santa Misa de Acción de Gracias por los 400 años de la presencia de la Familia Vicentina en el mundo. Por último, el día 21 amanecimos con la gran noticia de que Su Santidad el papa Francisco nombró el primer Cardenal de nuestro país: nuestro querido Mons. Gregorio Rosa Chávez. Por la tarde del mismo domingo, en la Cripta de Catedral de San Salvador, a las 4:00 p.m., presidí la Santa Misa en honor a nuestro amado Beato Monseñor Oscar Romero, celebrando su segundo año de Beatificación. Concelebraron Mons. Léon Kalenga, Nuncio Apostólico de Su Santidad en nuestro país, y Monseñor Gregorio Rosa Chávez, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de San Salvador.

El señor Arzobispo Metropolitano de San Salvador, Mons. José Luis Escobar Alas, en varias fechas entre febrero y mayo de este año, ha efectuado los siguientes nombramientos:

Párrocos No. 005/2017 • Rvdo. Pbro. Nelson Javier Salgado Blandón, CM Parroquia San Jacinto, de Barrio San Jacinto No. 010/2017 • Rvdo. Pbro. Abel Mauricio Mejía Dubón Parroquia María Auxilio de los Cristianos, de Comunidad Iberia No. 011/2017 • Rvdo. Pbro. Jorge Sánchez Ramírez Parroquia Monte Carmelo, Lotificación Tierra Virgen, San Martín No. 022/2017 • Rvdo. José Filadelfo Pérez Sorto Parroquia Nuestra Señora de Los Ángeles, Colonia Costa Rica No. 024/2017 • Rvdo. Cristóbal Cruz Pérez Parroquia Nuestra Señora de la Asunción, de Mejicanos No. 026/2017 • Rvdo. Pbro. Francisco Javier Rivera Murillo, OP Parroquia El Sagrario (Iglesia El Rosario), de San Salvador No. 028/2017 • Pbro. Luciano Ernesto Reyes García Director Adjunto de la Oficina de Tutela de los Derechos Humanos

† Mons. José Luis Escobar Alas Arzobispo Metropolitano de San Salvador

POR SU MANDATO:

Mons. Rafael Edgardo Urrutia Canciller

† Mons. José Luis Escobar Alas Arzobispo Metropolitano de San Salvador

Esperamos sus sugerencias, comentarios o avisos de actividades parroquiales a los números:

2298-6268 o 7737-3760, y su correspondencia a: 1a. Calle Poniente Nº 3412, Col. Escalón, S.S. o bien al correo electrónico:

orientacion.semanario@gmail.com


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Francisco anuncia cinco nuevos purpurados

Comunicado

Arzobispado de San Salvador COMUNICADO DE LA ARQUIDIÓCESIS DE SAN SALVADOR CON OCASIÓN DEL NOMBRAMIENTO COMO CARDENAL DE NUESTRO QUERIDO MONSEÑOR GREGORIO ROSA CHÁVEZ

Su Santidad Francisco saluda a Mons. Gregorio Rosa Chávez (der.), durante la Visita Ad Limina este 20 de marzo. Les acompaña Mons. José Luis Escobar (al centro)

Francisco concluyó el rezo del Regina Coeli del domingo 21 con este sorprendente anuncio. El 28 de junio creará cinco nuevos cardenales. “Su proveniencia de distintas partes del mundo manifiesta la catolicidad de la Iglesia”, dijo. Entre los nuevos cardenales hay muchas sorpresas y gestos simbólicos. Uno es el Obispo de Estocolmo, que se hizo católico a los 20 años. Cuando Francisco viajó a Suecia apreció su esfuerzo por el ecumenismo. Anders Arborelius es el primer sueco nombrado obispo desde la Reforma. También será creado cardenal el Obispo Auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez. Fue un colaborador del beato Oscar Romero. Lo curioso es que mientras que el Arzobispo titular de la diócesis no es Cardenal, su auxiliar sí. También está en la lista Juan José Omella, Arzobispo de Barcelona, exmisionero en Zaire y con experiencia en varias diócesis españolas. También hará Cardenal al Arzobispo de Bamako, en Malí, Jean Zerbo, muy activo en las negociaciones de paz en el país, y a Louis-Marie Ling Mangkhanekhoun. Este Obispo procede de Laos, un país de 6 millones de habitantes y solo 31 mil católicos. En total habrá 121 cardenales electores. (Cf. Romereports.com 21 may. 2017)

Mons. José Luis Escobar, Arzobispo de San Salvador, el Clero Diocesano, los Seminaristas, las Religiosas y Religiosos, los fieles laicos y laicas, ante el feliz acontecimiento del nombramiento de Monseñor Gregorio Rosa Chávez, Obispo Auxiliar, como Cardenal de la Iglesia, expresamos: Una inmensa alegría llena nuestros corazones al conocer el histórico nombramiento de Monseñor Gregorio Rosa Chávez como miembro del Colegio Cardenalicio. La mañana del domingo 21 de mayo nos despertamos con una sorprendente noticia. El Papa Francisco, en Roma, acababa de decir: “Deseo anunciar que el miércoles 28 de junio celebraré un Consistorio para el nombramiento de cinco nuevos Cardenales. Su proveniencia de diversas partes del mundo manifiesta la catolicidad de la Iglesia difundida por toda la tierra y la asignación de un título o una diaconía de una Parroquia de Roma testimonia su pertenencia a la Diócesis de Roma, que preside en la caridad”. Uno de ellos pertenece a nuestra Iglesia salvadoreña: Monseñor Gregorio Rosa Chávez, quien ha servido como Obispo Auxiliar en nuestra Arquidiócesis durante casi 35 años. El Cardenalato es una distinción histórica, es el primer Obispo de El Salvador que recibe del Sucesor de Pedro tan grande reconocimiento. Todos nos sentimos honrados por este inmenso honor que el Papa concede a uno de los hijos de nuestra Iglesia local. Agradecemos y apreciamos todo su servicio humilde, constante y valeroso. Compartimos la alegría de nuestro querido Monseñor Gregorio y agradecemos al Papa Francisco por tener este detalle hacia nuestro país en el año que celebramos el Centenario del nacimiento del Beato Monseñor Romero. Exhortamos a todos para que acompañemos con nuestro afecto y nuestra oración dando gracias Dios y pidiendo al Espíritu Santo que lo asista siempre en su servicio al Papa. María Reina de la Paz, patrona de El Salvador, los guarde en su regazo materno. Dado en la sede arzobispal de San Salvador, el día veintidós de mayo de dos mil diecisiete. Por su mandato:

Mons. Rafael Edgardo Urrutia H. Canciller de la Arquidiócesis † Mons. José Luis Escobar Alas Arzobispo de San Salvador

Mons. Gregorio Rosa elegido Cardenal

“Hay algo nuevo en esta llamada de la Iglesia” Este 21 de mayo, todos recibimos con júbilo el anuncio del Santo Padre donde daba a conocer los nombres de cinco nuevos cardenales para la Iglesia Católica, entre ellos el señor Obispo Auxiliar de San Salvador, Mons. Gregorio Rosa Chávez. Él mismo confiesa haber sentido gran sorpresa y hasta escepticismo al conocer esa misma madrugada el hecho. Después, a lo largo del día fue procesándolo y nos cuenta que durante la Misa, al escuchar el canto “Vamos todos al banquete” hizo la analogía: “cambié de taburete y también me cambian de misión”, para decir que hay algo nuevo en esta llamada de la Iglesia. Lea a continuación una entrevista que le hace nuestro director, Pbro. Simeón Reyes, el martes 22. - P. Simeón Reyes. ¿Cómo se siente ahora Monseñor? ¿Qué representa este nombramiento? ¿De qué manera lo recibe usted? Mons. Gregorio Rosa. Antes que todo quisiera

comentar cómo fue todo, porque es bueno tener una versión oficial de lo que pasó. A las cinco de la mañana sonó mi teléfono. Me llamaba Madre Reina Angélica Zelaya, que trabaja con nosotros en la parroquia y el Complejo Educativo. Me dijo: − Le tengo una buena noticia. − De Monseñor Romero, le dije yo, como quien dice “¡ya aprobaron el milagro!”. − No, no es de Monseñor Romero, pero igual es una buena. Se trata de usted. − ¿Qué es?, le insistí. − Es que a usted lo han nombrado Cardenal. Me quedé en silencio un largo rato, totalmente desconcertado, abrumado y asustado también. Ya después me repuse, a los minutos rezamos con las hermanas las Laudes y luego vino la Misa dominical. Ya más tarde llegó una avalancha de periodistas a la parroquia San Francisco; pero antes de eso no sabía nada. (pasa a la página 4)

Mons. Gregorio Rosa Chávez, Obispo Auxiliar de San Salvador (izq.), durante la plática que mantuvo con el Pbro. Simeón Reyes, en las instalaciones de Televisión Católica, este 22 de mayo


4 (viene de página 3) Es lo que sucede en estos casos, dicen que nunca el Papa avisa al candidato. Pero hay un dato que el Nuncio dio ayer en la Cripta de Catedral, que él ya lo sabía, pero estaba bajo secreto pontificio. Nos vimos en la mañana del sábado, en el Estadio Cuscatlán, y él evitó acercarse a mí –según dijo él− por temor a que se le escapara algo. Sí lo sabía el señor Nuncio. Tenía que saberlo naturalmente; pero no soltó ningún elemento para que yo sospechara que algo pasaba. Así fue como me enteré. Luego quiero compartirles que tenía miedo de pensar qué significaba eso. En todo el día traté de evitar pensar lo que esto significa. Mons. Gregorio Rosa Hoy estoy comenzando a entrevista en TVCa aterrizar porque tengo que escribirle al Papa este día para agradecerle y decirle un poco cuál es mi actitud ante lo que él ha decidido (…). Pero estoy en paz ciertamente, estoy sereno porque el amor del Espíritu Santo nos guía por donde quiera. Como nos dijo Monseñor Romero: dejémonos guiar por el Espíritu Santo. - P. Reyes. Ciertamente, desde ayer hay personas que se preguntan ¿Y ahora cómo queda Monseñor dentro de la jerarquía de la Iglesia? Mons. Rosa. Hay un dato que aún no le he comprobado, pero parece que es cierto: no se nombra Cardenal a un Obispo Auxiliar. Yo recuerdo a todos los que conozco y me parece que no es normal. No sé cuántas excepciones hay, por eso yo estaba tan tranquilo y ajeno a que esto pudiera suceder y sucedió. Entonces tú podrás investigar cuántos casos hay en la historia reciente. Yo no encontré ningún caso. Eso a varios les ha llamado la atención y me lo ha dicho gente que conoce del tema. Por tanto, quiero que sepan que yo sigo siendo Obispo Auxiliar, el Arzobispo Metropolitano sigue siendo Monseñor José Luis, yo no tengo ninguna injerencia o autoridad sobre ningún obispo del país (…) Es un cargo que no tiene ninguna autoridad inherente, simplemente es un honor que el Papa concede a alguien. Luego viene la parte de ¿y para qué? El Cardenal está cerca del Papa, ligado directamente a él, como colaborador estrecho (…) Entonces ¿Qué va a pasar conmigo? Todo sigue igual en El Salvador. Sigo viviendo en la parroquia San Francisco, Misa por la mañana, después con los alumnos del Complejo Educativo, caminando por las calles del Centro, todo seguirá igual. Sólo que de repente me dirán “vaya a Roma a hacer tal cosa” o “el Papa le asignado tal otra cosa”, ese es el tipo de cosas que podría cambiar en principio. Como no hay una experiencia, ya veremos en la práctica qué significa eso. Ya centrándome en tu consulta, me pregunto ¿por qué el Papa lo hizo? Y no quiero atreverme a responder en lugar de él. Sí puedo decir que a esta Iglesia el Papa la ama mucho y ama mucho a Monseñor Romero. Esas claves sí las conocemos

28 de mayo de 2017 del Santo Padre. Y que suceda en el año del 100 aniversario del Natalicio de Monseñor Romero, uno tiende a asociarlo también; de hecho, ha convocado a un Consistorio solo para cinco personas. Usualmente la lista suele ser más larga, entonces son cosas que llevan a muchas personas a especular. Pero qué hay en la mente del Papa, solo lo sabe él. Quizá cuando estemos cara a cara me diga algo. Sólo quiero agradecer a la gente que se ha alegrado, que reza por mí, también a través de los medios han sido muy positivos al comentar esta noticia, quiero agradecer también esa actitud. (…) Quiero aprovechar para hacer un agradecimiento a dos episcopados grandes. Uno es el de Estados Unidos, ellos hicieron una Chávez durante la carta al Papa hace mucho tiempo apoyando la Causa de Monseñor Romero, y la firmaron todos. Igual los Obispos de Brasil, firmaron todos una carta al Papa apoyando esta Causa. Por tanto, quiero ligar mi nombramiento a Monseñor Romero. Es inevitable hacerlo. Ayer estuve junto a su tumba de rodillas, una coincidencia que fue providencial. Yo tenía ayer dos compromisos por la tarde, uno en la capilla del Hospital la Divina Providencia, el lugar donde Monseñor murió y otro en la Cripta de Catedral (…) donde está sepultado. Es un signo de Dios también, como quien dice: cuentas con esta protección en tu nuevo servicio a la Iglesia y con la inspiración de un hombre que dio la vida por Cristo (…). Cuando el Papa le entrega a uno el birrete cardenalicio hay un texto que dice uno tiene que estar dispuesto a dar la sangre por Cristo. Y el color de ese birrete es púrpura, el color de la sangre, porque está ligado, pues, a martirio este servicio. Y esta es una Iglesia martirial, tal y como lo reseña Monseñor José Luis últimamente en su segunda Carta Pastoral, y con mucha razón. Somos una Iglesia de mártires y casi todos son anónimos. Creo que este elemento vamos rescatándolo poco a poco y es una gran riqueza nuestra. Entonces yo veo en este nombramiento también un reconocimiento a la Iglesia martirial de El Salvador y a Monseñor Romero. Creo que se puede decir así sin traicionar lo que el Papa está pensando. Creo que en esto hay una evidencia muy clara. Sobre lo otro ya son puras especulaciones. - P. Reyes. ¿Podemos decir que este nombramiento significa un mayor compromiso para con la Iglesia? Mons. Rosa. Lo veo como una gracia totalmente inmerecida e inesperada. Veo la parte positiva de qué implica esto −tú lo dijiste ya− Dios me llama a un servicio nuevo. Yo lo decía ayer con una metáfora porque estábamos en el hospitalito [La Divina Providencia] y cantamos “Vamos todos al banquete”, que dice: cada cual con su taburete tiene un puesto y una misión. Pues bien, yo cambié de taburete y también me cambian de misión, para decir que hay algo nuevo en esta llamada de la

Iglesia. (...) ¿Cuál va a ser? La iré descubriendo poco a poco. - P. Reyes. ¿Cuáles considera que son los principales desafíos que como sociedad tenemos que afrontar? Mons. Rosa. El Nuncio nos ha estado marcando con vehemencia lo que el Papa quiere. Nos dice ¿dónde está el culto a Romero? Le hacemos homenajes, aplausos, canciones, vivas, pero dónde está el verdadero culto a Romero, quiénes peregrinan a su tumba o al lugar de su martirio y le rezan o le reconocen como mártir. Creo que eso es importante y el Papa nos ha dicho lo mismo. En la carta que nos envía el día de la beatificación nos marca una hoja de ruta. Quiero recalcarlo y que sea como mi mensaje (…). Imaginemos un pueblo en marcha hacia los lugares vinculados a Romero para hablar con él, para rezarle, para conocer sobre sus enseñanzas, para aprender de él cómo ser discípulo de Cristo. (…) Un pueblo que peregrine, sobre todo los jóvenes. Una Iglesia que marcha inspirada por Romero. Creo que esa es un poco la gran tarea para todos nosotros: una Iglesia que sale del templo, va a la calle anunciando a Jesucristo con formas muy creativas, inspiradoras y que transforman la historia. (…) Muchos creen que la paz ya no va a llegar, que seguiremos contando muertos todos los días. Dice el Papa “no, eso no es verdad”. Y quisiera ese mensaje retomarlo esta mañana para decirles: Bueno, ahí está la tarea. ¡Pongámonos en camino!

¿Cómo evolucionará el Colegio Cardenalicio con el cuarto Consistorio del papa Francisco? • El Consistorio del 28 de junio llegará 7 meses después del último, que tuvo lugar en el cierre del Año Santo. En este Francisco designó 17 purpurados. • Es pequeño el número de purpurados; en esta ocasión Francisco creará únicamente cinco. • Como en el Consistorio de noviembre de 2012, esta vez no se ha considerado en la lista nuevos purpurados octogenarios. • Con los cinco nuevos purpurados, los cardenales electores subirán a 121, uno más del número límite establecido por el Beato Pablo VI. • Los cardenales creados por el papa Francisco en sus cuatro Consistorios son 61, de los cuales 49 son electores y 12 no electores. • Del total restante, 52 fueron creados por Benedicto XVI y 20 por San Juan Pablo II. • Con el ingreso en el Colegio Cardenalicio de los nuevos obispos, Europa pasa de 51 a 53 electores, América Central y el Caribe pasa de 4 a 5, África y Asia pasa de 14 a 15 cada uno. Norte América queda con 17 electores, América del Sur con 12 y Oceanía con 4. (Cf. Aciprensa.com 22 may 2017)


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ditorial ¡Cristo está vivo! Cristo resucitó de entre los muertos. Con su muerte venció a la muerte. A los muertos ha dado vida. (Liturgia bizantina, Tropario de Pascua)

realizarse ese encuentro personal con Jesús resucitado para que los amigos de Cristo puedan recobrar nuevamente su esperanza; en cierto sentido, podemos decir que con la resurrección de Jesús también resucita la fe y la esperanza muerta de los apóstoles.

“La resurrección de Jesús es la verdad culminante de nuestra fe en Cristo, creída y vivida por la primera comunidad cristiana como verdad central, trasmitida como fundamental por la Tradición, establecida en los documentos del Nuevo Testamento, predicada como parte esencial del Misterio Pascual al mismo tiempo que la cruz…” (CEC 638).

Muchas veces también nosotros, envueltos en algún problema que no vemos la luz para resolverlo o algún defecto que no podemos arrancar de nuestras vidas; perdemos la esperanza en Jesucristo. Empezamos ha hablar de Jesús como una realidad pasada: “Jesús dijo…” “Jesús hizo…” Perdemos de vista que Cristo está vivo y que camina con nosotros. La resurrección de Jesús es una realidad que nos inunda y que nos debe dar la esperanza para no desfallecer, porque la muerte ha sido vencida.

Este hecho tan determinante en nuestra fe marca la culminación del misterio de la Encarnación. Por su muerte, Cristo venció a la muerte y nos libera de las cadenas de la “nada” para darnos vida en abundancia. Cristo es glorifi cado por el Padre y se le es dado todo el poder. La resurrección de Jesús no es una vuelta a la vida terrena, como lo hizo Lázaro y la hija de Jairo, que cuando llegó su tiempo volvieron a morir. Jesucristo vive para siempre. Por medio de Cristo la humanidad es elevada al seno de Dios y se convierte en una primicia de lo que será nuestra meta. Era un hecho tan sorprendente para los apóstoles que su asimilación es un proceso de contacto con el Resucitado. La muerte ignominiosa de Jesús en la cruz había quedado tan marcada en la conciencia de los discípulos y las santas mujeres, que cuando ven las pruebas de que Él está vivo no las reconocen como tales. La esperanza que habían puesto en Jesús había muerto. Tiene que

La revolución causada por la resurrección de Jesús nos da la libertad para no temer a la muerte ni a las fuerzas del pecado, porque ya han sido vencidas por el Hijo de Dios. Esta debe ser la fuente de nuestra esperanza. Este debe ser el motivo de mis luchas, de mis anhelos y de mis deseos. Porque el mismo Jesús que murió en la cruz es el mismo que resucitó, es el mismo que se hace presente en el Sacramento de la Eucaristía, es el mismo que derrama sus gracias santificantes, es el mismo que me acompaña en mi caminar, es el mismo que se manifiesta en los pobres y necesitados y es el mismo que está sentado a la derecha del Padre, es el mismo Hijo de Dios encarnado que se anonado para elevarnos a la dignidad de hijos de Dios. Que en este tiempo de Pascua vivamos el misterio de la Vida que da muerte a la muerte.

Por Pbro. Carlos Chavarría, Subdirector de Semanario Orientación

El primer Cardenal salvadoreño Pude conversar largamente con Monseñor Gregorio Rosa Chávez en mis últimos días como embajador de nuestro país. Fue en México, en Sigfrido Munés 1989, cuando el ahora tioziggi@hotmail.com elegido Cardenal de la Iglesia Católica alentaba las conversaciones entre gobierno y guerrilla que se llevaban a cabo en aquel país en la búsqueda de la paz. Me consta el profundo dolor que le causaban a Monseñor Rosa la pérdida de vidas, la destrucción física y otras atrocidades que

DIRECTORIO

Pbro. Simeón Reyes DIRECTOR

conlleva una guerra, particularmente cuando es una contienda fratricida.

como respuesta a quienes le atacaron… como expresión de su pacifismo militante.

“Tiene que haber –me dijo– algo más que el cese de hostilidades. Tiene que haber una real pacificación y muchos propósitos de enmienda.”

Creo que el sufrido pueblo salvadoreño –mayoritariamente católico– merecía contar con un Cardenal, premio concedido por un Pontífice excepcional y que endulza la vida de millones de salvadoreños.

Monseñor soñaba con un país donde los pobres fueran menos pobres y donde los corazones se abrieran a la solidaridad cristiana sin sectarismos ni discriminación. (¿Lo estamos logrando?) Yo lo había conocido unos años antes y, tratándose de un erudito, maestro y pastor ungido como obispo, siempre me impresionó su sencillez y humildad. Cuando las emociones se intensificaron y las palabras subieron de tono en nuestro país, guardó prudente silencio

Pbro. Carlos Chavarría SUBDIRECTOR

Roger Herrera EDITOR EN JEFE

Y qué bueno que Su Santidad haya extendido tan honorífico reconocimiento al sacerdote de suave trato y firmes convicciones, pastor, maestro y amigo leal de Monseñor Romero. La Iglesia Católica está de fiesta unánimemente por este acontecimiento extraordinario. En Dios confiamos.

Efraín Caravantes

Roger Herrera

CORRECCIÓN Y DISEÑO

DISEÑO DE PORTADA


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28 de mayo de 2017 XXXVI Asamblea General Ordinaria del CELAM

¿Qué nos dice Monseñor Oscar Arnulfo Romero al continente americano? - última entrega Por Mons. Gregorio Rosa Chávez Monseñor Romero parece vivir sus últimas cuatro semanas al estilo del Cristo de Pasolini en la película “El Evangelio según San Mateo”: el Jesús de este film italiano tiene prisa, al grado que las parábolas las va enseñando a sus discípulos mientras camina a paso rápido. En medio del torbellino Monseñor se dirige a lo más profundo de su ser sacerdotal, como cuando resume en su Diario lo que dijo durante la hora santa del primer día de marzo en el hospital La Divina Providencia: “Hablé del evangelio del domingo siguiente, que es el de la transfiguración del Señor, llamando a participar en la vida de Cristo y de la Iglesia, en una hora en que los cristianos tenemos una gran misión que cumplir en nuestra patria” (01.03.80). Pero donde su corazón de pastor se abre de par en par es cuando reconoce públicamente sus deficiencias en una reunión de vicarios y cancilleres del arzobispado: “Comentamos, precisamente, que por deficiencias de mi carácter, puedo causar a veces resentimientos o divisiones, pero que no dudara de la fidelidad de estos colaboradores”. A esa observación, él responde: “Yo les di la razón y les dije que había sido uno de los puntos de mi examen en los ejercicios espirituales de la semana pasada y que traía el propósito de que, con su ayuda, procuráramos trabajar más unidos, en más comunicación, y que mutuamente nos corrigiéramos aquellas cosas que pueden entorpecer este trabajo comunitario tan interesante” (03.03.80).

pero no en lo sustancial cuando se trata de ser fiel al Evangelio, a la doctrina de la Iglesia y, sobre todo, a este pueblo tan sufrido que cuesta que lo comprendan” (13.03.80). Es el conflicto eterno de los verdaderos profetas que han recibido una misión especial de Dios. Sí, se trata de ser fiel a una vocación, como lo muestra la misma página del Diario cuando recoge la experiencia de su reunión con los seminaristas. Esta es una constante en esos treinta días: un afán por asegurar que los sacerdotes y los que vendrán a relevarlos se mantengan fieles. Llegamos al nivel de la confidencia, como Jesús en el Cenáculo, la víspera de su Pasión: “Surgieron muchas preguntas, un diálogo interesante sobre la vocación, en que llegamos hasta contar los orígenes de nuestra vocación. Comencé yo por contar el mío y ellos también sintieron mucha confianza de contar por dónde el Señor les había llamado. Yo les pedí que hicieran un relato personal, ya que no había dos vocaciones iguales y que serviría de mutua edificación” (13.03.80). Recordar la memoria de mártires como Monseñor Romero es comprometerse a ser fieles a Dios, dóciles al Espíritu Santo y fieles a la historia en la que nos toca continuar la misión de Jesucristo.

El pensamiento más importante está al final: “Creo que ha quedado clara la idea de mi posición y acepto, desde luego, que en todas aquellas cosas accidentales en que se puede ceder, estoy dispuesto a ceder por el bien de la paz, pero nunca mis convicciones de fidelidad al evangelio y a las líneas nuevas de la Iglesia y a mi querido pueblo” (11.03.80). Un poco más adelante, a propósito de la agitada reunión de la Conferencia Episcopal dirigida por el representante pontificio, expresa su voluntad de conversión: “Por mi parte expresé que era mi afán de fidelidad al Evangelio y a la doctrina social de la Iglesia, la cual siempre resulta conflictiva cuando se le aprueba, no sólo en teoría, sino cuando se trata de vivir” (12.03.80). Sin embargo, aunque las acusaciones sean infundadas “reconozco aquellas cosas en que puede haber un error de mi parte y estoy dispuesto a corregir”. Humanamente lo más fácil sería hacer concesiones y quedarse tranquilo, pero es aquí donde se conoce la pasta de la que están hechos los Santos. No puedo leer sin estremecerme esta página del Diario de Monseñor: “él (el nuncio) insiste en que debo ceder hasta donde sea posible, lo cual es también mi pensamiento,

Otro “fanático” de María es el papa Francisco. Todos recordamos cómo terminó sus primeras palabras, al presentarse ante la multitud que lo aclamaba en la Plaza de San Pedro, cuando, después de pedir la bendición del pueblo, dijo: “Hermanos y hermanas, os dejo. Muchas gracias por la acogida. ¡Recen por mí! Nos vemos pronto: mañana quiero ir a rezar a la Virgen para que custodie a toda Roma. ¡Buenas noches y buen descanso”. Al día siguiente, muy temprano, el nuevo Papa estaba de rodillas ante la Virgen en la Basílica de Santa María la Mayor; y ha vuelto a ese magnífico templo, antes de emprender un viaje apostólico y al regresar del mismo. En la oración con que concluye su Exhortación La alegría del Evangelio se dirige a la Madre, así: “Tú, Virgen de la escucha y la contemplación, madre del amor, esposa de las bodas eternas, intercede por la Iglesia, de la cual eres el icono purísimo, para que ella nunca se encierre ni se detenga en su pasión por instaurar el Reino” (n. 288). ii. Pastores con olor a oveja y con un oído puesto en el pueblo

La humildad y el dolor por la incomprensión que encuentra en altas esferas de la jerarquía llega a su clímax cuando describe su entrevista con un representante del Vaticano que viene incluso con una carta del Secretario de Estado. Este es su relato: “Él hizo varias observaciones y traté de convencerlo de mis convicciones, en conciencia, pero noto en él cierta prevención contra mi proceder y a pesar de explicarle el ambiente tan difícil en que nos movemos y la aceptación que el pueblo tiene a esta línea, él mantiene ciertos temores…”

Escribe Jesús Delgado, en la biografía oficial del futuro Santo: “Así fue como, al promover la devoción a la Reina de la Paz y al mismo tiempo incentivar la construcción de la Catedral de San Miguel, tocó la cuerda principal de la identidad religiosa popular de aquel pueblo, que respondió generosamente a las dos iniciativas de aquel joven sacerdote” (Oscar A. Romero. Biografía. UCA editores, 1990, p. 29).

El señor Obispo Auxiliar de San Salvador, Mons. Gregorio Rosa Chávez, dicta su ponencia en la cripta de Catedral Metropolitana 5. Monseñor Romero y el Papa Francisco Muchas personas, al escuchar al papa Francisco o al verlo actuar, dicen: ¡Cómo se parece a Monseñor Romero! De eso vamos a hablar al final de este largo recorrido. Cuando Monseñor Romero volvió de Puebla, ciudad donde el joven pontífice Juan Pablo II inauguró con un inolvidable discurso los trabajos de los obispos del continente latinoamericano, lo recibimos en la Catedral de San Salvador. Venía muy emocionado porque, dijo, “Puebla ha confirmado mi doctrina”. Si nuestro pastor hubiera estado en la reunión de los obispos en Aparecida, Brasil, en mayo de 2007, donde habría encontrado al futuro papa Francisco, sin duda hubiera podido decir: “Aparecida ha confirmado mi doctrina social”. Existen muchas semejanzas entre ambos pastores. Con esta reflexión concluyo mi ponencia. i. Pastores de profunda devoción mariana En 1965 interrumpí, durante un año, mis estudios eclesiásticos para ayudar al Padre Romero como su asistente en el Seminario Menor. Él nos enseñó a amar a la Virgen de la Paz y luchó para que el papa Pablo VI la declarara patrona de todo el país, lo cual consiguió.

Otra imagen que guardamos en nuestra retina es la del papa Francisco celebrando su primera Misa dominical en la iglesia de Santa Ana, junto a la plaza de San Pedro. Después de la Eucaristía, salió a la puerta mayor a despedir a la gente, como cualquier párroco de pueblo, ante la angustia de las personas encargadas de su seguridad. En la homilía había pronunciado por primera vez las palabras que se volverían célebres: “Dios nunca se cansa de perdonar”. Pocas semanas más tarde, en la Misa del Jueves Santo, pidió a los sacerdotes que fueran “pastores con olor a oveja”. Eso es el papa Francisco: un pastor con olor a oveja. Y hablando a los obispos nombrados en el último año, en septiembre de 2013, les pidió no ser “obispos de aeropuerto” sino hombres de Dios que caminan con su rebaño: “Bajen en medio de sus fieles, incluso en las periferias de sus diócesis y en todas las “periferias existenciales”, donde hay sufrimiento, soledad, degradación humana. La presencia pastoral significa caminar con el pueblo de Dios: delante, señalando el camino; en el medio, para fortalecer en la unidad; detrás, para que nadie quede atrás, pero, sobre todo, para seguir el olfato que tiene el pueblo de Dios para encontrar nuevos caminos”. Es lo mismo que vimos siempre en Monseñor Romero, desde los primeros años de su ministerio sacerdotal. Siempre caminando con el pueblo, primero con una visión de la Iglesia más bien conservadora, y luego haciendo suya la clara opción de la Iglesia latinoamericana tomada en Medellín y Puebla, con una inalterable fidelidad al espíritu del Concilio Vaticano II. Cuando él explica cómo prepara las homilías dominicales, afirma: “Estudio la palabra de Dios que se va a leer el domingo; miro a mi alrededor, a mi pueblo, lo ilumino con esta palabra y saco una síntesis para podérsela transmitir” (Homilía del 20 de agosto de 1978).

(pasa a la página siguiente)


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Y en otra homilía, confiesa: “Me glorío de estar en medio de mi pueblo y sentir el cariño de toda esa gente que mira en la Iglesia, a través de su obispo, la esperanza” (Homilía del 25 de septiembre de 1977).

debe hablar al pueblo y a la conciencia” (Homilía del 14 de enero de 1979).

iii. Pastores que evangelizan con lo que son, con lo que hacen y con lo que dicen

Con el papa Francisco fuimos de sorpresa en sorpresa en los primeros días de su pontificado. Uno de los momentos mágicos fue el sábado siguiente a su elección, cuando, en un encuentro con varios miles de periodistas de todo el mundo, dejó escapar esta vehemente afirmación: “¡Cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres!” En la misma sesión había contado con encantadora naturalidad lo que le dijo el Cardenal brasileño Claudio Humes cuando los votos de los cardenales le designaban como el futuro Papa: “No te olvides de los pobres”. Con el correr de los meses, sus declaraciones fueron excepcionalmente valientes y claras. En su Exhortación Apostólica dedica todo el capítulo cuarto para explicar ampliamente “la dimensión social de la evangelización”. El capítulo se abre con una afirmación contundente: “Evangelizar es hacer presente en el mundo el Reino de Dios”. Es como una síntesis de la tercera parte del documento de Aparecida, en la que habla de “la vida de Cristo para nuestros pueblos”.

Cuando se cumplieron los primeros cien días del ministerio petrino del papa Francisco, el portavoz de la Santa Sede, Padre Federico Lombardi, explicó las tres novedades que, en su opinión, habían caracterizado el inicio de su pontificado; la primera era el nombre que había escogido: Francisco, en honor al Santo de Asís. Francisco significaba al menos tres cosas: el amor a los pobres, el compromiso por la paz y la defensa de la creación (ecología). Segunda novedad, el hecho de ser el primer papa proveniente de América Latina, lo cual significaba un enriquecimiento para toda la Iglesia, ya que se trata de una Iglesia viva, dinámica, creativa. Y la tercera, naturalmente, su estilo de vida sencillo, austero, cálido y tan cercano a la gente. Fue tal el impacto, que en dos semanas el nuevo pontífice transformó radicalmente la imagen que se tenía de la Iglesia. De todo lo anterior, Lombardi sacaba una conclusión: el papa Francisco evangeliza con lo que es, con lo que hace y con lo que dice. ¿Y qué decir de Monseñor Romero? No cabe duda que es el mártir del siglo veinte más conocido y más amado del mundo. Desde sus tiempos de sacerdote en la diócesis de San Miguel, el pueblo se identificó con él y lo siguió. Su estilo de vida pobre y caritativo llamaba la atención. Y todo mundo reconocía en él a un auténtico discípulo de Jesucristo. Esta visión se volvió aún más impactante durante su breve ministerio de tres años en la arquidiócesis de San Salvador. Por algo se le llamó “voz de los que no tienen voz”. iv. Pastores con el don de la palabra que llega al corazón Es evidente que tanto Francisco como Romero se distinguen por el don de la palabra y por el arte de la homilía. En su Exhortación Apostólica La alegría del Evangelio, el Santo Padre dedica un amplio espacio para explicar qué es la homilía y cómo debe prepararse la predicación. Leemos en el n. 135: “La homilía es la piedra de toque para evaluar la cercanía y la capacidad de encuentro de un pastor con su pueblo”. Pero el Papa no se ha limitado a darnos una enseñanza sobre la homilía sino que él mismo se muestra como maestro consumado en este difícil arte. Millones de hombres y mujeres estamos atentos cada día a su reflexión durante la misa matinal en la capilla de la residencia Santa Marta. Monseñor Romero se sentiría muy a gusto leyendo la reflexión del Papa Francisco sobre esta cuestión porque había venido al mundo para ser el hombre de la palabra. Su sacerdocio está marcado por una infatigable labor de predicador; este ministerio le había granjeado gran respeto y popularidad en los distintos sectores de la sociedad. Le escuchaban con especial veneración y cariño los pobres y sencillos, a quienes sabía comunicar las verdades más profundas con un lenguaje asequible, atractivo y lleno de unción. Pero, ¿cómo entiende el Arzobispo Romero la homilía y el ministerio profético?: “Homilía quiere decir el sermón sencillo del pastor que celebra la palabra de Dios para decirles a los que están reflexionando que esa palabra de Dios no es una palabra abstracta, etérea, sino que es una palabra que se encarna en la realidad en que vive esa asamblea que está meditando” (Homilía del 16 de abril de 1978). El predicador es un profeta: “Profeta quiere decir el que habla en nombre de otro (…). Nuestro cuidado está en ser fiel eco de esa voz de Cristo, el único que

v. Pastores que sueñan con “una Iglesia pobre y para los pobres”

Monseñor Romero fue también un pastor ejemplar en su compromiso con los pobres y en su lucha contra la injusticia. Es lo que más se suele subrayar cuando se citan pensamientos tomados de sus homilías. En una publicación anónima patrocinada por el gobierno de la época se tuvo la osadía de llamarle Oscar “Marxnulfo” Romero. La alusión a Marx era una burda acusación de que el pastor era comunista. Los ejemplos de su compromiso con los pobres y con la justicia abundan, pero entre sus homilías, la más bella es quizá la que pronunció casi al final de su ministerio, cuando comentó, un mes antes de su martirio, por qué hablaba de la realidad nacional: “Si por necesidad del momento estoy iluminando la política de mi patria, es como pastor, es desde el Evangelio, es una luz que tiene la obligación de iluminar los caminos del país y aportar como Iglesia la contribución que como Iglesia tiene que dar” (Homilía del 17 de febrero de 1980). vi. Pastores con un profundo amor y admiración a Pablo VI El Cardenal Bergoglio, en la última reunión de los cardenales previa al cónclave, tuvo una intervención que, según muchos, impactó tanto a sus compañeros, que decidieron darle el voto. El prelado argentino comenzó con estas palabras: “Se hizo referencia a la evangelización. Es la razón de ser de la Iglesia. –‘La dulce y confortadora alegría de evangelizar’ (Pablo VI)– Es el mismo Jesucristo quien, desde dentro, nos impulsa”. En la homilía de Beatificación del Papa Montini, Francisco da gracias por este hombre providencial: “Contemplando a este gran Papa, a este cristiano comprometido, a este apóstol incansable, ante Dios hoy no podemos más que decir una palabra tan sencilla como sincera e importante: gracias. Gracias a nuestro querido y amado Papa Pablo VI. Gracias por tu humilde y profético testimonio de amor a Cristo y a su Iglesia”. Para conocer el profundo aprecio de Monseñor Romero por el Papa Pablo VI tenemos una fuente excepcional: su Diario. Allí nuestro amado pastor cuenta con detalle su encuentro con el Santo Padre, quien le dijo: “Comprendo su difícil trabajo. Es un trabajo que puede ser no comprendido. Necesita tener mucha paciencia y mucha fortaleza… Luego se refirió al pueblo… Me dijo que había que ayudarlo, trabajar por él, pero jamás con odio, fomentando las violencias, sino a base de un gran amor”. La reacción del obispo salvadoreño es conmovedora: “Yo le repetí que era precisamente la manera como yo trataba

de predicar, anunciando el amor, llamando a la conversión. Le dije que muchas veces habíamos repetido su mensaje del Día de la Paz: ‘No a la violencia, sí a la paz’. Le expresé mi adhesión inquebrantable al magisterio de la Iglesia. Y que en mis denuncias a la situación violenta del país, siempre llamaba a la conversión” (Su Diario, 21 de junio de 1978). Conclusión: una “Iglesia en salida” y “La Iglesia de la Pascua” He dejado para el final el tema de cómo sueñan la Iglesia el papa Francisco y Monseñor Romero. Lo he titulado una “Iglesia en salida” y “La Iglesia de la Pascua”. El cardenal Bergoglio, antes del cónclave, esbozó así su utopía de Iglesia: “Evangelizar supone celo apostólico. Evangelizar supone en la Iglesia la ‘parresía’ (valentía) de salir de sí misma. La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no solo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria”. El final de su intervención fue, sin pretenderlo, una premonición, porque al hablar de cómo debía ser el nuevo Papa se describió a sí mismo: “Un hombre que, desde la contemplación de Jesucristo y desde la adoración a Jesucristo ayude a la Iglesia a salir de sí hacia las periferias existenciales, que la ayude a ser la madre fecunda que vive de ‘la dulce y confortadora alegría de la evangelizar’”. Aquí tenemos ya, en germen, el pensamiento central de la exhortación apostólica La alegría del Evangelio. ¿Y qué podemos decir de Monseñor Romero? El cuarto Arzobispo de San Salvador soñó con hacer realidad en la sangrante realidad salvadoreña, “La Iglesia de la Pascua”. Este es el título de su primera Carta Pastoral como Arzobispo de San Salvador, publicada en abril de 1977; es una carta programática, como lo es también la Exhortación Apostólica del papa Francisco. En este importante documento, que es su presentación a la Arquidiócesis, la afirmación central es que “la Iglesia no vive para sí misma, sino para llevar al mundo la verdad y la gracia de la Pascua. He aquí –añade Monseñor Romero– la síntesis de esta carta que sólo quiere presentar, a la luz de esta ‘hora pascual’, la identidad y la misión de la Iglesia y ofrecer con sinceridad su voluntad de diálogo con todos los hombres” (p. 9). Sigue a continuación la descripción de la Iglesia que él se proponía construir en la geografía de su Arquidiócesis: “Con emoción de pastor me doy cuenta de que la riqueza espiritual de la Pascua, la herencia máxima de la Iglesia, florece entre nosotros y que ya se está realizando aquí el deseo que los Obispos expresaron en Medellín al hablar a los jóvenes: ‘que se presente, cada vez más nítido, en América Latina, el rostro de una Iglesia auténticamente pobre, misionera y PASCUAL, desligada de todo poder temporal y audazmente comprometida en la liberación de todo el hombre y de todos los hombres’” (Juventud, n. 15; las mayúsculas son suyas). Esa es la Iglesia que construyó en medio de indecibles sufrimientos y de profundas alegrías. Por eso, al final de este recorrido, parece tan natural que el Cardenal Bergoglio, cuando un sacerdote salvadoreño le preguntó qué pensaba de Monseñor Romero, haya respondido: “Para mí es un Santo y un mártir. Si yo fuera Papa, ya lo habría canonizado”. Ya lo hizo beato y se acerca el día de la Canonización. San Salvador, 12 de mayo de 2017.


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28 de mayo de 2017 XXXVI Asamblea General Ordinaria del CELAM

“Es posible imitar a Cristo y morir por Él sin miedo” – Homilía de Mons. José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador, para el centenario del natalicio del Beato Monseñor Oscar Arnulfo Romero y cierre de la XXXVI Asamblea General Ordinaria del CELAM. Catedral Metropolitana de San Salvador. 11 de mayo de 2017 – Su Eminencia Reverendísima, Señor Cardenal Rubén Salazar, Presidente del CELAM. Señores Cardenales, Señores Obispos, queridos sacerdotes, queridas Hermanas religiosas, queridos Hermanos religiosos, queridos seminaristas, amadísimos hermanas y hermanos todos. Agradezco de corazón al CELAM que ha querido, en la Agenda de su Asamblea, dar espacio para la celebración del Centenario del natalicio de nuestro amado Monseñor Romero. Su Santidad El Papa Francisco, con ocasión de la Beatificación de Monseñor Romero, nos envió una hermosa carta en la que entre otras cosas nos dijo: “Quienes tengan a Monseñor Romero como amigo en la fe, quienes lo invoquen como protector e intercesor, quienes admiren su figura. Encuentre en él fuerza y ánimo para construir el Reino de Dios. Para comprometerse por un orden social más equitativo y digno”. Esos somos nosotros amados hermanos. En la XXXVI Asamblea General Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y donde hemos reflexionado sobre los Ejes del Objetivo General del Plan Global 2015-2019: Iglesia en salida, Iglesia pobre y para los pobres, conversión pastoral y diálogo con el mundo; así como discernir y decidir algunas materias fundamentales para la vida del CELAM, quiero detenerme en la figura de Mons. Oscar Arnulfo Romero –nuestro amado Beato– y su práctica del discipulado y misión tomando como base y fundamento no sólo el Evangelio sino también el rico Magisterio de nuestra Iglesia. No cabe duda, queridos hermanos, de que Mons. Romero fue un Obispo que conoció y estudió a profundidad, el Santo Magisterio de la Iglesia, poniéndolo en práctica. Prueba de esto es, lo recogido por la Congregación de la Causa de los Santos en el documento Positio Super Martyrio, precisamente en su introducción, donde reconocen que Romero es el personaje símbolo del Concilio Vaticano II (p. 7). Añadiendo como constatación de lo por ellos afirmado, los propósitos que Romero hizo en los ejercicios preparatorios para su consagración episcopal. Leyéndose como una promesa hecha consigo mismo: Fidelidad al Magisterio. Su doctrina es mi criterio (p. 95). No lo dudemos: Su fidelidad al Magisterio fue siempre su criterio de acción. Estudió concienzudamente los Documentos de Medellín, llegando a publicar artículos como: Medellín mal comprendido y mutilado (En: Orientación 12 de agosto de 1973) y El Verdadero Medellín (En: La Prensa Gráfica 13 de septiembre de 1971) (Datos tomados de Positio Super Martyrio, p. 114). Puebla, celebrado hace 38 años, fue tomado por él como un nuevo Medellín (Homilía del: Cristo, epifanía del amor salvífico de Dios, en la Epifanía del Señor, 7 de enero de 1979; Homilías Tomo IV, p. 149). Al regresar dijo a sus fieles en Misa y a los radioyentes de la YSAX: Puebla… es un reclamo del Evangelio a las comunidades diocesanas de

América Latina para que sepan responder a las necesidades, a las angustias de un pueblo muchas veces injustamente tratado; pero que la Iglesia sepa acompañarlos, como me decía Pablo VI: Sin violencias, sin odios, sin rencores. Y, a esto agregó, explicando la línea de trabajo que de allá traía: La evangelización que en Puebla estudiamos para el presente y futuro de América Latina, tiene que estar sobre una sólida base de amor, y que la evangelización es para todos y que nadie está excluido del llamamiento de Dios, pero sí pone una condición el Señor: Convertíos, porque sólo el que se convierte al Señor de los falsos ídolos que apartan de Dios recibirá esos dones de la evangelización. Comentario ante el cual pidió al Pueblo de Dios: Oremos de verdad para que todos los agentes de la pastoral sepamos ser evangelizadores sobre bases de amor, de justicia y de paz (Homilía del: El retorno al hogar, viernes 16 de febrero de 1979, en Catedral a donde se dirigió para celebrar la eucaristía y saludar al pueblo, Homilías Tomo IV, p. 200). Ahora, nosotros estamos en ese futuro de la Evangelización que Mons. Romero menciona. Podemos comprobar que Monseñor hizo de la Evangelización propuesta en Puebla; su prioridad de trabajo hasta convertirse en discípulo y misionero apegado a un Magisterio que supo responder a las exigencias de su tiempo. Incluso, si lo vemos desde Aparecida, Mons. Romero sigue irguiéndose como discípulo y misionero de gran talla. Como Discípulo podemos afirmar: Que la definición de discípulo vertida por los Obispos en Aparecida: Discípulo es el que habiendo respondido al (llamado de Jesús) lo sigue paso a paso por los caminos del Evangelio (Mensaje Final de los Obispos en Aparecida, n. 2, p. 26), no le fue del todo desconocida. En una de sus homilías leemos algo similar: Todo el que predica tiene que ser primero un alma discípulo, que oye, que medita, que reflexiona, que ora (Homilía del: Jesús el verdadero Mesías, vigesimocuarto domingo del Tiempo Ordinario. 16 de septiembre de 1979, Homilías Tomo V, p. 320). Y, de hecho, hizo vida esta definición convirtiéndose en verdadero discípulo de Jesús: Fue ungido por el Espíritu Santo no sólo en su bautismo y confirmación, sino en su ordenación sacerdotal y consagración episcopal; conoció a Jesús por medio de la lectura y estudio del Evangelio; fue enviado con la misión jesuánica: Vayan y hagan discípulos entre todos los pueblos, bautícenlos, consagrándolos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he mandado (Mt 28, 18-20a). Predicó la Buena Nueva desde su cátedra de obispo; pero también de pueblo en pueblo a los cuales solía visitar; optó por los pobres y por la pobreza evangélica; hizo vida las bienaventuranzas y las obras de misericordia, siendo su testimonio de vida su mayor instrumento de evangelización; oraba constantemente, despreció a los ídolos volviéndose

molesto para los potentados de este mundo; celebró los sacramentos con el pueblo; celebró la vida con los pobres; y, como Cristo, su Maestro en el discipulado, murió martirizado, perdonando a los asesinos, sobreviviendo su mensaje a su muerte. Desde Aparecida, Mons. Romero cumple cabalmente su papel de discípulo: Conocía la realidad sociocultural, económica, socio-política y cultural; vivió la alegría del discipulado que vela por la promoción humana; y procura vivir en comunión con la Iglesia; comunicó la vida al pueblo; luchó por instaurar el Reino de Dios desde el ya y sus valores que dan dignidad humana; cuidó y promovió el valor de la familia; todo esto, en una cultura ecuménica (Cuestiones todas contempladas en la Primera, Segunda y Tercera parte del Documento de Aparecida en sus capítulos 2, 3, 4, 7, 8, 9 y 10 respectivamente). ¡No hay duda que fue un verdadero discípulo! Como misionero descubrimos algo similar: Desde que fue nombrado Arzobispo Metropolitano en 1977, enseñó al pueblo que Evangelizar es llevar el Evangelio al hogar, al pueblo, a todas partes… con la fuerza de la palabra y con el testimonio de la vida. Son los grandes instrumentos de la evangelización (Homilía del: La fuerza de la palabra. Santa Catalina de Alejandría. 25 de noviembre de 1977. Homilías Tomo I). Todas y todos eran para el Obispo mártir, misioneros que debían llevar el mensaje a todas partes. Les alertó, que la evangelización debe guardar un sano equilibrio para ser completa: Una evangelización que solamente fuera palabra sin sacramentos no construiría la verdadera Iglesia… nuestra doctrina quedaría mutilada (La misa única. Cuarto domingo de Cuaresma. 20 de marzo de 1977. Homilías Tomo I, p. 40). Pero para Mons. Romero, la evangelización va mucho más allá. Exige y da coherencia de vida: nuestra fe no la arrinconemos en la vida privada y luego vivamos en público como si no tuviéramos fe (Homilía del: La violencia que enluta al país, domingo de ascensión. 22 de mayo de 1977. Homilías, Tomo I, p. 101); coopera con la promoción humana porque es característica de nuestra Iglesia desde su llegada a América: No puede ir de otra manera, sino promoviendo al hombre, defendiendo su dignidad, sus derechos, proclamando, pues, un evangelio que no está de espaldas al mundo, sino bien metido en el mundo… para santificar el mundo (Homilía del: Características de nuestra Iglesia. La fiesta del Divino Salvador del mundo 6 de agosto de 1977. Homilías Tomo I, p. 268); lleva la paz: Vayan al mundo y prediquen esto… paz a esta casa (Homilía del: La paz. decimocuarto domingo del Tiempo O. 3 de julio de 1977. Homilías Tomo I, p. 168); forma comunidad: Mientras la evangelización no termine en comunidad, no está completa (La fuerza de la palabra. Santa Catalina de Alejandría. 25 de noviembre de 1977. Homilías Tomo I, p. 487);


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28 de mayo de 2017 XXXVI Asamblea General Ordinaria del CELAM se realiza en unidad interna de la Iglesia: Mientras humana, buscando métodos adecuados de misión no logremos esa unidad querida por Cristo en un continente que cada día más se convierte en seremos un estorbo para la evangelización tierra de misión; anunciemos respetando la libertad del mundo (Homilía del: La Iglesia de las humana; anunciemos con la alegría del discípulo bienaventuranzas, cuarto domingo del Tiempo O. de Jesús dando vida, paz y unidad; anunciemos con 29 de enero de 1978, Homilías Tomo II, p. 238); espíritu ecuménico e inclusivo; y no olvidemos respeta la libertad humana: Respétese la libertad de que en la misión, seremos precisados a denunciar cada cristiano… que se prepare para dar cuenta el pecado si queremos que aquellos y aquellas que a Dios de cómo trabajó en el mundo (Homilía del: han caído bajo el poder de los ídolos, se conviertan. El bautismo, epifanía de la realidad mesiánica, Vivamos –y hagamos que el pueblo de Dios viva– bautismo del Señor. 14 de enero de 1979. Homilías con ardor el discipulado y misión que nos ha sido Tomo IV, p. 171); tiene como base el amor: tiene confiado en Aparecida; y, sobre todo, por Jesucristo que estar sobre una sólida base de amor (Homilía el día que resucitó. No temamos ser como Jesús. del: El retorno al hogar, 16 de febrero de 1979. Imitemos a Mons. Romero que con su testimonio de Homilías Tomo IV, p. 203); exige la conversión vida nos dice: Es posible imitar a Cristo y morir por recurriendo a la denuncia: Solo el que se convierte él sin miedo. Jesús prometió: Yo estaré con ustedes al Señor de los falsos ídolos que apartan de siempre, hasta el fin del mundo (Mt 28, 20). Dios recibirá esos dones de la evangelización No temamos porque como nos dice el Libro (Homilía del: El retorno al hogar, 16 de febrero de la Sabiduría en la de 1979. Homilías Tomo Primera Lectura: Las IV, p. 203); se realiza almas de los justos sin miedo: Renuncia a privilegios y… no le están en las manos de tiene miedo al conflicto Dios y no los alcanzará cuando el conflicto ningún tormento (Sb lo provoca nada más 3,1); después de breves la fidelidad al Señor sufrimientos recibirán (Homilía del: Cuaresma, una abundante t r ans figuración del recompensa, pues pueblo de Dios. Segundo Dios… los halló dignos domingo de Cuaresma. de sí (Sb 3, 5). Grande 11 de marzo de 1979. será la recompensa Homilías Tomo IV, p. para los que trabajen 265); en pobreza: Pobre instaurando el Reino de entre los pobres y pobre Dios aquí en la tierra entre los ricos para pese a las tribulaciones evangelizar a pobres e incomprensiones que y ricos (Homilía del: puedan sufrir. El salmista Cristo nos ha confiado nos recuerda: Hasta una misión profética. los gentiles decían: El Décimo quinto domingo Señor ha estado grande del Tiempo O. 15 de julio con ellos (Sal 125, 2b). de 1979. Homilías Tomo V, p. 306); busca métodos Mons. José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San El apóstol San Pablo en la Carta a los Romanos para evangelizar: Se Salvador predica su homilía en la Segunda Lectura hacen más necesarias las pequeñas comunidades (Homilía del: El nos anima a perseverar en el trabajo arduo en Espíritu de Dios entre los hombres. Decimosexto la viña del Señor, sin nada que nos aparte como domingo del Tiempo O. 23 de julio de 1978. Homilías Cristo tampoco se aparta de nosotros: ¿Qué cosa Tomo III, p. 125); y no olvida que la evangelización podrá apartarnos del amor con que nos ama se dirige con preferencia a pobres y jóvenes: (ellos) Cristo? ¿Las tribulaciones? ¿La persecución? constituyen la riqueza y la esperanza de la Iglesia ¿El hambre? ¿La espada? (Rm 8, 35) y pese a los de América Latina y su evangelización es, por sufrimientos que esto pueda traer, Pablo dice: De tanto, prioritaria (Homilía del: La pobreza de las todo esto salimos más que victoriosos (Rm 8, 37). bienaventuranzas, fuerza de la verdadera liberación No temamos porque Jesús, ya rogó por nosotros del pueblo. Sexto domingo del Tiempo Ordinario, como leemos en el Evangelio: Padre santo, cuida 17 de febrero 1980. Homilías Tomo VI, p. 276). en tu nombre a los que me has dado, para que Ahora bien, queridos hermanos Obispos, sean uno como nosotros (Jn 17, 11) pidiéndonos sacerdotes y laicos, actualicemos la palabra y no conciliar con el pecado ni la mundanidad del testimonio de Monseñor Romero y veremos que mundo porque: No somos del mundo, como estamos invitados –cuando no obligados– por Cristo Jesús tampoco es del mundo (cfr. Jn 17, 14). a ser discípulos y misioneros como él lo fue en su Escuchemos al Divino Maestro y hagamos como momento. Arrostrando los peligros más grandes Monseñor Romero: Convirtámonos en verdaderos hasta morir mártir. Debemos estudiar la Palabra, discípulos y misioneros tomando como fundamento Tradición y Magisterio, es decir, prepararnos el Evangelio y por supuesto, Aparecida, como en para seguir las huellas de Jesús y salir en misión; su día el Beato tomó Medellín y Puebla. debemos leer nuestra historia; comprender nuestra Que la Reina de la paz nos obtenga de su Divino realidad histórica donde hemos sido enviados a Hija toda bendición y que Monseñor Romero realizar la misión para hacer presente el Reino de Dios en nuestros pueblos; debemos anunciar interceda por todos e inspire y anime nuestra fe, la buena nueva comprometida con la promoción para que sea auténtica como la suya.

Cardenales en la Iglesia Católica Pbro. Simeón Reyes

De nuestra Iglesia salvadoreña se ha hablado en el ámbito internacional a causa del nombramiento de Cardenal que recibió Monseñor Gregorio Rosa Chávez. Es una distinción especial que ha querido hacer el Papa Francisco. El Papa elige libremente a quien quiere otorgar esta distinción. Ha sido una característica del Papa Francisco elegir para el colegio cardenalicio a obispos (e incluso un sacerdote) que provienen de muy diversos lugares, incluso en las diócesis que nunca habían imaginado tener un cardenal. Dado que es primera vez que comenzaremos a escuchar sobre lo que significa un cardenal, quiero exponer, brevemente, algunos aspectos relativos a los cardenales. En el Código de Derecho Canónico encontramos lo siguiente: Los Cardenales de la santa Iglesia Romana constituyen un Colegio peculiar, al que compete proveer a la elección del Romano Pontífice, según la norma del derecho peculiar; asimismo, los Cardenales asisten al Romano Pontífice, tanto colegialmente, cuando son convocados para tratar juntos cuestiones de más importancia, como personalmente, mediante los distintos oficios que desempeñan, ayudando sobre todo al Papa en su gobierno cotidiano de la Iglesia universal. Los cardenales son creados por decreto del Romano Pontífice, que se hace público en presencia del Colegio Cardenalicio. Así, a partir del momento de la publicación tienen los deberes y derechos determinados por la ley. Además, los cardenales ayudan todos ellos colegialmente al Santo Padre, sobre todo en los Consistorios, en los que se reúnen por mandato del Romano Pontífice y bajo su presidencia. El consistorio ordinario se convoca al menos a todos los cardenales presentes en Roma para consultarles sobre algunas cuestiones graves o para realizar ciertos actos de máxima solemnidad. En cambio, el consistorio extraordinario, se celebra cuando lo aconsejan especiales necesidades de la Iglesia o la gravedad de los asuntos que han de tratarse, se convoca a todos los cardenales. De lo anteriormente expuesto, se desprende una doble función de los cardenales: elegir al Papa y asistir al Sumo Pontífice en su tarea de Pastor universal. Acompañemos a Monseñor Gregorio con nuestra oración en esta nueva tarea que se le encomienda.


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28 de mayo de 2017

Jubileo de oro de Renovación Carismática Católica Alrededor de 40 mil personas acudieron desde muy temprano para participar de momentos de animación, junto al Pbro. César Sánchez, y luego de la procesión con la imagen de la Virgen Santísima, misma que siguieron el Consejo de Asesores de RCC y sacerdotes invitados. Después el Pbro. Padre Eugenio Hoyos, sacerdote radicado en Estados Unidos, compartió el tema “Se viene más Pentecostés para El Salvador”.

Mons. Luis Morao, Obispo Emérito de Chalatenango predica la homilía de la Misa durante el evento

Desde hace 50 años, la espiritualidad de Renovación Carismática Católica (RCC) acompaña a millones de personas en 200 países, alrededor del planeta. Este 20 de mayo, miles de salvadoreños miembros de dicho Movimiento mundial se congregaron en el Monumental Estadio Cuscatlán, de San Salvador, para conmemorar este “jubileo de oro”.

La Eucaristía fue el cierre de la jornada. Para presidirla se invitó al señor Nuncio Apostólico en nuestro país, Mons. Léon Kalenga. Junto a él concelebraron casi todos los Obispos de la Conferencia Episcopal. Mons. Luis Morao, Obispo Emérito de Chalatenango, predicó la homilía de ocasión.

“La educación es camino de evangelización”

Martita Castro

Querido Dios: me es grato compartir mi sentir y mi pensar de la vida y la herencia de La Asunción en la Iglesia. Gracias, Señor, por acompañar mi caminar, aprendiendo cada día a conocerte, a amar a la Iglesia desde este carisma. El siglo XIX fue de muchas novedades e injusticias. En este siglo surgen dos grandes figuras jóvenes de convicción y de carácter, tan significativas y actuales, unidas por fuertes lazos de amistad y amor, seducidas por Jesucristo. Ellas reman mar adentro y el 30 de abril de 1839 nace la Congregación de las Religiosas de La Asunción. Entrega y fidelidad fueron parte del equipaje de Santa María Eugenia de Jesús y de Madre Teresa Emmanuel. Ellas avanzaron como discípulas, abriendo el surco en la ruta de la evangelización a través de la educación.

A lo largo de la jornada se realizaron momentos de animación. EN LA GRÁFICA: Pbro. César Sánchez (der.) se dirige a los partipantes de Jubileo

Miles de feligreses de varias diócesis del país participaron de cada uno de los emotivos puntos de la agenda de la Jornada

Testimonio de una laica asuncionista

Renovación Carismática surge a partir de un retiro del que participaron estudiantes de la Universidad de Duquesne, en Pittsburgh, Pennsylvania, (EE. UU.) durante el cual experimentaron la efusión del Espíritu Santo y algunos de sus dones.

Señor, al conmemorar 200 años del natalicio de la fundadora y de la cofundadora, la gran familia asuncionista, dispersa en los 4 continentes, unimos nuestras voces y gritamos con alegría que el Evangelio ha germinado y muchas vidas ha transformado. Doscientos años escuchando, acompañando e interpelando la incoherencia entre vida y fe. Con la mirada fija en Jesucristo, la Asunción va creando puentes de comunión en la nueva evangelización. Sube, sube, Asunción, que la educación es camino de evangelización. Sube, sube, Asunción, que la Iglesia cuenta con tu misión.

Feliz fiesta de María Auxiliadora

Religiosas de La Asunción participan de las celebraciones en honor a sus fundadoras

Fe de errata

El calendario litúrgico marca el 24 de mayo como fiesta de María Auxiliadora. En nuestra Arquidiócesis se celebra con especial solemnidad en las parroquias de urbanización Altavista y del barrio San Miguelito. En la parroquia María Auxiliadora (Don Rúa), desde temprano en la mañana se ofrecieron varias Misas. Mons. Gregorio Rosa, Obispo Auxiliar de San Salvador, presidió a las 7:00 a.m. (sobre estas líneas) y luego Mons. Elías Bolaños, SDB, Obispo de Zacatecoluca a las a las 8:00 a.m. La procesión con la imagen de María Auxiliadora (imagen a la derecha) se llevó a cabo por la tarde y a su llegada al templo dio inicio la Eucaristía que presidió el Pbro. Mario Aldana, SDB. Concelebraron sacerdotes invitados.

Por un error involuntario en la edición del 21 de mayo se escribió de forma imprecisa el pie de foto de la presente imagen. Siendo lo correcto lo que continúa: Feligreses veneran la efigie de Nuestra Señora de Fátima en los Planes de Renderos, luego de la procesión de las palmas


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La Palabra de Dios para cada semana Hch 1, 1-11; Sal 46, 2-3. 6-9; Ef 1, 17-23; † Mt 28, 16-20 Preparado por:

Pbro. y Dr. Luis Alonso Coto

Domingo 28 de mayo de 2017 • Solemnidad de La Ascención del Señor • Ciclo “A” • Año impar

“Me ha sido dado pleno poder en el cielo y en la tierra”

La Palabra de Dios nos invita a contemplar el tema de la “relación entre Cristo que ya está en los cielos y la Iglesia que peregrina en la tierra”. Dicha relación se vive en el presente, pero va hacia un punto culminante y futuro. Ella, la creyente, la Esposa, la testigo perseguida, la Iglesia que camina en el mundo, es Sacramento de salvación para todos los pueblos. Y en ese caminar suyo, espera, trabaja, y ama en vista a aquello que en este día se le muestra: que su destino no es de muerte y angustia, sino de vida abundante y de gloria, con Cristo, su Esposo y Cabeza.

Algunas ideas claves del texto La Ascensión es el triunfo de Jesús, el punto de llegada y a la vez el punto de partida, el comienzo de la acción misionera de la Iglesia, de la continuación de la obra de Jesús en el mundo. Es el momento de tomar el testigo que nos ofrece Jesús. La cruz no fue el final de la vida de Jesús, sino la Ascensión. Para tener más claro el tema detengámonos en las tres secciones que presenta el Evangelio: † Presentación de Cristo: quien aparece como “Señor de todo poder”. Él es el famoso “Hijo del hombre” de Daniel (Dn 7, 14) con poder para llevar a cabo el designio de Dios, de vida y de bien, por sobre las potencias del mal (vv. 14-18). La presentación de Jesús en Galilea, donde se habían ido los discípulos y el reconocimiento como Señor que le profesan. Jesús resucitado es el Señor de cielo y tierra, por eso sus discípulos humildemente se postran ante Él. No obstante la duda persiste, la duda permanece, como permanece muchas veces también en nosotros. La fe de los Apóstoles todavía es imperfecta. No nos hemos de extrañar de ello. Nuestra fe no está exenta de dudas. Es Jesús quien toma la iniciativa, Él va por delante. † Misión para la Iglesia: Jesús es quien envía a la Iglesia... Ella hace lo que Él dice y en las dimensiones en que Él dice (todos los hombres, evangelización, acción sacramental,

etc.). Ella deberá hacer que poco a poco Él sea la cabeza del universo (Ef. 1, 10) (vv. 19-20a). La misión que Jesús les confía a sus discípulos: “Vayan y hagan discípulos e todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado”. Esta misión tiene una perspectiva universal, no tiene límites temporales ni geográficos, pero ello no quiere decir que ha de realizarla obligando, más bien su tarea es la de proponer. Como primer paso está el hacer discípulos, el anunciar con gestos y palabras. Según la Evangelii Nuntiandi No. 41 y 42: “Para la Iglesia el primer medio de evangelización consiste en un testimonio de vida auténticamente cristiana (…) ‘El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan…’”. A ello añade también a continuación unas palabras de San Pablo “Pero ¿cómo invocarán a Aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán sin haber oído de Él? ¿Y cómo oirán si nadie les predica?” Por tanto testimonio y anuncio, para llegar después al Sacramento que es la meta, al bautismo que nos configura con Cristo Resucitado. Bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Hoy Jesús repite, confía la misma misión. La Iglesia, los seguidores de Jesús no pueden dejar de ser misioneros. ¿Cómo podemos serlo ahora? ¿Somos misioneros? No podemos replegarnos sobre nosotros mismos, no podemos encerrarnos en nuestras sacristías. Jesús de nuevo nos está diciendo: “Id y haced discípulos…” † Presencia auxiliadora de Cristo: Contra aquella nostalgia y tristeza de quien contempla de lejos lo que ama, la comunidad debe de recordar que donde dos o más oran, allí está Él (Mt 18, 20), y su compromiso es entonces el de vivir de su presencia y llevar a muchos a su encuentro. (v. 20b): “Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Así termina el Evangelio de Mateo. Jesús resucitado continúa siendo el “Emmanuel”, el Dios con nosotros. Para poder realizar el encargo

Lecturas de la Semana

• Del 29 de mayo al 3 de junio de 2017 • Lunes 29: Hch 19, 1-8; Sal 67, 2-7; † Jn 16, 29-33 Martes 30: Hch 20, 17-27; Sal 67, 10-11. 20-21; † Jn 17, 1-11a Miércoles 31: Sof 3, 14-18a; Sal: Is 12, 2-6; † Lc 1, 39-56 Jueves 1: Hch 22, 30; 23, 6-11; Sal 15, 1-11; † Jn 17, 20-26 Viernes 2: Hch 25, 13-21; Sal 102, 1-2. 11-12. 19-20; † Jn 21, 15-19 Sábado 3: Hch 28, 16-20. 30-31; Sal 10, 5-8; † Jn 21, 20-25

de Jesús Él ha querido acompañarnos, quedarse con nosotros, no estamos solos. Curiosamente en ese momento de la Ascensión Jesús no nos dice que se va, sino que insiste en que se queda. Si hoy lo vemos glorificado a la derecha del Padre, al mismo tiempo hemos de verlo presente en medio de nosotros. (Le invitamos a leer el Documento de Aparecida: Los lugares de encuentro con el Señor).

Unas preguntas para la meditación • Nuestra fe ¿conjuga en verdad el contemplar y el actuar hoy y aquí, de acuerdo a lo que constantemente oramos, “Ven, Señor Jesús”? • Nuestro tiempo ¿lo hacemos de verdad “tiempo de acción como Iglesia discípula y misionera (compromiso, acción, disponibilidad)? ¿o como el siervo holgazán de la parábola enterramos el talento que no nos pertenece –el mismo tiempo que se nos ha dado–?

Algunas pistas para la acción Jesús confía en nosotros como confió con los primeros Apóstoles, y también nos da el mismo encargo: Id y haced discípulos… Una misión que, como nos recuerda el papa Francisco en Evangelii Gaudium No. 127, nos compete a todos como tarea cotidiana. Se trata de llevar el Evangelio a las personas que cada uno trata. Es la predicación informal que se puede realizar en medio de una conversación… tener la disposición de llevar a otros el amor de Jesús, y eso se produce espontáneamente en cualquier lugar: en la calle, en la plaza, en el trabajo, en un camino… Él nos sigue acompañando por medio de su Espíritu, que nos capacita e impulsa para esta misión. Por lo tanto es importante, en primer lugar, renovar nuestra confianza en el final maravilloso que espera al hombre, aunque nos parezca aplastado por el dolor y la injusticia; y en segundo lugar, renovar nuestro compromiso en el hacer y decir que fueron del Maestro, y que ahora nos corresponden en este tiempo de Iglesia.


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28 de mayo de 2017

Detrás de un hombre visionario hay una gran obra

HOGAR DEL NIÑO “PADRE VITO GUARATO”

– 28 de mayo – El Hogar Padre Vito Guarato conmemora este día 30º aniversario de proveer amor permanentemente a niñas, niños y adolescentes con discapacidad. Nos unimos a su celebración y damos gracias a Dios por esta obra.

Jubileo de oro de Renovación Carismática Católica – Pág. 10 –

Padre Rutilio Grande Oración para la Devoción Privada

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

En caso de obtener un favor comunicarse a la oficina de Canonizaciones en el Arzobispado de San Salvador. Teléfonos: 2234-5348 / 2234-5300

El señor Nuncio Apostólico en El Salvador, Mons. Léon Kalenga (2º de der. a izq.), preside la Acción de Gracias por el 50º de Renovación Carismática celebrada este 20 de mayo. Le acompañan concelebrando la mayor parte de Obispos de la Conferencia Episcopal

Correo electrónico: causarutiliograndesj@gmail.com

Seminaristas reciben ministerio de Lectorado

“Es posible imitar a Cristo y morir por Él sin miedo” – Pág. 11 – – Homilía de Mons. José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador, para el centenario del natalicio del Beato Monseñor Oscar Arnulfo Romero y cierre de la XXXVI Asamblea General Ordinaria del CELAM –

El 19 de mayo fueron instituidos en el ministerio del Lectorado por Mons. José Luis Escobar, Arzobispo de San Salvador, los seminaristas: Javier Antonio Mela, Hugo René Lemus, Carlos Eduardo Serrano y Pedro Luis Coc (en orden de izq. a der.). Todos pertenecen al Seminario Misionero Arquidiocesano Redemptoris Mater, de San Salvador. Además, el seminarista Hugo René Lemus, recibió también el ministerio del Acolitado. Participaron de la liturgia hermanos de sus respectivas comunidades. La Iglesia considera muy oportuno que los candidatos a las Órdenes Sagradas conozcan y mediten, a través de un íntimo y constante contacto el servicio en las funciones litúrgicas, principalmente la Palabra y la Eucaristía. De esta forma los candidatos se acercan a ellas plenamente conscientes y convencidos de su vocación

IGLESIA LOCAL

¡Oh!, Dios Padre Misericordioso, que por mediación de Jesucristo, la intercesión de la Virgen María, Reina de la Paz, y la acción del Espíritu Santo, concediste a tu Siervo Rutilio Grande, sacerdote, ser un Pastor ejemplar amante de tu Iglesia, sirviendo intensamente a los pobres, preferencialmente a los campesinos, viviendo conforme al Evangelio de tu Hijo Jesús, dígnate glorificar a tu Siervo Rutilio y concédeme por su intercesión el favor que te pido… (hacer petición propia). Amén.


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